La fiesta de Corpus Christi tiene orígenes prehispánicos como homenaje a los dioses indígenas y fue adoptada por los españoles como fiesta católica en Ecuador, entremezclándose con las tradiciones locales. Actualmente es patrocinada por los priostes y cuenta con danzantes vestidos con trajes que simbolizan la realeza y el arco iris aunque han sufrido cambios con la influencia mestiza.