El documento analiza los aspectos culturales del nacionalsocialismo en Alemania durante el régimen de Hitler. Según el autor Touchard, la doctrina de los fascismos se reducía a unos pocos principios orientados a la acción más que ideológicos. El nacionalismo de los vencidos y la promesa de un "verdadero socialismo" que uniera a la nación fueron características culturales clave que difundieron las ideas fascistas y nacionalsocialistas en Alemania.
Se señalan las diferentes etapas de la Revolución Rusa y la Unión Soviética hasta 1945. Destacan en las imágenes la visibilización del papel de las mujeres.
Se señalan las diferentes etapas de la Revolución Rusa y la Unión Soviética hasta 1945. Destacan en las imágenes la visibilización del papel de las mujeres.
EL NAZISMO ALEMÁN, CARACTERISTICAS Y ACCIONES.docxLUISURBINA55
El nazismo, también llamado nacionalsocialismo o Partido Nazi, fue una ideología política surgida en Alemania luego de la Primera Guerra Mundial. Simultáneamente, el fascismo cobraba fuerza en Italia, Rumania, Bulgaria, España, Portugal y otros países de Europa.
Se fundamentó en una ideología racial, política, económica y cultural desarrollada por sectores de pensamiento radical, reunificados en torno al descontento imperante en la época y al naciente partido Nacional Socialista Obrero Alemán (NSDAP), que luego habría de dirigir Adolf Hitler.
El creador y principal dirigente del nazismo fue Adolf Hitler, quien gobernó el Estado alemán desde 1933 hasta 1945
Today is Pentecost. Who is it that is here in front of you? (Wang Omma.) Jesus Christ and the substantial Holy Spirit, the only Begotten Daughter, Wang Omma, are both here. I am here because of Jesus's hope. Having no recourse but to go to the cross, he promised to return. Christianity began with the apostles, with their resurrection through the Holy Spirit at Pentecost.
Hoy es Pentecostés. ¿Quién es el que está aquí frente a vosotros? (Wang Omma.) Jesucristo y el Espíritu Santo sustancial, la única Hija Unigénita, Wang Omma, están ambos aquí. Estoy aquí por la esperanza de Jesús. No teniendo más remedio que ir a la cruz, prometió regresar. El cristianismo comenzó con los apóstoles, con su resurrección por medio del Espíritu Santo en Pentecostés.
Qué rasgos identifican más claramente los aspectos culturales del nacionalsocialismo
1. ¿Qué rasgos identifican más claramente los aspectos culturales del
nacionalsocialismo?
BIBLIOGRAFÍA:
ARENDT, HANNAH “Los orígenes del totalitarismo”. Cap. 10: “Una sociedad sin clases”
EVANS, RICHARD “Europa en crisis, 1919-1939” Cap. 6: “Ascenso y triunfo del nazismo en Alemania”
FURET, FRONCOIS “El pasado de una ilusión”
HERNÁNDEZ SANDOICA, ELENA “Los fascismo europeos”
HOBSBAWN, ERIC “Historia del siglo XX”
MOSSE, GEORGE “La cultura nazi”
MOSSE, GEORGE “La cultura europea del siglo XX”. Cap. 9: “Fascismo”
WOOLF “El fascismo europeo”
Según EVANS, en su obra “Europa en crisis, 1919-1939” Cap. 6: “Ascenso y triunfo del nazismo en Alemania”, se
han atribuido a diversas causas el ascenso y triunfo del nazismo en Alemania. Algunos han subrayado el poder
carismático del líder del movimiento, Adolf Hitler. Otros han insistido en la debilidad política de la República de
Weimar (1919-1933), otros se han centrado en la depresión económica de 1929, crisis del capitalismo que impulsó
a la gran empresa a buscar una solución dictatorial para el problema del desempleo masivo y el hundimiento de la
industria.
El mismo autor dice que el movimiento nazi comenzó su andadura en Múnich el 9 de enero de 1919, con la
fundación del Partido Obrero Alemán por Drexler. Este partido era uno de los varios movimientos de extrema
derecha presentes en la agitada escena política de posguerra. En febrero de 1929 el partido cambia su nombre a
Partido Obrero Nacional Socialista Alemán que pretendía ganarse a las masas trabajadoras para el nacionalismo
extremo mediante la combinación de anticapitalsimo, pangermanismo y antisemitismo, conceptos que venían
sugeridos por los términos “nacional” y “socialista”.
Hitler nació en Austria en 1889, se convirtió en seguidor del nacionalista, antisemita y pangermanista. Su
convicción de que todos los alemanes debían unirse en un solo Estado-nación basado en la raza lo llevó a no
alistarse en el ejército austríaco, sino en el alemán, en 1914. Terminada la guerra, comenzó a actuar en la política
y se unió al partido de Drexler, pero, gracias a su capacidad de oratoria pronto comenzó a tener más importancia
dentro del partido y en agosto de 1921 se convirtió en su máximo dirigente.
Los testimonios de la fuerza de Hitler como orador hacen referencia a la intensidad y magnetismo personal que
ejercía. Proyectaba “hechizo hipnótico” sobre su audiencia. Otros dicen que parecía tener la capacidad de articular
los temores y ambiciones más profundos de sus oyentes. Fue la voluntad de Hitler la que empujó al partido hacia
la acción violenta durante la crisis política de la República en 1923. En este año, el ascenso del nazismo se frenó
y el partido fue prohibido y Hitler excarcelado en diciembre de 1924. Así, Hitler aprendió dos lecciones: 1)
abandonó la idea de un golpe de Estado directo y violento por considerarlo peligroso y poco práctico, a partir de
allí insistiría en llegar al poder por medios constitucionales o al menos en aparentar que así era. 2) reforzó la idea
de “principio de caudillaje”, se consideraba un simple captador de apoyo para un gran dictador nacionalista que
estaba por llegar, la redacción en prisión de Mein Kampf propiciaron una imagen más segura de sí mismo que
Hitler reforzó insistiendo en la obediencia incondicional a él debida por los miembros del refundado partido.
De 1926 a 1928, el partido nazi se dedicó preferentemente a unir los diversos grupos dispersos de nacionalistas
de extrema derecha bajo la jefatura de Hitler, a reunir un conjunto de jóvenes y dinámicos dirigentes en una
2. estructura organizativa compleja pero flexible, con secciones para numerosos sectores de la población, desde
estudiantes hasta sindicalistas. Ya había indicios de que ejercía un atractivo muy superior para algunos sectores
de la población, especialmente el campesino.
Hitler fue fundamental para el triunfo de los nazis por dos motivos: 1) su historia y su imagen política ocuparon el
lugar más destacado de la amplia y compleja actividad propagandística que el partido desplegó en estos años. 2)
fue Hitler quien insistió en negarse en entrar a un gobierno de coalición si no era para dirigirlo, por lo que se
prolongaron durante varios meses las negociaciones con otros políticos para formar un gabinete con participación
de los nazis.
El 30 de enero de 1933 Hitler llega al poder siendo nombrado canciller por medios constitucionales. Hitler utilizó
su cargo para desplazar a sus oponentes, consiguió poderes dictatoriales mediante el decreto presidencial de
emergencia. Los objetivos de Hitler eran claros: consecución del poder dictatorial, seguida del rearme, la guerra y
la aniquilación de los judíos. Alcanzó sus objetivos uniendo el carisma retórico a la astucia política, y en los años
siguientes continuó utilizando estas cualidades al servicio de sus intenciones a largo plazo. Sin Hitler, se ha dicho,
nada de esto había ocurrido.
Pero hay motivos para afirmar que el movimiento nazi fue algo más que una mera prolongación de la voluntad de
Hitler, que su triunfo fue algo más que un simple fruto del genio de éste. El carisma no puede ejercerse sin una
audiencia dispuesta a dejarse atraer por él. Hitler no hubiera triunfado si su mensaje no hubiera respondido a las
ideas y aspiraciones de una parte importante del electorado alemán. Los votos no se consiguen solo por la
propaganda.
La imposición del Tratado de Versalles en 1919 que impuso a Alemania pago de fuertes reparaciones económicas
a los países que salieron perjudicados de la 1ª G.M., la severidad del tratado era calificado por la propaganda de
los nazis como “traidores de noviembre”, llevaban adelante la infame leyenda de la “puñalada por la espalda”. Casi
nadie aceptaba la cláusula de culpabilidad de guerra, el tratado avivó el resentimiento nacionalista de Alemania.
La propaganda nazi pudo aprovechar el descontento general con el Tratado de Versalles para convencer a muchos
de que el carácter democrático y los orígenes revolucionarios de la República estaban vinculados a la humillación
nacional.
Lo que cambió la situación, lo que hizo que el partido nazi dejara de ser un grupo extremista situado en la periferia
de la política para convertirse en el mayor partido político del país, fue sobre todo la Gran Depresión de 1929. Al
terminar 1932 había casi 7 millones de desempleados que suponían aprox. el 35% de la población activa. La crisis
intensificó el curso de 1932 y constituyó la base del triunfo del nazismo por dos motivos: 1) impulsó a la búsqueda
de una solución autoritaria para la crisis política, desmantelamiento del Estado de bienestar, frenando o
suprimiendo los sindicatos, proscribiendo a los comunistas y socialdemócratas y creando una fuerza de trabajo
dócil y barata que prometiese a la industria iniciar el proceso de recuperación. Se socavó la República de Weimar
mediante el apoyo económico y político a diversas formas de radicalismos de derecha como las del Partido
Popular, los nacionalistas y los nazis. Su influencia benefició a sectores del mundo de los negocios, como la
pequeña empresa, que apoyaba a partidos políticos antidemocráticos como los nazis. 2) fue sin duda la depresión
de 1929-1933 la que sirvió de base al desplazamiento masivo de las preferencias de los votantes hacia los nazis
en esos años.
Según MOSSE, en “La cultura nazi”, nació el estado totalitario, en el que el Partido nazi manejaba todos los hilos
de la nación.
George Sorel, a quien el nacionalsocialismo debe bastantes cosas, escribió que todos los grandes movimientos
están dominados por mitos. Un mito es la más fuerte creencia que comparte un grupo y sus componentes se ven
a sí mismos como un ejército de la verdad que lucha contra los defensores del error y del pecado.
3. Siguiendo a TOUCHARD, este afirma que, desde hace algunos años se emplea mucho el término "totalitarismo",
especialmente por Carl J. Friedrich en Estados Unidos. El término es cómodo, pero procede también de una
discutible asimilación entre las "dictaduras fascistas” y el régimen soviético. Carl J. Friedrich no niega las
diferencias que separan a estos dos tipos de régimen, pero estima:
1) Que se encuentran más próximos entre sí que de cualquier otro régimen político.
2) Que se trata de un fenómeno exclusivo del siglo XX, época de la tecnología moderna y de la democracia
de masas.
Según Friedrich y su escuela, el totalitarismo es profundamente diferente de las tiranías, de las dictaduras, de los
despotismos anteriores. Friedrich distingue seis criterios del totalitarismo:
1º) Una ideología oficial, es decir, un cuerpo oficial de doctrina que cubre todos los aspectos de la vida humana.
2º) Un sistema de partido único dirigido por un dictador.
3º) Un sistema de control policiaco.
4º) La concentración de todos los medios de propaganda.
5º) La concentración de todos los medios militares.
6º) El control central y la dirección de toda la economía.
Continúa TOUCHARD diciendo que se advertirá que cinco de estos criterios son de orden institucional y sólo uno,
el primero, de orden ideológico. Aunque las instituciones de los diferentes países "totalitarios" son comparables,
en muchos aspectos, en lo que concierne a las ideologías las semejanzas distan mucho de ser tan manifiestas. El
empleo de la palabra "totalitarismo" arroja el resultado que quizá en algunos es el objetivo de ocultar las diferencias
que derivan de la esencia misma del régimen y de sugerir paralelos no siempre convincentes. TOUCHARD habla
sobre lo “PRIMADO DE LA ACCIÓN”, dice sobre ellos que el fascismo no es una doctrina; y el nacionalsocialismo
lo es menos aún. "Nuestra doctrina es el hecho", declara Mussolini en 1919: no cesa de repetir que la acción prima
sobre la palabra, que el fascismo no necesita un dogma, sino una disciplina: ''Los fascistas, escribe en 1924,
tenemos el valor de rechazar todas las teorías políticas tradicionales; somos aristócratas y demócratas,
revolucionarios y reaccionarios, proletarios y antiproletarios, pacifistas y antipacifistas. Nos basta con, tener un
punto de referencia: la nación". Sólo hacia 1929-30 sentirá Mussolini la necesidad de dar al fascismo una doctrina.
Aun así, esa doctrina es no poco imprecisa y oportunista. En cuanto a Hitler, se niega durante la campaña electoral
de 1933 a presentar un programa: todos los programas son inútiles, dice Hitler, lo que importa es la voluntad
humana: “Mein Kampf” es una autobiografía apasionada y un llamamiento a la acción, mucho más que una obra
doctrinal. La doctrina de Mussolini o de Hitler se reduce, pues, a un reducido número de principios, que son
esencialmente principios para la acción. Pero ni el fascismo es tan sólo la doctrina de Mussolini, ni el
nacionalsocialismo se reduce a las ideas políticas de Hitler.
Por último haré mención a algunos aportes que nos deja ELENA ERNÁNDEZ SANDOICA, en su obra “Los
fascismos europeos”. Esta autora realiza una explicación de “totalitarismo, autoritarismo y fascismo”. Define como
“totalitarismos” a los regímenes como la dictadura nazi o la dominación estalinista. Y caracteriza a esos
totalitarismo como: control absoluto del individuo por el Estado, una instrumentalización de los conocimientos
científicos y tecnológicos para llevar el control de los individuos hasta su extremo, un sistema terrorista del control
policíaco que lo recubre y lo acompaña que cumple con su tarea interviniendo en el tejido social ejerciendo la
vigilancia y la represión a los enemigos del régimen. Dice que las primeras formulaciones del concepto de
totalitarismo se remontan s los años 1920 y nacieron en una Italia inmersa en la batalla política que se desarrolla
en torno a la cuestión central del fascismo. HERNÁNDEZ cita a ARENDT cuando dice que el totalitarismo es
considerado como un perfeccionado y moderno aparato de encuadramiento político de las masas. Se reserva para
4. sociedades más tradicionales, menos avanzadas en este proceso generalizado de la socialización política de las
masas, el término de autoritarismo.
La autora define “fascismo” como movimientos antidemocráticos de derecha que tienen como meta un Estado
nacional-autoritario de un solo partido, y que ha de ser visto como contragolpe frente a los ordenamientos estatales
y sociales comunistas y socialistas.
Me centraré en caracterizar los aspectos culturales del nacionalsocialismo en la Alemania de Hitler, esto lo haré
tomando como base los aportes de TOUCHARD. El autor plantea que la doctrina de los fascismos se reduce a
acotado número de principios, que son principios para la acción. Es más claro y conveniente analizar las causas
de la difusión de las ideas fascistas y nacional socialista, que analizar la doctrina en sí misma.
Características:
Nacionalismo de vencidos: el fascismo y el nacionalsocialismo nacieron de la guerra; son una reacción
de humillación nacional ante la derrota. Refleja la desorientación de los combatientes que al retornar de la
guerra se sentían extraños en su país. Las agrupaciones de excombatientes fue el primer núcleo de estos
movimientos. Estos movimientos los vivió Francia, Italia y Alemania, pero Francia no vivió la violencia de
estos movimientos, ni había sido una nación derrotada. El fascismo y el nacional socialismo, no sólo son
un nacionalismo de exaltación, sino también un nacionalismo de vencidos, y humillados.
El “verdadero socialismo”: Nacen de la miseria, de la crisis, del desempleo, y del hambre. Movimientos
de desesperanza y rebeldía contra el sistema liberal, el libre comercio y la libre empresa solo traen
catástrofes. La salvación viene en el nuevo socialismo, el nacionalsocialismo. Goebbels plantea que el
verdadero socialismo no es levantar una clase contra otra, sino de unirse, vivir juntas, en el seno de la
comunidad nacional. Esta idea es planteada por varios teóricos en especial por Spengler. En 1920
Spengler escribe que la misión de Alemania es defender la frontera europea de Asia y de las razas de
color; la democracia política se ha degenerado por la industrialización y el intelectualismo; hay que purgar
el socialismo de la idea marxista e internacionalista, de la lucha de clases, incorporándolo a la tradición
prusiana de disciplina y autoridad. Cada pueblo tiene su socialismo, siendo Marx judío no tiene el
sentimiento nacional, el verdadero socialismo sería idealista, la lucha de clases debe ser sustituida por la
solidaridad nacional, solo una nación unida sobrevive al caos universal. Mussolini afirma que el fascismo
es una filosofía, espiritualista. El estado es una fuerza espiritual. Condena la lucha de clases y plantea que
el haz de lictores o fascio es el símbolo de la unidad, la fuerza y la justicia. Estas declaraciones socialistas,
no son más que elementos tácticos, ya que en ninguna de las dos naciones se atacó al gran capital, la
oligarquía o los industriales, sino que ellos mismos los apoyaron. Fascismo y nacionalsocialismo son
dictaduras conservadoras. Los integrantes del movimiento provienen de las clases medias, la industria, el
comercio, los pequeños campesinos, los artesanos. Si bien el biógrafo de Mussolini, Monelli, lo trata de
presentar como un pequeño burgués, el apoyo al régimen provino de todas las clases sociales, si bien su
esencia fuerte era la clase media. Mientras en Italia los adherentes provienen de todos los rincones, como
estudiantes, propietarios, trabajadores rurales y urbanos, en Alemania el partido crece de forma
directamente proporcional a la desocupación.
El Fascismo como Poesía: el fascismo es una amistad. Es una poesía de disciplina y orden, al estilo
medieval, los integrantes del movimiento tienen iniciación y juramento. Es la defensa del hombre contra la
gran urbe, contra la máquina. Es la revolución de las costumbres, la restauración del cuerpo, salud,
dignidad, plenitud, heroísmo. La guerra puede ser el preludio de una reconciliación general, la exaltación
y el peligro resaltan las virtudes viriles, se establece la fraternidad de los combatientes, logrando un
5. fascismo universal. MOSSE, en la “Cultura nazi”, agrega que a Hitler y a Mussolini se los llamó “poetas de
la revolución”.
El “Jefe Carismático”: Más que una política, es una mitología. Impone un estilo, tiene sentido de la
decoración, de la multitud, de la escenificación, de los grandes símbolos. Mussolini llama a los símbolos
de la antigua Roma. Hitler invoca, en servicio del nacionalsocialismo, todos los poderosos mitos del
romanticismo alemán. Comunicación tan estrecha, de naturaleza casi física, que adopta las formas de la
histeria colectiva. El jefe tiene como tarea esencial “asegurar la circulación la sangre racial”: “El pueblo es
al jefe lo que lo inconsciente es a la conciencia”. Se crea una especia de hipnosis, la presencia del jefe
lleva al éxtasis. La persona del Fuhrer debe retirarse cada vez más en el secreto, en el misterio. Deberá
manifestarse únicamente mediante actos sorprendentes, discursos, cuando la nación se encuentra en un
giro decisivo de su destino. El Fuhrer dijo: “Existo en vosotros y vosotros existís en mí”.
La Desigualdad: Tanto el fascismo como el nacionalsocialismo firman la primacía de lo irracional “No es
la inteligencia que corta los cabellos en cuatro lo que ha sacado a Alemania de su desamparo, manifiesta
Hitler a sus leales, la razón os hubiese desaconsejado venir a mí, sólo la fe os lo ha mandado”. Se trata
de Creer, Obedecer, Combatir. Mussolini y Hitler reencuentran así la concepción soreliana del mito, que
excita y sobresalta a las multitudes y las hace vibrar en un mismo arrebato.
Este irracionalismo se acompaña, naturalmente, de una concepción antiigualitaria de la sociedad. El
fascismo y el nacionalsocialismo son contrarios a los principios de la democracia igualitaria y del sufragio
universal. Mussolini denuncia la ley del número. Dice Mussolini: “el fascismo no consiente que el número,
por el simple hecho de que es un número, pueda dirigir las sociedades humanas”. La sociedad tiene que
ser desigual ninguno de los dos defiende el sufragio universal ni la democracia. Mussolini niega que el
número pueda gobernar por medio de una consulta periódica, afirma la desigualdad, fecunda, bienhechora
e irremediable de los seres humanos; el número no puede dirigir a las sociedad humanas. Para Hitler “es
más fácil ver a un camello pasar por el ojo de una aguja que descubrir un gran hombre por medio de las
elecciones” “La Historia del mundo está hecha por las minorías”. En este punto se ve la existencia de las
élites, concepto que ha sido utilizado por los tecnócratas defensores de una democracia eficaz, como por
los fascistas. Para Mussolini significa la superioridad de los gobernantes, los únicos dignos para gobernar.
Para Hitler, las élites está compuesta por la raza, la superioridad aria y en la misión del pueblo alemán,
dice Hitler: “El papel del más fuerte consiste en dominar, no en fundirse con el más débil”. El papel del
estado consiste en “fundir las clases en una sola realidad económica y moral.”
El Estado: Llevan a la exaltación del Estado, instrumento del más fuerte y garantía de los débiles. El
Estado es omnipotente, todo para el Estado, todo por el Estado, el individuo es subordinado a él. Una
unidad del Estado, no hay división de Poderes, ni contrapeso, existe un totalitarismo político, un
totalitarismo intelectual. Dentro del Estado no existe otra cosa que el Estado. Según Mussolini: “Todo en
el Estado, nada fuera de él”. La idea de Hitler sobre el estado lo lleva a decir que “El Estado es un
organismo racial, no una organización económica”, lo económico queda en un segundo plano; “… ningún
pueblo ha llegado a ser grande por su economía”. Nadie llego más lejos que Mussolini en la exaltación del
estado. “Es la conciencia y voluntad del pueblo”. Para él el estado es un organismo vivo, con cuerpo,
espíritu y moral. El Estado es anterior a la Nación, el Estado crea la nación. Como teoría el fascismo
italiano deja de lado la nación-Estado, y crea el Estado-Nación. Para el nacionalsocialismo, el Estado es
un instrumento, un aparato, la realidad fundamental es el Volk (simplificado como pueblo), es el origen
mítico el principio de todo. El pueblo alemán no es el conjunto de alemanes del siglo XX, sino que es una
realidad histórica y biológica. El Estado es una emanación del Volk. Esta es una de las diferencias
6. esenciales con el fascismo. La diferencia está en la fuerza de la tradición germánica, la influencia de
filósofos, historiadores, el estado alemán tenía una consistencia distinta. Mussolini tuvo que forjar el Estado
Italiano, Hitler no tuvo que crearlo, sino utilizarlo dándole una mística.
Rasgos particulares del fascismo: El Corporativismo: Es la principal particularidad del fascismo
italiano. Las instituciones corporativas testimonian la domesticación de los intereses económicos. La
palabra “corporación”, en la doctrina fascista, debe tomarse en su sentido etimológico de “constitución en
cuerpos”, esa es la función esencial del estado, la que asegura su unidad y vida. Las corporaciones
italianas estaban al servicio del Estado; se ejerce la dictadura tanto sobre la economía como sobre el
pensamiento.
Racismo y espacio vital en la doctrina nacionalsocialista: los principios fundamentales de la política
de Hitler es la lucha, la raza y la desigualdad, teniendo en cuenta que el concepto de “Kampf” está
sumamente simplificado al traducirse como lucha ya que posee un sentido mucho más fuerte que “lucha”,
esos principios se oponen al pacifismo, al internacionalismo y a la democracia. El racismo había sido
ampliamente trabajado durante el siglo XIX y XX por autores como Chamberlain y Gobineau, pero el
racismo del nacionalsocialismo no tiene precedentes. Nunca hasta entonces se había expresado un
antisemitismo con tanta violencia, nunca antes un Estado había tratado de exterminar de forma sistemática
a todos aquellos cuya raza era denunciada como impura. El espacio vital, se encuentra fuertemente ligado
al Volk (pueblo). El pangermanismo hitleriano difiere del pangermanismo de los años anteriores a 1914,
conocido como más liberal, económico, inspirado en la búsqueda de mercados, etc.), el pangermanismo
hitleriano no descansa en un análisis profundo de las realidades económicas, es más político que
económico. La doctrina del espacio vital es política, militar, mística y antieconómica: se trata de hacer
entrar en el Reich a todos los que deben formar parte de él, incluso si son pobres, incluso si el nivel de
vida de cada uno debe sufrir por ello. El número importa más que el bienestar y el poder más que la
riqueza. De esta forma, Alemania hitleriana se instala en la economía de guerra. La lógica del sistema
reclama la guerra y el régimen hitleriano tras brillantes victorias acabará por sucumbir en ella. Según
HOBSBAWM, los sentimientos del nacionalsocialismo encontraron su expresión más característica en el
antisemitismo, movimientos políticos específicos basados en la hostilidad hacia los judíos. Los judíos
estaban prácticamente en todas partes y podían simbolizar fácilmente lo más odioso de un mundo injusto,
en buena medida por su aceptación de las ideas de la Ilustración y de la Revolución Francesa que los
había emancipado y, con ello, los había hecho más visibles. Podían servir como símbolos del odiado
capitalista/financiero, del agitador revolucionario, de los nuevos medios de comunicación de masas, de la
competencia, que no podía ser sino injusta, que les otorgaba un número desproporcionado de puestos en
determinadas profesiones que exigían un nivel de instrucción.