2. Nació en Toscana,
una región en el centro de
Italia. en la margen derecha
del lago Bolsena, en un
villorrio frecuentemente
sacudido por elementos
naturales y al mismo tiempo
transformado por diversas
culturas en el transcurso del
tiempo.
3. Cristina es la hija de Urbano, gobernador
pagano de la región y presentado por los libros
antiguos como enemigo acérrimo de los
cristianos. La niña se ha aficionado desde
pequeña a aquello que cuentan de ese Cristo
tan perseguido y maltratado; la curiosidad
primera se cambia en pensamiento cuando
descubre que son muchos los cristianos
juzgados por su padre y condenados porque
son fieles dispuestos a dar la vida por su ideal.
Crece más y más la simpatía y a escondidas
busca datos de unas señoras cristianas; la
instruyen y la forman; se bautiza en secreto y
toma el nombre de Cristiana.
4. Era hija de Urbano, un gobernador pagano de armas tomar.
Su hija, por el contrario, tuvo la suerte de entrar en contacto
desde muy pequeña con unas mujeres cristianas.
Estas, contentas y felices, le enseñaron la vida y obra de
Jesucristo.
A medida que iba aprendiendo, vivía cuanto aprendía. Y para
colmo, el padre no sabía ni palabra. Como niña, se entretenía
en romper las estatuas de los falsos dioses que el padre
tenía en casa. Un juego más, pensaba el padre. La realidad
era todo lo contrario.
Pero cuando se enteró de que era cristiana, pronunció estas
palabras: « No se ha decir en el mundo que una niña me dio
la ley, ni que estos hechiceros de cristianos triunfan de
nuestros dioses en medio de mi propia familia. Yo veré si
sus hechizos pueden más que mis tormentos y si la
paciencia de una hija ha de hacer burla de la cólera de un
5. La sometió a toda clase de sufrimientos. De todos
ellos la libró el Señor. Hay un momento en que el
propio padre la llevó al templo de Apolo para que
rezara e hiciera los sacrificios pertinentes. Pero el
dios se cayó derrumbado al suelo ante su padre.
Este, en un acto de violencia, cayó fulminado de
muerte.
Otros gobernadores hicieron los mismo.
Y, cansados, no tuvieron más remedio que darle
muerte para el escarmiento de los cristianos que
crecían como la espuma en tiempos de dificultad.
Sus restos los llevaron de Toscana a Palermo en
donde se veneran en la actualidad.
6. En la Basílica de Santa Cristina de Bolsena se guardan con
celo, desde hace siete siglos, las reliquias menores del
milagro de Bolsena una de las piedras sagradas sobre las
cuales se perciben todavía bien visibles grumos de la
preciosa Sangre del Redentor , que han alimentado la piedad
de generaciones y generaciones de fieles.
El hecho eucarístico milagroso acaeció en 1263, en una
región que fue testigo de las vicisitudes del papado, y va
vinculada al nombre de dos de los más poderosos
exponentes del pensamiento teológico: Tomás de Aquino y
Juan Fidenza , más conocido con el nombre de San
Buenaventura . Un sacerdote de Praga, atormentado por
dudas acerca de la presencia real de Jesucristo en la
Eucaristía, mientras dividía la Hostia santa en la celebración
de la Misa, vio el corporal lleno de sangre que brotaba de las