1. PADRE
ALMEIDA
Personajes
.
Principales:
-‐Padre
Almeida.
–Jesus.
Secundarios:
-‐Compañeros
de
cuarto
(3).
-‐Sacerdote
encargado
del
convento
.
Locutores
.
Narrador:
Gianella
Borbor.
Oscar:
Padre
Almeida.
Byron:
Jesús.
Ignacio:
Sacerdote
encargado
del
convento.
Geovanny:
compañero
de
cuarto
1.
Jonathan:
compañero
de
cuarto
2.
Ramón:
compañero
de
cuarto
3.
Sonido
de
fondo
.
Ciudad.
Interior
de
un
convento.
Cantina
o
bar.
Narrador:
Cuenta
la
leyenda
que
Manuel
de
Almeida
Capilla,
hijo
de
don
Tomas
de
Almeida
y
doña
Sebastiana
Capilla,
ingresó
a
los
17
años
de
edad
a
la
Orden
de
los
Franciscanos.
(Sonido
de
campanas)
Sacerdote:
-‐En
momentos
de
dolor
hijo,
la
mejor
solución
es
refugiarse
en
los
brazos
del
señor
Jesucristo.
Almeida:
-‐Lo
sé
padre.
Sacerdote:
-‐Bienvenido
a
nuestro
convento.
Narrador:
Ingresó
al
Convento
de
los
Franciscanos
por
un
desengaño
amoroso
más
nunca
por
una
verdadera
vocación.
Sin
embargo,
el
encierro
y
la
oración
hicieron
poco
para
vencer
sus
impulsos
juveniles.
Geovanny:
-‐Almeida,
Almeida.
Almeida:
-‐¿que
pasa?
Geovanny:
-‐
acompañame,
dejemos
a
un
lado
este
encierro
y
vamos
a
divertirnos
un
rato
esta
noche.
Almeida:
-‐¿de
que
hablas?,
¡estas
loco!,
¿a
donde
iremos?.
Geovanny:
-‐¡vamos!
Sé
de
lugares
y
damiselas,
de
esas
de
la
vida
alegre
que
se
prestarán
a
compartir
sus
encantos
con
nosotros.
Almeida:
¿Y
como
las
conoces
estando
aquí
adentro?,
¿cómo
tienes
contacto
con
ellas?
Geovanny:
¡eso
es
fácil!,
con
el
pretexto
de
venir
a
misa,
ellas
le
dan
su
dirección
a
uno
de
los
que
pasan
el
cepillo
para
recoger
limosnas
y
listo.
Deja
las
preguntas
para
despues
y
mejor
salimos
esta
noche.
2. Narrador:
Aquella
noche,
vestidos
con
sus
sotanas,
varios
compañeros
de
la
Orden,
saltaron
el
muro
del
convento,
y
se
fueron
en
busca
de
diversión.
Narrador:
La
fiesta
aquella
noche
fue
larga.
(sonido
de
risas
de
hombres
y
mujeres
disfrutando
de
una
fiesta,
sonido
de
copas
y
botellas).
Almeida
se
quedó
fascinado
con
la
aventura,
y
es
así,
como
comenzaron
sus
escapadas
del
convento.
Se
convirtió
en
el
promotor
de
las
escapadas.
y
debido
a
su
buen
porte
y
su
habilidad
con
la
guitarra,
logró
conquistar
a
las
damicelas,
las
mismas
que
se
disputaban
entre
ellas,
por
colmarle
de
mimos.
Almeida:
tranquilas
chicas,
calmense.
Narrador:
Acabo
haciendo
sólo
esas
escapadas,
sus
compañeros
ya
no
se
animaban
a
acompañarlo
pues
tenían
miedo
de
ser
descubiertos.
Almeida:
¿quien
me
acompaña
esta
noche?,
¡será
muy
divertida!.
Geovanny:
yo
no,
olvidalo,
me
han
dicho
que
el
padre
comienza
a
sospechar
de
nuestras
huidas.
Almeida:
¡eso
es
mentira!,
el
se
va
a
dormir
temprano
todas
las
noches
,
como
se
va
a
enterar.
¿que
hay
de
tí
-‐-‐-‐-‐?
¿tú
si
vas?
Ramón:
no,
yo
tampoco
me
animo
,
hay
algunos
que
le
han
ido
con
el
chisme,
no
vayas,
vas
a
tener
problemas.
Almeida:
-‐no
lo
creo,
que
conste
que
los
invite,
no
saben
de
lo
que
se
van
a
perder.
Narrador:
Al
siguiente
día…
(Sonido
de
aves…
amanecer)
Sacerdote
encargado
del
convento
(un
poco
alterado):
-‐busquen
un
albañil
que
eleve
la
altura
de
los
muros
del
convento,
me
han
dicho
ya
que
algunos
salen
a
buscar
diversion
quien
sabe
donde
por
las
noches.
(sonido
de
alguien
trabajando)
Geovanny
(agitado):
-‐¡Muchachos!,
¡muchachos!,
¿ya
se
enteraron?.
Jonathan:
-‐calmate,
¿que
pasa?
Geovanny:
-‐
es
verdad,
le
han
ido
con
el
chisme
al
padre.
Almeida:
-‐¿a
que
te
refieres?.
Geovanny:-‐se
acabo
tú
diversion
Almeida,
el
padre
mandó
a
elevar
los
muros
del
convento.
Ya
no
podrás
escaparte.
Narrador:
Manuel
Almeida
ya
tenia
mucho
tiempo
escapandose
por
las
noches,
tanto
así
que
ya
se
había
acostumbrado
tanto
a
aquellas
diversiones
nocturnas,
que
buscó
la
manera
de
salir
de
su
encierro.
3. Almeida
(emocionado):-‐
mmm
si,
esa
es,
esa
es
la
manera
de
salir
de
aqui,
encontré
una
nueva
manera
de
salir
de
aqui,
no
va
a
sospechar
nadie,
lo
aseguro.
Jonathan:
jaja
pensé
que
se
trataba
de
otra
cosa
,¿estas
loco?,
a
ver,
¿cual
sera
tu
manera
de
escapar
ahora?.
Almeida:
escuchenme
podré
ir
a
divertirme
saliendo
por
la
ventana
de
la
capilla.
Geovanny:
-‐¿cual?
¿Aquella
que
está
casi
a
la
altura
de
la
escultura
del
señor
Jesucristo
en
la
cruz?.
Almeida:
-‐*Sí
sí,
exacto
esa.
Jonathan:
¿y
cómo
piensas
hacer
para
salir
por
esa
ventana?
Está
un
poco
alto.
Almeida:
es
verdad
y
no
tengo
una
escalera…
ya
sé,
utilizaré
la
escultura
del
señor
Jesucristo
crucificado
como
escalera,
hasta
alcanzar
sus
hombros
y
entonces
saltaré
hacia
afuera
del
convento,
y
sere
libre
todas
las
noches.
(risa
de
victoria)
¡pero
que
fácil
será!
Narrador:
y
fue
así
como
no
dudó
ni
un
segundo
en
poner
en
marcha
su
plan
y
aquella
misma
noche
salió
a
divertirse.
(sonido
de
salto).
Almeida:
sí
¡lo
logré!.
Narrador:
-‐cuenta
la
historia,
que
repitió
tantas
veces
aquella
operación
de
escapatoria,
que
una
noche,
el
mismo
señor
Jesucristo
cansado
de
tener
que
soportar
el
cuerpo
del
novicio
sobre
sus
hombros,
abrió
los
labios
y
le
dijo:
Byron:
-‐¡¡HASTA
CUANDO,
PADRE
ALMEIDA!!.
Almeida:
(expression
de
sorprendido)
(murmurando)señor
Jesucristo.
(ingeniosamente
con
voz
fresca
responde)¡¡HASTA
LA
VUELTA,
SEÑOR!!.
Narrador:
-‐la
historia
se
repitió
a
la
noche
siguiente,
y
una
madrugada
en
la
que
el
padre
Almeida
se
había
extralimitado
en
tragos…
(padre
almeida
intentando
cantar,
está
boracho
).
Almeida:
(sorprendido)-‐
¿eh?
(sonido
de
campanas
y
pasos
personas
caminando)
Almeida:
-‐¿hey
señor?,
¿a
quien
llevan
ahi
a
esta
hora?
¿quién
es
el
difunto?
Señor:
-‐Es
el
padre
Almeida
que
llevamos
a
sepultar,
Dios
se
apiade
de
él.
Almeida(asustado):
-‐No,
no,
¡noooooooo!
Narrador:
-‐
Esa
noche
le
impactó
tanto
aquel
escenario
que
fue
la
última
vez
que
Manuel
Almeida
se
escapó
del
convento,
desde
entonces
se
comprometió
con
las
normas
religiosas,
llegandose
a
convertir
en
el
más
devoto
de
los
novicios,
predicador
e
inicio
una
carrera
que
llego
hasta
la
santidad.
4. Almeida:
-‐Dios
te
bendiga
querida
hija,
en
el
nombre
del
padre,
del
hijo
y
del
espiritu
santo.
Narrador:
-‐El
convento
de
los
franciscanos,
aún
se
levanta
hoy
en
el
mismo
lugar
que
se
edificó.
Lo
que
ha
desaparecido
es
el
diario
en
el
que
se
dice
que
el
padre
Almeida
escribió
sus
memorias…
FIN