La Modernidad surgió a finales del siglo XIX en Europa como un movimiento cultural ligado a los cambios de la Revolución Industrial y el capitalismo. Promovió la industrialización para aumentar la productividad y economía, el espíritu de innovación al considerar las tradiciones obsoletas, y el conocimiento científico y la razón sobre las creencias religiosas. También enfatizó la capacidad creativa individual y la búsqueda de objetivos propios.