El documento describe la economía naranja o economía creativa, que se refiere a la cultura, el talento y la innovación como formas de monetizar políticas públicas y acercar a sectores sociales. Incluye industrias como cine, música, arquitectura y diseño. La economía naranja ofrece oportunidades en la era digital y genera empleos. Adquirió mayor relevancia durante la pandemia al unir a las personas y contribuir a su bienestar. Busca profesionalizar la creatividad de forma sostenible aprovechando
Lecciones 05 Esc. Sabática. Fe contra todo pronóstico.
Economía naranja, una alternativa sustentable
1. UNIVERSIDAD PANAMERICANA DEL PUERTO
FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS Y SOCIALES
ESCUELA DE CONTADURIA PUBLICA
Estudiante
Stephanie Garay
C.I.: 26.699.366
San Felipe, junio de 2022
2. De acuerdo a la avasallante globalización y su incidencia en la transformación de
los diversos escenarios, uno de los que no está exento a esta realidad, es
precisamente el ámbito económico, el cual se ha venido adaptando a los nuevos
mercados, incluso, existen especialistas que lo han divido en sectores y, a su vez, le
han asignado un color distintivo, uno de estos, y que se encuentra en pujante
crecimiento, es el naranja de allí que surge la denominada Economía Naranja o
Economía Creativa.
En tal sentido, el emergente modelo económico antes mencionado se refiere a la
cultura, el talento y la innovación en un todo como maneras de monetizar a las
políticas públicas de los Gobiernos, y que tiene la particularidad de acercar a
sectores humildes de los más privilegiados hacia un fin común, de allí que se crean
campañas a favor de la integración social, empleando para ello la economía naranja.
Al respecto, según lo señalado en Finlev, et al. (2017) para el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID), define a la economía naranja como el conjunto
de actividades que permite que las ideas se conviertan en bienes y/o servicios
culturales e innovadores, cuyo valor económico puede estar basado y protegido en
la propiedad intelectual, derecho de autor.
Asimismo plantean, por ejemplo, que uno de los sectores que en pleno siglo XXI
genera mayores dividendos, es la industria de la creatividad, cultura y
cinematografía, considerando que las películas recaudan millones de dólares
incrementando las ventas de boletería cada año, asimismo las descargas de
canciones son más populares cada día, produciendo numerosos ingresos, además de
la arquitectura, moda, artesanía, música, diseño, servicios creativos, medios
sociales, software, plataformas digitales; y como criterio secundario, para evaluar
su capacidad y a mejorar la calidad de vida, está el patrimonio cultural, desarrollo
urbano, vivienda, educación, impacto social, medioambiente, salud y bienestar,
entre otros.
En virtud de lo expuesto anteriormente, puede afirmarse que la economía naranja
aparece como una alternativa para emprender en escenarios que vinculados a la era
de la Web 2.0, brinda mayor oportunidad de alcance en la proyección de lo que se
produce.
3. Si bien las nuevas tecnologías de información y comunicación no se encuentran
en manos de la sociedad en general, y además no todos conocen sobre el tema que
aquí se trata, existe un considerado número de esta que las hace parte de su
cotidianidad, sobre todo en momentos de la emergente economía que permite
aplicar estrategias innovadoras en la producción de bienes y servicios, lo que
repercute en la generación de empleos.
Es importante destacar que tras la pandemia que afecta al mundo desde finales
del año 2019, ha generado nuevas formas de vida y precisamente es donde cobra
aún más auge tema de la creatividad y la innovación. En este contexto, las industrias
creativas, la cultura, la conectividad y la creatividad han jugado un papel
fundamental ante la crisis, tratando de unir a los que están distanciados en sus
hogares, y a su vez, buscando contribuir en la preservación de salud y bienestar de
la población en general.
Por consiguiente, esta realidad se presenta como una economía sustentable,
respetuosa del medio ambiente y del ser humano, por lo que forman parte de las
políticas públicas de los Gobiernos, que involucra el conocimiento, el talento y las
identidades de todos los ciudadanos. Sobre el planteamiento antes realizado, que
conoció que las Naciones Unidas, en su Agenda 2030 para el desarrollo sostenible,
adopta un plan a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, pero además
declaró al 2021 como Año Internacional de la Economía Creativa y los hechos así
lo describieron, entendiendo que de allí en adelante sigue potenciándose la
economía naranja marcando un importante precedente histórico, a sabiendas que
Latinoamérica cuenta con un valioso potencial creativo de talento e innovación, con
grandes reservas de mentes creativas.
De acuerdo a lo que a todo lo expuesto se puede decir, en resumen, que la
economía naranja busca el profesionalizar la creatividad y la innovación, pero
también promueve la transmisión de conocimiento, así como de la cultura a
generaciones futuras, generando condiciones para la sostenibilidad de las
organizaciones y agentes que integran los diversos sectores que la conforman.
Así que, en este nuevo escenario, los creativos y las industrias culturales y
creativas ocupan un lugar central, potenciado especialmente por el advenimiento de
4. la revolución digital, de la economía del conocimiento y de la cuarta revolución
industrial