3. Cinematógrafo Lumière (Francia, 1895)
-La salida de la fábrica Lumière
-La comida del bebé
-El regador regado
-Llegada de un tren a la estación
-Demolición de un muro
4. Le
Radical
“El cinematógrafo. Una maravilla fotográfica, una nueva invención que es
ciertamente una de las cosas más curiosas de nuestra de nuestra época, tan
fértil, se produjo anoche en el 14 Boulevard des Capucines ante un público de
sabios, profesores y fotógrafos. Se trata de una revolución por proyección
de escenas vividas y fotografiadas. Cualquiera que sea la escena así
tomada y cualquiera que sea el número de personajes así sorprendidos en
retazos de su vida, los volvéis a ver en tamaño natural, con los colores, la
perspectiva, los cielos lejanos, las casas, las calles y toda la ilusión de la
vida real. Se recogía ya, y se reproduciría, la palabra. Se recoge ahora y se
reproduce la vida. Se podrá, por ejemplo, volver a ver actuar a los
nuestros, mucho tiempo después de haberlos perdido”.
5. Le Matin:
“Figuraos una pantalla colocada al fondo de una sala tan grande como
puede imaginarse. Esa pantalla puede verla una multitud. Sobre la pantalla
aparece una proyección fotográfica. Hasta aquí, nada nuevo. Pero, de
repente, la imagen, de tamaño natural o reducido según la dimensión de la
escena, se anima y se hace viva. Es la vida misma. Es el movimiento
capturado en film. La fotografía, alejada de la inmovilidad, perpetúa la
imagen en movimiento. La belleza de la invención reside en la novedad e
ingeniosidad del aparato, cuando todos puedan fotografiar a los seres
queridos, no ya en su forma inmóvil, sino en su acción, en sus gestos
familiares o la palabra al salir de los labios, la muerte dejará de existir”.
7. Maxim Gorki:
“Ante ti surge una vida, una vida desprovista de palabras, sin el aspecto
viviente de los colores, gris, sin sonido, sombría y lúgubre. Es terrorífico
verlo, pero es el movimiento de sombras, solo de sombras. Te sientes como
si un truco cruel de Merlín estuviera ocurriendo delante de ti. Como si él
hubiera embrujado la calle entera, hubiera comprimido todos los edificios
de muchos pisos, desde los tejados hasta los cimientos, convirtiéndolos en
miniaturas. Reduce el tamaño de la gente en proporciones
correspondientes, robándoles la facultad de hablar y reduciendo todo el
pigmento del cielo y la tierra a su monótono color gris”