Este documento presenta una serie de 14 estaciones que representan eventos clave en la resurrección de Jesús y los días posteriores, según los evangelios. Cada estación incluye una breve descripción y la referencia bíblica correspondiente. El propósito general es guiar a los lectores a través de este camino para fortalecer su fe en la victoria de Cristo sobre la muerte y despertar su deseo de propagar el evangelio.
2. es el camino de la luz, del gozo y la alegr a vividos con Cristo y graciasí
a Cristo resucitado.
Vamos a vivir con los disc pulos su alegr a desbordante.í í
Vamos a dejarnos iluminar con la presencia y acci n de Cristo resucitadoó
que vive ya para siempre entre nosotros.
Vamos a dejarnos llenar por el Esp ritu Santo que vivifica el alma.í
Via Lucis
3. 1 Estaci n: Jes s Resucitadoª ó ú
Evangelio según San Mateo 28, 1-7. (cf. Mc 16, 1-8; Lc, 24, 1-9; Jn 20, 1-2).
Cristo, que ha querido redimirnos
dej ndose clavar en un madero,á
entreg ndose plenamente por amor, haá
vencido a la muerte.
Su muerte redentora nos ha liberado
del pecado, y ahora su resurrecci nó
gloriosa nos ha abierto el camino hacia
el Padre.
4. 2 Estaci n: Jes s se aparece a Magdalenaª ó ú
Evangelio según San Juan 20, 10-18 (cf. Mc 16, 9-11; Mt 28, 9-10).
Maria Magdalena ama a Jes s, con un amor limpio yú
grande. Su amor est hecho de fortaleza y eficacia,á
Mar a ha buscado al Maestro y la respuesta no se haí
hecho esperar: el Se or reconoce su cari o , y pronunciañ ñ
su nombre.
Mar a Magdalena, una mujer, se va a convertir en laí
primera mensajera de la Resurrecci nó
5. 3 Estaci n: Jes s se aparece a las mujeresª ó ú
Evangelio según San Mateo 28, 8-10.
Las mujeres son las primeras en reaccionar ante la muerte
de Jes s.ú
Cuando embalsamaron el cuerpo de Jes s lo tuvieron queú
hacer tan r pidamente que no pudieron terminar ese piadosoá
servicio al Maestro. Por eso, como han aprendido a querer, a
hacer las cosas hasta el final, van a acabar su trabajo.
Son valientes y generosas, porque aman con obras. Han
echado fuera el sue o y la pereza y, antes de despuntar elñ
d a, ya se encaminan hacia el sepulcro. Hay dificultades : losí
soldados, la pesada piedra que cubre la estancia donde está
colocado el Se or. Pero ellas no se asustan porque sabenñ
poner todo en manos de Dios.
6. 4 Estaci n: los soldados vigilan el sepulcro vac oª ó í
Los enemigos de Cristo quisieron cerciorarse de
que su cuerpo no pudiera ser robado por sus
disc pulos y, para ello, aseguraron el sepulcro,í
sellando la piedra y montando la guardia. Y son
precisamente ellos quienes contaron lo ocurrido.
"Si dorm ais por qu sab is que lo han robado?, yí ¿ é é
si los hab is visto, por qu no se lo hab isé ¿ é é
impedido?".
no hay peor ciego que el que no quiere ver.
Evangelio según San Mateo 28, 11-15.
7. 5 Estaci n: Pedro y Juan llegan al sepulcro vac oª ó í
Pedro y Juan son los primeros ap stoles en ir aló
sepulcro. Han llegado corriendo, con el alma
esperanzada y el coraz n latiendo fuerte. Yó
comprueban que todo es como les han dicho las mujeres..
Cristo ha vencido a la muerte, y no es una vana ilusi n:ó
es un hecho de la historia, que va a cambiar la historia.
San Juan 20, 3-10 (cf. Lc 24, 12)
8. 6 Estaci n: jes s muestra sus llagas en el cen culoª ó ú á
Cristo resucitado es el mismo Jes s que naci enú ó
Bel n y trabaj durante a os en Nazaret, elé ó ñ
mismo que lav los pies a sus disc pulos y seó í
entreg a sus enemigos para morir en la Cruz.ó
Jesucristo, el Se or que es verdadero Dios yñ
hombre verdadero.
Pero los ap stoles apenas pueden creerlo: est nó á
asustados, temerosos de correr su misma suerte.
es entonces cuando se presenta en medio de
ellos, y les muestra sus llagas como trofeo, la
se al de su victoria sobre la muerte y el pecado.ñ
Con ellas nos ha rescatado. Han sido el precio
de nuestra redenci n.ó
Evangelio según San Lucas 24, 36-43 (cf. Mc 16, 14-18; Jn, 20, 19-23).
9. 7 Estaci n: el camino a ema sª ó ú
Los de Ema s se iban tristes yú
desesperanzados: como tantos hombres y
mujeres que ven c mo las cosas no salenó
seg n hab an previsto. No acaban de confiarú í
en el Se or.ñ
Sin embargo Cristo "se viste de caminante"
para iluminar sus pasos
puestos a la mesa, Jes s parte el pan y seú
les abren la mente y el coraz n. Yó
descubren que era el Se or.ñ
Nosotros comprendemos con ellos que Jes sú
nos va acompa ando en nuestro camino diarioñ
para encaminarnos a la Eucarist a: paraí
escuchar su Palabra y compartir el Pan.
Evangelio según San Lucas 24, 13-32
10. 8 Estaci n: jes s da a los ap stoles el poder de perdonarª ó ú ó
los pecados
Los ap stoles no han terminado de entenderó
lo que ha ocurrido en estos d as, pero eso noí
importa ahora,
Durante la ltima Cena les dio el poder deÚ
renovar su entrega por amor: el poder de
celebrar el sacrificio de la Eucarist a.í
En estos momentos, les hace part cipes de laí
misericordia de Dios: el poder de perdonar
los pecados.
Los ap stoles, y con ellos todos losó
sacerdotes, han acogido este regalo precioso
que Dios otorga al hombre: la capacidad de
volver a la amistad con Dios despu s deé
haberlo abandonado por el pecado, la
reconciliaci n.ó
Evangelio según San Juan 20, 19-23 (cf. Mc 16, 14; Lc 24, 36-45).
11. 9 Estaci n: jes s fortalece la fe de tom sª ó ú á
Tom s no se deja convencer por las palabras,á
por el testimonio de los dem s ap stoles, yá ó
busca los hechos: ver y tocar. Jes s,ú
La fe es una gracia de Dios que nos lleva
reconocerlo como Se or, que mueve nuestroñ
coraz n hacia l, que nos abre los ojos deló É
esp ritu.í
La fe es una luz que ilumina nuestra
existencia y nos ayuda y fortalece para
reconocer la verdad y aprender a amarla.
Qu importante es estar pegados a Cristo,¡ é
aunque no lo sintamos cerca, aunque no lo
toquemos, aunque no lo veamos!
Evangelio según San Juan 20, 26-29
12. 10 Estaci n: jes s en el lago tiberiadesª ó ú
La barca de Pedro, el pescador de Galilea,
es imagen de la Iglesia, cuyos miembros, a lo
largo de la historia est n llamados aá
poner por obra el mandato del Se or:ñ
"ser is pescadores de hombres".é
Pero no vale nicamente el esfuerzoú
humano, hay que contar con el Se or,ñ
fi ndonos de su palabra, y echar las redes.á
En las circunstancias dif ciles, cuandoí
parece que humanamente se ha puesto todo
por nuestra parte, es el momento de la
confianza en Dios, de la fidelidad a la
Iglesia, a su doctrina. .
Y l nos premiar con frutos abundantes.É á
Evangelio según San Juan 21, 1-6a
13. 11 Estaci n: jes s confirma a pedro en el amorª ó ú
Pedro, el impulsivo, el fogoso, queda a solas con el
Se or. Y se siente avergonzado porque le ha falladoñ
cuando m s lo necesitaba.á
Pero Jes s no le reprocha su cobard a: el amor es m sú í á
grande que todas nuestras miserias.
siempre est abierta, de par en par, la puerta de laá
esperanza para quien sabe amar.
La respuesta de Cristo, Buen Pastor, es ponerle a l yé
a sus Sucesores al frente de la naciente Iglesia, para
pastorear al Pueblo de Dios
As , Pedro, el primer Papa, y luego sus sucesores son "elí
Siervo de los siervos de Dios". Evangelio según San Juan 21, 15-19.
14. 12 Estaci n: jes s deja la misi n de evangelizarª ó ú ó
Los ltimos d as de Jes s en la tierra junto a susú í ú
disc pulos debieron quedar muy grabados en susí
mentes y en sus corazones.
Pero el Se or pone en su horizonte toda la tarea queñ
tienen por delante: "Id al mundo entero...". Ese es su
testamento: hay que ponerse en camino para llevar a
todos el mensaje que han visto y o do.í
Est n por delante las tres grandes tareas de todoá
ap stol, de todo cristiano:ó
Predicar
Bautizar
y vivir seg n el Evangelioú
Evangelio según San Mateo 28, 16-20. cf. Lc 24, 44-48.
15. 13 Estaci n: jes s asciende a los cielosª ó ú
Todos se han reunido para la despedida del
Maestro. Sienten el dolor de la separaci n, peroó
el Se or les ha llenado de esperanza.ñ
"Yo estar con vosotros todos los d as hasta elé í
fin del mundo".
Es el momento de ponerse a trabajar, de
emplearse a fondo para llevar el mensaje de
alegr a,í
Jesucristo ha querido ir por delante de nosotros,
para que vivamos con la ardiente esperanza de
acompa arlo un d a en su Reino. Y est sentado añ í á
la derecha del Padre, hasta que vuelva al final
de los tiempos.
Hechos de los Apóstoles 1, 9-11 (cf. Mc 16, 19-20; Lc 24, 50-
53).
16. 14 Estaci n: pentecostesª ó
Jes s, el Hijo de Dios, est ya en el cielo, peroú á
ha prometido a sus amigos que no quedar ná
solos.
Y fiel a la promesa, el Padre, env a al Esp rituí í
Santo,
pegados a la Virgen, Madre de la Iglesia,
reciben el Esp ri tu Santo.í
l es el que llena de luz la mente y deÉ
fuego el coraz n de los disc pulos para darlesó í
la fuerza y el impulso para predicar el Reino
de Dios.
Hasta que un d a participemos del gozo junto aí
Dios en el cielo.
Hechos de los Apóstoles 2, 1-
4
17. Mar a. t que acompa aste a los disc pulos en elí ú ñ í
momento de la llegada del Esp ritu, el d a deí í
Pentecost s, y animaste a la primera Iglesia a vivir ené
las ense anzas de tu Hijo, ay danos a crear espaciosñ ú
de silencio en nuestras vidas para que el fuego del
Esp ritu Santo arda en nuestros corazones y nosí
impulse a una aut ntica actitud evangelizadora.é