La terapia con yodo radiactivo se utiliza para destruir tejido maligno o hiperfuncionante de la glándula tiroides administrando la máxima dosis al tejido dañado y la mínima a los tejidos sanos. El yodo radiactivo es captado por la glándula tiroides debido a su periodo de semidesintegración de 8 días y emite partículas beta que destruyen las células, además de radiación gamma que permite obtener imágenes.