La autora describe los beneficios que aporta la danza contemporánea en el desarrollo infantil, satisfaciendo la necesidad de expresión y creación en los niños y ayudándolos a conocer sus capacidades físicas. Si bien la danza natural es beneficiosa, las clases formales son recomendadas para niños de 7-11 años y ayudan a desarrollar habilidades como la memoria corporal, el equilibrio y la creatividad.