1. UNIVERSIDAD CATOLICA SANTIAGO DE GUAYAQUIL
DIABETES MELLITUS Y
OBESIDAD
FISIOPATOLOGIA
INTEGRANTES
Fernando Almeida
Richard Bonilla
Xavier Carriel
Marcos González
Vielka Vera
2012
FACULTAD DE CIENCIAS MEDICAS
MEDICINA V CICLO
2. INDICE:
1. Justificación 3
2. Introducción 4
3. Marco teórico 5
3.1 Diabetes Mellitus 5
Clasificación 6
Diagnóstico 7
Biosíntesis, secreción y acción de la insulina 8
Diabetes mellitus tipo 1 10
Diabetes mellitus tipo 2 11
Complicaciones agudas de la DM 15
Complicaciones crónicas de la DM 15
3.2 Obesidad
3.3 Relación Diabetes Mellitus con la Obesidad
4. Anexos
5. Bibliografía
2
3. Justificación
Hay una verdadera epidemia de diabetes mellitus tipo 2 en el mundo que el número
actual de diabéticos pasara de 100 millones a 230 millones en el año 2012.
El número de personas con diabetes mellitus relacionado con la obesidad continúa
aumentando en el transcurso de los años, junto a ello un incremento las causas de
morbilidad y mortalidad en pacientes con esta patología. En la mayoría de los casos es un
desorden del estilo de vida caracterizado por sedentarismo y dietas altamente procesadas
de alto contenido energético y grasas saturadas. Por estas razones es importante conocer
los factores de riesgo y el mecanismo por el cual están ligados estas dos patologías.
3
4. Introducción
La diabetes mellitus comprende un grupo de trastornos metabólicos frecuentes que
comparten el fenotipo de la hiperglucemia. Existen varios tipos de diabetes mellitus
debido a una compleja interacción entre genética, factores ambientales y elecciones
respecto al modo de vida. [1]
El paciente obeso está sometido a una mayor mortalidad que el delgado y mayor riesgo a
padecer diabetes mellitus, que a su vez perjudica aun más su perspectiva de vida. La
mortalidad aumenta cuando el índice de masa corporal (peso en Kg divido por talla en
metros al cuadrado) supera los 25 y 27 según varios estudios. [2]
La diabetes mellitus es personas genéticamente predispuestas gravita fundamentalmente
sobre dos coordenadas: el índice de masa corporal y la edad. [2]
El aumento de prevalencia de diabetes tipo 2 se atribuye fundamentalmente al
envejecimiento de la población y al aumento de la prevalencia de la obesidad.
Efectivamente la obesidad aun moderada triplica el riesgo de padecer diabetes tipo 2 en
edades media de la vida. [2]
Una vez que manifiestan la diabetes mellitus los obesos diabéticos tienen un riesgo de
mortalidad por diabetes mellitus mayor que los diabéticos delgados y una pérdida de peso
en estos pacientes se asocia a una reducción del 25% de la mortalidad en un seguimiento
de 12 años. Los pacientes que desarrollan diabetes mellitus tipo 2 más precozmente son
más obesos que los que la desarrollan mas tarde. [2]
Los diabéticos más jóvenes tienen mayor índice de dislipidemias y HTA por ello sufren
mayor riesgo cardiovascular y tendrán más tiempo que los mayores para desarrollarlo.
Según el estudio prospectivo de Delphi el 57% del total de los cotes directos e indirectos
de diabetes mellitus tipo 2 se pueden atribuir a la obesidad. [2]
Dado que está aumentando su incidencia en todo el mundo, seguirá siendo una de las
primeras causas de morbilidad y mortalidad en el futuro próximo. [1]
4
5. Diabetes Mellitus
La diabetes mellitus (DM) comprende un grupo de trastornos metabólicos frecuentes que
comparten el fenotipo de la hiperglucemia. Existen varios tipos diferentes de DM debidos
a una compleja interacción entre genética y factores ambientales. Dependiendo de la
causa de la DM, los factores que contribuyen a la hiperglucemia pueden ser deficiencia de
la secreción de insulina, decremento del consumo de glucosa o aumento de la producción
de ésta [1]. La diabetes mellitus es personas genéticamente predispuestas gravita
fundamentalmente sobre dos coordenadas: el índice de masa corporal y la edad. [2].
La diabetes mellitus es una enfermedad metabólica debido a la deficiencia absoluta o
relativa de la insulina. La diabetes mellitus es una condición clínica común, cerca del 10%
de la población total y una 1/5 parte quinta parte de personas mayores de 50 años
padecen esta enfermedad la cual es una causa importante para la morbilidad y
mortalidad. La deficiencia de insulina conduce a niveles elevados de glucosa en sangre a
pesar de la hiperglucemia, la entrada de la glucosa a la célula es ineficiente. Por lo tanto
todas las células tienen carencia de glucosa. [3]
La acción deficiente de la insulina puede deberse a una disminución en la secreción de la
insulina a cargo de las células Beta pancreáticas, a disminución en la respuesta a la
insulina por los tejidos blancos (resistencia a la insulina) o a incremento en las hormonas
contrarreguladoras opuestas a los efectos de la insulina. Las contribuciones relativas de
cada uno de estos tres factores son la base de la clasificación en subtipos de este
trastorno y también pueden ayudar a explicar las presentaciones clínicas características de
cada subtipo. [4]
Las más alta prevalencia de diabetes mellitus la tienen los indios Pima de Arizona con
alrededor del 42,2% y la más baja se encuentra en las poblaciones rurales de Bantú con
menos de un 1%. Es muy alta en los aborígenes de Australia, puertorriqueños de los
Estados Unidos, hispanos americanos y melanesios. (Figura 1). Entre nosotros la
prevalencia se sitúa alrededor del 7% en las poblaciones urbanas, aunque las rurales con
igual genética tienen menos de la mitad. [5]
5
6. Clasificación
La DM se clasifica con base en el proceso patógeno que culmina en hiperglucemia, en
contraste con criterios previos como edad de inicio o tipo de tratamiento (cuadro 1). Las
dos categorías amplias de la DM se designan tipo 1 y tipo 2 (cuadro 2). Los dos tipos de
diabetes son antecedidos por una fase de metabolismo anormal de glucosa, conforme
evolucionan los procesos patógenos. [1]
La diabetes tipo 1 es causada por la producción disminuida de la insulina, el nivel
de circulación de la insulina es muy bajo, estos pacientes son dependientes de
inyecciones de insulina. El inicio es generalmente antes de los 30 años de edad,
comúnmente posible durante la adolescencia; son más propensos a desarrollar
cetosis. Una base autoinmune se atribuye a la mayor parte de los casos. La
circulación de los anticuerpos contra la insulina se ve en el 50% de los casos y el
80% de los casos presentan anticuerpos contra las proteínas citoplasmáticas de las
células de los islotes de Langerhans. [3]
La diabetes tipo 2 en el cual el 95% de los pacientes pertenecen a este tipo, la
enfermedad es debido a la respuesta biológica disminuida a la insulina, de otra
forma es conocida como resistencia a la insulina; existe una deficiencia relativa de
la insulina. Este tipo de enfermedad es comúnmente observada en individuos
sobre 40 años, estos pacientes son menos propensos a desarrollar cetosis.
Alrededor del 60% de los pacientes son obesos y tienen altos niveles de insulina en
el plasma. [3]
Otras causas de DM son defectos genéticos específicos de la secreción o acción de
la insulina, alteraciones metabólicas que trastornan la secreción de insulina,
trastornos mitocondriales y un sinnúmero de situaciones que alteran la tolerancia
a la glucosa (cuadro2). [1]
Diabetes gravídica: durante el embarazo se puede desarrollar y descubrir por
primera vez intolerancia a la glucosa. La resistencia a la insulina relacionada con las
alteraciones metabólicas del final del embarazo aumenta las necesidades de
insulina y puede provocar hiperglucemia o intolerancia a la glucosa. La diabetes
mellitus gravídica (gestacional diabetes mellitus, GDM) se presenta en alrededor
de 4% de los embarazos en Estados Unidos; la mayoría de las mujeres recuperan
una tolerancia a la glucosa normal después del parto, pero tienen un riesgo
sustancial (30 a 60%) de padecer diabetes en etapas ulteriores de la vida. [1]
6
7. Diagnóstico
Los datos que se usan para el diagnóstico de la diabetes mellitus se basan en los criterios
establecidos por el National Diabetes Data Group basándose en que la Diabetes Mellitus
se define como nivel de glucemia al que ocurren las complicaciones específicas de la
diabetes más que como desviaciones a partir de una media basada en la población. [2].
La tolerancia a la glucosa se clasifica en tres categorías, con base en la cifra de glucosa
plasmática en el ayuno (FPG) (cuadro 3 [2]). 1) FPG <5.6 mmol/L (100 mg/100 mi) es la
cifra normal; 2) FPG = 5.6 a 6.9 mmol/L (100 a 125 mg/ 100 mi) se define como
prediabetes, es decir, alteración de la glucemia en el ayuno, y 3) FPG >7.0 mmol/L (126
mg/100 mi) justifica el diagnóstico de diabetes mellitus. Con base en los datos de la
prueba de tolerancia a la glucosa oral (OGTT) se define IGT como los niveles de glucemia
entre 7.8 y 11.1 mmol/L (140 y 199 mg/100 mi) y se define la diabetes como la cifra de
glucosa mayor de 11.1 mmol/L (200 mg/100 mi) 2 h después de la ingestión de 75 g de
glucosa, como estímulo o carga. Algunas personas tienen la combinación de IFG e IGT. Los
individuos con IFG, IGT, o ambas, cuadro llamado recientemente prediabetes por la
American Diabetes Association (ADA), están expuestos a un riesgo sustancial de mostrar
DM de tipo 2 (riesgo de 25 a 40% en los siguientes cinco años) y también un mayor peligro
de mostrar enfermedad cardiovascular.[1]
Los criterios actuales de diagnóstico de la DM resaltan que la FPG es el método más fiable
y cómodo de diagnóstico de DM en sujetos asintomáticos. Una concentración de glucosa
plasmática >11.1 mmol/L (200 mg/100 mi) tomada al azar y acompañada de los síntomas
clásicos de DM (poliuria, polidipsia y pérdida de peso) basta para el diagnóstico de DM
(cuadro 4). La prueba de sobrecarga oral de glucosa, aunque sigue siendo un método
válido de diagnóstico de DM, no se recomienda como parte de la atención sistemática. [2]
El diagnóstico de DM tiene implicaciones profundas para el individuo desde los puntos de
vista médico y financiero. Por lo anterior, deben satisfacerse estos criterios diagnósticos
antes de confirmar que el individuo experimenta DM. [2]
Si el nivel de glucosa en el plasma al azar es más de 200 mg/dl en más de una ocasión el
diagnóstico no debe ser basado en una sola prueba. [3]
7
8. Biosíntesis, secreción y acción de la insulina
La insulina fue la primera hormona aislada de forma pura, la insulina es una hormona
proteínica con 2 cadenas polipéptidos la cadena A tiene 21 aminoácidos y la B 30. Estas
dos cadenas se unen por 2 puentes disulfuro. (figura2) [3].
La insulina es una proteína sintetizada y secretada por las células beta de los islotes de
Langerhans en el páncreas. [3]
La insulina es sintetizada como una cadena polipeptidica precursora más grande la
prepoinsulina. Tiene 109 aminoácidos, esta es convertida rápidamente a pro- insulina en
el retículo endoplásmico por remoción de la secuencia líder de 23 residuos de
aminoácidos. [3]
La proinsulina con 86 aminoácidos se transporta al aparato de Golgi donde es cortada por
una proteasa (figura2) por lo tanto el péptido c o péptido conector con 33 aminoácidos es
removido, la insulina con 52 aminoácidos queda entonces formada. [3]
La insulina es empacada en gránulos. Las moléculas toman la forma de un hexámero con
dos iones zinc y un ión calcio. Aproximadamente 50 unidades de insulina se secretan por
día. El nivel normal de insulina en sangre es de 5-15 microunidades/dl. La proinsulina
contribuye del 5% al 10% de la insulina total medida en el plasma. La proinsulina tiene
cerca de 1/3 de la actividad biológica de la insulina la insulina y el péptido c son
sintetizados y secretados en cantidades equimolares. Por la tanto la medición de péptido c
es un índice de la cantidad de secreción de insulina. Las mutaciones que causan cambios
de la secuencia de aminoácidos en los puntos de corte pueden llevar a proinsulinemia
familiar. [3]
Factores que incrementan la secreción de insulina:
Glucosa: es el mayor estimulante de la secreción de insulina. Conforme se eleva el nivel de
glucosa en sangre, la secreción de insulina se incrementa proporcionalmente. La glucosa
induce a una respuesta básica a la secreción de insulina. Una descarga de insulina desde la
reversa de almacenamiento de las células beta ocurre en la fase rápida inicial de liberación
de insulina dentro de los primeros 2 minutos. La segunda fase de liberación de insulina
dura de 5-10 minutos y es de una magnitud menor y está ligada a una descarga de
hormonas recién sintetizadas. Las células beta tienen receptores GluT 2 atravez de la cual
la glucosa es absorbida. La glucosa se oxida por lo tanto más ATP es producido. El ATP
estimula a la proteína caseto de unión al ATP la cual es referida como el receptor de
sulfonilurea simultáneamente los canales de potasio se cierran y los de potasio de abren
(figura3). El incremento en el calcio intracelular causa secreción de insulina. [3] [5]
8
9. Hormonas gastrointestinales: la secreción de insulina se incrementa por la secretina,
pancreozima y gastrina. Después de la ingesta de comida estas hormonas se
incrementan.[3]
Proteínas y aminoácidos: leucina y arginina son estimulantes para la producción de
insulina. [3]
Estimulación parasimpática y beta-adrenérgica. [3]
El glucagón y la hormona de crecimiento [3]
La droga tolbutamida [3]
Hormona incretina: el péptido insulinotrópico es dependiente de la glucosa (GIP, 41
aminoácidos) y el péptido similar al glucagón (GLP 1-31 aminoácidos) están involucrados
en la liberación de insulina que sigue a la entrada de nutrientes en el estómago. [3]
Factores que disminuyen la secreción de insulina:
Epinefrina: durante condiciones estresantes y el ejercicio la medula adrenal libera
adrenalina. Esto suprime la liberación de insulina [3]
Estimulación adrenérgica alfa beta [3]
Acción:
Una vez que se secreta la insulina hacia la sangre venosa portal, casi 50% de ella se
degrada en el hígado. La insulina que no extrae el hígado llega a la circulación general,
donde se fija en receptores de sus sitios diana. La insulina que se fija a su receptor
estimula la actividad intrínseca de tirosincinasa, lo que da por resultado autofosforilación
del receptor y reclutamiento de moléculas de señalización intracelulares, como los
sustratos del receptor de insulina (insulin receptor substrates, IRS) (figura4). Estas
proteínas adaptadoras y otras inician una cascada compleja de reacciones de fosforilación
y desfosforilación, que en último término provocan los amplios efectos metabólicos y
mitógenos de la insulina. [1]
La insulina es el regulador más importante de este equilibrio metabólico, pero los efectos
de otras vías, como aferencias nerviosas, señales metabólicas y hormonas (p. ej., el
glucagón) generan un control integrado del aporte y la utilización de glucosa. [2]
El glucagón, secretado por las células alfa del páncreas cuando disminuyen los niveles de
glucosa o insulina en sangre, estimula la glucogenólisis y la gluconeogénesis en el hígado y
la médula del riñon. En la fase posprandial, la carga de glucosa hace que aumente el nivel
9
10. de insulina y disminuya el de glucagón, con lo cual se invierten dichos procesos. La
insulina, hormona anabólica, estimula el depósito de carbohidratos y grasas y la síntesis
de proteínas. La mayor parte de la glucosa posprandial es utilizada por el músculo
esquelético, efecto que se debe a la captación de glucosa estimulada por insulina. Otros
tejidos, principalmente el cerebral, utilizan la glucosa de una manera independiente de la
insulina. [1] (cuadro 5)
Diabetes Mellitus Tipo 1
Se debe a la destrucción autoinmunitaria selectiva, mediada por el linfocito T, de las
células Beta de los islotes pancreáticos. Se estima que los macrófagos están entre las
primeras células inflamatorias en hacerse presentes en los islotes. Más tarde los islotes se
infiltran con células mononucleares activadas secretoras de citocina. Los linfocitos T
supresores CD8 constituyen la mayor parte de estas células y se estima que son la
principal célula responsable de la destrucción de la células Beta. En los islotes también se
presentan linfocitos T colaboradores CD4 y los linfocitos B. La destrucción autoinmunitaria
de la célula Beta, un proceso que se estima mediado por citocinas, tiene lugar
gradualmente en el transcurso de años hasta que se pierde suficiente masa de la célula
Beta para producir los síntomas de la deficiencia de insulina. [4]
El GAD es una proteína natural encontrada en el cerebro y en los islotes pancreáticos de
secreción de insulina. Es una proteína que funciona como autoantígeno para los pacientes
con diabetes mellitus tipo 1. [3]
Al parecer la susceptibilidad genética tiene una participación algo más importante en el
desarrollo de la diabetes tipo 1 que en el tipo 2. Se ha relacionado la diabetes mellitus tipo
1 con los genes del complejo principal de histocompatiblidad (MCH) que codifican los
antígenos leucocitarios humanos (HLA) de clase II; moléculas presentes en la superficie de
células específicas portadoras de antígeno como los macrófagos. Las moléculas de clase II
forman complejo con los antígenos extraños procesados o los autoanticuerpos y
enseguida estos complejos activan los linfocitos T CD4 por medio de la interacción con el
receptor del linfocito T. los alelos en el locus de la clase II HLA-DR o HLA-DQ tienen la
influencia más fuerte en el riesgo de diabetes tipo 1. [4]
Aunque se considera que la destrucción de las células Beta corresponde a un proceso
mediado por célula y no a un proceso humoral, los autoanticuerpos se asocian con el
desarrollo de diabetes tipo 1. Ahora se observa que la descarboxilasa del acido glutámico
(GAD) y la proteína de fosfatasa-2 tirosina (IA2) son los principales antígenos reconocidos
por ICA. Los ICA están presentes en más de 50% de las personas en el momento del
10
11. diagnóstico por primera vez también se presentan anticuerpos contra la insulina. Esta
combinación es muy predictiva del desarrollo de diabetes tipo 1. [4]
En el desarrollo de la diabetes, la aparición de los anticuerpos contra la célula del islote va
seguida del deterioro progresivo en la liberación de insulina en respuesta de la glucosa. [4]
Se ha señalado que numerosos sucesos ambientales desencadenan el proceso
autoinmunitario en sujetos genéticamente vulnerables; sin embargo, no se ha relacionado
de manera concluyente ninguno de ellos con la diabetes. Ha resultado difícil identificar un
desencadenante ambiental porque el suceso puede preceder en varios años al desarrollo
de la diabetes (figura 5). Entre los desencadenantes ambientales hipotéticos se cuentan
virus (en especial coxsackie y de la rubéola), exposición precoz a proteínas de la leche de
vaca y nitrosoureas. [1]
A pesar de que otros tipos de células insulares [células alfa (productoras de glucagon),
células delta (productoras de somatostatina), o células PP (productoras de polipéptido
pancreático)] son funcional y embriológicamente similares a las células beta y expresan la
mayor parte de las mismas proteínas que éstas, de manera inexplicable, resultan
indemnes del proceso autoinmunitario. Desde el punto de vista anatomopatológico, las
células de los islotes pancreáticos son infiltradas por linfocitos (un proceso denominado
insulitis). Después de la destrucción de las células beta, el proceso inflamatorio remite, los
islotes quedan atrofíeos y desaparecen losinmunomarcadores. [1]
Diabetes mellitus tipo 2
Es un síndrome muy heterogéneo tanto desde el punto de vista genético como del
fenotípico. En la mayoría de los casos es un desorden del estilo de vida con mayor
prevalencia en poblaciones con alta susceptibilidad genética y especialmente en aquellas
que han cambiado su vida tradicional al estilo de vida moderno caracterizado
principalmente por el sedentarismo. [2]
Aunque la diabetes tipo 2 es diez veces más frecuente que la diabetes tipo 1, y tiene una
predisposición genética mayor (35% de los parientes en primer grado tiene diabetes o
deterioro de la tolerancia a la glucosa), el defecto molecular específico causante de la
diabetes tipo 2, esto se debe parcialmente a la naturaleza heterogénea del trastorno. [4]
La resistencia a la insulina y la secreción anormal de ésta son aspectos centrales del
desarrollo de DM de tipo 2. Aunque persisten las controversias en cuanto al defecto
11
12. primario, en su mayor parte los estudios se inclinan a favor de que la resistencia a la
insulina precede a los defectos de su secreción, y que la diabetes se desarrolla sólo si la
secreción de insulina se torna inadecuada. [1]
La diabetes que se inicia en pacientes jóvenes se debe a al defecto de la glucocinasa. Esta
mutación produce deficiencia relativa de insulina aumentando la actividad para la
secreción de insulina inducida por glucosa, la mutación común MODY 3 está en HNF alfa.
Estos pacientes responden a sulfonilurea. Cuando la mutación MODY 5 está en el HNF
beta estos pacientes necesitan insulina [3]. Esto es un trastorno autosómico dominante
causante únicamente de 5% de casos de diabetes tipo 2, que se caracteriza por diabetes
leve en individuos delgados que son mucho más jóvenes que el promedio de pacientes
adultos con diabetes tipo 2. [4]
De manera similar la resistencia a la acción de la insulina podría incluir el de la insulina, el
del receptor para ésta, o de los otros productos génicos responsables de los efectos
posreceptor de la insulina. [4]
La DM de tipo 2 posee un fuerte componente genético. La concordancia de la DM de tipo
2 en gemelos idénticos se sitúa entre 70 y 90%. Los individuos con un progenitor con DM
de tipo 2 tienen más riesgo de diabetes; si ambos progenitores tienen DM de tipo 2, el
riesgo en la descendencia puede alcanzar 40%. En muchos familiares en primer grado no
diabéticos de sujetos con DM de tipo 2 existe resistencia a la insulina, demostrada por una
menor utilización de glucosa por el músculo esquelético. La enfermedad es poligénica y
multifactonal, porque además de la susceptibilidad genética, factores ambientales (como
obesidad, nutrición y actividad física) modulan el fenotipo. No se han identificado por
completo los genes que predisponen a la aparición de DM de tipo 2, pero estudios
recientes del vínculo con el genoma han detectado algunos genes que conllevan un riesgo
relativamente pequeño de que surja ese tipo de la enfermedad (riesgo relativo de 1.1 a
1.5). [1]
De gran importancia es una variante del gen 2 similar al factor 7 de transcripción, que se
ha vinculado en algunas poblaciones con la diabetes de tipo 2 y con la menor tolerancia a
la glucosa en una población, expuesta al elevado peligro de mostrar diabetes. También se
han observado polimorfismos vinculados con la diabetes de tipo 2 en los genes que
codifican el receptor gamma activado por proliferadores de peroxisoma, el conducto del
potasio de rectificación interna expresado en células beta, el transportador de cinc
expresado en las mismas células, IRS y calpaína 10. [1]
No se han identificado los mecanismos por los cuales tales alteraciones genéticas
incrementan la susceptibilidad a presentar la diabetes de tipo 2, pero es posible saber
12
13. anticipadamente cuáles modificarán la secreción de insulina. Está en marcha la
investigación por empleo del rastreo o análisis del genoma en busca de polimorfismos
vinculados con la diabetes de tipo 2. [1]
Diabetes mellitus tipo 2 metabólica
En la diabetes mellitus interviene todos estos efectos: (cuadro 6) [3].
Daños en el metabolismo de los carbohidratos: la deficiencia de la insulina
disminuye la utilización de glucosa por las células. Las enzimas dependientes de la
insulina son también menos activas. El efecto es una inhibición de la glucolisis y
estímulo de la gluconeogénesis que llevan a la hiperglucemia. [3]
Daños en el metabolismo de los lípidos: la degradación de triglicéridos en ácidos
grasos lleva a altos niveles de FFA en plasma y por consiguiente hígado graso.
Más Acetil CoA está disponible ahora que no se puede oxidar eficientemente por el
ciclo de TCA porque la disponibilidad del oxaloacetato es limitada. El estímulo de la
gluconeogénesis es responsable de la disminución del oxaloacetato. [3]
El exceso de acetil CoA por lo tanto se dispersa a la formación de cuerpos cetónicos
llevando a cetogénesis. Aunque esta tendencia se observa más en la enfermedad de
tipo 1. [3]
Daños en el metabolismo de proteínas: la degradación creciente de proteínas y de
aminoácidos para proporcionar los substratos para la gluconeogénesis es
responsable de la pérdida del músculo. [5]
Diabetes mellitus tipo 2 -trastorno de la secreción de insulina
La secreción de insulina y la sensibilidad a ella están relacionadas entre sí. En la DM de
tipo 2, la secreción de insulina aumenta inicialmente en respuesta a la insulinorresistencia,
con el fin de mantener una tolerancia normal a la glucosa. Al principio el defecto de la
secreción de insulina es leve y afecta de manera selectiva la secreción de insulina
estimulada por glucosa. La respuesta a otros secretagogos diferentes de la glucosa, como
la arginina, está intacta.[1]
Finalmente, el defecto de la secreción de insulina avanza a un estado de secreción de
insulina visiblemente inadecuado. La razón (o razones) del declive de la capacidad
secretora de insulina en la DM de tipo 2 no están claras, a pesar de que se supone que un
13
14. segundo defecto genético (superpuesto a la resistencia a insulina) lleva al fracaso de las
células beta. [1]
El polipéptido amiloide de los islotes, o amilina, es cosecretado por la célula beta y
probablemente forma el depósito de fibrillas amiloides que se encuentra en los islotes de
diabéticos de tipo 2 de larga evolución. Se ignora si estos depósitos insulares de amiloide
son un fenómeno primario o secundario. También el ambiente metabólico puede ejercer
un efecto negativo sobre la función de los islotes. [1]
Por ejemplo, la hiperglucemia crónica altera de manera paradójica la función de los islotes
("toxicosis por glucosa") y lleva a un empeoramiento de la hiperglucemia. La mejora del
control de la glucemia se acompaña con frecuencia de un mejor funcionamiento insular.
Además, la elevación de los valores de ácidos grasos libres ("lipotoxicosis") también
empeora el funcionamiento de los islotes. La masa de células beta disminuye en personas
con diabetes de tipo 2 de larga evolución. [1]
Diabetes Mellitus tipo 2- aumento de la producción hepática de glucosa.
En la DM de tipo 2, la resistencia hepática a la insulina refleja la incapacidad de la
hiperinsulinemia de suprimir la gluconeogénesis, lo que produce hiperglucemia en ayunas
y disminución del almacenamiento de glucosa en el hígado en el periodo posprandial. [2]
El aumento de la producción hepática de glucosa ocurre en una fase temprana de la
evolución de la diabetes, aunque probablemente es posterior al inicio de las alteraciones
de la secreción insulínica y a la resistencia a la insulina en el músculo esquelético. Como
resultado de la resistencia a la insulina en tejido adiposo y la obesidad, el flujo de ácidos
grasos libres (free fatty acid, FFA) desde los adipocitos aumenta y ello hace que se
incremente la síntesis de lípidos [lipoproteínas de muy baja densidad , VLDL y de
triglicéridos] en los hepatocitos. [1]
Este almacenamiento de lípido o esteatosis del hígado puede ocasionar hepatopatía grasa
no alcohólica y anormalidades en las pruebas de función hepática [1]. La situación anterior
también ocasiona la dislipidemia que aparece en la diabetes de tipo 2 incrementos del
nivel de triglicéridos, disminución de la lipoproteína de alta densidad HDL e incremento
del número de partículas densas pequeñas de lipoproteína de baja densidad. [3]
14
15. Complicaciones agudas de la diabetes mellitus
La cetoacidosis diabética DKA y el estado hiperosmolar hiperglucémico HHS son
complicaciones agudas de la diabetes. La DKA se consideraba antes una piedra angular de
la DM de tipo 1, pero ocurre también en personas que carecen de las manifestaciones
inmunitarias de la DM de tipo 1 y que pueden tratarse de manera subsecuente con
agentes orales para reducir la glucemia (estos individuos con DM de tipo 2 son a menudo
de origen hispano o afroestadounidense). [1]
El HHS se observa de manera primordial en individuos con DM de tipo 2. Ambos
trastornos se acompañan de deficiencia de insulina absoluta o relativa, depleción de
volumen intravascular y anormalidades del equilibrio acidobásico. Tanto DKA como HHS
existen a lo largo de un continuo de hiperglucemia con cetosis o sin ella. (Cuadro
7).Ambos trastornos se acompañan de complicaciones potencialmente graves si no se
diagnostican. [1]
Complicaciones crónicas de la diabetes mellitus
Las complicaciones crónicas de la DM pueden afectar muchos sistemas orgánicos y son
responsables de gran parte de la morbilidad y mortalidad que acompañan a este
trastorno. Estas pueden dividirse en vasculares y no vasculares. A su vez las vasculares se
dividen en microoangiopatía (retinopatía, neuropatía y nefropatía) y macroangiapatía
(cardiopatía isquémica, enfermedad vascular periférica y enfermedad cerebrovascular).
Las complicaciones no vasculares comprenden problemas como gastroparesia, disfunción
sexual y afecciones de la piel. [5]
15
16. Anexos:
Figura 1 . [1]
Cuadro 1 [1]
Espectro de la
homeostasia de la
glucosa y la diabetes. El
espectro que va desde la
tolerancia normal a la
glucosa hasta la diabetes
tipo 1 y tipo 2. En la
mayoría de los tipos el
individuo atraviesa fases
que van desde tolerancia
normal a la glucosa,
pasando por alteración
de la tolerancia hasta
diabetes manifiesta.
16
22. Bibliografía:
1. Harrison cap. 323 Diabetes Mellitus pág. 2367-2397.
2. Artículo médico Diabetes Mellitus tipo 2 y Obesidad / autor: Dr. M.
López de la Torre Casares/ S. Endocrinología Hospital Universitario
Virgen de las Nieves. Granada/publicado 2009/ pág. 1-6.
3. Texto de bioquímica. DM Vasudevan Sreekumari S- Kannan
Vaidyanatham 6° edición/ diabetes mellitus cap. 24 regulación de la
glucosa en la sangre, insulina y diabetes mellitus. pág. 274-291.
4. Fisiopatología de la enfermedad 6°edición/ Stephen J. Mc Phee.
Diabetes Mellitus cap. 18 trastornos del páncreas endocrino pág. 521-
539.
5. Guías de prácticas clínicas basadas en la evidencia/ Diabetes Mellitus
y Obesidad / Asociación Colombiana de facultades de medicina/ Dr.
Iván Molina Vélez, Dr. Arturo Orrego, Dr. Fernando Londoño
Martínez/ pág. 5-37.
22