Este documento describe los tres alimentos espirituales principales para los cristianos: la oración, la Palabra de Dios y la predicación del evangelio. También enfatiza la importancia del ayuno y la oración, el estudio de la Biblia y otros escritos espirituales, y siguiendo el ejemplo de Cristo al tratar a las personas con simpatía y ganarse su confianza para compartir el evangelio, preferiblemente a través de grupos pequeños y parejas misioneras.