Durante el Porfiriato (1880-1910), la prensa estaba controlada por el gobierno y apoyaba la filosofía oficial. Los periódicos de oposición eran perseguidos y reprimidos. Tras la Revolución Mexicana (1910-1917), la prensa se dividió en publicaciones que apoyaban a los distintos bandos revolucionarios y al gobierno de Huerta. Los revolucionarios también utilizaron periódicos estadounidenses para hacer propaganda fuera de la capital.