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La ciencia, el exterminio y el objeto sagrado;
            Brevísimas reflexiones acerca de la obra de Escalada 1

Sergio Fabián Rabatin
Facultad de Ciencias Naturales y Museo UNLP
watsilchum@email.com


Resumen
Analizando uno de los textos Federico Escalada El complejo tehuelche; Estudios de
etnografía patagónica editado en 1949, aparecen algunas de curiosidades que inspiraron
esta ponencia. Teniendo en cuenta el contexto en que fue realizada su investigación y
los resultados que publica, la más notable es la distancia que observa entre el objeto de
la ciencia y el objeto político (si es que se pueden utilizar estos términos), distancia que
este autor nota y anota en su publicación. El otro, es un detalle curioso. El objeto
sagrado; el meteorito Káperr Káike que yace en las vitrinas del Museo sobre la siguiente
leyenda “Meteorito Kapper / Chubut, Argentina / Fue hallado por Francisco Pascasio
Moreno el 4 de abril de 1896 / Forma parte de las primeras colecciones del Museo de La
Plata” no como elemento de exhibición en las salas de Arqueología o Etnografía sino,
como simple meteorito en una dedicada a Moreno. Esta contradicción también es
señalada por el autor y si bien ha pasado más de medio siglo de su publicación, pese a
los cambios políticos, de marcos teóricos, de demografía, de relaciones económicas;
parece no haber perdido aún, en cierto sentido que será desarrollado, identidad o
vigencia.


Introducción
Para esta ponencia, la propuesta es analizar un solo trabajo de un solo autor, fundante en
muchos sentidos de la etnología del siglo XX que marcó y marca gran cantidad de
publicaciones y conceptualizaciones del mundo de los pueblos originarios o como
Escalada sostenía, aborigen, de Patagonia. No ha de ser tarea difícil, criticar un trabajo
ya criticado, aunque en este caso, el peso de la crítica se desvía del autor hacia el lector,
hacia las concepciones de la historia hegemónica, hacia las prácticas políticas y hacia
las políticas de los investigadores y docentes. No será un análisis puntilloso y profundo

1
 Ponencia presentada en el Congreso Argentino de Antropología Social 2004 en la mesa de
Relaciones Interétnicas
sino uno de superficie que es suficientemente contradictorio como para justificar un
texto de este tipo.
Escalada fue un médico, que tuvo su formación y entrenamiento como etnólogo y,
durante su trabajo en la Gobernación Militar de Comodoro Rivadavia (hoy sur de
Chubut y Norte de Santa Cruz) se dedica a hacer una investigación pormenorizada de
algunas familias, entre ellas, la de Agustina Quilchaman, principal informante y
transmisora de historias familiares y locales. Ayudado institucionalmente por el
Gobernador Militar y colegas tales como Marcelo Bórmida2 y Alejo Vignati logra
finalmente reunir información suficiente como para publicar en 1949 el texto El
complejo Tehuelche que será analizado parcialmente, escrito principalmente, según su
propia versión, en el pueblo de Río Mayo.
Como novedad, defiende y aplica el trabajo de campo para resolver ciertos problemas
históricos de esta parte de Patagonia, ayudado y sostenido por la raciología y estudios
genealógicos, y se opone tozudamente a interpretaciones que considera caprichosas de
Lehman-Nitsche, contemporáneo suyo.


La ciencia
El aporte principal de este autor, es el científico. Es su pretensión la de lograr una
interpretación inequívoca de las poblaciones originarias más allá de lo observado
corrientemente y para ello, utiliza profusamente los dichos de los informantes que
consulta. Sin embargo, establece una diferencia entre lo que escucha e interpreta con
respecto a lo que interpretan sus informantes ya que en su mente se encuentra una
matriz irreductible que se puede ilustrar de este modo:
“... hurgar en el remoto pasado prehistórico el arcano integral de la raza, tratando de
identificar o comparar nuestras comprobaciones y conclusiones, con las observaciones
que nos legaron los anteriores exploradores patagónicos.” (Escalada 1949:6)
“Ya desde entonces, tuvimos que clasificar el elemento humano autóctono en dos
grandes grupos antitéticos: por un lado, el araucano o «mapuche»; por otro, el que
terminamos por designar con la expresión general de «complejo tehuelche». Aquéllos,
descendientes de una estirpe de agricultores primitivos, originarios del centro de Chile y
extendidos por el Neuquén y la llanura pampeana desde siglos atrás; somáticamente

2
    Hay grabación de canciones de doña Agustina asistidas por Bórmida que se realizaron en
     grabador de alambre y se encuentran en el Instituto Etnográfico. Fueron pasadas a caset y
     personalmente las escuché en 2002 en el CENPAT.
2
constituidos por individuos de aspecto pícnico o brevilineo3. Los segundos («complejo
tehuelche»), antiguos nómades cazadores, culturalmente inferiores a los anteriores,
autóctonos de la comarca –en la medida que algún pueblo puede ser considerado
autóctono– somáticamente normotipos, con marcada tendencia a longilíneos. Estos
últimos constituyen el objeto mayor de nuestra curiosidad.” (Escalada 1949:6)
La ciencia de Escalada, está basada en la clasificación racial de Imbelloni y divide al
universo de los pueblos originarios en dos grandes grupos, los llamados ándidos (hace
referencia principalmente a mapuches) y los llamados pámpidos (hace referencia a los
de su “complejo tehuelche” clasificados en Aóni-kenk al sur, Chehuache-kénk al
noroeste y Guénena-kéne al noreste). Esta división, además, admite una relación de
jerarquía; mientras una es superior la otra es inferior y además, una relación de
producción específica; unos son agricultores, otros cazadores. Todo esto asociado a un
tipo físico determinado unos brevilíneos, o sea bajitos y otros normotipos con tendencia
a longilíneos, o sea de estatura normal a alta. Afortunadamente, para nosotros, no
abunda en más características diferenciadoras, pero estas son suficientes para muchas de
sus conclusiones.
Teniendo presente esta característica matriz de su pensamiento, es que Escalada, sus
colaboradores y colegas asisten al campo intentando colectar los datos que sus
interlocutores expresan con la consiguiente dificultad obvia y predecible de la
incapacidad de interpretar adecuadamente sus requisitorias. El pasaje citado a
continuación, ilustra la respuesta de doña Agustina a preguntas tales como de qué raza
era ella, de qué raza su marido o sus hijos, de qué taza tal o cual persona:
“Relataremos a continuación la manera cómo llegamos a dar buen fin a la
correspondiente investigación. Esta no resultó fácil, ya que la mentalidad de los
naturales no responde en forma directa y terminante al primer intento de averiguación,
quizá como consecuencia de la enorme distancia que separa los dos puntos de vista
actuantes en esos casos. Por un lado, la atenta mirada curiosa del representante de la
cultura occidental; por otro, el desaprensivo temperamento del indígena, que mal se
amolda a la concepción nuestra, mediante la cual damos trascendencia a hechos que son
para ellos absolutamente secundarios o, incluso, desprovistos de la menor importancia.
Así es como doña Agustina ha reído frecuentemente ante nuestras preguntas,
exclamando: Kadë chópenk(e), o sea ‘cristiano loco’ (Kadë ‘cristiano, hombre blanco’;

3
    Empleamos un lenguaje clínico, que nos es familiar, para no entrar en cuest iones de
    antropometría (nota de Escalada)
                                                                                      3
chópenk(e) ‘loco’). ” (Escalada 1949:71)4
Así, pues, la ciencia de Escalada está dirigida a la interpretación de los hechos
históricos, la delineación de las áreas culturales y su respectiva clasificación racial en
dos grandes grupos, rechazando la existencia de una raza del medio o tercera raza con
su respectivo tercer idioma, para los siglos XIX o XVIII en pampa o patagonia


El exterminio
En este universo de razas, en esta matriz de separación de las sepas humanas en
poblaciones subespecíficas, se produce, obviamente, lo que se produce en todos los
contextos racistas conocidos, esto es, la guerra de razas. Es ahí en donde las dos razas
intervinientes desarrollan una relación interétnica inconcebible si no es por la guerra. En
este caso, la raza araucana, habría iniciado la extinción de la porción occidental del
complejo tehuelche con la invasión de Payllacán a las regiones del Senguerr. La
conclusión que ilustra el pensamiento de Escalada es la siguiente:
“El combate de Apeleg, ... constituye el broche de hierro con que se cierra la tragedia de
la estirpe autóctona. La lucha de Shótel káike marca la iniciación del acto final. Es
curioso observar cómo al mismo tiempo que en la cuenca del Plata se jugaba la suerte
de la dominación española en América, en las solitarias y salvajes heredades
patagónicas, una estirpe legendaria iniciaba su marcha trágica hacia la absoluta
extinción. Son dos historias que se han vivido al mismo tiempo y separadamente...
Mientras que una significa la real iniciación de la Era Contemporánea para la América
hispana, la otra constituye el punto final de la Edad de Piedra en Patagonia.” (Escalada
1949:320-321)
“El final de la guerra secular fue la fusión, mejor dicho la absorción de la raza derrotada
por parte de los vencedores. Las mujeres y los niños, que por lo general se libraban de la
masacre, eran incorporados a las familias triunfantes, no siendo rara la adopción en
carácter de esposas legítimas, incluso por los caciques que capitaneaban las huestes
invasoras, de las bellas cautivas seleccionadas con instinto eugénico5” (Escalada
1949:49)
De este modo, los araucanos o mapuches van lentamente suplantando a los Guénena-


4
  En este caso, es notable la coincidencia de criterios de doña Agustina con quien escribe esta
   ponencia
5
  En el ejemplar de biblioteca del Museo, esta última frase se encuentra subrayada y encerrada
   en signos de admiración por un lector asombrado e incrédulo por este ti po de conclusiones.
4
kéne cuya lengua definitivamente se extingue (antes de que algún lingüista o etnólogo
concurra al sitio de su defunción) a favor del aóniko-aish y del araucano. Finalmente, y
en consonancia con esta relación de las razas en guerra, es que la raza blanca interviene
con el mismo designio, la guerra y el exterminio de las otras razas:
“Su bonhomía hizo fácil y agradable la convivencia y, finalmente, determinó la escasa
resistencia ante la lucha que los llevó a la casi absoluta extinción, en muchos casos,
despiadadamente conducida por los blancos competidores de aquellos campos, que
hubieran creído reservados definitivamente para la perpetuación pacífica de la raza”
(Escalada 1949:10)
“Hoy presenciamos una doble sustitución etnográfica y filológica. El araucano ha
desplazado casi en absoluto al vernáculo habitante de las llanadas australes en el
conjunto de las manifestaciones del espíritu cuando no incluso corporalmente a los
individuos que lo sustentaban. Ahora, él mismo sufre el embate arrollador de la cultura
blanca” (Escalada 1949:50)
“La cultura mapuche, esparciéndose como un barniz sobre los maltrechos restos de
caracteres de los primitivos habitantes patagónicos, ofrece un matiz uniforme y opaco a
la visión del observador contemporáneo. Mientras, la civilización cosmopolita de
nuestros días, a paso rápido, barre todo rasgo autóctono en su inconsciente afán
progresista” (Escalada 1949:50)
De modo tal, que tenemos en los textos de Escalada varios elementos clásicamente
racistas que no están abiertamente reconocidos como tales6. Primero, obviamente, las
razas, luego, la guerra como consecuencia lógica de la jerarquía que se establece entre
ellas, por fin, la inexorable victoria de la raza superior con la consecuente extinción de
la inferior. Pero además, logra otro efecto de tradición racista decimonónica que es el
poético:
“El malón sangriento, envuelto en el polvo de las rastrilladas y el humo de sembrados y
rancheríos devorados por las llamas, pasaba sobre los incipientes núcleos civilizados y
se perdía en las infinitas llanuras, dejando tras de sí una dantesca estela de dolor y
muerte. Era la cobriza hueste implacable y cruel que la «pampa» vomitaba, como un
engendro demoníaco. Era la revelación vengativa de la tierra inculta americana, ante la

6
    Nótese la fecha de publicación, que es posterior a la Segunda Guerra Mundial y la Declaración
     Universal de los Derechos Humanos. Un reconocimiento racista demasiado abierto hubiera
     puesto a Escalada en abierta contradicción con los ve ncedores de la guerra y los tiempos que
     se avecinaban, sin embargo, escudándose en la ciencia antropológica pudo haberse sostenido
     confortablemente por varias décadas
                                                                                                5
soberbia intención de doblegarla. Era la personificación del espíritu de la estepa virgen,
de la llanura dilatada. Eran los «pampas», temidos y odiados – el azote que hasta el
siglo XIX amenazó con asolar las endebles comunidades de la raza blanca” (Escalada
1949:112)
Al llegar a escribir respecto del momento actual (década de 1940) se desvanece toda
poesía y se desdibuja parcialmente el edificio de razas. El hecho histórico, la magnética
seducción e influencia que le provocaban sus informantes, los sentimientos del autor,
pueden más aunque no logran evitar la expresión de la ciencia como neutra, inerte y
tediosa. El avasallamiento, la destrucción, el exterminio, el atropello, hacen a un lado al
etnólogo y se escuda en su condición de médico para informar en apéndice con letra de
menor tamaño cosas como las siguientes:
   “Fallecido el cacique Manuel Quilchaman, a pesar de que con anterioridad y
    conformidad de los indígenas a su mando, había sido nombrado sucesor su hijo
    Pedro, en la actualidad es reconocido el hijo José Manuel como cacique, no obstante
    la evidente desintegración del organismo primitivo. Ha de constituir un
    conglomerado que fácilmente alcanza 150 individuos, entre mayores y niños. El
    100% de éstos presenta estigmas raquíticos y bocio.” (Escalada 1949:342)
   “Al fallecer el último cacique de este nombre (Venancio), fue designado para dirigir
    a las familias que le estuvieron subordinadas, el indígena Ciriaco Chaquila, el cual
    falleció también en 1946. Este jefe, del sector guénena-kéne, del «complejo
    tehuelche», fue sustituido por uno de los Lienpichun, de igual sangre. La
    desorganización es absoluta. Quedarán unos 35 individuos.” (Escalada 1949:342)
   “...en las proximidades del paraje llamado «El Pedrero», están los vástagos de la
    tribu del cacique Esteban Tracaleo, ya fallecido. Tanto en este caso como en el
    anterior , es imposible hablar de una organización tribal, ni de la existencia de un
    jefe.” (Escalada 1949:343)
   “Hay diferentes concesiones individuales a indígenas cuya situación varía entre la
    miserable y la semi-floreciente, en muy contados casos... En forma de poblador
    clandestino o intruso, mejor dicho, en diferentes lugares apartados, especialmente
    entre las estribaciones de la Cordillera, arrastran su existencia una cierta cantidad de
    individuos o familias en las peores condiciones que es dado imaginar.” (Escalada
    1949:343)
   “... la mayoría de ellos lleva vida miserable, ocupan la tierra desde cuarenta o


6
cincuenta años atrás, nunca tienen seguridad de que no los han de desalojar, como
   ha sucedido con frecuencia, quedando tan sólo las tierras menos productivas para
   estos desvalidos pobladores de los campos que fueron de sus mayores, sin disputa.
   Su existencia la han pasado desconfiando de las autoridades, de los comerciantes,
   etc. Aún hoy, en que las circunstancias han cambiado radicalmente, la vida del indio
   es insegura y azarosa. Su economía está por lo general arruinada; desconoce casi
   todo lo que le permitiría salvar los múltiples escollos que ofrece la vida civilización
   al hombre inculto y que facilita al preparado en la lucha por la existencia la
   ocupación de los lugares de privilegio.” (Escalada 1949:343-344)


El objeto sagrado
El mito en citas:
“... el mundo anteriormente estaba poblado por «gente chiquita»... A esta «gente
chiquita», la denominan Táchul (aóniko-áish), vocablo que, por otra parte, se utiliza
para designar «a cualquier petiso»... La misma fuente aóni-kénk conserva la tradicional
creencia de la cueva, cerro o corral de donde «salieron la gente y los animales actuales»
. Esto se produjo luego de algún gran cataclismo, al que hacen mención diciendo que
«la tierra se dio vuelta y tapó a la gente chiquita o Táchul».” (Escalada 1949:327)
“Según nuestros informantes, «el fierro que llevaron a Buenos Aires» era una mujer
que fue la primera que «salió de la gruta». Salió, por consiguiente, sin proceder de
padres, por obra de Seecho... Tenía un hijo, que era el objeto de sus desvelos y de su
amor.” (Escalada 1949:329)
“Un día el zorro,... asustó a los demás animales determinando un desbande general. La
mujer salió de a pie, tras ellos... Su hijo para seguir la carrera de los animales, se
convirtió en un hermoso potrillo blanco y salió tras aquéllos a todo correr, trasponiendo
pampas y cañadones.” (Escalada 1949:330)
“También ella se transformó en una yegua blanca y corrió desesperada tratando en vano
de juntar su hacienda desperdigada.” (Escalada 1949:330)
“En estas circunstancias,... su querido hijo, muere ahogado en una laguna , a la que se
había introducido para beber y retozar.” (Escalada 1949:330)
“La dolorida madre volvió a su forma humana para llorar y lamentar la pérdida
irreparable... Entonces, tras un matorral grande de calafate que la protegía del viento,
decidió emplear sus poderes mágicos para transformarse en el trozo de hierro meteórico,


                                                                                        7
que luego los indios por generaciones y generaciones venerarían.” (Escalada 1949:330-
331)
“Antes de tal metamorfosis, con desgarradora voz entonó una canción que los abuelos
repetían a los nietos y éstos luego a los suyos, habiendo legado a nosotros por medio de
doña Agustina y perpetuada en el disco que hemos grabado...” (Escalada 1949:331)
“Desde entonces, ...los animales se distribuyeron por la faz de la tierra y fueron libres y
sin más dueño que quien fuera capaz de cazarlos. He aquí un fundamento religioso del
concepto de propiedad en el derecho consuetudinario autóctono.” (Escalada 1949:333)
El objeto sagrado de estas citas es un meteorito. Objeto de culto, forma física del mito y
representación simbólica de un derecho de propiedad muy distinto al capitalista.
“... junto a la «mata» quedó el objeto sagrado y que, desde entonces, los indios lo
visitaban al recorrer sus proximidades y efectuaban junto a él ceremonias y festividades
religiosas. Llevaban alimentos y efectuaban sacrificios de animales.” (Escalada
1949:332)
“Los naturales levantaban el meteorito y lo transportaban, calculando larga vida para los
que lo llevaran más lejos.” (Escalada 1949:332)
“Luego, respetuosamente era depositado tras el «monte» de calafate, donde la dolorida
madre cantó su última canción, condensando en ella toda su congoja.” (Escalada
1949:332)
Este objeto, fue recogido por Moreno como una curiosidad más y fue extrañado de las
comunidades que le ofrecían culto para ir a parar al museo en el que aún está exhibido.
Escalada queda fascinado con su presencia y escribe de esta manera:
“... en una visita efectuada al Museo de La Plata en el año 1947, pudimos contemplar el
meteorito que allí se guarda con la referencia de ser donación del perito Moreno,
proveniente de Capri-kaike (Chubut) y haber sido conocido en 1869 y tener 112
kilogramos de peso.” (Escalada 1949:326)
“Hoy, en la fría vitrina del Museo, reposa la pieza que fuera venerada por una raza
moribunda. Allí la hemos visitado con emoción, contagiados por la sugestión y el
misterio de las tribus nómades y legendarias que de ella se desprende. Allí reposa el
mudo testigo de tantas ceremonias, que un día cayó del cielo para protagonizar,
gloriosamente, el místico y subyugante personaje central del relato tehuelche, arquetipo
de tragedia, original concepción de la mente primitiva.” (Escalada 1949:340)
Por supuesto, que las consecuencias de este saqueo no fueron inocuas, si bien Moreno
no logra registrarlas, Escalada sí:
8
“José Chaiuy, aóni-kénk... fue el entregador de la reliquia, sobornado por cien pesos,
según refieren con indignación los restos tribales que todavía recuerdan con respeto
aquel objeto de culto.” (Escalada 1949:340)
“En su furia, sus guene-kenk (o sea sus paisanos compatriotas, en aóniko áish) casi lo
matan, y durante toda su existencia fue objeto de reproches. Finalmente, como tocado
por una maldición, enloqueció y murió pocos años después.” (Escalada 1949:340)


Discusión
Hasta aquí, hemos observado no sólo el pensamiento superficial de Escalada, su
capacidad poética y su agudeza en la observación, sino también, su fascinación por los
elementos de las poblaciones que estudia, sus objetos religiosos, su historia, su raza, etc.
Sin embargo, no logra analizar tanto el genocidio, el etnocidio, la apropiación de los
campos de producción o de los objetos sagrados, más allá del marco teórico de la guerra
de razas. No pudo avanzar en cuestiones económicas o simbólicas por lo que debió
recurrir al sentido común para defender sus emociones y apelar a información
medicalizada para poder expresar las sensibles contradicciones que se le presentaban.

Primer caso para el análisis; el objeto sagrado
El objeto sagrado fue el elemento que mayor fascinación causó al autor. El mismo
señala la confluencia del mito y el “derecho consuetudinario autóctono” (Escalada
1949:333) en un objeto digno de reverencia y devoción. De modo tal que ese meteorito
representa el mito que da derecho a los tehuelche a cazar a los animales que,
literalmente, en nuestra forma de ver el mundo, no tienen dueño. Podríamos realizar un
análisis, incluso, observando que esta mujer primordial sí era propietaria, pero no nos
detendremos ante la posible influencia del capitalismo en los mitos patagónicos (en este
caso para rechazar el concepto de propiedad privada de la tierra y de los animales) sino
ante la importancia del objeto sagrado para Moreno. Este ha logrado proyectar a objetos
tales como la cabeza de Sam Slick7, la de Mariano Rosas o la de Calfucurá las
relaciones entre los argentinos del siglo XIX y los pueblos originarios. El Perito y
aventurero, en su afán de coleccionar, no sólo coleccionó un meteorito, también segó el
poder simbólico de éste y del mito y del derecho que representan haciéndolo
desaparecer, de modo que ya nadie pudo verlo. En pocas palabras, se podría sostener


7
    Ver Rabatin 2002

                                                                                          9
que la ciencia en este caso ha exorcizado un elemento peligroso (un objeto sagrado que
representa la mujer mítica que otorgó la propiedad de la tierra y los medios materiales
para la subsistencia a “todos” los habitantes de esa tierra en contradicción evidente con
la conceptualización de la propiedad privada capitalista) para volverlo inocuo (un
meteorito ferroso, exhibido en las vitrinas del Museo de La Plata sin más peligro para la
fe en la propiedad privada). Este meteorito aún está en el Museo y se lo puede ver en la
primer sala del mismo, sala temática cuyo motivo es el mismísimo Perito Moreno. La
referencia más importante para los visitantes con respecto a los humanos relacionados
con él es que fue donado por quien lo “halló” el 4 de abril de 1896.
Sabemos quién condujo la expedición en la que iba Moreno y qué consecuencias le
produjo haberlo hecho por lo que Escalada nos escribe. Entendemos que a la derrota
militar, siguió la distribución de la población en zonas marginales y extremas, a muchos
kilómetros de sus lugares de origen en un plan de aislamiento y exterminio mal
disimulado. Exterminio no sólo físico de los cuerpos sino histórico, lingüístico, familiar,
religioso, legal, simbólico. Ésta fue la verdadera relación interétnica que pudo registrar
la historia escrita y la historia oral. Es en este contexto que se inscribe el extrañamiento
del meteorito Káperr Kaike hecho que deja de ser una anécdota para convertirse desde
este punto de vista, en un importante hecho político en el marco del plan tácito de
exterminio de la población originaria de Patagonia. Desde este punto de vista, la
recolección de un “objeto geológico” oculta la relación social existente entre ambas
comunidades y la lectura debería ser la siguiente; no se recolectó un “auténtico objeto
geológico” (un meteorito) sino un “auténtico trofeo de guerra” (un objeto sagrado) que
por medio de la ciencia y la colección, se convirtió en un auténtico e inocuo objeto
geológico exorcizando así, cualquier posible influencia en relaciones sociales muy
ajenas a la geología.

Segundo caso para el análisis; el exterminio
Si bien este no es el caso más llamativo conscientemente para Escalada, lo es por su
insistencia y reiteración a lo largo del texto y porque le dedica un capítulo extra al que
llama apéndice. Incluso ensaya una larga conclusión acerca de cómo deberían
solucionarse estos temas no tratados en este caso. Aparentemente, los mecanismos de la
desaparición del “Complejo Tehuelche” habrían estado dados por dos pasos
secuenciados que serían los siguientes:
1) Guerra entre Guénena-kéne y araucanos

10
   Invasión de Payllacán
         Adopción de las mujeres y niños por parte de los araucanos invasores y su
          traslado al norte del río Limay
         Regreso de las familias “mixtas” al sur del Limay que ya había sido ocupado por
          aóni-kénk
2) Guerra entre los sobrevivientes del “Complejo Tehuelche” matizados de araucano y
      araucanos contra los blancos
         Invasión grande8 o invasión blanca9
         Traslado de las poblaciones a grandes distancias y su encierro en reservaciones
          formadas en territorios pobres (los de peor calidad y productividad) y escasos en
          relación a la población que deben sostener.
         Tratamiento discriminado por parte de comerciantes y autoridades policiales o
          judiciales.
         Como consecuencia de los puntos anteriores enfermedades relacionadas con la
          desnutrición y la falta de prácticas preventivas. Desaparición de familias enteras
          y gran cantidad de personas que pasaron su edad reproductiva sin hijos.
En términos generales, lo escrito sería lo indicado por el autor como responsable del
exterminio. Incluso sobreabunda y experimenta una serie extra de consideraciones como
la falta de liderazgo, la maternidad no deseada, etc., no citados en este trabajo por
obvias razones de espacio y por considerar lo escrito en el párrafo anterior como
suficientemente representativo.
Siguiendo el planteo de Escalada, entonces, pareciera que el inexorable destino del
exterminio aún se estuviera realizando unos 120 años después de la “invasión grande” o
gran invasión. Las estrategias aún no se han modernizado o tecnificado demasiado, sino
que por el contrario, continuarían siendo similares a las de antaño.
"«Cuando todas las pruebas presentadas por la familia Fermín y la comunidad Vuelta
del Río confirman nuestros derechos sobre el lote que ocupa ancestralmente, el Juez
Colabelli legitimó la usurpación alegando derechos inexistentes de José Vicente El
Khazen sobre nuestro territorio.» Si la medida judicial se concreta la familia desalojada


8
    En ningún momento lo anota como “Conquista del Desierto” que es como suele conocerse.
9
    Aparentemente con la expresión “invasión blanca” no estaría haciendo referencia solamente a
     la “gran invasión” o “Conquista del Desierto” sino también a todo el tiempo posterior a la
     misma.

                                                                                            11
queda obligada a vivir a la intemperie «en la ladera de los nevados cerros, cuando el
invierno ha llegado. »" (ANRed 2003a)
"El 15 de marzo de este año los dueños ancestrales de esos terrenos sufrieron el primer
intento de desalojo «cuando la policía de El Maitén y Cushamen demolió la vivienda de
nuestros hermanos y en más de una oportunidad los insultó y amenazó. Estos hechos
fueron denunciados oportunamente ante la Fiscalía, que hoy investiga el accionar
policial, mientras que el juez actuante se desentendió de lo hecho por su -brazo armado-
»" (ANRed 2003a)
“El conflicto histórico que mantienen las comunidades mapuches en la provincia de
Chubut con el gobierno, se vio agudizado en los últimos tiempos por el avance de
corporaciones mineras a la que el estado provincial, hoy encabezado por el gobernador
José Luis Lizurume, les brindó todo su apoyo, en detrimento de los intereses del pueblo
mapuche. De esta manera se produjeron decenas de desalojos y de persecuciones,
avalados por el Juez de Instrucción de Esquel, José Oscar Colabelli, quién legalizó los
actos de violencia en favor del estado y de su propia persona dado que su esposa posee
una mina de cuarzo en el Departamento de Cushamen, Vuelta del Río” (ANRed 2003b)
"Según Rogelio Fermín, perteneciente a la familia desalojada, «después de la
denominada 'Campaña del Desierto' que hicieron los generales genocidas, nos mandan a
esos territorios, que se denominaron reservas; pero esos terrenos se fueron achicando
por las sucesivas ventas. Muchas veces las ventas se hicieron bajo engaño, a gente que
no sabía leer ni escribir y les hacían firmar igual para que entreguen su tierra. Incluso
este tipo de operación se hizo hasta hace muy poco». Rogelio agregó que «nosotros nos
encontramos con que el lugar donde vivimos desde siempre no es de nosotros; pero no
entienden que estas tierras son invendibles porque tenemos un derecho originario en el
lugar». Incluso un documento del INAI ratifica esta opinión al afirmar que «los
derechos indígenas están consagrados en la Constitución Nacional» y que se debe
contemplar «la preexistencia étnica y cultural de los Pueblos Indígenas» y reconocer «la
posesión y propiedad comunitaria de las tierras que tradicionalmente ocupan»". (ANRed
2003c)
“A esta política de despoblamiento se suma el abierto ataque a nuestro Pueblo:
desalojos (latentes en las comunidades Vuelta del Río, Sepúlveda y Pillan Mawida),
violencia directa y persecución jurídica. El Estado ha optado por criminalizar nuestra
lucha y transformar nuestros reclamos en delitos.” (ANRed 2003d)
“Pero sucede, en abrumadora cantidad de casos, que los territorios que habitan las
12
comunidades aborígenes figuran como fiscales. Es así como el Estado realiza las ventas
y como luego los terratenientes se encuentran con que tienen un poblado en el interior
de sus campos -este es un procedimiento que se reproduce en todo el país-, pese a la
preexistencia centenaria de los pobladores. Obviamente que esta compra no es inocente,
muchas veces los habitantes originarios son utilizados como mano de obra barata o
esclava por estos terratenientes.” (ANRed 2003e)
Un piquete en reclamo de la comunidad Pillán Mahuiza termina de esta manera: “El
resultado de aquella jornada es el procesamiento y embargo a el peñi Martiniano Jones
Huala y la lamguén Moira Millán, fallo del juez federal Leonidas Moldes, de San Carlos
de Bariloche” (Avendaño 2003).
Las denuncias periodísticas, los piquetes, las marchas, la solidaridad con grupos de
desocupados, manifestaciones, etc., sin embargo, no son los recursos de defensa
contemporáneos de Escalada. Siguiendo la línea argumental de este autor, ya poco
quedaría de su “Complejo Tehuelche” pero, según lo que se puede leer en los medios de
comunicación, los pueblos originarios de estas regiones están enfrentando sus
problemas con una acción política impensada hace 50 años.


Conclusión
En trabajos anteriores, he comparado los esqueletos y los cráneos recolectados antes,
durante y después de la Campaña del Desierto con las cabezas trofeo de la literatura
antropológica. Estas cabezas se obtuvieron en un ritual muy específico que les quitó su
peligrosidad simbólica transformándola en otro símbolo, el del objeto de la ciencia
osteológica o más bien diríamos hoy, de la biología, de la antropología biológica o de la
antropometría. Este ritual, es el de la investigación, publicación y divulgación científica
que se llevó a cabo, principalmente en museos. De modo tal que personajes de nuestra
historia como Calfucurá que pudo haberse convertido en un prócer quedó transformado
en un cráneo de colección de museo. Ésta fue la estrategia que utilizaron nuestros
antecesores decimonónicos y esta es la estrategia que nosotros mismos heredamos y aún
utilizamos. Ésta es la situación del meteorito de Káperr Káike que pasó de objeto
sagrado, objeto de culto, representación del derecho de propiedad muy ajeno a la
propiedad privada capitalista a un simple e inocuo meteorito caído del cielo. Todo este
proceso, se realizó en el contexto ideológico de la guerra de razas expresada
históricamente como una gran invasión a los territorios de los pueblos originarios


                                                                                        13
pampeanos y patagónicos, seguida por la apropiación de las riquezas de sus tierras, la
explotación de sus cuerpos, la usurpación de sus símbolos, el exterminio de los
elementos rebeldes y la liquidación final de sus costumbres, su lengua y su identidad.
Este último punto, no pudo llevarse a cabo completamente y ha llevado a este plan,
olvidado ya de las conciencias pero vigente en la acción, a sufrir unos reveses cada vez
menos insignificantes, más publicitados y que no sería descabellado estimar, terminará
por torcer el brazo de la persecución y la pretensión etnocida que aún subsiste en
nuestras prácticas sociales y políticas cotidianas.
Por último queremos compartir una reflexión acerca de ciertos tipos de pensamiento
reflejados en citas como esta: “Por lo menos tres capas étnicas pueden difereciarse aún
hoy, en que los contornos mejor definidos han perdido su claridad como consecuencia
de la sistemática destrucción de las organizaciones autóctonas que la raza blanca ha
exterminado, como fatal designio de la supervivencia del más apto. ” (Escalada
1949:103). En el contexto ideológico de la guerra de razas, la raza blanca elimina a las
demás como fatal designio de la supervivencia del más apto. Igual asimetría se hubiera
producido si en vez de anotar raza blanca hubiéramos anotado raza blanca del norte de
Europa (versión más clásica de los racismos conocidos hasta la década de 1940) En este
segundo caso, la raza blanca (mediterráneos) que extingue a las razas inferiores
(ándidos y pámpidos) se vería condenada a la extinción por parte de la otra raza blanca a
su vez superior a la primera (arios). Ahora bien, si reemplazáramos ‘raza blanca’ por
‘productividad’ o ‘eficiencia’, tendríamos el modelo de la guerra de razas transplantado
a la economía que a su vez se trasladaría al resto de las relaciones sociales. No está claro
que el Darwinismo Social haya desaparecido de nuestra forma de pensar y lo peor aún
es que, contra toda ortodoxia de pensamiento, ya sea desde el punto de vista racista, ya
sea desde el punto de vista economicista, etc. en ningún caso los argentinos se
reconocerían a sí mismos como inferiores cuando todas las teorías de este tipo, salvo las
adaptadas por los teóricos de las sociedades llamadas ‘latinas’, sí lo hacen. El mismo
argumento ideológico que sirve para legitimar históricamente el exterminio de los
pueblos originarios es el que sirve para legitimar la tolerancia a la masiva desocupación,
expropiación de estratos sociales, expulsión de una parte de la población de los derechos
laborales, de salud, etc. y es el que podría servir a otra sociedad, más blanca, más
productiva, más eficiente para pretender exterminar la nuestra. En ese caso,
seguramente abandonaríamos masivamente esta forma de pensar, pero ya sería tarde.


14
Bibliografía
ANRed 2003a “Intentan desalojar a aborígenes en Chubut; Continúan los intentos de
    desalojos a aborígenes en Chubut. Fueron en la misma semana en que el estado
    argentino fue denunciado ante la ONU” 12 julio 2003
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ANRed 2003b “Mapuches reclamaron al gobierno nacional contra persecusiones y
    desalojos; Luego de la toma de los Tribunales de Justicia de Esquel y la Casa de la
    Pcia. de Chubut en Buenos Aires, la Organización de Comunidades Mapuche
    Tehuelche «11 de octubre» logró que el gobierno nacional se comprometiera a
    ofrecer soluciones concretas” 4 agosto 2003
    http://www.anred.org/article.php3?id_article=240 (16 febrero 2004)
ANRed 2003c “Resistencia del Pueblo mapuche; Comunidades mapuches de Chubut se
    organizan y reclaman por justicia ante desalojos y criminalización de la protesta
    llevados adelante por el estado provincial y por los intereses económicos mineros”
    3 septiembre 2003 http://www.anred.org/article.php3?id_article=256 (16 febrero
    2004)
ANRed 2003d “II Parlamento Mapuche: Coordinación y Resistencia; Se realizó en
    Chubut el II Futa Trawun Mapuche, donde se pronunciaron sobre las distintas
    problemáticas de los pueblos originarios”
    http://www.anred.org/article.php3?id_article=288 15 octubre 2003 (16 febrero
    2004)
ANRed 2003e “El territorio patagónico bajo la mira; Las condiciones políticas y
    económicas son cada vez más favorables a la usurpación de las tierras patagónicas
    y sus riquezas” 20 noviembre 2003
    http://www.anred.org/article.php3?id_article=308 (16 febrero 2004)
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Buenos Aires
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     Junio de 2003 http://www.ajudicial.org.ar/Revista/Revistas/revi32/body32.html (16
     febrero 2004)
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     Lepá: A diez años de la muerte de Julio Antieco” 14 septiembre 2003
     http://www.anred.org/article.php3?id_article=266 (16 febrero 2004)




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  • 1. La ciencia, el exterminio y el objeto sagrado; Brevísimas reflexiones acerca de la obra de Escalada 1 Sergio Fabián Rabatin Facultad de Ciencias Naturales y Museo UNLP watsilchum@email.com Resumen Analizando uno de los textos Federico Escalada El complejo tehuelche; Estudios de etnografía patagónica editado en 1949, aparecen algunas de curiosidades que inspiraron esta ponencia. Teniendo en cuenta el contexto en que fue realizada su investigación y los resultados que publica, la más notable es la distancia que observa entre el objeto de la ciencia y el objeto político (si es que se pueden utilizar estos términos), distancia que este autor nota y anota en su publicación. El otro, es un detalle curioso. El objeto sagrado; el meteorito Káperr Káike que yace en las vitrinas del Museo sobre la siguiente leyenda “Meteorito Kapper / Chubut, Argentina / Fue hallado por Francisco Pascasio Moreno el 4 de abril de 1896 / Forma parte de las primeras colecciones del Museo de La Plata” no como elemento de exhibición en las salas de Arqueología o Etnografía sino, como simple meteorito en una dedicada a Moreno. Esta contradicción también es señalada por el autor y si bien ha pasado más de medio siglo de su publicación, pese a los cambios políticos, de marcos teóricos, de demografía, de relaciones económicas; parece no haber perdido aún, en cierto sentido que será desarrollado, identidad o vigencia. Introducción Para esta ponencia, la propuesta es analizar un solo trabajo de un solo autor, fundante en muchos sentidos de la etnología del siglo XX que marcó y marca gran cantidad de publicaciones y conceptualizaciones del mundo de los pueblos originarios o como Escalada sostenía, aborigen, de Patagonia. No ha de ser tarea difícil, criticar un trabajo ya criticado, aunque en este caso, el peso de la crítica se desvía del autor hacia el lector, hacia las concepciones de la historia hegemónica, hacia las prácticas políticas y hacia las políticas de los investigadores y docentes. No será un análisis puntilloso y profundo 1 Ponencia presentada en el Congreso Argentino de Antropología Social 2004 en la mesa de Relaciones Interétnicas
  • 2. sino uno de superficie que es suficientemente contradictorio como para justificar un texto de este tipo. Escalada fue un médico, que tuvo su formación y entrenamiento como etnólogo y, durante su trabajo en la Gobernación Militar de Comodoro Rivadavia (hoy sur de Chubut y Norte de Santa Cruz) se dedica a hacer una investigación pormenorizada de algunas familias, entre ellas, la de Agustina Quilchaman, principal informante y transmisora de historias familiares y locales. Ayudado institucionalmente por el Gobernador Militar y colegas tales como Marcelo Bórmida2 y Alejo Vignati logra finalmente reunir información suficiente como para publicar en 1949 el texto El complejo Tehuelche que será analizado parcialmente, escrito principalmente, según su propia versión, en el pueblo de Río Mayo. Como novedad, defiende y aplica el trabajo de campo para resolver ciertos problemas históricos de esta parte de Patagonia, ayudado y sostenido por la raciología y estudios genealógicos, y se opone tozudamente a interpretaciones que considera caprichosas de Lehman-Nitsche, contemporáneo suyo. La ciencia El aporte principal de este autor, es el científico. Es su pretensión la de lograr una interpretación inequívoca de las poblaciones originarias más allá de lo observado corrientemente y para ello, utiliza profusamente los dichos de los informantes que consulta. Sin embargo, establece una diferencia entre lo que escucha e interpreta con respecto a lo que interpretan sus informantes ya que en su mente se encuentra una matriz irreductible que se puede ilustrar de este modo: “... hurgar en el remoto pasado prehistórico el arcano integral de la raza, tratando de identificar o comparar nuestras comprobaciones y conclusiones, con las observaciones que nos legaron los anteriores exploradores patagónicos.” (Escalada 1949:6) “Ya desde entonces, tuvimos que clasificar el elemento humano autóctono en dos grandes grupos antitéticos: por un lado, el araucano o «mapuche»; por otro, el que terminamos por designar con la expresión general de «complejo tehuelche». Aquéllos, descendientes de una estirpe de agricultores primitivos, originarios del centro de Chile y extendidos por el Neuquén y la llanura pampeana desde siglos atrás; somáticamente 2 Hay grabación de canciones de doña Agustina asistidas por Bórmida que se realizaron en grabador de alambre y se encuentran en el Instituto Etnográfico. Fueron pasadas a caset y personalmente las escuché en 2002 en el CENPAT. 2
  • 3. constituidos por individuos de aspecto pícnico o brevilineo3. Los segundos («complejo tehuelche»), antiguos nómades cazadores, culturalmente inferiores a los anteriores, autóctonos de la comarca –en la medida que algún pueblo puede ser considerado autóctono– somáticamente normotipos, con marcada tendencia a longilíneos. Estos últimos constituyen el objeto mayor de nuestra curiosidad.” (Escalada 1949:6) La ciencia de Escalada, está basada en la clasificación racial de Imbelloni y divide al universo de los pueblos originarios en dos grandes grupos, los llamados ándidos (hace referencia principalmente a mapuches) y los llamados pámpidos (hace referencia a los de su “complejo tehuelche” clasificados en Aóni-kenk al sur, Chehuache-kénk al noroeste y Guénena-kéne al noreste). Esta división, además, admite una relación de jerarquía; mientras una es superior la otra es inferior y además, una relación de producción específica; unos son agricultores, otros cazadores. Todo esto asociado a un tipo físico determinado unos brevilíneos, o sea bajitos y otros normotipos con tendencia a longilíneos, o sea de estatura normal a alta. Afortunadamente, para nosotros, no abunda en más características diferenciadoras, pero estas son suficientes para muchas de sus conclusiones. Teniendo presente esta característica matriz de su pensamiento, es que Escalada, sus colaboradores y colegas asisten al campo intentando colectar los datos que sus interlocutores expresan con la consiguiente dificultad obvia y predecible de la incapacidad de interpretar adecuadamente sus requisitorias. El pasaje citado a continuación, ilustra la respuesta de doña Agustina a preguntas tales como de qué raza era ella, de qué raza su marido o sus hijos, de qué taza tal o cual persona: “Relataremos a continuación la manera cómo llegamos a dar buen fin a la correspondiente investigación. Esta no resultó fácil, ya que la mentalidad de los naturales no responde en forma directa y terminante al primer intento de averiguación, quizá como consecuencia de la enorme distancia que separa los dos puntos de vista actuantes en esos casos. Por un lado, la atenta mirada curiosa del representante de la cultura occidental; por otro, el desaprensivo temperamento del indígena, que mal se amolda a la concepción nuestra, mediante la cual damos trascendencia a hechos que son para ellos absolutamente secundarios o, incluso, desprovistos de la menor importancia. Así es como doña Agustina ha reído frecuentemente ante nuestras preguntas, exclamando: Kadë chópenk(e), o sea ‘cristiano loco’ (Kadë ‘cristiano, hombre blanco’; 3 Empleamos un lenguaje clínico, que nos es familiar, para no entrar en cuest iones de antropometría (nota de Escalada) 3
  • 4. chópenk(e) ‘loco’). ” (Escalada 1949:71)4 Así, pues, la ciencia de Escalada está dirigida a la interpretación de los hechos históricos, la delineación de las áreas culturales y su respectiva clasificación racial en dos grandes grupos, rechazando la existencia de una raza del medio o tercera raza con su respectivo tercer idioma, para los siglos XIX o XVIII en pampa o patagonia El exterminio En este universo de razas, en esta matriz de separación de las sepas humanas en poblaciones subespecíficas, se produce, obviamente, lo que se produce en todos los contextos racistas conocidos, esto es, la guerra de razas. Es ahí en donde las dos razas intervinientes desarrollan una relación interétnica inconcebible si no es por la guerra. En este caso, la raza araucana, habría iniciado la extinción de la porción occidental del complejo tehuelche con la invasión de Payllacán a las regiones del Senguerr. La conclusión que ilustra el pensamiento de Escalada es la siguiente: “El combate de Apeleg, ... constituye el broche de hierro con que se cierra la tragedia de la estirpe autóctona. La lucha de Shótel káike marca la iniciación del acto final. Es curioso observar cómo al mismo tiempo que en la cuenca del Plata se jugaba la suerte de la dominación española en América, en las solitarias y salvajes heredades patagónicas, una estirpe legendaria iniciaba su marcha trágica hacia la absoluta extinción. Son dos historias que se han vivido al mismo tiempo y separadamente... Mientras que una significa la real iniciación de la Era Contemporánea para la América hispana, la otra constituye el punto final de la Edad de Piedra en Patagonia.” (Escalada 1949:320-321) “El final de la guerra secular fue la fusión, mejor dicho la absorción de la raza derrotada por parte de los vencedores. Las mujeres y los niños, que por lo general se libraban de la masacre, eran incorporados a las familias triunfantes, no siendo rara la adopción en carácter de esposas legítimas, incluso por los caciques que capitaneaban las huestes invasoras, de las bellas cautivas seleccionadas con instinto eugénico5” (Escalada 1949:49) De este modo, los araucanos o mapuches van lentamente suplantando a los Guénena- 4 En este caso, es notable la coincidencia de criterios de doña Agustina con quien escribe esta ponencia 5 En el ejemplar de biblioteca del Museo, esta última frase se encuentra subrayada y encerrada en signos de admiración por un lector asombrado e incrédulo por este ti po de conclusiones. 4
  • 5. kéne cuya lengua definitivamente se extingue (antes de que algún lingüista o etnólogo concurra al sitio de su defunción) a favor del aóniko-aish y del araucano. Finalmente, y en consonancia con esta relación de las razas en guerra, es que la raza blanca interviene con el mismo designio, la guerra y el exterminio de las otras razas: “Su bonhomía hizo fácil y agradable la convivencia y, finalmente, determinó la escasa resistencia ante la lucha que los llevó a la casi absoluta extinción, en muchos casos, despiadadamente conducida por los blancos competidores de aquellos campos, que hubieran creído reservados definitivamente para la perpetuación pacífica de la raza” (Escalada 1949:10) “Hoy presenciamos una doble sustitución etnográfica y filológica. El araucano ha desplazado casi en absoluto al vernáculo habitante de las llanadas australes en el conjunto de las manifestaciones del espíritu cuando no incluso corporalmente a los individuos que lo sustentaban. Ahora, él mismo sufre el embate arrollador de la cultura blanca” (Escalada 1949:50) “La cultura mapuche, esparciéndose como un barniz sobre los maltrechos restos de caracteres de los primitivos habitantes patagónicos, ofrece un matiz uniforme y opaco a la visión del observador contemporáneo. Mientras, la civilización cosmopolita de nuestros días, a paso rápido, barre todo rasgo autóctono en su inconsciente afán progresista” (Escalada 1949:50) De modo tal, que tenemos en los textos de Escalada varios elementos clásicamente racistas que no están abiertamente reconocidos como tales6. Primero, obviamente, las razas, luego, la guerra como consecuencia lógica de la jerarquía que se establece entre ellas, por fin, la inexorable victoria de la raza superior con la consecuente extinción de la inferior. Pero además, logra otro efecto de tradición racista decimonónica que es el poético: “El malón sangriento, envuelto en el polvo de las rastrilladas y el humo de sembrados y rancheríos devorados por las llamas, pasaba sobre los incipientes núcleos civilizados y se perdía en las infinitas llanuras, dejando tras de sí una dantesca estela de dolor y muerte. Era la cobriza hueste implacable y cruel que la «pampa» vomitaba, como un engendro demoníaco. Era la revelación vengativa de la tierra inculta americana, ante la 6 Nótese la fecha de publicación, que es posterior a la Segunda Guerra Mundial y la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Un reconocimiento racista demasiado abierto hubiera puesto a Escalada en abierta contradicción con los ve ncedores de la guerra y los tiempos que se avecinaban, sin embargo, escudándose en la ciencia antropológica pudo haberse sostenido confortablemente por varias décadas 5
  • 6. soberbia intención de doblegarla. Era la personificación del espíritu de la estepa virgen, de la llanura dilatada. Eran los «pampas», temidos y odiados – el azote que hasta el siglo XIX amenazó con asolar las endebles comunidades de la raza blanca” (Escalada 1949:112) Al llegar a escribir respecto del momento actual (década de 1940) se desvanece toda poesía y se desdibuja parcialmente el edificio de razas. El hecho histórico, la magnética seducción e influencia que le provocaban sus informantes, los sentimientos del autor, pueden más aunque no logran evitar la expresión de la ciencia como neutra, inerte y tediosa. El avasallamiento, la destrucción, el exterminio, el atropello, hacen a un lado al etnólogo y se escuda en su condición de médico para informar en apéndice con letra de menor tamaño cosas como las siguientes:  “Fallecido el cacique Manuel Quilchaman, a pesar de que con anterioridad y conformidad de los indígenas a su mando, había sido nombrado sucesor su hijo Pedro, en la actualidad es reconocido el hijo José Manuel como cacique, no obstante la evidente desintegración del organismo primitivo. Ha de constituir un conglomerado que fácilmente alcanza 150 individuos, entre mayores y niños. El 100% de éstos presenta estigmas raquíticos y bocio.” (Escalada 1949:342)  “Al fallecer el último cacique de este nombre (Venancio), fue designado para dirigir a las familias que le estuvieron subordinadas, el indígena Ciriaco Chaquila, el cual falleció también en 1946. Este jefe, del sector guénena-kéne, del «complejo tehuelche», fue sustituido por uno de los Lienpichun, de igual sangre. La desorganización es absoluta. Quedarán unos 35 individuos.” (Escalada 1949:342)  “...en las proximidades del paraje llamado «El Pedrero», están los vástagos de la tribu del cacique Esteban Tracaleo, ya fallecido. Tanto en este caso como en el anterior , es imposible hablar de una organización tribal, ni de la existencia de un jefe.” (Escalada 1949:343)  “Hay diferentes concesiones individuales a indígenas cuya situación varía entre la miserable y la semi-floreciente, en muy contados casos... En forma de poblador clandestino o intruso, mejor dicho, en diferentes lugares apartados, especialmente entre las estribaciones de la Cordillera, arrastran su existencia una cierta cantidad de individuos o familias en las peores condiciones que es dado imaginar.” (Escalada 1949:343)  “... la mayoría de ellos lleva vida miserable, ocupan la tierra desde cuarenta o 6
  • 7. cincuenta años atrás, nunca tienen seguridad de que no los han de desalojar, como ha sucedido con frecuencia, quedando tan sólo las tierras menos productivas para estos desvalidos pobladores de los campos que fueron de sus mayores, sin disputa. Su existencia la han pasado desconfiando de las autoridades, de los comerciantes, etc. Aún hoy, en que las circunstancias han cambiado radicalmente, la vida del indio es insegura y azarosa. Su economía está por lo general arruinada; desconoce casi todo lo que le permitiría salvar los múltiples escollos que ofrece la vida civilización al hombre inculto y que facilita al preparado en la lucha por la existencia la ocupación de los lugares de privilegio.” (Escalada 1949:343-344) El objeto sagrado El mito en citas: “... el mundo anteriormente estaba poblado por «gente chiquita»... A esta «gente chiquita», la denominan Táchul (aóniko-áish), vocablo que, por otra parte, se utiliza para designar «a cualquier petiso»... La misma fuente aóni-kénk conserva la tradicional creencia de la cueva, cerro o corral de donde «salieron la gente y los animales actuales» . Esto se produjo luego de algún gran cataclismo, al que hacen mención diciendo que «la tierra se dio vuelta y tapó a la gente chiquita o Táchul».” (Escalada 1949:327) “Según nuestros informantes, «el fierro que llevaron a Buenos Aires» era una mujer que fue la primera que «salió de la gruta». Salió, por consiguiente, sin proceder de padres, por obra de Seecho... Tenía un hijo, que era el objeto de sus desvelos y de su amor.” (Escalada 1949:329) “Un día el zorro,... asustó a los demás animales determinando un desbande general. La mujer salió de a pie, tras ellos... Su hijo para seguir la carrera de los animales, se convirtió en un hermoso potrillo blanco y salió tras aquéllos a todo correr, trasponiendo pampas y cañadones.” (Escalada 1949:330) “También ella se transformó en una yegua blanca y corrió desesperada tratando en vano de juntar su hacienda desperdigada.” (Escalada 1949:330) “En estas circunstancias,... su querido hijo, muere ahogado en una laguna , a la que se había introducido para beber y retozar.” (Escalada 1949:330) “La dolorida madre volvió a su forma humana para llorar y lamentar la pérdida irreparable... Entonces, tras un matorral grande de calafate que la protegía del viento, decidió emplear sus poderes mágicos para transformarse en el trozo de hierro meteórico, 7
  • 8. que luego los indios por generaciones y generaciones venerarían.” (Escalada 1949:330- 331) “Antes de tal metamorfosis, con desgarradora voz entonó una canción que los abuelos repetían a los nietos y éstos luego a los suyos, habiendo legado a nosotros por medio de doña Agustina y perpetuada en el disco que hemos grabado...” (Escalada 1949:331) “Desde entonces, ...los animales se distribuyeron por la faz de la tierra y fueron libres y sin más dueño que quien fuera capaz de cazarlos. He aquí un fundamento religioso del concepto de propiedad en el derecho consuetudinario autóctono.” (Escalada 1949:333) El objeto sagrado de estas citas es un meteorito. Objeto de culto, forma física del mito y representación simbólica de un derecho de propiedad muy distinto al capitalista. “... junto a la «mata» quedó el objeto sagrado y que, desde entonces, los indios lo visitaban al recorrer sus proximidades y efectuaban junto a él ceremonias y festividades religiosas. Llevaban alimentos y efectuaban sacrificios de animales.” (Escalada 1949:332) “Los naturales levantaban el meteorito y lo transportaban, calculando larga vida para los que lo llevaran más lejos.” (Escalada 1949:332) “Luego, respetuosamente era depositado tras el «monte» de calafate, donde la dolorida madre cantó su última canción, condensando en ella toda su congoja.” (Escalada 1949:332) Este objeto, fue recogido por Moreno como una curiosidad más y fue extrañado de las comunidades que le ofrecían culto para ir a parar al museo en el que aún está exhibido. Escalada queda fascinado con su presencia y escribe de esta manera: “... en una visita efectuada al Museo de La Plata en el año 1947, pudimos contemplar el meteorito que allí se guarda con la referencia de ser donación del perito Moreno, proveniente de Capri-kaike (Chubut) y haber sido conocido en 1869 y tener 112 kilogramos de peso.” (Escalada 1949:326) “Hoy, en la fría vitrina del Museo, reposa la pieza que fuera venerada por una raza moribunda. Allí la hemos visitado con emoción, contagiados por la sugestión y el misterio de las tribus nómades y legendarias que de ella se desprende. Allí reposa el mudo testigo de tantas ceremonias, que un día cayó del cielo para protagonizar, gloriosamente, el místico y subyugante personaje central del relato tehuelche, arquetipo de tragedia, original concepción de la mente primitiva.” (Escalada 1949:340) Por supuesto, que las consecuencias de este saqueo no fueron inocuas, si bien Moreno no logra registrarlas, Escalada sí: 8
  • 9. “José Chaiuy, aóni-kénk... fue el entregador de la reliquia, sobornado por cien pesos, según refieren con indignación los restos tribales que todavía recuerdan con respeto aquel objeto de culto.” (Escalada 1949:340) “En su furia, sus guene-kenk (o sea sus paisanos compatriotas, en aóniko áish) casi lo matan, y durante toda su existencia fue objeto de reproches. Finalmente, como tocado por una maldición, enloqueció y murió pocos años después.” (Escalada 1949:340) Discusión Hasta aquí, hemos observado no sólo el pensamiento superficial de Escalada, su capacidad poética y su agudeza en la observación, sino también, su fascinación por los elementos de las poblaciones que estudia, sus objetos religiosos, su historia, su raza, etc. Sin embargo, no logra analizar tanto el genocidio, el etnocidio, la apropiación de los campos de producción o de los objetos sagrados, más allá del marco teórico de la guerra de razas. No pudo avanzar en cuestiones económicas o simbólicas por lo que debió recurrir al sentido común para defender sus emociones y apelar a información medicalizada para poder expresar las sensibles contradicciones que se le presentaban. Primer caso para el análisis; el objeto sagrado El objeto sagrado fue el elemento que mayor fascinación causó al autor. El mismo señala la confluencia del mito y el “derecho consuetudinario autóctono” (Escalada 1949:333) en un objeto digno de reverencia y devoción. De modo tal que ese meteorito representa el mito que da derecho a los tehuelche a cazar a los animales que, literalmente, en nuestra forma de ver el mundo, no tienen dueño. Podríamos realizar un análisis, incluso, observando que esta mujer primordial sí era propietaria, pero no nos detendremos ante la posible influencia del capitalismo en los mitos patagónicos (en este caso para rechazar el concepto de propiedad privada de la tierra y de los animales) sino ante la importancia del objeto sagrado para Moreno. Este ha logrado proyectar a objetos tales como la cabeza de Sam Slick7, la de Mariano Rosas o la de Calfucurá las relaciones entre los argentinos del siglo XIX y los pueblos originarios. El Perito y aventurero, en su afán de coleccionar, no sólo coleccionó un meteorito, también segó el poder simbólico de éste y del mito y del derecho que representan haciéndolo desaparecer, de modo que ya nadie pudo verlo. En pocas palabras, se podría sostener 7 Ver Rabatin 2002 9
  • 10. que la ciencia en este caso ha exorcizado un elemento peligroso (un objeto sagrado que representa la mujer mítica que otorgó la propiedad de la tierra y los medios materiales para la subsistencia a “todos” los habitantes de esa tierra en contradicción evidente con la conceptualización de la propiedad privada capitalista) para volverlo inocuo (un meteorito ferroso, exhibido en las vitrinas del Museo de La Plata sin más peligro para la fe en la propiedad privada). Este meteorito aún está en el Museo y se lo puede ver en la primer sala del mismo, sala temática cuyo motivo es el mismísimo Perito Moreno. La referencia más importante para los visitantes con respecto a los humanos relacionados con él es que fue donado por quien lo “halló” el 4 de abril de 1896. Sabemos quién condujo la expedición en la que iba Moreno y qué consecuencias le produjo haberlo hecho por lo que Escalada nos escribe. Entendemos que a la derrota militar, siguió la distribución de la población en zonas marginales y extremas, a muchos kilómetros de sus lugares de origen en un plan de aislamiento y exterminio mal disimulado. Exterminio no sólo físico de los cuerpos sino histórico, lingüístico, familiar, religioso, legal, simbólico. Ésta fue la verdadera relación interétnica que pudo registrar la historia escrita y la historia oral. Es en este contexto que se inscribe el extrañamiento del meteorito Káperr Kaike hecho que deja de ser una anécdota para convertirse desde este punto de vista, en un importante hecho político en el marco del plan tácito de exterminio de la población originaria de Patagonia. Desde este punto de vista, la recolección de un “objeto geológico” oculta la relación social existente entre ambas comunidades y la lectura debería ser la siguiente; no se recolectó un “auténtico objeto geológico” (un meteorito) sino un “auténtico trofeo de guerra” (un objeto sagrado) que por medio de la ciencia y la colección, se convirtió en un auténtico e inocuo objeto geológico exorcizando así, cualquier posible influencia en relaciones sociales muy ajenas a la geología. Segundo caso para el análisis; el exterminio Si bien este no es el caso más llamativo conscientemente para Escalada, lo es por su insistencia y reiteración a lo largo del texto y porque le dedica un capítulo extra al que llama apéndice. Incluso ensaya una larga conclusión acerca de cómo deberían solucionarse estos temas no tratados en este caso. Aparentemente, los mecanismos de la desaparición del “Complejo Tehuelche” habrían estado dados por dos pasos secuenciados que serían los siguientes: 1) Guerra entre Guénena-kéne y araucanos 10
  • 11. Invasión de Payllacán  Adopción de las mujeres y niños por parte de los araucanos invasores y su traslado al norte del río Limay  Regreso de las familias “mixtas” al sur del Limay que ya había sido ocupado por aóni-kénk 2) Guerra entre los sobrevivientes del “Complejo Tehuelche” matizados de araucano y araucanos contra los blancos  Invasión grande8 o invasión blanca9  Traslado de las poblaciones a grandes distancias y su encierro en reservaciones formadas en territorios pobres (los de peor calidad y productividad) y escasos en relación a la población que deben sostener.  Tratamiento discriminado por parte de comerciantes y autoridades policiales o judiciales.  Como consecuencia de los puntos anteriores enfermedades relacionadas con la desnutrición y la falta de prácticas preventivas. Desaparición de familias enteras y gran cantidad de personas que pasaron su edad reproductiva sin hijos. En términos generales, lo escrito sería lo indicado por el autor como responsable del exterminio. Incluso sobreabunda y experimenta una serie extra de consideraciones como la falta de liderazgo, la maternidad no deseada, etc., no citados en este trabajo por obvias razones de espacio y por considerar lo escrito en el párrafo anterior como suficientemente representativo. Siguiendo el planteo de Escalada, entonces, pareciera que el inexorable destino del exterminio aún se estuviera realizando unos 120 años después de la “invasión grande” o gran invasión. Las estrategias aún no se han modernizado o tecnificado demasiado, sino que por el contrario, continuarían siendo similares a las de antaño. "«Cuando todas las pruebas presentadas por la familia Fermín y la comunidad Vuelta del Río confirman nuestros derechos sobre el lote que ocupa ancestralmente, el Juez Colabelli legitimó la usurpación alegando derechos inexistentes de José Vicente El Khazen sobre nuestro territorio.» Si la medida judicial se concreta la familia desalojada 8 En ningún momento lo anota como “Conquista del Desierto” que es como suele conocerse. 9 Aparentemente con la expresión “invasión blanca” no estaría haciendo referencia solamente a la “gran invasión” o “Conquista del Desierto” sino también a todo el tiempo posterior a la misma. 11
  • 12. queda obligada a vivir a la intemperie «en la ladera de los nevados cerros, cuando el invierno ha llegado. »" (ANRed 2003a) "El 15 de marzo de este año los dueños ancestrales de esos terrenos sufrieron el primer intento de desalojo «cuando la policía de El Maitén y Cushamen demolió la vivienda de nuestros hermanos y en más de una oportunidad los insultó y amenazó. Estos hechos fueron denunciados oportunamente ante la Fiscalía, que hoy investiga el accionar policial, mientras que el juez actuante se desentendió de lo hecho por su -brazo armado- »" (ANRed 2003a) “El conflicto histórico que mantienen las comunidades mapuches en la provincia de Chubut con el gobierno, se vio agudizado en los últimos tiempos por el avance de corporaciones mineras a la que el estado provincial, hoy encabezado por el gobernador José Luis Lizurume, les brindó todo su apoyo, en detrimento de los intereses del pueblo mapuche. De esta manera se produjeron decenas de desalojos y de persecuciones, avalados por el Juez de Instrucción de Esquel, José Oscar Colabelli, quién legalizó los actos de violencia en favor del estado y de su propia persona dado que su esposa posee una mina de cuarzo en el Departamento de Cushamen, Vuelta del Río” (ANRed 2003b) "Según Rogelio Fermín, perteneciente a la familia desalojada, «después de la denominada 'Campaña del Desierto' que hicieron los generales genocidas, nos mandan a esos territorios, que se denominaron reservas; pero esos terrenos se fueron achicando por las sucesivas ventas. Muchas veces las ventas se hicieron bajo engaño, a gente que no sabía leer ni escribir y les hacían firmar igual para que entreguen su tierra. Incluso este tipo de operación se hizo hasta hace muy poco». Rogelio agregó que «nosotros nos encontramos con que el lugar donde vivimos desde siempre no es de nosotros; pero no entienden que estas tierras son invendibles porque tenemos un derecho originario en el lugar». Incluso un documento del INAI ratifica esta opinión al afirmar que «los derechos indígenas están consagrados en la Constitución Nacional» y que se debe contemplar «la preexistencia étnica y cultural de los Pueblos Indígenas» y reconocer «la posesión y propiedad comunitaria de las tierras que tradicionalmente ocupan»". (ANRed 2003c) “A esta política de despoblamiento se suma el abierto ataque a nuestro Pueblo: desalojos (latentes en las comunidades Vuelta del Río, Sepúlveda y Pillan Mawida), violencia directa y persecución jurídica. El Estado ha optado por criminalizar nuestra lucha y transformar nuestros reclamos en delitos.” (ANRed 2003d) “Pero sucede, en abrumadora cantidad de casos, que los territorios que habitan las 12
  • 13. comunidades aborígenes figuran como fiscales. Es así como el Estado realiza las ventas y como luego los terratenientes se encuentran con que tienen un poblado en el interior de sus campos -este es un procedimiento que se reproduce en todo el país-, pese a la preexistencia centenaria de los pobladores. Obviamente que esta compra no es inocente, muchas veces los habitantes originarios son utilizados como mano de obra barata o esclava por estos terratenientes.” (ANRed 2003e) Un piquete en reclamo de la comunidad Pillán Mahuiza termina de esta manera: “El resultado de aquella jornada es el procesamiento y embargo a el peñi Martiniano Jones Huala y la lamguén Moira Millán, fallo del juez federal Leonidas Moldes, de San Carlos de Bariloche” (Avendaño 2003). Las denuncias periodísticas, los piquetes, las marchas, la solidaridad con grupos de desocupados, manifestaciones, etc., sin embargo, no son los recursos de defensa contemporáneos de Escalada. Siguiendo la línea argumental de este autor, ya poco quedaría de su “Complejo Tehuelche” pero, según lo que se puede leer en los medios de comunicación, los pueblos originarios de estas regiones están enfrentando sus problemas con una acción política impensada hace 50 años. Conclusión En trabajos anteriores, he comparado los esqueletos y los cráneos recolectados antes, durante y después de la Campaña del Desierto con las cabezas trofeo de la literatura antropológica. Estas cabezas se obtuvieron en un ritual muy específico que les quitó su peligrosidad simbólica transformándola en otro símbolo, el del objeto de la ciencia osteológica o más bien diríamos hoy, de la biología, de la antropología biológica o de la antropometría. Este ritual, es el de la investigación, publicación y divulgación científica que se llevó a cabo, principalmente en museos. De modo tal que personajes de nuestra historia como Calfucurá que pudo haberse convertido en un prócer quedó transformado en un cráneo de colección de museo. Ésta fue la estrategia que utilizaron nuestros antecesores decimonónicos y esta es la estrategia que nosotros mismos heredamos y aún utilizamos. Ésta es la situación del meteorito de Káperr Káike que pasó de objeto sagrado, objeto de culto, representación del derecho de propiedad muy ajeno a la propiedad privada capitalista a un simple e inocuo meteorito caído del cielo. Todo este proceso, se realizó en el contexto ideológico de la guerra de razas expresada históricamente como una gran invasión a los territorios de los pueblos originarios 13
  • 14. pampeanos y patagónicos, seguida por la apropiación de las riquezas de sus tierras, la explotación de sus cuerpos, la usurpación de sus símbolos, el exterminio de los elementos rebeldes y la liquidación final de sus costumbres, su lengua y su identidad. Este último punto, no pudo llevarse a cabo completamente y ha llevado a este plan, olvidado ya de las conciencias pero vigente en la acción, a sufrir unos reveses cada vez menos insignificantes, más publicitados y que no sería descabellado estimar, terminará por torcer el brazo de la persecución y la pretensión etnocida que aún subsiste en nuestras prácticas sociales y políticas cotidianas. Por último queremos compartir una reflexión acerca de ciertos tipos de pensamiento reflejados en citas como esta: “Por lo menos tres capas étnicas pueden difereciarse aún hoy, en que los contornos mejor definidos han perdido su claridad como consecuencia de la sistemática destrucción de las organizaciones autóctonas que la raza blanca ha exterminado, como fatal designio de la supervivencia del más apto. ” (Escalada 1949:103). En el contexto ideológico de la guerra de razas, la raza blanca elimina a las demás como fatal designio de la supervivencia del más apto. Igual asimetría se hubiera producido si en vez de anotar raza blanca hubiéramos anotado raza blanca del norte de Europa (versión más clásica de los racismos conocidos hasta la década de 1940) En este segundo caso, la raza blanca (mediterráneos) que extingue a las razas inferiores (ándidos y pámpidos) se vería condenada a la extinción por parte de la otra raza blanca a su vez superior a la primera (arios). Ahora bien, si reemplazáramos ‘raza blanca’ por ‘productividad’ o ‘eficiencia’, tendríamos el modelo de la guerra de razas transplantado a la economía que a su vez se trasladaría al resto de las relaciones sociales. No está claro que el Darwinismo Social haya desaparecido de nuestra forma de pensar y lo peor aún es que, contra toda ortodoxia de pensamiento, ya sea desde el punto de vista racista, ya sea desde el punto de vista economicista, etc. en ningún caso los argentinos se reconocerían a sí mismos como inferiores cuando todas las teorías de este tipo, salvo las adaptadas por los teóricos de las sociedades llamadas ‘latinas’, sí lo hacen. El mismo argumento ideológico que sirve para legitimar históricamente el exterminio de los pueblos originarios es el que sirve para legitimar la tolerancia a la masiva desocupación, expropiación de estratos sociales, expulsión de una parte de la población de los derechos laborales, de salud, etc. y es el que podría servir a otra sociedad, más blanca, más productiva, más eficiente para pretender exterminar la nuestra. En ese caso, seguramente abandonaríamos masivamente esta forma de pensar, pero ya sería tarde. 14
  • 15. Bibliografía ANRed 2003a “Intentan desalojar a aborígenes en Chubut; Continúan los intentos de desalojos a aborígenes en Chubut. Fueron en la misma semana en que el estado argentino fue denunciado ante la ONU” 12 julio 2003 http://www.anred.org/article.php3?id_article=214 (16 febrero 2004) ANRed 2003b “Mapuches reclamaron al gobierno nacional contra persecusiones y desalojos; Luego de la toma de los Tribunales de Justicia de Esquel y la Casa de la Pcia. de Chubut en Buenos Aires, la Organización de Comunidades Mapuche Tehuelche «11 de octubre» logró que el gobierno nacional se comprometiera a ofrecer soluciones concretas” 4 agosto 2003 http://www.anred.org/article.php3?id_article=240 (16 febrero 2004) ANRed 2003c “Resistencia del Pueblo mapuche; Comunidades mapuches de Chubut se organizan y reclaman por justicia ante desalojos y criminalización de la protesta llevados adelante por el estado provincial y por los intereses económicos mineros” 3 septiembre 2003 http://www.anred.org/article.php3?id_article=256 (16 febrero 2004) ANRed 2003d “II Parlamento Mapuche: Coordinación y Resistencia; Se realizó en Chubut el II Futa Trawun Mapuche, donde se pronunciaron sobre las distintas problemáticas de los pueblos originarios” http://www.anred.org/article.php3?id_article=288 15 octubre 2003 (16 febrero 2004) ANRed 2003e “El territorio patagónico bajo la mira; Las condiciones políticas y económicas son cada vez más favorables a la usurpación de las tierras patagónicas y sus riquezas” 20 noviembre 2003 http://www.anred.org/article.php3?id_article=308 (16 febrero 2004) AVENDAÑO Cristina 2003 “Argentina: Urgente Convocatoria” 6 abril 2003 http://www.proyectoconosur.com.ar/Noticias/NoticiasMuestra.asp?IdCategoria=25 (1 marzo 2004) Comunidad Pillan Mahuiza 2003 “Nación Mapuche; No al remate de la Patagonia” Ponencia de la Comunidad Pillan Mahuiza para el I Foro del No; Esquel; 7 de junio del 2003 ESCALADA Federico A. 1949 El complejo Tehuelche; Estudios de etnografía patagónica Imprenta y casa editora “Coni”; Buenos Aires ONFRAY Michel 2002 Cinismos; Retrato de los filósofos llamados perros Paidós; 15
  • 16. Buenos Aires RABATIN Sergio Fabián 2002 “Sam Slick tenía razón; Algunas consideraciones acerca de las actitudes de sabios y viajeros de fines de siglo XIX a partir de la narración de Francisco P. Moreno editada en 1879” en actas de las II Jornadas de la Cuenca del Plata «Antropología sin fronteras» en CD, Rosario SCANDIZZO Hernán 2003a “Minería; Oro y miserias” en Revista En Marcha No 32 - Junio de 2003 http://www.ajudicial.org.ar/Revista/Revistas/revi32/body32.html (16 febrero 2004) SCANDIZZO Hernán 2003b “La bandera Mapuche Tehuelche sigue flameando; Costa del Lepá: A diez años de la muerte de Julio Antieco” 14 septiembre 2003 http://www.anred.org/article.php3?id_article=266 (16 febrero 2004) 16