1. “QUE LINDA ES COLOMBIA”
En la pasada salida pedagógica de Cátedra Udecina, logre reafirmar una vez más las
maravillas que posee mi hermoso país Colombia, tuve el placer de maravillarme con
lugares históricos y naturales, llenos de magia, esencia, luz y encanto, esos lugares que solo
pueden ser describibles viviendo el momento. Me sentí orgullosa de las riquezas culturales
y naturales que poseemos, aquellas que en muchas ocasiones pasamos por alto, ya sea por
desconocimiento, por falta de amor propio, por falta de identidad o porque sencillamente
anhelamos otras tantas experiencias de vida que solo viajando al exterior pensamos que las
encontraremos.
Desde mi punto de vista, pienso que para disfrutar plenamente del mundo exterior y
verdaderamente apreciarlo de una manera más amplia y descriptiva, tenemos primero que
conocer que es lo que nos rodea, que es lo que nos hace únicos, tanto en geografía, cultura,
costumbres y creencias, para de esta forma, mirar de manera crítica y con amplio
conocimiento lo de afuera y estar en condiciones reales de decir lo que nos gusta o no.
Por ejemplo, si no conociéramos todos los rincones de nuestra casa, si nunca nos
hubiéramos percatado sí tiene jardín o no, sí tiene garaje, o cuantas habitaciones tiene, si
2. solo entráramos y saliéramos y nunca nos fijáramos en ésta, no tendríamos un criterio
suficiente para decir que la casa del vecino es más bonita, más cómoda, más amplia o que
se encuentra en mejores condiciones que la nuestra, sería ilógico pensar que esto pudiese
hacerse. Pero llevándolo a un contexto real como nuestro país, Colombia es nuestra casa
materna, difícilmente conocemos todos sus rincones entre pueblos, ciudades, reservas
naturales, lugares considerados como patrimonio nacional, sitios históricos, entre otros, y
aun así con todo lo que nos falta por conocer, muchas veces somos tan ignorantes de
atrevernos a decir que algún otro país tiene más riquezas culturales o naturales que el
nuestro o que queremos tener dinero para ir a viajar al exterior porque aquí no hay nada que
conocer.
Lo anterior podría ser a causa de que en Colombia la falta de identidad abunda, nos cuesta
conservar un sello que nos identifique, como nos dijo nuestro profesor Uriel un día,
hablamos mal hasta de nuestros mismos compatriotas, preferimos adquirir productos del
exterior que comprar los nuestros, y desde mi experiencia nos deslumbramos con un
extranjero, pero no nos pasa los mismo cuando vemos a un indígena que además habla su
lengua nativa y también la nuestra, nos molesta que nos llamen Indios, pero nos enaltece
que nos digan Lady o Mister, discriminamos al campesino, al pastuso, al boyacó, pero
ponemos en alto al español que en el pasado robo nuestras riquezas, somos faltos de amor
propio, ya que no le damos el lugar que se merece a nada de lo realmente importante y
vivimos solo de estereotipos creados por la sociedad, vivimos anhelando lo que no tenemos
y dejando pasar por alto cosas que realmente son irremplazables y que otros que no son
Colombianos aprecian más que nosotros mismos. Para no ir muy lejos, solo hay que
recordar la cantidad de extranjeros que encontramos en la Catedral de Sal de Zipaquirá,
3. parecían tan asombrados con algo que solo tenemos aquí en Colombia y de lo cual aún
muchos ni se advierten.
La salida pedagogía me hizo repensar, que sentimiento de patria le trasmitiremos a nuestros
niños en la escuela, que autonomía lograremos incentivar en ellos y que tanto llegaremos a
contribuir en la formación de identidad cultural y social del estudiante, manteniendo
siempre la firme convicción de no dejar de lado nuestras creencias, costumbres, raíces las
cuales nos hacen únicos y nos identifica como Colombianos. También esta salida me
permitió vislumbrar, que para conocer y disfrutar otras culturas o países extranjeros debo
apreciar en primera medida lo mío, lo propio, lo que tengo en casa y que no lo tiene
ninguna otra parte del mundo, por lo cual nos identificamos, y que además amerita ser
visitado por otros, que no encontraron en su país las maravillas que tiene el nuestro. Por
ello y por muchas cosas más considero que la salida pedagógica enriqueció mi espíritu, mi
conocimiento, fortaleció mi identidad y replanteo muchos pensamientos equívocos que se
albergaban en mi mente y no permitían disfrutar plácidamente del aire que se respira en mi
querida patria Colombia.