1) El documento presenta varias teorías sobre el origen de la vida, incluyendo la teoría del Big Bang, la generación espontánea, el creacionismo, el vitalismo y el materialismo.
2) También describe experimentos clave de Francisco Redi, Louis Pasteur y otros que refutaron la teoría de la generación espontánea, estableciendo que la vida solo puede surgir de vida preexistente.
3) Finalmente, examina las teorías físico-químicas del siglo XX sobre cómo se pudieron formar las primeras mol
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La teoría del Big bang
explica el origen del
Universo.
-George Gamow.
Toda la energía del Universo
se hallaba en el origen
concentrada en un punto
infinitesimal y explotó
alejándose en todas
direcciones, y a medida que
se enfriaba paulatinamente,
la energía fue
transformándose en
materia (E=mc^2).
BIG BANG
BÁRBARA BELÉN GÓMEZ ÁLVAREZ
I. TEORÍAS DEL ORIGEN DE LA VIDA.
La teoría del Big bang o gran explosión, supone que, hace entre
12.000 y 15.000 millones de años, toda la materia del Universo
estaba concentrada en una zona extraordinariamente pequeña del
espacio, y explotó. La materia salió impulsada con gran energía en
todas direcciones, y se formaron las primeras estrellas y las
primeras galaxias.
Esta teoría se basa en observaciones rigurosas y es
matemáticamente correcta desde un instante después de la
explosión, pero no tiene una explicación para el momento cero del
origen del Universo, llamado "singularidad".
Las galaxias son un conjunto de estrellas, nebulosas y materia
interestelar. Todos estos elementos interaccionan entre sí por la
fuerza de la gravedad y orbitan alrededor de un centro en común.
El sistema solar, en el que se encuentra la tierra, está en una
galaxia a la que hemos llamado Vía Láctea, que forma parte del
cúmulo de galaxias de Virgo.
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Origen de la vida.
En la antigüedad se pensó que la vida se había originado por
un “ser supremo” (creacionismo). Los pensadores griegos
Anaximandro y Demócrito, fueron más allá de esta idea e
indicaron que la vida prevenía del lado o de la combinación de
los elementos: agua, aire, tierra y fuego.
Durante la edad media se creyó en las ideas de que la vida surgía de la materia inanimada, de
forma natural y sin proceso alguno (generación espontánea). Fue hasta 1668 que el medico
Francisco Red, con su teoría de la biogénesis, refutó la teoría de la generación espontánea,
argumentando que “…la vida solo proviene de la vida”.
En el siglo XVIII el científico inglés Juan T. Needham determinó que una “fuerza vital”, misteriosa y
desconocida, generaba vida de materia no viva (vitalismo). Pero el naturista italiano, Lázaro
Spallanzani, demostró lo contrario: “solo si están en contacto con el aire, las sustancias pueden
surgir, o existir microorganismos”.
En el siglo XIX, Luis Pasteur, refutó la teoría de la generación espontánea, por medio de su “matraz
de Pasteur” o cuello de cisne. En el cual colocó material orgánico y observó que no se generaba
vida y que los microorganismos se encontraban en el aire.
A principios del siglo XX, Suante Arrhenius, propuso la teoría
de la Panspermia, que determinaba el origen de la vida a
partir de esporas o bacterias del espacio exterior
(cosmozoarios), los cuales se produjeron y evolucionaron,
creando a todos los seres vivos, a diferencia de la teoría del
creacionismo basada en la creación de la vida por un ser
supremo.
En este mismo siglo, Alejandro I. Oparin y J.B.S. Haldane,
propusieron la teoría físico-química del origen de la vida. Oparin y
Haldane suponen que en la atmosfera terrestre hace 3,500
millones de años existía en forma de elementos: C, H, O, N, S y P
que al unirse debido a las condiciones que se encontraba la tierra,
formarán moléculas sencillas como amoniaco, metano, sulfuro de
hidrógeno, etc. Estos, a su vez, se recombinaron para formar
moléculas orgánicas llamadas “aminoácidos”, que son las
unidades básicas de las proteínas.
A. VITALISMO
En 1745, John T. Needham (1713-1781), retomó la teoría de la generación espontánea y
experimentó con caldos nutritivos que sometió a altas temperaturas en recientes herméticamente
cerradas. Según sus informes, a pesar de esas condiciones se originaron microorganismos en los
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recipientes, lo que Needham atribuía a una “fuerza vital” que tenía cada partícula que formaba
parte de los caldos nutritivos, y explicaba que esta fuerza vital podía ser destruida con el calor
prolongado.
En 1765, Lázaro Spallanzani (1729-1799), demostró las deficiencias de los experimentos de
Needham, sometiendo los frascos herméticos con caldos nutritivos a muy altas y prolongadas
temperaturas, con lo que logró la completa esterilidad del medio de cultivo y por tanto la ausencia
total de microorganismos. De este modo probó que no existía la llamada fuerza vital, y que los
experimentos de Needham no se realizaron correctamente, quizás porque la temperatura a la que
se sometió la muestra no fue suficiente para matar los gérmenes que contenía el cultivo o porque
durante el experimento las muestras se contaminaron.
B. CREACIONISMO
La teoría creacionista, afirma que la vida
surgió por la acción de un ser supremo o
divino.
Desde la antigüedad han existido
explicaciones que suponen que un Dios o
varios dioses dieron origen a todo lo que
existe. El creacionismo es un sistema de
creencias que postula que el universo, la
tierra y la vida en la tierra, fueron
deliberadamente creados por un ser
supremo.
Para los creyentes católicos el creacionismo es la aceptación literal de lo descrito en la Biblia,
aceptándose como cierto el relato de la creación del mundo y del ser humano establecido en el
Génesis.
Hay diferentes visiones del creacionismo, pero dos escuelas principales sobresalen: el
creacionismo religioso y el diseño inteligente.
El creacionismo religioso es la creencia que el universo y la vida en la tierra fueron creadas por una
deidad todopoderosa. Dentro del campo creacionista se hallan los que creen en una tierra joven y
los que creen en una tierra antigua.
El diseño inteligente (DI) infiere que de las leyes naturales y mero azar, no son adecuados para
explicar el origen de todo fenómeno natural. No es dirigido por una doctrina religiosa, ni hace
suposiciones de quien es el acreedor. El diseño inteligente simplemente postula que el universo
posee evidencia de que fue inteligentemente diseñado.
C. GENERACIÓN ESPONTÁNEA
La teoría de la generación espontánea, también conocida como autogénesis, es una antigua teoría
biológica de abiogénesis que sostenía que podía surgir vida compleja, animal y vegetal, de forma
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espontánea a partir de la materia inerte. Para referirse a la generación espontánea, también se
utiliza el término abiogénesis, acuñado por Thomas Huxley en 1870, para ser usado originalmente
para referirse a esta teoría, en oposición al origen de la generación por otros organismos vivos
(biogénesis).
La autogénesis se sustentaba en procesos como la putrefacción. Es así que de un trozo de carne
podían generarse larvas de mosca. Precisamente esta premisa era como un fin de una observación
superficial, ya que según los defensores de esta corriente, no era posible que, sin que ningún
organismo visible se acercara al trozo de carne aparecieran las larvas, a menos que sobre ésta
actuara un principio vital generador de vida.
Las teorías de generación espontánea fueron desarrolladas por los griegos. Para Tales de Mileto,
Anaximandro, Jenófanes y Demócrito, la vida podía surgir del lodo o de cualquier combinación de
los elementos; pero en todo ese proceso los dioses no intervenían.
Aristóteles propuso el origen espontáneo para gusanos, insectos, y peces a partir de sustancias
como él roció, el sudor y la humedad. Según él, este proceso era el resultado de interacción de la
materia no viva, con fuerzas capaces de dar vida a lo que no tenía. A esta fuerza la llamo
entelequia.
La idea de la generación espontánea de los seres vivos, perduro durante mucho tiempo. En 1667,
Johann B. Vann Helmont, medico holandés, propuso una receta que permitía la generación
espontánea de ratones, consistía en poner camisas y ropa sucia mezclada con trigo y al cabo de
casi tres semanas aparecían ratones. Por lo tanto, él, creía que la teoría de la generación
espontánea era la correcta.
Algunos científicos no estaban conformes con esas explicaciones y comenzaron a someter a la
experimentación todas esas ideas y teorías.
Francisco Redi, médico italiano, hizo los primeros experimentos para demostrar la falsedad de la
generación espontánea. Logró demostrar que los gusanos que infestaban la carne, eran larvas que
provenían de huevecillos depositados por las moscas en esta. Simplemente coloco trozos de carne
en tres recipientes iguales, al primero lo cerro herméticamente, el segundo lo cubrió con una gasa,
y al tercero lo dejo descubierto; observo que en el frasco tapado no había gusanos, aunque la
carne estaba podrida y mal oliente, en el segundo pudo observar que, sobre la tela, había
huevecillos de las moscas que no pudieron atravesarla, y la carne del tercer frasco tenia gran
cantidad de larvas y moscas.
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A pesar de los experimentos de Redi, la teoría de la generación espontánea no había sido
rechazada del todo, pues las investigaciones de este científico demostraba el origen de las moscas,
pero no el de otros organismos.
El francés Pasteur, fue quien acabó con la teoría de la generación espontánea. Louis Pasteur,
descartó por completo la teoría de la generación espontánea con sus experimentos sencillos, pero
efectivos, utilizando matraces de cuello de cisne. Él diseñó los matraces en los cuales colocó caldo
esterilizado, que permitió que entrara el oxígeno pero no los microorganismos, estos se quedaban
atrapados en los cuellos largos y curvados.
Para verificar su hipótesis rompió el cuello de un matraz, dejando que el caldo entrara en contacto
con el aire. Ello resultó en la formación de microorganismos. Así demostró que la vida no se forma
de manera espontánea. Pasteur estaba a favor de la teoría biogenista que sostenía que los
organismos provienen de otro preexistente.
D. MATERIALISMO, MECANICISMO
La atención que atrajeron sobre sí los resultados de los experimentos de Pasteur, habría de
provocar el abandono parcial del estudio del origen de la vida. Algunos, como los científicos que
pertenecían a las escuelas mecanicistas, trataron de resolverlo.
El materialismo se halla por entero contenido en esta fórmula: nada hay fuera de la materia, y,
por consiguiente, los fenómenos que se producen en el universo son todos, sin excepción,
modificaciones de la materia.
El materialismo es un sistema que reduce toda la realidad a la materia. Podemos dividir a los
materialistas en dos clases. Los unos consideran la materia formada de partes sin más propiedades
que la extensión, y pretenden explicar todos los fenómenos del universo por las diferentes
relaciones que produce entre esas partes el movimiento de que se hallan animadas. Tal fue en la
antigüedad el materialismo de Leucipo y Demócrito.
Otra clase de materialistas suponen, al contrario, que la materia está naturalmente dotada de
fuerza, y que la fuerza inherente a la materia explica todas sus propiedades y sus movimientos. Tal
fue la doctrina de la mayor parte de los filósofos de la Escuela jónica. Epicuro va también con esta
clase de materialistas; porque, bien que admitiendo en su conjunto la teoría de Leucipo y
Demócrito, enseñó que los átomos están dotados de peso, y que pueden en su movimiento
desviar ligeramente de la línea recta.
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En 1802 Cabanis resumía su tratado del hombre en lo físico y en lo moral en la siguiente fórmula:
«El pensamiento es una secreción del cerebro.» Moleschott expuso su doctrina en una colección
de cartas dirigida al célebre Liebig, y publicadas en 1852 bajo el título de “la circulación de la
vida”.
Toda su teoría viene a resolverse en estos dos asertos: 1º La materia y la fuerza están
indisolublemente unidas y 2º Todos los fenómenos, aun aquellos que se llaman espirituales,
tienen por única causa la circulación de la materia.
Carlos Vogt se ha señalado en el campo de los materialistas por varias obras. Lo que
principalmente le ha hecho célebre es el comentario brutal que ha puesto a las palabras de
Cabanis: «el pensamiento es una secreción del cerebro.» Carlos Vogt pone de relieve el carácter
materialista de semejante definición, y enseña a sus lectores que «el cerebro excreta el
pensamiento como el hígado la bilis y los riñones la orina.»
Esta proposición, ha sido refutada por Büchner; pero, combatiendo a Carlos Vogt en ese punto,
Büchner se ha adherido al materialismo de Moleschott, que había dicho: «Sin fósforo no hay
pensamiento... El pensamiento es un movimiento de la materia. Büchner critica, pues, la
comparación de Vogt, dice que no, porque el pensamiento es la acción misma del cerebro.
Condensa, pues, el pensamiento como una resultante de las fuerzas del cerebro; es, según él, un
efecto de la electricidad nerviosa.
Moleschott, Büchner y la mayor parte de los materialistas afirman que la materia está siempre
unida a la fuerza, porque ésta es una propiedad esencialísima de la materia. Eduardo Lowenthal
se separa de ellos para volver resueltamente al antiguo sistema atomístico de Demócrito. Tacha a
Moleschott y a Büchner de materialistas eclécticos. Opina él, que, la fuerza no es una propiedad
primordial de la materia, sino el resultado de la agregación de los átomos.
Lavoisier ha probado que la materia existe constantemente en la misma cantidad en el universo;
que no se produce ni se destruye un solo átomo de ella a través de todas las combinaciones y
descomposiciones químicas. Pues si la materia no puede producirse ni destruirse, necesario es que
sea eterna, que no haya tenido principio y que no tenga nunca fin.
Lo que Lavoisier había probado respecto a la materia, ha sido también probado respecto a las
fuerzas materiales. El movimiento mecánico produce calor, y el calor produce movimiento
mecánico, según desde largo tiempo se ha observado.
Por donde se debe reconocer, al decir de los materialistas, lo que uno de ellos, Büchner, ha
llamado la inmortalidad de la fuerza, pues la fuerza debe ser eterna desde el momento en que es
imposible producirla o destruirla.
E. PANSPERMIA
El gran interés de explicar el origen de la vida ha dado lugar a diversas teorías, una de ellas es
precisamente la de la panspermia, conocida también como teoría de la exogénesis. Según esta
hipótesis, la vida se ha generado en el espacio exterior y viaja de unos planetas a otros, y de unos
sistemas a otros.
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El filósofo griego Anaxágoras (siglo VI a.C.) fue el primero que propuso un origen cósmico para la
vida, pero fue a partir del siglo XIX cuando esta hipótesis cobró auge, debido a los análisis
realizados a los meteoritos, que demostraban la existencia de materia orgánica, como
hidrocarburos, ácidos grasos, aminoácidos y ácidos nucleicos.
La hipótesis de la panspermia postula que la vida es llevada al azar de planeta a planeta y de un
sistema planetario a otro. Su máximo defensor fue el químico sueco Suante Arrhenius (1859-
1927), que en 1908 afirmaba que la vida provenía del espacio exterior en forma de esporas
bacterianas que viajan por todo el espacio impulsadas por la radiación de las estrellas.
Arrhenius afirmaba que:
• Las corrientes de aire producidas por las erupciones volcánicas son capaces de elevar
pequeñas partículas hasta más de 100 km sobre la superficie terrestre.
• Las descargas eléctricas producidas en las capas superiores de la atmosfera, arrojan las
partículas fuera de los límites del planeta. Estas partículas en el vacío del espacio
interplanetario, se desplazan por la presión de los rayos solares hasta otros astros.
Los científicos Fred Hoyle y N.C. Wickramasinghe, han retomado la idea de Arrhenius y entre otros
argumentos sostienen que la evolución de la vida en nuestro planeta, está sujeta a las influencias
cósmicas. El astrofísico Fred Hoyle también apoyó la idea de la panspermia por la comprobación
de que ciertos organismos terrestres, llamados extremófilos, son tremendamente resistentes a
condiciones adversas y que eventualmente pueden viajar por el espacio y colonizar otros planetas.
A la teoría de la Panspermia también se la conoce con el nombre de “teoría de la Exogénesis”,
aunque para la comunidad científica ambas teorías no sean exactamente iguales.
Algunos científicos que no estuvieron de acuerdo con esta teoría, cuestionan al respecto a:
1. La resistencia de las esporas al sobrecalentamiento por fricción en la atmosfera. En
relación con este punto, Arrhenius afirmo que, debido a su reducido tamaño, las partículas
de polvo no se sobrecalientan durante su paso por la atmosfera, por tanto, las esporas
contenidas en ellas no se verían afectadas.
2. EL frio, la falta de oxígeno y humedad en el espacio interestelar. En este sentido,
Arrhenius también afirmó que las esporas pueden soportar muy bajas temperaturas y falta
de humedad y de oxígeno, pues lo más probable es que en este caso se trate de
organismos anaerobios, es decir, que no requieren oxígeno para realizar sus funciones.
3. La presencia de los rayos ultravioleta de la luz solar. Este último argumento no pudo ser
rebatido, pues se ha comprobado que la radiación ultravioleta del sol, desnaturaliza las
proteínas y destruye cualquier tipo de microorganismos aun en ausencia de humedad,
oxígeno y a muy bajas temperaturas; además de que fuera de la atmosfera terrestre la
radiación ultravioleta es de mayor intensidad.
Estos últimos argumentos echaron por tierra la teoría de la panspermia de Arrhenius.
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F. TEORÍA FÍSICO-QUÍMICA
Con el transcurso de los años y habiendo sido rechazada la generación espontánea, fue propuesta
la teoría del origen físico-química de la vida, conocida de igual forma como teoría de Oparin -
Haldane. La teoría de Oparin- Haldane se basa en las condiciones físicas y químicas que existieron
en la Tierra primitiva y que permitieron el desarrollo de la vida.
En 1921, Alexander Oparin presentó en la Sociedad Botánica de Moscú un trabajo en el que
concluía que los primeros compuestos orgánicos se habían formado abióticamente sobre la
superficie del planeta. En 1924 apareció un libro del propio Oparin titulado El Origen de la Vida, en
ruso, en donde desarrollaba con bastante más detalle su hipótesis materialista sobre el origen de
la vida. Los datos científicos establecen que la atmósfera primitiva estaba formada por bióxido de
carbono (CO2), amoniaco (NH3), metano (CH4), hidrógeno (H2), ácido cianhídrico (HCN) y vapor
de agua.
Oparin postuló que, gracias a la energía aportada primordialmente por la radiación ultravioleta
procedente del Sol y a las descargas eléctricas de las constantes tormentas, las pequeñas
moléculas de los gases atmosféricos (H2O, CH4, NH3) dieron lugar a unas moléculas orgánicas
llamadas prebióticas. Estas moléculas, cada vez más complejas, eran aminoácidos (elementos
constituyentes de las proteínas) y ácidos nucleicos. Según Oparin, estas primeras moléculas
quedarían atrapadas en las charcas de aguas poco profundas formadas en el litoral del océano
primitivo. Al concentrarse, continuaron evolucionando y diversificándose.
En 1928, John B. S. Haldane, bioquímico escocés, propuso en forma independiente una explicación
muy semejante a la de Oparin. Dichas teorías, influyeron notablemente sobre todos los científicos
preocupados por el problema del origen de la vida. El trabajo de Haldane, decía que la Tierra había
tenido una atmósfera formada por dióxido de Carbono, amoniaco y agua, pero carente de oxígeno
libre. Los elementos que se encontraban en la atmósfera y los mares primitivos se combinaron
para formar compuestos, como carbohidratos, las proteínas y los aminoácidos.
Los compuestos químicos de complejidad ascendente originaron formaciones coloidales que
Oparin llama, coacervados. Los coacervados son glóbulos formados por una membrana que tienen
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en su interior sustancias químicas y entre estas ocurren reacciones que dan lugar a la formación de
sistemas, y que cada vez adquieren mayor complejidad.
El coacervado no es todavía una forma de vida, sino una forma que antecedió a las primeras
células (prebióticas), es decir que en su proceso de evolución con el paso de miles de millones de
años, pudo dar origen a los primeros organismos vivientes.
Una de las comprobaciones experimentales más espectaculares se dio en 1953, cuando Stanley
Miller y Harold Urey demostraron que era posible simular en el laboratorio la atmosfera primitiva
de la Tierra y repetir los procesos de formación abiótica de moléculas orgánicas entre las cuales
destacaban los aminoácidos. Ellos recrearon en un balón de vidrio la supuesta atmósfera terrestre
de hace unos 4.000 millones de años. Sometió la mezcla a descargas eléctricas de 60.000 V que
simulaban tormentas. Después de apenas una semana, Miller identificó en el balón varios
compuestos orgánicos, en particular diversos aminoácidos, urea, ácido acético, formol, ácido
cianhídrico (cianuro de hidrógeno) y hasta azúcares, lípidos y alcoholes, moléculas complejas
similares a aquellas cuya existencia había postulado Oparin.
Estas experiencias fueron retomadas por investigadores franceses que demostraron en 1980 que
el medio más favorable para la formación de tales moléculas es una mezcla de metano, nitrógeno
y vapor de agua.
G. PLANTEAMIENTO DE LA TEORÍA DE OPARIN
En 1924, el científico Alexander Oparin, presentó una nueva teoría para explicar el origen de la
vida; su fundamento principal se basa en la evolución química de los materiales presentes en los
mares primitivos.
Explica Oparin en su teoría que, originada hace aproximadamente 4,600 millones de años, la tierra
atravesó por un proceso de enfriamiento, durante el cual los vapores condensados, al precipitarse,
formaron los grandes océanos. Claro que en ese inicio, en el planeta había condiciones totalmente
distintas de aquellas que miles de millones de años más tarde se desarrollaron; había, por
ejemplo, una atmosfera reductora con altas concentraciones de metano (CH₄), amoniaco (NH₃),
hidrogeno (H₂), bióxido de carbono (CO₂), ácido cianhídrico (HCN) y desde luego agua (H₂O), esta
última estuvo aumentando el nivel de los océanos al precipitarse como lluvia durante largo
tiempo.
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En la inestable atmosfera, se desencadenaban violentas tormentas eléctricas, que, junto con el
calor emitido por la Tierra y el constante bombardeo de radiaciones ultravioleta del sol, se
construyeron en importantes fuentes de energía para inducir la formación de moléculas orgánicas
sencillas, que más tarde formaron moléculas orgánicas complejas, y posteriormente sistemas
precelulares que, Oparin llamó coacervados, que más tarde y de forma gradual, darían lugar a las
primeras células. De una etapa de evolución química se pasó a una etapa de evolución
prebiológica y, más tarde, a evolución biológica.
De manera independiente llegaron a las mismas
conclusiones.
• Energía radiación del Sol y descargas eléctricas de
las tormentas
• Pequeñas moléculas de los gases atmosféricos:
Agua (H2O), Metano (CH4), Amoniaco (NH3), e
Hidrógeno (H)
• Dieron lugar a unas moléculas orgánicas llamadas
prebióticas.
El experimento de Miller y Urey comprobó esto en el
laboratorio (1950):
Por otro lado, los sistemas hidrotermales podrían haber constituido los ambientes adecuados para
la síntesis prebiótica de los compuestos orgánicos necesarios para la vida y también un lugar para
el origen de esta.