1. TEXTO 5. Ironías JUAN JOSÉMILLÁS 11/11/2011
Entre parado y preparado no hay más que un prefijo, distancia que, si nunca fue excesiva, con la
crisis se ha reducido hasta extremos insoportables. De hecho, ahora todos los trabajadores somos,
en potencia, preparados. La recomendación tradicional de los padres ("hijo, debes formarte para
estar preparado") ha devenido en una ironía sangrienta, igual que la expresión "jamás hemos
tenido una juventud tan preparada". En efecto, nunca hemos tenido una juventud tan cerca de
quedarse en el paro; la mitad de los que acaben sus estudios este año se encuentran ya en
situación de preparados. El significado se desliza por debajo de las palabras con el sigilo de una
sombra asesina. Estar preparado, que en otro tiempo quiso decir haber estudiado dos carreras y
cuatro idiomas, significa hoy encontrarse en la situación previa al desempleo, en el umbral del
paro, en la frontera de la desesperación laboral. Ahora que habíamos logrado vivir como si no
fuéramos a morir nunca, vamos a la oficina con la certidumbre de que nuestro empleo es la
antesala del desempleo. Por eso hay también más trabajadores prejubilados que jubilados y
contribuyentes más preocupados que ocupados. Hubo un tiempo, ¿recuerdan?, en el que el
prefijo de moda fue pos: nos encontrábamos de súbito en la posmodernidad, en la poshistoria, en
la era posindustrial o posanalógica. Parece mentira que un cambio de prefijo implique un cambio
tan grande de cultura. Ahora todo es más premeditado que meditado, hay también más prejuicios
que juicios y presentimos las cosas antes de sentirlas. Perdido su prestigio el pos, nos hemos
dado de bruces con el pre. Pero no imaginábamos, la verdad, un pre tan duro, un pre de
premonición, sobre todo sabiendo como sabemos desde el principio de los tiempos que no hay
presentimientos buenos, pues no existen los profetas de la dicha.
COMENTARIO CRÍTICO:
• Organización de ideas:
El texto ante el que nos encontramos es un artículo de opinión completo. Aparece publicado en
el diario El País por Juan José Millás. Es un texto argumentativo en el que Millás demuestra
cómo la crisis económica ha provocado no sólo un cambio profundo en la sociedad, sino también
en el significado de ciertos prefijos, previamente distanciados semánticamente y ahora más
próximos entre sí.
• Tema:
El poder de los prefijos: una consecuencia más de la crisis económica.
• Resumen:
Juan José Millás demuestra en este artículo cómo la crisis no solo ha provocado un cambio social
importante, sino también un cambio significativo, pues palabras que antes estaban distanciadas
2. semánticamente y que se oponían por la ausencia o presencia de un prefijo ahora se han
acercado.
• Comentario crítico:
El autor denuncia la dramática situación que atraviesan tanto los trabajadores como los
estudiantes en esta época de crisis, en la que los que tienen trabajo viven bajo la amenaza
constante de perderlo y los que se están formando para encontrar un empleo en el futuro, se ven
en el irremediable desempleo.
Para apoyar esta tesis se vale de un original juego de palabras en el que el prefijo “pre”, aplicado
a la palabra “parado” ya no significa “estar suficientemente capacitado para desempeñar un
trabajo cualificado” sino “situación previa al desempleo”. Además, son importantes también la
ironía (la juventud más preparada es la más expuesta al paro y por tanto, está en situación de
estar pre-parada).
Además de estos recursos, el autor propone otros ejemplos de parejas de palabras que se oponen
por presencia o ausencia de un prefijo: (“jubilados/prejubilados;contribuyentes más preocupados
que ocupados; que todo sea más premeditado que meditado; que presintamos más que
sintamos”). Finalmente, Millás cierra el texto con una interrogación retórica dirigida a los
lectores para reforzar su argumentación (“Hubo un tiempo, ¿recuerdan? , en el que el prefijo de
moda fue pos”.)
De esta forma tan clara, novedosa y directa atrae la atención del lector del diario, muy habituado
ya, lamentablemente, a encontrar en los medios de comunicación artículos que, como éste,
denuncian la situación de incertidumbre, o peor aún, de dramática certidumbre, en la que se
encuentran tanto trabajadores como desempleados en nuestro país.
Ante esta situación tan desfavorable, especialmente para los jóvenes, que Millás describe tan
cruda y explícitamente y que como vemos cada día en los medios de comunicación viene siendo
una dramática realidad desde hace años cabría plantearse algunas cuestiones tales como: ¿sirve
de algo formarse si estamos destinados a no tener trabajo?, ¿es mejor tener formación a la hora
de encontrar un trabajo o es indiferente?, ¿dónde está la solución al problema del desempleo en
nuestro país?, ¿en la política?, ¿en la emigración?. En mi opinión a favor o en contra pienso que
el tener una formación académica, era o es muy importante, porque a la hora de solicitar una
oferta de trabajo aparte de mirar la formación académica, sobre todo se fijan en la experiencia,
pero, ¿cómo vamos a tener experiencia laboral si no nos dan la oportunidad?, por otro lado, las
personas que se sacan sus carreras durante años de sacrificio estudiando luego no pueden
desempeñar el puesto de trabajo en el que se han preparado, sino que tienen que escoger otro
totalmente diferente porque hoy en día la mayoría de las personas que entran en un empleo es
por "enchufe".