El documento compara la valentía de las termitas soldado que defienden su hormiguero contra hormigas enemigas a costa de sus propias vidas, con la valentía de Héctor al defender Troya contra Aquiles a pesar de saber que probablemente morirá. Aunque ambos actúan heroicamente, se argumenta que solo Héctor merece especial admiración porque, a diferencia de las termitas que actúan por instinto, él lo hace de manera libre y consciente, pudiendo negarse a luchar.