7. Un nuevo sistema agrícola y económico que respete la identidad local cultural, los y las criadoras, los recursos de la tierra, la crianza sustentable animal y la salud de cada uno de los consumidores
22. APRENDER “ Educación del gusto” CENAS TEMATICAS VISITAS TEMATICA CHARLAS TEMATICAS PRODUCTOS Y PROCESOS TEMAS DE CONTIGENCIA SOCIAL/POLITICOS/ECONOMICOS RELACIONADOS A LA ALIMENTACIO
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Notas del editor
75% de la diversidad de productos alimenticios se han perdido en Europa desde 1900 93% de la diversidad de productos alimenticios se han perdido en América desde 1900 33% de variedades de animales domésticos han desparecido o están cerca de desaparecer desde 1900 30,000 de variedades vegetales se han extinguido desde 1900 y 1 mas se pierde cada 6 horas
tomar conciencia de que, en el fondo, somos co-productores, y no simples consumidores pasivos; la atención y el esmero puestos en la salvaguardia y en el mantenimiento con vida de las tradiciones populares y de la biodiversidad
A estas alturas somos conscientes de que la comida tiene tantas implicaciones en la vida de las comunidades locales que no podemos seguir haciendo como si nada. La música, la tradición oral, los mitos, las manualidades, la forma de construir, los modos de sobrevivir y de explicarse están todos estrechamente conectados al cultivo, a la transformación, a la distribución y al consumo de alimentos . Es un corpus cultural inmenso, que no debe subestimarse y que, sobre todo, debe preservarse. Creo que es nuestra obligación hacer algo para salvarlo y mantenerlo vivo, exactamente como hacemos con los productos de los Baluartes en particular y con la biodiversidad en general. Y toda esa riqueza está en manos de las propias comunidades, que deben ser las protagonistas del mantenimiento de su cultura, de su memoria. La memoria local es un concepto clave. Quien no tiene memoria de los objetos, de su historia, no cuida de ellos, y por tanto deja que se deterioren hasta tenerlos que desechar. Lo mismo ocurre a quien no tiene memoria de sí mismo, de su propio lugar y su propia comunidad. El compromiso consistirá, pues, en realizar una especie de Baluarte de la memoria, cada cual en el seno de su propia comunidad, escribiendo su historia y las historias de las personas que han dado lugar a esas características, a esas tradiciones, a esos productos. Y todo ello, insisto, habrá que hacerlo potenciando también ámbitos diferentes de la comida, como la música, las tradiciones orales, la labor editorial y la arquitectura locales…
Otro concepto clave vinculado a la dimensión local es la economía. Pensar en la economía global, tal como está estructurada, deja patentes los límites de un proyecto que quiera apostar por el rescate de las culturas tradicionales en un diálogo abierto con el mundo científico, salvaguardándolas de forma activa. Por distintos motivos: porque la economía global tiende a triturar la diversidad y a concentrar los recursos , no siempre aumentando su eficiencia; porque la insostenibilidad de los sistemas económicos globales es objeto ya de todas las miradas; porque sólo en el seno de una economía local nos podemos sentir co-productores, se puede preservar la memoria local y dar impulso a la red. Por eso nos gustaría propugnar una nueva idea de comercio, que limite al máximo la intermediación en favor de los productores , pero también de los co-productores, que obtendrán unos beneficios seguros en términos de conocimiento de los productos, de bondad de los mismos y de sostenibilidad de sus procesos productivos . Pero economía local supone también pensar en unos sistemas locales de producción y de renovación de la energía que contribuyan a limitar las emisiones de dióxido de carbono o que eviten derroches inútiles. Supone pensar en formas de microcrédito donde sean necesarias, en el desarrollo donde haga falta y en la deceleración cuando corresponda. Supone potenciar en todo y por todo los recursos humanos y del territorio, la biodiversidad local; todo ello, a través de un sistema de comercio en el que la sostenibilidad sea un punto indiscutible. Actualmente ya tenemos un fuerte compromiso respecto a nuevas formas de comercialización, como la revitalización de los mercados campesinos, la community supported agriculture u otros sistemas que permitan distribuir alimentos buenos, limpios y justos. Ojo: esa idea de comunidad, de memoria y de economía local no es algo que ataña exclusivamente al campo o al mundo agrícola. Yo creo que, precisamente en virtud de una dimensión local, el compromiso en estas realidades debe implicar con fuerza también a las pequeñas ciudades, y a los barrios en las más grandes: la sostenibilidad es un concepto relativo, que debe aplicarse con sentido común y lo más cerca posible de casa, respecto a nuestros hábitos cotidianos. Esto vale, por ejemplo, para el modo de producir energía, de conseguir alimentos, de consumirlos y de transmitir la propia memoria. La red es, precisamente, la que nos permite armonizar estas diversidades, valorarlas con sentido común y criterio, no ser dogmáticos donde no venga a cuento y ser intransigentes donde sea posible.
Es la actitud general de las personas la que acaba construyendo la fuerza de la red: por ello es necesaria una nueva escala de valores compartida, donde la generosidad debería ser nuestra guía principal. Si muchos de los proyectos se realizan a nivel local, en las comunidades, éstas no deben permanecer cerradas o, peor aún, apostar por una idea de autarquía irrealizable. Sería un craso error: en la red las comunidades, los distintos sujetos que la componen están en contacto constante, se comunican y están dispuestas al regalo, a la ayuda sin pretensión de obtener nada a cambio, convencidos de que la fuerza de las ideas compartidas es la que cambia el mundo. Yo auguraría unas nuevas formas de hospitalidad, que, por ejemplo, permitan a los jóvenes pasar algún tiempo en lugares alejados de sus casas y de su estilo de vida. Podría ocurrir que las comunidades productoras alberguen durante unos meses a jóvenes de otros países, ofreciéndoles hospitalidad a cambio de un poco de trabajo, sería una experiencia formativa increíble. Pensar en hacer realidad un sistema de este tipo, donde damos de nuevo valor al concepto de viaje, de regalo y de intercambio, no es tan difícil estando en presencia de una red tan amplia y variopinta. Las múltiples experiencias de amistad y de viaje surgidas a partir de Terra Madre de las que he tenido conocimiento –y cuántas habrá, por otra parte, que ignoremos– son las que, de forma natural, han inspirado esta última idea. Ésta es la fuerza de la red, la fuerza de lo que somos.
una red mundial de sujetos heterogéneos y comprometidos –desde los ciudadanos a los campesinos, desde los cocineros a las autoridades académicas– es el lugar ideal para que brote y florezca el concepto de nueva gastronomía, de ciencia al servicio de un sistema en el que la comida ocupa un lugar central y sabe garantizar mucho más que el simple sustento o el placer que puede y debe dar la práctica de una buena cultura material.
CONVIVIA TALLERES TEMATICOS
FIESTAS FERIAS EVENTOS QUE CONECTEN
Arca del gusto: Slow Food makes its support of biodiversity real by promoting artisanal producers of quality products. Createdin 1996, the Ark of Taste is a growing catalogue of foods that have been forgotten or marginalized and are at riskof disappearing completely. The Ark identifies over 500 animal breeds, fruit and vegetable varieties, prepared foods and specific dishes and offers a resource for those interested in sourcing and promoting quality foods.
Bueno:que genere placer al consumirlo, Limpio:La manera que esta hecho respeta el medio ambiente, el bienestar animal y nuestra salud, Justo: Los productores deben recibir una remuneración justa y ser reconocido por su labor. Movimiento Slow Food
CENAS TEMATICA Revalorizar y aprender: Talleres/cenas tematicas de los baluartes nacionales: