La Plaza de San Pedro del Vaticano diseñada por Bernini cumplía dos funciones: acoger grandes masas de fieles y celebrar liturgias al aire libre, y servir como metáfora de la Iglesia Católica, cuyos brazos abiertos acogen a todos. Bernini diseñó una plaza elíptica rodeada por columnatas y estatuas, con un obelisco en el centro, que enfoca la atención hacia la basílica y da protagonismo a su fachada a través de perspectivas y juegos de
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Columnata de Bernini en San Pedro
1. IDENTIFICA, ANALIZA Y COMENTA LA COLUMNATA DE
LA PLAZA DE SAN PEDRO DEL VATICANO, DE BERNINI
2. El Papa Alejandro VII
trata de utilizar la
arquitectura como
modo de exaltación del
poder del pontífice y
de la Iglesia y encarga
a Bernini la realización
de la plaza, que
debería ser capaz de
acoger a grandes
concentraciones de
fieles.
Una plaza rodeada con
pórticos cubiertos que
protegieran frente a la
lluvia y el sol y
permitiese la
celebración de
procesiones litúrgicas.
3. La plaza de San Pedro del Vaticano debía de
cumplir dos funciones claramente
diferenciadas: una civil y práctica y otra más
simbólica.
• Respecto a la primera, la plaza debía servir
para acoger la concentración de grandes masas
de fieles, permitir la celebración de
celebraciones litúrgicas como la bendición Urbi
et Orbe o la procesión del Corpus Christi y
delimitar el espacio del Vaticano del resto de
edificios de la ciudad dándole mayor
protagonismo.
• Por otro lado, la plaza debía convertirse en
una metáfora de la propia Iglesia Católica. Los
dos brazos elípticos diseñados por Bernini
simbolizan los brazos abiertos de la Iglesia que
acoge en su seno tal y como describe el propio
Bernini "(...)maternalmente, a los católicos para
confirmarlos en la fe, a los herejes para reunirlos
en la Iglesia y a los infieles para iluminarlos
hacia la verdadera fe".
5. Además, Bernini trata de diseñar
una plaza que dé protagonismo
tanto a la fachada recta
diseñada por Maderno como a
la cúpula de Miguel Ángel.
Así, conforme avanzamos al
interior de la misma, la plaza se
ensancha y la fachada se sitúa al
fondo a la espera de recibir en
su interior al peregrino que se
desplaza a través de ella.
Bernini toma como punto de
partida un eje central. Traza dos
brazos rectos desde los
extremos de la fachada y que
convergen hacia el eje,
produciendo así, un engaño
óptico que da mayor dimensión
a la fachada principal
6. Bernini diseña una
plaza para la que utiliza
dos plantas diferentes:
La más próxima a la
fachada de forma
trapezoidal y la plaza
propiamente dicha de
forma elíptica.
La fachada y la zona
inmediata a ella se
eleva sobre el resto de
la plaza gracias a una
escalinata lo que
permite darle todo el
protagonismo a la
misma así como la
visión del altar durante
las celebraciones
litúrgicas que tienen
lugar al aire libre.
7. • La plaza trapezoidal se abre en dos brazos
ovalados formados por sendos cuadripórticos
con columnas de orden toscano sobre las que
descansa un dintel corrido, propio de los
órdenes jónico o corintio, y no dividido en
triglifos y metopas como debía corresponder.
Sobre el entablamento se levanta una
balaustrada rematada por estatuas de santos,
que coinciden con los ejes de las columnas,
obras del taller de Bernini y que parecen
acompañar a las esculturas de Cristo y los
apóstoles de la fachada.
• La plaza ovalada tiene como eje central un
obelisco egipcio, ya situado en el centro de la
antigua plaza en 1586 por el papa Sixto V en
memoria al martirio de San Pedro, y que
Bernini respetó situándolo en el centro de la
plaza por él diseñada: ahora este símbolo
pagano, con una cruz encima, es un símbolo
del triunfo de la Iglesia. Este obelisco está
flanqueado de manera simétrica por dos
fuentes.
8. Cada uno de los brazos ovalados consta de una columnata formada por columnas (184) y
pilastras ( 88) toscanas que forman tres calles ( por la central puede circular un carruaje
para las ceremonias religiosas).
La columnata sostiene un entablamento jónico y encima una balaustrada y las estatuas
de santos realizadas por discípulos de Bernini, símbolos del triunfo de la iglesia.
9. Bernini opta por una plaza
sobria, de aspecto austero de
manera que la decoración se
limita a las esculturas de las
cornisas y al juego de luces y
sombras de los espacios abiertos
en los pórticos entre las distintas
filas de columnas.
Bernini se preocupa
especialmente de los juegos de
perspectiva y de intensificar el
efecto de profundidad.
En la plaza procura que el
templo nos produzca la
impresión de encontrarse lo más
al fondo posible. La importancia
de este recinto pedía ser tratada
de manera diferente al resto; era
necesario aislarla de alguna
manera para que el peregrino la
contemplara en todo su
grandiosidad.
10. Bernini proyectó la construcción de una plaza con dos brazos laterales y un tercero
que cerraba el espacio y la aislaba y que no se llegó a construir y la plaza quedó
abierta.