El ejército espartano estaba compuesto principalmente por infantería hoplita. Los espartanos recibían un intenso entrenamiento militar desde la niñez que les hacía especialmente disciplinados y efectivos en combate. Su táctica principal era la formación de falange, en la que sobresalían gracias a su cohesión y resistencia. Antes de iniciar una campaña realizaban sacrificios y ceremonias religiosas.