2. ¿TIENES LA CAPACIDAD
DE SOÑAR?
Cuando has valorado suficientemente la idea de crear tu propio negocio,
de perseguir el sueño que tienes para tu futuro, y consideras que ha
llegado tu momento, es la hora de EMPRENDER.
Según la R.A.E., emprender significa acometer o comenzar una obra, un
negocio, un empeño, especialmente si estos encierran alguna dificultad,
riesgo o peligro. Por tanto, la persona emprendedora es aquella que
acomete con resolución acciones dificultosas o azarosas.
Son personas emprendedoras aquellas que tienen la capacidad de soñar
con lo que quieren o necesitan y, después, llegan a materializar tales
sueños.
3. ¿ESTÁS DISPUESTO
A TOMAR DECISIONES?
Este hecho de emprender, de iniciar un camino que nos lleve a conseguir
nuestro propósito, conlleva un importante proceso de evolución personal
y profesional que pasa por diferentes etapas y situaciones, las cuales
llevan aparejados riesgos y obstáculos a los que tendremos que
enfrentarnos de una manera u otra, según cómo nos sintamos en cada
momento.
Esto quiere decir que durante este proceso estaremos tomando decisiones
consecutivamente hasta llegar a conseguir el objetivo final propuesto.
4. PROCESO
DE EMPRENDER.
Y aunque alguna vez nos hayamos quedado por el camino por diferentes
razones, hemos de tener en cuenta que siempre existe un momento
oportuno en el que comprendamos los “para qué” de perseguir nuestro
objetivo y aprendamos qué es lo que necesitamos para poder seguir
adelante con nuestro sueño.
Puede que esta vez no lo hayamos conseguido, pero más adelante surgirá
el momento propicio. Y será entonces cuando comencemos con decisión
nuestro proceso de emprender, de buscar nuestro sueño o nuestra meta.
5. ¿QUÉ ES LO QUE TENEMOS
QUE DECIDIR?
¿Y cuál es la clave de todo este proceso que iniciamos para conseguir lo
que deseamos?¿Qué es lo que tenemos que decidir a la hora de
emprender? Lo importante es el significado que tiene para nosotros
nuestro objetivo, la potencia que tenga éste, con qué está conectado y
qué emociones nos despierta. Incluso podemos notar nuestro entusiasmo
y nuestras ganas de luchar por conseguirlo físicamente, lo sentiremos en
alguna parte de nuestro cuerpo.
El poder del objetivo que vamos a perseguir es el que va a establecer la
potencia del proceso de emprender. Me estoy refiriendo a algo que va
más allá de la definición técnica de lo que es la meta, más allá de que pase
el filtro de SMART u otras herramientas de diseño de objetivos operativos.
6. ¿CUÁLES SON TUS VALORES;
CUÁL ES TU OBJETIVO?
Se trata de la conexión de este objetivo (que es específico, medible, alcanzable,
que se puede mantener, realista y definido en el tiempo) con nuestros valores y
necesidades más profundas. Tiene sobre todo que ver con la imagen interna que
tenemos de nosotros mismos.
¿Nos “vemos” como personas emprendedoras y empresarias? ¿Qué valores
asociamos al hecho de serlo? ¿Quién soy yo y cómo me siento siendo una persona
emprendedora y empresaria?
Dicho de otra manera: lo primero que hemos de determinar es cuál es nuestra
misión, nuestra visión, con qué valores contamos y cómo están presentes en el
camino que voy a emprender. La misión y la visión a los que me refiero salen de
los niveles más profundos de mi consciencia, salen del “yo” interno.
7. DESARROLLA
TU IDEA.
En lo más externo a nosotros está el entorno que nos rodea, nuestras
capacidades, los recursos con que contamos. Deberemos sopesar si
tenemos los recursos económicos y financieros necesarios, la formación
adecuada, toda la información necesaria, si hemos realizado el oportuno
estudio de mercado, el análisis a 1/3/5 años acerca de cómo nuestra idea
se materializará día a día. Hemos estudiado plazos, acciones y trámites
para poner en marcha nuestro proyecto.
En este momento se trata de trabajar enfocados en desarrollar nuestra
idea, plasmándola en un proyecto de empresa, y desarrollar este proyecto
con el contenido y en el tiempo programado. Así llegaremos a ver cómo se
materializa nuestra idea en una empresa en funcionamiento, en una
nueva entidad.
8. ¿CUÁL ES TU MANERA
DE VER EL MUNDO?
Si seguimos profundizando nos vamos acercando cada vez más a qué es lo
que significa cada uno de estos puntos en nosotros mismos. Es decir,
cuando nos referimos al estudio de marketing y a la política de precios,
qué estamos tocando en nuestras creencias y valores respecto al dinero y
qué es lo que significa para nosotros el dinero.
El acto de vender se trata simplemente de un hecho objetivo, pero ¿a
cuántos de nosotros nos resulta “algo complicado de hacer” o incluso
“desagradable”? ¿Qué hace que un hecho objetivo, vender, se convierta
en algo subjetivo, con estas otras características? Ya no no estamos
refiriendo a algo externo (la acción comercial vista objetivamente), sino
que ya estamos refiriéndonos a nosotros mismos y nuestra manera de ver
el mundo.
9. ¿CUÁLES SON LOS MIEDOS
QUE TE LIMITAN?
Con cada uno de los puntos de nuestro plan de empresa, podemos ir
haciendo esta misma reflexión: ¿Dónde están nuestros límites, nuestros
miedos? ¿Dónde están nuestras áreas de aprendizaje y cuáles son
nuestros retos?
Es a esto a lo que me refiero cuando afirmo que desarrollar un proyecto
de inversión es un apasionante viaje personal de desarrollo. La dificultad
no está en decidir por qué régimen fiscal opto, o cuál será la forma
societaria que he de adoptar. Todo esto viene claramente definido en la
normativa legal vigente. El punto estimulante está en las áreas donde yo
estoy presente, con mis deseos y necesidades, y optando por las
soluciones que me satisfagan.
10. VISIÓN Y VALORES, CLAVE
PARA TU PROYECTO DE EMPRESA.
Si seguimos profundizando un poco más, la pregunta es ¿quién soy yo
cuando hago esto? Es aquí donde aparecen misión, visión y valores
profundos. Aquí está la clave del proceso.
En muchos ejercicios que realizamos en empresas y organizaciones,
cumplimentamos debidamente los citados apartados misión, visión y
valores. Un buen proyecto de empresa los lleva siempre incluidos. Sin
embargo, ¿se cumplen o se limitan a ser unas líneas correctamente
redactadas dentro de un proyecto? ¿Cómo están presentes en tu
proyecto?
11. ¿ESTÁS
LISTO PARA EMPRENDER?
Y aún más, en mi caso personal , esta es la pregunta clave que me hice y
respondí para seguir adelante con mi proyecto de vida y empresa.
¿Puedo decir con convencimiento interior a la gente que se apunta a mis
cursos, formaciones, y procesos de coaching, que les va a cambiar la vida?
Cuando dije SI, fui adelante. SÍ, creo en mí y
en lo que hago.