Las TIC crean nuevas oportunidades pero también nuevos riesgos éticos al afectar las relaciones humanas y principios morales. Se han convertido en un elemento fundamental para la interacción entre individuos y comunidades en ámbitos como la economía, sociedad, política, cultura y educación. Sin embargo, también se usan con mala intención contra menores a través de acoso cibernético, seducción, explotación sexual, piratería e intimidación.