Este documento presenta la metodología general para implementar la gestión ética en una organización. Describe las condiciones requeridas como el liderazgo comprometido de la alta dirección, la congruencia entre lo que se dice y se hace, y la disposición al diálogo. Explica que se debe contar con un equipo promotor permanente y proveer información continua. Finalmente, detalla las etapas del proceso como formular un código de buen gobierno, un código de ética de la entidad y diseñar un plan de mejoramiento para la gestión
1. METODOLOGIA GENERAL
PARA LA IMPLEMENTACION
DE LA GESTION ETICA
AF ASCUNTAR BENAVIDEZ MARIO FERNANDO
AF ESCOBAR TOVAR DAVID ALEXANDER
AF HERNANDEZ RODRIGUEZ EDWIN ANDREY
AF VASQUEZ MANRIQUE JUAN ENRIQUE
2. El presente Capítulo ofrece el proceso de implantación de la Gestión Ética para
lograr la incorporación y práctica efectiva en la cultura organizacional de los
principios, valores y compromisos éticos que la entidad formule. Visto desde el
Modelo Estándar de Control Interno MECI, el capítulo aborda la metodología
para
implementar integralmente el Elemento de Control Acuerdos, Compromisos y
Protocolos Éticos.
3. CONDICIONES Y REQUERIMIENTOS
ORGANIZACIONALES
La implantación de la Gestión Ética parte de una disposición voluntaria del alto
nivel directivo de la entidad, que necesariamente debe involucrar al conjunto de
la organización, pero en particular a todos los directivos del primer nivel y a las
áreas de Gestión Humana, Comunicación, Planeación y Dirección
Administrativa,
así como a un equipo de servidores públicos de carrera administrativa.
4. Liderazgo de los Directivos
Debe resaltarse que el compromiso político de la Alta Dirección con la
implantación
efectiva de la Gestión Ética en la entidad a lo largo del proceso, es el factor
más
decisivo para que éste sea exitoso. Es un compromiso que debe ir más allá de
las declaraciones de buena voluntad, de la firma de convenios de cooperación
y
de los llamados altisonantes que concitan a introducir la ética en la cotidianidad
del ejercicio de la función pública, para pasar al campo de las acciones
concretas,
de la toma de decisiones organizacionales y de la asunción del liderazgo ético
en
una doble perspectiva
5. Congruencia entre el decir
y el hacer
Cuando una organización habla de ética, automáticamente está adquiriendo
unos
compromisos de actuación frente a todos los públicos a quienes se dirige, de
modo que se genera un compromiso y una responsabilidad sobre ser
coherente
entre lo que dice y lo que hace. No es posible que la entidad pública genere
credibilidad y confianza en sus mismos colaboradores y en la ciudadanía, si en
sus actuaciones no se percibe correspondencia con los
anuncios, declaraciones y
postulados que sus directivos emiten.
6. Disposición al diálogo
La actitud comunicativa en la organización
debe acoger el presupuesto de la ética
dialógica, la cual reconoce a todos los
miembros como interlocutores válidos,
con derecho al acceso a los procesos
comunicativos institucionales en todos los
niveles y áreas de la entidad, de manera
participativa.
7. Disponer de un equipo
promotor permanente
Concientes de que el proceso de transformación ética de la cultura
organizacional
demanda múltiples acciones en el corto, mediano y largo plazo, es
recomendable
que el Equipo de Agentes de Cambio sea conformado por servidores de
carrera,
para garantizar que el proyecto permanezca a pesar de los posibles cambios
administrativos.
Este equipo a su vez, debe estar conformado por líderes de la organización
que
logren identificarse con los objetivos de la Gestión Ética en la institución, con la
voluntad y la capacidad de poner a disposición sus habilidades personales en
la
consecución de los objetivos colectivos.
8. Información permanente
El proceso de implantación de la Gestión Ética no puede tener carácter secreto
o restringido a quienes lo lideran. Es indispensable que los avances, productos,
actividades, evaluaciones y resultados sean informados permanente y
oportunamente
a todos los miembros de la entidad, con el fin de mantener la alineación del
colectivo,
haciéndolos además partícipes y corresponsables de la marcha del proceso.
11. Formulación del Código de
Buen Gobierno
Un paso fundamental para avanzar en el compromiso hacia la Gestión Ética
por parte de la alta dirección, es la construcción y adopción de políticas éticas
sobre el gobierno o dirección de la entidad, las cuales se plasman en el Código
de Buen Gobierno.
Los Códigos de Buen Gobierno son disposiciones voluntarias de
autorregulación
de quienes ejercen el Gobierno de las entidades, que a manera de políticas
éticas
buscan garantizar una gestión íntegra, eficiente y transparente en la
administración
de los recursos públicos. El Código de Buen Gobierno recoge las normas de
conducta, mecanismos e instrumentos que deben adoptar las instancias de
dirección,
administración y gestión de las entidades públicas, con el fin generar confianza
12. Formulación del Código de
Ética de la entidad
Este momento pretende la construcción de una visión ética
compartida, entendida
como el escenario ético que se quiere lograr en la entidad en el futuro
mediato, y
que constituirá el objetivo del cambio en la cultura organizacional que comporta
el
proceso de Gestión Ética. Operativamente, las acciones se enfocan a la
generación
de un referente ético complementario al Código de Buen Gobierno y bajo los
principios éticos establecidos en éste, que orientará las relaciones de la entidad
en general y de sus servidores públicos en particular, con los públicos o grupos
de interés con los cuales se debe interactuar en el ejercicio de la función
pública,
con base en los valores y directrices que contendrá el Código de Ética.