SlideShare una empresa de Scribd logo
1 de 115
Descargar para leer sin conexión
Autaras: CH. O. Web8t., l. S. O_gl., O, Eavas , S, lI8Pt
Adaptaclén: Ed IIIIt8rIl8l , Antonio Andrés Pua,o
t . . . - - _ Grup d'EstudIs Avanpta _ VIolencia (GEAV)
HCR-20
Guía para la
valoración del riesgo
de comportamientos
violentos
Publicacions i Edicions
..... UNlVERSITATDEBARCELONA
•
..
-
-
_.
UNlVERSITAT DE BARCELONA. Dades catalogriúiques
-
......
-
HCR·20 : guía para la valoración del riesgo de comportamientos violentos 

Bibliografía 

-
ISBN 84-475-2892-8
,....
l. Webster, Christopher D. n. Hilterman, Ed m. Andrés Pueyo, Antonio
1. Violencia 2. Prevenció 3. forense 4. Avaluació del risc -
...
-
-
© versión original: 1997 by me Mental Health, Law and Policy Institute, Simon Fraser
Institute
..~
_.
© PUBLICACIONS I EDICIONS DE LA UNlVERSITAT DE BARCELONA, 2005
Adolf Florensa, s/n; 08028 Barcelona; Tel. 934 035 442; Fax 934 035 446
-
_.
comercial.edicions@ub.edu; http://www.publicacions.ub.es
Para información complementaria: "...
_.
Grupo de estudios avanzados en violencia
-
Departamento de Personalidad, Evalnación y Tratamientos Psicológicos -
Facultad de Psicología
Universidad de Barcelona
Passeig de la Vall d'Hebron, 171
08035 Barcelona _.
Te. 93 312 5103
Fax 93 402 1362
-
andrespueyo@ub.edu
www.ub.es/personal/violencestudies.htm
_.
Traducción: Magali Martínez
-
-..
Impresión: Gráficas Rey, S.L.
-
Depósito legal: B-23468-2005
ISBN: 84-475-2892-8 -
-
Impreso en España I Printed in Spain
...'
-
Queda rigurosamente prohibida la reproducción total o parcial de esta obra. Ninguna parte de _.
esta publicación, incluido el diseño de la cubierta, puede ser reproducida. almacenada, trans­
mitida o utilizada mediante ningún tipo de medio o sistema, sin la autorización previa por
-
escrito del editor.
_.

-

-

-

.-.
-
, .
Indlce
Prefacio a la edición en espaftol .................................... v 

Prefacio ........................................................................... ix 

Visión de conjunto ......................................................... 1 

Introducción ..................................................................... 1 

Los fundamentos del HCR-20 ......................................... 2 

Objetivo y propósito ........................................................ 5 

Pricipios generales para mejorar la precisión de las pre­
dicciones .......................................................................... 7 

Organización del HCR-20 ............................................... 13 

Investigación sobre el HCR-20 ........................................ 15 

Contexto penitenciario ............................................... 15 

Contexto psiquiátrico-forense .................................... 16 

Contexto psiquiátrico-civil......................................... 16 

Administración ................................................................ 19 

Capacidadeslhabilidades del usuario ............................... 22 

Codificación del HCR-20 ................................................ 24 

Codificación de los Ítems ........................................... 24 

Resumen o decisión fmal ............................................ 25 

Codificación de los Ítems de gestión de riesgo ........... 28 

Repetición de las mediciones ..................................... 29 

Defmición de violencia .................................................... 29 

El HCR-20 y otros protocolos de predicción de violencia 31 

Ítems históricos .............................................................. 35 

Hl. Violencia previa ........................................................ 36 

H2. Edad del primer incidente violento ........................... 38 

H3. Relaciones inestables de pareja ................................. 40 

H4. Problemas relacionados con el empleo ..................... 42 

H5. Problemas con el consumo de sustancias ad¡ctivas.. 44 

H6. Trastorno mental grave ............................................. 46 

H7. Psicopatía .................................................................. 48 

H8. Desajuste infantil...................................................... 50 

H9. Trastorno de personalidad ......................................... 52 

H1O. Incumplimiento de la supervisión ........................... 54 

iii
--
-

-,
­-
-,

Ítems clínicos .................................................................. 59 

C1. Carencia de introspección ......................................... 60
­
C2. Actitudes negativas ................................................... 62 

C3. Presencia activa de síntomas de trastorno mental
-,

C5.
grave ................................................................................ 64 

C4. Impulsividad ............................................................. 66 ­-,
No responde al tratamiento ....................................... 68 

-,
Ítems de afrontamiento de situaciones de riesgo ........ 73 ­....
Rl. Ausencia de planes de futuro viables ........................ 74
­
R2. Exposición a factores desestabilizantes .................... 76
­
R3. Carencia de apoyo social .......................................... 78 -.
­
R4. Incumplimiento a los trataminetos prescritos ........... 80 ­
RS. Alto nivel de estrés experimentado ........................... 82 ­-
Comentarios finales ....................................................... 85 r'

-
Bibliografia ..................................................................... 89 
 -
....
-,
HCR-20 .......................................................................... 109 ,""

-
-
_.'
-'
-
....,
-
#h>~,
-
-
-'
-
-
"'",
-
,...
-
....
-
-
)/"o.
-
--
-,
-,
IV
.-
-
Prefacio a la edición en español
La relevancia de la violencia, en cualquiera de sus
múltiples tipos y fonnas (doméstica, sexual, interpersonal,
etc.), genera una enonne preocupación en todas las sociedades
modernas donde el grado de desarrollo y bienestar convierte a
este fenómeno, a veces calificado de pandemia, en una causa
grave y extendida de numerosos problemas de salud y
deterioro de la convivencia. Las autoridades legislativas y los
gobiernos, conscientes de este problema, reclaman a los pro­
fesionales de la criminología, el derecho, la sociología, la
medicina y la psicología intervenciones eficaces para reducir y
controlar la violencia en todas sus manifestaciones.
Recientemente la OMS (2002) ha publicado un infonne del
estado mundial de las relaciones entre violencia y salud. En él
se destaca la necesidad de una intervención profesional
continuada y de una decidida acción de los gobiernos para
reducir este problema. Pero la garantía de una intervención
eficaz para reducir la violencia está en relación directa con el
conocimiento riguroso de las causas y los mecanismos que la
producen. Pero este conocimiento es todavía hoy escaso,
fragmentario y compartido entre muchas disciplinas.
En general se considera que la violencia es un conjunto
de estrategias por medio del cual los individuos, a veces en
solitario otras veces en grupo, tratan de imponer su voluntad
de poder y dominio sobre otros, utilizando para ello tácticas
comportamentales que producen daño o malestar en las
víctimas, cualquiera que sean las condiciones personales de
las mismas. Esta violencia adquiere mayor gravedad cuando
sus efectos son muy dañinos y, por ello, la mayoría de países
tienen legislaciones penales para su control. Además de las
intervenciones legislativas, necesarias de todo punto para
controlar este fenómeno se precisa de estrategias preventivas y
predictivas. Las primeras para evitar en lo posible y en toda
la población la generalización de las conductas violentas y
las segundas para intervenir eficazmente en la comisión de
violencia por parte de agresores conocidos o en riesgo de con-
v
-
-
-
-
-
-
-
--
vertirse en agresores. Es en el contexto de la predicción de la ­-
violencia donde el HCR-20 tiene un papel destacado.
Desde ya hace mucho tiempo, para lo que hoyes un
-
mundo en constante avance tecnológico, el factor fundamental
de predicción del comportamiento violento (muy extendida en
el ámbito forense y criminológico) ha sido la llamada
-

"peligrosidad", tanto en su vertiente criminal como social.
Esta variable, recogida en la legislación penal vigente, es
básicamente un estado patológico o quasi-patológico que
-
condiciona la probabilidad de que el individuo, habitualmente
un enfermo mental o con un trastorno de personalidad, cometa
acciones violentas graves. Naturalmente la apreciación de este
estado, al menos técnicamente, recae sobre profesionales de la
salud mental y otros relacionados tales como los médicos
forenses, los técnicos penitenciarios, criminólogos y hasta en
algunas ocasiones los propios policías y agentes de la ....
-
-

-

seguridad. Basándose en la estimación de esta "peligrosidad"
los técnicos hacen juicios del riesgo futuro de violencia en
estos individuos. Es lo que llamamos la predicción clínica del
riesgo de violencia. Este tipo de predicciones, con ser
necesarias, han demostrado a lo largo del tiempo una serie de
limitaciones entre la que destaca la "sobre-estimación" del
riesgo de violencia. Por diversas razones este déficit debe
reducirse en aras a la más justa asignación de medidas de
-

...

-
'
control en función del verdadero riesgo que los individuos
-
presentan de comportarse violentamente en el futuro.
Frente a las estrategias clínicas de predicción de riesgo
de violencia, basadas en la estimación clínica de la
peligrosidad, hace ya unos 15 años aproximadamente un grupo
de investigadores, entre los que destacan Ch. Webster, S. Hart
-

-

y su equipo de la Universidad Simon Fraser de Vancouver _.
(British Columbia, Canadá), entre otros y siguiendo los
orientaciones de Paul Meehl (1920-2003) experto psicólogo de
-

la Universidad de Minnesota, adoptaron una técnica de pre­ ...'
dicción novedosa para valorar el riesgo de violencia que se
denomina "actuarial". La técnica actuarial, propia de la
predicción de riesgos en otras disciplinas como la ingeniería,
-

-,

-

la economía, la meteorología y la sismología, enfatiza el
-

-

-

-

vi
-

-

...'
-
registro continuado e histórico de aquellos sucesos que pueden
considerarse factores de riesgo de comportamientos violentos
futuros. Trabajando, principalmente con pacientes psiquiátri­
cos y delincuentes violentos, observaron que esta técnica era
eficaz y utilizable en la práctica profesional y propusieron
combinarla con las técnicas clínicas de identificación de la
peligrosidad. Mediante esta técnica de predicción combinada,
clínico-actuarial, se reduce la sobre-estimación del riesgo,
propia del juicio clínico y por tanto se mejora esta tarea
profesional de forma notable.
El resultado de estos trabajos fue la creación, a lo largo
de los años 90, de una serie de guias clínico-actuariales de
predicción de riesgo de violencia entre las cuales destaca el
HCR-20 que hoy presentamos. Desde su creación y
publicación en 1995 el uso y expansión de la HCR-20 ha sido
muy importante trasladándose rápidamente desde Norteamé­
rica hasta Europa y muchos otros países y junto con ella otras
guías de predicción de riesgos de violencia más específicos
(SVR-20, riesgo de violencia sexual; SARA riesgo de vio­
lencia de pareja, etc.). Ahora tenemos la satisfacción de
presentar la edición española de la HCR-20 para su uso
profesional en España.
La adaptación de esta guía de predicción del riesgo de
comportamientos violentos para su uso en contextos forenses,
criminológicos, penitenciarios y psiquiátricos aporta a los
profesionales un nuevo instrumento técnico, de reconocido
prestigio mundial por su eficacia, del cual estábamos
necesitados en España. El Grupo de Estudios Avanzados en
Violencia de la Universidad de Barcelona obtuvo de los
autores el permiso de traducción y adaptación del HCR-20
para España y gracias a la fmanciación obtenida por este grupo
en el Ministerio de Ciencia y Tecnología (SEC2001-3821­
C05-01), se pudo llevar a cabo este trabajo que culmina con la
publicación, a cargo de la editorial de la Universidad de
Barcelona, de esta guía de predicción del riesgo de violencia.
Esta edición garantiza, por convenio, que los beneficios
obtenidos de su comercialización se reinviertan en la
investigación y desarrollo de los procedimientos de predicción
vii
--
-

-
-
-
de violencia para su mejora y modernización constante. En el
trabajo de preparación y edición de esta guía quiero destacar la
labor de Ed Hilterman que aportó a esta edición española, su
-
­
experiencia en la versión holandesa del HCR-20 y que ha -.
colaborado en la adaptación definitiva de esta guía. Así mismo -
quiero agradecer a Magali Martínez, Meritxell Pérez, Karin
Arbach y Santiago Redondo, miembros del GEAV su
colaboración en las distintas fases de elaboración de este
proyecto. Por último destacar mi agradecimiento, también, al
director de Publicacions i Edicions de la UB, Sr. J. Duran, el
apoyo y la confianza prestados para la edición de esta guía. -
DR. ANTONIO ANDRÉs PuEYO
Director del GEAVIUB
-
-
-
-,
-
-
-
-
-
-
-
-
-,
-,
­
-
-,

-

-
-
-
-
-

-

-
viii
-
-,
-
-
-
-
-
Prefacio 

En su forma originaria, el HCR-20 surgió de
consideraciones prácticas que realizó la Comisión de Servicios
Forense-Psiquiátricos de British Columbia (Canadá). Los
clínicos responsables de los pacientes forenses, tanto internos
como externos, se plantearon de qué maneras se podría aplicar
la evaluación de riesgo de forma sistemática. El resultado de
este planteamiento es el HCR-20. Los profesionales e
investigadores, de distintas disciplinas en el ámbito de la Salud
Mental, trabajaron conjuntamente en la elaboración de un
protocolo aplicable. Quisiéramos agradecer particularmente la
cooperación de los Drs. Phil Adilman, Randy Atkinson,
Michael Coles, Mel Dilli, Murray Jackson, Gwen Laws, Mark
Levy, Emlene Murphy, Kulwant Riar, y Elisabeth Zoffman;
también a Jim Broome, Graham MilIs, Michael Quinn, y Heidi
Worsfold. Así mismo, el Dr. Dan Bilsker es reconocido aquí
por aportar una perspectiva desde el servicio de emergencia
psiquiátrica ('psychiatric emergency service') del Hospital y
del Centro de las Ciencias de la Salud de Vancouver.
Agradecemos a Tonia Nicholls y Dianne Macfarlane por su
trabajo de edición.
Desde su publicación en 1995, hubo una demanda
considerable del HCR-20. Esto fue especialmente sorpren­
dente teniendo en cuenta el hecho de que los autores no
hicieron esfuerzo sistemático alguno en anunciar la dispo­
nibilidad del documento. También hemos recibido algunas
solicitudes de permiso para incluir la esencia del esquema en
otros libros. A lo largo del camino empezamos formando
equipos de trabajo con colegas de otros países. Actualmente,
se están llevando a cabo proyectos específicos en los servicios
penitenciarios y de salud mental de Suecia por el Dr. Henrik
Belfrage en el Hospital Psiquiátrico-forense de ViixjiS y por los
Drs. GiSran Fransson y Eric SOderberg en el Hospital
Psiquiátrico-forense de Sundsvall. El Dr. Rüdiger MüIler­
Isberner ha iniciado trabajos similares en Alemania, en el
Hospital Psiquiátrico-forense de Haina. Estos colegas han
aportado opiniones importantes acerca de la definición y de la
ix
-
-
-.
-.
-
-
codificación de los factores de riesgo del HCR-20. -
­
Agradecemos especialmente al Dr. Belfrage, quien ha -
trabajado con nosotros de cerca en la versión sueca del HCR­
-
20. Sus observaciones han sido muy útiles para la segunda ­
-~
versión del HCR-20. ­
-.
Por otra parte, debemos nombrar también a dos colegas
­
ingleses. Nos sentimos endeudados con David Carson y Ged ­
Bailes. Ambos nos han ayudado a través de la discusión y ­
-
ambos han contribuido en la elaboración de la versión del ­
HCR-20 conocida en el Reino Unido. ­
-
La financiación de este proyecto se ha llevado a cabo
generosamente a través de la Comisión de Servicios -,
Psiquiátrico-forenses de British Columbia. También merece -,
reconocimiento, en este sentido, el Hospital de Riverview de -
Greater Vancouver por introducir los proyectos del HCR-20
en su servicio y por aportar un apoyo financiero -,
añadido/suplementario. Agradecemos de manera especial a los -
-,
Drs. Webster, Eaves y Hart, por su apoyo desde la British -
Columbia Health Research Foundation. Esta ayuda nos ha
permitido poner a prueba la fiabilidad y la validez del HCR-20
en un estudio realizado en el Instituto Psiquiátrico Forense de -,
Great Vancouver. ­
Merecen especial mención dos colegas canadienses. El -
_ _o
Dr. P. RandaIl Kropp de la British Columbia Forensic
Psychiatric Services Comission nos influyó enormemente con
­
su trabajo con la Spousal Assault Risk Assessment Guide ­
(Kropp, Hart, Webster y Eaves, 1994, 1995). Así mismo, al ­
-
Dr. Douglas Boer del Servicio Penitenciario de Canadá
(Región del Pacífico) por ofrecernos sus consejos y ayuda.
El HCR-20 es claramente un trabajo en progreso.
­
Nuestro propósito primario de esta revisión del manual es -
-,
hacerlo más ameno a la hora de utilizarlo, aclarando los ­
-
-,
-..
procedimientos de administración y codificación. En nuestra
propia investigación estamos evaluando la fiabilidad interratio
y la validez predictiva del HCR-20. Así mismo, estamos ­
recogiendo datos normativos acerca de la prevalencia de los ­
-
factores de riesgo en distintas muestras, incluyendo pacientes ­
-
tanto civiles como psiquiátrico-forenses y delincuentes de los
-
-
x
-
-
-
-
centros penitenciarios. Tenemos planeado incluir los
resultados de esta investigación en versiones futuras. Así
mismo en el futuro, esperamos abordar dos cuestiones clínicas
importantes: primero, la manera más adecuada de emplear el
HCR-20 en la elaboración de programas de gestión del riesgo
(por ejemplo, estrategias de intervención y de supervisión); y
segundo, disponer de un esquema para la comunicación oral
y escrita de los resultados de la evaluación del riesgo y los de
los programas de gestión del riesgo (por ejemplo, la realiza­
ción de ínformes y el testimonio experto/especializado).
Otro plan para el futuro es el de elaborar un conjunto de
dispositivos de evaluación de riesgo para propósitos
específicos. Por ejemplo, hemos publicado ya la segunda
edición del Spousal Assault Risk Assessment Guide (SARA;
Kropp et al., 1995; ver Kropp y Hart, 1997, para más
información). Hay otro instrumento disponible, diseñado para
evaluar la delincuencia sexual, el Sexual Violence Recidivism­
20 (SRV-20; ver Boer, Wilson, Gauthier y Hart, 1997). Por
último, Polvi (1997) ha desarrollado un instrumento para
evaluar el riesgo de suicidio en la población penitenciaria.
Debe quedar claro que nuestro objetivo de adelantar estos
dispositivos es, en parte, el de ofrecer la posibilidad de crear
un contexto de trabajo para la investigación futura tan
necesaria de la fiabilidad y la validez de dichos dispositivos,
pero también el de promocionar la discusión entre los
profesionales clínicos y entre éstos y los investigadores.
Vemos en este ámbito la necesidad de lograr, de manera seria,
una coherencia conceptual y una comprensión detallada de
algunos términos particulares. En general, parte de nuestro
objetivo es promover la discusión en esta área crítica e
importante y, como siempre, agradecemos cualquier comen­
tario que provenga de los profesionales clínicos y de los
investigadores que pudieran ayudarnos a mejorar el HCR-20.
xi
-
-
-
-
-
-
--
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
...,
-,

-~
HCR-20 	 Visión de conjunto
Visión de conjunto 

Introducción
Integrar la investigación sobre predicción de la vio­
lencia y la práctica clínica de la evaluación de la peligrosidad
es un reto que se planteó en los años 90, hasta entonces se
desconocian mútuamente. En la actualidad todavía se rela­
cionan muy escasamente. La investigación no influye
de manera apreciable en la formación de los psiquiatras,
psicólogos y otras profesiones penitenciarias o de la salud
mental. A veces, observando la actuación de los profesionales
de la salud mental en los tribunales, es dificil evitar
preguntarnos porqué los clínicos no se dotan a si mismos de un
conocimiento de fácil obtención como es el de la investigación
en predicción de la violencia. Otras veces, hablando con los
investigadores, es igualmente evidente que tienen poco
conocimiento acerca de la complejidad clínica y las
dificultades prácticas inherentes a la evaluación del riesgo.
Esta guía se creó a partir de discusiones con expertos clínico­
forenses y por medio de la revisión de los hallazgos
disponibles de investigaciones recientes en este campo. Esta
guía es un intento de unificar las bases de la evaluación del
riesgo, teniendo en cuenta las urgencias temporales y otros
obstáculos prácticos que tienen que enfrentar los clínicos que
trabajan en los contextos psiquiátrico, forense y penitenciario.
La HCR-20 es una guía para la valoración de riesgo y
no un test psicológico formal. Esta introducción contiene:
• 	 los fundamentos del HCR-20 basándose en la
investigación a partir de la cual se desarrolló. Se
remite al lector a otras fuentes más específicas para
una discusión rigurosa de los estudios que funda­
mentan el HCR-20, aquí solamente se presenta un
breve resumen;
• 	 se presenta el objetivo y propósito del HCR-20 y
algunos principios generales para realizar predic­
ciones precisas.
-
-
-
-
--
-
-
-
-
-
--
-
-
--
-

-

HCR-20 Visión de conjunto
-

-.
-

• presentamos detalles acerca de la administración del
HCR-20 tales como:
los códigos del HCR-20;
la defmición de violencia.
En las secciones que aparecen a continuación, se
presentan los 20 ítems individuales que componen el HCR-20, -..
y sus respectivas agrupaciones en subescalas: histórica, clínica -
_.
-

y de gestión de riesgo. En cada ítem hay una breve descripción
de la literatura relevante y un esquema de codificación del ­-
mismo. En el apéndice se presenta un ejemplo de la hoja de
-
-.
codificación del HCR-20.
_.
-

Los fundamentos del HCR-20
..
El propósito de este apartado es proporcionar al lector
_
-

-

una breve revisión de la investigación subyacente al HCR-20.
Para una revisión más completa los lectores interesados
pueden consultar la primera versión del HCR-20 (Webster, ­-
-..
Eaves, Douglas y Wintrup, 1995), así como otros documentos
y publicaciones (Borum, 1996; Douglas y Webster, 1999;
Monahan, 1996; Monahan y Steadman, 1994; Mossman, 1994;
Otto, 1992, 1994; Quinsey, 1995; Rice, 1997; Webster, Harris,
-

Rice, Cormier y Quinsey, 1994). A continuación se presenta
­
una introducción general de la investigación publicada. Las
referencias que se citan más adelante están relacionadas con
cada ítem particular del HCR-20. Para obtener más
informaciones acerca del HCR-20 y su lugar en el ámbito
-
_.

-

general de la valoración de riesgo los lectores pueden remitirse
a la revisión de Borum (1996), publicado en el American
Psychologist.
Desde hace más de 25 años se sabe muy bien que es ­
extremadamente dificil predecir las futuras conductas
-

-

violentas en personas que sufren trastornos mentales o de
personalidad (Ennis y Litwack, 1974; Steadman y Cocozza,
1974). Una razón que justifica esta dificultad es que la
existencia de un trastorno mental puede no estar estrechamente
-

-

-

2

-

_.

-

-
HCR-20 	 Visión de conjunto
relacionada, ni directa ni claramente con la violencia
(Monahan, 1992; ver también Swanson, 1994, sobre la
relación entre violencia y enfennedad mental, y Douglas y
Hart, 1996, en cuyo meta-análisis se estima una asociación
sustancial entre ambos elementos). Hasta la fecha muchos
estudios han fracasado en demostrar la existencia de relaciones
estrechas entre juicios clínicos bien definidos y los
comportamientos reales (ver Menzies y Webster, 1995).
Inminentes psiquiatras como lo es Alan Stone (1985) y
también organizaciones tan influentes como la American
Psychiatric Association (1981) han influido en los clinicos
para estar en contra de asumir el papel importante en las
evaluaciones de peligrosidad. Algunos psicólogos importantes
han argumentado en revistas prestigiosas como la revista
Science que los trabajadores en salud mental no tienen el
estatus de expertos, ante los tribunales, con respecto de la
valoración de riesgo de violencia (Faust y Ziskin, 1988).
A pesar de que en los años 60 y 70 existía un
sentimiento de pesimismo acerca de la competencia clínica en
materia de realizar predicciones rigurosas sobre la violencia,
sin embargo, los clínicos e investigadores de los años 80 y 90
han estado más, y no menos, preocupados con el tema de la
predicción de la violencia (ver Douglas, Macfarlane y
Webster, ]996 para una ampliación de este problema). Existen
distintas razones para este renovado interés por el tema de la
predicción de la violencia.
• 	 En 1981 el libro de Jobo Monahan sobre la
predicción de la conducta violenta (Predicting
Violen! Behavior: An Assessment o/ Clinical
Techniques) tuvo un enonne impacto. Allí el autor
enumeró algunas de las dificultades inherentes a la
investigación en esta área. Algunos estudios
posteriores al de Monahan (1981, 1984, 1988) han
sido metodológicamente superiores. Este libro no
aportaba datos concluyentes pero presentaba
numerosas mejoras en los procedimientos para la
estimación de la peligrosidad y proponía el uso de
métodos más sensibles y rigurosos en la fonnulación
-

-

Visión de conjunto
de las estimaciones. Sería de gran interes averiguar ­-
cuánta información importante aportará el estudio de -~
-
_.
MacArthur sobre la valoración del riesgo aún sin
finalizar (ver Monaban y Steadman, 1994; Steadman
et al., 1994), el estudio prospectivo de predicción de ­-
violencia más sistemático de los realizados hasta el
presentel
.
­
• 	 Los cambios surgidos en el marco legal de Canadá y 

de los Estados Unidos demandan la elaboración de 
 -.
un mayor número de evaluaciones del riesgo y, por ­
lo tanto, los servicios de salud mental han estado
cada vez más implicados en esta tarea (Douglas et
-
al., 1996). 	 ­
• 	 Hay un desplazamiento paradigmático emergente -
­
que va de la conceptualización de "predicción de ­-
peligrosidad" a la de "valoración del riesgo" (Castel,
1991; Menzies, Webster y Hart, 1995), ampliando el
objetivo de la valoración e incluyendo considera­
ciones de tipo situacional, social y del entorno. El -
-­
hecho de que muchos tipos de estas variables se -
-
escapan del control directo de los clínicos, ha
influido en realizar juicios acerca de la peligrosidad
de forma probabilística, en vez de hacerlo de
forma dicotómica (sí/no), lo que restringiría la
responsabilidad civil y legal de los evaluadores. De -
este modo la predicción del riesgo se convertirá en ­
algo más laborioso.
• 	 Finalmente, aunque algunos profesionales de dis­

tintas disciplinas muestran una aceptación conver­

gente entre los distintos factores que consideran 

-
importantes a la hora de formular predicciones, hay ­
muchas evidencias de que estos mismos clínicos son
muy variables en el rigor de sus predicciones ­-
(Menzies y Webster, 1995).
-
L (Pie de página de los traductores) Mientras tanto los resultados de este estudio han
sido publicados: ver entre otros Steadman, Mulvey, Monahan et. al. (1998), Monahan,
­-
Steadman, Silver, et. al. (2001).
-
-
_.
4 	 ­
-
-
HCR-20 Visión de conjunto
Se ha escrito mucho acerca de los tipos de variables que
se presupone están implicadas en la conducta violenta, tanto
en referencia a pacientes como a presos que sufren trastorno
mental (Hall, 1987; Hodgins, 1992; Megargee, 1976;
Monaban, 1981; Monaban y Steadman, 1994; Mulvey y Lidz,
1984, 1995). Existe un consenso general de que los
evaluadores deberían iniciar la tarea de predecir la conducta
futura teniendo en cuenta y de forma rigurosa los factores
biográficos o estáticos, como por ejemplo la edad, los
antecedentes en conductas violentas, etc. (Harris, Rice y
Quinsey, 1993; Monaban, 1981; Shab, 1978). Una vez hecho
esto, deberían ocuparse de los factores clínicos y situacionales.
Estudios recientes, de gran calidad metodológica, han sido de
una importancia relevante en la identificación de los factores
de riesgo incluidos en este modelo que presentamos (ver, por
ejemplo, Harris et al., 1993; Lidz, Mulvey y Gardner, 1993;
Menzies, Webster, McMain, Staley y Scaglione, 1994). Este
modelo se ha basado en el estudio de Monaban (1981), así
como su posterior colaboración con Steadman (Monaban y
Steadman, 1994). El lector interesado en más datos puede
consultar la primera versión del HCR-20 (Webster et al., 1995)
entre otras fuentes (Douglas y Webster, 1999; Monaban
y Steadman, 1994; Mossman, 1994; Otto, 1992, 1994; Polvi y
Webster, 2000; Webster et al., 1994; Webster, Douglas, Eaves
y Hart, 1997).
Objetivo y propósito
Para delimitar el objetivo de esta guía es necesario
concretar algunas cuestiones. Esta guía debe restringirse,
principalmente, a los contextos en los que hay una alta
proporción de personas con historia previa de conductas
violentas y con una alta probabilidad de padecer un trastorno
mental o de la personalidad. Esperamos que el HCR-20 sea
útil para la psicología forense, la psiquiatría y la psiquiatría
forense y otras disciplinas relacionadas, así como para la toma
de decisiones por parte de las autoridades penitenciarias y
-
-
-
-
-

-

_H-'C_R_--'20'---___________.. Visión de conjunto -.
medico-asistenciales. Aunque los principios y los métodos ­-
-
expuestos tengan una aplicabilidad limitada en otros
-

contextos, los autores piden precaución en el uso de este
manual y sugieren que su principal valor radica en los ­
principios generales adoptados y no en su detalle.
-
La intención de los ha sido desarrollar
autores un
Dadas las exigencias de la práctica clínica
constructos.
-
administrativa, modelo complicado tendria
y un pocas
-
manual basado en un número manejable de ítems y
-
posibilidades de éxito. Nuestra guía primordial fue elaborar un
manual estrechamente relacionado con el conocimiento
-

-

-

científico disponible y organizado en torno a unas pocas, pero
-

-

importantes, ideas interdisciplinares, definido con la suficiente
-
-
precisión como para poner a prueba los distintos ítems, siendo
descrita de manera que suscite su aplicación en una variedad
de contextos, y poder dotarle de eficacia relacionada con sus
restricciones temporales.
Actualmente, el HCR-20 debe entenderse como un pro­ ­-
tocolo de análisis de la situación y, también, como un Instru­
mento de investigación. La intención de los autores es su
refmamiento y su desarrollo en el tiempo hacia una escala
estandarizada. Cuando se utilice, el HCR-20 debe emplearse
con gran precaución y consultando con los autores u otros
colegas familiarizados con este tipo de protocolos de
predicción y similares.
_.
-
...

-

-

......
-

-

-

-

-

-

-.
-

-

-

-
HCR-20 	 Visión de conjunto
Principios generales para mejorar la precisión
de las predicciones
A continuación se presentan algunas formas de mejorar
la precisión en la estimación. Los lectores también pueden
consultar a Monahan (1981), Webster, Dickens y Addario
(1985), Webstery Polvi (1995), y Webster et al. (1994).
Puntos de atención antes de empezar con la valoración de
riesgo
• 	 Pon atención al contexto de la valoración del riesgo.
Las opiniones acerca del riesgo existente en un
conjunto dado de circunstancias (por ejemplo, riesgo
de violencia en la comunidad) podría tener una
utilidad limitada en otro contexto (por ejemplo, la
violencia en las instituciones).
• 	 Estas evaluaciones no se deben realizar si los
clínicos que deben hacerlas son conscientes de sus
carencias y limitaciones en la formación/experiencia
necesarias para llevar a cabo dichas valoraciones.
• 	 Los sesgos personales y profesionales en este tipo de
valoraciones se deben eliminar, en la medida de lo
posible. Por ejemplo, los clínicos que han asistido a
pacientes en programas psicoterapéuticos deberían
rehusar y no hacer valoraciones de riesgo en dichos
pacientes o internos. El mismo proceso de evaluación
podria generar una "construcción" de la peligrosidad
(Menzies, 1989; Pfohl, 1978), en la que ciertas pun­
tualizaciones inocentes, realizadas durante la entrevista,
podrían producir sesgos no justificados, y quizás las
teorías idiosincrásicas de los evaluadores podrían influir
en la evaluación y provocar la pérdida de su validez.
• 	 También debería asegurarse que las valoraciones
se realizan bajo las condiciones adecuadas para
este tipo de valoraciones. Las valoraciones muy
precipitadas, o aquellas basadas en una información
parcial, sugieren una falta de precisión.
--
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-

-

-

-

HCR-20 	 Visión de conjunto
Al 	finalizar este primer paso, decidir si se debe o no
llevar a cabo la valoración, hay que seguir ciertas
recomendaciones.
Puntos de atención durante el cumplimiento de valoración
de riesgo 	 -­
-
• Las realidades legales y procesales que rodean la
valoración podrían afectar el rigor de la misma. Por
ejemplo, podria ser dificil para los evaluadores
­
-

realizar estimaciones rigurosas si no es posible
juzgar bajo qué condiciones (de acuerdo con las
instancias de excarcelación) los individuos podrán
ser liberados de los cargos o de la encarcela­
ción/puestos en libertad.
• 	 El conocimiento científico en que se basa la valo­
ración debe ser constantemente actualizado. La no­
ción temprana de que la violencia se pueda predecir
-

-

-

realmente a partir de la "tríada" de factores tales como
la enuresis infantil, la piromanía y la crueldad hacia -

los animales (ver Hellman y Blackman, 1966) parece
­
carecer del apoyo en la investigación contemporánea. -~
-
-

Incluso es discutible la opinión oficial actual, tal y
como ha expresado la cuarta edición del Diagnostic
and Statistical Manual ofMental Disorders (DSM-IV;
American Psychiatríc Association [APA], 1994), de
que las personalidades antisociales pueden "des­
vanecerse" con la edad (Arboleda-Florez y Holley, -
1991), y esto es especialmente importante cuando se
trata de sujetos con psicopatía (Hare, McPherson y
Forth, 1988; Harris, Rice y Cormier, 1991).
-

-

-

• 	 Las valoraciones de riesgo deben llevarse a cabo de
acuerdo con algunos modelos o instrumentos bien
conocidos (ver Hall, 1987; Kropp et al., 1994, 1995;
Webster et al., 1994). La razón principal es ofrecer el
mejor servicio posible a los individuos evaluados y,
en consecuencia, realizar valoraciones precisas
hechas de manera ética y responsable. Aunque a _.
ningún esquema se le debería otorgar el calificativo
-

-
HCR-20 	 Visión de conjunto
de definitivo, la adherencia a uno o más esquemas
pennitirá asegurar que los aspectos más obvios no
queden sin explorar o sean minimizados.
• 	 El esquema particular adoptado en la valoración
debería corresponder, en la mayor medida posible, al
tipo de población al que pertenece el individuo
evaluado.
• 	 Un aspecto adicional, a utilizar siempre que sea viable,
es que se debe estimar la tasa-base de violencia en las
poblaciones pertinentes. Es importante que esta tasa­
base, que podría ser más bien baja en detenninadas
poblaciones, se utilice en la predicción de riesgo. Las
predicciones del riesgo deben establecerse en relación a
la tasa base de violencia en una población particular
(por ejemplo, riesgo bajo, moderado o elevado en
relación a otros internos correccionales).
-

-
-~
-
HCR-20 	 Visión de conjunto
Puntos de atención relacionados con el tipo de factores de ­-
riesgo 	
­-
• 	 Se debe dar particular importancia a los factores de
riesgo históricos, que permitirán ciertas modifica­
ciones, como las que podrían sugerir los análisis de -
-.
los factores clínicos y situacionales. La información
históríca, las puntuaciones y el peso de cada uno de
los ítems deben verificarse y revisarse.
­
• 	 La revisión cruzada es fundamental en cada paso del ­
proceso de valoración del riesgo (Cormier, 1994) y
esto vale también para la información obtenida en la
­
entrevista.
1. 	 Muchas veces es necesario contactar amigos y 

familiares del individuo evaluado para obtener 
 -
estos datos (Lidz et al., 1993). 	
-.
-
2. Es necesario tener acceso al expediente completo
-
del individuo evaluado. -'
3. Es también vital evaluar la simulación de ­
enfermedad y el probable engaño (Rogers, 1997), ­
del sujeto evaluado.
• 	 La información a registrar en la valoración debe ser
relevante para el propósito a conseguir. Tienen un
­
gran interés las exploraciones médicas, neurológicas ­
y de cualquier otro tipo. Sin embargo, aunque estas ­-
investigaciones aportan datos rigurosos indiscutibles, 

no tienen mucha utilidad en la predicción de la 

violencia (Haynes, 1985). 

• 	 Otro peligro potencial es el de la sobreestimación de -
algunos factores. Por ejemplo, la imagen de un -
individuo durante la entrevista (aunque es frecuen­
-
temente informativa) podría ser engañosa si se ­
exagera a expensas de otras consideraciones biográ­
ficas, clínicas y situacionales. Un segundo ejemplo -
­
sería la confianza excesiva en la historia de un ¡a..
-
trastorno mental grave de un individuo. Esto por sí
solo tiene una utilidad predictiva limitada. Aunque
algunos diagnósticos (por ejemplo, la esquizofrenia) ­-
están relacionados con un nivel elevado de actos
-
10 	 ­-
-,
-
-
HCR-20 	 Visión de conjunto
violentos potenciales, es también importante evaluar
la sintomatología actual que el sujeto presenta en el
momento de la valoración (Douglas y Hart, 1996;
Link Y Stueve, 1994; Monahan, 1992; Monahan y
Steadman, 1994). Existen pocas evidencias de que
los criterios del DSM-IV (o DSM-IlI, o DSM-IIl-R,
etc.) estén fuertemente asociadas con la conducta
violenta. Incluso trabajadores expertos en salud
mental pueden fácilmente sobre-estimar o sobreva­
lorar la conexión entre violencia y trastorno mental
(Quinsey, 1981; Teplin, Abram y McClelland, 1994).
Puntos de atención relacionados con la fmalización de la
valoración
• 	 Las predicciones deben formularse en términos
específicos y para períodos concretos y limitados de
tiempo. Así mismo, se deben explicitar los tipos
diferentes de resultados posibles. Ofrecer predic­
ciones genéricas de violencia y poco defmidas a
largo plazo significa, que de alguna manera, las
predicciones se cumplirán. Podría ser de mayor
utilidad y más riguroso hacer predicciones a corto y
a largo plazo indicando que factores podrían contri­
buir o mitigar el riesgo en cada fase/estadio (factores
de riesgo y de protección).
• 	 Habría que promover las predicciones condicionales
(Mulvey y Lidz, 1995).
• 	 Así mismo, las predicciones no se deben formular en
términos de sí/no, sino en términos probabilísticos
(Webster, 1984).
• 	 En casos particularmente dificiles o inusuales se
requerirán segundas opiniones. Los colegas son
capaces de ofrecer nuevas perspectivas o de
clarificar factores que podrían ayudar a entender
cuestiones que quizás antes no eran tan evidentes
respecto a la estimación. Aunque en algunas
circunstancias sería necesario partir de un esquema
--
-
HCR-20 	 Visión de conjunto
de valoración actuarial, es importante que esta -
­
decisión se acompafte de una justificación completa.
....
Puntos de atendón reladonados con el informe de la ....
valoración -
Para la comunicación de los resultados de la evaluación, -
es importante que los informes se elaboren de manera que se
-
minimicen posibles errores de interpretación por parte de los
tribunales, junta/consejo de revisión, junta/consejo de libertad
_.
condicional y similares. La estructura recomendada es man­ ­
tener la organización en pasado, presente y futuro del HCR-20
-
-
en la elaboración de los informes. Entonces la estructura del
informe estará formada por cuatro apartados:
1. La sección «histórica" que incluye una revisión de la ­
frecuencia de delitos, el historial criminal,
­-
psiquiátrico, familiar, educativo y vocaciona~ y
cualquier otra información biográfica relevante.
2. La sección "clínica" incluye una descripción del ­
estado mental del individuo en el momento del inci­
dente o delito, así como del diagnóstico actual, los -
factores sintomatológicos y otros factores clínicos ....
relacionados con el riesgo. -
3. 	 La sección "gestión del riesgo" sugiere normalmente
un plan de tratamiento y proporciona indicaciones
­
acerca de qué servicios y apoyos deben estar -..
disponibles para el individuo si se quiere mantener el ­
riesgo de violencia dentro de unos márgenes
aceptables.
4. La valoración de riesgo: El informe concluye con -
una sección de resumen de la valoración del riesgo, 

que debe basarse en un análisis similar al que se ­-
ofrece en las siguientes páginas y se debe describir ­,....",
con suficiente detalle la lógica inherente a la decisión
especialmente para que ésta se entienda por parte del ­
destinatario del informe. La valoración, realizada en
términos probabilísticos, debería:
• 	 Estipular los periodos de tiempo para los cuales
­-
se pretende predecir;
-

-

-

-

....
-
HCR-20 	 Visión de conjunto
• 	 Describir cómo la predicción puede variar con
circunstancias situacionales altemdas;
• 	 Las tasas base de violencia en las muestms
pertinentes.
En el HCR-20, se hacen preferiblemente juicios proba­
bilísticos del tipo "bajo", "moderado" y "elevado", en lugar de
proporcionar porcentajes exactos que por lo geneml no son
fáciles de justificar.
Organización del HCR-20
El HCR-20 es un check-list (lista de chequeo) de
factores de riesgo del comportamiento violento. Se compone
de 20 ítems, organizados en 10 factores del pasado
("históricos"), 5 variables presentes ("clínicos") y 5 aspectos
del futuro ("de gestión de riesgo") (ver Figum 1).
Un aspecto importante del HCR-20 es que incluye
variables que detectan consideraciones relevantes pasadas,
presentes y fuíums.
Los factores biográficos/históricos, o estáticos, tienen
tanto peso como la combinación de los factores clinicos
presentes y las variables de afrontamiento futuro a las
situaciones de riesgo. Esta organización del HCR-20 se ha
propuesto a partir de la revisión de la literatura que aparece
descrita en la primera versión del HCR-20 (Webster et al.,
1995) y en otras publicaciones (ver especialmente Douglas y
Webster, 1999; y Webster et al., 1997).
-

-
-
HCR-20 Visión de
-

Figura 1. Los ítems del HCR-20 (De acuerdo con lo que
aparece más tarde)
Afrontamiento del
Histórico Clinico
riesgo
(Pasado) (Presente)
(Futuro)
H1. Violencia previa
H2. Edad del primer
Incidente violento
H3. Relaciones
inestables de
pareja
H4. Problemas
relacionados con
el empleo
H5. Problemas con el
consumo de
sustancias
adictivas
H6. Trastorno mental
grave
H7. Psicopatía
H8. Desajuste infantil
Hg. Trastomo de
personalidad
H10. Incumplimiento
de supervisión
C1. Carencia de
introspección
C2. Actitudes
negativas
C3. Presencia actual
de síntomas de
trastorno mental
grave
C4. Impulsividad
C5. No responde al
tratamiento
R1. Ausencia de
planes de futuro
viables
R2. Exposición a
factores
desestabilizantes
R3. Carencia de
apoyo social
R4. Incumplimiento
a los tratamientos
prescritos
R5. Alto nivel de
estrés
experimentado
-

-,
­-

-

-

-

-

-

-
-,
-,

-

-

-

-,

-

-

-
-.
-

-

-'

-,
­-

_.

-

-

.....'
-

-

-,

-

-

-

-
HCR-20 Visión de conjunto
Investigación sobre el HCR-20
A continuación ofrecemos algunos datos de la
investigación sobre el HCR-20, que finalizó en el mes de
mayo de 1997. Actualmente hay un número de proyectos
de investigación, de gran alcance, en marcha en contextos
penitenciario, forense y psiquiátrico general. Algunos de ellos
son de naturaleza prospectiva y proporcionarán una mejor
estimación de la utilidad del HCR-20 de la que disponemos en
este momento.
Contexto penitenciario. Douglas, Webster y Wintrup
(1996) investigaron la fiabilidad inter-observadores y la
validez concurrente de los ítems biográficos y los clínicos del
HCR-20 (versión 1) en una muestra de 72 reclusos
canadienses de una prisión federal. Todos los datos se
codificaron retrospectivamente a partir de archivos. La
correlación de Pearson entre los dos observadores para la
combinación las dos subescalas fue de +.80. Las puntuaciones
en este estudio alcanzaban como máximo los 30 puntos, en
lugar de 40, debido a la exclusión de los factores R. La
correlación entre la escala histórica y el número de condenas
por violencia previa (para ello se excluyó del análisis el Ítem
Hl de ''violencia previa") era de +.52. Entre la escala clínica y
el ítem de violencia previa, la relación era más débil aunque
moderada, con una correlación de +.31. La relación de ambas
escalas juntas con la violencia previa correlacionaban en un
valor de +.44.
Las dos escalas del HCR-20 también correlacionaron
con las puntuaciones de los 20 ítems del Check-list de
Psicopatia (versión revisada) de Hare (PCL-R; Hare, 1991), y
con el Risk Assessment Guide (RAG; Harris et al., 1993), que
luego se convirtió en el Violence Risk Appraisal Guide
(VRAG; Rice y Harris, 1995). Se encontró que la puntuación
total del HCR-20 tenía una relación bastante consistente con
VRAG (+.54) y con el PCL-R (+.64, excluyendo el ítem H7 de
"psicopatía" del análisis). Se encontró la misma relación para
la escala histórica (+.61 con el VRAG; +.54 con el PCL-R).
15
-
-
-
-
-
-
,­­
HCR-20 Visión de conjunto
En cambio, no se encontró una relación tan fuerte entre la _.
'­-

-

escala clínica y estas medidas (+.28 con el VRAG; +.47 con el
PCL-R). El VRAG Yel PCL-R tenían entre sí una correlación
de +.61. En relación a la violencia previa, la correlación era de
+.44 para el VRAG, y de +.34 para el PCL-R. ­-
Aunque esta investigación realizada en el contexto
penitenciario no aporta normas genéricas para el HCR-20, sí
muestra en cambio que el HCR-20 y la violencia están
-

-

-

-

relacionados. Desde luego, esta relación se contrastó a partir
de las correlaciones con la violencia previa y no con la ­-
violencia futura. Así pues, este estudio no es una prueba de -
gran valor acerca de la utilidad del HCR-20. De todos modos, ­
el HCR-20 se relaciona con la violencia al menos tanto como
lo hacen VRAG y el PCL-R, los cuales han sido sometidos a
-
métodos de estudio más exhaustivos y comprensivos.
Contexto psiquiátrico-forense. Wintrup (1996; ver
también Douglas, Webster, Eaves, Wintrup, y Hart, 1996)
evaluó retrospectivamente una muestra de 80 pacientes
-

-

psiquiátrico-forenses que fueron puestos en libertad en 1986
de un hospital forense de alta seguridad. A todos los pacientes
se les había evaluado con el PCL-R antes de ser puestos en
libertad. El HCR-20 y el PCL-R correlacionaron justo por
debajo de +.30 con varias medidas de violencia comunitaria
posterior. Las puntuaciones del HCR-20 predijeron readmisión
en el hospital forense (+.38) Y hospitalizaciones psiquiátricas
subsecuentes (+.45). El PCL-R tenía una relación más débil
con estas medidas de resultado, +.25 y +.36, respectivamente. -
En este estudio las variables H tendían a superar las variables
CyR. ­-
-

Contexto psiquiátrico-civil. Douglas (1996) codificó el
HCR-20 y la versión 'screening' del PCL-R (PCL:SV; Hart,
Cox y Hare, 1995) a partir de los archivos de 200 pacien­
tes psiquiátrico-civiles detenidos/retenidos involuntariamente.
Todos estos pacientes fueron reinsertados en la comunidad y
siguieron un programa de seguimiento de aproximadamente
dos años. La violencia en la comunidad se midió a partir de la
-,
-
16
 -

-

-

-
HCR-20 Visión de conjunto
readmisiones en el hospital psiquiátrico, ingresos en las
unidades de psiquiatría de más de una docena de hospitales
generales de la región, y de contactos con las autoridades
penitenciarias. La fiabilidad entre observadores se calculó a
partir de un subconjunto aleatorio del 10% (n = 20) de los
archivos. Para la escala H, la fiabilidad entre observadores, por
medio de la correlación de Pearson, fue de .89; para la escala
C, .72; para la escala R, .81. Para la escala completa del HCR­
20, la correlación era de .82.
La relación entre las puntuaciones totales del HCR-20,
las tres puntuaciones de las escalas individuales, y la violencia
se determinó utilizando los análisis de las curvas ROC:
(Reeeiver Operating Charaeteristie: ver explicación en
siguiente bloque de texto). En promedio, los tamafios del
efecto oscilaban entre moderado y alto, y tendían a ser más
altos para las medidas de crimen violento (como opuesto a
toda violencia, violencia como parte de una re-hospitalización,
etc.). Los análisis de regresión indicaron que las escalas H y R
estaban relacionadas de manera más consistente con la
violencia. Entre el HCR-20 y el PCL:SV, el HCR-20 supera al
PCL:SV en cuanto a la sensibilidad del instrumento. En este
estudio fue de particular importancia el hecho de que las
puntuaciones de la escala e eran apreciablemente más altas
cuando los individuos ingresaron en el centro que cuando a
éstos se les dio de alta. Aunque este resultado era el esperado,
indica la potencialidad de que el HCR-20 puede ser útil a la
hora de evaluar la disminución del riesgo como resultado del
tratamiento.
Klassen (1996) utilizó los 10 Ítems de la Escala H y
los 12 Ítems del PCL:SV para predecir la violencia entre los
pacientes mientras están ingresados en un pabellón psi­
quiátrico de alta seguridad. Se trata de un estudio prospectivo
de 50 pacientes. La violencia en la unidad de pacientes
ingresados se estimó según el Overt Agresión Seale (OAS;
Yudofsky, Silver, Jackson, Endicott y Williams, 1986). El
OAS ofrece una puntuación objetiva de la agresión física y
verbal. Con respecto a la consistencia interna de la escala H
del HCR-20, Klassen reportó un a de Cronbach de .73, que se
-
-
-
-
--
-
-
-
-
--
-
-
-
HCR-20 Visión de conjunto
considera adecuada. La fiabilidad entre observadores no fue
evaluada.
""­
En lo que concierne a la relación entre la violencia y el
HCR-20, las correlaciones entre los ítems de la escala H (con
la exclusión de H9 de "trastorno de personalidad" por tener
una correlación negativa con la violencia de -.34) y la
violencia era alrededor de +.30 en diferentes medidas,
-

-

controlando estadísticamente los efectos de la variable sexo.
-
En referencia a los ítems individuales, los de abuso de
sustancias y psicopatía eran los ítems más fuertemente
-
-

relacionados con la violencia. Por violencia se entendía actos
de agresión verbal, auto-agresión y agresión hacia otros y
hacia los objetos. El rendimiento del PCL:SV fue similar, con -

-

una correlación de +.26 respecto a la violencia en el pabellón. 

La segunda parte del PCL:SV, que mide los aspectos de
­-
comportamiento de la psicopatía, tenía una relación ligera­
­-
mente más fuerte con los actos violentos en el interior del pa­
bellón del hospital (+.33) que las puntuaciones totales del
PCL:SV y que las puntuaciones de la escala H del HCR-20.
-

Aunque todavía no hay una gran cantidad de datos
acumulados, los datos de los que disponemos nos indican que
el HCR-20 tendría una fiabilidad adecuada, asimismo el
HCR-20 muestra una relación entre moderada y alta con
el comportamiento violento en las instituciones y en la comu­
nidad, tanto en contextos penitenciario, psiquiátrico-forense y
psiquiátrico-civil. Estas consideraciones se basan en el hecho
.,..
-

-

de que los estudios de validación todavía están en fase de
realización y otros nuevos a punto de iniciarse.
-,

-

-,
-­-

-

-

-,

-

-

18 

-
-,­
-

-
HCR-20 Visión de conjunto
Administración
La investigación actual está revelando la necesidad de
disponer de varias fuentes de infonnación a la hora de evaluar
el riesgo. Así, los autores recomiendan un procedimiento
similar a la estrategia de evaluación multi-método propia de la
evaluación psicológica. Es necesario llevar a cabo una revisión
a fondo y atenta de la información registrada en los archi­
vos disponibles. En general confiamos en que estos archivos
contengan infonnes y notas de los psicólogos, psiquiatras,
trabajadores sociales, de la policía, fiscales, enfenneras y de
otros profesionales relevantes. Típicamente, esta infonnación
nos servirá para disponer de una base para la entrevista y
administración de pruebas al cliente.
-
-
-
-
-
-
-
HCR-20 Visión de conjunto
En la mayoría de los contextos en que el HCR-20 tiene
una aplicación previsible, el individuo debería estar disponible
para entrevistarlo. Los lectores reconocerán que la situación
legal en que se llevan a cabo muchas de las valoraciones del ­
riesgo puede inducir a revelaciones poco abiertas/comu­
nicativas por parte del cliente. Aún así, se recomienda que se
lleven a cabo entrevistas detalladas, no sólo para obtener
nueva información, sino también para evaluar las incon­
­
sistencias entre lo que se sabe del sujeto y lo que éste hace -
creer al evaluador. Esto en sí mismo se puede diagnosticar a ­
partir de distintos ítems del HCR-20, como por ejemplo el de -
"actitudes negativas" (C2) o el de "no responde al trata­ ­-
miento" (C5). Los evaluadores pueden desarrollar un esquema ­
estructurado o semi-estructurado para asegurar la consistencia
de los datos. Esto es particularmente importante para los
-
-~
propósitos de estudios de investigación y desarrollo.
-
Recomendamos la utilización de auto-informes no
corroborados por los evaluadores para ayudar en la codi­ ­-
-,
ficación de los ítems cuando el sujeto hace revelaciones "auto­
­
incriminatorias", pero no cuando son "autopromo-cionadas",
por las siguientes razones: en los contextos criminal y forense,
­
muchos individuos intentan minimizar la intensidad de las
-

agresiones hacia otras personas, el grado en que son
­
responsables de sus acciones negativas, y si han actuado de
forma dañina en el pasado. Normalmente, hay pocas razones
-
por las cuales las personas exageran información negativa ­
sobre sí mismas, ya que supondría un agravamiento de la
situación especialmente para ellas mismas. Por lo tanto, si los
esto debe ser codificado en los ítems relevantes del HCR-20*. ­-
Sin embargo, si niegan aquellos actos pasados, el evaluador no
debe, sin evidencia que lo corrobore, codificar un ítem como si ­-
esos incidentes violentos no existieran. Este aspecto del
­-
método de la entrevista y de la codificación es semejante a
aquel utilizado en la administración del PCL-R.
-~
-
-,

-

individuos admiten actos de violencia pasados no registrados,
20
HCR-20 Visión de conjunto
Los guiones de la entrevista clínica estructurada o semi­
estructurada pueden ayudar en la codificación de varios ítems
del HCR-20 referentes al trastorno mental, al trastorno de
personalidad y al abuso de sustancias ad¡ctivas. De manera
similar, la utilización de inventarios de personalidad pueden
informar sobre "problemas con el consumo de sustancias
adictivas" (HS), "trastorno mental grave" (H6), "'trastorno de
personalidad" (H9), "actitudes negativas" (C2), "presencia
actual de síntomas de trastorno mental grave" (C3),
"impulsividad" (C4), y "no responde al tratamiento" (CS). La
inclusión de dispositivos estandarizados en los estudios de
investigación mejorarán la calidad de los datos con casi toda
seguridad.
En la mayoría de los casos, la revisión de archivos, la
entrevista y la administración de pruebas deberían ser
suficientes para completar el HCR-20. Sin embargo, en
particular para la sección de gestión del riesgo, probablemente
se necesite consultar con otros colegas responsables de los
planes de tratamiento o de reinserción en la comunidad. Podría
ser también útil contactar con responsables anteriores de los
casos, con los trabajadores sociales, o funcionarios encargados
de la excarcelación para determinar lo acertado de las
decisiones de excarcelaciones pasadas. A veces, las entrevistas
con las víctimas pueden ser de ayuda. En la medida en que lo
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-

-

-

-

-,

_.

HCR-20 Visión de conjunto
requiera cada caso debe tratarse de obtener cualquier otra
infonnación colateral posterior.
Los evaluadores deben incluir en sus infonnes todas las
fuentes consultadas, aquellas que no han sido consultadas (con
su respectiva explicación del porqué) o que no tuvieron
posibilidad de consultar.
-

-

-

Capacidades/habilidades del usuario
La correcta administración y codificación del HCR-20
-

requiere una habilidad y un juicio profesional considerables.
Los usuarios de esta guía deben poseer las siguientes -
_.
habilidades mínimas:
l. Experiencia en evaluaciones individuales. Los
usuarios deben estar entrenados y/o tener experiencia
en la realización de entrevistas; en la administración
-
e interpretación de instrumentos estandarizados; y en
el diagnóstico de trastornos mentales.
2. Conocimiento de los estudios sobre la violencia.
Los usuarios de esta guía deben estar familiarizados
con la literatura profesional y de investigación sobre
la naturaleza, las causas, y el manejo de la violencia.
-

-
El grado de experiencia requerido en estas áreas
­
depende del propósito que se tiene para la aplicación del HCR­
20, y también de las leyes aplicables en la jurisdicción en la
que se aplica. Cuando el HCR-20 se utiliza con propósitos ­-
clínicos -es decir, la toma de decisiones referente al empla­
zamiento, al tratamiento o la asistencia de un individuo-- los
-

-.
usuarios deben tener un alto nivel de conocimiento (por -.
ejemplo, cursos a nivel universitario u otras instrucciones de ­-
entrenamiento especializado) y deben poseer las credenciales
profesionales requeridas (registro, licencia, o título legal para
realizar evaluaciones individuales). Cuando se utiliza el HCR­
20 para fines de investigación, se puede administrar por
personas no completamente cualificadas (como se ha descrito
-

-

-.
-

-

más arriba). Sin embargo, el personal no cualificado debería
-

-
~
-

-

-.
-

-
HCR-20 	 Visión de conjunto
ser supervisado por usuarios completamente cualificados, y
estos últimos deben asumir la responsabilidad ética de los
participantes del tratamiento y la investigación.
Varios ítems del HCR-20 evalúan factores directamente
relacionados con los trastornos mentales (por ejemplo, H5, H6,
H7, H9 YC3). Esto puede representar un problema para su uso
clínico. Los usuarios que carecen de las credenciales
requeridas para conducir evaluaciones psicodiagnósticas no
están legalmente autorizados a codificar estos ítems, excep­
tuando las siguientes circunstancias:
1. 	 que los ítems se codifiquen bajo la consulta y
supervisión de profesionales acreditados.
2. 	 que los ítems se codifiquen refiriéndose a los
resultados de las evaluaciones psicodiagnósticas
existentes.
3. que los Ítems 	se codifiquen provisionalmente, con
una anotación señalando que dicha codificación debe
ser confirmada por un profesional acreditado.
4. 	 que los ítems sean omitidos en su totalidad, con una
anotación señalando que dicha omisión pueda limitar
el juicio final de riesgo.
En algunos contextos, la responsabilidad de conducir
una evaluación podría quedar dividida entre varios profe­
sionales diferentes. Por ejemplo, un psiquiatra puede evaluar
los trastornos mentales graves; un psicólogo puede evaluar los
trastornos de la personalidad y el funcionamiento intelectual;
una enfermera, un trabajador social, o un funcionario encar­
gado de la excarcelación, pueden evaluar los planes de
excarcelación. Es aceptable, y quizás deseable, que el HCR-20
se codifique en base a informes independientes de distintos
profesionales. Sin embargo, para propósitos clínicos, el
usuario cualificado debe asumir la responsabilidad de cotejar
la información y de registrar el consenso o las decisiones
fmales de codificación.
Un aspecto reiterado en la sección de comentarios
fmales de esta guía es que los colegas que trabajen
cooperativamente como investigadores y clínicos necesitan
-

-

_H_C_R_~_O
_________________________
~~m~ro_n~deco~unro
dedicar un tiempo considerable a la discusión tanto del ­-
_.
significado del HCR-20 como de la naturaleza de los
procedimientos a utilizar. Estas conversaciones se deben ­
repetir en el tiempo para prevenir el "ir a ciegas".
-
-
Codificación del HCR-20
_.
La codificación del HCR-20 requiere que los ­
evaluadores realicen dos tipos de juicios. Primero, a nivel de
ítem, los evaluadores deben determinar la presencia o ausencia
de cada uno de los 20 factores de riesgo individualmente.
Segundo, los evaluadores deben integrar la información de los
ítems para elaborar un resumen o decisión final acerca del -
_.
riesgo de violencia. Recomendamos que los evaluadores
registren sus juicios utilizando algún marco (esquema)
conceptual estandarizado; hemos desarrollado un formulario
para este propósito, "la hoja de codificación del HCR-20", que -­
se presenta al final del manual como ejemplo. La codificación
también requiere que los evaluadores consideren el contexto
donde se realiza la evaluación (si están evaluando el riesgo de
­
violencia en una institución o bien en la comunidad) y si es ­
necesaria una re-evaluación con el HCR-20 (para evaluar
-..
cambios en el riesgo desde la última evaluación). Así pues,
­
como veremos más adelante, los procedimientos específicos -.
de codificación utilizados dependerán en gran medida en si la ­
evaluación se está realizando con propósito clínico o de
investigación. A continuación nos dedicamos a una discusión ­-
más detallada acerca de estas cuestiones. -
-
Codificación de los ítems. Los ftems se codifican en
una escala de 3 puntos, según el grado de presencia de los
factores de riesg02
• Un "O" indica que, según la información
­-
2. La escala de 3 puntos descrita aquí está basada en la que utilizó Hare (1991) para -,
puntuar el PCL-R. La experiencia con el PCL-R sugiere que no se gana en precisión
-
solicitando a los evaluadores que emitan juicios más precisos (por ejemplo, utilizando
una escala de 4, 5ó 7 puntos) acerca de síntomas específicos o ítems. ­-
-
-
-

-
HCR-20 Visión de conjunto
obtenida en la evaluación, el factor de riesgo está ausente (o,
dicho de otra fonna, que no hay infonnación disponible que
sugiera que el factor de riesgo está presente). Un "1" indica
que el factor de riesgo está posiblemente o parcialmente
presente; esto es, la infonnación recogida indica que hay
algunos indicios, aunque no sean concluyentes, de presencia
del mencionado factor de riesgo. Un "2" indica que el factor
de riesgo está presente claramente y con toda seguridad. Si no
hay infonnación disponible acerca de un ítem detenninado, o
si se considera poco fiable esta infonnación, el ítem debe ser
omitido y no debe evaluarse. Sin embargo, este recurso debe
utilizarse con moderación. El esquema de codificación se
resume a continuación:
No - El item está clarnmente ausente o no se puede aplicar
Quizá - El ítem está presente con probabilidad, o está presente
on una intensidad limitada.
Si - El ítem está cIarnmente presente.
No se sabe - La información no es suficientemente válida para !
tomar la decisión acerca de la presencia o ausencia del ítem.
Resumen o decisión final. Se recomienda que los
evaluadores tomen una decisión final acerca del riesgo de
violencia utilizando una escala simple de 3 puntos (ver la hoja
de codificación del HCR-20): "bajo" indica que el evaluador
cree que el individuo presenta un riesgo limitado de cometer
actos violentos, o que este riesgo es escaso o bajo; "moderado"
nos indica que el evaluador considera que el sujeto muestra en
ese momento en un cierto nivel de riesgo de cometer actos
violentos; y "elevado" nos indica que el evaluador considera
que el individuo tiene un riesgo de violencia alto o muy
elevado. Esta manera de reflejar las predicciones es un tanto
simple, pero se considera que esta codificación simple es muy
fácil de comprender por parte de otros profesionales que deben
tomar decisiones acerca del riesgo de violencia y se traduce
25
-
-
-
-
-
-
-

-
-
HCR-20 Visi6n de conjunto
-

-

fácilmente en las actuaciones a realizar (ver Monahan, y
Steadman, 1996).3
No es posible especificar un método para elaborar el -...
resumen o decisión final que sea adecuado para cualquier ­
situación. En contextos de investigación se puede aplicar
el HCR-20 cómo escala actuarial y simplemente sumar
las codificaciones numéricas de cada ítem para obtener las
puntuaciones H, que van de Oa 20 puntos; las puntuaciones C
-
-

y R, que van de Oa 10; Y las puntuaciones totales, que van de
O a 40. Si algunos íterns son omitidos, estas puntuaciones
deben ser prorrateadas. No se recomienda el prorrateo cuando
se han omitido muchos ítems -por ejemplo, más de 2 ítems
H, más de 1 ítem C o R, o más de 5 ítems en total. Tampoco se
-
-
recomenda realizar ponderaciones diferenciales de los ítems
-
individuales, ya que no hay evidencia de que este
­
procedimiento mejore de manera fiable la precisión de las
-
-
predicciones (Dawes, 1982); sin embargo, esta técnica podría
-

ser interesante en determinados estudios de investigación. -

Atendiendo a una finalidad clínica, tiene poco sentido --
_.
-
sumar los factores de riesgo presentes en un determinado caso
y luego utilizar puntos de corte arbitrarios para clasificar un
_.

individuo en las categorías de bajo, moderado o elevado
riesgo. Corno han comentado algunos autores (Dietz, 1985; ­-
Kropp et al.; 1995), es posible y razonable que un evaluador -.
-
concluya que el sujeto tiene un riesgo elevado para cometer
-­
actos violentos basándose en la presencia de un solo factor de ­
riesgo -por ejemplo el factor de riesgo es "síntomas activos
-

-

3. Las acciones a tomar dependerán del contexto en que se realiza la evaluación y en
la disponibilidad de recursos. En general, una decisión de riesgo bajo sugiere que el
individuo no necesita ninguna intervención especial o estrategias de supervisión
disell.adas para manejar el riesgo de cometer actos violentos, ni se necesita efectuar
una supervisión intensiva de los posibles cambios en dicho riesgo. Una decisión de
riesgo moderado sugiere que se debe desarrollar un programa de gestión-control del
riesgo. Este programa debe incluir, como mínimo algunos mecanismos de re­
evaluación sistemática del riesgo. Una decisión de riesgo elevado sugiere que hay una
necesidad urgente de disell.ar un programa de gestión del riesgo, que implicarla
....
-

-

-...
-

-

-

tlpicamente (como mínimo) educadores. una progresión de niveles de supervisión,
introducir al sujeto en una lista de máxima prioridad para acceder a los recursos de
-

tratamiento disponibles, y programar re-evaluaciones regularmente. -

-
-
-
-
HCR-20 Visión de conjunto
de trastorno mental grave" (C3) y este refleja el intento del
sujeto de cometer un homicidio, o en ese momento se
encuentra bajo los efectos de graves fantasías sexuales sádicas.
De manera similar, un sujeto con rasgos psicopáticos extremos
("psicopatía", H7) puede obligar al evaluador a concluir que el
sujeto tiene un riesgo elevado de cometer actos violentos (Hart
y Hare, 1996). Muchos factores podrían también forzar la
conclusión de que el sujeto tiene bajo riesgo (por ejemplo,
discapacidad fisica severa, estado comatoso).4
En ausencia de factores que parecen obviar la necesidad
de una evaluación de riesgo, con frecuencia parece probable,
que las predicciones de riesgo variarán positivamente y
monotónicamente en función del número de factores presentes
en un caso determinado, así cuanto más factores se valoren
positivamente más elevado será el riesgo de cometer actos
violentos. De manera más sencilla, es razonable que los
evaluadores concluyan que cuantos más factores se hallen
presentes en un caso determinado, mayor será el riesgo de
cometer actos violentos. Pero, aún en este punto, los
evaluadores deben ser muy precavidos. La relación entre
número de factores presentes y el riesgo de violencia es
probablemente y distintivamente no-lineal; el riesgo tiende a
depender de una combinación específica de factores de riesgo
presentes, no sólo del número de éstos. En fin, en el momento
presente no es ni posible ni deseable desarrollar puntos de
corte para determinar el resumen o las decisiones fmales sobre
el riesgo en contextos clínicos.
La omisión de ítems siempre produce problemas en los
ámbitos clínicos. El 'prorrateo' asume que el HCR-20 tiene
consistencia interna, esto es, que los ítems tienen más o menos
validez, ya sea como indicadores de rasgos (peligrosidad) o
4. Los evaluadores deben tener precaución a la hora de concluir que la comisión de
actos violentos es imposible por discapacidad o lesión tlsica. Se conocen muchos
casos en que personas con discapacidad severa han cometido actos violentos serios,
incluyendo un hombre paralitico que cometió violación y un hombre casi ciego que
convenció a otra persona para cometer asesinato por él. Algunas lesiones, como el
dalIo cerebral, podrla de hecho incrementar el riesgo de violencia en casos particulares
(Bowman, 1997).
27
-
-
-
-
-
-

-

-
-
-
_.
HCR-20 Visión de conjunto
-

como predictores de situaciones (actos violentos) en un caso
determinado. Esta presunción a veces es errónea. Por ello, para
propósitos clínicos, "omitir" debe ser considerado lo mismo
que un "O", indicando que no hay información disponible que
sugiera la presencia de un determinado factor de riesgo. Sin -
-
embargo, los evaluadores deben reconocer que omitir ítems
puede afectar la validez de una predicción de violencia final, "",
-
particularmente si se concluye que el sujeto tiene un bajo nivel
de riesgo. Cuando se omiten ítems, los evaluadores deben
-
-

-

-

calificar sus opiniones de acuerdo con tal omisión, teniendo en
cuenta si sus opiniones pueden cambiar, y cómo, si tuvieran a
-

-

su disposición una información completa referente a aquel
ítem.
-
Codificación de los ítems de gestión del riesgo. Es
-
importante que los evaluadores clarifiquen el contexto en que
se lleva a cabo la evaluación del riesgo. En la hoja de
codificación del HCR-20, esto se hace marcando el recuadro
"In" (violencia en el interior de una institución) o "Out"
(violencia en la comunidad/entorno comunitario) en la sección
de afrontamiento del riesgo.
-

Cuando se valora el riesgo de violencia en contextos
-
-

sociales abiertos o comunitarios, se debe asumir que el sujeto
residirá en la comunidad y los ftems de riesgo se deben
interpretar de acuerdo a esta situación. Cuando se evalúa el
riesgo de violencia en el seno de una institución, se asume que
el individuo residirá en aquella institución, y por ello el
-
-

evaluador debe hacer las modificaciones necesarias para la
interpretación de los ítems. Por ejemplo, la codificación del
-

ítem "ausencia de planes de futuro viables" (Rl) debe
centrarse en los planes de adaptación al tratamiento insti­
tucional y regímenes de funcionamiento por parte del sujeto;
de manera similar, la codificación del ítem "alto nivel de
estrés" (RS) se centrará en la probabilidad de que el sujeto sea
expuesto a estresores psicosociales apreciables durante la
institucionalización. ­-
-
-
-
-

-

-

-

28 _.
-

-
HCR-20 Visión de conjunto
Repetición de las mediciones. Como parece obvio, las
estimaciones sobre riesgo de violencia institucional para el
sujeto podrían variar de manera destacada respecto a las
estimaciones sobre el ríesgo de violencia comunitaria para el
mismo sujeto. Por esta razón, es importante repetir la
valoración cuando el contexto para el cual se debe estimar el
riesgo cambie.
También es importante repetir la valoración en otras
circunstancias, ya que es posible que los factores de riesgo
fluctúen de manera importante a lo largo del tiempo. Esto es
especialmente cierto para los factores clínicos y para los de
gestión del riesgo, que son primariamente de naturaleza
dinámica, pero también es cierto para los factores históricos
más estáticos (por ejemplo, la comisión de un acto violento
durante un período de supervisión comunitaria podría suponer
cambios en varios items históricos, incluyendo Hl, H2 y HlO).
Se recomienda repetir la valoración de riesgo al menos cada 6
ó 12 meses o cuando haya un cambio importante en el estatus
del caso. Algunos colegas han mencionado que encuentran el
HCR-20 útil, tanto en la supervisión de la evolución del
tratamiento o de la fase de seguimiento, como en la estimación
de resultados.
Definición de violencia
Existen naturalmente varias defmiciones de violencia.
Algunas de ellas son alternativas, pero la intención aquí es
disponer de una defmición util y practica para la identificación
de los actos violentos.
Para los propósitos de este manual, entendemos por
violencia el dafio real, la intención o amenaza de llevar a cabo
daño o perjuicio hacia una ó más personas. Las amenazas de
hacer daño deben ser claras y no ambiguas (por ejemplo,
"¡Voy a matarte!"), y no solamente verbalizaciones vagas de
hostilidad. La violencia es un comportamiento que obviamente
puede causar daño a otra/s persona/s; un comportamiento que
puede producir miedo a otra persona también puede conside­
--
HCR-20 Visión de conjunto
­
--~.._--------------_-.:-_-!..:._--­
rarse violento (por ejemplo, el acoso o la persecución). El 

daño resultante infligido a la víctima no es definitorio en sí 

mismo del acto violento. Al contrario, el acto es violento -.

en sí mismo. Por ejemplo, una persona que dispara un arma en ­
medio de una multitud, pero que no ha herido a nadie, ha -
-
_.

cometido un acto violento. 

-
Así, en un sentido geneml, los actos que son
-
suficientemente graves para ser considerados susceptibles de ­-
sanciones civiles o criminales, o para los cuales se podrían -
_.
presentar cargos al responsable de dichos actos, se deben
­
considerar violentos, y aquellos que no sean tan graves, según
-
dichos criterios; no se deben considerar violentos. ­
Toda agresión sexual se debe considerar como
comportamiento violento. Se invita a los evaluadores a ­-
consultar Boer et al. (1997), quien definió la violencia sexual
­-
_.
como un contacto sexual real o el intento del mismo con una
persona que no ha dado su consentimiento o que no está -
_.
capacitada pam dar su consentimiento. -
Basándose en esta defmición presentada, se deben ­-
considerar algunos ejemplos de actos violentos, tales como
_.
pegar, dar puñetazos, dar patadas, morder, arañar u otras
maneras de agredir a otra u otras personas. Algunos ejemplos -,
menos claros de violencia son el secuestro, el incendio ­-
premeditado y la conducción temeraria, porque suponen una
amenaza de dañar a otros. Los actos que se deben considerar
como violentos incluyen diferentes formas de insultos que no
se acompañan de amenazas de agresión, la destrucción de la
propiedad aunque no haya un daño potencial a personas, y
­-
otras circunstancias menores que implican el contacto físico
con otros. Se debe hacer hincapié en el hecho de que existe un
sinnúmero de actos que se deben clasificar como violentos, así ­
como de un sinnúmero que no deben considerarse como tales.
Aquí sólo hemos indicado unos cuantos.
Junto a determinados comportamientos que hemos
-
excluido de la calificación de violento, por la definición que ­
aquí hemos propuesto de violencia, debemos excluir ­-
explícitamente varios comportamientos que no deben _.
considerarse violentos. Los actos contra los animales no son
-
-.
­
30 ­-
Visión de conjunto
violentos a menos que se lleven a cabo con la intención de
inducir miedo a otra persona. Los actos de defensa propia o
de defensa a otras personas tampoco los consideramos vio­
lentos, a menos que el grado de violencia supere lo razo­
nablemente requerido para someter al agresor. Los actos
consensuados de agresión, como los que ocurren en eventos
deportivos, no son violentos, a menos que se salgan de las
reglas del deporte.
El HCR-20 y otros protocolos de predicción
de violencia
Una pregunta que nos hacen con frecuencia es si el
HCR-20 es preferible a otros procedimientos desarrollados y
publicados como por ejemplo el Protocolo de predicción de
violencia (Violence Prediction Scheme, VPS; Webster, Harris,
Rice, Cormier y Quinsey, 1994), el cual incluye el VRAG
(Harris et al., 1993; ver también Rice, 1997), y una escala
clínica denominada ASSESSLIST. El VRAG merece una
consideración muy importante ya que está basado en datos
obtenidos de más de 600 pacientes psiquiátrico-forenses de
alto riesgo estudiados durante un período de más de 7 años
(Harris et al. 1993). Ciertamente, la extensión de la aplicación
del VRAG se podría ampliar a través de pruebas sistemáticas
con muestras relacionadas. Con ello queremos decir que los
-
-
-
-
-
-
_H~C_R~-~20~______________________~V~rondecomunro
-
evaluadores deben emplear algún tipo de protocolo o
procedimientos estandarizados que le ayuden en su tarea y le
-
-
añadan fiabilidad y validez a la misma. Dicho en pocas
palabras, lo que verdaderamente cuenta es hacer estudios
sistemáticos en la predicción del riesgo de comportamientos
violentos.
-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

_.

-
HCR-20 ftams históricos
Ítems históricos*
Los autores del HCR-20 consideran que los datos
históricos son fundamentales en las valoraciones de riesgo de
violencia (Webster et al., 1994, p. 64). En el contexto clínico
las predicciones basadas en un número relativamente pequeño
de variables biográficas son tan precisas, o quizás más que
aquellas predicciones basadas en muchas variables (por
ejemplo, Dawes, Faust, & Meehl, 1989); lo mismo se puede
afinnar en referencia a las predicciones en el contexto forense
(por ejemplo, Monahan,1981).
Algunos clínicos no están de acuerdo con el énfasis que
pone el HCR-20 y otros instrumentos similares en los
denominados factores de riesgo históricos. Sin embargo, es
importante reseñar que muchos Ítems H (por ejemplo,
diagnóstico de trastorno mental, diagnóstico de trastorno de la
personalidad) en realidad son consecuencia de las
evaluaciones clínicas. El uso del ténnino "histórico" aquí
deshace la estabilidad temporal de estos ftems, los cuales
tienden a ser estáticos en condiciones nonnales. Esto no
implica que todos ellos sean inmutables, rasgos atribuibles a
individuos (por ejemplo, variables demográficas) o sucesos del
pasado.
... Nota del traductor: En ínglés, esta sección se denomina "Historica1ltems" y aunque
la traducción más adecuada seria la de "Ítems Históricos", hemos preferido mantener
el esquema de la versión original: H para histórico, C para Clínico, y R para Riesgo
(HCR).
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
HCR-20 ítems históricos
-,
-
H1. Violencia previa
"Si hay un descubrimiento que oscurece a todos los
demás, es que la probabilidad de cometer delitos aumenta con
cada acto delictivo previo registrado" dice Monahan (1981, p.
104). Las evidencias aportadas por los estudios de Baxstrom
(Steadman & Cocozza, 1974) y de Dixon (Thomberry & -
Jacoby, 1979) son determinantes y justifican la afirmación
anterior. Esta observación también se ha planteado en estudios
sobre individuos valorados para conocer específicamente su
peligrosidad en el protocolo rutinario de las demandas
jurídico- forenses (Menzies & Webster, 1995; Sepejak,
Menzies, Webster, & Jensen, 1983), así como en otros
estudios limitados a la comisión de delitos que producen gran
alarma social (Blomhoff, Seim, & Friis, 1990; Convit, Jaeger,
Lin, Meisner, &Volavka, 1988). Klassen y O'Connor (1994)
indican: "En base a los hallazgos encontrados hasta la fecha,
parece que podemos esperar virtualmente que cualquier
medida de los delitos cometidos en el pasado pueda ser un
­-

-

-

buen predictor de violencia futura" (p. 233). Es posible que -,
-
-

haya una importante subjetividad en la clasificación de las
personas en 3 categorías del tipo de las que aparecen más
abajo. Hay que reconocer que los actos en sí mismos no dan,
necesariamente, cuenta de la biografia completa y que
posiblemente se debe considerar "la intencionalidad" en los
sucesos que relacionan a la víctima con el agresor.
-

-

-

-

-

-,

-

-

-

-

-

-

-

-
HCR-20 ítems históricos
Codificación 

El evaluador debe atender a la defmición de violencia
que aparece en las páginas anteriores. El esquema de esta
codificación anterior pretende captar la calidad y la cantidad
de la violencia previa del sujeto. Por este motivo, el número de
actos violentos se combina con la gravedad de éstos para
determinar la puntuación final. Los actos de violencia
moderada incluirían abofetear, empujar y otras conductas que
no causen lesiones serias o permanentes en la víctima. Los
actos de violencia grave incluirían, pero no se limitarían, a
aquellos que causen la muerte o lesiones muy severas a la
víctima.
La "violencia previa" incluye todos aquellos actos
violentos ocurridos antes y durante el tiempo de la valoración.
Esto incluiría el índice de delitos, la violencia cometida
durante el encarcelamiento o hospitalización (si procede), o la
violencia dirigida contra el evaluador durante la entrevista.
37
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-,
-
HCR-20 ítems históricos
H2. Edad del primer incidente -
­
-
violento 

Esta bien contrastado el hecho de que cuanto más joven
es la persona al cometer su primer incidente violento
conocido, mayor es la probabilidad de aparición de conductas
violentas en el futuro (Harris et al., 1993; Lattimore, Visher, &
-

Linster, 1995; Steadman et al., 1994; Swanson, 1994). -.
­-
-
-
-

-,

-

-

..

-

-
HCR-20 ftems históricos
Codificación 

Aunque estas divisiones de edad son arbitrarias, se sabe
que, en general, cuanto más joven es la persona cuando
comete su primer acto violento, la probabilidad de violencia
futura es mayor. Se recomienda registrar la edad del sujeto
evaluado en el primer incidente violento y la edad del mismo
en el momento de la valoración. En estudios y trabajos de
investigación, la categorización de la edad puede diferir de la
que aquí se ha defmido.
Este ítem se codifica considerando la fecha del primer
acto violento conocido y no la fecha del primer delito
identificado o la fecha de la valoración. Si no hay actos
violentos conocidos, se asigna la puntuación de O.
39
-
-
HCR-20 {tems históricos
-
-
----------------------------------------~
-
H3. Relaciones inestables de pareja ­
Frecuentemente, se ha encontrado que el apoyo social
actúa como protección contra los delitos violentos (Klassen &
O'Connor, 1994; Swanson, 1994). Esto se observó en el
estudio de Harris et al. (1993), donde la categoría "nunca se ha
-
casado" tenía una correlación de +.18 con las conductas ­
violentas. Klassen & O'Connor (1988) también han destacado 

la asociación entre no haberse casado y ser violento. Los _.

hombres que son violentos en sus relaciones de pareja son 

potencialmente propensos a serio también fuera del ámbito de -
_.

sus relaciones de pareja (Gondolf, 1988; Saunders, 1992). 
 -
Evidentemente, se debe entender que el "matrimonio" es una .-
­
variable asociada a muchas otras, como pueden ser la
_.
"sociabilidad" (capacidad de expresarse socialmente de
manera adecuada), la "aceptabilidad", la "habilidad para -
_.
asumir responsabilidad", etc.
.....
-
-
-
_.
­-
-
-
-
-
-
-,
-
-
-
_.

-
HCR-20 ítems históricos
Codificación 

Este ítem se aplica únicamente a relaciones "román­
ticas", íntimas o "no platónicas", y excluye relaciones con
amigos o familiares. El ítem está dirigido a averiguar si el
individuo es capaz de establecer y mantener relaciones de
pareja estables y duraderas, así como de comprometerse en las
mismas cuando han tenido esa oportunidad. La "inestabilidad"
puede presentarse de diversas formas: muchas relaciones no
duraderas, ausencia de relaciones, o presencia de conflictos en
las relaciones duraderas.
En este contexto hay que tener en cuenta las relaciones
de pareja y las matrimoniales porque suelen generar altos
niveles de violencia grave y continua. Para nuestros
propósitos, este tipo de relaciones se considerarán "altamente
conflictivas". Podría ser necesaria una evaluación más
específica en esta área. En ese caso, sería de ayuda consultar el
"Spousal Assault Risk Assessment Guide" (SARA; Kropp et
al., 1995), ya que el SARA se ha desarrollado en la misma
línea que el HCR-20.
41
-~
-
HCR-20 ítems históricos
-
-
H4. Problemas relacionados -
_.
­-
con el empleo -
-
Las estadísticas generales de reincidencia delictiva
muestran una estrecha relación entre el nivel de ingresos
económicos y la conducta del delincuente en libertad
condicional (Monahan, 1981), así como entre el desempleo y
la reincidencia delictiva en general (Andrews & Bonta. 1995).
­
No hay una razón particular para asumir que esta relación no ­
se pueda generalizar a los sujetos con trastorno mental.
Menzies y Webster (1995), en una muestra de delincuentes
con trastorno mental, encontraron que el desempleo de estas
_
..
personas en el momento de ser arrestados era una de las 4 ­
variables de un extenso grupo de factores que predecían
posteriormente actos de violencia. Harris et aL (1993) -
~-.
.....
observaron que, si bien no era uno de los 12 predictores más
_.
destacados, los hombres que reincidían violentamente en el ­
curso de un período de seguimiento de 7 afios tenían empleos
de duración más breve (50%), en comparación con otros no ­
-
reincidentes de la misma edad y nivel socio-educativo
(homólogos emparejados). Andrews y Bonta (1995) afirman
que los problemas de desempleo están claramente relacionados .­
con la reincidencia general. ­
_.
-
-,
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-

-

-
-"_l
-
-
-
HCR-20 {tems históricos
Codificación 

Es posible que individuos con puntuaciones altas en este
ítem se caractericen por: negarse a buscar un empleo legítimo
(social y legalmente aceptable), tener una historia previa de
muchos trabajos en cortos períodos de tiempo, o que sean
despedidos o abandonen frecuentemente el empleo. Este ítem
se interesa por la presencia/ausencia de problemas de empleo.
Cabría la posibilidad de que los evaluadores considerasen
ciertas circunstancias limitadas que podrían justificar la
reducción de la puntuación de 2 a 1 ó O(factores económicos,
discapacidades físicas o mentales que impiden trabajar). Los
evaluadores deben tener en cuenta que este ítem evalúa
problemas del sujeto con el empleo, no capacidad del mismo
para encontrar un empleo. Por otra parte, pueden considerarse
en este ítem experiencias de trabajo (o programas) dentro de la
institución penitenciaria o la clínica (si es el caso). Asimismo,
incluimos la formación post- secundaria como si de un empleo
se tratara.
Este ítem puede ser irrelevante en algunos casos y
entonces debe omitirse. Un ejemplo de ello sería un individuo
de 17 años quien, recién acabada la escuela secundaria, ha
tenido poca o ninguna oportunidad de tener un historial de
empleo.
Dado que éste es un ítem histórico, se deberán
considerar cuidadosamente los posibles cambios recientes en
el estatus oficial de empleo. Por ejemplo, una persona con una
historia previa de 15 años de problemas de empleo que ha
conseguido recientemente una pensión por incapacidad
laboral, puede sin embargo obtener una puntuación de 2 en
este ítem.
-
-
--
--
-
-
-
-
-
-
-
-
--
-
-
-
-
--
--
--
-

-

-

-

-

HCR-20 ítems históricos
H5. Problemas con el consumo ­-
de sustancias adictivas 

Los clínicos tienen poca dificultad en reconocer, en base
a su experiencia, el vínculo entre el abuso de sustancias y la
conducta violenta. En el estudio de Harris et al. (1993), se ha
evidenciado que esta variable es muy significativa y revisiones
más recientes la han considerado como un factor importante
_
..
-

-

-

(Klassen & O'Connor, 1994). En el proyecto multicéntrico y a _.
-
gran escala denominado "Epidemiological Catchment Area"
(ECA), Swanson (1994) ha afirmado que la existencia de un -

_.

diagnóstico de abuso de sustancias se relacionaba más
-

-

intensamente con la violencia que la existencia de un trastorno
mental. De hecho de todas las variables estudiadas, el abuso
de sustancias tenía la relación más intensa de todas con
-
la conducta violenta. Muchas otras investigaciones avalan la
­-
-

fuerte relación entre abuso de sustancias y comportamiento
violento en una gran variedad de muestras de grupos de
sujetos (Bartels, Drake, Wallach, & Freeman, 1991; Blomhoff --
_.
et al., 1990; Hodgins, 1990; Hoffinan & Beck, 1985; Taylor, ­-
-

1985; Yarvis, 1990).
-

-

-

.­
-

-

-

-

-

44
-,
-
-
HCR-20 ítems históricos
Codificación 

En este apartado se entiende como abuso el mal uso de
las prescripciones de fármacos. También se incluye aquí, el
consumo de sustancias como disolventes y pegamento.
Aunque el diagnóstico de abuso de sustancias o dependencia
de las mismas debe considerarse seriamente, su mera presencia
no justifica una puntuación de 2 sin previa corroboración. El
interés de este ítem radica en averiguar si existe deterioro
funcional en las áreas de salud, empleo, ocio y relaciones
interpersonales, como consecuencia del consumo de sustan­
cias. Como ejemplos se puede incluir, sin limitarse a estos:
llegar tarde al trabajo, ser irascible con los demás, tener
'resaca' continuamente, incapacidad de concentrarse en la
conducción de un vehículo o en el trabajo, fracasos en el
mantenimiento o consecución de empleo debido al consumo,
trabajar bajo los efectos de las drogas, tener sanciones por
conducir drogado, tener dificultades en las relaciones de pareja
por causa de las drogas, arresto por incidentes atribuidos a
determinada sustancia, y negar un problema aun cuando existe
una fuerte evidencia del mismo. Asimismo, se debe incluir
aquí las lesiones neurológicas como resultado del consumo de
sustancias (delirium tremens, trastorno psicótico inducido por
alcohol u otras sustancias, deterioro grave de la memoria, etc.).
45
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-,
-
HCR-20 ftems históricos -.
-

-

H6. Trastorno mental grave 

-

En su libro de 1981, Monahan puso claramente de ­-
-
-
-

manifiesto que el trastorno mental no se correlaciona con la
violencia. Sin embargo, más recientemente, este autor ha
-

vuelto sobre el tema y ahora afirma que "los trastornos
-

mentales podrían ser un factor de riesgo importante y
-
-
significativo para la ocurrencia de actos violentos, tal y como
afIrman cada vez un número mayor de investigadores y
-

clínicos en los últimos años" (Monahan, 1992, p. 519). El
estudio ECA de Swanson (1994) ha puesto de manifiesto que
los trastornos mentales, particularmente la esquizofrenia y la
manía, son importantes marcadores de riesgo de actos de
violencia en la comunidad. En una investigación de tipo
-

-

-

convincentes respecto al hecho de que el trastorno mental ­
grave aumenta la probabilidad de que aparezcan
comportamientos actos violentos a lo largo de la vida del
­-
paciente. En una revisión cuantitativa de la investigación
existente, Douglas y Hart (1996) hallaron que la presencia de
-
-
-

epidemiológico, Hodgins (1992) ha obtenido datos
trastornos psicóticos graves incrementan sustancialmente la
probabilidad de cometer actos violentos. Así como la edad
tiene una relación compleja con la violencia, también tienden a
tenerla distintos aspectos propios de los trastornos mentales
graves como los delirios (Taylor et al., 1994) y las ­-
alucinaciones (McNiel & Binder, 1994). Sin embargo, es -

-

-

-

hecho de que la gran mayoría de personas con trastorno mental ­-
importante hacer constar que la simple correlación entre
violencia y trastornos mentales graves no debe enmascarar el
no son violentas, y por tanto, comparando sólo el trastorno
mental, con el riesgo que presenta (como factor de riesgo) la
combinación de las variables sexo masculino, edad juvenil, y
bajo estatus socioeconómico, por ejemplo, el trastorno mental
-

-

_.

-

presenta sólo un factor de incremento moderado del riesgo de
conductas violentas (Monahan, 1992). ­-
-
-

-

-.
-

-
HCR-20 ítems históricos
Codificación 

El diagnóstico de trastorno mental grave debe adecuarse
a un sistema nosológico oficial, tal como el DSM-IV (APA,
1994) o el CIE-10 (OMS, 1992). Este ítem se codifica en base
a la historia previa y no debe variar por el hecho de si el
trastorno está actualmente activo o en fase de remisión.
Este Ítem se aplica tanto a trastornos del pensamiento
como aquellos otros de naturaleza afectiva (trastorno
psicótico, alteración maníaca del estado del ánimo, enfer­
medades orgánicas, retraso mental, ...). Debe ser puntuado
con un 2 cuando la evidencia del trastorno es inequívoco;
cuando la evidencia de trastorno no es concluyente (el curso o
la gravedad no son claras), se codifica como 1.
Los trastornos mentales menos graves, como son los
trastornos de ansiedad, los somatomorfos, las parafilias,
los trastornos del sueño o los trastornos del control de los
impulsos, no deben ser codificados en este ítem. Los trastornos
de la personalidad se codifican en H9.
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-

-
-.
-
HCR-20 ítems históricos -.
-
-

-

H7. Psicopatía 

-

-

-

-

Uno de los hechos más distintivos del estudio de Harris et
al. (1993), es el hallazgo de que la puntuación global en los 20
ítems de la PCL-R es el mejor predictor de violencia en grupos
-

-

de personas con esquizofrenia y con trastornos de personalidad.
Varios investigadores han encontrado que la psicopatía es un
factor de riesgo importante de violencia futura en una gran
variedad de poblaciones distintas (Forth, Hart, & Hare, 1990;
Hill, Rogers, & Bickford, 1996; Quinsey, Rice, & Harris, 1995;
Rice & Harris, 1992; Serin, 1991, 1996; Serin & Amos, 1995).
En un meta-análisis de 18 estudios que buscaban la relación
-

-

-

-

-

entre la psicopatía y violencia (y otras fonnas de conducta
antisocial), se reveló que el promedio del tamaño del efecto era
elevado (d= .79) entre psicopatía y las variables de criterio
escogidas que reflejan la violencia (Salekin, Rogers, & SeweIl, ­-
-
-
-

-

1996). La escala PCL-R contiene dos factores principales
(Harpur y Hare, 1994): el factor 1 se centra en rasgos afectivos­
interpersonales, mientras que el factor 2 hace referencia a
rasgos comportamentales. Las características defmitorias de la
-

psicopatía, como la impulsividad, versatilidad delictiva, insen­
­
sibilidad, y falta de empatía o remordimiento, están vinculadas
-
-
conceptualmente con la violencia de manera bastante nítida. Es
notable que muchos ítems del PCL-R son más o menos
redundantes con algunos Ítems de historia del HCR-20.
Es importante señalar que el PCL-R parece ser el único
instrumento pertinente, desarrollado hasta el momento en esta
-.
-

área, con propiedades psicométricas bien establecidas (ver
Hart y Dempsey, 1997; Hart, Hare, & Forth, 1994). Sin -

embargo, una dificultad a la que no podemos escapar es que
­
los evaluadores que usan este instrumento han de estar
­-
entrenados específicamente para la administración del mismo.
-

-

La versión screening de 12 ítems (PCL:SV; Hart et al., 1995),
-
-

que también predice la conducta violenta (Douglas, 1996; HiIl
et al., 1996), podría ser suficiente para establecer si está
justificada una evaluación completa de la psicopatía.
-

-

-

-

-

-

-

-
HCR-20 ítems históricos
Codificación 

Es imprescindible que esta clasificación esté basada en
una evaluación formal, utilizando las escalas PCL-R o PCL:
SV de psicopatía realizada por un profesional entrenado en
estos instrumentos. Los autores advierten específicamente que
este ítem no debe utilizarse sin la disponibilidad de
puntuaciones obtenidas formalmente por medio de dichas
escalas.
En ambientes psiquiátricos civiles, los evaluadores
podrían acudir a la PCL:SV, dado que la PCL-R no cuenta con
una muestra normativa psiquiátrico-civil, mientras que la PCL:
SV sí cuenta con ella.
49
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-

HCR-20 ítems históricos
H8. Desajuste infantil 
 -

-

-

-

Este ítem se refiere al desajuste en casa, en la escuela, o
en la comunidad, antes de los 17 afios de edad. Respecto al
desajuste en la escuela, se consideran aspectos relacionados
con las capacidades, rendimiento y comportamiento académi­
cos, así como la conducta en clase y la adaptación general a la
escuela. Harris et al. (1993) encontraron que esta variable tiene
una correlación de +.31 con la conducta violenta posterior a la
puesta en libertad. En este mismo sentido, estos autores
encontraron que el hecho de haberse separado de los padres
-

-

la ocurrencia eventual de conductas violentas. En el curso de
-
-
antes de los 16 afios de edad tenía una correlación de +.25 con
un estudio de seguimiento de cohorte en Estocolmo, desde
antes del nacimiento hasta los 30 afios de edad, Hodgins
(1994) ha demostrado la relación existente entre las
dificultades en casa y en la escuela identificadas precozmente
y el comportamiento violento. Klassen y O'Connor (1994)
afmnan: "lo que estas variables aparentemente tienen en
-

-
_.

-

común es la posible alteración en la correcta vinculación
afectiva o socialización durante la infancia" (p. 236). Los
evaluadores deben interesarse por averiguar si ha habido abuso
físico en la infancia o si ha sido testigo de maltrato físico entre
-

-

-

los padres (Caesar, 1988; Hotaling & Sugarman, 1986).
También se ha descrito que las experiencias tempranas en la
familia predicen la violencia futura en muestras psiquiátricas
(Klassen y O'Connor, 1989; Yesavage, 1983). Hay algunas
-

-

-

evidencias de que la gravedad de la conducta antisocial es
-
directamente proporcional a la gravedad del maltrato en la ­
infancia (Smith y Thomberry, 1995). ­-
-
-

-

-

-

-

-

-

50 

-
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos
Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos

Más contenido relacionado

La actualidad más candente

Criminogenesis y criminodinamica
Criminogenesis y criminodinamicaCriminogenesis y criminodinamica
Criminogenesis y criminodinamicaIris Marlem Hdez
 
Análisis psicológico escena del crimen
Análisis psicológico escena del crimenAnálisis psicológico escena del crimen
Análisis psicológico escena del crimenWael Hikal
 
Perfil psicológico de un asesino
Perfil psicológico de un asesinoPerfil psicológico de un asesino
Perfil psicológico de un asesinomichaelnarvaez1994
 
Delincuentes Violentos
Delincuentes ViolentosDelincuentes Violentos
Delincuentes ViolentosBego E A
 
Profiling Como Ejemplo
Profiling Como EjemploProfiling Como Ejemplo
Profiling Como EjemploJose Navarro
 
Criminogénesis y criminodinámica
Criminogénesis y criminodinámicaCriminogénesis y criminodinámica
Criminogénesis y criminodinámicavalebalt
 
Enfermedades y criminologia
Enfermedades y criminologiaEnfermedades y criminologia
Enfermedades y criminologiaJose Peralta
 
Factores criminógenos
Factores criminógenosFactores criminógenos
Factores criminógenosWael Hikal
 
La victimologia_IAFJSR
La victimologia_IAFJSRLa victimologia_IAFJSR
La victimologia_IAFJSRMauri Rojas
 
Criminología 5
Criminología 5Criminología 5
Criminología 5Ram Cerv
 
PSICOLOGIA FORENSE FEMICIDIO (1).pptx
PSICOLOGIA FORENSE FEMICIDIO (1).pptxPSICOLOGIA FORENSE FEMICIDIO (1).pptx
PSICOLOGIA FORENSE FEMICIDIO (1).pptxEliasCarrillo8
 
Factores sociales de la delincuencia - Sociologia Criminal/criminologica
Factores sociales de la delincuencia - Sociologia Criminal/criminologicaFactores sociales de la delincuencia - Sociologia Criminal/criminologica
Factores sociales de la delincuencia - Sociologia Criminal/criminologicaUniversidad en Criminalistica
 
Ciencias auxiliares
Ciencias  auxiliares Ciencias  auxiliares
Ciencias auxiliares Extremener
 

La actualidad más candente (20)

Criminogenesis y criminodinamica
Criminogenesis y criminodinamicaCriminogenesis y criminodinamica
Criminogenesis y criminodinamica
 
Análisis psicológico escena del crimen
Análisis psicológico escena del crimenAnálisis psicológico escena del crimen
Análisis psicológico escena del crimen
 
Clase 4 i unidad peritaje psicologico y psiquiatrico
Clase  4  i unidad  peritaje psicologico y psiquiatricoClase  4  i unidad  peritaje psicologico y psiquiatrico
Clase 4 i unidad peritaje psicologico y psiquiatrico
 
Introducción a la psicologia criminal
Introducción a la psicologia criminalIntroducción a la psicologia criminal
Introducción a la psicologia criminal
 
Perfil psicológico de un asesino
Perfil psicológico de un asesinoPerfil psicológico de un asesino
Perfil psicológico de un asesino
 
Delincuentes Violentos
Delincuentes ViolentosDelincuentes Violentos
Delincuentes Violentos
 
Profiling Como Ejemplo
Profiling Como EjemploProfiling Como Ejemplo
Profiling Como Ejemplo
 
Criminogénesis y criminodinámica
Criminogénesis y criminodinámicaCriminogénesis y criminodinámica
Criminogénesis y criminodinámica
 
Enfermedades y criminologia
Enfermedades y criminologiaEnfermedades y criminologia
Enfermedades y criminologia
 
Factores criminógenos
Factores criminógenosFactores criminógenos
Factores criminógenos
 
La victimologia_IAFJSR
La victimologia_IAFJSRLa victimologia_IAFJSR
La victimologia_IAFJSR
 
Criminología 5
Criminología 5Criminología 5
Criminología 5
 
PSICOLOGIA FORENSE FEMICIDIO (1).pptx
PSICOLOGIA FORENSE FEMICIDIO (1).pptxPSICOLOGIA FORENSE FEMICIDIO (1).pptx
PSICOLOGIA FORENSE FEMICIDIO (1).pptx
 
Factores sociales de la delincuencia - Sociologia Criminal/criminologica
Factores sociales de la delincuencia - Sociologia Criminal/criminologicaFactores sociales de la delincuencia - Sociologia Criminal/criminologica
Factores sociales de la delincuencia - Sociologia Criminal/criminologica
 
Criminal
CriminalCriminal
Criminal
 
Trabajo de criminologia teoria
Trabajo de criminologia teoriaTrabajo de criminologia teoria
Trabajo de criminologia teoria
 
Crimen
CrimenCrimen
Crimen
 
CRIMINALIDAD FEMENINA
CRIMINALIDAD FEMENINACRIMINALIDAD FEMENINA
CRIMINALIDAD FEMENINA
 
Ciencias auxiliares
Ciencias  auxiliares Ciencias  auxiliares
Ciencias auxiliares
 
Perfil criminal
Perfil criminalPerfil criminal
Perfil criminal
 

Similar a Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos

Protocolo de valoración del riesgo de violencia mortal contra las mujeres por...
Protocolo de valoración del riesgo de violencia mortal contra las mujeres por...Protocolo de valoración del riesgo de violencia mortal contra las mujeres por...
Protocolo de valoración del riesgo de violencia mortal contra las mujeres por...ssuser674d10
 
Mopece 6 2nd edicion (isaac trejo)
Mopece 6 2nd edicion (isaac trejo)Mopece 6 2nd edicion (isaac trejo)
Mopece 6 2nd edicion (isaac trejo)Isaac Trejo
 
Mopece6 sandy cadena
Mopece6 sandy cadenaMopece6 sandy cadena
Mopece6 sandy cadenaSANDY cadena
 
Mopece esp mod_03_atual
Mopece esp mod_03_atualMopece esp mod_03_atual
Mopece esp mod_03_atualcarlaDonis
 
Mopece3 sandy cadena
Mopece3 sandy cadenaMopece3 sandy cadena
Mopece3 sandy cadenaSANDY cadena
 
Sistema de análisis de eventos adversos
Sistema de análisis de eventos adversosSistema de análisis de eventos adversos
Sistema de análisis de eventos adversosMauricio Rey
 
Mopece esp mod_02_atual
Mopece esp mod_02_atualMopece esp mod_02_atual
Mopece esp mod_02_atualmarissarlanda
 
Mopece2 sandy cadena
Mopece2 sandy cadenaMopece2 sandy cadena
Mopece2 sandy cadenaSANDY cadena
 
Mod. ii salud enfermedad en la poblacion oms
Mod. ii salud enfermedad en la poblacion omsMod. ii salud enfermedad en la poblacion oms
Mod. ii salud enfermedad en la poblacion omsabelrmm
 
Commentary human trafficking_sp
Commentary human trafficking_spCommentary human trafficking_sp
Commentary human trafficking_spFernando RIZZO
 
Guía de intervención humanitaria mhGAP
Guía de intervención  humanitaria mhGAP Guía de intervención  humanitaria mhGAP
Guía de intervención humanitaria mhGAP LuisFernando672460
 
La evaluacion de riesgos
La evaluacion de riesgosLa evaluacion de riesgos
La evaluacion de riesgosCarla
 

Similar a Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos (20)

Protocolo de valoración del riesgo de violencia mortal contra las mujeres por...
Protocolo de valoración del riesgo de violencia mortal contra las mujeres por...Protocolo de valoración del riesgo de violencia mortal contra las mujeres por...
Protocolo de valoración del riesgo de violencia mortal contra las mujeres por...
 
Mopece 6 2nd edicion (isaac trejo)
Mopece 6 2nd edicion (isaac trejo)Mopece 6 2nd edicion (isaac trejo)
Mopece 6 2nd edicion (isaac trejo)
 
Mopece 6
Mopece 6Mopece 6
Mopece 6
 
Mopece6 sandy cadena
Mopece6 sandy cadenaMopece6 sandy cadena
Mopece6 sandy cadena
 
Mopece3
Mopece3Mopece3
Mopece3
 
Mopece esp mod_03_atual
Mopece esp mod_03_atualMopece esp mod_03_atual
Mopece esp mod_03_atual
 
Mopece3 sandy cadena
Mopece3 sandy cadenaMopece3 sandy cadena
Mopece3 sandy cadena
 
Mopece 3
Mopece 3Mopece 3
Mopece 3
 
Sistema de análisis de eventos adversos
Sistema de análisis de eventos adversosSistema de análisis de eventos adversos
Sistema de análisis de eventos adversos
 
Mopece esp mod_02_atual
Mopece esp mod_02_atualMopece esp mod_02_atual
Mopece esp mod_02_atual
 
Mopece esp mod_02_atual
Mopece esp mod_02_atualMopece esp mod_02_atual
Mopece esp mod_02_atual
 
Mopece2 (1)
Mopece2 (1)Mopece2 (1)
Mopece2 (1)
 
Mopece2 sandy cadena
Mopece2 sandy cadenaMopece2 sandy cadena
Mopece2 sandy cadena
 
Mod. ii salud enfermedad en la poblacion oms
Mod. ii salud enfermedad en la poblacion omsMod. ii salud enfermedad en la poblacion oms
Mod. ii salud enfermedad en la poblacion oms
 
MOPECE2 (1).pdf
MOPECE2 (1).pdfMOPECE2 (1).pdf
MOPECE2 (1).pdf
 
Mopece2
Mopece2Mopece2
Mopece2
 
Commentary human trafficking_sp
Commentary human trafficking_spCommentary human trafficking_sp
Commentary human trafficking_sp
 
Mopece2
Mopece2Mopece2
Mopece2
 
Guía de intervención humanitaria mhGAP
Guía de intervención  humanitaria mhGAP Guía de intervención  humanitaria mhGAP
Guía de intervención humanitaria mhGAP
 
La evaluacion de riesgos
La evaluacion de riesgosLa evaluacion de riesgos
La evaluacion de riesgos
 

Último

Ensayo ENRICH (sesión clínica, Servicio de Neurología HUCA)
Ensayo ENRICH (sesión clínica, Servicio de Neurología HUCA)Ensayo ENRICH (sesión clínica, Servicio de Neurología HUCA)
Ensayo ENRICH (sesión clínica, Servicio de Neurología HUCA)s.calleja
 
Sternhell & Sznajder & Asheri. - El nacimiento de la ideología fascista [ocr]...
Sternhell & Sznajder & Asheri. - El nacimiento de la ideología fascista [ocr]...Sternhell & Sznajder & Asheri. - El nacimiento de la ideología fascista [ocr]...
Sternhell & Sznajder & Asheri. - El nacimiento de la ideología fascista [ocr]...frank0071
 
Sistema Endocrino, rol de los receptores hormonales, hormonas circulantes y l...
Sistema Endocrino, rol de los receptores hormonales, hormonas circulantes y l...Sistema Endocrino, rol de los receptores hormonales, hormonas circulantes y l...
Sistema Endocrino, rol de los receptores hormonales, hormonas circulantes y l...GloriaMeza12
 
registro cardiotocografico interpretacion y valoracion
registro cardiotocografico interpretacion y valoracionregistro cardiotocografico interpretacion y valoracion
registro cardiotocografico interpretacion y valoracionMarcoAntonioJimenez14
 
Campo_magnético_y_fuerzas_magnéticas.pdf
Campo_magnético_y_fuerzas_magnéticas.pdfCampo_magnético_y_fuerzas_magnéticas.pdf
Campo_magnético_y_fuerzas_magnéticas.pdfArturoDavilaObando
 
Codigo rojo manejo y tratamient 2022.pptx
Codigo rojo manejo y tratamient 2022.pptxCodigo rojo manejo y tratamient 2022.pptx
Codigo rojo manejo y tratamient 2022.pptxSergioSanto4
 
Holland, Tom - Milenio. El fin del mundo y el origen del cristianismo [2010].pdf
Holland, Tom - Milenio. El fin del mundo y el origen del cristianismo [2010].pdfHolland, Tom - Milenio. El fin del mundo y el origen del cristianismo [2010].pdf
Holland, Tom - Milenio. El fin del mundo y el origen del cristianismo [2010].pdffrank0071
 
Generalidades de Morfología y del aparato musculoesquelético.pdf
Generalidades de Morfología y del aparato musculoesquelético.pdfGeneralidades de Morfología y del aparato musculoesquelético.pdf
Generalidades de Morfología y del aparato musculoesquelético.pdfJosefinaRojas27
 
López, L. - Destierro y memoria. Trayectorias de familias judías piemontesas ...
López, L. - Destierro y memoria. Trayectorias de familias judías piemontesas ...López, L. - Destierro y memoria. Trayectorias de familias judías piemontesas ...
López, L. - Destierro y memoria. Trayectorias de familias judías piemontesas ...frank0071
 
Vectores y operaciones con vectores, producto interno y vectorial de vectores...
Vectores y operaciones con vectores, producto interno y vectorial de vectores...Vectores y operaciones con vectores, producto interno y vectorial de vectores...
Vectores y operaciones con vectores, producto interno y vectorial de vectores...ErichManriqueCastill
 
Harvey, David. - Paris capital de la modernidad [2008].pdf
Harvey, David. - Paris capital de la modernidad [2008].pdfHarvey, David. - Paris capital de la modernidad [2008].pdf
Harvey, David. - Paris capital de la modernidad [2008].pdffrank0071
 
PIZARRO-parte4.pdf apuntes de física 3, electricidad y magnetismo
PIZARRO-parte4.pdf apuntes de física 3, electricidad y magnetismoPIZARRO-parte4.pdf apuntes de física 3, electricidad y magnetismo
PIZARRO-parte4.pdf apuntes de física 3, electricidad y magnetismoArturoDavilaObando
 
Harris, Marvin. - Caníbales y reyes. Los orígenes de la cultura [ocr] [1986].pdf
Harris, Marvin. - Caníbales y reyes. Los orígenes de la cultura [ocr] [1986].pdfHarris, Marvin. - Caníbales y reyes. Los orígenes de la cultura [ocr] [1986].pdf
Harris, Marvin. - Caníbales y reyes. Los orígenes de la cultura [ocr] [1986].pdffrank0071
 
DESPOTISMO ILUSTRADOO - copia - copia - copia - copia.pdf
DESPOTISMO ILUSTRADOO - copia - copia - copia - copia.pdfDESPOTISMO ILUSTRADOO - copia - copia - copia - copia.pdf
DESPOTISMO ILUSTRADOO - copia - copia - copia - copia.pdfssuser6a4120
 
Sucesión de hongos en estiércol de vaca experimento
Sucesión de hongos en estiércol de vaca experimentoSucesión de hongos en estiércol de vaca experimento
Sucesión de hongos en estiércol de vaca experimentoFriasMartnezAlanZuri
 
4.-ENLACE-QUÍMICO.-LIBRO-PRINCIPAL (1).pdf
4.-ENLACE-QUÍMICO.-LIBRO-PRINCIPAL (1).pdf4.-ENLACE-QUÍMICO.-LIBRO-PRINCIPAL (1).pdf
4.-ENLACE-QUÍMICO.-LIBRO-PRINCIPAL (1).pdfvguadarramaespinal
 
EXPOSICION NORMA TECNICA DE SALUD 2024 -
EXPOSICION NORMA TECNICA DE SALUD 2024 -EXPOSICION NORMA TECNICA DE SALUD 2024 -
EXPOSICION NORMA TECNICA DE SALUD 2024 -FridaDesiredMenesesF
 
TEST BETA III: APLICACIÓN E INTERPRETACIÓN.pptx
TEST BETA III: APLICACIÓN E INTERPRETACIÓN.pptxTEST BETA III: APLICACIÓN E INTERPRETACIÓN.pptx
TEST BETA III: APLICACIÓN E INTERPRETACIÓN.pptxXavierCrdenasGarca
 
Informe Aemet Tornados Sabado Santo Marchena Paradas
Informe Aemet Tornados Sabado Santo Marchena ParadasInforme Aemet Tornados Sabado Santo Marchena Paradas
Informe Aemet Tornados Sabado Santo Marchena ParadasRevista Saber Mas
 
Ejercicios de estimulación prenatales.pptx
Ejercicios de estimulación prenatales.pptxEjercicios de estimulación prenatales.pptx
Ejercicios de estimulación prenatales.pptxYahairaVaraDiaz1
 

Último (20)

Ensayo ENRICH (sesión clínica, Servicio de Neurología HUCA)
Ensayo ENRICH (sesión clínica, Servicio de Neurología HUCA)Ensayo ENRICH (sesión clínica, Servicio de Neurología HUCA)
Ensayo ENRICH (sesión clínica, Servicio de Neurología HUCA)
 
Sternhell & Sznajder & Asheri. - El nacimiento de la ideología fascista [ocr]...
Sternhell & Sznajder & Asheri. - El nacimiento de la ideología fascista [ocr]...Sternhell & Sznajder & Asheri. - El nacimiento de la ideología fascista [ocr]...
Sternhell & Sznajder & Asheri. - El nacimiento de la ideología fascista [ocr]...
 
Sistema Endocrino, rol de los receptores hormonales, hormonas circulantes y l...
Sistema Endocrino, rol de los receptores hormonales, hormonas circulantes y l...Sistema Endocrino, rol de los receptores hormonales, hormonas circulantes y l...
Sistema Endocrino, rol de los receptores hormonales, hormonas circulantes y l...
 
registro cardiotocografico interpretacion y valoracion
registro cardiotocografico interpretacion y valoracionregistro cardiotocografico interpretacion y valoracion
registro cardiotocografico interpretacion y valoracion
 
Campo_magnético_y_fuerzas_magnéticas.pdf
Campo_magnético_y_fuerzas_magnéticas.pdfCampo_magnético_y_fuerzas_magnéticas.pdf
Campo_magnético_y_fuerzas_magnéticas.pdf
 
Codigo rojo manejo y tratamient 2022.pptx
Codigo rojo manejo y tratamient 2022.pptxCodigo rojo manejo y tratamient 2022.pptx
Codigo rojo manejo y tratamient 2022.pptx
 
Holland, Tom - Milenio. El fin del mundo y el origen del cristianismo [2010].pdf
Holland, Tom - Milenio. El fin del mundo y el origen del cristianismo [2010].pdfHolland, Tom - Milenio. El fin del mundo y el origen del cristianismo [2010].pdf
Holland, Tom - Milenio. El fin del mundo y el origen del cristianismo [2010].pdf
 
Generalidades de Morfología y del aparato musculoesquelético.pdf
Generalidades de Morfología y del aparato musculoesquelético.pdfGeneralidades de Morfología y del aparato musculoesquelético.pdf
Generalidades de Morfología y del aparato musculoesquelético.pdf
 
López, L. - Destierro y memoria. Trayectorias de familias judías piemontesas ...
López, L. - Destierro y memoria. Trayectorias de familias judías piemontesas ...López, L. - Destierro y memoria. Trayectorias de familias judías piemontesas ...
López, L. - Destierro y memoria. Trayectorias de familias judías piemontesas ...
 
Vectores y operaciones con vectores, producto interno y vectorial de vectores...
Vectores y operaciones con vectores, producto interno y vectorial de vectores...Vectores y operaciones con vectores, producto interno y vectorial de vectores...
Vectores y operaciones con vectores, producto interno y vectorial de vectores...
 
Harvey, David. - Paris capital de la modernidad [2008].pdf
Harvey, David. - Paris capital de la modernidad [2008].pdfHarvey, David. - Paris capital de la modernidad [2008].pdf
Harvey, David. - Paris capital de la modernidad [2008].pdf
 
PIZARRO-parte4.pdf apuntes de física 3, electricidad y magnetismo
PIZARRO-parte4.pdf apuntes de física 3, electricidad y magnetismoPIZARRO-parte4.pdf apuntes de física 3, electricidad y magnetismo
PIZARRO-parte4.pdf apuntes de física 3, electricidad y magnetismo
 
Harris, Marvin. - Caníbales y reyes. Los orígenes de la cultura [ocr] [1986].pdf
Harris, Marvin. - Caníbales y reyes. Los orígenes de la cultura [ocr] [1986].pdfHarris, Marvin. - Caníbales y reyes. Los orígenes de la cultura [ocr] [1986].pdf
Harris, Marvin. - Caníbales y reyes. Los orígenes de la cultura [ocr] [1986].pdf
 
DESPOTISMO ILUSTRADOO - copia - copia - copia - copia.pdf
DESPOTISMO ILUSTRADOO - copia - copia - copia - copia.pdfDESPOTISMO ILUSTRADOO - copia - copia - copia - copia.pdf
DESPOTISMO ILUSTRADOO - copia - copia - copia - copia.pdf
 
Sucesión de hongos en estiércol de vaca experimento
Sucesión de hongos en estiércol de vaca experimentoSucesión de hongos en estiércol de vaca experimento
Sucesión de hongos en estiércol de vaca experimento
 
4.-ENLACE-QUÍMICO.-LIBRO-PRINCIPAL (1).pdf
4.-ENLACE-QUÍMICO.-LIBRO-PRINCIPAL (1).pdf4.-ENLACE-QUÍMICO.-LIBRO-PRINCIPAL (1).pdf
4.-ENLACE-QUÍMICO.-LIBRO-PRINCIPAL (1).pdf
 
EXPOSICION NORMA TECNICA DE SALUD 2024 -
EXPOSICION NORMA TECNICA DE SALUD 2024 -EXPOSICION NORMA TECNICA DE SALUD 2024 -
EXPOSICION NORMA TECNICA DE SALUD 2024 -
 
TEST BETA III: APLICACIÓN E INTERPRETACIÓN.pptx
TEST BETA III: APLICACIÓN E INTERPRETACIÓN.pptxTEST BETA III: APLICACIÓN E INTERPRETACIÓN.pptx
TEST BETA III: APLICACIÓN E INTERPRETACIÓN.pptx
 
Informe Aemet Tornados Sabado Santo Marchena Paradas
Informe Aemet Tornados Sabado Santo Marchena ParadasInforme Aemet Tornados Sabado Santo Marchena Paradas
Informe Aemet Tornados Sabado Santo Marchena Paradas
 
Ejercicios de estimulación prenatales.pptx
Ejercicios de estimulación prenatales.pptxEjercicios de estimulación prenatales.pptx
Ejercicios de estimulación prenatales.pptx
 

Hcr 20 guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos

  • 1. Autaras: CH. O. Web8t., l. S. O_gl., O, Eavas , S, lI8Pt Adaptaclén: Ed IIIIt8rIl8l , Antonio Andrés Pua,o t . . . - - _ Grup d'EstudIs Avanpta _ VIolencia (GEAV) HCR-20 Guía para la valoración del riesgo de comportamientos violentos Publicacions i Edicions ..... UNlVERSITATDEBARCELONA • ..
  • 2. - - _. UNlVERSITAT DE BARCELONA. Dades catalogriúiques - ...... - HCR·20 : guía para la valoración del riesgo de comportamientos violentos Bibliografía - ISBN 84-475-2892-8 ,.... l. Webster, Christopher D. n. Hilterman, Ed m. Andrés Pueyo, Antonio 1. Violencia 2. Prevenció 3. forense 4. Avaluació del risc - ... - - © versión original: 1997 by me Mental Health, Law and Policy Institute, Simon Fraser Institute ..~ _. © PUBLICACIONS I EDICIONS DE LA UNlVERSITAT DE BARCELONA, 2005 Adolf Florensa, s/n; 08028 Barcelona; Tel. 934 035 442; Fax 934 035 446 - _. comercial.edicions@ub.edu; http://www.publicacions.ub.es Para información complementaria: "... _. Grupo de estudios avanzados en violencia - Departamento de Personalidad, Evalnación y Tratamientos Psicológicos - Facultad de Psicología Universidad de Barcelona Passeig de la Vall d'Hebron, 171 08035 Barcelona _. Te. 93 312 5103 Fax 93 402 1362 - andrespueyo@ub.edu www.ub.es/personal/violencestudies.htm _. Traducción: Magali Martínez - -.. Impresión: Gráficas Rey, S.L. - Depósito legal: B-23468-2005 ISBN: 84-475-2892-8 - - Impreso en España I Printed in Spain ...' - Queda rigurosamente prohibida la reproducción total o parcial de esta obra. Ninguna parte de _. esta publicación, incluido el diseño de la cubierta, puede ser reproducida. almacenada, trans­ mitida o utilizada mediante ningún tipo de medio o sistema, sin la autorización previa por - escrito del editor. _. - - - .-. -
  • 3. , . Indlce Prefacio a la edición en espaftol .................................... v Prefacio ........................................................................... ix Visión de conjunto ......................................................... 1 Introducción ..................................................................... 1 Los fundamentos del HCR-20 ......................................... 2 Objetivo y propósito ........................................................ 5 Pricipios generales para mejorar la precisión de las pre­ dicciones .......................................................................... 7 Organización del HCR-20 ............................................... 13 Investigación sobre el HCR-20 ........................................ 15 Contexto penitenciario ............................................... 15 Contexto psiquiátrico-forense .................................... 16 Contexto psiquiátrico-civil......................................... 16 Administración ................................................................ 19 Capacidadeslhabilidades del usuario ............................... 22 Codificación del HCR-20 ................................................ 24 Codificación de los Ítems ........................................... 24 Resumen o decisión fmal ............................................ 25 Codificación de los Ítems de gestión de riesgo ........... 28 Repetición de las mediciones ..................................... 29 Defmición de violencia .................................................... 29 El HCR-20 y otros protocolos de predicción de violencia 31 Ítems históricos .............................................................. 35 Hl. Violencia previa ........................................................ 36 H2. Edad del primer incidente violento ........................... 38 H3. Relaciones inestables de pareja ................................. 40 H4. Problemas relacionados con el empleo ..................... 42 H5. Problemas con el consumo de sustancias ad¡ctivas.. 44 H6. Trastorno mental grave ............................................. 46 H7. Psicopatía .................................................................. 48 H8. Desajuste infantil...................................................... 50 H9. Trastorno de personalidad ......................................... 52 H1O. Incumplimiento de la supervisión ........................... 54 iii
  • 4. -- - -, ­- -, Ítems clínicos .................................................................. 59 C1. Carencia de introspección ......................................... 60 ­ C2. Actitudes negativas ................................................... 62 C3. Presencia activa de síntomas de trastorno mental -, C5. grave ................................................................................ 64 C4. Impulsividad ............................................................. 66 ­-, No responde al tratamiento ....................................... 68 -, Ítems de afrontamiento de situaciones de riesgo ........ 73 ­.... Rl. Ausencia de planes de futuro viables ........................ 74 ­ R2. Exposición a factores desestabilizantes .................... 76 ­ R3. Carencia de apoyo social .......................................... 78 -. ­ R4. Incumplimiento a los trataminetos prescritos ........... 80 ­ RS. Alto nivel de estrés experimentado ........................... 82 ­- Comentarios finales ....................................................... 85 r' - Bibliografia ..................................................................... 89 - .... -, HCR-20 .......................................................................... 109 ,"" - - _.' -' - ...., - #h>~, - - -' - - "'", - ,... - .... - - )/"o. - -- -, -, IV .- -
  • 5. Prefacio a la edición en español La relevancia de la violencia, en cualquiera de sus múltiples tipos y fonnas (doméstica, sexual, interpersonal, etc.), genera una enonne preocupación en todas las sociedades modernas donde el grado de desarrollo y bienestar convierte a este fenómeno, a veces calificado de pandemia, en una causa grave y extendida de numerosos problemas de salud y deterioro de la convivencia. Las autoridades legislativas y los gobiernos, conscientes de este problema, reclaman a los pro­ fesionales de la criminología, el derecho, la sociología, la medicina y la psicología intervenciones eficaces para reducir y controlar la violencia en todas sus manifestaciones. Recientemente la OMS (2002) ha publicado un infonne del estado mundial de las relaciones entre violencia y salud. En él se destaca la necesidad de una intervención profesional continuada y de una decidida acción de los gobiernos para reducir este problema. Pero la garantía de una intervención eficaz para reducir la violencia está en relación directa con el conocimiento riguroso de las causas y los mecanismos que la producen. Pero este conocimiento es todavía hoy escaso, fragmentario y compartido entre muchas disciplinas. En general se considera que la violencia es un conjunto de estrategias por medio del cual los individuos, a veces en solitario otras veces en grupo, tratan de imponer su voluntad de poder y dominio sobre otros, utilizando para ello tácticas comportamentales que producen daño o malestar en las víctimas, cualquiera que sean las condiciones personales de las mismas. Esta violencia adquiere mayor gravedad cuando sus efectos son muy dañinos y, por ello, la mayoría de países tienen legislaciones penales para su control. Además de las intervenciones legislativas, necesarias de todo punto para controlar este fenómeno se precisa de estrategias preventivas y predictivas. Las primeras para evitar en lo posible y en toda la población la generalización de las conductas violentas y las segundas para intervenir eficazmente en la comisión de violencia por parte de agresores conocidos o en riesgo de con- v
  • 6. - - - - - - - -- vertirse en agresores. Es en el contexto de la predicción de la ­- violencia donde el HCR-20 tiene un papel destacado. Desde ya hace mucho tiempo, para lo que hoyes un - mundo en constante avance tecnológico, el factor fundamental de predicción del comportamiento violento (muy extendida en el ámbito forense y criminológico) ha sido la llamada - "peligrosidad", tanto en su vertiente criminal como social. Esta variable, recogida en la legislación penal vigente, es básicamente un estado patológico o quasi-patológico que - condiciona la probabilidad de que el individuo, habitualmente un enfermo mental o con un trastorno de personalidad, cometa acciones violentas graves. Naturalmente la apreciación de este estado, al menos técnicamente, recae sobre profesionales de la salud mental y otros relacionados tales como los médicos forenses, los técnicos penitenciarios, criminólogos y hasta en algunas ocasiones los propios policías y agentes de la .... - - - seguridad. Basándose en la estimación de esta "peligrosidad" los técnicos hacen juicios del riesgo futuro de violencia en estos individuos. Es lo que llamamos la predicción clínica del riesgo de violencia. Este tipo de predicciones, con ser necesarias, han demostrado a lo largo del tiempo una serie de limitaciones entre la que destaca la "sobre-estimación" del riesgo de violencia. Por diversas razones este déficit debe reducirse en aras a la más justa asignación de medidas de - ... - ' control en función del verdadero riesgo que los individuos - presentan de comportarse violentamente en el futuro. Frente a las estrategias clínicas de predicción de riesgo de violencia, basadas en la estimación clínica de la peligrosidad, hace ya unos 15 años aproximadamente un grupo de investigadores, entre los que destacan Ch. Webster, S. Hart - - y su equipo de la Universidad Simon Fraser de Vancouver _. (British Columbia, Canadá), entre otros y siguiendo los orientaciones de Paul Meehl (1920-2003) experto psicólogo de - la Universidad de Minnesota, adoptaron una técnica de pre­ ...' dicción novedosa para valorar el riesgo de violencia que se denomina "actuarial". La técnica actuarial, propia de la predicción de riesgos en otras disciplinas como la ingeniería, - -, - la economía, la meteorología y la sismología, enfatiza el - - - - vi - - ...' -
  • 7. registro continuado e histórico de aquellos sucesos que pueden considerarse factores de riesgo de comportamientos violentos futuros. Trabajando, principalmente con pacientes psiquiátri­ cos y delincuentes violentos, observaron que esta técnica era eficaz y utilizable en la práctica profesional y propusieron combinarla con las técnicas clínicas de identificación de la peligrosidad. Mediante esta técnica de predicción combinada, clínico-actuarial, se reduce la sobre-estimación del riesgo, propia del juicio clínico y por tanto se mejora esta tarea profesional de forma notable. El resultado de estos trabajos fue la creación, a lo largo de los años 90, de una serie de guias clínico-actuariales de predicción de riesgo de violencia entre las cuales destaca el HCR-20 que hoy presentamos. Desde su creación y publicación en 1995 el uso y expansión de la HCR-20 ha sido muy importante trasladándose rápidamente desde Norteamé­ rica hasta Europa y muchos otros países y junto con ella otras guías de predicción de riesgos de violencia más específicos (SVR-20, riesgo de violencia sexual; SARA riesgo de vio­ lencia de pareja, etc.). Ahora tenemos la satisfacción de presentar la edición española de la HCR-20 para su uso profesional en España. La adaptación de esta guía de predicción del riesgo de comportamientos violentos para su uso en contextos forenses, criminológicos, penitenciarios y psiquiátricos aporta a los profesionales un nuevo instrumento técnico, de reconocido prestigio mundial por su eficacia, del cual estábamos necesitados en España. El Grupo de Estudios Avanzados en Violencia de la Universidad de Barcelona obtuvo de los autores el permiso de traducción y adaptación del HCR-20 para España y gracias a la fmanciación obtenida por este grupo en el Ministerio de Ciencia y Tecnología (SEC2001-3821­ C05-01), se pudo llevar a cabo este trabajo que culmina con la publicación, a cargo de la editorial de la Universidad de Barcelona, de esta guía de predicción del riesgo de violencia. Esta edición garantiza, por convenio, que los beneficios obtenidos de su comercialización se reinviertan en la investigación y desarrollo de los procedimientos de predicción vii
  • 8. -- - - - - de violencia para su mejora y modernización constante. En el trabajo de preparación y edición de esta guía quiero destacar la labor de Ed Hilterman que aportó a esta edición española, su - ­ experiencia en la versión holandesa del HCR-20 y que ha -. colaborado en la adaptación definitiva de esta guía. Así mismo - quiero agradecer a Magali Martínez, Meritxell Pérez, Karin Arbach y Santiago Redondo, miembros del GEAV su colaboración en las distintas fases de elaboración de este proyecto. Por último destacar mi agradecimiento, también, al director de Publicacions i Edicions de la UB, Sr. J. Duran, el apoyo y la confianza prestados para la edición de esta guía. - DR. ANTONIO ANDRÉs PuEYO Director del GEAVIUB - - - -, - - - - - - - - -, -, ­ - -, - - - - - - - - viii - -, - - - - -
  • 9. Prefacio En su forma originaria, el HCR-20 surgió de consideraciones prácticas que realizó la Comisión de Servicios Forense-Psiquiátricos de British Columbia (Canadá). Los clínicos responsables de los pacientes forenses, tanto internos como externos, se plantearon de qué maneras se podría aplicar la evaluación de riesgo de forma sistemática. El resultado de este planteamiento es el HCR-20. Los profesionales e investigadores, de distintas disciplinas en el ámbito de la Salud Mental, trabajaron conjuntamente en la elaboración de un protocolo aplicable. Quisiéramos agradecer particularmente la cooperación de los Drs. Phil Adilman, Randy Atkinson, Michael Coles, Mel Dilli, Murray Jackson, Gwen Laws, Mark Levy, Emlene Murphy, Kulwant Riar, y Elisabeth Zoffman; también a Jim Broome, Graham MilIs, Michael Quinn, y Heidi Worsfold. Así mismo, el Dr. Dan Bilsker es reconocido aquí por aportar una perspectiva desde el servicio de emergencia psiquiátrica ('psychiatric emergency service') del Hospital y del Centro de las Ciencias de la Salud de Vancouver. Agradecemos a Tonia Nicholls y Dianne Macfarlane por su trabajo de edición. Desde su publicación en 1995, hubo una demanda considerable del HCR-20. Esto fue especialmente sorpren­ dente teniendo en cuenta el hecho de que los autores no hicieron esfuerzo sistemático alguno en anunciar la dispo­ nibilidad del documento. También hemos recibido algunas solicitudes de permiso para incluir la esencia del esquema en otros libros. A lo largo del camino empezamos formando equipos de trabajo con colegas de otros países. Actualmente, se están llevando a cabo proyectos específicos en los servicios penitenciarios y de salud mental de Suecia por el Dr. Henrik Belfrage en el Hospital Psiquiátrico-forense de ViixjiS y por los Drs. GiSran Fransson y Eric SOderberg en el Hospital Psiquiátrico-forense de Sundsvall. El Dr. Rüdiger MüIler­ Isberner ha iniciado trabajos similares en Alemania, en el Hospital Psiquiátrico-forense de Haina. Estos colegas han aportado opiniones importantes acerca de la definición y de la ix
  • 10. - - -. -. - - codificación de los factores de riesgo del HCR-20. - ­ Agradecemos especialmente al Dr. Belfrage, quien ha - trabajado con nosotros de cerca en la versión sueca del HCR­ - 20. Sus observaciones han sido muy útiles para la segunda ­ -~ versión del HCR-20. ­ -. Por otra parte, debemos nombrar también a dos colegas ­ ingleses. Nos sentimos endeudados con David Carson y Ged ­ Bailes. Ambos nos han ayudado a través de la discusión y ­ - ambos han contribuido en la elaboración de la versión del ­ HCR-20 conocida en el Reino Unido. ­ - La financiación de este proyecto se ha llevado a cabo generosamente a través de la Comisión de Servicios -, Psiquiátrico-forenses de British Columbia. También merece -, reconocimiento, en este sentido, el Hospital de Riverview de - Greater Vancouver por introducir los proyectos del HCR-20 en su servicio y por aportar un apoyo financiero -, añadido/suplementario. Agradecemos de manera especial a los - -, Drs. Webster, Eaves y Hart, por su apoyo desde la British - Columbia Health Research Foundation. Esta ayuda nos ha permitido poner a prueba la fiabilidad y la validez del HCR-20 en un estudio realizado en el Instituto Psiquiátrico Forense de -, Great Vancouver. ­ Merecen especial mención dos colegas canadienses. El - _ _o Dr. P. RandaIl Kropp de la British Columbia Forensic Psychiatric Services Comission nos influyó enormemente con ­ su trabajo con la Spousal Assault Risk Assessment Guide ­ (Kropp, Hart, Webster y Eaves, 1994, 1995). Así mismo, al ­ - Dr. Douglas Boer del Servicio Penitenciario de Canadá (Región del Pacífico) por ofrecernos sus consejos y ayuda. El HCR-20 es claramente un trabajo en progreso. ­ Nuestro propósito primario de esta revisión del manual es - -, hacerlo más ameno a la hora de utilizarlo, aclarando los ­ - -, -.. procedimientos de administración y codificación. En nuestra propia investigación estamos evaluando la fiabilidad interratio y la validez predictiva del HCR-20. Así mismo, estamos ­ recogiendo datos normativos acerca de la prevalencia de los ­ - factores de riesgo en distintas muestras, incluyendo pacientes ­ - tanto civiles como psiquiátrico-forenses y delincuentes de los - - x - - - -
  • 11. centros penitenciarios. Tenemos planeado incluir los resultados de esta investigación en versiones futuras. Así mismo en el futuro, esperamos abordar dos cuestiones clínicas importantes: primero, la manera más adecuada de emplear el HCR-20 en la elaboración de programas de gestión del riesgo (por ejemplo, estrategias de intervención y de supervisión); y segundo, disponer de un esquema para la comunicación oral y escrita de los resultados de la evaluación del riesgo y los de los programas de gestión del riesgo (por ejemplo, la realiza­ ción de ínformes y el testimonio experto/especializado). Otro plan para el futuro es el de elaborar un conjunto de dispositivos de evaluación de riesgo para propósitos específicos. Por ejemplo, hemos publicado ya la segunda edición del Spousal Assault Risk Assessment Guide (SARA; Kropp et al., 1995; ver Kropp y Hart, 1997, para más información). Hay otro instrumento disponible, diseñado para evaluar la delincuencia sexual, el Sexual Violence Recidivism­ 20 (SRV-20; ver Boer, Wilson, Gauthier y Hart, 1997). Por último, Polvi (1997) ha desarrollado un instrumento para evaluar el riesgo de suicidio en la población penitenciaria. Debe quedar claro que nuestro objetivo de adelantar estos dispositivos es, en parte, el de ofrecer la posibilidad de crear un contexto de trabajo para la investigación futura tan necesaria de la fiabilidad y la validez de dichos dispositivos, pero también el de promocionar la discusión entre los profesionales clínicos y entre éstos y los investigadores. Vemos en este ámbito la necesidad de lograr, de manera seria, una coherencia conceptual y una comprensión detallada de algunos términos particulares. En general, parte de nuestro objetivo es promover la discusión en esta área crítica e importante y, como siempre, agradecemos cualquier comen­ tario que provenga de los profesionales clínicos y de los investigadores que pudieran ayudarnos a mejorar el HCR-20. xi
  • 13. HCR-20 Visión de conjunto Visión de conjunto Introducción Integrar la investigación sobre predicción de la vio­ lencia y la práctica clínica de la evaluación de la peligrosidad es un reto que se planteó en los años 90, hasta entonces se desconocian mútuamente. En la actualidad todavía se rela­ cionan muy escasamente. La investigación no influye de manera apreciable en la formación de los psiquiatras, psicólogos y otras profesiones penitenciarias o de la salud mental. A veces, observando la actuación de los profesionales de la salud mental en los tribunales, es dificil evitar preguntarnos porqué los clínicos no se dotan a si mismos de un conocimiento de fácil obtención como es el de la investigación en predicción de la violencia. Otras veces, hablando con los investigadores, es igualmente evidente que tienen poco conocimiento acerca de la complejidad clínica y las dificultades prácticas inherentes a la evaluación del riesgo. Esta guía se creó a partir de discusiones con expertos clínico­ forenses y por medio de la revisión de los hallazgos disponibles de investigaciones recientes en este campo. Esta guía es un intento de unificar las bases de la evaluación del riesgo, teniendo en cuenta las urgencias temporales y otros obstáculos prácticos que tienen que enfrentar los clínicos que trabajan en los contextos psiquiátrico, forense y penitenciario. La HCR-20 es una guía para la valoración de riesgo y no un test psicológico formal. Esta introducción contiene: • los fundamentos del HCR-20 basándose en la investigación a partir de la cual se desarrolló. Se remite al lector a otras fuentes más específicas para una discusión rigurosa de los estudios que funda­ mentan el HCR-20, aquí solamente se presenta un breve resumen; • se presenta el objetivo y propósito del HCR-20 y algunos principios generales para realizar predic­ ciones precisas.
  • 14. - - - - -- - - - - - -- - - -- - - HCR-20 Visión de conjunto - -. - • presentamos detalles acerca de la administración del HCR-20 tales como: los códigos del HCR-20; la defmición de violencia. En las secciones que aparecen a continuación, se presentan los 20 ítems individuales que componen el HCR-20, -.. y sus respectivas agrupaciones en subescalas: histórica, clínica - _. - y de gestión de riesgo. En cada ítem hay una breve descripción de la literatura relevante y un esquema de codificación del ­- mismo. En el apéndice se presenta un ejemplo de la hoja de - -. codificación del HCR-20. _. - Los fundamentos del HCR-20 .. El propósito de este apartado es proporcionar al lector _ - - una breve revisión de la investigación subyacente al HCR-20. Para una revisión más completa los lectores interesados pueden consultar la primera versión del HCR-20 (Webster, ­- -.. Eaves, Douglas y Wintrup, 1995), así como otros documentos y publicaciones (Borum, 1996; Douglas y Webster, 1999; Monahan, 1996; Monahan y Steadman, 1994; Mossman, 1994; Otto, 1992, 1994; Quinsey, 1995; Rice, 1997; Webster, Harris, - Rice, Cormier y Quinsey, 1994). A continuación se presenta ­ una introducción general de la investigación publicada. Las referencias que se citan más adelante están relacionadas con cada ítem particular del HCR-20. Para obtener más informaciones acerca del HCR-20 y su lugar en el ámbito - _. - general de la valoración de riesgo los lectores pueden remitirse a la revisión de Borum (1996), publicado en el American Psychologist. Desde hace más de 25 años se sabe muy bien que es ­ extremadamente dificil predecir las futuras conductas - - violentas en personas que sufren trastornos mentales o de personalidad (Ennis y Litwack, 1974; Steadman y Cocozza, 1974). Una razón que justifica esta dificultad es que la existencia de un trastorno mental puede no estar estrechamente - - - 2 - _. - -
  • 15. HCR-20 Visión de conjunto relacionada, ni directa ni claramente con la violencia (Monahan, 1992; ver también Swanson, 1994, sobre la relación entre violencia y enfennedad mental, y Douglas y Hart, 1996, en cuyo meta-análisis se estima una asociación sustancial entre ambos elementos). Hasta la fecha muchos estudios han fracasado en demostrar la existencia de relaciones estrechas entre juicios clínicos bien definidos y los comportamientos reales (ver Menzies y Webster, 1995). Inminentes psiquiatras como lo es Alan Stone (1985) y también organizaciones tan influentes como la American Psychiatric Association (1981) han influido en los clinicos para estar en contra de asumir el papel importante en las evaluaciones de peligrosidad. Algunos psicólogos importantes han argumentado en revistas prestigiosas como la revista Science que los trabajadores en salud mental no tienen el estatus de expertos, ante los tribunales, con respecto de la valoración de riesgo de violencia (Faust y Ziskin, 1988). A pesar de que en los años 60 y 70 existía un sentimiento de pesimismo acerca de la competencia clínica en materia de realizar predicciones rigurosas sobre la violencia, sin embargo, los clínicos e investigadores de los años 80 y 90 han estado más, y no menos, preocupados con el tema de la predicción de la violencia (ver Douglas, Macfarlane y Webster, ]996 para una ampliación de este problema). Existen distintas razones para este renovado interés por el tema de la predicción de la violencia. • En 1981 el libro de Jobo Monahan sobre la predicción de la conducta violenta (Predicting Violen! Behavior: An Assessment o/ Clinical Techniques) tuvo un enonne impacto. Allí el autor enumeró algunas de las dificultades inherentes a la investigación en esta área. Algunos estudios posteriores al de Monahan (1981, 1984, 1988) han sido metodológicamente superiores. Este libro no aportaba datos concluyentes pero presentaba numerosas mejoras en los procedimientos para la estimación de la peligrosidad y proponía el uso de métodos más sensibles y rigurosos en la fonnulación
  • 16. - - Visión de conjunto de las estimaciones. Sería de gran interes averiguar ­- cuánta información importante aportará el estudio de -~ - _. MacArthur sobre la valoración del riesgo aún sin finalizar (ver Monaban y Steadman, 1994; Steadman et al., 1994), el estudio prospectivo de predicción de ­- violencia más sistemático de los realizados hasta el presentel . ­ • Los cambios surgidos en el marco legal de Canadá y de los Estados Unidos demandan la elaboración de -. un mayor número de evaluaciones del riesgo y, por ­ lo tanto, los servicios de salud mental han estado cada vez más implicados en esta tarea (Douglas et - al., 1996). ­ • Hay un desplazamiento paradigmático emergente - ­ que va de la conceptualización de "predicción de ­- peligrosidad" a la de "valoración del riesgo" (Castel, 1991; Menzies, Webster y Hart, 1995), ampliando el objetivo de la valoración e incluyendo considera­ ciones de tipo situacional, social y del entorno. El - -­ hecho de que muchos tipos de estas variables se - - escapan del control directo de los clínicos, ha influido en realizar juicios acerca de la peligrosidad de forma probabilística, en vez de hacerlo de forma dicotómica (sí/no), lo que restringiría la responsabilidad civil y legal de los evaluadores. De - este modo la predicción del riesgo se convertirá en ­ algo más laborioso. • Finalmente, aunque algunos profesionales de dis­ tintas disciplinas muestran una aceptación conver­ gente entre los distintos factores que consideran - importantes a la hora de formular predicciones, hay ­ muchas evidencias de que estos mismos clínicos son muy variables en el rigor de sus predicciones ­- (Menzies y Webster, 1995). - L (Pie de página de los traductores) Mientras tanto los resultados de este estudio han sido publicados: ver entre otros Steadman, Mulvey, Monahan et. al. (1998), Monahan, ­- Steadman, Silver, et. al. (2001). - - _. 4 ­ - -
  • 17. HCR-20 Visión de conjunto Se ha escrito mucho acerca de los tipos de variables que se presupone están implicadas en la conducta violenta, tanto en referencia a pacientes como a presos que sufren trastorno mental (Hall, 1987; Hodgins, 1992; Megargee, 1976; Monaban, 1981; Monaban y Steadman, 1994; Mulvey y Lidz, 1984, 1995). Existe un consenso general de que los evaluadores deberían iniciar la tarea de predecir la conducta futura teniendo en cuenta y de forma rigurosa los factores biográficos o estáticos, como por ejemplo la edad, los antecedentes en conductas violentas, etc. (Harris, Rice y Quinsey, 1993; Monaban, 1981; Shab, 1978). Una vez hecho esto, deberían ocuparse de los factores clínicos y situacionales. Estudios recientes, de gran calidad metodológica, han sido de una importancia relevante en la identificación de los factores de riesgo incluidos en este modelo que presentamos (ver, por ejemplo, Harris et al., 1993; Lidz, Mulvey y Gardner, 1993; Menzies, Webster, McMain, Staley y Scaglione, 1994). Este modelo se ha basado en el estudio de Monaban (1981), así como su posterior colaboración con Steadman (Monaban y Steadman, 1994). El lector interesado en más datos puede consultar la primera versión del HCR-20 (Webster et al., 1995) entre otras fuentes (Douglas y Webster, 1999; Monaban y Steadman, 1994; Mossman, 1994; Otto, 1992, 1994; Polvi y Webster, 2000; Webster et al., 1994; Webster, Douglas, Eaves y Hart, 1997). Objetivo y propósito Para delimitar el objetivo de esta guía es necesario concretar algunas cuestiones. Esta guía debe restringirse, principalmente, a los contextos en los que hay una alta proporción de personas con historia previa de conductas violentas y con una alta probabilidad de padecer un trastorno mental o de la personalidad. Esperamos que el HCR-20 sea útil para la psicología forense, la psiquiatría y la psiquiatría forense y otras disciplinas relacionadas, así como para la toma de decisiones por parte de las autoridades penitenciarias y
  • 18. - - - - - - _H-'C_R_--'20'---___________.. Visión de conjunto -. medico-asistenciales. Aunque los principios y los métodos ­- - expuestos tengan una aplicabilidad limitada en otros - contextos, los autores piden precaución en el uso de este manual y sugieren que su principal valor radica en los ­ principios generales adoptados y no en su detalle. - La intención de los ha sido desarrollar autores un Dadas las exigencias de la práctica clínica constructos. - administrativa, modelo complicado tendria y un pocas - manual basado en un número manejable de ítems y - posibilidades de éxito. Nuestra guía primordial fue elaborar un manual estrechamente relacionado con el conocimiento - - - científico disponible y organizado en torno a unas pocas, pero - - importantes, ideas interdisciplinares, definido con la suficiente - - precisión como para poner a prueba los distintos ítems, siendo descrita de manera que suscite su aplicación en una variedad de contextos, y poder dotarle de eficacia relacionada con sus restricciones temporales. Actualmente, el HCR-20 debe entenderse como un pro­ ­- tocolo de análisis de la situación y, también, como un Instru­ mento de investigación. La intención de los autores es su refmamiento y su desarrollo en el tiempo hacia una escala estandarizada. Cuando se utilice, el HCR-20 debe emplearse con gran precaución y consultando con los autores u otros colegas familiarizados con este tipo de protocolos de predicción y similares. _. - ... - - ...... - - - - - - -. - - - -
  • 19. HCR-20 Visión de conjunto Principios generales para mejorar la precisión de las predicciones A continuación se presentan algunas formas de mejorar la precisión en la estimación. Los lectores también pueden consultar a Monahan (1981), Webster, Dickens y Addario (1985), Webstery Polvi (1995), y Webster et al. (1994). Puntos de atención antes de empezar con la valoración de riesgo • Pon atención al contexto de la valoración del riesgo. Las opiniones acerca del riesgo existente en un conjunto dado de circunstancias (por ejemplo, riesgo de violencia en la comunidad) podría tener una utilidad limitada en otro contexto (por ejemplo, la violencia en las instituciones). • Estas evaluaciones no se deben realizar si los clínicos que deben hacerlas son conscientes de sus carencias y limitaciones en la formación/experiencia necesarias para llevar a cabo dichas valoraciones. • Los sesgos personales y profesionales en este tipo de valoraciones se deben eliminar, en la medida de lo posible. Por ejemplo, los clínicos que han asistido a pacientes en programas psicoterapéuticos deberían rehusar y no hacer valoraciones de riesgo en dichos pacientes o internos. El mismo proceso de evaluación podria generar una "construcción" de la peligrosidad (Menzies, 1989; Pfohl, 1978), en la que ciertas pun­ tualizaciones inocentes, realizadas durante la entrevista, podrían producir sesgos no justificados, y quizás las teorías idiosincrásicas de los evaluadores podrían influir en la evaluación y provocar la pérdida de su validez. • También debería asegurarse que las valoraciones se realizan bajo las condiciones adecuadas para este tipo de valoraciones. Las valoraciones muy precipitadas, o aquellas basadas en una información parcial, sugieren una falta de precisión.
  • 20. -- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - HCR-20 Visión de conjunto Al finalizar este primer paso, decidir si se debe o no llevar a cabo la valoración, hay que seguir ciertas recomendaciones. Puntos de atención durante el cumplimiento de valoración de riesgo -­ - • Las realidades legales y procesales que rodean la valoración podrían afectar el rigor de la misma. Por ejemplo, podria ser dificil para los evaluadores ­ - realizar estimaciones rigurosas si no es posible juzgar bajo qué condiciones (de acuerdo con las instancias de excarcelación) los individuos podrán ser liberados de los cargos o de la encarcela­ ción/puestos en libertad. • El conocimiento científico en que se basa la valo­ ración debe ser constantemente actualizado. La no­ ción temprana de que la violencia se pueda predecir - - - realmente a partir de la "tríada" de factores tales como la enuresis infantil, la piromanía y la crueldad hacia - los animales (ver Hellman y Blackman, 1966) parece ­ carecer del apoyo en la investigación contemporánea. -~ - - Incluso es discutible la opinión oficial actual, tal y como ha expresado la cuarta edición del Diagnostic and Statistical Manual ofMental Disorders (DSM-IV; American Psychiatríc Association [APA], 1994), de que las personalidades antisociales pueden "des­ vanecerse" con la edad (Arboleda-Florez y Holley, - 1991), y esto es especialmente importante cuando se trata de sujetos con psicopatía (Hare, McPherson y Forth, 1988; Harris, Rice y Cormier, 1991). - - - • Las valoraciones de riesgo deben llevarse a cabo de acuerdo con algunos modelos o instrumentos bien conocidos (ver Hall, 1987; Kropp et al., 1994, 1995; Webster et al., 1994). La razón principal es ofrecer el mejor servicio posible a los individuos evaluados y, en consecuencia, realizar valoraciones precisas hechas de manera ética y responsable. Aunque a _. ningún esquema se le debería otorgar el calificativo - -
  • 21. HCR-20 Visión de conjunto de definitivo, la adherencia a uno o más esquemas pennitirá asegurar que los aspectos más obvios no queden sin explorar o sean minimizados. • El esquema particular adoptado en la valoración debería corresponder, en la mayor medida posible, al tipo de población al que pertenece el individuo evaluado. • Un aspecto adicional, a utilizar siempre que sea viable, es que se debe estimar la tasa-base de violencia en las poblaciones pertinentes. Es importante que esta tasa­ base, que podría ser más bien baja en detenninadas poblaciones, se utilice en la predicción de riesgo. Las predicciones del riesgo deben establecerse en relación a la tasa base de violencia en una población particular (por ejemplo, riesgo bajo, moderado o elevado en relación a otros internos correccionales).
  • 22. - - -~ - HCR-20 Visión de conjunto Puntos de atención relacionados con el tipo de factores de ­- riesgo ­- • Se debe dar particular importancia a los factores de riesgo históricos, que permitirán ciertas modifica­ ciones, como las que podrían sugerir los análisis de - -. los factores clínicos y situacionales. La información históríca, las puntuaciones y el peso de cada uno de los ítems deben verificarse y revisarse. ­ • La revisión cruzada es fundamental en cada paso del ­ proceso de valoración del riesgo (Cormier, 1994) y esto vale también para la información obtenida en la ­ entrevista. 1. Muchas veces es necesario contactar amigos y familiares del individuo evaluado para obtener - estos datos (Lidz et al., 1993). -. - 2. Es necesario tener acceso al expediente completo - del individuo evaluado. -' 3. Es también vital evaluar la simulación de ­ enfermedad y el probable engaño (Rogers, 1997), ­ del sujeto evaluado. • La información a registrar en la valoración debe ser relevante para el propósito a conseguir. Tienen un ­ gran interés las exploraciones médicas, neurológicas ­ y de cualquier otro tipo. Sin embargo, aunque estas ­- investigaciones aportan datos rigurosos indiscutibles, no tienen mucha utilidad en la predicción de la violencia (Haynes, 1985). • Otro peligro potencial es el de la sobreestimación de - algunos factores. Por ejemplo, la imagen de un - individuo durante la entrevista (aunque es frecuen­ - temente informativa) podría ser engañosa si se ­ exagera a expensas de otras consideraciones biográ­ ficas, clínicas y situacionales. Un segundo ejemplo - ­ sería la confianza excesiva en la historia de un ¡a.. - trastorno mental grave de un individuo. Esto por sí solo tiene una utilidad predictiva limitada. Aunque algunos diagnósticos (por ejemplo, la esquizofrenia) ­- están relacionados con un nivel elevado de actos - 10 ­- -, - -
  • 23. HCR-20 Visión de conjunto violentos potenciales, es también importante evaluar la sintomatología actual que el sujeto presenta en el momento de la valoración (Douglas y Hart, 1996; Link Y Stueve, 1994; Monahan, 1992; Monahan y Steadman, 1994). Existen pocas evidencias de que los criterios del DSM-IV (o DSM-IlI, o DSM-IIl-R, etc.) estén fuertemente asociadas con la conducta violenta. Incluso trabajadores expertos en salud mental pueden fácilmente sobre-estimar o sobreva­ lorar la conexión entre violencia y trastorno mental (Quinsey, 1981; Teplin, Abram y McClelland, 1994). Puntos de atención relacionados con la fmalización de la valoración • Las predicciones deben formularse en términos específicos y para períodos concretos y limitados de tiempo. Así mismo, se deben explicitar los tipos diferentes de resultados posibles. Ofrecer predic­ ciones genéricas de violencia y poco defmidas a largo plazo significa, que de alguna manera, las predicciones se cumplirán. Podría ser de mayor utilidad y más riguroso hacer predicciones a corto y a largo plazo indicando que factores podrían contri­ buir o mitigar el riesgo en cada fase/estadio (factores de riesgo y de protección). • Habría que promover las predicciones condicionales (Mulvey y Lidz, 1995). • Así mismo, las predicciones no se deben formular en términos de sí/no, sino en términos probabilísticos (Webster, 1984). • En casos particularmente dificiles o inusuales se requerirán segundas opiniones. Los colegas son capaces de ofrecer nuevas perspectivas o de clarificar factores que podrían ayudar a entender cuestiones que quizás antes no eran tan evidentes respecto a la estimación. Aunque en algunas circunstancias sería necesario partir de un esquema
  • 24. -- - HCR-20 Visión de conjunto de valoración actuarial, es importante que esta - ­ decisión se acompafte de una justificación completa. .... Puntos de atendón reladonados con el informe de la .... valoración - Para la comunicación de los resultados de la evaluación, - es importante que los informes se elaboren de manera que se - minimicen posibles errores de interpretación por parte de los tribunales, junta/consejo de revisión, junta/consejo de libertad _. condicional y similares. La estructura recomendada es man­ ­ tener la organización en pasado, presente y futuro del HCR-20 - - en la elaboración de los informes. Entonces la estructura del informe estará formada por cuatro apartados: 1. La sección «histórica" que incluye una revisión de la ­ frecuencia de delitos, el historial criminal, ­- psiquiátrico, familiar, educativo y vocaciona~ y cualquier otra información biográfica relevante. 2. La sección "clínica" incluye una descripción del ­ estado mental del individuo en el momento del inci­ dente o delito, así como del diagnóstico actual, los - factores sintomatológicos y otros factores clínicos .... relacionados con el riesgo. - 3. La sección "gestión del riesgo" sugiere normalmente un plan de tratamiento y proporciona indicaciones ­ acerca de qué servicios y apoyos deben estar -.. disponibles para el individuo si se quiere mantener el ­ riesgo de violencia dentro de unos márgenes aceptables. 4. La valoración de riesgo: El informe concluye con - una sección de resumen de la valoración del riesgo, que debe basarse en un análisis similar al que se ­- ofrece en las siguientes páginas y se debe describir ­,....", con suficiente detalle la lógica inherente a la decisión especialmente para que ésta se entienda por parte del ­ destinatario del informe. La valoración, realizada en términos probabilísticos, debería: • Estipular los periodos de tiempo para los cuales ­- se pretende predecir; - - - - .... -
  • 25. HCR-20 Visión de conjunto • Describir cómo la predicción puede variar con circunstancias situacionales altemdas; • Las tasas base de violencia en las muestms pertinentes. En el HCR-20, se hacen preferiblemente juicios proba­ bilísticos del tipo "bajo", "moderado" y "elevado", en lugar de proporcionar porcentajes exactos que por lo geneml no son fáciles de justificar. Organización del HCR-20 El HCR-20 es un check-list (lista de chequeo) de factores de riesgo del comportamiento violento. Se compone de 20 ítems, organizados en 10 factores del pasado ("históricos"), 5 variables presentes ("clínicos") y 5 aspectos del futuro ("de gestión de riesgo") (ver Figum 1). Un aspecto importante del HCR-20 es que incluye variables que detectan consideraciones relevantes pasadas, presentes y fuíums. Los factores biográficos/históricos, o estáticos, tienen tanto peso como la combinación de los factores clinicos presentes y las variables de afrontamiento futuro a las situaciones de riesgo. Esta organización del HCR-20 se ha propuesto a partir de la revisión de la literatura que aparece descrita en la primera versión del HCR-20 (Webster et al., 1995) y en otras publicaciones (ver especialmente Douglas y Webster, 1999; y Webster et al., 1997).
  • 26. - - - HCR-20 Visión de - Figura 1. Los ítems del HCR-20 (De acuerdo con lo que aparece más tarde) Afrontamiento del Histórico Clinico riesgo (Pasado) (Presente) (Futuro) H1. Violencia previa H2. Edad del primer Incidente violento H3. Relaciones inestables de pareja H4. Problemas relacionados con el empleo H5. Problemas con el consumo de sustancias adictivas H6. Trastorno mental grave H7. Psicopatía H8. Desajuste infantil Hg. Trastomo de personalidad H10. Incumplimiento de supervisión C1. Carencia de introspección C2. Actitudes negativas C3. Presencia actual de síntomas de trastorno mental grave C4. Impulsividad C5. No responde al tratamiento R1. Ausencia de planes de futuro viables R2. Exposición a factores desestabilizantes R3. Carencia de apoyo social R4. Incumplimiento a los tratamientos prescritos R5. Alto nivel de estrés experimentado - -, ­- - - - - - - -, -, - - - -, - - - -. - - -' -, ­- _. - - .....' - - -, - - - -
  • 27. HCR-20 Visión de conjunto Investigación sobre el HCR-20 A continuación ofrecemos algunos datos de la investigación sobre el HCR-20, que finalizó en el mes de mayo de 1997. Actualmente hay un número de proyectos de investigación, de gran alcance, en marcha en contextos penitenciario, forense y psiquiátrico general. Algunos de ellos son de naturaleza prospectiva y proporcionarán una mejor estimación de la utilidad del HCR-20 de la que disponemos en este momento. Contexto penitenciario. Douglas, Webster y Wintrup (1996) investigaron la fiabilidad inter-observadores y la validez concurrente de los ítems biográficos y los clínicos del HCR-20 (versión 1) en una muestra de 72 reclusos canadienses de una prisión federal. Todos los datos se codificaron retrospectivamente a partir de archivos. La correlación de Pearson entre los dos observadores para la combinación las dos subescalas fue de +.80. Las puntuaciones en este estudio alcanzaban como máximo los 30 puntos, en lugar de 40, debido a la exclusión de los factores R. La correlación entre la escala histórica y el número de condenas por violencia previa (para ello se excluyó del análisis el Ítem Hl de ''violencia previa") era de +.52. Entre la escala clínica y el ítem de violencia previa, la relación era más débil aunque moderada, con una correlación de +.31. La relación de ambas escalas juntas con la violencia previa correlacionaban en un valor de +.44. Las dos escalas del HCR-20 también correlacionaron con las puntuaciones de los 20 ítems del Check-list de Psicopatia (versión revisada) de Hare (PCL-R; Hare, 1991), y con el Risk Assessment Guide (RAG; Harris et al., 1993), que luego se convirtió en el Violence Risk Appraisal Guide (VRAG; Rice y Harris, 1995). Se encontró que la puntuación total del HCR-20 tenía una relación bastante consistente con VRAG (+.54) y con el PCL-R (+.64, excluyendo el ítem H7 de "psicopatía" del análisis). Se encontró la misma relación para la escala histórica (+.61 con el VRAG; +.54 con el PCL-R). 15
  • 28. - - - - - - ,­­ HCR-20 Visión de conjunto En cambio, no se encontró una relación tan fuerte entre la _. '­- - escala clínica y estas medidas (+.28 con el VRAG; +.47 con el PCL-R). El VRAG Yel PCL-R tenían entre sí una correlación de +.61. En relación a la violencia previa, la correlación era de +.44 para el VRAG, y de +.34 para el PCL-R. ­- Aunque esta investigación realizada en el contexto penitenciario no aporta normas genéricas para el HCR-20, sí muestra en cambio que el HCR-20 y la violencia están - - - - relacionados. Desde luego, esta relación se contrastó a partir de las correlaciones con la violencia previa y no con la ­- violencia futura. Así pues, este estudio no es una prueba de - gran valor acerca de la utilidad del HCR-20. De todos modos, ­ el HCR-20 se relaciona con la violencia al menos tanto como lo hacen VRAG y el PCL-R, los cuales han sido sometidos a - métodos de estudio más exhaustivos y comprensivos. Contexto psiquiátrico-forense. Wintrup (1996; ver también Douglas, Webster, Eaves, Wintrup, y Hart, 1996) evaluó retrospectivamente una muestra de 80 pacientes - - psiquiátrico-forenses que fueron puestos en libertad en 1986 de un hospital forense de alta seguridad. A todos los pacientes se les había evaluado con el PCL-R antes de ser puestos en libertad. El HCR-20 y el PCL-R correlacionaron justo por debajo de +.30 con varias medidas de violencia comunitaria posterior. Las puntuaciones del HCR-20 predijeron readmisión en el hospital forense (+.38) Y hospitalizaciones psiquiátricas subsecuentes (+.45). El PCL-R tenía una relación más débil con estas medidas de resultado, +.25 y +.36, respectivamente. - En este estudio las variables H tendían a superar las variables CyR. ­- - Contexto psiquiátrico-civil. Douglas (1996) codificó el HCR-20 y la versión 'screening' del PCL-R (PCL:SV; Hart, Cox y Hare, 1995) a partir de los archivos de 200 pacien­ tes psiquiátrico-civiles detenidos/retenidos involuntariamente. Todos estos pacientes fueron reinsertados en la comunidad y siguieron un programa de seguimiento de aproximadamente dos años. La violencia en la comunidad se midió a partir de la -, - 16 - - - -
  • 29. HCR-20 Visión de conjunto readmisiones en el hospital psiquiátrico, ingresos en las unidades de psiquiatría de más de una docena de hospitales generales de la región, y de contactos con las autoridades penitenciarias. La fiabilidad entre observadores se calculó a partir de un subconjunto aleatorio del 10% (n = 20) de los archivos. Para la escala H, la fiabilidad entre observadores, por medio de la correlación de Pearson, fue de .89; para la escala C, .72; para la escala R, .81. Para la escala completa del HCR­ 20, la correlación era de .82. La relación entre las puntuaciones totales del HCR-20, las tres puntuaciones de las escalas individuales, y la violencia se determinó utilizando los análisis de las curvas ROC: (Reeeiver Operating Charaeteristie: ver explicación en siguiente bloque de texto). En promedio, los tamafios del efecto oscilaban entre moderado y alto, y tendían a ser más altos para las medidas de crimen violento (como opuesto a toda violencia, violencia como parte de una re-hospitalización, etc.). Los análisis de regresión indicaron que las escalas H y R estaban relacionadas de manera más consistente con la violencia. Entre el HCR-20 y el PCL:SV, el HCR-20 supera al PCL:SV en cuanto a la sensibilidad del instrumento. En este estudio fue de particular importancia el hecho de que las puntuaciones de la escala e eran apreciablemente más altas cuando los individuos ingresaron en el centro que cuando a éstos se les dio de alta. Aunque este resultado era el esperado, indica la potencialidad de que el HCR-20 puede ser útil a la hora de evaluar la disminución del riesgo como resultado del tratamiento. Klassen (1996) utilizó los 10 Ítems de la Escala H y los 12 Ítems del PCL:SV para predecir la violencia entre los pacientes mientras están ingresados en un pabellón psi­ quiátrico de alta seguridad. Se trata de un estudio prospectivo de 50 pacientes. La violencia en la unidad de pacientes ingresados se estimó según el Overt Agresión Seale (OAS; Yudofsky, Silver, Jackson, Endicott y Williams, 1986). El OAS ofrece una puntuación objetiva de la agresión física y verbal. Con respecto a la consistencia interna de la escala H del HCR-20, Klassen reportó un a de Cronbach de .73, que se
  • 30. - - - - -- - - - - -- - - - HCR-20 Visión de conjunto considera adecuada. La fiabilidad entre observadores no fue evaluada. ""­ En lo que concierne a la relación entre la violencia y el HCR-20, las correlaciones entre los ítems de la escala H (con la exclusión de H9 de "trastorno de personalidad" por tener una correlación negativa con la violencia de -.34) y la violencia era alrededor de +.30 en diferentes medidas, - - controlando estadísticamente los efectos de la variable sexo. - En referencia a los ítems individuales, los de abuso de sustancias y psicopatía eran los ítems más fuertemente - - relacionados con la violencia. Por violencia se entendía actos de agresión verbal, auto-agresión y agresión hacia otros y hacia los objetos. El rendimiento del PCL:SV fue similar, con - - una correlación de +.26 respecto a la violencia en el pabellón. La segunda parte del PCL:SV, que mide los aspectos de ­- comportamiento de la psicopatía, tenía una relación ligera­ ­- mente más fuerte con los actos violentos en el interior del pa­ bellón del hospital (+.33) que las puntuaciones totales del PCL:SV y que las puntuaciones de la escala H del HCR-20. - Aunque todavía no hay una gran cantidad de datos acumulados, los datos de los que disponemos nos indican que el HCR-20 tendría una fiabilidad adecuada, asimismo el HCR-20 muestra una relación entre moderada y alta con el comportamiento violento en las instituciones y en la comu­ nidad, tanto en contextos penitenciario, psiquiátrico-forense y psiquiátrico-civil. Estas consideraciones se basan en el hecho .,.. - - de que los estudios de validación todavía están en fase de realización y otros nuevos a punto de iniciarse. -, - -, -­- - - -, - - 18 - -,­ - -
  • 31. HCR-20 Visión de conjunto Administración La investigación actual está revelando la necesidad de disponer de varias fuentes de infonnación a la hora de evaluar el riesgo. Así, los autores recomiendan un procedimiento similar a la estrategia de evaluación multi-método propia de la evaluación psicológica. Es necesario llevar a cabo una revisión a fondo y atenta de la información registrada en los archi­ vos disponibles. En general confiamos en que estos archivos contengan infonnes y notas de los psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales, de la policía, fiscales, enfenneras y de otros profesionales relevantes. Típicamente, esta infonnación nos servirá para disponer de una base para la entrevista y administración de pruebas al cliente.
  • 32. - - - - - - - HCR-20 Visión de conjunto En la mayoría de los contextos en que el HCR-20 tiene una aplicación previsible, el individuo debería estar disponible para entrevistarlo. Los lectores reconocerán que la situación legal en que se llevan a cabo muchas de las valoraciones del ­ riesgo puede inducir a revelaciones poco abiertas/comu­ nicativas por parte del cliente. Aún así, se recomienda que se lleven a cabo entrevistas detalladas, no sólo para obtener nueva información, sino también para evaluar las incon­ ­ sistencias entre lo que se sabe del sujeto y lo que éste hace - creer al evaluador. Esto en sí mismo se puede diagnosticar a ­ partir de distintos ítems del HCR-20, como por ejemplo el de - "actitudes negativas" (C2) o el de "no responde al trata­ ­- miento" (C5). Los evaluadores pueden desarrollar un esquema ­ estructurado o semi-estructurado para asegurar la consistencia de los datos. Esto es particularmente importante para los - -~ propósitos de estudios de investigación y desarrollo. - Recomendamos la utilización de auto-informes no corroborados por los evaluadores para ayudar en la codi­ ­- -, ficación de los ítems cuando el sujeto hace revelaciones "auto­ ­ incriminatorias", pero no cuando son "autopromo-cionadas", por las siguientes razones: en los contextos criminal y forense, ­ muchos individuos intentan minimizar la intensidad de las - agresiones hacia otras personas, el grado en que son ­ responsables de sus acciones negativas, y si han actuado de forma dañina en el pasado. Normalmente, hay pocas razones - por las cuales las personas exageran información negativa ­ sobre sí mismas, ya que supondría un agravamiento de la situación especialmente para ellas mismas. Por lo tanto, si los esto debe ser codificado en los ítems relevantes del HCR-20*. ­- Sin embargo, si niegan aquellos actos pasados, el evaluador no debe, sin evidencia que lo corrobore, codificar un ítem como si ­- esos incidentes violentos no existieran. Este aspecto del ­- método de la entrevista y de la codificación es semejante a aquel utilizado en la administración del PCL-R. -~ - -, - individuos admiten actos de violencia pasados no registrados, 20
  • 33. HCR-20 Visión de conjunto Los guiones de la entrevista clínica estructurada o semi­ estructurada pueden ayudar en la codificación de varios ítems del HCR-20 referentes al trastorno mental, al trastorno de personalidad y al abuso de sustancias ad¡ctivas. De manera similar, la utilización de inventarios de personalidad pueden informar sobre "problemas con el consumo de sustancias adictivas" (HS), "trastorno mental grave" (H6), "'trastorno de personalidad" (H9), "actitudes negativas" (C2), "presencia actual de síntomas de trastorno mental grave" (C3), "impulsividad" (C4), y "no responde al tratamiento" (CS). La inclusión de dispositivos estandarizados en los estudios de investigación mejorarán la calidad de los datos con casi toda seguridad. En la mayoría de los casos, la revisión de archivos, la entrevista y la administración de pruebas deberían ser suficientes para completar el HCR-20. Sin embargo, en particular para la sección de gestión del riesgo, probablemente se necesite consultar con otros colegas responsables de los planes de tratamiento o de reinserción en la comunidad. Podría ser también útil contactar con responsables anteriores de los casos, con los trabajadores sociales, o funcionarios encargados de la excarcelación para determinar lo acertado de las decisiones de excarcelaciones pasadas. A veces, las entrevistas con las víctimas pueden ser de ayuda. En la medida en que lo
  • 34. - - - - - - - - - - - - - - - - - - -, _. HCR-20 Visión de conjunto requiera cada caso debe tratarse de obtener cualquier otra infonnación colateral posterior. Los evaluadores deben incluir en sus infonnes todas las fuentes consultadas, aquellas que no han sido consultadas (con su respectiva explicación del porqué) o que no tuvieron posibilidad de consultar. - - - Capacidades/habilidades del usuario La correcta administración y codificación del HCR-20 - requiere una habilidad y un juicio profesional considerables. Los usuarios de esta guía deben poseer las siguientes - _. habilidades mínimas: l. Experiencia en evaluaciones individuales. Los usuarios deben estar entrenados y/o tener experiencia en la realización de entrevistas; en la administración - e interpretación de instrumentos estandarizados; y en el diagnóstico de trastornos mentales. 2. Conocimiento de los estudios sobre la violencia. Los usuarios de esta guía deben estar familiarizados con la literatura profesional y de investigación sobre la naturaleza, las causas, y el manejo de la violencia. - - El grado de experiencia requerido en estas áreas ­ depende del propósito que se tiene para la aplicación del HCR­ 20, y también de las leyes aplicables en la jurisdicción en la que se aplica. Cuando el HCR-20 se utiliza con propósitos ­- clínicos -es decir, la toma de decisiones referente al empla­ zamiento, al tratamiento o la asistencia de un individuo-- los - -. usuarios deben tener un alto nivel de conocimiento (por -. ejemplo, cursos a nivel universitario u otras instrucciones de ­- entrenamiento especializado) y deben poseer las credenciales profesionales requeridas (registro, licencia, o título legal para realizar evaluaciones individuales). Cuando se utiliza el HCR­ 20 para fines de investigación, se puede administrar por personas no completamente cualificadas (como se ha descrito - - -. - - más arriba). Sin embargo, el personal no cualificado debería - - ~ - - -. - -
  • 35. HCR-20 Visión de conjunto ser supervisado por usuarios completamente cualificados, y estos últimos deben asumir la responsabilidad ética de los participantes del tratamiento y la investigación. Varios ítems del HCR-20 evalúan factores directamente relacionados con los trastornos mentales (por ejemplo, H5, H6, H7, H9 YC3). Esto puede representar un problema para su uso clínico. Los usuarios que carecen de las credenciales requeridas para conducir evaluaciones psicodiagnósticas no están legalmente autorizados a codificar estos ítems, excep­ tuando las siguientes circunstancias: 1. que los ítems se codifiquen bajo la consulta y supervisión de profesionales acreditados. 2. que los ítems se codifiquen refiriéndose a los resultados de las evaluaciones psicodiagnósticas existentes. 3. que los Ítems se codifiquen provisionalmente, con una anotación señalando que dicha codificación debe ser confirmada por un profesional acreditado. 4. que los ítems sean omitidos en su totalidad, con una anotación señalando que dicha omisión pueda limitar el juicio final de riesgo. En algunos contextos, la responsabilidad de conducir una evaluación podría quedar dividida entre varios profe­ sionales diferentes. Por ejemplo, un psiquiatra puede evaluar los trastornos mentales graves; un psicólogo puede evaluar los trastornos de la personalidad y el funcionamiento intelectual; una enfermera, un trabajador social, o un funcionario encar­ gado de la excarcelación, pueden evaluar los planes de excarcelación. Es aceptable, y quizás deseable, que el HCR-20 se codifique en base a informes independientes de distintos profesionales. Sin embargo, para propósitos clínicos, el usuario cualificado debe asumir la responsabilidad de cotejar la información y de registrar el consenso o las decisiones fmales de codificación. Un aspecto reiterado en la sección de comentarios fmales de esta guía es que los colegas que trabajen cooperativamente como investigadores y clínicos necesitan
  • 36. - - _H_C_R_~_O _________________________ ~~m~ro_n~deco~unro dedicar un tiempo considerable a la discusión tanto del ­- _. significado del HCR-20 como de la naturaleza de los procedimientos a utilizar. Estas conversaciones se deben ­ repetir en el tiempo para prevenir el "ir a ciegas". - - Codificación del HCR-20 _. La codificación del HCR-20 requiere que los ­ evaluadores realicen dos tipos de juicios. Primero, a nivel de ítem, los evaluadores deben determinar la presencia o ausencia de cada uno de los 20 factores de riesgo individualmente. Segundo, los evaluadores deben integrar la información de los ítems para elaborar un resumen o decisión final acerca del - _. riesgo de violencia. Recomendamos que los evaluadores registren sus juicios utilizando algún marco (esquema) conceptual estandarizado; hemos desarrollado un formulario para este propósito, "la hoja de codificación del HCR-20", que -­ se presenta al final del manual como ejemplo. La codificación también requiere que los evaluadores consideren el contexto donde se realiza la evaluación (si están evaluando el riesgo de ­ violencia en una institución o bien en la comunidad) y si es ­ necesaria una re-evaluación con el HCR-20 (para evaluar -.. cambios en el riesgo desde la última evaluación). Así pues, ­ como veremos más adelante, los procedimientos específicos -. de codificación utilizados dependerán en gran medida en si la ­ evaluación se está realizando con propósito clínico o de investigación. A continuación nos dedicamos a una discusión ­- más detallada acerca de estas cuestiones. - - Codificación de los ítems. Los ftems se codifican en una escala de 3 puntos, según el grado de presencia de los factores de riesg02 • Un "O" indica que, según la información ­- 2. La escala de 3 puntos descrita aquí está basada en la que utilizó Hare (1991) para -, puntuar el PCL-R. La experiencia con el PCL-R sugiere que no se gana en precisión - solicitando a los evaluadores que emitan juicios más precisos (por ejemplo, utilizando una escala de 4, 5ó 7 puntos) acerca de síntomas específicos o ítems. ­- - - - -
  • 37. HCR-20 Visión de conjunto obtenida en la evaluación, el factor de riesgo está ausente (o, dicho de otra fonna, que no hay infonnación disponible que sugiera que el factor de riesgo está presente). Un "1" indica que el factor de riesgo está posiblemente o parcialmente presente; esto es, la infonnación recogida indica que hay algunos indicios, aunque no sean concluyentes, de presencia del mencionado factor de riesgo. Un "2" indica que el factor de riesgo está presente claramente y con toda seguridad. Si no hay infonnación disponible acerca de un ítem detenninado, o si se considera poco fiable esta infonnación, el ítem debe ser omitido y no debe evaluarse. Sin embargo, este recurso debe utilizarse con moderación. El esquema de codificación se resume a continuación: No - El item está clarnmente ausente o no se puede aplicar Quizá - El ítem está presente con probabilidad, o está presente on una intensidad limitada. Si - El ítem está cIarnmente presente. No se sabe - La información no es suficientemente válida para ! tomar la decisión acerca de la presencia o ausencia del ítem. Resumen o decisión final. Se recomienda que los evaluadores tomen una decisión final acerca del riesgo de violencia utilizando una escala simple de 3 puntos (ver la hoja de codificación del HCR-20): "bajo" indica que el evaluador cree que el individuo presenta un riesgo limitado de cometer actos violentos, o que este riesgo es escaso o bajo; "moderado" nos indica que el evaluador considera que el sujeto muestra en ese momento en un cierto nivel de riesgo de cometer actos violentos; y "elevado" nos indica que el evaluador considera que el individuo tiene un riesgo de violencia alto o muy elevado. Esta manera de reflejar las predicciones es un tanto simple, pero se considera que esta codificación simple es muy fácil de comprender por parte de otros profesionales que deben tomar decisiones acerca del riesgo de violencia y se traduce 25
  • 38. - - - - - - - - - HCR-20 Visi6n de conjunto - - fácilmente en las actuaciones a realizar (ver Monahan, y Steadman, 1996).3 No es posible especificar un método para elaborar el -... resumen o decisión final que sea adecuado para cualquier ­ situación. En contextos de investigación se puede aplicar el HCR-20 cómo escala actuarial y simplemente sumar las codificaciones numéricas de cada ítem para obtener las puntuaciones H, que van de Oa 20 puntos; las puntuaciones C - - y R, que van de Oa 10; Y las puntuaciones totales, que van de O a 40. Si algunos íterns son omitidos, estas puntuaciones deben ser prorrateadas. No se recomienda el prorrateo cuando se han omitido muchos ítems -por ejemplo, más de 2 ítems H, más de 1 ítem C o R, o más de 5 ítems en total. Tampoco se - - recomenda realizar ponderaciones diferenciales de los ítems - individuales, ya que no hay evidencia de que este ­ procedimiento mejore de manera fiable la precisión de las - - predicciones (Dawes, 1982); sin embargo, esta técnica podría - ser interesante en determinados estudios de investigación. - Atendiendo a una finalidad clínica, tiene poco sentido -- _. - sumar los factores de riesgo presentes en un determinado caso y luego utilizar puntos de corte arbitrarios para clasificar un _. individuo en las categorías de bajo, moderado o elevado riesgo. Corno han comentado algunos autores (Dietz, 1985; ­- Kropp et al.; 1995), es posible y razonable que un evaluador -. - concluya que el sujeto tiene un riesgo elevado para cometer -­ actos violentos basándose en la presencia de un solo factor de ­ riesgo -por ejemplo el factor de riesgo es "síntomas activos - - 3. Las acciones a tomar dependerán del contexto en que se realiza la evaluación y en la disponibilidad de recursos. En general, una decisión de riesgo bajo sugiere que el individuo no necesita ninguna intervención especial o estrategias de supervisión disell.adas para manejar el riesgo de cometer actos violentos, ni se necesita efectuar una supervisión intensiva de los posibles cambios en dicho riesgo. Una decisión de riesgo moderado sugiere que se debe desarrollar un programa de gestión-control del riesgo. Este programa debe incluir, como mínimo algunos mecanismos de re­ evaluación sistemática del riesgo. Una decisión de riesgo elevado sugiere que hay una necesidad urgente de disell.ar un programa de gestión del riesgo, que implicarla .... - - -... - - - tlpicamente (como mínimo) educadores. una progresión de niveles de supervisión, introducir al sujeto en una lista de máxima prioridad para acceder a los recursos de - tratamiento disponibles, y programar re-evaluaciones regularmente. - - - - -
  • 39. HCR-20 Visión de conjunto de trastorno mental grave" (C3) y este refleja el intento del sujeto de cometer un homicidio, o en ese momento se encuentra bajo los efectos de graves fantasías sexuales sádicas. De manera similar, un sujeto con rasgos psicopáticos extremos ("psicopatía", H7) puede obligar al evaluador a concluir que el sujeto tiene un riesgo elevado de cometer actos violentos (Hart y Hare, 1996). Muchos factores podrían también forzar la conclusión de que el sujeto tiene bajo riesgo (por ejemplo, discapacidad fisica severa, estado comatoso).4 En ausencia de factores que parecen obviar la necesidad de una evaluación de riesgo, con frecuencia parece probable, que las predicciones de riesgo variarán positivamente y monotónicamente en función del número de factores presentes en un caso determinado, así cuanto más factores se valoren positivamente más elevado será el riesgo de cometer actos violentos. De manera más sencilla, es razonable que los evaluadores concluyan que cuantos más factores se hallen presentes en un caso determinado, mayor será el riesgo de cometer actos violentos. Pero, aún en este punto, los evaluadores deben ser muy precavidos. La relación entre número de factores presentes y el riesgo de violencia es probablemente y distintivamente no-lineal; el riesgo tiende a depender de una combinación específica de factores de riesgo presentes, no sólo del número de éstos. En fin, en el momento presente no es ni posible ni deseable desarrollar puntos de corte para determinar el resumen o las decisiones fmales sobre el riesgo en contextos clínicos. La omisión de ítems siempre produce problemas en los ámbitos clínicos. El 'prorrateo' asume que el HCR-20 tiene consistencia interna, esto es, que los ítems tienen más o menos validez, ya sea como indicadores de rasgos (peligrosidad) o 4. Los evaluadores deben tener precaución a la hora de concluir que la comisión de actos violentos es imposible por discapacidad o lesión tlsica. Se conocen muchos casos en que personas con discapacidad severa han cometido actos violentos serios, incluyendo un hombre paralitico que cometió violación y un hombre casi ciego que convenció a otra persona para cometer asesinato por él. Algunas lesiones, como el dalIo cerebral, podrla de hecho incrementar el riesgo de violencia en casos particulares (Bowman, 1997). 27
  • 40. - - - - - - - - - - _. HCR-20 Visión de conjunto - como predictores de situaciones (actos violentos) en un caso determinado. Esta presunción a veces es errónea. Por ello, para propósitos clínicos, "omitir" debe ser considerado lo mismo que un "O", indicando que no hay información disponible que sugiera la presencia de un determinado factor de riesgo. Sin - - embargo, los evaluadores deben reconocer que omitir ítems puede afectar la validez de una predicción de violencia final, "", - particularmente si se concluye que el sujeto tiene un bajo nivel de riesgo. Cuando se omiten ítems, los evaluadores deben - - - - calificar sus opiniones de acuerdo con tal omisión, teniendo en cuenta si sus opiniones pueden cambiar, y cómo, si tuvieran a - - su disposición una información completa referente a aquel ítem. - Codificación de los ítems de gestión del riesgo. Es - importante que los evaluadores clarifiquen el contexto en que se lleva a cabo la evaluación del riesgo. En la hoja de codificación del HCR-20, esto se hace marcando el recuadro "In" (violencia en el interior de una institución) o "Out" (violencia en la comunidad/entorno comunitario) en la sección de afrontamiento del riesgo. - Cuando se valora el riesgo de violencia en contextos - - sociales abiertos o comunitarios, se debe asumir que el sujeto residirá en la comunidad y los ftems de riesgo se deben interpretar de acuerdo a esta situación. Cuando se evalúa el riesgo de violencia en el seno de una institución, se asume que el individuo residirá en aquella institución, y por ello el - - evaluador debe hacer las modificaciones necesarias para la interpretación de los ítems. Por ejemplo, la codificación del - ítem "ausencia de planes de futuro viables" (Rl) debe centrarse en los planes de adaptación al tratamiento insti­ tucional y regímenes de funcionamiento por parte del sujeto; de manera similar, la codificación del ítem "alto nivel de estrés" (RS) se centrará en la probabilidad de que el sujeto sea expuesto a estresores psicosociales apreciables durante la institucionalización. ­- - - - - - - - 28 _. - -
  • 41. HCR-20 Visión de conjunto Repetición de las mediciones. Como parece obvio, las estimaciones sobre riesgo de violencia institucional para el sujeto podrían variar de manera destacada respecto a las estimaciones sobre el ríesgo de violencia comunitaria para el mismo sujeto. Por esta razón, es importante repetir la valoración cuando el contexto para el cual se debe estimar el riesgo cambie. También es importante repetir la valoración en otras circunstancias, ya que es posible que los factores de riesgo fluctúen de manera importante a lo largo del tiempo. Esto es especialmente cierto para los factores clínicos y para los de gestión del riesgo, que son primariamente de naturaleza dinámica, pero también es cierto para los factores históricos más estáticos (por ejemplo, la comisión de un acto violento durante un período de supervisión comunitaria podría suponer cambios en varios items históricos, incluyendo Hl, H2 y HlO). Se recomienda repetir la valoración de riesgo al menos cada 6 ó 12 meses o cuando haya un cambio importante en el estatus del caso. Algunos colegas han mencionado que encuentran el HCR-20 útil, tanto en la supervisión de la evolución del tratamiento o de la fase de seguimiento, como en la estimación de resultados. Definición de violencia Existen naturalmente varias defmiciones de violencia. Algunas de ellas son alternativas, pero la intención aquí es disponer de una defmición util y practica para la identificación de los actos violentos. Para los propósitos de este manual, entendemos por violencia el dafio real, la intención o amenaza de llevar a cabo daño o perjuicio hacia una ó más personas. Las amenazas de hacer daño deben ser claras y no ambiguas (por ejemplo, "¡Voy a matarte!"), y no solamente verbalizaciones vagas de hostilidad. La violencia es un comportamiento que obviamente puede causar daño a otra/s persona/s; un comportamiento que puede producir miedo a otra persona también puede conside­
  • 42. -- HCR-20 Visión de conjunto ­ --~.._--------------_-.:-_-!..:._--­ rarse violento (por ejemplo, el acoso o la persecución). El daño resultante infligido a la víctima no es definitorio en sí mismo del acto violento. Al contrario, el acto es violento -. en sí mismo. Por ejemplo, una persona que dispara un arma en ­ medio de una multitud, pero que no ha herido a nadie, ha - - _. cometido un acto violento. - Así, en un sentido geneml, los actos que son - suficientemente graves para ser considerados susceptibles de ­- sanciones civiles o criminales, o para los cuales se podrían - _. presentar cargos al responsable de dichos actos, se deben ­ considerar violentos, y aquellos que no sean tan graves, según - dichos criterios; no se deben considerar violentos. ­ Toda agresión sexual se debe considerar como comportamiento violento. Se invita a los evaluadores a ­- consultar Boer et al. (1997), quien definió la violencia sexual ­- _. como un contacto sexual real o el intento del mismo con una persona que no ha dado su consentimiento o que no está - _. capacitada pam dar su consentimiento. - Basándose en esta defmición presentada, se deben ­- considerar algunos ejemplos de actos violentos, tales como _. pegar, dar puñetazos, dar patadas, morder, arañar u otras maneras de agredir a otra u otras personas. Algunos ejemplos -, menos claros de violencia son el secuestro, el incendio ­- premeditado y la conducción temeraria, porque suponen una amenaza de dañar a otros. Los actos que se deben considerar como violentos incluyen diferentes formas de insultos que no se acompañan de amenazas de agresión, la destrucción de la propiedad aunque no haya un daño potencial a personas, y ­- otras circunstancias menores que implican el contacto físico con otros. Se debe hacer hincapié en el hecho de que existe un sinnúmero de actos que se deben clasificar como violentos, así ­ como de un sinnúmero que no deben considerarse como tales. Aquí sólo hemos indicado unos cuantos. Junto a determinados comportamientos que hemos - excluido de la calificación de violento, por la definición que ­ aquí hemos propuesto de violencia, debemos excluir ­- explícitamente varios comportamientos que no deben _. considerarse violentos. Los actos contra los animales no son - -. ­ 30 ­-
  • 43. Visión de conjunto violentos a menos que se lleven a cabo con la intención de inducir miedo a otra persona. Los actos de defensa propia o de defensa a otras personas tampoco los consideramos vio­ lentos, a menos que el grado de violencia supere lo razo­ nablemente requerido para someter al agresor. Los actos consensuados de agresión, como los que ocurren en eventos deportivos, no son violentos, a menos que se salgan de las reglas del deporte. El HCR-20 y otros protocolos de predicción de violencia Una pregunta que nos hacen con frecuencia es si el HCR-20 es preferible a otros procedimientos desarrollados y publicados como por ejemplo el Protocolo de predicción de violencia (Violence Prediction Scheme, VPS; Webster, Harris, Rice, Cormier y Quinsey, 1994), el cual incluye el VRAG (Harris et al., 1993; ver también Rice, 1997), y una escala clínica denominada ASSESSLIST. El VRAG merece una consideración muy importante ya que está basado en datos obtenidos de más de 600 pacientes psiquiátrico-forenses de alto riesgo estudiados durante un período de más de 7 años (Harris et al. 1993). Ciertamente, la extensión de la aplicación del VRAG se podría ampliar a través de pruebas sistemáticas con muestras relacionadas. Con ello queremos decir que los
  • 44. - - - - - - _H~C_R~-~20~______________________~V~rondecomunro - evaluadores deben emplear algún tipo de protocolo o procedimientos estandarizados que le ayuden en su tarea y le - - añadan fiabilidad y validez a la misma. Dicho en pocas palabras, lo que verdaderamente cuenta es hacer estudios sistemáticos en la predicción del riesgo de comportamientos violentos. - - - - - - - - - - - _. -
  • 45. HCR-20 ftams históricos Ítems históricos* Los autores del HCR-20 consideran que los datos históricos son fundamentales en las valoraciones de riesgo de violencia (Webster et al., 1994, p. 64). En el contexto clínico las predicciones basadas en un número relativamente pequeño de variables biográficas son tan precisas, o quizás más que aquellas predicciones basadas en muchas variables (por ejemplo, Dawes, Faust, & Meehl, 1989); lo mismo se puede afinnar en referencia a las predicciones en el contexto forense (por ejemplo, Monahan,1981). Algunos clínicos no están de acuerdo con el énfasis que pone el HCR-20 y otros instrumentos similares en los denominados factores de riesgo históricos. Sin embargo, es importante reseñar que muchos Ítems H (por ejemplo, diagnóstico de trastorno mental, diagnóstico de trastorno de la personalidad) en realidad son consecuencia de las evaluaciones clínicas. El uso del ténnino "histórico" aquí deshace la estabilidad temporal de estos ftems, los cuales tienden a ser estáticos en condiciones nonnales. Esto no implica que todos ellos sean inmutables, rasgos atribuibles a individuos (por ejemplo, variables demográficas) o sucesos del pasado. ... Nota del traductor: En ínglés, esta sección se denomina "Historica1ltems" y aunque la traducción más adecuada seria la de "Ítems Históricos", hemos preferido mantener el esquema de la versión original: H para histórico, C para Clínico, y R para Riesgo (HCR).
  • 46. - - - - - - - - - - - - HCR-20 ítems históricos -, - H1. Violencia previa "Si hay un descubrimiento que oscurece a todos los demás, es que la probabilidad de cometer delitos aumenta con cada acto delictivo previo registrado" dice Monahan (1981, p. 104). Las evidencias aportadas por los estudios de Baxstrom (Steadman & Cocozza, 1974) y de Dixon (Thomberry & - Jacoby, 1979) son determinantes y justifican la afirmación anterior. Esta observación también se ha planteado en estudios sobre individuos valorados para conocer específicamente su peligrosidad en el protocolo rutinario de las demandas jurídico- forenses (Menzies & Webster, 1995; Sepejak, Menzies, Webster, & Jensen, 1983), así como en otros estudios limitados a la comisión de delitos que producen gran alarma social (Blomhoff, Seim, & Friis, 1990; Convit, Jaeger, Lin, Meisner, &Volavka, 1988). Klassen y O'Connor (1994) indican: "En base a los hallazgos encontrados hasta la fecha, parece que podemos esperar virtualmente que cualquier medida de los delitos cometidos en el pasado pueda ser un ­- - - buen predictor de violencia futura" (p. 233). Es posible que -, - - haya una importante subjetividad en la clasificación de las personas en 3 categorías del tipo de las que aparecen más abajo. Hay que reconocer que los actos en sí mismos no dan, necesariamente, cuenta de la biografia completa y que posiblemente se debe considerar "la intencionalidad" en los sucesos que relacionan a la víctima con el agresor. - - - - - -, - - - - - - - -
  • 47. HCR-20 ítems históricos Codificación El evaluador debe atender a la defmición de violencia que aparece en las páginas anteriores. El esquema de esta codificación anterior pretende captar la calidad y la cantidad de la violencia previa del sujeto. Por este motivo, el número de actos violentos se combina con la gravedad de éstos para determinar la puntuación final. Los actos de violencia moderada incluirían abofetear, empujar y otras conductas que no causen lesiones serias o permanentes en la víctima. Los actos de violencia grave incluirían, pero no se limitarían, a aquellos que causen la muerte o lesiones muy severas a la víctima. La "violencia previa" incluye todos aquellos actos violentos ocurridos antes y durante el tiempo de la valoración. Esto incluiría el índice de delitos, la violencia cometida durante el encarcelamiento o hospitalización (si procede), o la violencia dirigida contra el evaluador durante la entrevista. 37
  • 48. - - - - - - - - - - - - - - - -, - HCR-20 ítems históricos H2. Edad del primer incidente - ­ - violento Esta bien contrastado el hecho de que cuanto más joven es la persona al cometer su primer incidente violento conocido, mayor es la probabilidad de aparición de conductas violentas en el futuro (Harris et al., 1993; Lattimore, Visher, & - Linster, 1995; Steadman et al., 1994; Swanson, 1994). -. ­- - - - -, - - .. - -
  • 49. HCR-20 ftems históricos Codificación Aunque estas divisiones de edad son arbitrarias, se sabe que, en general, cuanto más joven es la persona cuando comete su primer acto violento, la probabilidad de violencia futura es mayor. Se recomienda registrar la edad del sujeto evaluado en el primer incidente violento y la edad del mismo en el momento de la valoración. En estudios y trabajos de investigación, la categorización de la edad puede diferir de la que aquí se ha defmido. Este ítem se codifica considerando la fecha del primer acto violento conocido y no la fecha del primer delito identificado o la fecha de la valoración. Si no hay actos violentos conocidos, se asigna la puntuación de O. 39
  • 50. - - HCR-20 {tems históricos - - ----------------------------------------~ - H3. Relaciones inestables de pareja ­ Frecuentemente, se ha encontrado que el apoyo social actúa como protección contra los delitos violentos (Klassen & O'Connor, 1994; Swanson, 1994). Esto se observó en el estudio de Harris et al. (1993), donde la categoría "nunca se ha - casado" tenía una correlación de +.18 con las conductas ­ violentas. Klassen & O'Connor (1988) también han destacado la asociación entre no haberse casado y ser violento. Los _. hombres que son violentos en sus relaciones de pareja son potencialmente propensos a serio también fuera del ámbito de - _. sus relaciones de pareja (Gondolf, 1988; Saunders, 1992). - Evidentemente, se debe entender que el "matrimonio" es una .- ­ variable asociada a muchas otras, como pueden ser la _. "sociabilidad" (capacidad de expresarse socialmente de manera adecuada), la "aceptabilidad", la "habilidad para - _. asumir responsabilidad", etc. ..... - - - _. ­- - - - - - -, - - - _. -
  • 51. HCR-20 ítems históricos Codificación Este ítem se aplica únicamente a relaciones "román­ ticas", íntimas o "no platónicas", y excluye relaciones con amigos o familiares. El ítem está dirigido a averiguar si el individuo es capaz de establecer y mantener relaciones de pareja estables y duraderas, así como de comprometerse en las mismas cuando han tenido esa oportunidad. La "inestabilidad" puede presentarse de diversas formas: muchas relaciones no duraderas, ausencia de relaciones, o presencia de conflictos en las relaciones duraderas. En este contexto hay que tener en cuenta las relaciones de pareja y las matrimoniales porque suelen generar altos niveles de violencia grave y continua. Para nuestros propósitos, este tipo de relaciones se considerarán "altamente conflictivas". Podría ser necesaria una evaluación más específica en esta área. En ese caso, sería de ayuda consultar el "Spousal Assault Risk Assessment Guide" (SARA; Kropp et al., 1995), ya que el SARA se ha desarrollado en la misma línea que el HCR-20. 41
  • 52. -~ - HCR-20 ítems históricos - - H4. Problemas relacionados - _. ­- con el empleo - - Las estadísticas generales de reincidencia delictiva muestran una estrecha relación entre el nivel de ingresos económicos y la conducta del delincuente en libertad condicional (Monahan, 1981), así como entre el desempleo y la reincidencia delictiva en general (Andrews & Bonta. 1995). ­ No hay una razón particular para asumir que esta relación no ­ se pueda generalizar a los sujetos con trastorno mental. Menzies y Webster (1995), en una muestra de delincuentes con trastorno mental, encontraron que el desempleo de estas _ .. personas en el momento de ser arrestados era una de las 4 ­ variables de un extenso grupo de factores que predecían posteriormente actos de violencia. Harris et aL (1993) - ~-. ..... observaron que, si bien no era uno de los 12 predictores más _. destacados, los hombres que reincidían violentamente en el ­ curso de un período de seguimiento de 7 afios tenían empleos de duración más breve (50%), en comparación con otros no ­ - reincidentes de la misma edad y nivel socio-educativo (homólogos emparejados). Andrews y Bonta (1995) afirman que los problemas de desempleo están claramente relacionados .­ con la reincidencia general. ­ _. - -, - - - - - - - - - - - - -"_l - - -
  • 53. HCR-20 {tems históricos Codificación Es posible que individuos con puntuaciones altas en este ítem se caractericen por: negarse a buscar un empleo legítimo (social y legalmente aceptable), tener una historia previa de muchos trabajos en cortos períodos de tiempo, o que sean despedidos o abandonen frecuentemente el empleo. Este ítem se interesa por la presencia/ausencia de problemas de empleo. Cabría la posibilidad de que los evaluadores considerasen ciertas circunstancias limitadas que podrían justificar la reducción de la puntuación de 2 a 1 ó O(factores económicos, discapacidades físicas o mentales que impiden trabajar). Los evaluadores deben tener en cuenta que este ítem evalúa problemas del sujeto con el empleo, no capacidad del mismo para encontrar un empleo. Por otra parte, pueden considerarse en este ítem experiencias de trabajo (o programas) dentro de la institución penitenciaria o la clínica (si es el caso). Asimismo, incluimos la formación post- secundaria como si de un empleo se tratara. Este ítem puede ser irrelevante en algunos casos y entonces debe omitirse. Un ejemplo de ello sería un individuo de 17 años quien, recién acabada la escuela secundaria, ha tenido poca o ninguna oportunidad de tener un historial de empleo. Dado que éste es un ítem histórico, se deberán considerar cuidadosamente los posibles cambios recientes en el estatus oficial de empleo. Por ejemplo, una persona con una historia previa de 15 años de problemas de empleo que ha conseguido recientemente una pensión por incapacidad laboral, puede sin embargo obtener una puntuación de 2 en este ítem.
  • 54. - - -- -- - - - - - - - - -- - - - - -- -- -- - - - - - HCR-20 ítems históricos H5. Problemas con el consumo ­- de sustancias adictivas Los clínicos tienen poca dificultad en reconocer, en base a su experiencia, el vínculo entre el abuso de sustancias y la conducta violenta. En el estudio de Harris et al. (1993), se ha evidenciado que esta variable es muy significativa y revisiones más recientes la han considerado como un factor importante _ .. - - - (Klassen & O'Connor, 1994). En el proyecto multicéntrico y a _. - gran escala denominado "Epidemiological Catchment Area" (ECA), Swanson (1994) ha afirmado que la existencia de un - _. diagnóstico de abuso de sustancias se relacionaba más - - intensamente con la violencia que la existencia de un trastorno mental. De hecho de todas las variables estudiadas, el abuso de sustancias tenía la relación más intensa de todas con - la conducta violenta. Muchas otras investigaciones avalan la ­- - fuerte relación entre abuso de sustancias y comportamiento violento en una gran variedad de muestras de grupos de sujetos (Bartels, Drake, Wallach, & Freeman, 1991; Blomhoff -- _. et al., 1990; Hodgins, 1990; Hoffinan & Beck, 1985; Taylor, ­- - 1985; Yarvis, 1990). - - - .­ - - - - - 44 -, - -
  • 55. HCR-20 ítems históricos Codificación En este apartado se entiende como abuso el mal uso de las prescripciones de fármacos. También se incluye aquí, el consumo de sustancias como disolventes y pegamento. Aunque el diagnóstico de abuso de sustancias o dependencia de las mismas debe considerarse seriamente, su mera presencia no justifica una puntuación de 2 sin previa corroboración. El interés de este ítem radica en averiguar si existe deterioro funcional en las áreas de salud, empleo, ocio y relaciones interpersonales, como consecuencia del consumo de sustan­ cias. Como ejemplos se puede incluir, sin limitarse a estos: llegar tarde al trabajo, ser irascible con los demás, tener 'resaca' continuamente, incapacidad de concentrarse en la conducción de un vehículo o en el trabajo, fracasos en el mantenimiento o consecución de empleo debido al consumo, trabajar bajo los efectos de las drogas, tener sanciones por conducir drogado, tener dificultades en las relaciones de pareja por causa de las drogas, arresto por incidentes atribuidos a determinada sustancia, y negar un problema aun cuando existe una fuerte evidencia del mismo. Asimismo, se debe incluir aquí las lesiones neurológicas como resultado del consumo de sustancias (delirium tremens, trastorno psicótico inducido por alcohol u otras sustancias, deterioro grave de la memoria, etc.). 45
  • 56. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -, - HCR-20 ftems históricos -. - - H6. Trastorno mental grave - En su libro de 1981, Monahan puso claramente de ­- - - - manifiesto que el trastorno mental no se correlaciona con la violencia. Sin embargo, más recientemente, este autor ha - vuelto sobre el tema y ahora afirma que "los trastornos - mentales podrían ser un factor de riesgo importante y - - significativo para la ocurrencia de actos violentos, tal y como afIrman cada vez un número mayor de investigadores y - clínicos en los últimos años" (Monahan, 1992, p. 519). El estudio ECA de Swanson (1994) ha puesto de manifiesto que los trastornos mentales, particularmente la esquizofrenia y la manía, son importantes marcadores de riesgo de actos de violencia en la comunidad. En una investigación de tipo - - - convincentes respecto al hecho de que el trastorno mental ­ grave aumenta la probabilidad de que aparezcan comportamientos actos violentos a lo largo de la vida del ­- paciente. En una revisión cuantitativa de la investigación existente, Douglas y Hart (1996) hallaron que la presencia de - - - epidemiológico, Hodgins (1992) ha obtenido datos trastornos psicóticos graves incrementan sustancialmente la probabilidad de cometer actos violentos. Así como la edad tiene una relación compleja con la violencia, también tienden a tenerla distintos aspectos propios de los trastornos mentales graves como los delirios (Taylor et al., 1994) y las ­- alucinaciones (McNiel & Binder, 1994). Sin embargo, es - - - - hecho de que la gran mayoría de personas con trastorno mental ­- importante hacer constar que la simple correlación entre violencia y trastornos mentales graves no debe enmascarar el no son violentas, y por tanto, comparando sólo el trastorno mental, con el riesgo que presenta (como factor de riesgo) la combinación de las variables sexo masculino, edad juvenil, y bajo estatus socioeconómico, por ejemplo, el trastorno mental - - _. - presenta sólo un factor de incremento moderado del riesgo de conductas violentas (Monahan, 1992). ­- - - - -. - -
  • 57. HCR-20 ítems históricos Codificación El diagnóstico de trastorno mental grave debe adecuarse a un sistema nosológico oficial, tal como el DSM-IV (APA, 1994) o el CIE-10 (OMS, 1992). Este ítem se codifica en base a la historia previa y no debe variar por el hecho de si el trastorno está actualmente activo o en fase de remisión. Este Ítem se aplica tanto a trastornos del pensamiento como aquellos otros de naturaleza afectiva (trastorno psicótico, alteración maníaca del estado del ánimo, enfer­ medades orgánicas, retraso mental, ...). Debe ser puntuado con un 2 cuando la evidencia del trastorno es inequívoco; cuando la evidencia de trastorno no es concluyente (el curso o la gravedad no son claras), se codifica como 1. Los trastornos mentales menos graves, como son los trastornos de ansiedad, los somatomorfos, las parafilias, los trastornos del sueño o los trastornos del control de los impulsos, no deben ser codificados en este ítem. Los trastornos de la personalidad se codifican en H9.
  • 58. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -. - HCR-20 ítems históricos -. - - - H7. Psicopatía - - - - Uno de los hechos más distintivos del estudio de Harris et al. (1993), es el hallazgo de que la puntuación global en los 20 ítems de la PCL-R es el mejor predictor de violencia en grupos - - de personas con esquizofrenia y con trastornos de personalidad. Varios investigadores han encontrado que la psicopatía es un factor de riesgo importante de violencia futura en una gran variedad de poblaciones distintas (Forth, Hart, & Hare, 1990; Hill, Rogers, & Bickford, 1996; Quinsey, Rice, & Harris, 1995; Rice & Harris, 1992; Serin, 1991, 1996; Serin & Amos, 1995). En un meta-análisis de 18 estudios que buscaban la relación - - - - - entre la psicopatía y violencia (y otras fonnas de conducta antisocial), se reveló que el promedio del tamaño del efecto era elevado (d= .79) entre psicopatía y las variables de criterio escogidas que reflejan la violencia (Salekin, Rogers, & SeweIl, ­- - - - - 1996). La escala PCL-R contiene dos factores principales (Harpur y Hare, 1994): el factor 1 se centra en rasgos afectivos­ interpersonales, mientras que el factor 2 hace referencia a rasgos comportamentales. Las características defmitorias de la - psicopatía, como la impulsividad, versatilidad delictiva, insen­ ­ sibilidad, y falta de empatía o remordimiento, están vinculadas - - conceptualmente con la violencia de manera bastante nítida. Es notable que muchos ítems del PCL-R son más o menos redundantes con algunos Ítems de historia del HCR-20. Es importante señalar que el PCL-R parece ser el único instrumento pertinente, desarrollado hasta el momento en esta -. - área, con propiedades psicométricas bien establecidas (ver Hart y Dempsey, 1997; Hart, Hare, & Forth, 1994). Sin - embargo, una dificultad a la que no podemos escapar es que ­ los evaluadores que usan este instrumento han de estar ­- entrenados específicamente para la administración del mismo. - - La versión screening de 12 ítems (PCL:SV; Hart et al., 1995), - - que también predice la conducta violenta (Douglas, 1996; HiIl et al., 1996), podría ser suficiente para establecer si está justificada una evaluación completa de la psicopatía. - - - - - - - -
  • 59. HCR-20 ítems históricos Codificación Es imprescindible que esta clasificación esté basada en una evaluación formal, utilizando las escalas PCL-R o PCL: SV de psicopatía realizada por un profesional entrenado en estos instrumentos. Los autores advierten específicamente que este ítem no debe utilizarse sin la disponibilidad de puntuaciones obtenidas formalmente por medio de dichas escalas. En ambientes psiquiátricos civiles, los evaluadores podrían acudir a la PCL:SV, dado que la PCL-R no cuenta con una muestra normativa psiquiátrico-civil, mientras que la PCL: SV sí cuenta con ella. 49
  • 60. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - HCR-20 ítems históricos H8. Desajuste infantil - - - - Este ítem se refiere al desajuste en casa, en la escuela, o en la comunidad, antes de los 17 afios de edad. Respecto al desajuste en la escuela, se consideran aspectos relacionados con las capacidades, rendimiento y comportamiento académi­ cos, así como la conducta en clase y la adaptación general a la escuela. Harris et al. (1993) encontraron que esta variable tiene una correlación de +.31 con la conducta violenta posterior a la puesta en libertad. En este mismo sentido, estos autores encontraron que el hecho de haberse separado de los padres - - la ocurrencia eventual de conductas violentas. En el curso de - - antes de los 16 afios de edad tenía una correlación de +.25 con un estudio de seguimiento de cohorte en Estocolmo, desde antes del nacimiento hasta los 30 afios de edad, Hodgins (1994) ha demostrado la relación existente entre las dificultades en casa y en la escuela identificadas precozmente y el comportamiento violento. Klassen y O'Connor (1994) afmnan: "lo que estas variables aparentemente tienen en - - _. - común es la posible alteración en la correcta vinculación afectiva o socialización durante la infancia" (p. 236). Los evaluadores deben interesarse por averiguar si ha habido abuso físico en la infancia o si ha sido testigo de maltrato físico entre - - - los padres (Caesar, 1988; Hotaling & Sugarman, 1986). También se ha descrito que las experiencias tempranas en la familia predicen la violencia futura en muestras psiquiátricas (Klassen y O'Connor, 1989; Yesavage, 1983). Hay algunas - - - evidencias de que la gravedad de la conducta antisocial es - directamente proporcional a la gravedad del maltrato en la ­ infancia (Smith y Thomberry, 1995). ­- - - - - - - - - 50 -