Este poema de Píndaro del siglo VI a. C. explora la naturaleza efímera de la vida humana, describiendo a los hombres como "seres de un día" y "el sueño de una sombra". Sin embargo, también reconoce que cuando los dioses otorgan su gloria, los hombres pueden disfrutar de "un brillante resplandor" y "una existencia amable". Además, el poema pide a la ciudad de Egina que guíe a su pueblo por un "rumbo libre" con la ayuda de varios