Teseo, hijo del rey Egeo de Atenas, viajó a Creta para enfrentarse al Minotauro en el laberinto y derrotarlo. Con la ayuda de la princesa Ariadna y un ovillo de hilo, Teseo logró salir del laberinto y matar al Minotauro. Sin embargo, al regresar a Atenas olvidó cambiar la vela negra de su barco por una blanca, haciendo creer a su padre Egeo que había muerto y llevándolo a suicidarse arrojándose al mar.