El principio de Uti Possidetis Juris establece que los beligerantes conservan provisionalmente el territorio que poseían al final de un conflicto hasta que se acuerde otra cosa en un tratado. Este principio deriva del derecho romano y ha sido utilizado históricamente para legitimar conquistas territoriales. Fue aplicado entre España y el Reino Unido tras la guerra de la Oreja de Jenkins en 1748 y entre las naciones americanas en 1810 para delimitar sus fronteras luego de independizarse de España.