El documento analiza los patrones toponímicos de las urbanizaciones de segunda residencia en el entorno de Madrid. Describe que los nombres predominantemente transparentes y autóctonos, haciendo referencia principalmente a la vegetación, el relieve y elementos cristianos. Aunque poco representativo, también se imitan nombres de elementos costeros para atraer compradores. La conclusión es que la hipótesis de que los nombres son artificiales para vender el producto es incorrecta.