El documento describe el primer gobierno de Porfirio Díaz en México después de las revoluciones de Tuxtepec y la Noria que lo llevaron al poder. Díaz cumplió su promesa de no reelegirse y dejó la presidencia en 1880, pero regresó al poder en 1884 e impuso una presidencia vitalicia que duró hasta 1911, estableciendo un régimen autoritario que buscaba el orden y el progreso pero que reprimió a la oposición y despojó a los indígenas de sus tierras.