La teoría de James-Lange propone que las emociones surgen como resultado de cambios fisiológicos en el cuerpo en respuesta a estímulos, en lugar de ser la causa de esos cambios. Según la teoría, el sistema nervioso autónomo genera respuestas fisiológicas a los estímulos que luego son interpretadas por el cerebro como emociones. Un ejemplo clásico es que no sentimos miedo ante un oso porque lo vemos, sino que sentimos miedo porque nuestro cuerpo reacciona corriendo.