El documento habla sobre la importancia de perdonar a otros para liberarnos de la amargura y el control que los demás pueden tener sobre nosotros. Explica que el perdón es una decisión de la voluntad, no un sentimiento, y que implica asumir las consecuencias del pecado del otro y no usar su pasado en su contra. También destaca que el perdón no es olvidar ni reconciliarse necesariamente, sino liberarse emocionalmente del daño causado a través de un proceso de confrontación y sanación con la ayuda de Dios.
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Necesitamos perdonar a los demás para que Satanás no tenga ninguna ventaja sobre nosotros (2
Corintios 2:10-11). Debemos ser misericordiosos así como nuestro Padre celestial es
misericordioso (Lucas 6:36). Debemos perdonar de la manera en que hemos sido perdonados
(Efesios 4:31-32). Pídele a Dios que te traiga a la mente los nombres de aquellas personas que
necesitas perdonar expresando en voz alta la siguiente oración:
Querido Padre celestial:
Te doy gracias por las riquezas de Tu misericordia y paciencia, sabiendo que es tu
misericordia la que me guió al arrepentimiento (Romanos 2:4) Confieso que no he
extendido la misma paciencia hacia aquellos que me han ofendido, sino que en vez de
ello he guardado amargura y resentimiento. Oro porque en este tiempo de autoexamen
Tú traigas a mi mente aquellas personas que no he perdonado para que pueda hacerlo
ahora. (Mateo 18:35). Te pido esto en el precioso nombre de Jesús. Amén.
Conforme los nombres vengan a tu mente, haz una lista de ellos.
Al final de la lista, escribe “yo mismo”. El perdonarte a ti mismo es aceptar la limpieza y el
perdón de Dios. También escribe “pensamientos en contra de Dios”. Pensamientos que se han
levantado en contra del conocimiento de Dios generalmente serán el resultado de sentimientos de
enojo en contra de El. Técnicamente no perdonamos a Dios, porque El no ha cometido ningún
pecado por comisión u omisión. Pero necesitas especificar que renuncias a las falsas
expectativas y pensamientos de Dios y que estas de acuerdo en liberar la ira que tienes hacia El.
Antes de orar para perdonar a estas personas, detente y considera qué es, y qué no es el perdón,
cuál es la decisión que vas a tomar y cuáles serán las consecuencias.
El perdonar no es olvidar. Las personas que tratan de olvidar se dan cuenta de que no pueden
hacerlo. Dios dice que El “no recordará más” nuestros pecados (Hebreos 10:17), pero Dios, al
ser omnisciente, no puede olvidar. Lo que quiere decir con que “no recordará más” es que El
jamás utilizará el pasado en contra nuestra (Salmo 103:12). Olvidar puede ser el resultado del
perdón, pero jamás es el medio para perdonar. CUANDO TRAEMOS EL PASADO EN
CONTRA DE LOS DEMÁS, ESTAMOS DICIENDO QUE NO LOS HEMOS PERDONADO.
Perdonar es una elección, una crisis de la voluntad. Puesto que Dios pide que nosotros
perdonemos, es algo que podemos hacer. Pero el perdón nos cuesta trabajo porque choca con
nuestros conceptos de justicia. Queremos venganza por las ofensas que hemos sufrido. Pero se
nos dice que jamás nos venguemos (Romanos 12:19). Puedes decir: “¿Por qué debo permitir que
se salgan con la suya?” Ese es precisamente el problema. Aún sigues aferrado a ellos, sigues
atado al pasado. Tú vas a dejarlos libres, pero jamás se podrán librar de Dios. El tratará con
ellos de una manera justa, lo cual nosotros no lo podemos hacer.
Puedes decir: “¡No entiendes cuánto daño me ha hecho esta persona!” Acaso no lo ves, ¡Aún
siguen haciendo daño! ¿Cómo detienes el dolor? No perdonas a una persona para su bien, la
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perdonas POR TU BIEN, PARA QUE TU PUEDAS SER LIBRE. La necesidad de perdonar no
es una cuestión entre tú y el ofensor; es entre tú y Dios.
El perdonar es estar de acuerdo a vivir con las consecuencias del pecado de otra persona. El
perdón tiene un gran costo. Paga el precio del mal que perdonas. Vas a vivir con esas
consecuencias quieras o no; tú única elección es si vas a vivir con la amargura por la falta de
perdón o en la libertad del perdón. Jesús llevó las consecuencias de tu pecado sobre sí mismo.
Todo el perdón verdadero es substituitorio, debido a que nadie perdona sin llevar las
consecuencias del pecado de la otra persona. Dios el Padre “al que no conoció pecado, por
nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en El” (2 Corintios
5:21). ¿Dónde está la justicia? Es la cruz la que hace que el perdón sea legal y moralmente
correcta: “Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas” (Romanos 6:10).
¿Cómo puede perdonar tu corazón? Reconoce el daño y el odio. Si el perdón no visita la parte
emocional de tu vida, estará incompleto. Muchos sienten el dolor de las ofensas interpersonales,
pero no quieren o no saben como reconocerlo. Deja que Dios traiga el dolor a la superficie para
que El pueda tratar con el mismo. Este es el momento en que viene la sanidad.
Decide que tú llevarás la carga de sus ofensas al no utilizar la información en contra de ellos en
el futuro. Esto no significa que debes tolerar el pecado; siempre debes tener una posición en
contra del pecado.
• Nota: La amargura es la alma lo que el cáncer es al cuerpo. La amargura, al igual
que el cáncer afecta cada parte de nuestro cuerpo, alma y espíritu. El perdonar desde
el corazón es la manera en que Dios remueve ese cáncer.
• Trágicamente, este cáncer del alma es una enfermedad contagiosa (Hebreos 12:15).
Familias enteras e iglesias pueden contaminarse por las raíces de amargura.
No esperes para perdonar hasta que tengas ganas de hacerlo; jamás lograrás llegar a ese punto.
Ten paciencia, los sentimientos toman tiempo para sanar después de que se ha tomado la
decisión de perdonar y de que Satanás a perdido su lugar. (Efesios 4:26-27) La libertad es lo
que se va a ganar, no un sentimiento.
Conforme oras, es posible que Dios traiga a tu mente personas que te han ofendido y
experiencias que habías olvidado por completo. Deja que El lo haga aún cuando sea doloroso.
Recuerda, estas haciendo esto por ti; Dios quiere que seas libre. No racionalices ni expliques el
comportamiento del ofensor. El perdón está tratando con tu dolor y le está dejando la otra
persona a Dios. Los sentimientos positivos vendrán con el tiempo; liberarte del pasado es la
cuestión crítica en este momento.
No digas: “Señor, por favor ayúdame a perdonar”, porque El ya te está ayudando. No digas:
“Señor, quiero perdonar”, porque estás pasando por alto la difícil elección de perdonar, la cual es
tu responsabilidad.
Ahora, estás listo para perdonar a las personas de tu lista para que puedas ser libre en Cristo; esas
personas ya no tienen ningún control sobre ti. Ora en voz alta por cada persona de tu lista.
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Señor, perdono a (nombre) por (identifica específicamente todas las ofensas y los
recuerdos o sentimientos dolorosos).
Tercer paso: Amargura contra Perdón
Notas:
• El perdón es en muchos casos la cuestión principal.
• Lo que más acceso le da a Satanás a la iglesia es la falta de perdón
• Muchas personas están encerradas en la prisión de la amargura sin darse cuenta que la llave
hacia la libertad está colgando afuera de la celda. El perdón es la clave, capaz de abrir el
poder que nuestro dolor pasado puede tener sobre nosotros. Incluso, muchos de nosotros nos
aferramos a la ira, dándole al diablo un lugar para operar en nuestras vidas (Efesios 4:26-27).
• La negación, la reprensión, el retraimiento, el buscar la venganza y los arranques de ira sólo
aumentan el poder que la amargura puede tener sobre nosotros. Por ello es que Pablo dice:
“Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.
Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios
os perdonó a vosotros en Cristo” (Efesios 4:31-32) Exploremos la libertad del perdón.
El perdón no es la reconciliación
• En este paso le pedimos a las personas que traten con la ira, el dolor y la amargura al igual
que con el malentendido que tienes con respecto al perdón.
• Dejamos en claro que el perdonar a la persona que te hizo daño es un prerrequisito para la
reconciliación, pero la reconciliación no es obligatoria. De hecho en algunas situaciones la
reconciliación es imposible, y tampoco es aconsejable. En otras situaciones las personas
necesitan perdonar a al ofensor y tomar una posición en contra del pecado y de abusos
sucesivos.
• Jamás hemos visto a una persona tener algún proceso espiritual cuando ésta se aferra al
enojo, ira, gritería, maledicencia y malicia. El extender el perdón es un paso importante para
que haya crecimiento espiritual.
o Romanos 12:17-21 ¿Cuál es nuestra responsabilidad hacia nuestros enemigos?
o La reconciliación requiere el esfuerzo de las dos partes. ¿Qué implica el versículo 18
sobre la búsqueda de la reconciliación?
o ¿Puede depender tu libertad de alguien en quién no tienes ninguna responsabilidad o
control? Explica el papel que juega el perdón para encontrar la libertad.
o Romanos 13:1-2; 8-10 Es nuestro deber reportar cualquier tipo de abuso.
o Mira estos pasajes que hablan acerca del perdón y la reconciliación
Mateo 5:21-22
Mateo 7:1-5
Gálatas 6:1
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Perdón desde lo profundo del corazón.
• Permanece con cada persona hasta que estés seguro de que has tratado con todo el dolor que
se pueda recordar, lo que hicieron, la manera en que te lastimaron, cómo hicieron que te
sintieras (rechazado, no amado, indigno, sucio).
• Mateo 18:21-35. Jesús dice en forma muy clara que debemos perdonar de la forma en que
hemos sido perdonado. Mira lo que pasa si no perdonas desde lo profundo de tu corazón: vv.
34-35.
• Mateo 6:12,14,15. ¿Quién sufre cuando no perdonamos desde lo profundo del corazón?
¿Cómo se experimenta el perdón?
• Podemos evitar perdonar desde lo profundo de nuestro corazón de varias maneras, algunas de
las cuales se enlistan a continuación. ¿Por qué piensas que los creyentes evitan el perdonar
desde lo profundo de su corazón? ¿Qué métodos has utilizado en el pasado para evitar el
perdón?
o Rehusarse a admitir que has sido lastimado. Conforme oran alguien podría decir: “No
puedo perdonar a mi madre. ¡La odio!” Responde: “Ahora puedes hacerlo. El Señor no
te pide que te guste tu madre. No puedes negar o jugar con tus emociones de esa manera.
El Señor quiere que perdones para que puedas detener el dolor que estás experimentando.
o Evitando el dolor. Hay gente que elije esconder sus sentimientos y vivir en negación por
el temor de que eso suceda, pero eso es exactamente lo que debe pasar. No pueden estar
bien con Dios y ser deshonestos.
o Disculpando a aquellos que causaron el dolor. Desanima a las personas a ofrecer excusas
por el ofensor…
o Esperar hasta tener ganas de perdonar
Tratando con el yo y Dios
• Las personas heridas a menudo apuntan con el arma de la ira hacia sí mismos y hacia Dios
cuando tratan de culpar a alguien por los problemas. Cuando esto sucede, el perdón se
convierte en un problema, pero aclaremos la terminología,
o De hecho no puedes perdonar a Dios porque El no ha hecho nada malo, pero debes
arrepentirte de la expectativas falsas e irreales que tienes hacia El.
o De la misma manera, no tienes la autoridad de perdonarte a ti mismo de tus propios
pecados, pero puedes aceptar y afirmar el perdón de Dios de los pecados que has
confesado.
o Job es el clásico ejemplo de una persona que está enojada con Dios por las injusticias de
la vida. Mira los siguientes pasajes: ¿Cómo cambió la actitud de Job después de haber
sido confrontado por Dios mismo? Antes Job 23:1-5 --- Después Job 42:1-ó
Libéranos
• Muchas personas trabajan bajo una pesada carga de autocondena. Aún cuando han
confesado sus pecados y Dios les ha perdonado, mentalmente se golpean y tratan en vano de
pagar sus pecados.
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• Algunos creyentes también piensan que seguirán pecando a menos que recuerden
constantemente sus fracasos. Esta preocupación solo los lleva a una mayor derrota conforme
reafirman erróneamente las identidades caídas como pecadores y concluyen que son indignos
de ir delante de Dios. Esta autoflagelación es una evidencia que el “acusador de los
hermanos” está trabajando.
o Recuerda que el perdón y limpieza está basado no en lo que nosotros hacemos sino en la
obra de Cristo. Hebreos 10:11-18
o Mira la visión de Dios con respecto a tus pecados. v.17
o Hebreos 10:19-22 nos enseña la actitud con que debemos acercarnos a Dios como
personas perdonadas.
o Cristo perdonó tus pecados. Cuando El murió en la cruz, ¿cuántos de tus pecados eran
futuros? Romanos 6:10