Arribando a la concreción II. Títulos en inglés, alemán y español
Análisis de Obras del Manierismo
1. República Bolivariana de Venezuela
Ministerio de Educación Universitaria
Instituto Universitario Politécnico
“Santiago Mariño”
Extensión Valencia
Alumno: Yoleidy Ríos
Valencia Junio 2014
3. VIRGEN DEL CUELLO LARGO
La Virgen del cuello largo (en Italiano, La
Madonna dal Collo Lungo), también conocida con la
Virgen y el Niño con ángeles y san Jerónimo, es un
cuadro del pintor manierista Italiano Parmigiano.
Está realizado en óleo sobre lienzo. Mide 216 cms
de alto y 132 cm de ancho. Se calcula que fue
pintado entre el año 1534 y 1540, encontrándose
actualmente en la Galería de los Uffizi de
Florencia, Italia. En el segundo escalón de la
columnata está inscrito «Fato praeventus F.
Mazzoli parmensis absolvere nequivit». Según el
crítico Herbet Horne:
No hay excelente belleza sin algo extraño y
anormal en la forma.
Se trata de una Virgen con Niño, acompañados
por ángeles. La pintura está inacabada debido a la
muerte de Parmigianino en 1540. La Virgen se
sienta en un alto pedestal y la envuelven ropas
lujosas; sostiene en su regazo un Niño Jesús
bastante grande. A su derecha son visibles seis
ángeles que se agrupan en torno a la Virgen y que
adoran a Cristo. El rostro inacabado del ángel en
la parte inferior derecha (desde la perspectiva
del espectador) puede verse más claramente en
reproducciones recientes posteriores a la
restauración de la pintura.
Parmigianino, perteneciente a la Escuela
Manierista distorsiona la naturaleza para
conseguir sus mejores propósitos artísticos. La
Virgen no tiene proporciones humanas, con dedos
largos y elegantes; y casi tiene el doble del
tamaño de los ángeles que hay a su derecha. Es de
interés el pie derecho de la Virgen: descansa en
cojines que parecen estar sólo a unos centímetros
del plano pictórico, pero el pie en sí parece
proyectarse más allá de él, y está por lo tanto en
«nuestro» lado del lienzo, rompiendo las
convenciones de un cuadro enmarcado. Jesús es
también extremadamente grande para ser un
bebé, y descansa precariamente sobre el regazo
de María como si fuera a caerse en cualquier
momento.
4. EL DESCENDIMIENTO DE LA CRUZ
El descendimiento de la cruz, conocido en Italiano
como La Deposizione o Trasporto di Cristo, es el cuadro más
conocido del artista Italiano il Pontormo. Se trata de un óleo que se
encuentra en la capilla Capponi de la Iglesia de Santa Felicita de
Florencia Italia. Tiene unas dimensiones de 3,13 metros de alto por
1,92 m de ancho. Tardó tres años en acabar este óvalo triste y
tumultuoso de figuras, desde 1525 hasta 1528.
Es una de las creaciones del Manierismo que marca las
pautas para el futuro. Las figuras tienen formas duramente
modeladas y están unidas por una línea Serpetinata. Destaca en
Pontormo el colorido. Es el manierista de colores más suaves, como el
azul claro o el rosa pálido, pero los utiliza brillantes, en contraste
unos con otros: el rosa y el amarillo o amarillo anaranjado, el naranja
y el verde, los violetas muy claros sobre un fondo añil. Un contraste
particularmente insólito es el de la ropa de Juan, que se encuentra
encima de la Virgen: una túnica verde bronce destaca sobre una tela
roja entre bermellón y naranja pálido. Se nota la influencia de Rosso
Fiorentino en este colorido transparente y modulado.
Hacia María se dirige una mujer, vestida de color
amarillo, transformado en naranja y bermellón en las zonas de
sombra. En primer plano se encuentra Nicodemo, representado como
un joven que sujeta los pies de Jesucristo. Este personaje viste una
túnica ceñida que, allí donde incide la luz, es de color azul, y donde
está en sombra el color es rosa. Por encima de todos se encuentra
una curiosísima figura con amplio vientre, como si estuviese
embarazada.
El espacio está aplanado y resulta inhóspito. Aquellos
que bajan a Jesucristo están aparentemente tan afectados como los
plañideros. El centro de la composición lo ocupa el brazo extendido
de la Virgen, a modo de brazo de cruz. Toda la escena está marcada
por una luz fuerte que deslumbra a las figuras y aclara los colores.
5. LA TRINIDAD (EL GRECO)
Autor: El Greco (Domenikos Theotokopoulos, 1541-1614)
Se representa la escena en la que Dios
Padre sostiene el cuerpo de su hijo Jesucristo muerto.
Sobre ellos el Espíritu representado en forma de
paloma. Alrededor de estas tres personas de la
Trinidad, aparecen ángeles en diversas posturas,
algunos de ellos con expresiones dramáticas en los
rostros.
El Pintor manieristas, El Greco evidencia
aquí influencias de Miguel Ángel (en el modelado de la
anatomía de las figuras) y también de Timtoretto (en el
cromatismo). Predominan los tonos fríos (malva, azul,
verde), con aislados toques cálidos que aportan vitalidad
a la escena.
La composición es muy original y presenta
forma de corazón, dentro de la cual se desarrolla toda
la acción del cuadro y de la que sólo queda fuera la
paloma representante del Espíritu Santo. El centro del
cuadro está dominado por el monumental cuerpo de
Cristo, representado según las proporcione
tradicionales y alejado de la estilización de las figuras
que dominan en obras posteriores de El Greco. Sin
embargo, es evidente el espíritu innovador manierista,
reflejado en la serpenteante línea formada por la
posición del cuerpo de Cristo y Dios Padre, así como por
las irreverentes y exageradas reacciones de los
ángeles.
7. EL RAPTO DE LAS SABINAS
Giambologna, 1582.
Mármol blanco. 4.10 m. Logia dei Lanci (Florencia). Italia.
Los rasgos manieristas superficiales son patentes: el
alargamiento de las figuras, el gesto desmedido y poco
coherente, el espacio angosto... Pero lo propio de
Giambologna es su capacidad para introducir estas notas
-que son generales a todo el Manierismo- en un
movimiento que rompe de forma definitiva con la estatua
clásica. El rapto de las sabinas responde todo él a la
forma serpentinata que ya había utilizado Miguel Ángel,
pero Giambologna prescinde del punto de vista único y el
grupo incita a multitud de perspectivas.
No existe un delante y un detrás sino una multiplicidad
de puntos de vista, de tal manera que el grupo gira como
una espiral. Esta multiplicidad, insistimos, viene impuesta
por la misma escultura: el movimiento de las figuras que
se retuercen y prolongan en su contraposición no atiende
ya a la perspectiva frontal típica del Renacimiento, visión
estática y serena sustituida, aquí, por un enérgico
dinamismo.
Giambologna introduce así una creciente intranquilidad
en el espectador que, en relación con las pautas
clasicistas, puede resultar -como así fue para los
hombres de la época, de ahí su enorme éxito- enigmática.
La imagen constituye un problema casi imposible de
resolver: dónde termina una figura y empieza otra, cuál
es el juego de cortes, paralelismos y contraposiciones,
son cosa sobre las que el espectador nunca tomará una
decisión definitiva.
8. MERCURIO
El mensajero de los dioses aparece en
pleno vuelo en una composición de gran elegancia. Juan
de Bolonia demuestra su maestría en la técnica de la
fundición al apoyar la figura, en un difícil equilibrio,
sobre la punta de un solo pié. La anatomía es estilizada
con reminiscencias postclásicas y el modelado suave.
La figura está en un claro contrapposto pero, a
diferencia de Miguel Ángel, éste se consigue no por la
alternancia de miembros en tensión y reposo, sino por
la contraposición de miembros que avanzan y
retroceden. Es característica también la
inexpresividad del rostro, habitual en las obras de J.
de Bolonia, que demuestra la influencia de la escultura
greco-romana en la que Mercurio es siempre un dios
carente de sentimientos. Un dios sin amores, sin odio
ni rencor.
Este bronce de 1,70 mts. de alto de Juan
de Bolonia es una de las más bella manifestaciones del
manierismo escultórico. Mercurio, uno de los doce
dioses del Olimpo y mensajero de ellos, se reconoce
gracias a sus tributos: los pies alados, el petaso
(pequeño sombrero con alas) y el caduceo, especie de
bastón mágico con serpientes y alas, que tiene el poder
de producir sueño y de traer la concordia. El pie de la
figura reposa sobre la cabeza de un Viento. Con un
gracioso movimiento, abre ostentosamente sus líneas,
como queriendo proclamar la hermosura y esbeltez de
sus miembros.
Abre las puertas al movimiento que
dominará en el barroco, aunque aquí la
falta dinámica a la figura, que queda
anclada en el suelo, en una actitud de
danza. Además, más que hacer gala de su
fuerza física, que sería algo barroco,
tiende a la elegancia curvilínea, algo
manierista. Más tarde, los barrocos darán
a esta línea abierta una justificación
naturalista, como consecuencia de un
movimiento pasional.
9. PERSEO CON LA CABEZA DE MEDUSA (1554)
Esta obra considerada una de
los mejores ejemplos de la
escultura manierista italiana y
fue encargada por Cósimo I de
Médicis en conmemoración de
su toma de posesión como Duce
de la ciudad de Florencia.
Su característica en la
composición más importante
fue la línea sinuosa, que
consiste en un giro en espiral
ascendente que eleva a las
figuras, incluso a pesar de la
dificultad técnica.
11. EL PALACIO DEL TÉ
Ubicación: Italia
Fue construida en los años 1524 – 1534
Estaba conformado por una planta cuadrada
alrededor de un patio en forma de claustro;
teniendo como complemento un jardín formal
-rodeado de columnatas de forma
semicircular
Existen cuatro fachadas que contienen
columnas planas y rústicas paredes; donde
predomina un ambiente paladino. Lo más
particular es la falta de simetría y los
espacios irregulares entre las columnas.
También podemos visualizar arcos sin pórtico
ni frontón, ventanas que dan al patio interior,
paredes decoradas con profundas
concavidades y ventanas ciegas. El equipo de
construcción estaba conformado por
escayolistas, tallistas, fresquistas, pintores
decorativos, entre otros; destacándose los
majestuosos frescos que abarcaban distintos
conceptos.
12. VILLA ROTONDA
Obra del Arquitecto: Andrea Palladio
Fue construida en los años 1551-1553, se
encuentra en la ciudad de Vicenza y su
estilo se encuentra en el siglo XVI en el
manierismo. Los materiales utilizados
fueron la piedra, el ladrillo estucado y el
mármol.
Se utilizo elementos del templo romano
para diseñar cuatro fachadas idénticas
orientadas a los cuatros puntos
cardinales. Uno de esos elementos es el
elevado basamento, que posee
escalinatas pronunciadas que dan acceso
a las cuatros entradas del edificios
otros elementos clásicos son los pórticos
hexástilos y de orden jónico
Tiene planta cuadrada con cúpulas
central. Disponiendo así de cuatro
pórticos laterales
13. IGLESIA DEL GESÙ (1568-1584)
Ubicación: Plaza del Gesù, Roma.
Existe un cierto dinamismo en la
fachada, pero esta sigue siendo
bastante plana, únicamente con un
ligero movimiento en el frontón y el
ritmo generado a través de las
pilastras. La fachada se encuentra
decorada con dos escudos marcando el
eje axial, y dos estatuas flanqueando el
acceso principal. Esta obra será el
prototipo usado durante el primer
tercio del siglo XVII, en el uso de las
pilastras y nichos
La fachada realizada es más vertical, con menos
resalte de las pilastras y menos destacada la nave
central. Ambas fachadas eran de dos pisos,
coordinados mediante el uso de aletones. Los
aletones son un elemento de enmascaramiento,
utilizado para articular el piso inferior con otro
superior de menor anchura, ocultando los
machones que llevan el empuje de las nuevas
fachadas.
La fachada se articula mediante pilastras y el
ritmo exterior reproduce el ritmo interior,
reflejando la distribución de las naves. La parte
central se encuentra destacada mediante el uso
de medias columnas y un doble frontón doble, en
el que un frontón curvo engloba a otro recto (los
frontones englobados serán característicos del
Barroco posterior), marcando el eje axial.
14. VILLA FARNESINA
En el bello jardín de la villa se
celebraban importantes fiestas con
príncipes, poetas, artistas e incluso
papas. Cuenta la leyenda que el
derroche de lujo y ostentación era tal
que durante las fiestas, las vajillas que
eran de oro y plata, en vez de lavarlas y
recogerlas, eran tiradas al fondo del
Tíber, el río romano que pasa a los pies
de la villa.
La Villa Farnesina (o Villa della
Farnesina o simplemente la Farnesina),
es una villa – Palacio de Roma. Fue
construida entre los años 1505 y 1511
por Baldassarre Peruzzi en el barrio
del Trastevere por encargo del
Banquero Sienés Agostino Chigi. En
1580 fue adquirida por el Cardenal
Alejandro de donde recibió su nombre
actual. La Villa Farnesina fue la
primera Villa nobiliaria suburbana de
Roma.
La villa es un perfecto ejemplo de las
primeras obras renacentistas. Se
compone de un bloque central del que
arrancan dos alas menores a ambos
lados, formando así una especie de “U”.
Las fachadas son de color anaranjado,
sencillas y armoniosas. En la fachada
delantera se encuentra la logia de
Cupido y Psique que da acceso al
palacete que fue decorado por el
mismísimo Rafael.