La Edad Moderna se caracterizó por cambios políticos, económicos y sociales como la desaparición del Imperio Bizantino, los descubrimientos geográficos, y el surgimiento de los estados modernos y las monarquías autoritarias en lugar de los reinos feudales. También hubo una transición de una economía feudal al capitalismo comercial, un aumento en la importancia de la burguesía aunque se mantuvo la sociedad estamental, y la pérdida de la unidad religiosa con el surgimiento de la Reforma.