10. una pregunta rasgó la incertidumbre ¿QUÉ FUE ESO? y ahí se encontraba INERTE IMPECABLE SOBRE EL SUELO RECIBIENDO NUESTRAS MIRADAS
11. una pregunta rasgó la incertidumbre ¿QUÉ FUE ESO? y ahí se encontraba INERTE IMPECABLE SOBRE EL SUELO RECIBIENDO NUESTRAS MIRADAS inmóvil cual hoja de otoño acabada de caer
13. … una compañera de la primera fila se levantó , dudaba en tomar la reliquia, aunque sus manos delataban la inminente curiosidad – y con ellas, la de todos nosotros – entonces dijo su nombre en voz alta…
14. … y regresó el aliento, la destinataria ya tenía rostro, el cual, entre la sorpresa y la emoción, comenzó a sonrojarse.
15. … y regresó el aliento, la destinataria ya tenía rostro, el cual, entre la sorpresa y la emoción, comenzó a sonrojarse. Entre risas, aumentamos su timidez, ella abría el sobre, y al mismo tiempo, se dirigía a su lugar, esperando quizá, que volviera todo a la normalidad apenas tomando asiento… pero la reserva del día apenas comenzaba.
16. … y regresó el aliento, la destinataria ya tenía rostro, el cual, entre la sorpresa y la emoción, comenzó a sonrojarse. Entre risas, aumentamos su timidez, ella abría el sobre, y al mismo tiempo, se dirigía a su lugar, esperando quizá, que volviera todo a la normalidad apenas tomando asiento… pero la reserva del día apenas comenzaba. Alguien de la última fila gritó en voz alta: “Ahí está” … y todos dirigimos la vista hacia la blanca puerta que aún se encontraba cerrada… el haz de luz que se veía bajo la puerta ya estaba inmóvil… “No, no está” … “Sí, sí está” … y en voz alta hicimos conjeturas.
17. Algunos se levantaron, había quienes suponían que el autor, hasta ese momento anónimo se encontraba aún tras la puerta, otros decían que con toda seguridad se había retirado, entre estos flancos de indecisión, la destinataria hizo una pausa y con el folder entre sus manos, se dirigió nerviosa hacia la puerta…
18. y con ella, un séquito de curiosos que seguían debatiendo entre las palabras ‘ sí ’ y ‘ no ’, ella se abrió paso discretamente… entre el improvisado tumulto no alcancé a distinguir quién abrió, pero se oyó un temeroso girar del picaporte, un leve rechinido a la par del inmediato silencio que se suscitó…
20. Cabezas en alto un lapicero cayó al suelo libros que se cerraron sillas que se desacomodaron Todo esto coronado por un lapso de silencio que terminó en un suspiro, tan profundo y acompasado, que nos aliviamos de la tortura llamada curiosidad. Y entonces la puerta se abrió…
22. A manera de galería, una colección de hojas blancas se disponían en las paredes del pasillo… me quedé inmóvil, sin saber qué hacer, y al mismo tiempo, trataba de fijar la mirada en una de las páginas que se distinguían de entre las cabezas que se juntaban para no perder detalle, hasta que me percaté de ser la única persona que aún permanecía en el aula. Entonces me levanté de mi lugar y con calma, procedí a dar lectura a un mensaje íntimo, del que irremediablemente, nos hizo partícipes a un grupo de conmovidas almas: estos espíritus confiados en que el afecto, puede llegar a recordarnos un poco más de los límites de nuestra propia humanidad.
23. Los mensajes en la puerta, eran el preludio a una especie de promenade escolar que, más que inspirado y conmovido, nos suscitaba suponer ¡cuántas historias habrían surgido desde las mentes de cada quien! Tan sólo en la emotiva puerta, cada frase, cada corazón, ineludiblemente hacía buscar algo entre los abismos de emociones que todos tenemos.
24. Este introito me preparó, conmovida y curiosa, a iniciar el viaje, pues no habré sido la única persona en sentirme como un polizón en barcaza ajena…
25. Este introito me preparó, conmovida y curiosa, a iniciar el viaje, pues no habré sido la única persona en sentirme como un polizón en barcaza ajena… … en el mar de la duda navegaba el autor de ruegos que dispuso de un arsenal para hacer demostrar su sentimiento más profundo, y que confirmaba nuestra sospecha no manifestada hasta este momento…
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27. como el hecho de que las personas no sólo nos guiamos con el olfato de la conveniencia, que todavía somos capaces de creer, inspirar y hasta de esgrimir el amor como algo posible en este mundo.
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45. Sonreímos, y ella también; extasiados, leímos una y otra vez, como si deseáramos retener cada frase o calzar sus zapatos después de semejante maravilla, pero el reloj comenzó a guillotinar cada momento al recordarnos, uno a otro en voz baja, que no debíamos permanecer por más tiempo en el pasillo…
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47. Ella, la destinataria, comenzó a despegar todos los papeles, temerosa de que alguien más, aparte de nosotros, las descubriera, pero esas notas que se juntaron, no serían únicamente frases inconexas,
48. suponemos que ella en este momento, las está consultando antes de tomar una decisión, las estará ordenando, separando, agrupando, quizás las que tienen corazones, quizás otro orden, tal vez las ponga en una caja, o en un sobre, no sabemos porque en esta decisión, no sólo está el amor SINO TAMBIÉN SU FUTURO
49. nosotros, tan sólo podremos platicar de las mariposas que buscan la luz del destino, y que en su trayecto…