Este documento describe el viaje de la autora para convertirse en maestra. Desde la escuela secundaria, disfrutó explicando temas académicos a sus amigos y se dio cuenta de que le gustaba enseñar. Aunque algunos familiares dudaban de su elección de carrera, decidió estudiar educación. Al cometer un error al inscribirse en la universidad, terminó estudiando educación social en lugar de psicología. Aunque inicialmente se desanimó, disfrutó observando clases y trabajando con estudiantes,
1. Mi autobiografía
Como decidí convertirme en docente.
Desde el colegio, me llamo mucho la atención explicarle algunos temas de distintas
materias a mis amigas, siempre sentí una gran satisfacción con el hecho de que
me entendieran y obtuvieran buenas calificaciones, tuve algunas inconvenientes
con la forma de explicación que tenían mis profesores en algunas temáticas ya que
podían ser explicar de formas mucho más fáciles.
Mi familia es de profesores y cuando les compartí la idea de que quería estudiar
para ser docente, algunos de mis tíos me apoyaron con mi idea, pero otros me
aconsejaron elegir otra carrera.
Por muchos días, me quede en mi cuarto analizando cual sería la mejor opción
para: mi vida, ayudar a mi familia y lo que me haría realmente feliz. Después de
mucho meditarlo al fin tenía mi decisión.
Al momento de presentar el pin para ingresar a la universidad de Nariño quise
inscribir psicología de primera opción y sociales como una segunda, por un error del
destino inscribí sociales de primera opción, y no me di cuenta de este error hasta el
momento de observar la lista de admitidos en sociales y mirar mi nombre ella.
Con el paso de los semestres me fui desmotivando cada vez más con la idea de la
docencia, hasta que llegó el momento en donde nos solicitaron la observación de
una clase, aunque al principio de la jornada sentía terror, con el paso de las horas
fue mejorando, observe diferentes maneras con las que se puede lograr la atención
del curso y la comprensión de un tema.
En semestres superiores nos dieron la oportunidad de tener un acercamiento con
los chicos del LEMO, al llegar a casa decidí que esta carrera aunque muy dura a
veces, era lo que el realidad quería y le doy gracias a Dios por cometer ese error
afortunado al momento de mi inscripción en la universidad de Nariño.
En este momento estoy a menos de un año para enfrentar la práctica docente, tengo
muchos sentimientos encontrados, y aunque quiera negarlo el miedo es uno de
ellos, ya que por mi corta edad temo no lograr el respeto de los estudiantes, pero
después siento que no importa porque el deseo de ayudarlos es mucho más grande.
En lo personal preferiría trabajar con chicos de limitados recursos, para poder
ayudarlos, estoy consciente que un docente no debe involucrarse, ni apropiarse de
los problemas de sus estudiantes, pero me gustaría ser una pequeña guía que
pueda cambiar una vida y solo con ese pequeño hecho estaría conforme con mi
vida, porque siento que la docencia puede cambiar vidas, tanto para bien como para
mal, por eso me esforzare y daré todo de mi para apórtele a la sociedad y hacer un
cambio en ella con un pequeño granito de arena.