El documento habla sobre el evangelio de Mateo donde Jesús dice que sus discípulos son la sal de la tierra y la luz del mundo. Explica que cuando uno vive según las bienaventuranzas de Jesús, empieza a brillar la luz de Dios en él, ya que al entregarse a los demás y amarlos, deja que la bondad de Dios resplandezca a través de sus obras. También advierte del peligro de creer que esa luz es propia en lugar de reconocer que es la bondad de Dios la que se man