El trabajo social surgió en Inglaterra después de la industrialización y la inmigración como una respuesta a los problemas de pobreza. Octavia Hill fue una pionera británica del trabajo social en el siglo XIX que ayudó a los pobres de Londres. El trabajo social busca promover el bienestar social a través de la intervención para abordar problemas individuales y colectivos desde un enfoque de prevención, atención directa y planificación.