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PRESENTACIÓN
El Consejo de Ministras de la Mujer de Centroamérica del Sistema de la Integración
Centroamérica (COMMCA/SICA), es consciente de la crisis económica mundial cuyos impactos se
están sintiendo con gran crudeza en los países que integran el SICA y de que se requiere de
acciones de política pública de forma urgente a fin de reducir los factores de vulnerabilidad, falta
de opciones laborales y de seguridad que enfrenta la población más pobre de la región dada la
brusca pérdida de puestos en la económica formal y la mayor precarización de la economía
informal.

Esta población es eminentemente femenina, una vez más son las mujeres quienes cargan con el
mayor peso de las crisis socioeconómicas, agravándose la situación de inequidad en cuanto al
goce de sus derechos humanos y por ende de su calidad de vida y la de sus familias. Viven día a
día la fragmentada y heterogénea realidad centroamericana que entre otras, genera dramáticas
brechas de género, obligando, sin más dilación, a construir un espacio socioeconómico regional
como medio para mejorar el desarrollo de sus países y la región.

La creciente integración de las mujeres en el mercado laboral y el incremento de hogares con
jefatura femenina, son factores que están provocando cambios en la composición de los hogares y
al mismo tiempo en la distribución del las tareas del cuidado de los personas. El trabajo domestico
remunerado suele ser una solución para esta dilema pero la pregunta que no debemos dejar de
hacernos es ¿hasta qué punto esta ocupación está aportando a la equidad de género?

Por otra parte, la falta de oportunidades de empleo y la agudización de la situación económica de
los hogares, ha conllevado también a lo que se conoce como la feminización de la migración. Una
gran parte de las mujeres que emigran, se ubican en el trabajo domestico remunerado en los
países receptores de esa migración siendo estos en su gran mayoría países con mayor desarrollo
que el país de origen. Los análisis sobre los flujos migratorios están motivando la reflexión sobre
la falta de políticas de cuidado en los países de destino así como en los impactos para las familias
de las mujeres en sus países de origen. Entonces aquí nos surge otra interrogante- ¿hasta qué
punto está siendo útil para la sociedad el crecimiento en trabajo domestico remunerado?

La presente publicación busca ser un insumo para promover un mayor conocimiento sobre el
trabajo domestico remunerado ampliando así la conciencia sobre las brechas entre los derechos
de las personas trabajadoras en el sector y sobre la necesidad de que se considere como un
sector económico que requiere de políticas especificas que lo dignifique como un tipo de trabajo
en el mercado laboral. Esta fuente de empleo a la que miles de familias recurren como un
mecanismo de conciliación entre el trabajo domestico y de mercado y una estrategia de
sobrevivencia para miles de familias pobres merece gozar de las normas laborales globales,
evitando la violación de los derechos humanos de las personas trabajadoras.



                                                                             Mayra Díaz Méndez
                                                              Presidenta Pro Tempore COMMCA
                                                                           Julio-Diciembre 2009



                                                                                                  2
El libro Puertas Adentro: Mitos y Realidades del Trabajo Doméstico Remunerado en
Centroamérica y República Dominicana es una investigación sobre un componente
importante de la economía que generalmente queda casi invisible y que es el Trabajo
Domestico Remunerado. El estudio analiza las condiciones y elementos determinantes de
la demanda y oferta del TDR. Presenta un análisis detallado del marco jurídico y de
políticas vigentes en la región y las contradicciones que existen entre actores clave frente
a la necesidad de establecer un marco jurídico que regule y garantice los derechos
laborales de las personas trabajadoras en el sector. También el estudio pretende
investigar la dinámica compleja que se da entre los componentes de la oferta y demanda
del TDR y las relaciones de género que se dan a partir de una relación contractual.

El estudio surge a iniciativa del Consejo de Ministras de Centroamérica (COMMCA), en el
marco de su Plan de Acción 2008-2009, en el que se define como prioridad la autonomía
económica de las mujeres. Se enmarca además, en los convenios que el COMMCA ha
establecido con el Programa “La Agenda Económica de las mujeres - AGEM” (UNIFEM -
PNUD) y la Línea de Género del Programa de Cooperación Regional con Centroamérica
de AECID (Agencia Española para la Cooperación Internacional). Los fondos para la
realización de este estudio provienen de ambos programas y agencias.

Esta investigación es un paso en el cumplimiento de las acciones propuestas por los
gobiernos latinoamericanos en el Consenso de Quito (resultado de la X Conferencia
Regional sobre la Mujer de América Latina y El Caribe realizada en Quito, Ecuador,
agosto de 2007); asimismo es parte de la estrategia de investigación sugerida en el
documento base preparado por la CEPAL para dicha Conferencia: “El aporte de las
mujeres a la igualdad en América Latina y el Caribe”.

Aunque el objeto de la investigación es el trabajo domestico remunerado (TDR); también
analiza otros aspectos interrelacionados con las problemáticas y dinámicas laborales de
las mujeres de la región.

El concepto de trabajo remunerado desarrollado en este trabajo, se ajusta según la
clasificación internacional de las cuentas nacionales de servicios domésticos. A pesar que
cualquier persona (hombre o mujer) podría estar involucrada en las diferentes actividades
especificas que engloban los servicios domésticos, las estadísticas muestran que
posiblemente no haya ninguna ocupación en la región más segregada por sexo que ésta.
En general, los empleadores en los países del de la región SICA, en su gran mayoría son
hombres, sin embargo, cuando se habla del TDR, la mayoría de los empleadores son
mujeres.

Otra diferencia sustantiva radica en que la mayoría de las actividades económicas se
realizan fuera del hogar, pero en el caso de TDR se desempeña el trabajo en las casas
particulares, es decir, en el ámbito privado.


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Por la misma naturaleza del trabajo domestico remunerado: realizado en condiciones de
aislamiento, mayoritariamente de manera informal y feminizado, en el ámbito privado, es
un sector invisible para las estadísticas oficiales y los estudios relacionados al trabajo
domestico remunerado (TDR) han sido un tanto limitados. Por otra parte, existen
estereotipos y supuestos subjetivos relacionados al trabajo domestico remunerado que
obstaculizan políticas explicitas así como la existencia de leyes, movimientos sociales,
entre otros elementos, que podrían contribuir a la defensa y protección de los derechos de
las personas que trabajan en este sector de la economía.

También, los efectos de la globalización y de la mayor interdependencia de las economías
muestra un incremento en el número y la frecuencia de este tipo de servicios que antes
era solo un recurso utilizado por grupos sociales de nivel socioeconómico alto y hoy en
día se ha transformado en la región en un sector más dinámico y ampliado con otros
grupos socioeconómicos. Por ello, la presente investigación busca responder la siguiente
pregunta: ¿Es el TDR una ocupación que contribuye al desarrollo de un país? o solo es
un recurso de sobrevivencia económica que mantiene a las mujeres y su familia en
situación de pobreza?

No hay dudas que el TDR es un mecanismo de mercado que cruza fronteras entre el
ámbito productivo y reproductivo y por ello es necesario comprender sus dinámicas para
conocer sus implicancias en la vida de las mujeres y sus familias y planificar acciones que
contribuyan a cambiar loe efectos no deseados y convertirlo en un trabajo decente.

La investigación puertas adentro: Mitos y Realidades del Trabajo Doméstico Remunerado
en Centroamérica y República Dominicana aporta al conocimiento del Trabajo Doméstico
Remunerado (TDR) en varias dimensiones no abordadas en indagaciones anteriores. Se
centra en el análisis de la oferta, demanda y condiciones socio-laborales de TDR y los
factores socioeconómicos y políticos explicativos. Mediante diferentes mecanismos
cuantitativos se establece vínculos con la creciente participación de las mujeres en
actividades económicas, con el trabajo doméstico no remunerado y con las condiciones
de vida personal y familiar de las trabajadoras domésticas, así como de los hogares y
mujeres contratantes. Así también, este estudio contribuye a llenar vacíos de información
cualitativa dado que explora cambios en las vidas de trabajadoras domésticas
remuneradas e incluye la perspectiva de las empleadoras, dimensionando fielmente las
implicaciones que derivan de la realización de esa actividad. De igual forma, se analiza el
tratamiento legal y político del empleo doméstico para derivar recomendaciones en de
políticas públicas.




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El objetivo general de esta investigación consiste en generar información sobre el trabajo
doméstico remunerado, su relación con el trabajo doméstico no remunerado y las
condiciones de vida de las mujeres en la región centroamericana y República Dominicana,
vía acercamientos por país, para identificar cambios legislativos y líneas de política
pública prioritarios frente a este tema.

Los Objetivos Específicos son:

        a) Dimensionar y caracterizar el trabajo doméstico remunerado y sus implicancias
en la vida y autonomía de las mujeres en general y sobre las mujeres ocupadas en esta
actividad, en particular;
        b) Dimensionar y caracterizar el trabajo doméstico no remunerado y el
relacionamiento entre ambos (trabajo doméstico remunerado y no remunerado) en cuanto
a categorías como autonomía, relaciones de poder, etc.;
        c) Determinar la relevancia del trabajo doméstico remunerado no sólo como
alternativa de empleo para mujeres sino en el marco más amplio de contextos nacionales
caracterizados por una creciente participación femenina en el mercado de trabajo; de los
flujos migratorios; y la prevalencia marcada de la subvaloración social del trabajo
doméstico;
        d) Identificar las relaciones entre trabajo, estado y familia, mediante el análisis de
las principales políticas vigentes, tanto en materia económica como social;
        e) Identificar y priorizar recomendaciones en la normativa y en la política pública
tendientes a la superación de los problemas detectados. En particular, las políticas
relacionadas con los ámbitos priorizados por el COMMCA: jornada laboral, ingresos,
seguridad social y organización; y
        f) Diseñar estrategias que viabilicen las recomendaciones del estudio tanto en el
ámbito centroamericano como nacional.


La primera parte del estudio presenta el marco conceptual y algunos conceptos útiles para
un análisis de trabajo domestico remunerado desde la perspectiva de género. Se ubica el
trabajo domestico remunerado dentro de la economía del cuidado, y se discute algunos
otros conceptos que apoyarán al análisis en las siguientes secciones. Después se
presentan las tendencias y la dinámica reciente del trabajo domestico remunerado en el
Istmo Centroamericano y República Dominicana, vinculando el crecimiento de TDR con
los cambios económicos experimentados en la región y en el mundo. Se sigue con una
descripción en más detalle de las características de las trabajadores domesticas
remuneradas y de sus empleadoras para llegar a algunas conclusiones sobre la oferta y
demanda de servicios. Se investiga más en detalle las características del trabajo con
resultados de la encuesta propia de la investigación, evidenciando que las trabajadoras
domesticas remuneradas se encuentran fuera del sistema de derechos laborales y eso


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debido a varios aspectos de género como el hecho de ser un trabajo que se realiza en el
ámbito privado y a que es una fuerza laboral que está ¨remplazando¨ el trabajo domestico
no-remunerado de otras mujeres que participan del mercado de trabajo. Se analiza el
marco legal en los varios países con una mirada sobre la respuesta que el mismo da a la
situación de trabajo domestico remunerado, y los obstáculos que existen para incidir en
cambios en dichos marcos jurídicos y legales. Se analiza la calidad de vida de las
trabajadoras domesticas remuneradas y un análisis particular sobre como ellas abordan el
conflicto entre trabajo remunerado y el no-remunerado y conocer si su trabajo remunerado
les está permitiendo empoderamiento desde una perspectiva de género. El informe
incluye algunas recomendaciones basadas en los hallazgos del estudio enfatizando en
algunas acciones que podrían contribuir en generar las condiciones para que el TDR sea
un trabajo que garantice los derechos y obligaciones de todos los actores involucrados.




Los conceptos más útiles para una mirada comprensiva del TDR vienen de los estudios
de género y economía, especialmente del campo de la economía feminista. La economía
feminista desvela el paradigma androcéntrico de la economía neoclásica y argumenta que
la economía se representa mediante la figura de un iceberg: la parte visible corresponde a
la economía remunerada, considerada como sinónimo de la economía –desde la
economía neoclásica– y la parte invisible –la base de la economía en su conjunto–
corresponde a la economía no remunerada (Pérez, 2005). Es decir, no sólo establece
relaciones entre ambas esferas (remunerada y no remunerada) sino que arguye que
existe una sola realidad económica la cual ha sido escindida (fragmentada) desde los
análisis económicos tradicionales. Justamente la base (invisible) de la economía es la que
se pretende relevar y valorizar desde estos planteamientos. Las formas de distribuir las
tareas y trabajos en cada sociedad, remunerado o no-remunerado, está diseñado y
designado no solo por eficacia económica pero también por varios factores socio-
culturales y por las relaciones de género, clase, edad, raza, etc. Por eso en la economía
feminista el estudio de estas relaciones forma parte del análisis de los fenómenos
económicos.

Desde el paradigma económico neoclásico, los hogares importan en tanto son
consumidores y productores de fuerza de trabajo útil para el funcionamiento del sistema
económico. Para la economía feminista, los hogares constituyen la forma en cómo las
sociedades organizan el cuidado de sus miembros como parte del funcionamiento del
sistema económico y da cuenta de las relaciones y organización social incluyendo todas
las actividades necesarias para mantener o mejorar la sociedad y su nivel de vida. Por
eso, la unidad de investigación ya no es el hogar como un ente homogéneo donde existe
un patrón común de bienestar, sino las personas como individuos que tienen derechos,
deberes y distintas cargas de trabajo, acceso a recursos y por tanto, relaciones de poder
desiguales entre los miembros del hogar.


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En resumen, la propuesta de la economía feminista promueve que las relaciones de
género sean objeto de estudio legítimo del pensamiento económico, busca romper con los
paradigmas androcéntricos y lograr que la preocupación fundamental de la economía no
sea el funcionamiento de los mercados, sino la sostenibilidad de la vida.


Conceptos para discusión sobre Trabajo Domestico Remunerado

Partiendo del marco de la economía feminista, hay algunos otros conceptos útiles para
analizar el trabajo domestico remunerado. Estos son: la economía de cuidado, la
división sexual del trabajo, el ámbito público, el ámbito privado y conciliación.

En términos generales, la economía del cuidado se refiere ¨a un espacio bastante
indefinido de bienes, servicios, actividades, relaciones y valores relativos a las
necesidades más básicas y relevantes para la existencia y reproducción de las personas,
en las sociedades en las que viven. En particular, se trata de aquellos elementos que
cuidan o “nutren” a las personas, en el sentido que les otorgan los elementos físicos y
simbólicos imprescindibles para sobrevivir en sociedad” (Rodriguez 2007, citando a
UNIFEM, 2000). Dentro de estas actividades se ubican actividades reconocidas
directamente como ¨cuidado: de cuidado de niños, mayores, enfermos, personas con
discapacidades. Pero también otras actividades necesarias para sostener la vida: cocinar,
ir al mercado, limpiar, lavar ropa, planchar, buscar agua o leña, etc.

Desde el paradigma clásico (androcéntrico) de la economía, sólo se considera trabajo
aquellas actividades signadas por relaciones mercantiles (generadoras de ingresos) en el
ámbito público y el trabajo de cuidado no remunerado como “no trabajo”, porque no está
sujeta a relaciones de mercado.

Los proveedores de los servicios de cuidado están constituidos por cuatro agentes: el
Estado (servicios públicos de cuidado), el mercado (servicios privados de cuidado), los
hogares y la comunidad (servicios de cuidado no remunerados).

El campo de estudios de género identifica que se diferencian los valores de
comportamiento tal como el valor asignado a varios productos y servicios, dependiente si
se ubican en el ámbito público o el ámbito privado. Como ámbito público se define todo
lo que es fuera del hogar: generalmente engloba las acciones y áreas del estado, del
mercado privado, de la comunidad y como ámbito privado se define los ámbitos del
hogar y de la familia. La división de tareas y la decisión sobre quién provee servicios de
cuidado y en qué ámbito, son decididos por el orden social, lo que incluye componentes
de cultura, ley, entre otros, los cuales así son sujeto de estudio de economía feminista.

El trabajo doméstico está directamente determinado por el orden social de género y de la
división sexual de trabajo. Por medio del cuidado se construye la identidad genérica de
las mujeres quienes realizan mayoritariamente el trabajo domestico remunerado o no-


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remunerado. Debido al sistema de género imperante, no es del todo correcto afirmar que
los hogares o familias son responsables del cuidado de las personas, sino que esta tarea
corresponde directamente a las mujeres en tanto trabajadoras no remuneradas (Rico,
2005).

La relación entre cuidado y feminidad es de larga data, pero se identifica como problema
cuando las mujeres ingresan masivamente al mercado laboral y siguen siendo
responsables del cuidado no remunerado, lo que hace visible la tensión entre los tiempos
del cuidado y los tiempos del trabajo remunerado. Martínez y Monge utilizan el término
“conciliación” para referir a la conciliación entre trabajo productivo y trabajo reproductivo
en una sociedad determinada y, dependiendo del contexto, se puede recurrir al Estado, al
mercado privado o a la comunidad. Pero, “A pesar de dicha tensión y las deficiencias de
cuidado en las sociedades latinoamericanas, este problema público no ha ingresado
todavía en las agendas, ya que se considera un tema privado que debe ser resuelto en
función de las decisiones y opciones individuales” (Arriagada, 2007: 62). Por ello, la
estrategia más común para conciliar el trabajo remunerado con el trabajo no remunerado,
desde las mismas mujeres, es la delegación de su trabajo no remunerado en otras
mujeres, o sea en la familia o comunidad hacia otras mujeres de forma no-remunerada, o
hacia el mercado privado a través de las empleadas domésticas.

Rodríguez (2005: 9) explica: “puede decirse que en América Latina existe una ausencia
absoluta de una política pública de cuidado. La premisa pareciera ser que ésta es una
responsabilidad fundamentalmente de los hogares, y la provisión pública es simplemente
un complemento para aquellos hogares que no pueden resolverlo por sí mismos. ..Se
evidencia en la región latinoamericana un marcado deterioro en la calidad de los servicios
públicos de cuidado”. En el mismo sentido argumentan Martínez y Camacho (2007): “A
veces equilibristas, a veces malabaristas, no cabe duda que las mujeres concilian. En las
últimas décadas las mujeres latinoamericanas han ingresado al mercado laboral sin por
ello dejar de ocuparse de los requerimientos cotidianos de la atención a sus familias”.
Identifican las autoras -mediante el análisis de políticas conciliatorias1 de 6 países de
Latinoamérica- que la infraestructura de cuidados de la región es precaria.




1
  Es un tipo particular de políticas que facilitan la inserción laboral y la atención de la demanda de cuidados, en
particular de las mujeres, y más aún de las mujeres madres (Martínez y Camacho2007).


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Ilustración No. 1: EL TRABAJO DOMÉSTICO REMUNERADO EN EL MARCO DE LA
DIVISIÓN SEXUAL DEL TRABAJO, LA ECONOMÍA Y EL CUIDADO




                                Economía
                               Remunerada
  E
         ECONOMÍA DEL




                            Trabajo  Doméstico
  C                         Remunerado
           CUIDADO




  O
  N
  O
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  A                     Economía No

                        Remunerada




                                                                       9
La división sexual del trabajo se representa con el uso de los símbolos de mujeres y
hombre dentro del mismo iceberg. En la economía remunerada, la participación
masculina sigue siendo mayoritaria, de ahí el uso de la línea continúa. La
participación de las mujeres en la economía remunerada es, sin embargo, mayor que
la de los hombres en la no remunerada, de ahí el uso de la línea punteada más fuerte.
En la economía no remunerada, la participación femenina sigue siendo altamente
mayoritaria mientras que la masculina es todavía débil, de ahí el uso de la línea
punteada más débil.

Como se ilustra en la ilustración Nro. 1, el presente estudio ubica el trabajo doméstico
remunerado como parte de la oferta del mercado privado de servicios de cuidado y es
definido como una estrategia conciliadora utilizada por las mujeres insertas en el
mercado laboral. El trabajo doméstico remunerado tiene una doble condición: por un
lado, media remuneración y por tanto, es un empleo que forma parte de la economía
remunerada, del mercado y del ámbito público. Por otro lado, debido al tipo de tareas
que lo conforman y al hecho de que se realiza dentro de los hogares, la construcción
social de género lo ubica –explícita o implícitamente– como parte del trabajo
doméstico asociado a la responsabilidad de las mujeres en el hogar y al trabajo no
remunerado. Esta doble condición plantea la necesidad de prestar mayor atención e
investigación que lo que se logra analizar en la presente investigación.




La publicación Puertas Adentro: Mitos y Realidades del Trabajo Doméstico
Remunerado en Centroamérica y República Dominicana, es un análisis de siete
investigaciones nacionales que contaron con una variedad de datos estadísticos
oficiales, información secundaria, y datos primarios recopilados específicamente para
la investigación. Antes de iniciar el proceso de investigación nacional se elaboró un
diseño técnico-metodológico que fue discutido y consensuado con los equipos de
investigación. El diseño incluyó la identificación de variables e indicadores y
estableció los tabulados a trabajar en el caso de la información cuantitativa, tanto
secundaria como de campo. Para el procesamiento de los datos oficiales se contó con
el valioso apoyo de las instituciones nacionales responsables de las estadísticas.
Durante la investigación de campo se realizaron entrevistas individuales y colectivas
con informantes clave, con expertos y expertas en el tema, con empleadores de
trabajadoras domesticas y trabajadoras en servicios domésticos remuneradas. Dada
la necesidad de disponer de información más detallada sobre las condiciones del
trabajo de las trabajadoras domesticas remuneradas se hizo el levantamiento de
2,786 encuestas abarcando a siete países (Costa Rica, Panamá, Guatemala, El
Salvador, Honduras, Nicaragua y Republica Dominicana) sobre la base de un
cuestionario común que fue discutido y consensuado con los equipos nacionales de
investigación. La encuesta se aplicó en la capital y otra ciudad en cada país.

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La investigación identificó 38 indicadores construidos para estandarizar el análisis
regional; sin embargo, las dificultades en el acceso a la información solo permitieron
la construcción entre 13 y 29 indicadores por país.

La presente publicación se enmarca en cuatro aspectos fundamentales del
trabajo domestico remunerado: i) la Oferta y ii) la demanda de trabajo doméstico
remunerado y su dinámica reciente iii) el tratamiento legal y político del empleo
doméstico remunerado; y iv) otras políticas públicas, sociales y económicas que, de
forma directa o indirecta pueden influenciar la oferta, demanda o condiciones del
trabajo doméstico remunerado.

Para estos cuatro aspectos existen dos ejes transversales: el primero referido al
enfoque teórico de género, buscando evidenciar el nivel de vigencia de los
estereotipos, prácticas discriminatorias y relaciones desiguales de género así como su
influencia en el comportamiento de las variables analizadas. El segundo tema
transversal tiene que ver con el proceso de revelamiento y análisis de la información
secundaria, contemplándose como un objetivo adicional, la medición de la
disponibilidad y calidad de la información para el seguimiento al trabajo doméstico
remunerado.

Se definieron preguntas orientadoras que sustentan el desarrollo metodológico
de la investigación: i) ¿Ha variado el nivel y/o balance de género de la oferta de
TDR en los últimos años?; ii) ¿Cuál es el perfil socio-demográfico actual de las/os
trabajadores domésticos remunerado?; iii) ¿Cuáles son los problemas de calidad que
caracterizan al trabajo doméstico remunerado y los impactos principales de este tipo
de inserción laboral sobre las/os trabajadores domésticos remunerados y sus
familias?; iv) ¿Cuáles son las características principales de los hogares que pueden
estar influenciando su demandan trabajo doméstico remunerado?; v) ¿Cuáles son los
aportes principales del marco legal vigente y/o de su aplicación, a las condiciones o
características del trabajo doméstico remunerado?; y vi) ¿Qué elementos de políticas
públicas sociales y/o económicas que pueden estar influenciando (o haber
influenciado en los últimos años), directa o indirectamente, el nivel y condiciones de la
oferta y/o la demanda de trabajo doméstico remunerado?




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1 LA DINÁMICA RECIENTE DEL TRABAJO DOMÉSTICO REMUNERADO

 En todos los países de la región, el número absoluto de personas ocupadas ha
 aumentado tanto para mujeres como para hombres entre 2000 y 2007. En casi todos
 los países (con excepción de El Salvador, y para Guatemala no hay detalles) el
 aumento en ocupación ha sido mayor para mujeres, y se está incrementando la
 proporción de mujeres en la ocupación total. El sector de trabajo domestico
 remunerado ha experimentado un crecimiento de 39% el número de personas
 ocupadas. En varios países estudiados, el incremento de las mujeres ocupadas en el
 servicio doméstico supera el incremento de las mujeres ocupadas en otras
 actividades entre los años 2000 y 2007. Mientras la ocupación femenina total creció
 en 29,5%, la ocupación femenina en servicio doméstico lo hizo en un 42.1%. Es decir,
 en el año 2000 las mujeres trabajadoras domesticas representaban el 12.85% del
 total de trabajadoras ocupadas, mientras en el año 2007 la proporción se elevó al
 14,10%.


                                           Gráfica No. 1
                     Porcentaje de Hogares que Cuentan con Servicio Doméstico:
                                     Comparativo 2000 - 2007
                      Con “dormida adentro”                                                 Todas las modalidades
  12.0                                                                  12.0

  10.0                                                                  10.0

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   2.0                                                                   2.0

   0.0                                                                   0.0
           CR       ES       HO        NI       PA       RD                    CR     ES     GU     HO     NI     PA    RD     TOT

  2000     0.6      1.0       2.1      1.8      1.2      0.6          2000      9.8   5.7                  9.1    7.0
  2007     0.3      0.3       1.5      1.0      1.1      0.9          2007 a 11.1     4.4    6.5    6.9   10.3    8.6   11.0   8.4
Notas:
   1/ Datos de República Dominicana para hogares que cuentan con SD con “domida adentro” corresponden a los censos de
   1993 y 2002
   2/ Los datos de Nicaragua corresponden a viviendas y no a hogares
   3/ Las barras que no son rojas sólidas corresponden a estimaciones (ver Cuadro No. 7 en Anexo 1)
   4/ El total es un promedio de los porcentajes por país, debido a que RD y PA usaron datos muestrales para este indicador.
Fuente: Elaboración propia a partir de datos oficiales trabajados por los equipos de investigación en cada país




                                                                                                                                     12
En términos globales entre el 2000 y 2007 se observa un aumento en el porcentaje de
hogares que cuentan con servicio domestico, mientras hay disminución en el uso de
la modalidad de dormida adentro.

En términos generales, la representación de hombres en el sector de servicio
domestico ha sido muy bajo. En el año 2000 estos no superaron el 1% de hombres
ocupados en el sector de servicios domésticos. En efecto aun cuando hubo
crecimiento en la ocupación de hombres en el sector hasta 2007 de 0.63% hasta
                                         0.86% en 2007 del total de hombres
Cuadro No. 1                             ocupados para la región, en ningún país
Incremento Ocupación Femenina Total y en supera a 2% de la participación
Servicio Doméstico entre 2000 y 2007     económica.
Países                                OFT           OFSD
Costa Rica                            46.5          44.1
                                                           Esto lleva a la conclusión que entre las
El Salvador                           13.1          26.9
                                                           mujeres el trabajo domestico es un gran
Guatemala                             ND            26.4
                                                           componente de sus opciones laborales
Honduras                              32.1          81.8
Nicaragua                             56.3          48.9
                                                           que está creciendo, mientras aunque con
Panamá                                46.8          18.6   pequeño crecimiento este sector casi no
República Dominicana                  19.0          39.3   tiene peso en la economía de los hombres.
TOTAL                                 29.5          42.1
                                                           OFT: Ocupación femenina total
OFSD: Ocupación femenina en servicio doméstico
Nota: El “TOTAL” no incluye Guatemala
Fuente: Datos oficiales trabajados por los equipos de
investigación en cada país




Asimismo, al analizar las variaciones según los rangos de edades que se dedican al
trabajo doméstico, el balance general presenta un incremento en la proporción de
trabajadoras domesticas remuneradas en edades mayores a los 35 años sobre la
proporción de mujeres mayores ocupadas; cuya evolución positiva podría explicarse a
la escasez de alternativas de empleo para mujeres mayores, los altos niveles de
pobreza y los límites de la seguridad social que enfrentan la mayoría de los países.
Entre mujeres menores en la mayoría de los países se aumentó su participación en
trabajo domestico en números absolutos pero se bajó la proporción de mujeres en
TDR sobre la total de mujeres ocupadas, señalando otras oportunidades de empleo
para la creciente población de mujeres jóvenes.




                                                                                                 13
Gráfica No. 2
                                            Porcentaje de Trabajadoras/es Domésticos
                                                   sobre Ocupadas/os Totales
                                                   Comparativo: 2000 - 2007
                                        25.00
Cabe destacar que el empleo
generado por la inversión extranjera    20.00
directa (IED) a nivel de la región
(exceptuando Costa Rica) compite        15.00
                                                                                                   con
el generado en el trabajado
doméstico remunerado, lo que            10.00
implica que si la demanda de trabajo
femenino       en    las     plantas     5.00
maquiladoras aumenta, se reduce la
oferta doméstica remunerada.             0.00
                                                CR     ES    GU    HO    NI    PA     RD   Total

El caso contrario ocurre en la crisis    2000 6.07    5.09        2.95 6.77    5.61 4.63   4.88
económica actual observándose en         2007 6.73    5.65 3.17   4.18 7.07    5.20 5.85   5.69
países como República Dominicana
                                                                  Mujeres
que al contraerse la producción y el    25.00
empleo generado por la IED, la
oferta    de     trabajo    doméstico   20.00
remunerado tiende a ser mayor. Esta
situación podría ser una campanada      15.00                                                      de
alerta en estos tiempos que cuando                                                                  la
oferta de servicios domésticos crece    10.00

frente     a        una      demanda
                                         5.00
probablemente        deprimida,   los
riesgos para un empeoramiento de la
                                         0.00
calidad de este tipo de empleo,                 CR     ES    GU    HO     NI   PA     RD   Total
serian mayores.                          2000 16.64 10.63         8.34 20.82 15.42 12.69 12.85
                                         2007 16.37 11.92 8.18 11.47 19.83 12.46 14.85 14.10
Finalmente,       es      importante
mencionar,      que   los     países                              Hombres
                                        25.00
estudiados     forman   parte    del
fenómeno que se ha denominado
                                        20.00
“transnacionalización del cuidado”
donde las mujeres emigran a otros
                                        15.00
países para remplazar el trabajo
domestico no remunerado antes           10.00
hecho por mujeres nacionales, con
trabajo domestico remunerado por         5.00
mujeres migrantes. Así se están
surgiendo hogares transnacionales, y     0.00                                                       el
trabajo de cuidado que hacían las               CR     ES    GU    HO     NI    PA    RD   Total

migrantes en sus propios hogares en      2000 0.89 0.60           0.27   0.97 0.81 0.58     0.63    el
país de origen se cae a otras             2007 1.15 0.95 0.11 0.19 1.03 1.12 1.08 0.86
mujeres que se quedan. El trabajo de    Fuente: Elaboración propia a partir de datos oficiales
                                        trabajados por los equipos de investigación en cada país
cuidado se convierte en cadenas
globales de cuidado.


                                                                                                    14
Los países estudiados son países de origen de flujos migratorios de TDR,
especialmente Guatemala, El Salvador y República Dominicana hacia los Estados
Unidos, España, Italia. La situación de estas trabajadoras se ubica fuera de esta
investigación. Mientras la situación de mujeres migrantes hacia los siete países
(especialmente Costa Rica y República Dominicana) se analiza como parte de la
población de TDRs en estos países.

“Buscamos a la muchacha porque yo trabajo en empresa, empresa de tabaco,…. la
contratamos para que cuide a los niños, a mis dos nietecitos. La mamá de ellos está en
España”.
(Participante de grupo focal de empleadoras de clase baja, Nicaragua)


2.  LA OFERTA Y DEMANDA ACTUALES DE TRABAJO DOMÉSTICO
REMUNERADO

¿Quiénes son y de dónde provienen las personas que realizan trabajo
doméstico remunerado?

La investigación buscaba averiguar la veracidad del supuesto que vincula el trabajo
de las mujeres rurales, pobres, indígenas y afro descendientes o extranjeras como
grupo mayoritario en la ocupación de trabajadoras domesticas. Aunque se encontró
que estos grupos poblacionales trabajan en el sector, en la mayor parte de los países
estudiados se constató que no constituyen la mayoría de las trabajadoras domesticas
remuneradas. Mayoritariamente estas son nacionales de áreas urbanas.

La mayoría de los países no cuentan con datos para determinar flujos desde áreas
rurales a urbanos para trabajadoras domesticas remuneradas. Los resultados de la
encuesta propia realizada para la investigación en agosto del 2008, muestra que 4 de
cada 10 personas encuestadas dijo haber nacido en áreas rurales, siendo El
Salvador, República Dominicana y Guatemala los países con 50% o más de áreas
rurales. 2

En la región existen países que son demandantes netos de trabajo doméstico
remunerado. Así Costa Rica recibe un aporte de trabajo remunerado de Nicaragua, en
donde según datos oficiales del 2004, el 19% de las/os ocupadas/os en esas tareas
corresponden a nicaragüenses migrantes, no obstante, en la encuesta aplicada en
2008 en dos ciudades había una participación del 57% de trabajadoras provenientes
de Nicaragua. Para el caso de República Dominicana, Haití destaca como un
proveedor representativo de trabajo doméstico remunerado. Las estadísticas
identifican un 1.7% de extranjeras desempañándose como trabajadoras domesticas
remuneradas en 2007 pero en la encuesta propia en 2008 captó un 17% del total de
las trabajadoras encuestadas de origen haitiano.



2
    La encuesta no pretende investigar el trabajo domestico remunerado en áreas rurales.

                                                                                           15
En cuanto a Panamá, el único país donde el número absoluto de mujeres entre 15 y
       34 años como TDR se redujo entre 2000 y 2007, se encontró que existe una demanda
       creciente de trabajo doméstico remunerado proveniente del exterior para el 2009. En
       el resto de países en estudio (Nicaragua, Guatemala y El Salvador) no se encontró un
       numero sustantivo de extranjeras como TDRs, es decir, son las personas nativas de
       esos países las que realizan este tipo de trabajo. Más que nada estos países son
       fuentes de trabajadoras domesticas para otros países. .

       Otro grupo que merece investigación es la proporción de indígenas o afro
       descendientes entre las TDRs. Pese al imaginario social, parece que las personas
       pertenecientes a pueblos indígenas no trabajan mucho más en el sector que su
       proporción de las poblaciones nacionales. Por ejemplo en Guatemala, los datos
       oficiales muestran que el 72% de las trabajadoras domésticas remuneradas no son
       indígenas y la encuesta para esta investigación captó solo el 32.4% de encuestadas
       como personas pertenecientes a pueblos indígenas. El otro país que registra
       presencia de mujeres indígenas y afro descendientes como empleadas domesticas es
       Panamá con 8% de encuestadas y los otros países registran menos del 3%.




                             Gráfica No. 3
                                                                                                Al analizar los datos oficiales
   Distribución de las Ocupadas en Servicio Doméstico por Rangos de
                                                                                                de 2007 sobre las edades
                             Edad - 2007                                                        de       las      trabajadoras
100%                                                                                            domesticas       remuneradas
                                                                                                hay diferencias grandes
90%
                                                                                                entre los siete países. Es en
80%                                                                                             Guatemala, seguido por
70%
                                                                                                Honduras, El Salvador y
                                                                                                Nicaragua donde hay el
60%                                                                                             mayor        porcentaje      de
50%                                                                                             mujeres jóvenes 15-24 años
                                                                                                entre las ocupadas en el
40%                                                                                             servicio doméstico. Esos
30%                                                                                             mismos países registran la
                                                                                                mayor      participación     de
20%
                                                                                                mujeres hasta los 34 años
10%                                                                                             de edad. Mientras en Costa
                                                                                                Rica y Panamá y hasta
 0%
          CR          ES         GU         HO         NI         PA         RD         TOTAL
                                                                                                cierto punto en República
                                                                                                Dominicana, hay una mayor
    15 a 24 años                      25 a 34 años                     35 a 44 años
                                                                                                representación de mujeres
    45 a 49 años                      50 años y más                                             entre los 35 a 44 años y
 Fuente: Elaboración propia a partir de datos oficiales trabajados por los equipos de
 investigación en cada país
                                                                                                mayores de 45 años y más.


       Buscando diferencias por edad entre las varias modalidades de trabajo, en la
       encuesta propia, se encuentra que entre las encuestadas con dormida adentro, hay
                                                                                                                            16
mayor representación de mujeres de 15 hasta 24 años, eso especialmente valido en
Nicaragua. La participación de mujeres en este grupo de edad es de menor
proporción en las otras modalidades de tiempo completo con dormida fuera y de
tiempo parcial. Mujeres entre 25 y 34 años tienen un peso relativamente grande en lo
que la modalidad de trabajo con tiempo parcial.


                         Gráfica No. 4
Trabajadoras Encuestadas por Rangos de Edad, según Modalidad de
                            Trabajo

                                                  TOTAL
                              100%
                               90%
                               80%
                               70%
       < 25 años
                               60%
       25 a 34 años            50%
                               40%
       35 a 44 años
                               30%
       45 a 49 años            20%
                               10%
       50 años y más
                                0%
                                         SD 1      SD 2       SD 3       Total
 SD: Servicio Doméstico
       1 A Tiempo Completo con “Dormida Adentro”
       2 A Tiempo Completo sin “Dormida Adentro”
       3 A Tiempo Parcial para 1 ó más Hogares

 Fuente: Encuesta Realizada en el marco de esta investigación – Agosto 2008



Casi todos los países estudiados presentan 70% o más de las trabajadoras con
educación primaria o menos (datos oficiales 2007). Guatemala y Honduras superan
este porcentaje, mientras que Panamá presenta la mejor situación. A medida que
aumentan las edades de las trabajadoras se evidencia menor nivel de educación. A
pesar que la mayoría de estas mujeres tienen educación primaria o menos, hay un
gran porcentaje que tienen algún año de educación media aprobado o más: en
Panamá más de la mitad, en El Salvador y Nicaragua alrededor de un 30% y en el
resto de los países, con la excepción de Guatemala, alrededor de un 20%. Para un
trabajo oficialmente y socialmente considerado como no calificado y los relativamente
altos porcentajes de mujeres con educación media, pone en evidencia que existen
barreras para que estas mujeres accedan a otros tipos de trabajos. La mayoría de las
mujeres que trabajan como empleadas domesticas provienen de hogares con los más
bajos ingresos en relación a los hogares que no tienen presencia de personas que
trabajan en ese sector.

De acuerdo a datos oficiales de 2007, las mujeres que están ocupadas en trabajo
domestico en una proporción similar son jefas de hogares y cónyuges de sus hogares.
La proporción de mujeres que se presentan como hijas del jefe/a de hogar es superior
en los países con mayor representación de mujeres jóvenes como El Salvador y
                                                                                  17
Guatemala. En una relación de 50% y 60% de las personas que trabajan en este
sector provienen de hogares con jefatura masculina.

A diferencia de los datos oficiales, la encuesta propia aplicada en 2008 muestra un
porcentaje mayor de hogares con jefatura femenina con excepción de Panamá y
República Dominicana, y la mayoría de esos hogares son de mujeres con hijos sin
pareja.


¿Cuáles son las características de los hogares que demandan el servicio del
trabajo domestico remunerado?

De acuerdo a los datos oficiales de los países estudiados, se estima un 8.4% de
hogares que cuentan con trabajo domestico remunerado, es posible que haya algún
nivel de sub-registro. La gran mayoría de hogares con servicio domestico se
encuentran en el quintil 5 de ingreso.

Tomando en cuenta la información oficial disponible para Honduras y Nicaragua, son
los hogares con jefatura masculina del quintil 5 de ingresos los que contratan la mayor
proporción de trabajo domestico. En el caso de los hogares con jefatura femenina,
este mismo quintil de ingresos sigue siendo el de mayor peso, pero también el quintil
3 y 4 de ingresos de los hogares. Esto último estaría indicando que los hogares de
ingreso medio con jefatura femenina recurren más a la contratación de servicios
domésticos que los hogares con jefatura masculina donde posiblemente sean los
cónyuges las que realizan dicho trabajo.


                                        Cuadro No. 2
                      Distribución por Quintil de Ingreso de los Hogares
                              que Contratan Servicio Doméstico,
                                  según Sexo de su Jefatura
                 Quintiles                Honduras                            Nicaragua
                de Ingreso         J' Mujer    J' Hombre               J' Mujer     J' Hombre
                 Quintil 1              1.0          1.4                    0.1           1.7
                 Quintil 2              1.9          5.1                    0.7           3.3
                 Quintil 3             10.3          7.5                   12.1           3.6
                 Quintil 4             34.1         17.2                   14.3          10.7
                 Quintil 5             52.7         68.8                   72.8          80.7
                  Total               100.0        100.0                  100.0         100.0
                Fuente: Elaboración propia a partir de datos oficiales trabajados por los equipos de
                                           investigación de cada país




Los datos oficiales también confirman que para cuatro países (Costa Rica, Honduras,
El Salvador y Nicaragua) cuando la mujer jefa o cónyuge tiene trabajo remunerado,
eso aumenta la probabilidad de tener una trabajadora domestica remunerada. La
presencia de niños-as o mayores de edad suele aumentar la probabilidad de tener
una trabajadora domestica remunerada pero las diferencias son pequeñas, y lo más
                                                                                                       18
sorprendente entre las encuestadas para esta investigación en 2008 es el alto
porcentaje de hogares (entre un cuarto y un medio de las personas encuestadas) que
cuentan con servicio domestico pero no tienen ningún niño-a a cargo, personas con
discapacidad o mayores que requieren de ayuda. Es decir, en un gran porcentaje de
los hogares no se trata de necesidades de cuidado de personas directamente.


3. CARACTERÍSTICAS Y CALIDAD DEL TRABAJO DOMÉSTICO REMUNERADO

¿Qué hace una trabajadora domestica? Como son las condiciones y beneficios
de este trabajo?

Los datos oficiales de 2007 muestran pocos datos generales sobre las características
de trabajo domestico remunerado. Dentro de esta ocupación ya existe una importante
segregación entre las tareas. Dependiendo del país, el trabajo domestico se divide en
ocupaciones como empleada domestica, niñera, lavandera o planchadora, cuidado de
personas, y en cada país más de 90% de las mujeres están trabajando en estas
tareas. Mientras la mayoría de los hombres en servicio doméstico trabajan como
jardinero, seguridad/vigilancia y como choferes. Las principales características de los
trabajos que realizan las mujeres y los hombres es el lugar especifico donde lo
realizan ya que por lo general los hombres lo hacen en el jardín, en la calle, en otros
espacios, mientras las mujeres lo realizan al interior de los hogares.

Cabe mencionar que estas tareas tienen equivalentes tradicionales en el ámbito de la
economía remunerada, es decir, hay puestos de trabajo de vigilancia-policía, servicio
de conducción de vehículos en puestos del estado o de empresas privadas donde es
usual la presencia de hombres. En estos casos no se considera la posibilidad de
remplazando con trabajo no-remunerado como suele suceder en las tareas de las
mujeres trabajadoras domesticas.

Para conocer un poco más sobre las condiciones del trabajo domestico, la encuesta
propia del 2008 abordó cuestiones de salario, tareas específicas, beneficios, etc.
Primeramente se observa que la mayor parte de las personas ocupadas en los
servicios domésticos son “empleadas domésticas remuneradas”; las cuales
desempeñan tareas correspondientes a los “oficios del hogar”: cocinar, limpiar,
planchar y lavar ropa. La inmensa mayoría de las encuestadas declaró realizar más
de una tarea, siendo lo más común la realización de entre 3 y 5 tareas. Entre las que
realizan menos tareas se encuentran con más frecuencia las empleadas contratadas
a tiempo parcial. Entre lo que es cuidado propiamente de otros personas, se
encuentra que 39% de las encuestadas realizan esta tarea y son las que trabajan con
la modalidad de dormida adentro, seguido con modalidad de tiempo completo. Hay
menos frecuencia en cuidado de personas para las que declaran trabajar bajo la
modalidad de tiempo parcial.

En términos generales, se observa un nivel considerable de precariedad salarial,
existiendo una alta variación de la remuneración-hora promedio entre países; siendo
Nicaragua el país que presenta los salarios más bajos; contrario a República
                                                                                    19
Dominicana y Costa Rica, los que reflejan datos más altos en cuanto a remuneración.
Entre          las
mujeres                                                    Gráfica No. 5
encuestadas, el               Salario-Hora Dolarizado Promedio de las Trabajadoras
salario por hora                       Encuestadas, según Modalidad de Trabajo
                             2.00
promedio es más
                             1.80
alto     en      la
modalidad       de           1.60
tiempo parcial, y            1.40
en segundo lugar             1.20
la modalidad de
tiempo completo              1.00

con       dormida            0.80
fuera.        Los            0.60
peores salarios
                             0.40
por hora fueron
reportadas por               0.20
las personas que             0.00
                                      CR        ES        GU        HO         NI       PA    RD   TOTAL
trabajan en el
servicio               SD Tipo 1 1.01          0.58      0.46       0.60      0.31     1.00   0.66  0.65
domestico         a    SD Tipo 2 1.09          0.71      0.59       0.69      0.35     1.06   0.61  0.71
tiempo completo        SD Tipo 3 1.65          1.15      1.00       1.18      0.73     1.96   1.09  1.31
con       dormida      Total         1.28      0.67      0.66       0.81      0.40     1.30   0.77  0.85
adentro.            Fuente: Encuesta realizada en el marco de esta investigación, Agosto 2008


En las encuestas se reportaron muchas más horas de trabajo entre las trabajadoras
con dormida adentro, un promedio de 65 horas a la semana; 50 horas con tiempo
completo y dormida afuera y 30 horas en las personas con la modalidad de tiempo
parcial. Al eliminar el factor de las horas de trabajo, las trabajadoras a tiempo
completo con dormida adentro presentan una mejor situación salarial que las que no
duermen en los hogares contratantes en casi todos los países.

Otros hallazgos de las encuestas de 2008 son las diferencias en los salarios y horas
de trabajo para indígenas y migrantes. En Costa Rica y República Dominicana, las
empleadas extranjeras tienen un promedio de salario por hora menor que las
nacionales y trabajan generalmente 8 horas a la semana más que las nacionales. Las
trabajadoras indígenas también tienen una remuneración inferior a la general. En
efecto, entre las personas encuestadas, el salario-hora promedio se desplaza de US$
0.85 a US$ 0.74 y la mediana de US$ 0.70 a US$ 0.55. Para el total de indígenas
encuestadas el promedio de la jornada laboral se incrementa en más de 4 horas y la
mediana en 10 horas. La mitad de las trabajadoras indígenas captadas por la
encuesta trabajan más de 60 horas semanales.
.
En los países donde existe salario mínimo oficial para el servicio doméstico, este es el
menor o entre los menores de los salarios mínimos establecidos para otras
actividades. Dando como resultado que la mayoría de las trabajadoras domésticas


                                                                                                     20
encuestadas tiene una remuneración inferior al mínimo establecido por ley en los
países.

Los grupos focales y el análisis de discursos de funcionarios-funcionarias de gobierno
y Poder Legislativo en los países, muestran que en muchos casos las personas
empleadoras justifican un menor pago en efectivo para los casos de empleadas
domesticas con dormida adentro por los gastos que ellas incurren en el hospedaje y
alimentación que reciben en esos hogares.

Sin embargo, la mayoría de las trabajadoras encuestadas reportan no recibir salario
en especie porque en muchos casos ellas no perciben que el disponer de un lugar
para dormir y comer es en beneficio de ellas, sino es el requisito que muchas veces
ponen las empleadoras debido a la necesidad de disponer de esa fuerza laboral
desde horas muy tempranas o muy tarde diariamente.

„Nos dicen que nos están dando la comida, pero a los chóferes y serenos también se los dan. Uno coge
el trabajo con dormida para no gastar en pasaje, no porque uno no tenga en dónde dormir. ¿Y vienen a
decirle a uno que calcule lo que uno se ahorra viviendo en la casa? A veces son las 10:00 de la noche y
   yo todavía estoy haciendo cena, y si hay visitas es cuando se vaya el último que uno puede acostarse.
                                                                 Es mucho trabajo para tan poco dinero‟
                                                           (Trabajadora Dominicana, 45 años de edad)”
                                                                                    (Duarte et al: 2009)


Las brechas en el trabajo domestico remunerado por razones de género

El impacto del valor que la cultura da a las actividades económicas depende de quién
y donde se las realiza, se evidencia claramente en los salarios por hora entre
trabajadores domésticos. De acuerdo a datos oficiales de 2007, en todos los países
para cuales había datos, los hombres ganan más por hora, con la menor diferencia en
Republica Dominicana donde ganan 8% más por hora, y la peor es Honduras donde
los hombres ganan el doble por hora que las mujeres.


  “„Yo limpio la casa, barro el patio, cocino para 6 personas, lavo en la lavadora, pero la ropa interior
 la lavo a mano. Plancho la ropa, arreglo la casa y recojo los regueros de los dos muchachos y yo gano
      cinco mil pesos. El chofer de la casa gana ocho mil y no hace ni la mitad de lo que yo hago. El que
cuida el edificio vecino por la mañana gana siete mil y lo que hace es limpiar con manguera el parqueo
  y suapear las escaleras. ¿Usted cree que es justo que me paguen menos trabajando más? Lo que pasa
 es que al servicio doméstico no se le da valor. El día que uno no está, ellos gastan mil pesos en un solo
                                                 día en comida. Y a mí me pagan cinco por todo un mes‟
                                     (Trabajadora Dominicana, con „dormida adentro‟, 45 años de edad)”



La misma situación se refleja según las modalidades de la contratacion. En los países
con datos disponibles, los hombres tienen mucha mayor probabilidad que las mujeres
de encontrar trabajo con un contrato escrito.

                                                                                                       21
Cuadro No. 3
                % de la Ocupación Asalariada Total y en Servicio Doméstico que
                        Cuenta con Contrato Escrito, según Sexo - 20071
                                                   Honduras                Nicaragua              Panamá
                     Ocupación
                                                  M       H               M        H             M      H
                      Total                       ND     ND              37.3     30.3          73.8   72.0
              En servicio doméstico               2.6    7.1              2.9      9.1          17.6   41.3
                                          1/ Año más próximo al mencionado
            Fuente: Elaboración propia a partir de datos oficiales trabajados por los equipos de investigación en
                                                         cada país


En los tres países donde se cuenta con información sobre acceso a seguro social, se
observan grandes brechas entre el porcentaje de hombres en trabajo domestico con
acceso a seguro y el porcentaje de mujeres. Mientras las brechas entre hombres y
mujeres en la población total ocupada no son grandes, entre los hombres
trabajadores domésticos en El Salvador, el 17% tiene seguro contrastando con
apenas el 1.1% de las mujeres. En Nicaragua el 8.3% de hombres en comparación
con 0.9% de mujeres.

                                             Cuadro No. 4
                            Porcentaje de la Ocupación Total y en Servicio
                              Doméstico con Seguro, según Sexo – 2007
                                            El Salvador  Nicaragua    Panamá
                           Sexo
                                           Total En SD Total En SD Total En SD
                     Mujeres                30.3     1.1 24.6    0.9 47.9  14.1
                     Hombres                29.0    17.0 18.9    8.3 44.0  36.6
                    Fuente: Elaboración propia a partir de datos oficiales trabajados por los equipos
                    de investigación en cada país.



Según la encuesta propia (agosto 2008), el acceso es aún menor entre las
trabajadoras más jóvenes y la mayoría reporto que sus patronas-es no cubren sus
gastos médicos.

Lo anterior pone en evidencia que la situación de TDR es precario no solo por la
naturaleza del sector, sino por las discriminaciones contra las mujeres, dado que
estas brechas muestran que habría posibilidad de mejores condiciones de TDRs para
las mujeres si no hubiesen asignado diferentes valores a diferentes tipos de trabajo
todos supuestamente no calificados.

Comparando los salarios por hora promedio en el servicio domestico con salarios en
otras ocupaciones no calificadas, se observa que para los hombres casi no hay
brechas en lo que podrían ganar fuera del servicio domestico, o si hay una brecha es
a favor del servicio domestico, siendo entonces una estrategia para hombres sin
calificaciones para ganar más salario. Mientras solo en Honduras y Republica
Dominicana las mujeres pueden utilizar el trabajo domestico remunerado como
estrategia de tener mayor salario. En los otros países hay una brecha bastante grande
entre el salario en el trabajo domestico y el salario hora promedio para las mujeres en
                                                                                                                    22
otras actividades. Lo que lleva a la conclusión que las mujeres entran por falta de
acceso a otras oportunidades y no por el salario.


                                          Cuadro No. 5
 Brechas Salariales entre las/os Ocupados en Servicio Doméstico y Otras Ocupaciones de Similar
                                       Calificación – 2007
                                                                                     Salario-hora Promedio         Brecha
 Países y Sexo de las/os               Referente Utilizado para la
                                                                                               En el referente     [1] como
       Ocupados                              Comparación                           En SD [1]                       % de [2]
                                                                                               seleccionado [2]
Costa Rica
  Mujeres                                                                               1.13                1.62         69.7
                                    Otras ocupaciones no calificadas
  Hombres                                                                               1.44                0.98        146.8
Honduras [*]
  Mujeres                           Ocupaciones no calificadas de la                2,962.32            2,186.97        135.5
  Hombres                           maquila                                         5,209.00            4,980.70        104.6
Nicaragua
  Mujeres                                                                               0.32                0.46         69.8
                                    Otras ocupaciones no calificadas
  Hombres                                                                               0.45                0.46         98.5
Panamá
  Mujeres                                                                               0.53                0.97         54.6
                                    Ocupaciones agrícolas
  Hombres                                                                               0.98                1.07         92.1
República Dominicana
  Mujeres                           Ocupaciones no calificadas de la                    1.58                0.91        174.7
  Hombres                           maquila                                             1.71                1.13        151.8
[*] Se calculó la brecha sobre salarios mensuales
Fuente: Datos oficiales trabajados por los equipos de investigación en cada país




Horas Extra, Beneficios, Inestabilidad

Con base en los resultados de la encuesta propia (agosto 2008), alrededor de un 20%
de las mujeres reportó trabajar más de lo “normal” y a más de la mitad de ellas no se
las pagan las horas extras, reflejando que un 90% de las trabajadoras no recibe el
pago doble; siendo las más afectadas aquellas que laboran con “dormida adentro”.
Dichas irregularidades se muestran en otros aspectos como los días libres y,
vacaciones anuales. Un 25% de trabajadoras encuestadas a tiempo completo
reportan no desfrutar de las vacaciones anuales.

A pesar de que las trabajadoras con tiempo parcial ganan más por hora en promedio
y enfrentan menos incumplimiento con lo acordado, la presencia de modalidades más
informales del servicio doméstico también contribuye a la inseguridad de este empleo.
Según los resultados de la encuesta para agosto de 2008 casi 6 de cada 10
trabajadoras a tiempo parcial trabajan para más de un hogar, y más aún en
Guatemala, Honduras y Nicaragua dos trabajadoras de cada 10 que trabajan para
varios hogares no tienen días “fijos” o establecidos en todos los hogares para los que
trabajan.

Es importante destacar que entre las encuestadas en 2008, pocas cuentan con un
contrato escrito. La mayoría reportó haber discutido y abordado verbalmente con la
                                                                                                                          23
empleadora al inicio de la relación contractual sobre varios temas como las tareas
involucradas en el trabajo y las condiciones, tales como: salario, días a trabajar,
frecuencia de pago, horario, y días libres. Otros temas como vacaciones, aguinaldo y
seguro fueron menos abordados como parte de la relación contractual.

                                  Cuadro No. 6
                   Porcentaje de las Trabajadoras Encuestadas
                              con Contrato Escrito
  CR            ES          GU           HO            NI           PA      RD     TOT
   2.9           2.2         1.7          6.3           2.5         16.0     0.9    4.7
Fuente: Encuesta realizada en el marco de esta investigación, Agosto 2008


Preguntadas sobre el cumplimiento de las condiciones contractuales, el 12% de las
mujeres entrevistadas reportaron incumplimiento, principalmente con el tiempo de
trabajo (jornadas extensas) así como el aumento de tareas a realizar. La mayoría
estas mujeres son las que trabajan en los hogares bajo la modalidad de tiempo
completo con dormida afuera, seguida con las de dormida adentro.


Lo anterior pone de manifiesto las sistemáticas violaciones a los derechos humanos
que llevan implícitas las actividades domésticas remuneradas aún en aspectos como
el derecho a la educación que en muchos casos es negado para las mujeres que
realizan estas actividades.

La encuesta propia de agosto 2008 muestra que tan solo el 9% de las encuestadas se
encontraba estudiando; siendo más preocupante el hecho que solo el 31% de las
mujeres trabajadoras domesticas menores de 18 años se encontraban estudiando
también.

La inestabilidad tiene matices entre los países. Los resultados de la encuesta propia
indican la coexistencia de la figura de la “nana” que trabaja toda su vida en un solo
hogar, con trabajadoras cuya permanencia promedio en los empleos es inferior a un
año. La inestabilidad es mayor en Honduras y República Dominicana.


4. LA CALIDAD DE VIDA PERSONAL Y FAMILIAR DE LAS TRABAJADORAS
DOMÉSTICAS REMUNERADAS

En este capítulo se analizan a profundidad las problemáticas cotidianas que se
encuentran implícitas en la realización de las actividades domésticas remuneradas y
que son comúnmente desestimadas por los gobiernos; invisibilizadas por la
información estadística; no obstante merecen una especial atención, por constituir en
muchos casos fragantes violaciones a los derechos humanos.

A continuación se presentan los datos derivados de la encuesta propia levantada en
los países en el mes de agosto del 2008.


                                                                                          24
Las trabajadoras domésticas entrevistadas, informan que optaron por esa actividad a
causa principalmente de la necesidad económica.

En efecto, el ingreso laboral de casi el 80% de las encuestadas representa la mitad o
más del ingreso familiar total; y más de la mitad de las encuestadas reportó 3 ó más
personas dependientes, ya sea total o parcialmente de sus ingresos (esta proporción
aumenta a un 70% en El Salvador y un 80% en Nicaragua, precisamente el país con
los más bajos ingresos laborales). Eso implica millones de dependientes de estos
ingresos en los siete países, especialmente tomando en cuenta el gran porcentaje de
mujeres jefas del hogar.

En contraposición se observa que sólo en Honduras y Panamá refleja que la mayoría
de las trabajadoras domésticas destinan la mitad o más de sus ingresos laborales
para su uso personal.

Por otra parte, al analizar los discursos de las empleadoras entrevistadas se
identifican dos factores importantes que influyen en las relaciones entre empleadoras
y trabajadoras domésticas: i) los conflictos entre mujeres y por ser de diferentes
clases social; y ii) la difusa frontera entre la condición de trabajadora y de “miembro”
de la familia.

Al parecer, el que se considere a la trabajadora “como parte de la familia” es el
estadio máximo del buen trato, de una relación “exitosa”; pero resulta legítimo
preguntarse hasta dónde esta concepción va más bien en detrimento de los derechos
laborales y hasta humanos de las trabajadoras domésticas; tomando en cuenta que
las desigualdades sexuales se sustentan en parte por la legitimación cultural de la
sub-valoración de la quien hace el trabajo domestico.

La violencia en cualquiera de sus manifestaciones parece ser un riesgo consustancial
al trabajo doméstico remunerado: i) un 23% del total de encuestadas reportó al menos
una situación de violencia física y/o sexual, ii) 45% dijo haber sufrido alguna situación
de maltrato con especial fuerza, el maltrato verbal y mayoritariamente proveniente de
otra mujer: la empleadora.

La contradicción entre la necesidad de un empleo y la calidad del mismo, se ve
reflejada en la investigación cuando a pesar de los hallazgos analizados sobre las
condiciones laborales, la mayoría de las trabajadoras encuestadas consideran que su
trabajo es muy valorado por sus patronas/es, están muy satisfechas con su trabajo y
dijeron recibir un buen trato de parte de sus patronas/es; mientras que
paradójicamente la mayoría expresó expectativas por cambiar de trabajo a otro
distinto del servicio doméstico.

 “Si…nos ayuda el trabajo doméstico porque las que no tenemos recursos ni educación, no podemos
                                        ir a otro trabajo. Nos ayuda bastante” (Trabajadora hondureña)
“Yo me siento que estoy así de empleada doméstica, no porque no sea un trabajo digno, sino porque
nunca tuve las posibilidades de estudiar, la familia que me crió eran demasiado pobre”…A mi hija le
doy estudio, no quiero que ella sea lo que yo fui”. (Trabajadora nicaragüense)

                                                                                                   25
“El trabajo doméstico es lo ultimo, es lo peor, porque por la misma sociedad así lo ve, nos dicen las
                                                            „chupa plato‟” (Trabajadora nicaragüense)


Finalmente, se observa que la “pobreza de tiempo” es una realidad a la que la gran
mayoría de las trabajadoras domesticas se enfrentan, especialmente para las que
trabajan a tiempo completo entre las que aproximadamente el 40% declararon tener
una jornada laboral superior a las 48 horas semanales.

Entre los usos de su tiempo libre más frecuentemente reportados por las trabajadoras
encuestadas destaca el trabajo doméstico y/o de cuidado para sus propios hogares o
familias. Más del 70% de las trabajadoras encuestadas para esta investigación, tienen
hogares donde hay niños(as) o personas mayores.

Menos del 40% del total de trabajadoras encuestadas reconoció que existía el
conflicto entre vida laboral y familiar, pero en las entrevistas y grupos focales este
tema surgió con fuerza.

El aspecto más mencionado por las que identificaron el conflicto es la falta de tiempo;
lo que les resulta más difícil de cumplir, la atención a sus hijos(as) y los oficios del
hogar. Ellas consideran que los más afectados por el conflicto son sus hijas(os)
aunque en algunos países, una proporción significativa consideró que son ellas las
más afectadas (República Dominicana, Nicaragua y Costa Rica).

Varias trabajadoras expresaron dolor que sus hijos ya no la llamaron ¨mamᨠy que
tenían que dejar el cuidado de sus hijos con una hija de menor edad, con sus madres
o otra familiar.

El mundo del cuidado en los hogares de las trabajadoras domésticas es, como era de
esperarse, fundamentalmente femenino y no remunerado: i) las personas que asumen
parte de la carga doméstica y/o de cuidado son, en la gran mayoría de los casos,
familiares que viven con ellas; ii) más de 8 de cada 10 encuestadas reportó mujeres
como parte de estas personas; iii) en la gran mayoría de los casos se trata de la
madre, hijas o hermanas de las trabajadoras encuestadas; y iv) en la mayoría de los
casos no media pago para estas personas.

“…cuando uno tiene hijos es difícil porque uno piensa que los hijos pueden perder el amor de la
madre, yo por ejemplo, al niño lo dejé cuando él tenia un añito, entonces él le dice mamá a mi mamá,
entonces yo para que me diga mamá le tengo que prometer algo porque él dice que no puede decirme
mamá y pienso que en eso a mi me ha afectado bastante porque yo quiero que el me tenga cariño
como madre pues pero él le tiene mas cariño a mi mamá que a mi...entonces me da tristeza”
(Trabajadora hondureña)

“…Tengo 4 hijos y he tenido dos maridos. Tengo una hija de 16 años, [3 más pequeños] … tengo un
trabajo con dormida […] quien me cuida a los niños es mi hija mayor… Mi hija se queja mucho, […]
me dice que esos no son sus hijos, que ella no tiene por qué atenderlos. Ella estudia en la tanda
vespertina, porque por la mañana hace los oficios… Pero ella tiene responsabilidades en la casa. Yo

                                                                                                    26
tengo que trabajar. Si yo no trabajara no comeríamos, porque sus papás no aportan casi nada…
desde que mi hija cumplió los 14 años, ella es la encargada de cuidar la casa. Yo sé que ella quiere
divertirse, pero cuando se es pobre, las responsabilidades son lo más importante” (Trabajadora
dominicana)


La “pobreza de tiempo” es un factor explicativo de primer orden para el nivel de
aislamiento que caracteriza a estas trabajadoras. Según la encuesta propia, este tema
es mucho más agudo para las trabajadoras extranjeras, indígenas y las trabajadoras
con “dormida adentro, y sus bajísimos niveles de organización.


5. LA TUTELA DE LOS DERECHOS DE                                    LAS     TRABAJADORAS                Y
TRABAJADORES DOMÉSTICOS REMUNERADOS

Este apartado analiza el marco legal vigente en los países de la región a fin de
establecer una comparación en cuanto al cumplimento de los derechos humanos
fundamentales, que desde el deber ser, tendrían que garantizarse, no obstante las
realidades que enfrentan las trabajadoras domésticas expresan practicas
discriminativas, las cuales no solo se desarrollan en las esferas fácticas (al margen de
la legislación); sino que incluso se encuentran dentro del mismo marco jurídico.

En este sentido se ha encontrado que:

a) En todos los países, los códigos laborales respectivos, cuentan con un capítulo
   especial para regular este trabajo, considerados “especiales”. El principal
   problema que origina este tratamiento es la tendencia entre los mismos-as
   administradores de la ley de considerar que lo que no está contenido en el
   “capitulo especial” no aplica a las y los trabajadores domésticos remunerados (a
   excepción de Costa Rica que explícitamente establece la aplicabilidad y República
   Dominicana que, parece excluir a estas-os trabajadores de cualquier otra norma
   que no esté contenida en el “capitulo especial”.

Las principales discriminaciones en la norma escrita se observa en los siguientes
aspectos:

b) Una definición imprecisa del trabajo doméstico remunerado.

c) La regulación implícita o la no regulación de la jornada laboral permite que a
excepción de Costa Rica, se amplíe para las trabajadoras domésticas.

d) La regulación del día de descanso semanal y los días de asueto de forma especial
para estas/os trabajadores/as posibilitan el incumplimiento de su asignación (a
excepción de Costa Rica).

e) Las vacaciones están reguladas de forma distinta al resto de trabajadores/as o no
están reguladas.

                                                                                                       27
f) En todos los países se establece al menos la posibilidad de que la remuneración a
las/os trabajadores domésticos se pague parte en efectivo y parte en especie (a
excepción de Costa Rica).

 g) La exclusión de las/os trabajadores domésticos de la obligatoriedad del contrato
escrito (sólo en República Dominicana, esta situación es general para todos los/as
trabajadoras).

h) En cuanto al seguro social, aunque los países poseen realidades normativas
diferenciadas coadyuvan en deficiencias serias para su cumplimiento.

Las inconsistencias normativas han tenido algunas iniciativas de cambio a fin de
prosperar en las garantías de derechos para las trabajadoras domésticas; las cuales
han sido refutadas mediante argumentaciones que vienen de una perspectiva
económica neoclásica, vinculando el trabajo domestico remunerado con el trabajo
domestico no remunerado y los valores que eso implica:

   i) la “excepcionalidad” y/o la “naturaleza” del trabajo doméstico remunerado, sin
           explicación alguna sobre esta “especialidad”; uno solo puede suponer que
           se esta intentando de vincularlo con el ámbito privado y el hecho de estar
           remplazando trabajo que anteriormente fue no remunerado.
   ii) los supuestos beneficios (en especie) de que gozan las/os trabajadores
           domésticos, cuya existencia es negada por los resultados de la presente
           investigación que muestran que en la mayoría de los países no
           proporcionan salarios o beneficios mayores que otros tipos de trabajos no
           calificados.
   iii) la defensa del empleo de las trabajadoras domésticas, cuando los mismos
           resultados de la investigación muestran que es una ocupación para
           sobrevivir, y unos 70% de las encuestadas desearían cambiar su ocupación
           en el futuro.

Dos tipos de barreras que obstaculizan el ejercicio efectivo de derechos por parte de
las/os trabajadores domésticos son: la propia administración de la ley y las
dificultades de su aplicación por falta de consideración adecuada de la realidad en
que se encuentran estas/os trabajadores; y las condiciones, características,
percepciones o actitudes de las propias trabajadoras domésticas.

Las principales barreras detectadas en el caso de la administración o aplicación de la
ley tienen que ver con normas administrativas, procedimientos o requisitos (caso del
seguro social); con resistencia de las/os empleadores para cumplir la letra de la ley
(caso del derecho al estudio); y/o con la falta de capacidad para tutelar efectivamente
el ejercicio de los derechos establecidos (caso de las limitaciones que el trabajo de
inspección laboral tienen en el caso de estas/os trabajadores).




                                                                                    28
En cuanto a las barreras que surgen de las propias trabajadoras domésticas,
destacan: el escaso conocimiento sobre sus derechos, las leyes que los tutelan y las
instancias responsables de su aplicación; sus percepciones y actitudes negativas
frente al sistema de administración de la ley que se combinan con una escasa visión
de sí mismas como sujetas de derecho y de experiencias negativas previas propias o
de terceros; y los problemas de tiempo disponible para realizar estas gestiones dada
las características de sus jornadas laborales.




Existe una porción poblacional muy significativa de mujeres que realiza el trabajo
doméstico remunerado, la cual por razones de discriminación y la división sexual de
trabajo constituye una de las pocas alternativas de las que disponen para la
subsistencia; en donde el trabajo doméstico remunerado presenta una tendencia al
alza, en relación directa a las circunstancias económicas en que se desenvuelven los
países, evidenciándose una creciente migración a nivel regional.

Esta oferta de cuidado, tiene un papel muy importante en el sostenimiento del trabajo
productivo, posibilitando no solo el desarrollo de las familias sino del sistema
económico en general; tanto nacional como regional, al tomarse en cuenta la
transnacionalización del cuidado. Los datos evidencian que trabajo domestico
remunerado afecta un gran componente de las sociedades en los siete países
estudiados, tomando en cuenta los miembros de los hogares donde trabajan, las
mujeres y los hombres trabajadores, y el número de personas que dependen de sus
ingresos.

En contrapunto, la relevancia del trabajo doméstico no se corresponde con en las
malas condiciones laborales que se encuentran implícitas a la realización de esta
actividad; las cuales se enfrentan a discriminaciones salariales, desprotección social,
una tendencia a la disminución de las garantías laborales, violación a los derechos
humanos fundamentales, inexistencia de un marco jurídico que propenda al
mejoramiento del cumplimiento de los derechos. Simplemente, los hogares de las
personas ocupadas en servicio domestico tienen una situación relativamente más
pobre que las que no tienen miembros en esta ocupación.

Estas malas condiciones debido a la condición del trabajo de desempeñan estas
mujeres: dentro del hogar, en el ámbito privado, remplazando trabajo domestico no
remunerado anteriormente hecho por mujeres.

Es por tanto necesario, re-valorar el trabajo de las trabajadoras domesticas
remuneradas a través de llamar la atención sobre su contribución y su problemática,
que sirva de base para la construcción de propuestas que contribuyan a la igualdad


                                                                                    29
de condiciones, respecto a otras actividades económicas, siendo un aspecto que no
puede obviarse en la agenda económica de las mujeres.

Lo anterior permite platear algunas recomendaciones estratégicas para ser tomadas
en cuenta en las acciones por las legislaturas, las instituciones públicas, las agencias
de cooperación y la sociedad civil.




              Para establecer y garantizar los derechos laborales de
                    las trabajadoras domesticas remuneradas:

Reforma del marco legal vigente: Esta propuesta considera las reformas jurídicas
que superen el tratamiento legal discriminatorio vigente para las trabajadoras
domésticas, partiendo de una concepción adecuada del trabajo doméstico
remunerado, incluyendo una adecuada clasificación de las diferentes actividades
contenidas en la definición general de trabajo domestico remunerado y estableciendo
igualdad de derechos en cuanto a remuneración, seguridad social, acceso a servicios
de salud, vacaciones, derecho a no-discriminación, entro otros aspectos relevantes.
Fortalecimiento de la tutela efectiva de los derechos laborales: Este componente
sugiere la necesidad de fortalecer las instituciones garantes del respeto de los
derechos de las trabajadoras; las cuales deberán velar por el cumplimiento efectivo de
la ley por parte de los/as demandantes del trabajo doméstico remunerado.

Convenio de OIT: Una posible oportunidad para impulsar el tema es la introducción
del trabajo domestico remunerado en la agenda de la 99 a. reunión de la OIT prevista
para el 2010, con miras a determinar un convenio para este tipo de trabajo.


                    Para transformar la definición, provisión y
                      el valor asignado al trabajo de cuidado

Promoción activa de la valoración de la economía de cuidado por todos los
actores Dado que el conflicto entre trabajo domestico y otro trabajo, trabajo
remunerado y trabajo no remunerado viene de la sobre-valoración de la economía de
cuidado y la división sexual de trabajo, se requiere promoción creativa por varios
actores de la sociedad del concepto de trabajo de cuidado como habilidad especifica
tal como responsabilidad de todos: estado, mercado, todos los miembros de la
comunidad y todos los miembros, hombres y mujeres de la familia.

Promoción de políticas públicas que reconocen la economía de cuidado: Este
componente incluye la promoción del cuidado como responsabilidad pública y, por lo
tanto, como objeto de la política pública. Se reconoce la necesidad de formular

                                                                                     30
políticas públicas de cuidado que integren nuevas visiones sobre el cuidado. Estas
incluyen la protección de la maternidad y la paternidad, garantizando licencia de
maternidad y para los países que no las tienen contempladas, la licencia de
paternidad. Estas incluyen el estado como un participante activo en la oferta de
trabajo de cuidado para desfamiliarizar y desfeminizar esta actividad.


                       Para ampliar las oportunidades de las
                      trabajadoras domesticas remuneradas

Certificación y capacitación/formación laboral: Este componente busca
profesionalizar el trabajo doméstico creando capacidades técnicas que potencien la
revalorización del trabajo doméstico así como la ampliación de opciones para las
mujeres que deseen el cambio de inserción laboral.

Promoción de políticas laborales específicas: se busca crear bolsas de trabajo
doméstico donde confluyan oferentes y demandantes con la intermediación municipal
coordinada por una instancia especializada de la mujer, que promueva contrataciones
laborales apegadas a derecho. Así mismo es importante promover la formulación y
implementación de leyes contra discriminación. También es necesario apoyar a las
organizaciones sindicales de las trabajadoras domésticas u otras expresiones
colectivas, sin discriminación hacia las trabajadoras migrantes, eliminando las
restricciones del caso.

          Para el mejoramiento del conocimiento sobre el trabajo domestico
                                    remunerado

Tal como se expuso en la introducción de este informe, la información estadística
presentó limitaciones importantes para el desarrollo apropiado del planteamiento
original de la investigación. Estas limitaciones necesitan ser atendidas y superadas,
tanto para alimentar el trabajo de cambio como para su seguimiento y posterior
evaluación.
Para la captación apropiada de información sobre el trabajo doméstico
remunerado, en tanto ocupación y en tanto oferta de servicios de cuidado, sería
necesario:
    Revisar la forma en que se registra y procesa actualmente este trabajo en
     los instrumentos estadísticos nacionales oficiales (Encuestas de Hogares
     generales o específicas para la medición del empleo).-
    Agregar un mínimo de preguntas que permitan identificar el peso relativo
     de este servicio en la atención de las demandas de cuidado de los
     hogares.- Este es un vacío actual de las encuestas de hogares que debiera
     ser subsanado. La experiencia del INE, en Honduras, prueba que una simple
     pregunta permitió identificar el número de hogares que hacían uso de servicio
     doméstico y la modalidad del mismo. Los resultados confirmaron además lo
     lejos de la realidad que estaba los datos trabajados con la información de 2007.

                                                                                  31
 Identificar e incorporar preguntas que puedan ser viables y útiles en otros
     instrumentos estadísticos.-
    Promover el relevamiento del trabajo doméstico en los observatorios
     laborales existentes (nacionales y/o regionales).- Esto es una labor más
     de incidencia política para la creación de voluntades. Si equipos de
     investigación con pocos recursos pudieron producir información con los datos
     existentes, estas instancias también podrían hacerlo y, a futuro, una vez
     logrado el mejoramiento de las estadísticas nacionales jugarían un papel vital
     para la construcción de panorámicas regionales.
    Mejorar los registros administrativos.
Para alimentar los procesos de política pública en el tema del cuidado, un
aspecto obligado es contar con información sobre la demanda y oferta de cuidado.
Para tal fin, sería necesario:
    Avanzar en el tema de las encuestas de uso de tiempo.-
    Avanzar en la construcción de la Cuenta Satélite de Hogares.-
Para asegurar información oportuna, más allá de los datos, hay que asegurar
esfuerzos investigativos sostenidos que permitan la valoración y la toma de
decisiones correctivas necesarias en los procesos de política pública que se
implementen. La falta de uso de los datos estadísticos que se solicitan es una de las
razones comúnmente esgrimidas por las instituciones estadísticas para el rechazo de
estas solicitudes. Para ello, se sugiere:
    El establecimiento, o aprovechamiento de las existentes alianzas
     estratégicas con las diferentes universidades y centros regionales de
     investigación.
    Promover el fortalecimiento de capacidades para la investigación con
     enfoque de género en las universidades.

                       LÍNEAS DE ACCIÓN ESTRATÉGICA

      La identificación de potenciales aliados(as) y el proceso de construcción
de alianzas: Parte del reconocimiento de instancias institucionales que tengan
capacidad de incidencia a nivel de los gobiernos; así como condiciones financieras
para aportar a la resolución de la problemática en cuestión; incluyendo la promoción
de la conformación y fortalecimiento de las instancias articuladoras y de organización
de las mujeres, para que sean ellas las protagonistas de empujar las iniciativas que
mejoren la situación que viven las trabajadoras domésticas.


 La construcción de un ambiente que valora la economía de cuidado: Este
aspecto está referido a contrarrestar los mitos y percepciones vigentes en el
imaginario social respecto al trabajo doméstico; lo cual implica un gran esfuerzo de
producción y difusión de las ideas y propuestas que contribuyan a contrarrestar el
arraigo cultural predominante en relación al servicio doméstico remunerado.

                                                                                   32
 Aprovechamiento de iniciativas públicas en curso: Este componente consiste
en la identificación de los programas gubernamentales vigentes, que puedan
orientarse hacia la búsqueda de mecanismos financieros para fortalecer las iniciativas
educativas y de diversa índole que atañen a la problemática en cuestión.


 Fortalecimiento de la aplicación del enfoque de género, que incluya el tema
del cuidado, en la formulación, implementación, seguimiento y evaluación de
las políticas públicas: Este aspecto considera la necesidad de incorporar el enfoque
de género en la economía de cuidado, la cual constituye una temática vagamente
abordada; por lo que es necesario la incidencia de su correcta asimilación en el marco
de las políticas públicas y la construcción estadística que realizan los países; para
poder tener acceso a la información cuantitativa y cualitativa, que permita dilucidar
fielmente los avances y complicaciones de la problemática de las mujeres,
particularmente enfocado en el trabajo doméstico.




                                                                                   33
BIBLIOGRAFÍA

Documentación Base (Informes Nacionales)
   Cabrera, Norma; Márquez, Silvia; Pellecer, Sonia y Saso, Lucrecia: El Trabajo Doméstico
   Remunerado en Guatemala. 25 de Marzo de 2009.
   Duarte, Isis; Hasbún, Julia y Vargas. Lalito Ramón: Entre su casa y la mía: El trabajo doméstico
   remunerado en la República Dominicana. Santo Domingo, 25 de Enero de 2009.
   Marco Serra, Yolanda; Rodríguez Morejón, Xiomara; Arrocha, Rosa y Núñez, Maura: El Trabajo
   Doméstico Remunerado en Panamá: A dos aguas entre ocupación y pilar de los cuidados.
   Panamá, Enero de 2009.
   Martínez Franzoni, Juliana; Mora, Sindy y Voorend, Koen: El trabajo doméstico remunerado en
   Costa Rica: Entre ocupación y pilar de los cuidados. San José, 16 de Mayo de 2009.
   Martínez, Nessy; Cueva, Karla y López, Digna: Trabajo Doméstico Remunerado en Honduras:
   A dos aguas entre ocupación remunerada y pilar del cuidado. Tegucigalpa, 7 de Enero de 2009.
   Palacios N., Martha C.;Tinoco F., Gilma Y. y Centeno O., Rebeca D.: La Institucionalización
   Sociocultural y Jurídica de la Desigualdad: el trabajo doméstico remunerado en Nicaragua.
   Managua, 5 de Febrero de 2009.
   Vega, Ana Lilian; Martínez Julia Evelin; Amaya, Patricio y Duke, Karen: Realidades y Desafíos
   del Trabajo Doméstico Remunerado en El Salvador. San Salvador, 2 de Abril de 2009.

Documentación Adicional Consultada y/o Citada
   _______________ Código de Trabajo – Costa Rica. Disponible en:
   http://www.cosibah.org/files/Codigo%20de%20Trabajo%20de%20Costa%20Rica.pdf
   _______________ Código de Trabajo – El Salvador. Disponible en:
   http://www.conamype.gob.sv/cajadeherramientas/mipymes/leyes/trabajo.pdf
   _______________ Código de Trabajo – Guatemala. Disponible en:
   http://www.lexadin.nl/wlg/legis/nofr/oeur/arch/gua/ct.pdf
   _______________ Código de Trabajo – Honduras. Consultado en línea en:
   http://www.angelfire.com/ca5/mas/HON/TRB/t013.html
   _______________ Código de Trabajo – Panamá. Disponible en:
   http://www.mitradel.gob.pa/PDF/codigodetrabajo.pdf
   _______________ Código de Trabajo – República Dominicana. Disponible en:
   http://www.set.gov.do/descargas/download/cod001.pdf
   _______________ Ley 666. Ley de Reformas y Adiciones al Capítulo I del Título VIII del Código
   del Trabajo de la República de Nicaragua. 2 de Julio de 2008. Disponible en:
   http://www.mitrab.gob.ni/index/Ley666Nic.pdf
   Arriagada, Irma (Coord.): Familias y políticas públicas en América Latina: Una historia de
   desencuentros.CEPAL y UNFPA. Santiago de Chile, octubre de 2007. Disponible en:
   www.eclac.cl/publicaciones/xml/9/31999/LP96_Familia_lcg2345.pdf
   Bendeck, Zochitl: Análisis Legislativo sobre Trabajo Doméstico en El Salvador y Propuesta de
   Reforma Legislativa. San Salvador, Diciembre 2004. Disponible en:
   http://www.csj.gob.sv/Doctrina.nsf/d00475de7590b44d06256937000d8863/771ac589cbcc9244862
   5723c005482df?OpenDocument

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Trabajo Doméstico Remunerado

  • 1. 1
  • 2. PRESENTACIÓN El Consejo de Ministras de la Mujer de Centroamérica del Sistema de la Integración Centroamérica (COMMCA/SICA), es consciente de la crisis económica mundial cuyos impactos se están sintiendo con gran crudeza en los países que integran el SICA y de que se requiere de acciones de política pública de forma urgente a fin de reducir los factores de vulnerabilidad, falta de opciones laborales y de seguridad que enfrenta la población más pobre de la región dada la brusca pérdida de puestos en la económica formal y la mayor precarización de la economía informal. Esta población es eminentemente femenina, una vez más son las mujeres quienes cargan con el mayor peso de las crisis socioeconómicas, agravándose la situación de inequidad en cuanto al goce de sus derechos humanos y por ende de su calidad de vida y la de sus familias. Viven día a día la fragmentada y heterogénea realidad centroamericana que entre otras, genera dramáticas brechas de género, obligando, sin más dilación, a construir un espacio socioeconómico regional como medio para mejorar el desarrollo de sus países y la región. La creciente integración de las mujeres en el mercado laboral y el incremento de hogares con jefatura femenina, son factores que están provocando cambios en la composición de los hogares y al mismo tiempo en la distribución del las tareas del cuidado de los personas. El trabajo domestico remunerado suele ser una solución para esta dilema pero la pregunta que no debemos dejar de hacernos es ¿hasta qué punto esta ocupación está aportando a la equidad de género? Por otra parte, la falta de oportunidades de empleo y la agudización de la situación económica de los hogares, ha conllevado también a lo que se conoce como la feminización de la migración. Una gran parte de las mujeres que emigran, se ubican en el trabajo domestico remunerado en los países receptores de esa migración siendo estos en su gran mayoría países con mayor desarrollo que el país de origen. Los análisis sobre los flujos migratorios están motivando la reflexión sobre la falta de políticas de cuidado en los países de destino así como en los impactos para las familias de las mujeres en sus países de origen. Entonces aquí nos surge otra interrogante- ¿hasta qué punto está siendo útil para la sociedad el crecimiento en trabajo domestico remunerado? La presente publicación busca ser un insumo para promover un mayor conocimiento sobre el trabajo domestico remunerado ampliando así la conciencia sobre las brechas entre los derechos de las personas trabajadoras en el sector y sobre la necesidad de que se considere como un sector económico que requiere de políticas especificas que lo dignifique como un tipo de trabajo en el mercado laboral. Esta fuente de empleo a la que miles de familias recurren como un mecanismo de conciliación entre el trabajo domestico y de mercado y una estrategia de sobrevivencia para miles de familias pobres merece gozar de las normas laborales globales, evitando la violación de los derechos humanos de las personas trabajadoras. Mayra Díaz Méndez Presidenta Pro Tempore COMMCA Julio-Diciembre 2009 2
  • 3. El libro Puertas Adentro: Mitos y Realidades del Trabajo Doméstico Remunerado en Centroamérica y República Dominicana es una investigación sobre un componente importante de la economía que generalmente queda casi invisible y que es el Trabajo Domestico Remunerado. El estudio analiza las condiciones y elementos determinantes de la demanda y oferta del TDR. Presenta un análisis detallado del marco jurídico y de políticas vigentes en la región y las contradicciones que existen entre actores clave frente a la necesidad de establecer un marco jurídico que regule y garantice los derechos laborales de las personas trabajadoras en el sector. También el estudio pretende investigar la dinámica compleja que se da entre los componentes de la oferta y demanda del TDR y las relaciones de género que se dan a partir de una relación contractual. El estudio surge a iniciativa del Consejo de Ministras de Centroamérica (COMMCA), en el marco de su Plan de Acción 2008-2009, en el que se define como prioridad la autonomía económica de las mujeres. Se enmarca además, en los convenios que el COMMCA ha establecido con el Programa “La Agenda Económica de las mujeres - AGEM” (UNIFEM - PNUD) y la Línea de Género del Programa de Cooperación Regional con Centroamérica de AECID (Agencia Española para la Cooperación Internacional). Los fondos para la realización de este estudio provienen de ambos programas y agencias. Esta investigación es un paso en el cumplimiento de las acciones propuestas por los gobiernos latinoamericanos en el Consenso de Quito (resultado de la X Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y El Caribe realizada en Quito, Ecuador, agosto de 2007); asimismo es parte de la estrategia de investigación sugerida en el documento base preparado por la CEPAL para dicha Conferencia: “El aporte de las mujeres a la igualdad en América Latina y el Caribe”. Aunque el objeto de la investigación es el trabajo domestico remunerado (TDR); también analiza otros aspectos interrelacionados con las problemáticas y dinámicas laborales de las mujeres de la región. El concepto de trabajo remunerado desarrollado en este trabajo, se ajusta según la clasificación internacional de las cuentas nacionales de servicios domésticos. A pesar que cualquier persona (hombre o mujer) podría estar involucrada en las diferentes actividades especificas que engloban los servicios domésticos, las estadísticas muestran que posiblemente no haya ninguna ocupación en la región más segregada por sexo que ésta. En general, los empleadores en los países del de la región SICA, en su gran mayoría son hombres, sin embargo, cuando se habla del TDR, la mayoría de los empleadores son mujeres. Otra diferencia sustantiva radica en que la mayoría de las actividades económicas se realizan fuera del hogar, pero en el caso de TDR se desempeña el trabajo en las casas particulares, es decir, en el ámbito privado. 3
  • 4. Por la misma naturaleza del trabajo domestico remunerado: realizado en condiciones de aislamiento, mayoritariamente de manera informal y feminizado, en el ámbito privado, es un sector invisible para las estadísticas oficiales y los estudios relacionados al trabajo domestico remunerado (TDR) han sido un tanto limitados. Por otra parte, existen estereotipos y supuestos subjetivos relacionados al trabajo domestico remunerado que obstaculizan políticas explicitas así como la existencia de leyes, movimientos sociales, entre otros elementos, que podrían contribuir a la defensa y protección de los derechos de las personas que trabajan en este sector de la economía. También, los efectos de la globalización y de la mayor interdependencia de las economías muestra un incremento en el número y la frecuencia de este tipo de servicios que antes era solo un recurso utilizado por grupos sociales de nivel socioeconómico alto y hoy en día se ha transformado en la región en un sector más dinámico y ampliado con otros grupos socioeconómicos. Por ello, la presente investigación busca responder la siguiente pregunta: ¿Es el TDR una ocupación que contribuye al desarrollo de un país? o solo es un recurso de sobrevivencia económica que mantiene a las mujeres y su familia en situación de pobreza? No hay dudas que el TDR es un mecanismo de mercado que cruza fronteras entre el ámbito productivo y reproductivo y por ello es necesario comprender sus dinámicas para conocer sus implicancias en la vida de las mujeres y sus familias y planificar acciones que contribuyan a cambiar loe efectos no deseados y convertirlo en un trabajo decente. La investigación puertas adentro: Mitos y Realidades del Trabajo Doméstico Remunerado en Centroamérica y República Dominicana aporta al conocimiento del Trabajo Doméstico Remunerado (TDR) en varias dimensiones no abordadas en indagaciones anteriores. Se centra en el análisis de la oferta, demanda y condiciones socio-laborales de TDR y los factores socioeconómicos y políticos explicativos. Mediante diferentes mecanismos cuantitativos se establece vínculos con la creciente participación de las mujeres en actividades económicas, con el trabajo doméstico no remunerado y con las condiciones de vida personal y familiar de las trabajadoras domésticas, así como de los hogares y mujeres contratantes. Así también, este estudio contribuye a llenar vacíos de información cualitativa dado que explora cambios en las vidas de trabajadoras domésticas remuneradas e incluye la perspectiva de las empleadoras, dimensionando fielmente las implicaciones que derivan de la realización de esa actividad. De igual forma, se analiza el tratamiento legal y político del empleo doméstico para derivar recomendaciones en de políticas públicas. 4
  • 5. El objetivo general de esta investigación consiste en generar información sobre el trabajo doméstico remunerado, su relación con el trabajo doméstico no remunerado y las condiciones de vida de las mujeres en la región centroamericana y República Dominicana, vía acercamientos por país, para identificar cambios legislativos y líneas de política pública prioritarios frente a este tema. Los Objetivos Específicos son: a) Dimensionar y caracterizar el trabajo doméstico remunerado y sus implicancias en la vida y autonomía de las mujeres en general y sobre las mujeres ocupadas en esta actividad, en particular; b) Dimensionar y caracterizar el trabajo doméstico no remunerado y el relacionamiento entre ambos (trabajo doméstico remunerado y no remunerado) en cuanto a categorías como autonomía, relaciones de poder, etc.; c) Determinar la relevancia del trabajo doméstico remunerado no sólo como alternativa de empleo para mujeres sino en el marco más amplio de contextos nacionales caracterizados por una creciente participación femenina en el mercado de trabajo; de los flujos migratorios; y la prevalencia marcada de la subvaloración social del trabajo doméstico; d) Identificar las relaciones entre trabajo, estado y familia, mediante el análisis de las principales políticas vigentes, tanto en materia económica como social; e) Identificar y priorizar recomendaciones en la normativa y en la política pública tendientes a la superación de los problemas detectados. En particular, las políticas relacionadas con los ámbitos priorizados por el COMMCA: jornada laboral, ingresos, seguridad social y organización; y f) Diseñar estrategias que viabilicen las recomendaciones del estudio tanto en el ámbito centroamericano como nacional. La primera parte del estudio presenta el marco conceptual y algunos conceptos útiles para un análisis de trabajo domestico remunerado desde la perspectiva de género. Se ubica el trabajo domestico remunerado dentro de la economía del cuidado, y se discute algunos otros conceptos que apoyarán al análisis en las siguientes secciones. Después se presentan las tendencias y la dinámica reciente del trabajo domestico remunerado en el Istmo Centroamericano y República Dominicana, vinculando el crecimiento de TDR con los cambios económicos experimentados en la región y en el mundo. Se sigue con una descripción en más detalle de las características de las trabajadores domesticas remuneradas y de sus empleadoras para llegar a algunas conclusiones sobre la oferta y demanda de servicios. Se investiga más en detalle las características del trabajo con resultados de la encuesta propia de la investigación, evidenciando que las trabajadoras domesticas remuneradas se encuentran fuera del sistema de derechos laborales y eso 5
  • 6. debido a varios aspectos de género como el hecho de ser un trabajo que se realiza en el ámbito privado y a que es una fuerza laboral que está ¨remplazando¨ el trabajo domestico no-remunerado de otras mujeres que participan del mercado de trabajo. Se analiza el marco legal en los varios países con una mirada sobre la respuesta que el mismo da a la situación de trabajo domestico remunerado, y los obstáculos que existen para incidir en cambios en dichos marcos jurídicos y legales. Se analiza la calidad de vida de las trabajadoras domesticas remuneradas y un análisis particular sobre como ellas abordan el conflicto entre trabajo remunerado y el no-remunerado y conocer si su trabajo remunerado les está permitiendo empoderamiento desde una perspectiva de género. El informe incluye algunas recomendaciones basadas en los hallazgos del estudio enfatizando en algunas acciones que podrían contribuir en generar las condiciones para que el TDR sea un trabajo que garantice los derechos y obligaciones de todos los actores involucrados. Los conceptos más útiles para una mirada comprensiva del TDR vienen de los estudios de género y economía, especialmente del campo de la economía feminista. La economía feminista desvela el paradigma androcéntrico de la economía neoclásica y argumenta que la economía se representa mediante la figura de un iceberg: la parte visible corresponde a la economía remunerada, considerada como sinónimo de la economía –desde la economía neoclásica– y la parte invisible –la base de la economía en su conjunto– corresponde a la economía no remunerada (Pérez, 2005). Es decir, no sólo establece relaciones entre ambas esferas (remunerada y no remunerada) sino que arguye que existe una sola realidad económica la cual ha sido escindida (fragmentada) desde los análisis económicos tradicionales. Justamente la base (invisible) de la economía es la que se pretende relevar y valorizar desde estos planteamientos. Las formas de distribuir las tareas y trabajos en cada sociedad, remunerado o no-remunerado, está diseñado y designado no solo por eficacia económica pero también por varios factores socio- culturales y por las relaciones de género, clase, edad, raza, etc. Por eso en la economía feminista el estudio de estas relaciones forma parte del análisis de los fenómenos económicos. Desde el paradigma económico neoclásico, los hogares importan en tanto son consumidores y productores de fuerza de trabajo útil para el funcionamiento del sistema económico. Para la economía feminista, los hogares constituyen la forma en cómo las sociedades organizan el cuidado de sus miembros como parte del funcionamiento del sistema económico y da cuenta de las relaciones y organización social incluyendo todas las actividades necesarias para mantener o mejorar la sociedad y su nivel de vida. Por eso, la unidad de investigación ya no es el hogar como un ente homogéneo donde existe un patrón común de bienestar, sino las personas como individuos que tienen derechos, deberes y distintas cargas de trabajo, acceso a recursos y por tanto, relaciones de poder desiguales entre los miembros del hogar. 6
  • 7. En resumen, la propuesta de la economía feminista promueve que las relaciones de género sean objeto de estudio legítimo del pensamiento económico, busca romper con los paradigmas androcéntricos y lograr que la preocupación fundamental de la economía no sea el funcionamiento de los mercados, sino la sostenibilidad de la vida. Conceptos para discusión sobre Trabajo Domestico Remunerado Partiendo del marco de la economía feminista, hay algunos otros conceptos útiles para analizar el trabajo domestico remunerado. Estos son: la economía de cuidado, la división sexual del trabajo, el ámbito público, el ámbito privado y conciliación. En términos generales, la economía del cuidado se refiere ¨a un espacio bastante indefinido de bienes, servicios, actividades, relaciones y valores relativos a las necesidades más básicas y relevantes para la existencia y reproducción de las personas, en las sociedades en las que viven. En particular, se trata de aquellos elementos que cuidan o “nutren” a las personas, en el sentido que les otorgan los elementos físicos y simbólicos imprescindibles para sobrevivir en sociedad” (Rodriguez 2007, citando a UNIFEM, 2000). Dentro de estas actividades se ubican actividades reconocidas directamente como ¨cuidado: de cuidado de niños, mayores, enfermos, personas con discapacidades. Pero también otras actividades necesarias para sostener la vida: cocinar, ir al mercado, limpiar, lavar ropa, planchar, buscar agua o leña, etc. Desde el paradigma clásico (androcéntrico) de la economía, sólo se considera trabajo aquellas actividades signadas por relaciones mercantiles (generadoras de ingresos) en el ámbito público y el trabajo de cuidado no remunerado como “no trabajo”, porque no está sujeta a relaciones de mercado. Los proveedores de los servicios de cuidado están constituidos por cuatro agentes: el Estado (servicios públicos de cuidado), el mercado (servicios privados de cuidado), los hogares y la comunidad (servicios de cuidado no remunerados). El campo de estudios de género identifica que se diferencian los valores de comportamiento tal como el valor asignado a varios productos y servicios, dependiente si se ubican en el ámbito público o el ámbito privado. Como ámbito público se define todo lo que es fuera del hogar: generalmente engloba las acciones y áreas del estado, del mercado privado, de la comunidad y como ámbito privado se define los ámbitos del hogar y de la familia. La división de tareas y la decisión sobre quién provee servicios de cuidado y en qué ámbito, son decididos por el orden social, lo que incluye componentes de cultura, ley, entre otros, los cuales así son sujeto de estudio de economía feminista. El trabajo doméstico está directamente determinado por el orden social de género y de la división sexual de trabajo. Por medio del cuidado se construye la identidad genérica de las mujeres quienes realizan mayoritariamente el trabajo domestico remunerado o no- 7
  • 8. remunerado. Debido al sistema de género imperante, no es del todo correcto afirmar que los hogares o familias son responsables del cuidado de las personas, sino que esta tarea corresponde directamente a las mujeres en tanto trabajadoras no remuneradas (Rico, 2005). La relación entre cuidado y feminidad es de larga data, pero se identifica como problema cuando las mujeres ingresan masivamente al mercado laboral y siguen siendo responsables del cuidado no remunerado, lo que hace visible la tensión entre los tiempos del cuidado y los tiempos del trabajo remunerado. Martínez y Monge utilizan el término “conciliación” para referir a la conciliación entre trabajo productivo y trabajo reproductivo en una sociedad determinada y, dependiendo del contexto, se puede recurrir al Estado, al mercado privado o a la comunidad. Pero, “A pesar de dicha tensión y las deficiencias de cuidado en las sociedades latinoamericanas, este problema público no ha ingresado todavía en las agendas, ya que se considera un tema privado que debe ser resuelto en función de las decisiones y opciones individuales” (Arriagada, 2007: 62). Por ello, la estrategia más común para conciliar el trabajo remunerado con el trabajo no remunerado, desde las mismas mujeres, es la delegación de su trabajo no remunerado en otras mujeres, o sea en la familia o comunidad hacia otras mujeres de forma no-remunerada, o hacia el mercado privado a través de las empleadas domésticas. Rodríguez (2005: 9) explica: “puede decirse que en América Latina existe una ausencia absoluta de una política pública de cuidado. La premisa pareciera ser que ésta es una responsabilidad fundamentalmente de los hogares, y la provisión pública es simplemente un complemento para aquellos hogares que no pueden resolverlo por sí mismos. ..Se evidencia en la región latinoamericana un marcado deterioro en la calidad de los servicios públicos de cuidado”. En el mismo sentido argumentan Martínez y Camacho (2007): “A veces equilibristas, a veces malabaristas, no cabe duda que las mujeres concilian. En las últimas décadas las mujeres latinoamericanas han ingresado al mercado laboral sin por ello dejar de ocuparse de los requerimientos cotidianos de la atención a sus familias”. Identifican las autoras -mediante el análisis de políticas conciliatorias1 de 6 países de Latinoamérica- que la infraestructura de cuidados de la región es precaria. 1 Es un tipo particular de políticas que facilitan la inserción laboral y la atención de la demanda de cuidados, en particular de las mujeres, y más aún de las mujeres madres (Martínez y Camacho2007). 8
  • 9. Ilustración No. 1: EL TRABAJO DOMÉSTICO REMUNERADO EN EL MARCO DE LA DIVISIÓN SEXUAL DEL TRABAJO, LA ECONOMÍA Y EL CUIDADO Economía Remunerada E ECONOMÍA DEL Trabajo Doméstico C Remunerado CUIDADO O N O M Í A Economía No Remunerada 9
  • 10. La división sexual del trabajo se representa con el uso de los símbolos de mujeres y hombre dentro del mismo iceberg. En la economía remunerada, la participación masculina sigue siendo mayoritaria, de ahí el uso de la línea continúa. La participación de las mujeres en la economía remunerada es, sin embargo, mayor que la de los hombres en la no remunerada, de ahí el uso de la línea punteada más fuerte. En la economía no remunerada, la participación femenina sigue siendo altamente mayoritaria mientras que la masculina es todavía débil, de ahí el uso de la línea punteada más débil. Como se ilustra en la ilustración Nro. 1, el presente estudio ubica el trabajo doméstico remunerado como parte de la oferta del mercado privado de servicios de cuidado y es definido como una estrategia conciliadora utilizada por las mujeres insertas en el mercado laboral. El trabajo doméstico remunerado tiene una doble condición: por un lado, media remuneración y por tanto, es un empleo que forma parte de la economía remunerada, del mercado y del ámbito público. Por otro lado, debido al tipo de tareas que lo conforman y al hecho de que se realiza dentro de los hogares, la construcción social de género lo ubica –explícita o implícitamente– como parte del trabajo doméstico asociado a la responsabilidad de las mujeres en el hogar y al trabajo no remunerado. Esta doble condición plantea la necesidad de prestar mayor atención e investigación que lo que se logra analizar en la presente investigación. La publicación Puertas Adentro: Mitos y Realidades del Trabajo Doméstico Remunerado en Centroamérica y República Dominicana, es un análisis de siete investigaciones nacionales que contaron con una variedad de datos estadísticos oficiales, información secundaria, y datos primarios recopilados específicamente para la investigación. Antes de iniciar el proceso de investigación nacional se elaboró un diseño técnico-metodológico que fue discutido y consensuado con los equipos de investigación. El diseño incluyó la identificación de variables e indicadores y estableció los tabulados a trabajar en el caso de la información cuantitativa, tanto secundaria como de campo. Para el procesamiento de los datos oficiales se contó con el valioso apoyo de las instituciones nacionales responsables de las estadísticas. Durante la investigación de campo se realizaron entrevistas individuales y colectivas con informantes clave, con expertos y expertas en el tema, con empleadores de trabajadoras domesticas y trabajadoras en servicios domésticos remuneradas. Dada la necesidad de disponer de información más detallada sobre las condiciones del trabajo de las trabajadoras domesticas remuneradas se hizo el levantamiento de 2,786 encuestas abarcando a siete países (Costa Rica, Panamá, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Republica Dominicana) sobre la base de un cuestionario común que fue discutido y consensuado con los equipos nacionales de investigación. La encuesta se aplicó en la capital y otra ciudad en cada país. 10
  • 11. La investigación identificó 38 indicadores construidos para estandarizar el análisis regional; sin embargo, las dificultades en el acceso a la información solo permitieron la construcción entre 13 y 29 indicadores por país. La presente publicación se enmarca en cuatro aspectos fundamentales del trabajo domestico remunerado: i) la Oferta y ii) la demanda de trabajo doméstico remunerado y su dinámica reciente iii) el tratamiento legal y político del empleo doméstico remunerado; y iv) otras políticas públicas, sociales y económicas que, de forma directa o indirecta pueden influenciar la oferta, demanda o condiciones del trabajo doméstico remunerado. Para estos cuatro aspectos existen dos ejes transversales: el primero referido al enfoque teórico de género, buscando evidenciar el nivel de vigencia de los estereotipos, prácticas discriminatorias y relaciones desiguales de género así como su influencia en el comportamiento de las variables analizadas. El segundo tema transversal tiene que ver con el proceso de revelamiento y análisis de la información secundaria, contemplándose como un objetivo adicional, la medición de la disponibilidad y calidad de la información para el seguimiento al trabajo doméstico remunerado. Se definieron preguntas orientadoras que sustentan el desarrollo metodológico de la investigación: i) ¿Ha variado el nivel y/o balance de género de la oferta de TDR en los últimos años?; ii) ¿Cuál es el perfil socio-demográfico actual de las/os trabajadores domésticos remunerado?; iii) ¿Cuáles son los problemas de calidad que caracterizan al trabajo doméstico remunerado y los impactos principales de este tipo de inserción laboral sobre las/os trabajadores domésticos remunerados y sus familias?; iv) ¿Cuáles son las características principales de los hogares que pueden estar influenciando su demandan trabajo doméstico remunerado?; v) ¿Cuáles son los aportes principales del marco legal vigente y/o de su aplicación, a las condiciones o características del trabajo doméstico remunerado?; y vi) ¿Qué elementos de políticas públicas sociales y/o económicas que pueden estar influenciando (o haber influenciado en los últimos años), directa o indirectamente, el nivel y condiciones de la oferta y/o la demanda de trabajo doméstico remunerado? 11
  • 12. 1 LA DINÁMICA RECIENTE DEL TRABAJO DOMÉSTICO REMUNERADO En todos los países de la región, el número absoluto de personas ocupadas ha aumentado tanto para mujeres como para hombres entre 2000 y 2007. En casi todos los países (con excepción de El Salvador, y para Guatemala no hay detalles) el aumento en ocupación ha sido mayor para mujeres, y se está incrementando la proporción de mujeres en la ocupación total. El sector de trabajo domestico remunerado ha experimentado un crecimiento de 39% el número de personas ocupadas. En varios países estudiados, el incremento de las mujeres ocupadas en el servicio doméstico supera el incremento de las mujeres ocupadas en otras actividades entre los años 2000 y 2007. Mientras la ocupación femenina total creció en 29,5%, la ocupación femenina en servicio doméstico lo hizo en un 42.1%. Es decir, en el año 2000 las mujeres trabajadoras domesticas representaban el 12.85% del total de trabajadoras ocupadas, mientras en el año 2007 la proporción se elevó al 14,10%. Gráfica No. 1 Porcentaje de Hogares que Cuentan con Servicio Doméstico: Comparativo 2000 - 2007 Con “dormida adentro” Todas las modalidades 12.0 12.0 10.0 10.0 8.0 8.0 6.0 6.0 4.0 4.0 2.0 2.0 0.0 0.0 CR ES HO NI PA RD CR ES GU HO NI PA RD TOT 2000 0.6 1.0 2.1 1.8 1.2 0.6 2000 9.8 5.7 9.1 7.0 2007 0.3 0.3 1.5 1.0 1.1 0.9 2007 a 11.1 4.4 6.5 6.9 10.3 8.6 11.0 8.4 Notas: 1/ Datos de República Dominicana para hogares que cuentan con SD con “domida adentro” corresponden a los censos de 1993 y 2002 2/ Los datos de Nicaragua corresponden a viviendas y no a hogares 3/ Las barras que no son rojas sólidas corresponden a estimaciones (ver Cuadro No. 7 en Anexo 1) 4/ El total es un promedio de los porcentajes por país, debido a que RD y PA usaron datos muestrales para este indicador. Fuente: Elaboración propia a partir de datos oficiales trabajados por los equipos de investigación en cada país 12
  • 13. En términos globales entre el 2000 y 2007 se observa un aumento en el porcentaje de hogares que cuentan con servicio domestico, mientras hay disminución en el uso de la modalidad de dormida adentro. En términos generales, la representación de hombres en el sector de servicio domestico ha sido muy bajo. En el año 2000 estos no superaron el 1% de hombres ocupados en el sector de servicios domésticos. En efecto aun cuando hubo crecimiento en la ocupación de hombres en el sector hasta 2007 de 0.63% hasta 0.86% en 2007 del total de hombres Cuadro No. 1 ocupados para la región, en ningún país Incremento Ocupación Femenina Total y en supera a 2% de la participación Servicio Doméstico entre 2000 y 2007 económica. Países OFT OFSD Costa Rica 46.5 44.1 Esto lleva a la conclusión que entre las El Salvador 13.1 26.9 mujeres el trabajo domestico es un gran Guatemala ND 26.4 componente de sus opciones laborales Honduras 32.1 81.8 Nicaragua 56.3 48.9 que está creciendo, mientras aunque con Panamá 46.8 18.6 pequeño crecimiento este sector casi no República Dominicana 19.0 39.3 tiene peso en la economía de los hombres. TOTAL 29.5 42.1 OFT: Ocupación femenina total OFSD: Ocupación femenina en servicio doméstico Nota: El “TOTAL” no incluye Guatemala Fuente: Datos oficiales trabajados por los equipos de investigación en cada país Asimismo, al analizar las variaciones según los rangos de edades que se dedican al trabajo doméstico, el balance general presenta un incremento en la proporción de trabajadoras domesticas remuneradas en edades mayores a los 35 años sobre la proporción de mujeres mayores ocupadas; cuya evolución positiva podría explicarse a la escasez de alternativas de empleo para mujeres mayores, los altos niveles de pobreza y los límites de la seguridad social que enfrentan la mayoría de los países. Entre mujeres menores en la mayoría de los países se aumentó su participación en trabajo domestico en números absolutos pero se bajó la proporción de mujeres en TDR sobre la total de mujeres ocupadas, señalando otras oportunidades de empleo para la creciente población de mujeres jóvenes. 13
  • 14. Gráfica No. 2 Porcentaje de Trabajadoras/es Domésticos sobre Ocupadas/os Totales Comparativo: 2000 - 2007 25.00 Cabe destacar que el empleo generado por la inversión extranjera 20.00 directa (IED) a nivel de la región (exceptuando Costa Rica) compite 15.00 con el generado en el trabajado doméstico remunerado, lo que 10.00 implica que si la demanda de trabajo femenino en las plantas 5.00 maquiladoras aumenta, se reduce la oferta doméstica remunerada. 0.00 CR ES GU HO NI PA RD Total El caso contrario ocurre en la crisis 2000 6.07 5.09 2.95 6.77 5.61 4.63 4.88 económica actual observándose en 2007 6.73 5.65 3.17 4.18 7.07 5.20 5.85 5.69 países como República Dominicana Mujeres que al contraerse la producción y el 25.00 empleo generado por la IED, la oferta de trabajo doméstico 20.00 remunerado tiende a ser mayor. Esta situación podría ser una campanada 15.00 de alerta en estos tiempos que cuando la oferta de servicios domésticos crece 10.00 frente a una demanda 5.00 probablemente deprimida, los riesgos para un empeoramiento de la 0.00 calidad de este tipo de empleo, CR ES GU HO NI PA RD Total serian mayores. 2000 16.64 10.63 8.34 20.82 15.42 12.69 12.85 2007 16.37 11.92 8.18 11.47 19.83 12.46 14.85 14.10 Finalmente, es importante mencionar, que los países Hombres 25.00 estudiados forman parte del fenómeno que se ha denominado 20.00 “transnacionalización del cuidado” donde las mujeres emigran a otros 15.00 países para remplazar el trabajo domestico no remunerado antes 10.00 hecho por mujeres nacionales, con trabajo domestico remunerado por 5.00 mujeres migrantes. Así se están surgiendo hogares transnacionales, y 0.00 el trabajo de cuidado que hacían las CR ES GU HO NI PA RD Total migrantes en sus propios hogares en 2000 0.89 0.60 0.27 0.97 0.81 0.58 0.63 el país de origen se cae a otras 2007 1.15 0.95 0.11 0.19 1.03 1.12 1.08 0.86 mujeres que se quedan. El trabajo de Fuente: Elaboración propia a partir de datos oficiales trabajados por los equipos de investigación en cada país cuidado se convierte en cadenas globales de cuidado. 14
  • 15. Los países estudiados son países de origen de flujos migratorios de TDR, especialmente Guatemala, El Salvador y República Dominicana hacia los Estados Unidos, España, Italia. La situación de estas trabajadoras se ubica fuera de esta investigación. Mientras la situación de mujeres migrantes hacia los siete países (especialmente Costa Rica y República Dominicana) se analiza como parte de la población de TDRs en estos países. “Buscamos a la muchacha porque yo trabajo en empresa, empresa de tabaco,…. la contratamos para que cuide a los niños, a mis dos nietecitos. La mamá de ellos está en España”. (Participante de grupo focal de empleadoras de clase baja, Nicaragua) 2. LA OFERTA Y DEMANDA ACTUALES DE TRABAJO DOMÉSTICO REMUNERADO ¿Quiénes son y de dónde provienen las personas que realizan trabajo doméstico remunerado? La investigación buscaba averiguar la veracidad del supuesto que vincula el trabajo de las mujeres rurales, pobres, indígenas y afro descendientes o extranjeras como grupo mayoritario en la ocupación de trabajadoras domesticas. Aunque se encontró que estos grupos poblacionales trabajan en el sector, en la mayor parte de los países estudiados se constató que no constituyen la mayoría de las trabajadoras domesticas remuneradas. Mayoritariamente estas son nacionales de áreas urbanas. La mayoría de los países no cuentan con datos para determinar flujos desde áreas rurales a urbanos para trabajadoras domesticas remuneradas. Los resultados de la encuesta propia realizada para la investigación en agosto del 2008, muestra que 4 de cada 10 personas encuestadas dijo haber nacido en áreas rurales, siendo El Salvador, República Dominicana y Guatemala los países con 50% o más de áreas rurales. 2 En la región existen países que son demandantes netos de trabajo doméstico remunerado. Así Costa Rica recibe un aporte de trabajo remunerado de Nicaragua, en donde según datos oficiales del 2004, el 19% de las/os ocupadas/os en esas tareas corresponden a nicaragüenses migrantes, no obstante, en la encuesta aplicada en 2008 en dos ciudades había una participación del 57% de trabajadoras provenientes de Nicaragua. Para el caso de República Dominicana, Haití destaca como un proveedor representativo de trabajo doméstico remunerado. Las estadísticas identifican un 1.7% de extranjeras desempañándose como trabajadoras domesticas remuneradas en 2007 pero en la encuesta propia en 2008 captó un 17% del total de las trabajadoras encuestadas de origen haitiano. 2 La encuesta no pretende investigar el trabajo domestico remunerado en áreas rurales. 15
  • 16. En cuanto a Panamá, el único país donde el número absoluto de mujeres entre 15 y 34 años como TDR se redujo entre 2000 y 2007, se encontró que existe una demanda creciente de trabajo doméstico remunerado proveniente del exterior para el 2009. En el resto de países en estudio (Nicaragua, Guatemala y El Salvador) no se encontró un numero sustantivo de extranjeras como TDRs, es decir, son las personas nativas de esos países las que realizan este tipo de trabajo. Más que nada estos países son fuentes de trabajadoras domesticas para otros países. . Otro grupo que merece investigación es la proporción de indígenas o afro descendientes entre las TDRs. Pese al imaginario social, parece que las personas pertenecientes a pueblos indígenas no trabajan mucho más en el sector que su proporción de las poblaciones nacionales. Por ejemplo en Guatemala, los datos oficiales muestran que el 72% de las trabajadoras domésticas remuneradas no son indígenas y la encuesta para esta investigación captó solo el 32.4% de encuestadas como personas pertenecientes a pueblos indígenas. El otro país que registra presencia de mujeres indígenas y afro descendientes como empleadas domesticas es Panamá con 8% de encuestadas y los otros países registran menos del 3%. Gráfica No. 3 Al analizar los datos oficiales Distribución de las Ocupadas en Servicio Doméstico por Rangos de de 2007 sobre las edades Edad - 2007 de las trabajadoras 100% domesticas remuneradas hay diferencias grandes 90% entre los siete países. Es en 80% Guatemala, seguido por 70% Honduras, El Salvador y Nicaragua donde hay el 60% mayor porcentaje de 50% mujeres jóvenes 15-24 años entre las ocupadas en el 40% servicio doméstico. Esos 30% mismos países registran la mayor participación de 20% mujeres hasta los 34 años 10% de edad. Mientras en Costa Rica y Panamá y hasta 0% CR ES GU HO NI PA RD TOTAL cierto punto en República Dominicana, hay una mayor 15 a 24 años 25 a 34 años 35 a 44 años representación de mujeres 45 a 49 años 50 años y más entre los 35 a 44 años y Fuente: Elaboración propia a partir de datos oficiales trabajados por los equipos de investigación en cada país mayores de 45 años y más. Buscando diferencias por edad entre las varias modalidades de trabajo, en la encuesta propia, se encuentra que entre las encuestadas con dormida adentro, hay 16
  • 17. mayor representación de mujeres de 15 hasta 24 años, eso especialmente valido en Nicaragua. La participación de mujeres en este grupo de edad es de menor proporción en las otras modalidades de tiempo completo con dormida fuera y de tiempo parcial. Mujeres entre 25 y 34 años tienen un peso relativamente grande en lo que la modalidad de trabajo con tiempo parcial. Gráfica No. 4 Trabajadoras Encuestadas por Rangos de Edad, según Modalidad de Trabajo TOTAL 100% 90% 80% 70% < 25 años 60% 25 a 34 años 50% 40% 35 a 44 años 30% 45 a 49 años 20% 10% 50 años y más 0% SD 1 SD 2 SD 3 Total SD: Servicio Doméstico 1 A Tiempo Completo con “Dormida Adentro” 2 A Tiempo Completo sin “Dormida Adentro” 3 A Tiempo Parcial para 1 ó más Hogares Fuente: Encuesta Realizada en el marco de esta investigación – Agosto 2008 Casi todos los países estudiados presentan 70% o más de las trabajadoras con educación primaria o menos (datos oficiales 2007). Guatemala y Honduras superan este porcentaje, mientras que Panamá presenta la mejor situación. A medida que aumentan las edades de las trabajadoras se evidencia menor nivel de educación. A pesar que la mayoría de estas mujeres tienen educación primaria o menos, hay un gran porcentaje que tienen algún año de educación media aprobado o más: en Panamá más de la mitad, en El Salvador y Nicaragua alrededor de un 30% y en el resto de los países, con la excepción de Guatemala, alrededor de un 20%. Para un trabajo oficialmente y socialmente considerado como no calificado y los relativamente altos porcentajes de mujeres con educación media, pone en evidencia que existen barreras para que estas mujeres accedan a otros tipos de trabajos. La mayoría de las mujeres que trabajan como empleadas domesticas provienen de hogares con los más bajos ingresos en relación a los hogares que no tienen presencia de personas que trabajan en ese sector. De acuerdo a datos oficiales de 2007, las mujeres que están ocupadas en trabajo domestico en una proporción similar son jefas de hogares y cónyuges de sus hogares. La proporción de mujeres que se presentan como hijas del jefe/a de hogar es superior en los países con mayor representación de mujeres jóvenes como El Salvador y 17
  • 18. Guatemala. En una relación de 50% y 60% de las personas que trabajan en este sector provienen de hogares con jefatura masculina. A diferencia de los datos oficiales, la encuesta propia aplicada en 2008 muestra un porcentaje mayor de hogares con jefatura femenina con excepción de Panamá y República Dominicana, y la mayoría de esos hogares son de mujeres con hijos sin pareja. ¿Cuáles son las características de los hogares que demandan el servicio del trabajo domestico remunerado? De acuerdo a los datos oficiales de los países estudiados, se estima un 8.4% de hogares que cuentan con trabajo domestico remunerado, es posible que haya algún nivel de sub-registro. La gran mayoría de hogares con servicio domestico se encuentran en el quintil 5 de ingreso. Tomando en cuenta la información oficial disponible para Honduras y Nicaragua, son los hogares con jefatura masculina del quintil 5 de ingresos los que contratan la mayor proporción de trabajo domestico. En el caso de los hogares con jefatura femenina, este mismo quintil de ingresos sigue siendo el de mayor peso, pero también el quintil 3 y 4 de ingresos de los hogares. Esto último estaría indicando que los hogares de ingreso medio con jefatura femenina recurren más a la contratación de servicios domésticos que los hogares con jefatura masculina donde posiblemente sean los cónyuges las que realizan dicho trabajo. Cuadro No. 2 Distribución por Quintil de Ingreso de los Hogares que Contratan Servicio Doméstico, según Sexo de su Jefatura Quintiles Honduras Nicaragua de Ingreso J' Mujer J' Hombre J' Mujer J' Hombre Quintil 1 1.0 1.4 0.1 1.7 Quintil 2 1.9 5.1 0.7 3.3 Quintil 3 10.3 7.5 12.1 3.6 Quintil 4 34.1 17.2 14.3 10.7 Quintil 5 52.7 68.8 72.8 80.7 Total 100.0 100.0 100.0 100.0 Fuente: Elaboración propia a partir de datos oficiales trabajados por los equipos de investigación de cada país Los datos oficiales también confirman que para cuatro países (Costa Rica, Honduras, El Salvador y Nicaragua) cuando la mujer jefa o cónyuge tiene trabajo remunerado, eso aumenta la probabilidad de tener una trabajadora domestica remunerada. La presencia de niños-as o mayores de edad suele aumentar la probabilidad de tener una trabajadora domestica remunerada pero las diferencias son pequeñas, y lo más 18
  • 19. sorprendente entre las encuestadas para esta investigación en 2008 es el alto porcentaje de hogares (entre un cuarto y un medio de las personas encuestadas) que cuentan con servicio domestico pero no tienen ningún niño-a a cargo, personas con discapacidad o mayores que requieren de ayuda. Es decir, en un gran porcentaje de los hogares no se trata de necesidades de cuidado de personas directamente. 3. CARACTERÍSTICAS Y CALIDAD DEL TRABAJO DOMÉSTICO REMUNERADO ¿Qué hace una trabajadora domestica? Como son las condiciones y beneficios de este trabajo? Los datos oficiales de 2007 muestran pocos datos generales sobre las características de trabajo domestico remunerado. Dentro de esta ocupación ya existe una importante segregación entre las tareas. Dependiendo del país, el trabajo domestico se divide en ocupaciones como empleada domestica, niñera, lavandera o planchadora, cuidado de personas, y en cada país más de 90% de las mujeres están trabajando en estas tareas. Mientras la mayoría de los hombres en servicio doméstico trabajan como jardinero, seguridad/vigilancia y como choferes. Las principales características de los trabajos que realizan las mujeres y los hombres es el lugar especifico donde lo realizan ya que por lo general los hombres lo hacen en el jardín, en la calle, en otros espacios, mientras las mujeres lo realizan al interior de los hogares. Cabe mencionar que estas tareas tienen equivalentes tradicionales en el ámbito de la economía remunerada, es decir, hay puestos de trabajo de vigilancia-policía, servicio de conducción de vehículos en puestos del estado o de empresas privadas donde es usual la presencia de hombres. En estos casos no se considera la posibilidad de remplazando con trabajo no-remunerado como suele suceder en las tareas de las mujeres trabajadoras domesticas. Para conocer un poco más sobre las condiciones del trabajo domestico, la encuesta propia del 2008 abordó cuestiones de salario, tareas específicas, beneficios, etc. Primeramente se observa que la mayor parte de las personas ocupadas en los servicios domésticos son “empleadas domésticas remuneradas”; las cuales desempeñan tareas correspondientes a los “oficios del hogar”: cocinar, limpiar, planchar y lavar ropa. La inmensa mayoría de las encuestadas declaró realizar más de una tarea, siendo lo más común la realización de entre 3 y 5 tareas. Entre las que realizan menos tareas se encuentran con más frecuencia las empleadas contratadas a tiempo parcial. Entre lo que es cuidado propiamente de otros personas, se encuentra que 39% de las encuestadas realizan esta tarea y son las que trabajan con la modalidad de dormida adentro, seguido con modalidad de tiempo completo. Hay menos frecuencia en cuidado de personas para las que declaran trabajar bajo la modalidad de tiempo parcial. En términos generales, se observa un nivel considerable de precariedad salarial, existiendo una alta variación de la remuneración-hora promedio entre países; siendo Nicaragua el país que presenta los salarios más bajos; contrario a República 19
  • 20. Dominicana y Costa Rica, los que reflejan datos más altos en cuanto a remuneración. Entre las mujeres Gráfica No. 5 encuestadas, el Salario-Hora Dolarizado Promedio de las Trabajadoras salario por hora Encuestadas, según Modalidad de Trabajo 2.00 promedio es más 1.80 alto en la modalidad de 1.60 tiempo parcial, y 1.40 en segundo lugar 1.20 la modalidad de tiempo completo 1.00 con dormida 0.80 fuera. Los 0.60 peores salarios 0.40 por hora fueron reportadas por 0.20 las personas que 0.00 CR ES GU HO NI PA RD TOTAL trabajan en el servicio SD Tipo 1 1.01 0.58 0.46 0.60 0.31 1.00 0.66 0.65 domestico a SD Tipo 2 1.09 0.71 0.59 0.69 0.35 1.06 0.61 0.71 tiempo completo SD Tipo 3 1.65 1.15 1.00 1.18 0.73 1.96 1.09 1.31 con dormida Total 1.28 0.67 0.66 0.81 0.40 1.30 0.77 0.85 adentro. Fuente: Encuesta realizada en el marco de esta investigación, Agosto 2008 En las encuestas se reportaron muchas más horas de trabajo entre las trabajadoras con dormida adentro, un promedio de 65 horas a la semana; 50 horas con tiempo completo y dormida afuera y 30 horas en las personas con la modalidad de tiempo parcial. Al eliminar el factor de las horas de trabajo, las trabajadoras a tiempo completo con dormida adentro presentan una mejor situación salarial que las que no duermen en los hogares contratantes en casi todos los países. Otros hallazgos de las encuestas de 2008 son las diferencias en los salarios y horas de trabajo para indígenas y migrantes. En Costa Rica y República Dominicana, las empleadas extranjeras tienen un promedio de salario por hora menor que las nacionales y trabajan generalmente 8 horas a la semana más que las nacionales. Las trabajadoras indígenas también tienen una remuneración inferior a la general. En efecto, entre las personas encuestadas, el salario-hora promedio se desplaza de US$ 0.85 a US$ 0.74 y la mediana de US$ 0.70 a US$ 0.55. Para el total de indígenas encuestadas el promedio de la jornada laboral se incrementa en más de 4 horas y la mediana en 10 horas. La mitad de las trabajadoras indígenas captadas por la encuesta trabajan más de 60 horas semanales. . En los países donde existe salario mínimo oficial para el servicio doméstico, este es el menor o entre los menores de los salarios mínimos establecidos para otras actividades. Dando como resultado que la mayoría de las trabajadoras domésticas 20
  • 21. encuestadas tiene una remuneración inferior al mínimo establecido por ley en los países. Los grupos focales y el análisis de discursos de funcionarios-funcionarias de gobierno y Poder Legislativo en los países, muestran que en muchos casos las personas empleadoras justifican un menor pago en efectivo para los casos de empleadas domesticas con dormida adentro por los gastos que ellas incurren en el hospedaje y alimentación que reciben en esos hogares. Sin embargo, la mayoría de las trabajadoras encuestadas reportan no recibir salario en especie porque en muchos casos ellas no perciben que el disponer de un lugar para dormir y comer es en beneficio de ellas, sino es el requisito que muchas veces ponen las empleadoras debido a la necesidad de disponer de esa fuerza laboral desde horas muy tempranas o muy tarde diariamente. „Nos dicen que nos están dando la comida, pero a los chóferes y serenos también se los dan. Uno coge el trabajo con dormida para no gastar en pasaje, no porque uno no tenga en dónde dormir. ¿Y vienen a decirle a uno que calcule lo que uno se ahorra viviendo en la casa? A veces son las 10:00 de la noche y yo todavía estoy haciendo cena, y si hay visitas es cuando se vaya el último que uno puede acostarse. Es mucho trabajo para tan poco dinero‟ (Trabajadora Dominicana, 45 años de edad)” (Duarte et al: 2009) Las brechas en el trabajo domestico remunerado por razones de género El impacto del valor que la cultura da a las actividades económicas depende de quién y donde se las realiza, se evidencia claramente en los salarios por hora entre trabajadores domésticos. De acuerdo a datos oficiales de 2007, en todos los países para cuales había datos, los hombres ganan más por hora, con la menor diferencia en Republica Dominicana donde ganan 8% más por hora, y la peor es Honduras donde los hombres ganan el doble por hora que las mujeres. “„Yo limpio la casa, barro el patio, cocino para 6 personas, lavo en la lavadora, pero la ropa interior la lavo a mano. Plancho la ropa, arreglo la casa y recojo los regueros de los dos muchachos y yo gano cinco mil pesos. El chofer de la casa gana ocho mil y no hace ni la mitad de lo que yo hago. El que cuida el edificio vecino por la mañana gana siete mil y lo que hace es limpiar con manguera el parqueo y suapear las escaleras. ¿Usted cree que es justo que me paguen menos trabajando más? Lo que pasa es que al servicio doméstico no se le da valor. El día que uno no está, ellos gastan mil pesos en un solo día en comida. Y a mí me pagan cinco por todo un mes‟ (Trabajadora Dominicana, con „dormida adentro‟, 45 años de edad)” La misma situación se refleja según las modalidades de la contratacion. En los países con datos disponibles, los hombres tienen mucha mayor probabilidad que las mujeres de encontrar trabajo con un contrato escrito. 21
  • 22. Cuadro No. 3 % de la Ocupación Asalariada Total y en Servicio Doméstico que Cuenta con Contrato Escrito, según Sexo - 20071 Honduras Nicaragua Panamá Ocupación M H M H M H Total ND ND 37.3 30.3 73.8 72.0 En servicio doméstico 2.6 7.1 2.9 9.1 17.6 41.3 1/ Año más próximo al mencionado Fuente: Elaboración propia a partir de datos oficiales trabajados por los equipos de investigación en cada país En los tres países donde se cuenta con información sobre acceso a seguro social, se observan grandes brechas entre el porcentaje de hombres en trabajo domestico con acceso a seguro y el porcentaje de mujeres. Mientras las brechas entre hombres y mujeres en la población total ocupada no son grandes, entre los hombres trabajadores domésticos en El Salvador, el 17% tiene seguro contrastando con apenas el 1.1% de las mujeres. En Nicaragua el 8.3% de hombres en comparación con 0.9% de mujeres. Cuadro No. 4 Porcentaje de la Ocupación Total y en Servicio Doméstico con Seguro, según Sexo – 2007 El Salvador Nicaragua Panamá Sexo Total En SD Total En SD Total En SD Mujeres 30.3 1.1 24.6 0.9 47.9 14.1 Hombres 29.0 17.0 18.9 8.3 44.0 36.6 Fuente: Elaboración propia a partir de datos oficiales trabajados por los equipos de investigación en cada país. Según la encuesta propia (agosto 2008), el acceso es aún menor entre las trabajadoras más jóvenes y la mayoría reporto que sus patronas-es no cubren sus gastos médicos. Lo anterior pone en evidencia que la situación de TDR es precario no solo por la naturaleza del sector, sino por las discriminaciones contra las mujeres, dado que estas brechas muestran que habría posibilidad de mejores condiciones de TDRs para las mujeres si no hubiesen asignado diferentes valores a diferentes tipos de trabajo todos supuestamente no calificados. Comparando los salarios por hora promedio en el servicio domestico con salarios en otras ocupaciones no calificadas, se observa que para los hombres casi no hay brechas en lo que podrían ganar fuera del servicio domestico, o si hay una brecha es a favor del servicio domestico, siendo entonces una estrategia para hombres sin calificaciones para ganar más salario. Mientras solo en Honduras y Republica Dominicana las mujeres pueden utilizar el trabajo domestico remunerado como estrategia de tener mayor salario. En los otros países hay una brecha bastante grande entre el salario en el trabajo domestico y el salario hora promedio para las mujeres en 22
  • 23. otras actividades. Lo que lleva a la conclusión que las mujeres entran por falta de acceso a otras oportunidades y no por el salario. Cuadro No. 5 Brechas Salariales entre las/os Ocupados en Servicio Doméstico y Otras Ocupaciones de Similar Calificación – 2007 Salario-hora Promedio Brecha Países y Sexo de las/os Referente Utilizado para la En el referente [1] como Ocupados Comparación En SD [1] % de [2] seleccionado [2] Costa Rica Mujeres 1.13 1.62 69.7 Otras ocupaciones no calificadas Hombres 1.44 0.98 146.8 Honduras [*] Mujeres Ocupaciones no calificadas de la 2,962.32 2,186.97 135.5 Hombres maquila 5,209.00 4,980.70 104.6 Nicaragua Mujeres 0.32 0.46 69.8 Otras ocupaciones no calificadas Hombres 0.45 0.46 98.5 Panamá Mujeres 0.53 0.97 54.6 Ocupaciones agrícolas Hombres 0.98 1.07 92.1 República Dominicana Mujeres Ocupaciones no calificadas de la 1.58 0.91 174.7 Hombres maquila 1.71 1.13 151.8 [*] Se calculó la brecha sobre salarios mensuales Fuente: Datos oficiales trabajados por los equipos de investigación en cada país Horas Extra, Beneficios, Inestabilidad Con base en los resultados de la encuesta propia (agosto 2008), alrededor de un 20% de las mujeres reportó trabajar más de lo “normal” y a más de la mitad de ellas no se las pagan las horas extras, reflejando que un 90% de las trabajadoras no recibe el pago doble; siendo las más afectadas aquellas que laboran con “dormida adentro”. Dichas irregularidades se muestran en otros aspectos como los días libres y, vacaciones anuales. Un 25% de trabajadoras encuestadas a tiempo completo reportan no desfrutar de las vacaciones anuales. A pesar de que las trabajadoras con tiempo parcial ganan más por hora en promedio y enfrentan menos incumplimiento con lo acordado, la presencia de modalidades más informales del servicio doméstico también contribuye a la inseguridad de este empleo. Según los resultados de la encuesta para agosto de 2008 casi 6 de cada 10 trabajadoras a tiempo parcial trabajan para más de un hogar, y más aún en Guatemala, Honduras y Nicaragua dos trabajadoras de cada 10 que trabajan para varios hogares no tienen días “fijos” o establecidos en todos los hogares para los que trabajan. Es importante destacar que entre las encuestadas en 2008, pocas cuentan con un contrato escrito. La mayoría reportó haber discutido y abordado verbalmente con la 23
  • 24. empleadora al inicio de la relación contractual sobre varios temas como las tareas involucradas en el trabajo y las condiciones, tales como: salario, días a trabajar, frecuencia de pago, horario, y días libres. Otros temas como vacaciones, aguinaldo y seguro fueron menos abordados como parte de la relación contractual. Cuadro No. 6 Porcentaje de las Trabajadoras Encuestadas con Contrato Escrito CR ES GU HO NI PA RD TOT 2.9 2.2 1.7 6.3 2.5 16.0 0.9 4.7 Fuente: Encuesta realizada en el marco de esta investigación, Agosto 2008 Preguntadas sobre el cumplimiento de las condiciones contractuales, el 12% de las mujeres entrevistadas reportaron incumplimiento, principalmente con el tiempo de trabajo (jornadas extensas) así como el aumento de tareas a realizar. La mayoría estas mujeres son las que trabajan en los hogares bajo la modalidad de tiempo completo con dormida afuera, seguida con las de dormida adentro. Lo anterior pone de manifiesto las sistemáticas violaciones a los derechos humanos que llevan implícitas las actividades domésticas remuneradas aún en aspectos como el derecho a la educación que en muchos casos es negado para las mujeres que realizan estas actividades. La encuesta propia de agosto 2008 muestra que tan solo el 9% de las encuestadas se encontraba estudiando; siendo más preocupante el hecho que solo el 31% de las mujeres trabajadoras domesticas menores de 18 años se encontraban estudiando también. La inestabilidad tiene matices entre los países. Los resultados de la encuesta propia indican la coexistencia de la figura de la “nana” que trabaja toda su vida en un solo hogar, con trabajadoras cuya permanencia promedio en los empleos es inferior a un año. La inestabilidad es mayor en Honduras y República Dominicana. 4. LA CALIDAD DE VIDA PERSONAL Y FAMILIAR DE LAS TRABAJADORAS DOMÉSTICAS REMUNERADAS En este capítulo se analizan a profundidad las problemáticas cotidianas que se encuentran implícitas en la realización de las actividades domésticas remuneradas y que son comúnmente desestimadas por los gobiernos; invisibilizadas por la información estadística; no obstante merecen una especial atención, por constituir en muchos casos fragantes violaciones a los derechos humanos. A continuación se presentan los datos derivados de la encuesta propia levantada en los países en el mes de agosto del 2008. 24
  • 25. Las trabajadoras domésticas entrevistadas, informan que optaron por esa actividad a causa principalmente de la necesidad económica. En efecto, el ingreso laboral de casi el 80% de las encuestadas representa la mitad o más del ingreso familiar total; y más de la mitad de las encuestadas reportó 3 ó más personas dependientes, ya sea total o parcialmente de sus ingresos (esta proporción aumenta a un 70% en El Salvador y un 80% en Nicaragua, precisamente el país con los más bajos ingresos laborales). Eso implica millones de dependientes de estos ingresos en los siete países, especialmente tomando en cuenta el gran porcentaje de mujeres jefas del hogar. En contraposición se observa que sólo en Honduras y Panamá refleja que la mayoría de las trabajadoras domésticas destinan la mitad o más de sus ingresos laborales para su uso personal. Por otra parte, al analizar los discursos de las empleadoras entrevistadas se identifican dos factores importantes que influyen en las relaciones entre empleadoras y trabajadoras domésticas: i) los conflictos entre mujeres y por ser de diferentes clases social; y ii) la difusa frontera entre la condición de trabajadora y de “miembro” de la familia. Al parecer, el que se considere a la trabajadora “como parte de la familia” es el estadio máximo del buen trato, de una relación “exitosa”; pero resulta legítimo preguntarse hasta dónde esta concepción va más bien en detrimento de los derechos laborales y hasta humanos de las trabajadoras domésticas; tomando en cuenta que las desigualdades sexuales se sustentan en parte por la legitimación cultural de la sub-valoración de la quien hace el trabajo domestico. La violencia en cualquiera de sus manifestaciones parece ser un riesgo consustancial al trabajo doméstico remunerado: i) un 23% del total de encuestadas reportó al menos una situación de violencia física y/o sexual, ii) 45% dijo haber sufrido alguna situación de maltrato con especial fuerza, el maltrato verbal y mayoritariamente proveniente de otra mujer: la empleadora. La contradicción entre la necesidad de un empleo y la calidad del mismo, se ve reflejada en la investigación cuando a pesar de los hallazgos analizados sobre las condiciones laborales, la mayoría de las trabajadoras encuestadas consideran que su trabajo es muy valorado por sus patronas/es, están muy satisfechas con su trabajo y dijeron recibir un buen trato de parte de sus patronas/es; mientras que paradójicamente la mayoría expresó expectativas por cambiar de trabajo a otro distinto del servicio doméstico. “Si…nos ayuda el trabajo doméstico porque las que no tenemos recursos ni educación, no podemos ir a otro trabajo. Nos ayuda bastante” (Trabajadora hondureña) “Yo me siento que estoy así de empleada doméstica, no porque no sea un trabajo digno, sino porque nunca tuve las posibilidades de estudiar, la familia que me crió eran demasiado pobre”…A mi hija le doy estudio, no quiero que ella sea lo que yo fui”. (Trabajadora nicaragüense) 25
  • 26. “El trabajo doméstico es lo ultimo, es lo peor, porque por la misma sociedad así lo ve, nos dicen las „chupa plato‟” (Trabajadora nicaragüense) Finalmente, se observa que la “pobreza de tiempo” es una realidad a la que la gran mayoría de las trabajadoras domesticas se enfrentan, especialmente para las que trabajan a tiempo completo entre las que aproximadamente el 40% declararon tener una jornada laboral superior a las 48 horas semanales. Entre los usos de su tiempo libre más frecuentemente reportados por las trabajadoras encuestadas destaca el trabajo doméstico y/o de cuidado para sus propios hogares o familias. Más del 70% de las trabajadoras encuestadas para esta investigación, tienen hogares donde hay niños(as) o personas mayores. Menos del 40% del total de trabajadoras encuestadas reconoció que existía el conflicto entre vida laboral y familiar, pero en las entrevistas y grupos focales este tema surgió con fuerza. El aspecto más mencionado por las que identificaron el conflicto es la falta de tiempo; lo que les resulta más difícil de cumplir, la atención a sus hijos(as) y los oficios del hogar. Ellas consideran que los más afectados por el conflicto son sus hijas(os) aunque en algunos países, una proporción significativa consideró que son ellas las más afectadas (República Dominicana, Nicaragua y Costa Rica). Varias trabajadoras expresaron dolor que sus hijos ya no la llamaron ¨mamᨠy que tenían que dejar el cuidado de sus hijos con una hija de menor edad, con sus madres o otra familiar. El mundo del cuidado en los hogares de las trabajadoras domésticas es, como era de esperarse, fundamentalmente femenino y no remunerado: i) las personas que asumen parte de la carga doméstica y/o de cuidado son, en la gran mayoría de los casos, familiares que viven con ellas; ii) más de 8 de cada 10 encuestadas reportó mujeres como parte de estas personas; iii) en la gran mayoría de los casos se trata de la madre, hijas o hermanas de las trabajadoras encuestadas; y iv) en la mayoría de los casos no media pago para estas personas. “…cuando uno tiene hijos es difícil porque uno piensa que los hijos pueden perder el amor de la madre, yo por ejemplo, al niño lo dejé cuando él tenia un añito, entonces él le dice mamá a mi mamá, entonces yo para que me diga mamá le tengo que prometer algo porque él dice que no puede decirme mamá y pienso que en eso a mi me ha afectado bastante porque yo quiero que el me tenga cariño como madre pues pero él le tiene mas cariño a mi mamá que a mi...entonces me da tristeza” (Trabajadora hondureña) “…Tengo 4 hijos y he tenido dos maridos. Tengo una hija de 16 años, [3 más pequeños] … tengo un trabajo con dormida […] quien me cuida a los niños es mi hija mayor… Mi hija se queja mucho, […] me dice que esos no son sus hijos, que ella no tiene por qué atenderlos. Ella estudia en la tanda vespertina, porque por la mañana hace los oficios… Pero ella tiene responsabilidades en la casa. Yo 26
  • 27. tengo que trabajar. Si yo no trabajara no comeríamos, porque sus papás no aportan casi nada… desde que mi hija cumplió los 14 años, ella es la encargada de cuidar la casa. Yo sé que ella quiere divertirse, pero cuando se es pobre, las responsabilidades son lo más importante” (Trabajadora dominicana) La “pobreza de tiempo” es un factor explicativo de primer orden para el nivel de aislamiento que caracteriza a estas trabajadoras. Según la encuesta propia, este tema es mucho más agudo para las trabajadoras extranjeras, indígenas y las trabajadoras con “dormida adentro, y sus bajísimos niveles de organización. 5. LA TUTELA DE LOS DERECHOS DE LAS TRABAJADORAS Y TRABAJADORES DOMÉSTICOS REMUNERADOS Este apartado analiza el marco legal vigente en los países de la región a fin de establecer una comparación en cuanto al cumplimento de los derechos humanos fundamentales, que desde el deber ser, tendrían que garantizarse, no obstante las realidades que enfrentan las trabajadoras domésticas expresan practicas discriminativas, las cuales no solo se desarrollan en las esferas fácticas (al margen de la legislación); sino que incluso se encuentran dentro del mismo marco jurídico. En este sentido se ha encontrado que: a) En todos los países, los códigos laborales respectivos, cuentan con un capítulo especial para regular este trabajo, considerados “especiales”. El principal problema que origina este tratamiento es la tendencia entre los mismos-as administradores de la ley de considerar que lo que no está contenido en el “capitulo especial” no aplica a las y los trabajadores domésticos remunerados (a excepción de Costa Rica que explícitamente establece la aplicabilidad y República Dominicana que, parece excluir a estas-os trabajadores de cualquier otra norma que no esté contenida en el “capitulo especial”. Las principales discriminaciones en la norma escrita se observa en los siguientes aspectos: b) Una definición imprecisa del trabajo doméstico remunerado. c) La regulación implícita o la no regulación de la jornada laboral permite que a excepción de Costa Rica, se amplíe para las trabajadoras domésticas. d) La regulación del día de descanso semanal y los días de asueto de forma especial para estas/os trabajadores/as posibilitan el incumplimiento de su asignación (a excepción de Costa Rica). e) Las vacaciones están reguladas de forma distinta al resto de trabajadores/as o no están reguladas. 27
  • 28. f) En todos los países se establece al menos la posibilidad de que la remuneración a las/os trabajadores domésticos se pague parte en efectivo y parte en especie (a excepción de Costa Rica). g) La exclusión de las/os trabajadores domésticos de la obligatoriedad del contrato escrito (sólo en República Dominicana, esta situación es general para todos los/as trabajadoras). h) En cuanto al seguro social, aunque los países poseen realidades normativas diferenciadas coadyuvan en deficiencias serias para su cumplimiento. Las inconsistencias normativas han tenido algunas iniciativas de cambio a fin de prosperar en las garantías de derechos para las trabajadoras domésticas; las cuales han sido refutadas mediante argumentaciones que vienen de una perspectiva económica neoclásica, vinculando el trabajo domestico remunerado con el trabajo domestico no remunerado y los valores que eso implica: i) la “excepcionalidad” y/o la “naturaleza” del trabajo doméstico remunerado, sin explicación alguna sobre esta “especialidad”; uno solo puede suponer que se esta intentando de vincularlo con el ámbito privado y el hecho de estar remplazando trabajo que anteriormente fue no remunerado. ii) los supuestos beneficios (en especie) de que gozan las/os trabajadores domésticos, cuya existencia es negada por los resultados de la presente investigación que muestran que en la mayoría de los países no proporcionan salarios o beneficios mayores que otros tipos de trabajos no calificados. iii) la defensa del empleo de las trabajadoras domésticas, cuando los mismos resultados de la investigación muestran que es una ocupación para sobrevivir, y unos 70% de las encuestadas desearían cambiar su ocupación en el futuro. Dos tipos de barreras que obstaculizan el ejercicio efectivo de derechos por parte de las/os trabajadores domésticos son: la propia administración de la ley y las dificultades de su aplicación por falta de consideración adecuada de la realidad en que se encuentran estas/os trabajadores; y las condiciones, características, percepciones o actitudes de las propias trabajadoras domésticas. Las principales barreras detectadas en el caso de la administración o aplicación de la ley tienen que ver con normas administrativas, procedimientos o requisitos (caso del seguro social); con resistencia de las/os empleadores para cumplir la letra de la ley (caso del derecho al estudio); y/o con la falta de capacidad para tutelar efectivamente el ejercicio de los derechos establecidos (caso de las limitaciones que el trabajo de inspección laboral tienen en el caso de estas/os trabajadores). 28
  • 29. En cuanto a las barreras que surgen de las propias trabajadoras domésticas, destacan: el escaso conocimiento sobre sus derechos, las leyes que los tutelan y las instancias responsables de su aplicación; sus percepciones y actitudes negativas frente al sistema de administración de la ley que se combinan con una escasa visión de sí mismas como sujetas de derecho y de experiencias negativas previas propias o de terceros; y los problemas de tiempo disponible para realizar estas gestiones dada las características de sus jornadas laborales. Existe una porción poblacional muy significativa de mujeres que realiza el trabajo doméstico remunerado, la cual por razones de discriminación y la división sexual de trabajo constituye una de las pocas alternativas de las que disponen para la subsistencia; en donde el trabajo doméstico remunerado presenta una tendencia al alza, en relación directa a las circunstancias económicas en que se desenvuelven los países, evidenciándose una creciente migración a nivel regional. Esta oferta de cuidado, tiene un papel muy importante en el sostenimiento del trabajo productivo, posibilitando no solo el desarrollo de las familias sino del sistema económico en general; tanto nacional como regional, al tomarse en cuenta la transnacionalización del cuidado. Los datos evidencian que trabajo domestico remunerado afecta un gran componente de las sociedades en los siete países estudiados, tomando en cuenta los miembros de los hogares donde trabajan, las mujeres y los hombres trabajadores, y el número de personas que dependen de sus ingresos. En contrapunto, la relevancia del trabajo doméstico no se corresponde con en las malas condiciones laborales que se encuentran implícitas a la realización de esta actividad; las cuales se enfrentan a discriminaciones salariales, desprotección social, una tendencia a la disminución de las garantías laborales, violación a los derechos humanos fundamentales, inexistencia de un marco jurídico que propenda al mejoramiento del cumplimiento de los derechos. Simplemente, los hogares de las personas ocupadas en servicio domestico tienen una situación relativamente más pobre que las que no tienen miembros en esta ocupación. Estas malas condiciones debido a la condición del trabajo de desempeñan estas mujeres: dentro del hogar, en el ámbito privado, remplazando trabajo domestico no remunerado anteriormente hecho por mujeres. Es por tanto necesario, re-valorar el trabajo de las trabajadoras domesticas remuneradas a través de llamar la atención sobre su contribución y su problemática, que sirva de base para la construcción de propuestas que contribuyan a la igualdad 29
  • 30. de condiciones, respecto a otras actividades económicas, siendo un aspecto que no puede obviarse en la agenda económica de las mujeres. Lo anterior permite platear algunas recomendaciones estratégicas para ser tomadas en cuenta en las acciones por las legislaturas, las instituciones públicas, las agencias de cooperación y la sociedad civil. Para establecer y garantizar los derechos laborales de las trabajadoras domesticas remuneradas: Reforma del marco legal vigente: Esta propuesta considera las reformas jurídicas que superen el tratamiento legal discriminatorio vigente para las trabajadoras domésticas, partiendo de una concepción adecuada del trabajo doméstico remunerado, incluyendo una adecuada clasificación de las diferentes actividades contenidas en la definición general de trabajo domestico remunerado y estableciendo igualdad de derechos en cuanto a remuneración, seguridad social, acceso a servicios de salud, vacaciones, derecho a no-discriminación, entro otros aspectos relevantes. Fortalecimiento de la tutela efectiva de los derechos laborales: Este componente sugiere la necesidad de fortalecer las instituciones garantes del respeto de los derechos de las trabajadoras; las cuales deberán velar por el cumplimiento efectivo de la ley por parte de los/as demandantes del trabajo doméstico remunerado. Convenio de OIT: Una posible oportunidad para impulsar el tema es la introducción del trabajo domestico remunerado en la agenda de la 99 a. reunión de la OIT prevista para el 2010, con miras a determinar un convenio para este tipo de trabajo. Para transformar la definición, provisión y el valor asignado al trabajo de cuidado Promoción activa de la valoración de la economía de cuidado por todos los actores Dado que el conflicto entre trabajo domestico y otro trabajo, trabajo remunerado y trabajo no remunerado viene de la sobre-valoración de la economía de cuidado y la división sexual de trabajo, se requiere promoción creativa por varios actores de la sociedad del concepto de trabajo de cuidado como habilidad especifica tal como responsabilidad de todos: estado, mercado, todos los miembros de la comunidad y todos los miembros, hombres y mujeres de la familia. Promoción de políticas públicas que reconocen la economía de cuidado: Este componente incluye la promoción del cuidado como responsabilidad pública y, por lo tanto, como objeto de la política pública. Se reconoce la necesidad de formular 30
  • 31. políticas públicas de cuidado que integren nuevas visiones sobre el cuidado. Estas incluyen la protección de la maternidad y la paternidad, garantizando licencia de maternidad y para los países que no las tienen contempladas, la licencia de paternidad. Estas incluyen el estado como un participante activo en la oferta de trabajo de cuidado para desfamiliarizar y desfeminizar esta actividad. Para ampliar las oportunidades de las trabajadoras domesticas remuneradas Certificación y capacitación/formación laboral: Este componente busca profesionalizar el trabajo doméstico creando capacidades técnicas que potencien la revalorización del trabajo doméstico así como la ampliación de opciones para las mujeres que deseen el cambio de inserción laboral. Promoción de políticas laborales específicas: se busca crear bolsas de trabajo doméstico donde confluyan oferentes y demandantes con la intermediación municipal coordinada por una instancia especializada de la mujer, que promueva contrataciones laborales apegadas a derecho. Así mismo es importante promover la formulación y implementación de leyes contra discriminación. También es necesario apoyar a las organizaciones sindicales de las trabajadoras domésticas u otras expresiones colectivas, sin discriminación hacia las trabajadoras migrantes, eliminando las restricciones del caso. Para el mejoramiento del conocimiento sobre el trabajo domestico remunerado Tal como se expuso en la introducción de este informe, la información estadística presentó limitaciones importantes para el desarrollo apropiado del planteamiento original de la investigación. Estas limitaciones necesitan ser atendidas y superadas, tanto para alimentar el trabajo de cambio como para su seguimiento y posterior evaluación. Para la captación apropiada de información sobre el trabajo doméstico remunerado, en tanto ocupación y en tanto oferta de servicios de cuidado, sería necesario:  Revisar la forma en que se registra y procesa actualmente este trabajo en los instrumentos estadísticos nacionales oficiales (Encuestas de Hogares generales o específicas para la medición del empleo).-  Agregar un mínimo de preguntas que permitan identificar el peso relativo de este servicio en la atención de las demandas de cuidado de los hogares.- Este es un vacío actual de las encuestas de hogares que debiera ser subsanado. La experiencia del INE, en Honduras, prueba que una simple pregunta permitió identificar el número de hogares que hacían uso de servicio doméstico y la modalidad del mismo. Los resultados confirmaron además lo lejos de la realidad que estaba los datos trabajados con la información de 2007. 31
  • 32.  Identificar e incorporar preguntas que puedan ser viables y útiles en otros instrumentos estadísticos.-  Promover el relevamiento del trabajo doméstico en los observatorios laborales existentes (nacionales y/o regionales).- Esto es una labor más de incidencia política para la creación de voluntades. Si equipos de investigación con pocos recursos pudieron producir información con los datos existentes, estas instancias también podrían hacerlo y, a futuro, una vez logrado el mejoramiento de las estadísticas nacionales jugarían un papel vital para la construcción de panorámicas regionales.  Mejorar los registros administrativos. Para alimentar los procesos de política pública en el tema del cuidado, un aspecto obligado es contar con información sobre la demanda y oferta de cuidado. Para tal fin, sería necesario:  Avanzar en el tema de las encuestas de uso de tiempo.-  Avanzar en la construcción de la Cuenta Satélite de Hogares.- Para asegurar información oportuna, más allá de los datos, hay que asegurar esfuerzos investigativos sostenidos que permitan la valoración y la toma de decisiones correctivas necesarias en los procesos de política pública que se implementen. La falta de uso de los datos estadísticos que se solicitan es una de las razones comúnmente esgrimidas por las instituciones estadísticas para el rechazo de estas solicitudes. Para ello, se sugiere:  El establecimiento, o aprovechamiento de las existentes alianzas estratégicas con las diferentes universidades y centros regionales de investigación.  Promover el fortalecimiento de capacidades para la investigación con enfoque de género en las universidades. LÍNEAS DE ACCIÓN ESTRATÉGICA  La identificación de potenciales aliados(as) y el proceso de construcción de alianzas: Parte del reconocimiento de instancias institucionales que tengan capacidad de incidencia a nivel de los gobiernos; así como condiciones financieras para aportar a la resolución de la problemática en cuestión; incluyendo la promoción de la conformación y fortalecimiento de las instancias articuladoras y de organización de las mujeres, para que sean ellas las protagonistas de empujar las iniciativas que mejoren la situación que viven las trabajadoras domésticas.  La construcción de un ambiente que valora la economía de cuidado: Este aspecto está referido a contrarrestar los mitos y percepciones vigentes en el imaginario social respecto al trabajo doméstico; lo cual implica un gran esfuerzo de producción y difusión de las ideas y propuestas que contribuyan a contrarrestar el arraigo cultural predominante en relación al servicio doméstico remunerado. 32
  • 33.  Aprovechamiento de iniciativas públicas en curso: Este componente consiste en la identificación de los programas gubernamentales vigentes, que puedan orientarse hacia la búsqueda de mecanismos financieros para fortalecer las iniciativas educativas y de diversa índole que atañen a la problemática en cuestión.  Fortalecimiento de la aplicación del enfoque de género, que incluya el tema del cuidado, en la formulación, implementación, seguimiento y evaluación de las políticas públicas: Este aspecto considera la necesidad de incorporar el enfoque de género en la economía de cuidado, la cual constituye una temática vagamente abordada; por lo que es necesario la incidencia de su correcta asimilación en el marco de las políticas públicas y la construcción estadística que realizan los países; para poder tener acceso a la información cuantitativa y cualitativa, que permita dilucidar fielmente los avances y complicaciones de la problemática de las mujeres, particularmente enfocado en el trabajo doméstico. 33
  • 34. BIBLIOGRAFÍA Documentación Base (Informes Nacionales) Cabrera, Norma; Márquez, Silvia; Pellecer, Sonia y Saso, Lucrecia: El Trabajo Doméstico Remunerado en Guatemala. 25 de Marzo de 2009. Duarte, Isis; Hasbún, Julia y Vargas. Lalito Ramón: Entre su casa y la mía: El trabajo doméstico remunerado en la República Dominicana. Santo Domingo, 25 de Enero de 2009. Marco Serra, Yolanda; Rodríguez Morejón, Xiomara; Arrocha, Rosa y Núñez, Maura: El Trabajo Doméstico Remunerado en Panamá: A dos aguas entre ocupación y pilar de los cuidados. Panamá, Enero de 2009. Martínez Franzoni, Juliana; Mora, Sindy y Voorend, Koen: El trabajo doméstico remunerado en Costa Rica: Entre ocupación y pilar de los cuidados. San José, 16 de Mayo de 2009. Martínez, Nessy; Cueva, Karla y López, Digna: Trabajo Doméstico Remunerado en Honduras: A dos aguas entre ocupación remunerada y pilar del cuidado. Tegucigalpa, 7 de Enero de 2009. Palacios N., Martha C.;Tinoco F., Gilma Y. y Centeno O., Rebeca D.: La Institucionalización Sociocultural y Jurídica de la Desigualdad: el trabajo doméstico remunerado en Nicaragua. Managua, 5 de Febrero de 2009. Vega, Ana Lilian; Martínez Julia Evelin; Amaya, Patricio y Duke, Karen: Realidades y Desafíos del Trabajo Doméstico Remunerado en El Salvador. San Salvador, 2 de Abril de 2009. Documentación Adicional Consultada y/o Citada _______________ Código de Trabajo – Costa Rica. Disponible en: http://www.cosibah.org/files/Codigo%20de%20Trabajo%20de%20Costa%20Rica.pdf _______________ Código de Trabajo – El Salvador. Disponible en: http://www.conamype.gob.sv/cajadeherramientas/mipymes/leyes/trabajo.pdf _______________ Código de Trabajo – Guatemala. Disponible en: http://www.lexadin.nl/wlg/legis/nofr/oeur/arch/gua/ct.pdf _______________ Código de Trabajo – Honduras. Consultado en línea en: http://www.angelfire.com/ca5/mas/HON/TRB/t013.html _______________ Código de Trabajo – Panamá. Disponible en: http://www.mitradel.gob.pa/PDF/codigodetrabajo.pdf _______________ Código de Trabajo – República Dominicana. Disponible en: http://www.set.gov.do/descargas/download/cod001.pdf _______________ Ley 666. Ley de Reformas y Adiciones al Capítulo I del Título VIII del Código del Trabajo de la República de Nicaragua. 2 de Julio de 2008. Disponible en: http://www.mitrab.gob.ni/index/Ley666Nic.pdf Arriagada, Irma (Coord.): Familias y políticas públicas en América Latina: Una historia de desencuentros.CEPAL y UNFPA. Santiago de Chile, octubre de 2007. Disponible en: www.eclac.cl/publicaciones/xml/9/31999/LP96_Familia_lcg2345.pdf Bendeck, Zochitl: Análisis Legislativo sobre Trabajo Doméstico en El Salvador y Propuesta de Reforma Legislativa. San Salvador, Diciembre 2004. Disponible en: http://www.csj.gob.sv/Doctrina.nsf/d00475de7590b44d06256937000d8863/771ac589cbcc9244862 5723c005482df?OpenDocument 34