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Haití y más allá ulla winter
1. Haití y más allá: Lograr resultados en la Gestión
de la Información durante las Crisis
Marzo 2010
El Acontecimiento El terremoto masivo que golpeó a Haití el 12 de Enero 2010, hizo añicos
los cimientos del país. El 23 de enero, poco menos que una quincena
después del sismo, el Gobierno de Haití declaró el fin de la fase de
búsqueda y rescate de sobrevivientes. Sólo se encontraron 132 personas
con vida entre los escombros. En el último recuento, más de 230.000
fueron confirmados fallecidos, igualando la cifra de muertos del tsunami
del 26 de diciembre de 2004 en el Sur de Asia.
Las Tecnologías Pocas horas después del terremoto, ya había signos de un esfuerzo global
para reforzar las redes, tanto de Internet como de otras tecnologías
móviles, incluyendo plataformas de redes sociales, para apoyar las tareas
de auxilio y socorro a los damnificados. La utilización de Ushahidi,
(una plataforma que se utilizó primero en Kenya y que permite la
recolección de datos diseminados por SMS, correo electrónico o Internet
y visualizarlos en un mapa o diagrama de tiempo) fue el primer paso
que permitió determinar las necesidades urgentes de las víctimas y otros
pedidos de ayuda y socorro desde el terreno. Sahana, (una red
informática establecida en Sri Lanka como herramienta de apoyo para
los problemas comunes de coordinación que pudieran surgir entre los
responsables involucrados en tareas de socorro) desplegó rápidamente su
plataforma en Haití. Sahana colaboró, por ejemplo, en la determinación
de los emplazamientos para infraestructuras médicas, pidiendo a
voluntarios de todo el mundo su colaboración para establecer
coordenadas precisas a partir de datos imprecisos. Esto también fue una
característica clave de la labor de Ushahidi, una plataforma que utilizó
un ejército de voluntarios ubicados en los Estados Unidos de América
(EUA) encargados de pasar por el tamiz los miles de SMS para priorizar
y categorizar la información recibida desde el terreno. Internews y el
Servicio de Información en Emergencias (EIS) de la Fundación
Thomson Reuters, ambas organizaciones sin fines de lucro y con base en
los EUA y desarrolladas por InSTEDD, ayudaron a establecer la
comunicación directa entre las agencias humanitarias y los damnificados
a través de una red local de emisoras de radio y pedidos transmitidos por
SMS por las víctimas. Las Naciones Unidas, a través de su plataforma
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2. OneResponse gestionada por la Oficina para la Coordinación de Asuntos
Humanitarios (OCHA), también fue un foco vital e importante para la
recepción regular de informes de situación, información de contactos y
datos de localización actualizados. Casi todas las Agencias de ayuda
humanitaria, Agencias de las Naciones Unidas y unidades militares,
incluyendo el Comando Sur de los EUA, utilizaron para sus tareas de
coordinación, colaboración y acción consecuente, la información
generada por las víctimas desde el terreno a través de Twitter, Facebook,
Wikis y páginas de Internet, así como teléfonos celulares. El Wiki de la
Fundación ICT4Peace [http://bit.ly/haitiwiki] puesto en servicio un día
después del sismo, llegó a enlazar más de 120 fuentes de información
vital y, en algunos casos, facilitó el acceso a los datos críticos que se
encontraban dentro de bases de datos inaccesibles formateados para uso
restringido.
Los Progresos Es evidente que los avances logrados en el establecimiento de redes
diversas, Internet y tecnologías móviles, apuntalaron los esfuerzos de
ayuda y socorro en Haití – desde la generación de fondos a la
coordinación de la acción humanitaria y la colaboración puntual entre el
personal de ayuda. Estos últimos, han convenido en que Haití ha sido el
momento culminante del uso de TICs en operaciones de ayuda.
Solamente en los EUA, se llegaron a recaudar más de 31 millones de
dólares mediante un número sin precedentes de donaciones por SMS a
la Cruz Roja para ayuda a Haití. Otra iniciativa basada en la red,
CrisisCommons, diseñó los mapas más exhaustivos y actualizados del
país y los dio a conocer a través de la página de OpenStreetMap. Miles
de voluntarios de todo el mundo contribuyeron al rápido
establecimiento de estos mapas, utilizando fuentes diferentes tales como
informes de situación, catastros e imágenes satelitales. Lo que
finalmente se llegó a conocer como el Proyecto 4636 (un simple número
de SMS al cual los haitianos podían enviar su posición exacta y
necesidades urgentes) exigió operaciones increíblemente complejas,
además de la instalación de telecomunicaciones móviles sin precedentes
en Haití, que fueron diseñadas y desplegadas en cuestión de días, por
múltiples protagonistas locales e internacionales, incluyendo efectivos
del ejército de los EUA. Los esfuerzos globales de voluntarios,
mayormente a través de Ushahidi, así como a través de redes basadas en
Ning, correos electrónicos, Skype y hasta radioaficionados, diseminaron
y analizaron información vital sobre necesidades urgentes, transmitida
por los haitianos sobre el terreno.
Los Desafíos que perduran A pesar de estos progresos, quedan por resolver una cantidad de desafíos
críticos. Por más innovadoras que sean, las TICs que operan de manera
aislada acumulando información como silos, traban los esfuerzos de
auxilio y suman pérdida de vidas. Por ejemplo, en los primeros
momentos de la organización de ayudas para Haití, existían
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3. innumerables sitios en la red y otros sistemas para registrar y localizar
personas perdidas, establecidos por los medios de comunicación
internacionales, redes sociales ancladas en Internet y Agencias de las
Naciones Unidas. Hasta el momento en que se estableció un almacenaje
reglamentado basado en el formato del PFIF (People Finder – Buscador
de Personas), cada sistema era una isla de información, con
duplicaciones innecesarias, información fragmentada y fuente de
frustración. Incluso después de que Google instalara su almacenaje
estandardizado, algunos medios internacionales y Agencias de la UNO
rehusaron compartir su información o utilizar ese registro. En base a la
experiencia de la utilización del Wiki de ICT4Peace sobre Haití, la
miríada de fuentes de datos y formatos para uso restringido a partir de
los cuales se obtuvo información, sugiere un aumento en la
fragmentación y restricción de datos. Como lo ha hecho notar Patrick
Meier de Ushahidi, los problemas que se identificaron durante la
respuesta al desastre haitiano, denotan fallas en la gestión y
negociaciones con expectativas sobre-evaluadas, la falta de un
mecanismo de denuncias formales, la ausencia de responsabilidades por
parte de personal a nivel descendente y problemas con respecto a la
coordinación y claridad de los mensajes (ver
http://irevolution.wordpress.com/2010/03/02/haity-tyranny-technology) .
En 2008, la Fundación ICT4Peace llevó a cabo un inventario exhaustivo
de las capacidades de gestión de crisis de la UNO. El informe de ese
inventario fue dado a conocer en 2009 (bajarlo de
http://www.ict4peace.rg/view_files-1-v-165.html). Es particularmente
revelador que el número de observaciones referentes a la gestión de
crisis en la comunidad internacional y el sistema de Naciones Unidas no
hayan sido tenidas en cuenta incluyendo, pero sin limitarlas, a las
siguientes:
• Políticas pre-planificadas para compartir información lo suficientemente
robustas como para afrontar crisis severas en lapsos mínimos de tiempo.
Esto incluye políticas para utilizar correctamente la información crítica
generada por fuera del sistema de la ONU y el desarrollo de modelos
sólidos de bases de datos y diccionarios de datos que puedan ser
compartidos a pedido.
• Fuerte promoción de normas y reglas generales que sirvan de base para la
captura e intercambio de información indispensables.
• Armonización de las variables significativas en el enfoque y las
capacidades de gestión de la información durante las crisis por parte de
las diferentes organizaciones, incluyendo la gestión de recursos humanos
y sus políticas en cuanto a compartir datos.
Lecciones aprendidas? Con toda razón, muchos ven el sismo de Haití como el momento crucial,
decisivo, en la utilización de las TICs como respuesta a desastres. Sin
embargo, ciertos cuestionamientos vitales en ayuda humanitaria y
reacción rápida, claramente identificados en lo que respecta a la reacción
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4. al tsunami asiático del 26 de diciembre 2004, quedan aún sin respuesta,
junto con puntos relativos a la tarea humanitaria y el uso de TICs tal
como se enumeran en el informe del simposio ONU/OCHA (Oficina de
Coordinación de Asuntos Humanitarios)+ 5, en el cual la Fundación
ICT4Peace tuvo una responsabilidad preponderante. Las comunidades
afectadas por el desastre fueron en su mayor parte receptores pasivos de
información, teniendo a su vez que lidiar con sus propios traumas y la
recepción de informaciones que competían entre sí con respecto a la
entrega de ayudas y servicios. Más allá del despliegue mediático, la
mayoría de los afectados por el terremoto en Haití no estaba en la órbita
de las TICs. Esta situación se agrava en abril 2010, puesto que la
situación en Haití se retrae de los medios internacionales y de la atención
mundial, mientras que significativos desafíos humanitarios a largo plazo
persisten en el terreno. Aún no está claro cómo las TICs desplegadas en
un primer momento en el país podrán mantenerse a largo plazo, y en
particular aquellas plataformas internacionales formadas por voluntarios.
Significativos problemas en la coordinación, colaboración y entrega de
ayudas obstaculizaron los esfuerzos de respuesta al desastre. En febrero,
Sir John Holmes, Subsecretario General para Asuntos Humanitarios de
la ONU, expresó su frustración en un duro correo electrónico en cuanto
al esfuerzo de ayuda de la ONU en Haití, diciendo que “sólo unos pocos
grupos tienen coordinadores grupales dedicados, puntos focales de
gestión de la información y capacidad de soporte técnico”, agregando
que este esfuerzo inconexo genera dudas sobre la capacidad de la
Organización de proveer ayuda eficaz. Más allá de la actuación de la
ONU, se han suscitado preocupaciones significativas en cuanto a la
coordinación y la colaboración entre civiles y militares, y con la
comunidad internacional en su totalidad.
Cómo avanzar Puede y debe hacerse mucho más para reforzar la reactividad frente a
desastres y la gestión de la información en las crisis. Ya no hay excusas
para la mala preparación o reacciones de ayuda dejadas al azar. Ya
sabemos mucho sobre lo que necesita hacerse, y para avanzar se requiere
el financiamiento necesario acoplado a la voluntad política del sistema
de la ONU y de la comunidad internacional. Algunas ideas y
sugerencias en este sentido son:
• Acelerar el desarrollo y recolección de información esencial para crear
bases de datos fácilmente accesibles para compartirlos con la ONU y
otras agencias de ayuda a fin de facilitar la identificación, los
preparativos, y el alivio de los desastres.
• Desarrollar TICs que funcionen mejor y que sean más resistentes en un
entorno traumático.
• Mejorar significativamente la interoperabilidad a través de todos los
sistemas, entre las agencias de la ONU y otras plataformas clave
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5. exteriores, incluyendo UN OneResponse, Ushahidi, Sahana y el Servicio
de Información en Emergencias de InSTEDD.
• La utilización de tecnologías endógenas es de importancia vital para
ayudar a las comunidades a desarrollar sus propias capacidades y
aptitudes en previsión de avisos de desastre, prevención y resistencia.
• Impulsar una mayor cooperación entre gobiernos y ONGs, sobre la base
de parámetros comunes estandardizados, de procedimientos que regulen
el acceso compartido a la información para facilitar la labor de ayuda.
• Como se ha podido apreciar en Haití, las empresas internacionales y
locales también son fundamentales para generar y mantener la afluencia
financiera y reforzar la ayuda . Es necesario que estén asociadas a la
gestión de información en las crisis.
• El desarrollo de una caja de herramientas exhaustiva que permita la
disponibilidad y evaluación de la gestión de la información durante las
crisis, y que incluya mecanismos de valoración, especialmente para
regiones y países propensos a desastres.
Para alcanzar estas metas, la Fundación ICT4Peace apoya activamente al
Oficial Principal de Tecnología de la Información en el Secretariado de
la ONU en Nueva York así como a otros participantes destacados,
incluyendo Agencias de la ONU y sus departamentos en Roma, Nueva
York y Ginebra, con el fin de desarrollar estrategias coherentes para la
gestión de la información en casos de crisis, concentrando su atención en
los desafíos que representan los procedimientos, la organización y las
tecnologías que hoy impiden llevar a buen término una ayuda
humanitaria eficaz y eficiente.
Autores: Sanjana Hattotuwa y Daniel Stauffacher
Traducido en Abril de 2010 – presentado por Ulla Winter en e-MARC 2011
Notas complementarias: Demás está decir que desde la presentación de este informe, las
Tecnologías de la Información y la Comunicación siguen siendo utilizadas por los diferentes
actores en la reconstrucción física e institucional de Haití. Es una ardua tarea, en la cual las
TICs juegan un papel preponderante, ya sea para salvar distancias, comunicar y reunir familias,
ayudar en la implementación de proyectos de reconstrucción, recabar información y difundirla.
Existen iniciativas privadas de financiación para la implantación de redes de Internet y de
telefonía móvil y distribución de terminales, elementos esenciales para la educación a distancia
y la información sobre campañas sanitarias en las zonas no urbanizadas.
Las mismas tecnologías e instituciones estuvieron presentes en el terremoto de Chile, y
cumplieron con su deber absorbiendo y canalizando la información durante los disturbios que
tuvieron lugar primero en Kirguistán, y luego en Túnez y Egipto y que ahora están focalizados
en Libia, donde constituyen un apoyo insustituible para las operaciones de la ONU.
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6. Con el fin de mejorar el ordenamiento de las operaciones, se ha convenido en establecer una
estrategia de gestión de la información durante las crisis (Crisis Information Management -
CiM) basada en la experiencia significativa que han adquirido los Gobiernos, la ONU, las
Instituciones Financieras Internacionales (IFIs), las organizaciones no gubernamentales, el
empresariado y los medios. Sin embargo, aisladamente, ninguna agencia, departamento u otro
interviniente tiene la capacidad o el mandato único para hacer frente a estas crisis. Esto hace
que sea vital que cada persona involucrada en la prevención de y respuesta a desastres, disponga
de herramientas y sistemas armonizados para producir, diseminar y archivar la información de
manera que ésta pueda ser rápidamente ubicada, ampliada y/o focalizada para manejar cualquier
tipo de crisis. La estrategia de gestión de la información durante las crisis ayudará a todos los
intervinientes, incluyendo los Estados Miembros y las Agencias especializadas de las Naciones
Unidas, a hacer frente con más eficiencia y eficacia a todas las etapas y ciclos de una crisis.
Mayo 2011
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