1. El término neurosis fue propuesto por el médico escocés William Cullen en 1769 en referencia a los trastornos sensoriales y motores causados por enfermedades del sistema nervioso. En psicología clínica, el término se usa para referirse a trastornos mentales que distorsionan el pensamiento racional y el funcionamiento a nivel social, familiar y laboral adecuado de las personas.<br />Existe una confusión generalizada sobre el término neurosis. Por un lado se aplica, como síntoma, a un conjunto heterogéneo de trastornos mentales que participan de mecanismos inadaptativos ligados a la ansiedad. Por otra parte, su uso popular (como sinónimo de obsesión, excentricidad o nerviosismo) ha provocado su extensión a terrenos no estrictamente ligados a la enfermedad mental.<br />Historia de la neurosis<br />El origen del término neurosis se encuentra a finales del siglo XVIII aunque su máximo uso se circunscribe al XIX, en plena eclosión de la especialidad psiquiátrica, siendo empleado originalmente para describir cualquier trastorno del sistema nervioso.<br />El médico escocés William Cullen publica en 1769 su obra Synopsis nosologiae methodicae, refiriéndose con el término neurosis a un trastorno general del sistema nervioso, sin fiebre ni otras lesiones orgánicas demostrables, y capaz de alterar las capacidades sensitivas y motoras del individuo, mezclándose en este concepto patologías tan dispares como mareos y desmayos, el tétanos, la rabia, las crisis histéricas, la melancolía (posteriormente denominada depresión) o la manía.<br />Sigmund Freud desarrolló diversos trabajos en relación con la histeria y los trastornos obsesivos, publicados entre 1892 y 1899, sentando las bases psicogénicas de lo que él denominó psiconeurosis. A partir de sus trabajos se elaboró una clasificación, ya en desuso, que distinguía varios tipos de neurosis (en función de la expresión final de los síntomas provocados por el síntoma nuclear de la angustia): Neurosis de angustia, neurosis fóbicas, neurosis obsesivo-compulsivas, neurosis depresivas, neurosis neurasténicas, neurosis de despersonalización, neurosis hipocondríacas y neurosis histéricas.<br />El principal interés de Freud se centró en lo que denominó neurosis de angustia, descrita en torno a un estado de elevada excitabilidad del paciente expresada como quot;
espera angustiosaquot;
sobre la que el sujeto elabora expectativas funestas de futuro basadas en simbolismos (determinado sonido significa que un familiar acaba de morir, un gesto inapropiado acarreará mala suerte, etc.). Para Freud el paciente posee un caudal de angustia que permanentemente se va depositando en forma de miedos, fobias, ataques de angustia (taquicardia, taquipnea, sudoración), etc.<br />En 1909 Pierre Janet publica Las neurosis, obra en la que establece el concepto de quot;
enfermedad funcionalquot;
frente al modelo anatómico-fisiológico. Desarrolla así el paradigma médico que basa el daño no en la alteración física del órgano, sino en su función. Las funciones superiores, adaptativas, provocan cuando se ven alteradas o disminuidas, un estado quot;
neurasténicoquot;
(o de quot;
nerviosismoquot;
) en el que se sobreexpresan otros estados inferiores como la agitación o la histeria.<br />¿CÓMO ACTÚA UN ENFERMO EMOCIONAL?<br />Las respuestas pueden ser variadas ya que dependiendo del grado de avance de la enfermedad en el individuo, éste tendrá un comportamiento distinto. La primeras reacciones de la enfermedad pueden comenzar desde la infancia. Un niño que muestre diferencias muy marcadas de conducta con respecto a los demás puede ser (o de hecho, es) un buen candidato para desarrollar una enfermedad mental y emocional en la adultez, como la neurosis. Cuando la enfermedad mental se manifiesta en la infancia, esta puede presentar muchas variantes como son la fobia a la escuela, la hiperactividad, el tartamudeo, la anorexia nerviosa y, en casos más severos, el autismo. El adulto o el adolescente neurótico mostrarán toda una gama de conductas que pueden ir desde la depresión, las adicciones (farmacodependencia), las compulsiones, las acciones criminales e ilegales, el radicalismo y el suicidio. No es nuestro propósito analizar todas y cada una de éstas, pues eso nos daría material para otro escrito, pero si mencionar algunas de las más importantes para nuestro análisis: las adicciones, el radicalismo y el suicidio.<br />A las adicciones las podemos dividir en drogadicción, alcoholismo, comer en exceso, tabaquismo, adicción a la adrenalina, adicción al café, adicción a los calmantes, entre otras. Nuestro tema gira alrededor de la neurosis, enfermedad emocional y mental que afecta a nuestra conducta y se manifiesta por el comportamiento que el neurótico tiene en la sociedad ; pero, aunque podemos decir que el neurótico es adicto a la adrenalina, observamos que los enfermos de alcoholismo, de tabaquismo, adictos a las drogas, etc. tienen patrones de conducta similares a los del neurótico : sufren de ansiedad, de miedos, de sentimientos de culpa, de complejos no superados, de falta de cariño. Estas carencias las desahogan o sustituyen adquiriendo alguna de las adicciones antes mencionadas. En casi todos los grupos de anónimos (llámense estos neuróticos, alcohólicos, comedores compulsivos, etc.) existe la misma problemática en sus miembros; son personas con conflictos en el trabajo, en el hogar, con sus amistades. Casi podríamos decir que todos ellos son, antes que nada, neuróticos, solo que la enfermedad se ha manifestado de un modo diferente en cada uno de ellos, haciéndolos dependientes ya sea del alcohol, de la adrenalina, del tabaco, de las drogas, etc. Si agrupáramos a todas estas personas que sufren de diferentes manifestaciones de dependencia, podríamos darnos cuenta de la gravedad de la neurosis y quizá, estaríamos más alertas de nosotros mismos.<br />En cuanto al comportamiento radical, podemos decir que a los inadaptados sociales (o personas radicales) se los ha considerado desde siempre como quot;
locosquot;
por ir contra el orden establecido. Siguiendo esta línea de pensamiento, las personas como Mozart, Rivera o Siqueiros, por mencionar algunos artistas, o como Galileo, Copérnico o Einstein para mencionar a gente de ciencia, deberían ser consideradas como enfermos mentales, pues su radicalismo cambió y revolucionó a la sociedad. Con respecto a este tópico, algunos autores no están muy de acuerdo en que las personas que son radicales dentro de una cultura determinada tengan que ser necesariamente enfermos emocionales o quot;
locosquot;
. Aramoni nos dice en una parte de sus textos: quot;
Los mejores hombres de una sociedad no son necesariamente los obedientes, sumisos y obsecuentes. Algunas veces son los que no se pliegan ante las indicaciones convencionales de un grupo determinadoquot;
<br />409108613471<br />-51117565405Escriba aquí la ecuación.<br />134289416781<br />¿La Neurosis y el Arte?<br />42502188021333092491829764A partir de los trabajos de Freud y Jung sobre la utilidad del simbolismo en la revelación del inconsciente se han desarrollado múltiples tesis sobre la influencia de la psicopatología (y especialmente las neurosis) en la actividad creativa o artística. Para Jung el artista quot;
desvelabaquot;
arquetipos ayudando al observador del fenómeno artístico a comprender el universo.1 Y a través de esa propiedad elaboró toda una estrategia terapéutica basada en el valor simbólico del proceso artístico (capaz de revelar los procesos psíquicos del paciente y de ayudar al terapeuta). <br />