1. Titulares chicuelinos
EUGENIO FOUZ
EXILIO INTERIOR
LA VERDAD, 15/11/2017
“Los verdaderos analfabetos son los que aprendieron a leer y no leen” (MARIO
QUINTANA)
Siendo sincero, que no me cuesta nada, al leer el titular de la noticia publicada
en ese diario pensé que iba a tratar de otra cosa muy diferente. Y si no, dígame
qué entiende usted por esto, “Se denuncia a sí mismo por ir a un club de
alterne” (ABC, Redacción de Las Palmas, 4.11.2017) ¿No se imagina a un
paisano con la vergüenza suficiente para confesar un acto del que no se
considera orgulloso? A mí me pareció adivinar en ese gesto una cuestión de
conciencia. Me dije “esta la guardo para el próximo artículo”.
Ya me veía escribiendo una historia extraña basada en hechos reales y que
quizás recordaría a aquella noticia que el autor de La letra escarlata leyó en
un diario americano de un hombre celoso que abandonaba a su mujer. Quiso
hacerle creer que la había dejado para siempre. Nathaniel Hawthorne quedó
fascinado con el estrafalario suceso del individuo capaz de mantener en secreto
su propia existencia-fingiendo su desaparición- con la insana intención de
observar la fidelidad de su esposa. En otras palabras, quería comprobar que ella
lo amaba más que a nada en el mundo. Esa noticia dio lugar a un relato titulado
“Wakefield”.
2. Bueno, pues salvando las distancias -no me atrevo a escribir “mutatis
mutandis” no vaya a autocorregir el enanito que vive en internet por “matando
a matutes” [cf. EL PAÍS, La matraca, Julio Llamazares.-4.11.2017]- entre la
noticia del hombre celoso y el titular con pase de chicuelina de la edición del
ABC de Canarias, ingenuo de mí, hice lo que acostumbro hacer cuando veo un
posible tema sobre el que escribir: copio el enlace y lo envío a mi correo para
consultarlo más adelante. En este caso concreto, llegado el momento, hago clic
en el enlace y me veo dentro de la historia envuelto en un capote. Giro sobre mí
mismo como un torero y medio mareado me doy cuenta del error. Con todo,
pienso que ahí hay un artículo que dice ¡ay!
Me repongo y me pongo al teclado. Vamos a ver, un tipo que redacta una
denuncia contra su persona es un individuo que no tiene la conciencia tranquila
y se considera merecedor de penitencia. Me cayó bien desde el principio, no
obstante, la película era otra.
El suceso ocurría en algún local nocturno de Canarias el pasado mes de
septiembre. Un hombre de nacionalidad noruega se presentaba en el cuartel de
la Guardia Civil para denunciar el robo de su tarjeta de crédito. Tras investigar
los pagos efectuados con esa tarjeta se llega a un club de alterne de Gran
Canaria. El extranjero niega conocer el lugar. En el club afirman que el noruego
es un cliente habitual. En fin, el galán tenía un plan. Yo me había montado una
película, el noruego otra, la Guardia Civil desmontó las dos y el redactor del
ABC me dio pie a escribir este artículo de un tirón.
artículo de OPINIÓN publicado en LA VERDAD (Murcia), hoy 15/11/2017,
miércoles
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La noticia y el titular del ABC de Canarias, @ABC_Canarias:
http://tinyurl.com/ybezud6b
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Enlace a PDF de la historia de N. Hawthorne, Wakefield:
https://www.slideshare.net/EugenioFouz/wakefield-n-hawthorne
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3. NOTA:
El artículo “Titulares chicuelinos” es mi último artículo de opinión para el diario
LA VERDAD. El día 15 de noviembre me comunican que no cuentan conmigo a
partir de esta fecha. Casualidades de la vida, ese mismo día es mi santo-todavía
celebro el día de San Eugenio los 15 de noviembre de cada año y hace
exactamente diez años empezaba a publicar artículos en el periódico murciano.
El primer artículo fue este “Un tranvía llamado deseo” (LA VERDAD,
15.11.2007). Recuerdo al director del periódico entonces, José Carreres. Pachi
Larrosa, jefe de Redacción, fue el primero en creer que lo que yo escribía
merecía la pena. Luego, conocí a Mariano Caballero de quien guardo un grato
recuerdo y ahí empezó mi columna quincenal EXILIO INTERIOR. Tanto
Pachi como Rosa (Rosa Garijo) y, en tiempos de Alberto Aguirre, Víctor
Rodríguez tuvieron la paciencia de aceptar mis escritos con correcciones o
rectificaciones de última hora para cambiar un título, una repetición, un párrafo
entero y a veces una simple coma o una s que se colaba entre líneas. He escrito
artículos dedicados a ellos (cf. “Escribir en rosa”, “Escribir inspirado”, “aibaB
ne yotse”, y alguno más que no me viene ahora a la cabeza.
En dos momentos me lancé a escribir artículos en serie, siguiendo un riguroso
orden alfabético. En el primero de ellos comencé el texto por la letra A, en el
segundo por la B, y así sucesivamente. No fue fácil iniciar uno de ellos por la
letra Q. Pero finalmente lo hice. El inicio de estos textos era complicado, y
probablemente en la Redacción del periódico pensaron que me había
trastornado un poco, jajaja, o algún lector no entendía qué me pasaba, por qué
escribía artículos tan extraños, por lo menos, el inicio del texto. Esto, asumiendo
que hubo lectores. No satisfecho con esto, volví a intentarlo y culminé otra
segunda serie de artículos que empezaron por la A y terminaron en la letra Z.
En fin, el pasado miércoles publicaban mi último artículo “Titulares
chicuelinos” (15.11.2017). El título guarda relación con un pase taurino,
chicuelina, consistente en citar al toro de frente, dejarlo pasar pegado al cuerpo
del valiente y girarse sobre sí mismo en sentido contrario al avance del animal.
La imagen resultante es un torero envuelto en el capote. A mí me sucedía algo
semejante. Tuve la impresión de envolverme yo solo en el capote
adelantándome a la noticia del ABC de Canarias pensando que iba por un lado
cuando iba por el otro.
Gracias a todos por todo.
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Eugenio Fouz.-
Murcia, 19.11.17
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