Este documento presenta las estaciones del Vía Crucis de 2020, con lecturas bíblicas, reflexiones y peticiones para cada estación. Narra la pasión de Jesús desde su condena a muerte hasta su tercera caída cargando la cruz, acompañado de María y otros que sufrieron con él.
La Cuaresma, cuarenta días, es el tiempo litúrgico en el que revivimos la experiencia de los cuarenta años de peregrinación de los israelitas por el desierto hasta llegar a la tierra prometida, los cuarenta días de Cristo en el desierto, iniciando su vida pública y que culmina con su Pasión, Muerte y Resurrección.
La Cuaresma, cuarenta días, es el tiempo litúrgico en el que revivimos la experiencia de los cuarenta años de peregrinación de los israelitas por el desierto hasta llegar a la tierra prometida, los cuarenta días de Cristo en el desierto, iniciando su vida pública y que culmina con su Pasión, Muerte y Resurrección.
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Fuente: Emeric Amyot d'Inville, C.M. "Anunciar la Buena Nueva de la Salvación siguiendo las huellas de San Vicente", Vincentiana: Vol. 41: No. 4, Artículo 7.
Diseña una experiencia de aprendizaje sobre lectura y escritura como
herramientas de aprendizaje transversal integrando recursos digitales.
La experiencia se debe planear en el formato 1 y luego, se socializa en
una presentación Power Point y se sube a un Slide Share, Issu u otro
recurso que genere un enlace para su visualización.
Esta guía es una ayuda para hacer por tu cuenta el retiro mensual, allí dónde te encuentres, especialmente en caso de dificultad de asistir en el oratorio o iglesia donde habitualmente nos reunimos para orar.
2. Vía
Crucis
2020
Introducción
Nos preparamos para iniciar la meditación del Vía
Crucis, acompañando al Señor en su camino a la
Cruz, con la esperanza de la Resurrección. Lo
hacemos con el apoyo del gran regalo de la
exposición de la Sábana Santa que hoy nos
enorgullecemos de tener en la universidad.
Escuchemos la palabra de Dios y las reflexiones en
oración y unámonos con fe y esperanza en las
intenciones que cada estación nos presenta.
Oremos por todos los enfermos de coronavirus
especialmente por quienes más sufren en su
cuerpo o en su espíritu, por sus familiares y amigos
que sufren con ellos, por los médicos y enfermeras
y personal sanitario que los atiende, por los
investigadores que buscan el remedio para este
mal, por las autoridades y responsables que tienen
que tomar decisiones importantes y a veces
exigentes y dolorosas para el bien común, por las
religiosas y religiosos, por los diáconos y los
sacerdotes que se entregan al servicio de los
enfermos; oremos también por todos los que han
fallecido con este virus: (oración en silencio)
Dios nuestro, que quisiste que tu Hijo Unigénito
llevara sobre si nuestras debilidades para
manifestar el valor de la enfermedad soportada
pacientemente, escucha nuestros ruegos por
nuestros hermanos difuntos y llévalos al Paraíso; y
a los enfermos de coronavirus y a cuantos sufren el
dolor, la aflicción o la enfermedad, concédeles la
gracia de sentirse unidos a Jesucristo sufriente y,
con el auxilio de tu misericordia, mejora su salud
para que podamos alegrarnos juntos y darte
gracias y alabarte en tu Iglesia. Por el mismo
Jesucristo nuestro Señor.
4. Primera Estación
Lector 1:
¡Te adoramos, Cristo, y te bendecimos!
Todos:
¡Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo!
Lectura bíblica:
Mc. 14, 55. 61-62. 64
Los sumos sacerdotes y el Sanedrín en pleno
buscaban un testimonio contra Jesús, para
condenarlo a muerte, y no lo encontraban. El
sumo sacerdote lo interrogó preguntándole:
“¿Eres tú el Mesías, el Hijo de Dios vivo?”
Jesús contestó: “Sí, lo soy”. Y todos lo decla-
raron reo de muerte.
Palabra de Dios.
Reflexión
Todos alguna vez hemos pasado por la
amarga experiencia de la injusticia.
Reflexionemos sobre el ejemplo que
personificamos en nuestro diario vivir,
¿Actuamos siempre con justicia hacia los
demás? Porque, de no ser así, tenemos la
bendición cada día de una nueva oportunidad
para rectificar nuestra actitud. Es por esto que
le pedimos al Señor que nos ayude a evitar
comportamientos soberbios, arrogantes y
egoístas, que muchas veces nos ha llevado a
condenar injustamente a otras personas.
Petición
Señor, te pedimos por nuestra comunidad
universitaria, para que seamos profesionales
comprometidos con la sociedad. Danos
sabiduría para que podamos tomar siempre
las decisiones correctas y que, con nuestro
trabajo, luchemos contra toda injusticia.
Roguemos al Señor.
Escúchanos Señor te rogamos
Jesús es
condenado
a muerte.
6. Segunda Estación
Lector 1:
¡Te adoramos, Cristo, y te bendecimos!
Todos:
¡Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo!
Lectura bíblica
Jn. 19, 16-17
Tomaron, pues, a Jesús, y Él cargando con su
cruz, salió al lugar llamado el Calvario, que en
hebreo se llama Gólgota.
Palabra de Dios.
Reflexión
Estamos en tiempos donde vivimos unas de
las épocas más difíciles en términos
espirituales, en un mundo que cada día es
más impersonal donde buscamos una verdad
que se acomode a nuestra vida, que responda
a nuestras inseguridades y satisfaga nuestros
intereses, todo esto anestesia nuestro corazón
y nos aleja del amor de Cristo. Volvamos
nuestra mirada a lo que realmente es
importante que es vivir con fe y amor,
siguiendo los pasos de Cristo que carga con
la cruz.
Petición
Señor te pedimos que podamos comprender
el valor de la cruz, de los sufrimientos, de las
dolencias, de la soledad. Para convertirlas en
ofrenda amorosa, y vivir con amor y respeto.
Roguemos al Señor.
Escúchanos Señor te rogamos
Jesús carga
con la cruz.
8. Tercera Estación
Lector 1:
¡Te adoramos, Cristo, y te bendecimos!
Todos:
¡Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo!
Lectura bíblica
Isaías. 53, 4 - 6
¡Eran nuestras dolencias las que él llevaba, y
nuestros dolores los que soportaba! Nosotros
lo tuvimos por azotado, herido de Dios y
humillado. Él ha sido herido por nuestras
rebeldías, molido por nuestras culpas. Él
soportó el castigo que nos trae la paz, y con
sus llagas hemos sido curados. Todos noso-
tros como ovejas erramos, cada uno marchó
por su camino, y el Señor descargó sobre él la
culpa de todos nosotros.
Palabra de Dios.
Reflexión
Señor Jesús, el peso de la cruz te ha hecho
caer. El peso de nuestro pecado, el peso de
nuestra soberbia, te derriba. Pero tu caída no
es signo de un destino adverso, no es la pura
y simple debilidad de quien es despreciado.
Has querido venir a socorrernos porque a
causa de nuestra soberbia yacemos en tierra.
Petición
Te pedimos Señor por nuestra Santa Iglesia,
para que la hagas más vigilante para poder
resistir a las fuerzas del mal y ayúdala a
reconocer las necesidades interiores y
exteriores de los demás. Dale esperanza en
medio de la oscuridad, para que sean
portadores de esperanza para el mundo.
Roguemos al Señor.
Escúchanos Señor te rogamos
Jesús cae por
primera vez.
10. Cuarta Estación
Lector 1:
¡Te adoramos, Cristo, y te bendecimos!
Todos:
¡Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo!
Lectura bíblica
Lc 2,22-24.28.33-35
Simeón los bendijo diciendo a María, su
madre: “Mira, éste está puesto para que
muchos en Israel caigan y se levanten; será
como una bandera discutida; así quedará
clara la actitud de muchos corazones. Y a ti,
una espada te traspasará el alma”… Su madre
conservaba todo esto en su corazón.
Palabra de Dios.
Reflexión
María ve al Hijo, desfigurado y devastado bajo
el peso de la cruz. Recuerda cuando tomó en
sus brazos temblorosos al niño y su acción de
gracias continúa con palabras misteriosas,
que entrelazaba drama y esperanza, dolor y
salvación.
María es mujer y madre, gracia y ternura.
Sabiduría y caridad. María, como madre de
todos, es signo de esperanza para todos
quienes sufren, y como verdadera madre, ella
camina con nosotros, lucha con nosotros, y
derrama incesantemente sobre nosotros la
cercanía del amor de Dios.
Petición
Te pedimos Señor por todas las mujeres, para
que cómo María sepan decir siempre sí a la
vida. Para que a ejemplo de María nos
enseñes a creer y nos impulses a servir y dar
muestras de un amor que socorre y sabe
compartir el sufrimiento.
Roguemos al Señor.
Escúchanos Señor te rogamos
Jesús
encuentra a
su madre.
11. Simón de Cirene ayuda a
Jesús a llevar la cruz
Quinta Estación
12. Quinta Estación
Lector 1:
¡Te adoramos, Cristo, y te bendecimos!
Todos:
¡Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo!
Lectura bíblica:
Lc. 23, 26
Cuando le llevaban, los soldados echaron
mano de un cierto Simón de Cirene, que venía
del campo, y le cargaron la cruz para que la
llevara detrás de Jesús.
Palabra de Dios.
Reflexión
Jesús se hace presente hoy en nuestras vidas
en aquellos que sufren, que son despreciados
y tratados indignamente, que cargan su cruz
soportando adversidades, en muchas
ocasiones ya vencidos por el peso que implica
la marginación, y como consecuencia de ello
progresivamente van perdiendo la confianza,
la alegría y la esperanza.
Por otro lado el Cireneo ha venido a ser
ejemplo viviente de los discípulos de Jesús,
que toman su cruz y le siguen. Así como
Simón, nosotros también estamos invitados a
ayudar a cargar la cruz de nuestros hermanos
que sufren, ya que en ellos podemos ver el
rostro de Cristo que requiere nuestra ayuda
amorosa y desinteresada.
Petición
Señor, te pedimos por todos los sacerdotes,
religiosas o consagrados, para que a ejemplo
del Cireneo, ayuden a cargar la cruz de los
hermanos.
Roguemos al Señor.
Escúchanos Señor te rogamos
Simón de
Cirene ayuda
a Jesús a
llevar la
cruz
14. Sexta Estación
Lector 1:
¡Te adoramos, Cristo, y te bendecimos!
Todos:
¡Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo!
Lectura bíblica:
Is. 53, 2 - 3
Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y
evitado por los hombres, como un hombre de
dolores, acostumbrado a sufrimientos, ante el
cual se ocultan los rostros; despreciado y
desestimado.
Palabra de Dios.
Reflexión
En el rostro sufriente de Jesús podemos ver
un cúmulo gigantesco de los sufrimientos
humanos. El gesto de piedad de Verónica se
convierte para nosotros en una provocación,
en una exhortación urgente: en la petición,
dulce pero imperiosa, de no volver la cabeza
hacia otra parte, de mirar también nosotros a
los que sufren, estén cerca o no. Y no sólo
mirar, sino ayudar.
Petición
Señor te pedimos para que nos des siempre
sed de Ti, para que no nos dejemos llevar por
el “qué dirán”, para no actuar por la imagen y
la apariencia y vivir siempre en clave de
ayudar a los necesitados.
Roguemos al Señor.
Escúchanos Señor te rogamos
Verónica
limpia el
rostro de
Jesús.
16. Séptima Estación
Lector 1:
¡Te adoramos, Cristo, y te bendecimos!
Todos:
¡Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo!
Lectura bíblica:
Is. 53, 5
“Él ha sido herido por nuestras rebeldías,
molido por nuestras culpas. Él soportó el
castigo que nos trae la paz, y con sus heridas
hemos sido curados.”
Palabra de Dios.
Reflexión
Si Jesús ha caído en tierra por segunda vez
por el peso de nuestros pecados, aceptemos
entonces que también nosotros caemos, que
hemos caído. El Señor lleva este peso y cae,
para poder venir a nuestro encuentro; Él nos
mira para que despierte nuestro corazón; cae
para levantarnos.
Petición
Señor haznos capaces de resistir a las fuerzas
del mal, que nos tienta a caer una y mil veces.
Levántanos, como tú te levantaste, para poder
levantar a los demás. Que no nos quedemos
llorando la caída sino mirando tu mano
amorosa que nos tiendes para levantarnos.
Roguemos al Señor.
Escúchanos Señor te rogamos
Jesús
cae por
segunda
vez.
18. Octava Estación
Lector 1:
¡Te adoramos, Cristo, y te bendecimos!
Todos:
¡Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo!
Lectura bíblica
Lc. 23, 27-29. 31
Lo seguía un gran gentío del pueblo, y de
mujeres que se daban golpes y lanzaban
lamentos por Él. Jesús se volvió a ellas y les
dijo: “Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí,
llorad por vosotras y por vuestros hijos, (...)
Porque si así tratan al leño verde, ¿qué pasará
con el seco?”.
Palabra de Dios.
Reflexión
En la Pasión y Crucifixión, Jesús da su vida en
rescate por muchos. Así dio alivio a los
oprimidos y consuelo a los afligidos. Secó las
lágrimas de las mujeres de Jerusalén y abrió
sus ojos a la verdad pascual.
Que nuestro camino lleno de sufrimiento sea
siempre un itinerario de esperanza, contigo y
hacia ti, que eres el refugio de nuestra vida y
nuestra Salvación.
Petición
Señor, te queremos pedir por todas aquellas
personas que están pasando por dificultades.
Dales consuelo para que al ver tu cruz
renueven sus fuerzas y tengan la convicción
de que tú siempre estás junto a ellos,
sufriendo con ellos.
Roguemos al Señor.
Escúchanos Señor te rogamos
Jesús
consuela a
las mujeres de
Jerusalén.
20. Novena Estación
Lector 1:
¡Te adoramos, Cristo, y te bendecimos!
Todos:
¡Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo!
Lectura bíblica:
Flp 2, 6-8
El cual, teniendo la naturaleza gloriosa de
Dios, no consideró como codiciable tesoro el
mantenerse igual a Dios, si no que se anona-
dó a sí mismo tomando la naturaleza de
siervo, haciéndose semejante a los hombres;
y en su condición de hombre, se humilló a sí
mismo haciéndose obediente hasta la muerte,
y muerte en la cruz.
Palabra de Dios.
Reflexión
Te veo, Jesús, mientras caes por tercera vez.
Has caído ya dos veces antes y dos veces te
has levantado. No hay ya límites para el
cansancio y el dolor, pareces definitivamente
derrotado con esta tercera y última caída.
¡Cuántas veces en la vida de cada día nos
toca caer! Caemos tantas veces que
perdemos la cuenta, pero siempre esperamos
que cada caída sea la última, porque se
necesita la fuerza de la esperanza para hacer
frente al sufrimiento. Cuando uno cae tantas
veces, las fuerzas al final colapsan y las
esperanzas desaparecen definitivamente. No
nos queda más que decirte desde lo profundo
del alma: Señor, sálvanos
Petición
Señor te pedimos por aquellas personas que
sufren en las guerras, los secuestrados, los
presos, por las mujeres maltratadas y
explotadas, y por todos los enfermos. Dales la
gracia de unir su sufrimiento al tuyo, para que
tengan un dolor redentor, la fuerza para
levantarse una vez más y seguir tu camino.
Roguemos al Señor.
Escúchanos Señor te rogamos
Jesús cae
por tercera
vez.
22. Décima Estación
Lector 1:
¡Te adoramos, Cristo, y te bendecimos!
Todos:
¡Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo!
Lectura bíblica:
Jn 19,23
Los soldados, cuando crucificaron a Jesús,
cogieron su ropa, haciendo cuatro partes, una
para cada soldado, y apartaron la túnica. Era
una túnica sin costura, tejida toda de una
pieza de arriba abajo.
Palabra de Dios.
Reflexión
Para Jesús fue sin duda muy doloroso ser así
despojado de sus propios vestidos,
especialmente para su Madre, allí presente,
privada de aquellas prendas, tal vez labradas
por sus manos con maternal solicitud, y que
ella habría guardado como recuerdo del Hijo
querido. El momento de despojarlo nos
recuerda también la expulsión del paraíso: ha
desaparecido en el hombre el esplendor de
Dios y ahora se encuentra en el mundo
desnudo y al descu¬bierto, y se avergüenza.
Jesús asume una vez más la situación del
hombre caído.
Petición
Te pedimos Señor por todos aquellos que te
conocemos, para que podamos seguir
animados en el camino de la fe y en el
seguimiento a Jesús, escuchando tu mensaje
y practicando tu caridad. Haznos humildes
para saber ofrecerte todos aquellos despojos
que sufrimos en nuestras vidas y para que con
nuestro testimonio muchos otros te conozcan
y te sigan.
Roguemos al Señor.
Escúchanos Señor te rogamos
Jesús es
despojado de
sus vestiduras.
24. Undécima Estación
Lector 1:
¡Te adoramos, Cristo, y te bendecimos!
Todos:
¡Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo!
Lectura bíblica:
Lucas 23, 33- 34
“Y cuando llegaron al lugar llamado ‘La Cala-
vera’, lo crucificaron allí, a Él y a los malhe-
chores, uno a la derecha y otro a la izquierda.
Jesús decía: ‘Padre, perdónalos, porque no
saben lo que hacen’”.
Palabra de Dios.
Reflexión
Jesús es clavado en la cruz (…) no bebió el
calmante que le ofrecieron: asume
conscientemente todo el dolor de la
crucifixión. Su cuerpo está martirizado. Eran
nuestros sufrimientos los que Él llevaba y
nuestros dolores los que soportaba A la
derecha y a la izquierda de Jesús están los
dos malhechores. Estos dos malhechores
interpelan al corazón de todo hombre porque
muestran dos modos diferentes de estar en la
cruz: el primero maldice a Dios, el segundo
reconoce a Dios en esa cruz.
Petición
En esta estación te pedimos Señor para que
llenes nuestros corazones de tu amor, para
que reconozcamos en tu cruz el signo de
nuestra redención y, atraídos por tus heridas,
muramos contigo, para resucitar contigo.
Roguemos al Señor.
Escúchanos Señor te rogamos
Jesús es
clavado
en la cruz.
26. Duodécima Estación
Lector 1:
¡Te adoramos, Cristo, y te bendecimos!
Todos:
¡Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo!
Lectura bíblica:
Lc 23, 44-47
“Hacia el mediodía las tinieblas cubrieron toda
la tierra hasta las tres de la tarde. El sol se
eclipsó y la cortina del templo se rasgó por
medio. Y Jesús, con fuerte voz, dijo:<<Padre,
en tus manos encomiendo mi espíritu>>. Dijo
esto y expiró.
El oficial, al ver lo que había ocurrido, daba
gloria a Dios, diciendo: <<Verdaderamente
este hombre era justo>>.
Palabra de Dios.
Reflexión
Jesús es verdaderamente el rey del mundo.
Ahora ha cumplido radicalmente el
manda¬miento del amor, ha cumplido el
ofrecimiento de sí mismo y, de este modo,
manifiesta al verdadero Dios, al Dios que es
amor. Ahora sabemos que es Dios y sabemos
cómo es la verdadera realeza.
Petición
Te pedimos Señor para que el verte
crucificado remueva nuestros corazones,
ayúdanos a reconocer tu rostro, creer en ti y a
seguirte en el momento de la necesidad y de
las tinieblas. Muéstrate de nuevo al mundo en
esta hora. Haz que se manifieste tu salvación.
Roguemos al Señor.
Escúchanos Señor te rogamos
Jesús
muere
en la cruz.
27. Bajan a Jesús de la cruz y
lo entregan a su madre.
Décimo tercera Estación
28. Décimo tercera Estación
Lector 1:
¡Te adoramos, Cristo, y te bendecimos!
Todos:
¡Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo!
Lectura bíblica:
Marcos 15,42-43.46a
Al anochecer, como era el día de la Prepara-
ción, víspera del sábado, vino José de Arima-
tea, miembro noble del Sanedrín, que también
aguardaba el reino de Dios; se presentó deci-
dido ante Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús.
Este compró una sábana y, bajando a Jesús,
lo envolvió en la sábana.
Palabra de Dios.
Reflexión
Escena conmovedora, imagen de amor y de
dolor, expresión de la piedad y ternura de una
Madre que contempla, siente y llora las llegas
de su Hijo martirizado. Una lanza había
atravesado el costado de Cristo, y la espada
que anunciara Simeón acabó de atravesar el
alma de la María.
Petición
Te pedimos Señor que en la hora de la
oscuridad reconozcamos que Tú estás
presente. No nos dejes solos cuando nos
aceche el desánimo. Ayúdanos a no dejarte
solo. Danos una fidelidad que resista en el
extravío y un amor que te acoja en el
momento de tu necesidad más extrema.
Roguemos al Señor.
Escúchanos Señor te rogamos
Bajan a Jesús de
la cruz y lo
entregan a su
madre.
29. El cuerpo de Jesús es
puesto en el sepulcro
Décimo cuarta Estación
30. Décimo cuarta Estación
Lector 1:
¡Te adoramos, Cristo, y te bendecimos!
Todos:
¡Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo!
Lectura bíblica:
Mt 27, 59-61
“José (de Arimatea), tomando el cuerpo de
Jesús, lo envolvió en una sábana limpia, lo
puso en el sepulcro nuevo que se había exca-
vado en una roca, rodó una piedra grande a la
entrada del sepulcro y se marchó. María
Magdalena y la otra María se quedaron allí
sentadas enfrente del sepulcro.”
Palabra de Dios.
Reflexión
José de Arimatea, judío y miembro del
Sanedrín, nos muestra el rostro de aquellos
que siendo del mismo consejo esperaban el
Reino de Dios. A la hora de la muerte, José
por fe y por amor pide el cuerpo de Jesús, lo
cubre y le da sepultura. La delicadeza con que
trata el cuerpo de Cristo nos refleja ese amor
silencioso y lleno de esperanza.
Como José hay muchos a los que hoy les
asusta manifestar públicamente su amor a
Jesús, pero hay que vivir sin miedo, con
valentía y con esa caridad que no busca otra
cosa que mostrar que la violencia solo tiene
una respuesta: el amor.
Petición
Señor te pedimos por los todos los miembros
de la Iglesia, para que a ejemplo de José de
Arimatea no tengamos dudas en manifestar
públicamente nuestra fe y amor a Cristo.
Auxílianos para que seamos tu perfume y
hagamos visible la huella de tu vida en este
mundo.
Roguemos al Señor.
Escúchanos Señor te rogamos
El cuerpo
de Jesús es
puesto en
el sepulcro
31. Vía
Crucis
2020
Oración Final
Oremos:
Que tu bendición, Señor, descienda
con abundancia sobre esta familia tuya que ha
conmemorado la muerte de tu Hijo con la
esperanza de su santa resurrección; venga
sobre ella tu perdón, concédele tu consuelo,
acrecienta su fe y consolida en ella la reden-
ción eterna.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.