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Hortalizas y
          Verduras
Equipo 6:
Arias Cortez José Manuel
Gómez López Marco Fabio
Gómez Magaña Manuel Alejandro
Ledesma Valladolid Sergio Alberto
Preciado Becerra Roberto
Javier
   El término de hortalizas se refiere a todas las
    plantas herbáceas que se cultivan y que son
    adecuadas para el consumo, bien crudas o
    cocinadas. El término de verduras hace referencia
    exclusiva a los órganos verdes, es decir, hojas y
    tallos tiernos o las inflorescencias (flores).

    En el concepto de hortalizas también se incluyen
    las legumbres frescas o verdes, como guisantes y
    habas frescas, de los que no se habla en esta guía
    debido a que su composición difiere de modo
    significativo en relación con el resto de hortalizas.
   Las hortalizas y verduras frescas son alimentos que
    contribuyen a hidratar nuestro organismo por su
    alto contenido de agua, además de ser nutritivas y
    saludables. Son ricas en vitaminas, minerales, fibra
    y,    en    menor    medida,      en    almidón    y
    azúcares, hecho que explica su bajo aporte
    calórico. Son también una fuente indiscutible de
    sustancias de acción antioxidante. Por todo ello se
    consideran fundamentales para la salud e
    indispensables dentro del concepto de dieta
    equilibrada, cuyo modelo más representativo es la
    dieta mediterránea.
   Hortalizas y verduras, sinónimo de salud por varias
    razones:
    1- por su alto contenido de agua. Facilitan la
    eliminación de toxinas de nuestro organismo y nos
    ayudan a mantenernos bien hidratados.
    2- por su aporte de fibra. Ayudan a regular la función
    de nuestro intestino y a evitar o corregir el
    estreñimiento. La fibra tiene un gran interés dietético
    porque además posee efectos beneficiosos tanto en
    la prevención como en el tratamiento de ciertas
    enfermedades: exceso de
    colesterol, diabetes, obesidad, cálculos en la
    vesícula biliar, hemorroides y venas
    varicosas, divertículos y cáncer de colon.
    3- son fuente casi exclusiva de vitamina C y de
    provitamina A y ricas en folatos.
   4- contienen antioxidantes que se sabe con certeza que
    son un factor protector frente a ciertas enfermedades
    relacionadas con la degeneración del sistema
    nervioso, enfermedades cardiovasculares e incluso el
    cáncer. Desde principios del siglo XX se encuentran en la
    literatura referencias sobre los beneficios de los vegetales
    en la reducción del riesgo de desarrollar cáncer. Es en la
    década de los ochenta cuando se establecen las
    recomendaciones encaminadas a aumentar la ingesta
    de hortalizas por su relación directa con una menor
    incidencia de enfermedades cardiovasculares y de
    cáncer. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha
    confirmado en los últimos años los resultados de diversos
    estudios de investigación que ponen de manifiesto los
    efectos anticancerígenos de las hortalizas y verduras, en
    particular contra el cáncer del tracto gastrointestinal y
    contra el de pulmón. Según datos de dichos estudios, uno
    de cada diez pacientes afectados por algún tipo de
    cáncer ha mantenido una insuficiente alimentación a
    base de hortalizas y verduras.
   Las hortalizas se pueden clasificar en función de la parte de la planta a
    la que pertenecen en:
    Frutos: berenjena y pimientos.
    Bulbos: ajo, cebolla, puerro, chalota, etc.
    Coles: repollo, brécol, coles de Bruselas y coliflor.
    Hojas y tallos
    tiernos: acelga, achicoria, borraja, cardo, endibias, escarola, espinacas
    y lechuga.
    Inflorescencia: alcachofa.
    Pepónides: calabacín, calabaza y pepino.
    Raíces: nabo, rábanos, remolacha de mesa y zanahoria.
    Tallos jóvenes: apio, espárrago blanco y triguero.
   Existe otra clasificación de las hortalizas en función de su forma de
    presentación al consumidor. De este modo se distinguen los siguientes
    grupos:
    Primera gama: Hortalizas frescas y otros productos conservados
    mediante métodos tradicionales como la deshidratación, salazón y
    fermentación. De esta forma, se pueden obtener hortalizas desecadas
    (pimiento seco), deshidratadas y los populares encurtidos
    (pepinillos, cebolletas, pimientos, etc.).
    Segunda gama: Incluye a las conservas que han sido sometidas a un
    tratamiento térmico que garantiza una mayor vida útil del producto.
    Tercera gama: Se incluyen en este grupo las hortalizas congeladas.
    Cuarta gama: Son hortalizas lavadas, peladas, cortadas y envasadas
    en condiciones especiales (atmósferas modificadas o controladas) y
    listas para su consumo (por ejemplo, ensaladas variadas).
    Quinta Gama: Se refiere a los productos cocinados (salsas de
    hortalizas, sofritos) o a una mezcla de cocinados con hortalizas frescas.
   Basada sobre todo en el consumo de
    vegetales, contribuye a reducir el riesgo de las
    enfermedades de máximo impacto en los países
    de alto nivel de bienestar, entre ellas las
    cardiovasculares, degenerativas y el cáncer. Sin
    embargo, a pesar de que nuestro país tiene un
    potencial productivo privilegiado y a pesar del
    aumento en el consumo experimentado en los
    últimos años de hortalizas frescas y de los
    conocimientos actuales que demuestran el papel
    beneficioso de la dieta en la salud, hay constancia
    de que no se toman en cantidad suficiente estos
    alimentos.
   La col, el nabo, la remolacha, los pepinos y otras verduras
    fermentadas, así como los brotes o germinados
    vegetales, son alimentos que algunos consumidores están
    incorporando a su dieta movidos por la curiosidad, los
    deseos de cambio y variación de las comidas o por la
    convicción de que estos productos aportan ventajas a su
    salud.
    En realidad, fermentación y germinación se realizaban ya
    en épocas remotas con el objeto de aumentar el tiempo
    de conservación de ciertos alimentos. Lo que se ha
    buscado en los últimos tiempos es obtener productos con
    un valor añadido en sus propiedades culinarias y
    nutritivas.
    Los alimentos fermentados y germinados pueden
    enriquecer muchos de nuestros platos habituales y nos
    ayudan a mantener una alimentación
    equilibrada, completa, saludable y sabrosa.
   Fermentación - Gracias a la
    fermentación, los alimentos registran
    importantes transformaciones que los
    enriquecen en nutrientes y que mejoran su
    digestibilidad. Se produce mediante la
    acción de enzimas o fermentos, entre ellos
    microorganismos como mohos, levaduras y
    bacterias. En la actualidad su uso está muy
    extendido y, además de las ventajas
    señaladas, constituyen un método de
    alargar la vida útil de los alimentos
   Tipos de fermentación:
    Hay varios tipos de fermentación: láctica, alcohólica
    y otras que se producen de forma natural o
    espontánea.
    Fermentación láctica. Es la más frecuente y en las
    hortalizas y verduras se produce a partir de hidratos
    de carbono como la sacarosa y la glucosa.
    Fermentación alcohólica. Entre otros usos, se utiliza
    para producir bebidas tradicionales a partir de
    cereales y frutas, de baja graduación alcohólica
    como la cerveza o la sidra y para elevar la masa de
    pan. En esta fermentación, determinadas enzimas
    convierten los azúcares sencillos, como la glucosa y
    la fructosa, en alcohol etílico y anhídrido carbónico.
    Las fermentaciones naturales se emplean en general
    para la obtención de vinagre de vino, de
    manzana, etc.
   Beneficios de las hortalizas fermentadas
    Gracias a la fermentación, se producen
    intensas transformaciones en los alimentos que
    mejoran sus cualidades nutritivas y su
    digestibilidad. Las proteínas sufren una pre
    digestión, por lo que mejora su asimilación por
    parte de nuestro organismo. Con este
    proceso, el alimento se enriquece en
    vitaminas, en especial en las del grupo B y C.
    Según comprobaciones científicas, la
    presencia de enzimas de fermentación ayuda
    a restablecer el equilibrio de la flora
    intestinal, lo que resulta beneficioso para el
    organismo, en especial en personas con
    problemas de hinchazón
    abdominal, meteorismo, estreñimiento y
    diarrea, así como en caso de dispepsia o
    digestiones difíciles.
   Métodos de elaboración casera de otras
    hortalizas fermentadas

    Fórmula rápida. Las hortalizas más
    adecuadas para este tipo de proceso son:
    repollo, nabo, zanahoria, rábano y
    berenjena. Se debe picar muy fino la
    hortaliza escogida, añadir un poco de sal y
    prensar con la mano (con movimientos
    redondos y rápidos para que salga el
    agua). Dejar reposar media hora y repetir
    el proceso cada media hora durante un
    mínimo de 2 horas.
   Fórmula con agua. Se necesita un frasco de
    cierre hermético (mejor si es de cristal), sal y
    agua. Se han de introducir las hortalizas
    cortadas en una solución de agua y sal, en
    una proporción de "una cucharada de sal por
    cada taza de agua". Las hortalizas deben
    quedar bien cubiertas por el agua. Tapar el
    frasco y dejar reposar un mínimo de 15 días. El
    tiempo de conservación de estos derivados es
    variable: con dos cucharadas de sal por cada
    taza de agua pueden durar entre 14 y 15
    meses en buen estado si el frasco no se abre.
    Se puede añadir al agua hierbas
    aromáticas, nuez moscada o granos de
    pimienta.
   Fórmula con vinagre. Los vegetales más
    adecuados para esta preparación son:
    pepino, cebollitas
    francesas, rabanitos, coliflor y zanahoria.
    Colocar enteros o en trozos en un frasco
    de cristal, añadir una cucharadita de
    sal, cubrir con vinagre y tapar de
    manera que quede herméticamente
    cerrado. Transcurridos unos 15 días, ya
    están listos. Además del vinagre se
    puede añadir hierbas
    aromáticas, pimienta y cáscara de
    limón.
   Se trata de un proceso natural de
    obtención de alimentos muy extendido en
    todo el mundo. La germinación hace que
    las semillas de las plantas aumenten su
    valor nutricional. Cuando una semilla
    cuenta con el agua, el oxígeno y el calor
    necesario, germina para formar un nuevo
    ser vivo, una planta que a su vez producirá
    nuevas semillas. Los más apreciados por su
    textura y por el buen sabor de sus brotes
    son los obtenidos de berro, rábano y
    calabaza.
   Para conseguir aumentar la vida útil de las
    hortalizas, éstas se pueden someter a diferentes
    tratamientos tecnológicos de los que se obtienen los
    derivados vegetales. Estos productos están presentes
    en el mercado en diferentes formatos y, por lo
    general, se clasifican en productos de primera
    gama, segunda, tercera, cuarta y quinta.
    Dentro de los productos de primera gama se
    encuentran, además de las hortalizas frescas, otros
    conservados mediante métodos tradicionales como
    la deshidratación, la salazón, la fermentación... De
    esta forma, se pueden obtener hortalizas
    deshidratadas o desecadas, encurtidas y
    fermentadas.
   Las hortalizas desecadas- son aquellas a las
    que se les ha retirado parte de su agua de
    constitución. El proceso sigue varias fases.
    Primero se lavan, se pelan y se eliminan las
    partes no deseadas. A continuación se
    cortan en rodajas o cubos, se escaldan
    para inactivar los enzimas presentes y se
    desecan. La desecación tiene lugar a una
    temperatura de entre 55 y 60ºC. Allí
    permanecen los alimentos hasta conseguir
    que tengan un contenido final de agua del
    cuatro al ocho por ciento. Una vez en
    casa, es necesario rehidratar estos
    productos antes de consumirlos.
   las hortalizas fermentadas- se consiguen
    a partir de hortalizas frescas que han
    sufrido un proceso de fermentación
    láctica. Son productos de fácil digestión
    que aportan sabores nuevos. Un
    ejemplo de este tipo de derivados es el
    chucrut, resultado de la fermentación
    láctica de la col en presencia de sal.
   Las hortalizas en vinagre-son aquellas
    que, después de ser curadas en
    salmuera o de haber sufrido una
    fermentación láctica, se conservan con
    vinagre y sal y sin azúcares añadidos
    (encurtidos ácidos) o en vinagre con
    azúcares y condimentos (encurtidos
    dulces). Las hortalizas más utilizadas
    para este fin son los
    pepinos, cebollas, zanahorias, pimientos,
     ramilletes de coliflor...
   Las semiconservas- son productos con
    una vida útil menor a la de las
    conservas. La razón estriba en que el
    tratamiento térmico al que han sido
    sometidas para su conservación es
    menos agresivo que el que se aplica a
    las conservas. Su duración puede
    prolongarse si se mantienen en el
    frigorífico.
   El gran reto de la cocina es convertir en
    manjares sugerentes los alimentos, más aún
    en los casos en los que la dieta sufre
    limitaciones. Si la persona está enferma, el
    objetivo es que no envidie lo que no le
    conviene, y si el comensal limita su
    consumo de alimentos, la meta es suscitar
    su interés y conseguir que pruebe la receta
    que se ha preparado con tanto esmero.
    Para ello habrá que evitar la monotonía y
    hacer unos platos más apetecibles, bien
    condimentados y con una estupenda
    presentación.
   En la educación de hábitos alimentarios no es
    suficiente la simple enumeración de un código
    de alimentos "prohibidos y permitidos". Es
    imprescindible la esmerada elaboración
    culinaria. Unos platos cuidados, en su
    punto, en los que se saca el máximo partido
    posible a los alimentos y a las combinaciones
    entre ellos. Para ello es preciso conocer las
    diferentes técnicas culinarias que se pueden
    aplicar a los distintos alimentos, en este caso
    concreto, las formas tan variadas de cocinar y
    preparar hortalizas. Hay que tener en cuenta
    las técnicas que más convienen a unas y
    otras, así como sus posibilidades de
    condimentación. Y resulta fundamental
    conocer los pasos previos al cocinado de las
    verduras:
    cultivo, compra, manipulación, conservación y
    limpieza.

    - Cocidas en olla convencional o en olla a
    presión. Una vez limpia la hortaliza, se cuece
    en agua hirviendo con sal. Se escurren cuando
    estén en su punto: bien cocida si es
    fibrosa, justa de cocción si es de textura
    homogénea. En olla a presión el tiempo de
    cocinado es menor. Para variar los sabores y la
    textura del plato, una vez cocidos los
    vegetales, se pueden rehogar unos minutos al
    fuego con aceite y otros ingredientes
    (ajo, cebolla, jamón, gambas...).
   - Hervidas. Cambia un poco la forma de elaboración
    respecto al cocido. Se rehoga en una olla con
    aceite, cebolla o puerro partidos. Se puede añadir
    patata a cascos y las hortalizas escogidas y se deja
    pochar un poco. Se cubre con agua y se cuece todo
    junto. Debe quedar caldoso. Algunas hortalizas se
    deshacen un poco al cocer en conjunto, pero sirven para
    trabar el caldo. Se sirven caldosas, pero no en exceso
    porque no es una sopa.
    - Al vapor. Los vegetales conservan más su propio
    sabor, por lo que resultan muy sabrosas y más
    nutritivas, siempre que se respete el tiempo de cocinado.
    Las sales minerales se concentran en el alimento debido a
    que no está en contacto con el agua o el caldo. Puede
    realizarse en olla rápida o convencional si se dispone de
    un cestillo para la cocción de verduras que levante del
    fondo de la cazuela. Los vegetales se colocan en el
    cestillo, se añade agua en el fondo, se cierra la olla y se
    coloca en el fuego. Estos alimentos resultan mucho más
    agradables al paladar, sobre todo para quienes tengan
    restringida la adición de sal a las comidas.
   Asadas :
    Con el asado se realza el sabor de las hortalizas pero
    se pierden cerca de un 25% de sus vitaminas. La
    ventaja es que requiere poca grasa y, gracias al
    sabor de estos alimentos, se obtienen platos muy
    deliciosos.
    - A la plancha quedan bien las hortalizas carnosas
    (berenjena, calabacín), así como las alcachofas.
    También quedan sabrosas las setas, los
    champiñones, la cebolla, el puerro, los tomates y los
    pimientos. La elaboración es muy sencilla. Se cortan
    los vegetales en porciones pequeñas, se sazona la
    pieza, se unta con aceite y se coloca en la plancha
    no demasiado caliente. Para facilitar el paso del
    calor al interior del alimento se pueden hacer unos
    cortes transversales. Cuando el vegetal está tostado
    por una cara se le da la vuelta y se espera a que se
    haga por dentro.

    - Al horno quedan bien los mismos vegetales que se
    cocinan a la plancha. Aunque pueden ponerse a
    ruedas para acortar el tiempo de asado, quedan
    mejor enteras porque se resecan menos.
    Pimientos, tomates, berenjenas, calabacín, cebolla o
    puerro resultan muy sabrosos asados al horno.
    Pueden hacerse sin aceite, envueltos en un papel
    que resista la temperatura -aluminio o sulfurizado-
    untados de aceite, sobre todo si se han de pelar
    después, como es el caso de pimientos y berenjenas.
    Se aconseja asar los vegetales a una temperatura
    elevada (200-220ºC) para que la superficie quede
    crujiente y el interior jugoso. Una vez asados los
    vegetales, se pueden degustar aliñados con aceite
    de oliva y sal.
   - Al microondas también se pueden asar las
    verduras y hortalizas. Este electrodoméstico
    permite que los alimentos se cocinen en pocos
    minutos a la vez que las radiaciones destruyen
    los gérmenes. Además, hasta la fecha no se
    ha comprobado que las microondas
    provoquen mayores pérdidas nutritivas que
    otros métodos de cocción tradicional. Para
    cocinar los vegetales al microondas, éstos se
    colocan en un recipiente mojados con el
    agua del lavado, se cubren y, a la mitad de la
    cocción, se revuelven. Se pueden cocinar
    enteros y con piel
    (calabacín, berenjena, tomate...) tras
    pincharlos con un tenedor o con pequeños
    cortes para evitar que el aumento de la
    presión los haga explotar.
   Fritas :
    Fritas, rebozadas o empanadas... Resultan muy jugosas y
    sabrosas porque absorben parte del aceite de la fritura. Sin
    embargo, también son calóricas y más difíciles de digerir, por lo
    que no se aconseja en dietas con control de grasas o en caso
    de problemas gástricos. El alimento puede estar crudo o
    cocinado y se aconseja empanar o rebozar los vegetales antes
    de freír para que se forme una capa externa crujiente que evita
    que el interior absorba demasiado aceite. Es importante utilizar
    aceites de calidad que resistan altas temperaturas y que no
    hayan sufrido demasiados calentamientos. Una vez que las
    hortalizas estén fritas, es necesario que se escurran bien para
    que retengan la menor cantidad de grasa posible y queden
    crujientes y apetecibles.
    Una variante de las hortalizas fritas son las confitadas. Para
    elaborarlas de esta manera se cocinan los vegetales en
    abundante aceite y a fuego muy suave hasta que el género
    esté blando. Se empieza a cocinar con el aceite frío. Se suele
    utilizar para hacer guarniciones de
    ajos, zanahoria, setas, cebolletas y, en general, verduras de
    pequeño tamaño.
   Glaseadas :
    Consiste en cocinar una hortaliza
    acompañada de grasa
    (aceites, mantequilla o
    margarina), agua y azúcar. Para su
    elaboración se cuecen en poca
    cantidad de agua, a la que se añade la
    grasa y el azúcar. Las hortalizas se van
    cocinando y ablandando mientras
    tienen agua. Llega un momento en el
    que ésta se evapora de forma que el
    azúcar se carameliza y queda adherido
    a la hortaliza, lo que proporciona una
    textura y una presentación especial.
   Salteadas o rehogadas :
    En los dos casos, las hortalizas crudas o
    cocinadas se pasan por la sartén con
    poca cantidad de aceite. Si se saltean
    se hacen a fuego vivo. Si se rehogan, se
    cocinan a fuego lento. Se pueden
    utilizar para iniciar el cocinado de unas
    hortalizas o para terminar el cocinado
    de otras.
   Estofadas o guisadas
    Las hortalizas estofadas se van cocinando a fuego
    lento con grasa y destapadas. A veces se añade
    algo de agua. Así se consigue provocar la
    exudación del agua, componente tan abundante
    en estos alimentos. El estofado va muy bien para las
    hortalizas más ricas en agua y de sabores
    pronunciados como las
    endibias, espinacas, lechuga, pimientos, setas, cham
    piñones, calabacín, berenjena, tomate, puerro, ceb
    olla, etc.
    Si se utiliza agua y poca cantidad de aceite, las
    hortalizas quedan guisadas y puede ser un plato
    válido para cualquier dieta.
    Se pueden preparar guisos o estofados de hortalizas
    exquisitos, aunque lo habitual es que estos alimentos
    se combinen con carnes, pescados o legumbres.
   Escaldadas o blanqueadas
    El escaldado o blanqueado es una técnica que se
    utiliza para reducir el volumen de algunas hortalizas y
    aplicarles después alguna otra técnica o para
    detener el proceso natural de deterioro y eliminar
    microbios antes de congelarlas. Las hortalizas limpias
    se sumergen en agua hirviendo con sal durante unos
    minutos. Por lo general, cuando se introduce una
    hortaliza deja de hervir el agua y se le mantiene
    hasta que comience a hervir de nuevo y durante dos
    minutos más. Si la hortaliza se va a congelar, una vez
    escurrida, conviene secarla antes de introducirla en
    las bolsas de congelación y extraerle todo el aire
    posible antes de cerrar el envase. Esta técnica
    también se emplea para cocer hortalizas de sabor
    pronunciado como la berza, que primero se escalda
    y luego se cuece, o para facilitar el pelado de los
    tomates.
   En ensalada
    Esta es el mejor modo de aprovechar todos
    sus nutrientes de los vegetales, ya que el
    calor o el contacto con el agua hace que
    se pierdan gran parte de las vitaminas y
    sales minerales que contienen.
    A la hora de elaborar una suculenta
    ensalada se pueden escoger vegetales
    cocidos
    (alcachofa, coliflor, espárragos, judías
    verdes, palmitos, puerro, remolacha, calab
    acín...) y crudos, tales como
    lechuga, endibia, escarola, berros, hierba
    de los
    canónigos, tomate, zanahoria, cebolla, ajo,
     apio, rábano, champiñones, repollo, etc.
   Cocinar con wok
    El wok hace las veces de sartén y de olla, y
    gracias a su forma y tamaño, permite cocinar
    ingredientes de bastante tamaño. Es
    excelente para saltear alimentos (cualquier
    vegetal, gambas, pollo...). Para ello se coloca
    el wok a fuego medio y una vez caliente se
    añade poco aceite que debe impregnar las
    paredes. Con el aceite caliente, se echan
    primero los alimentos que necesitan más
    tiempo de cocción sin dejar de remover con
    una cuchara de madera. Se dejan reposar
    para que queden crujientes y se sirve caliente.
    Se puede utilizar el wok para freír con poco
    aceite, sofreír y cocinar al vapor
   Ajo - Las hojas son planas y delgadas, El
    bulbo, de piel blanca, forma una
    cabeza dividida en gajos que
    comúnmente son llamados dientes.
    Cada cabeza puede contener de 6 a
    12 dientes, El ajo se emplea en la cocina
    como un saborizante natural. Posee un
    aroma y un sabor característico que
    suele acompañar ciertos platos de la
    cocina mediterránea.
   Alcachofa- la alcachofa son como
    nopales en una bolita que esta hortaliza
    es utilizada para dietas y limpiar el
    hígado, pero también se puede
    comer, se pude comer asada, guisada y
    en algunos tipos de caldo.
   Apio- Toda la planta tiene un fuerte
    sabor acre, aunque el blanqueo de los
    tallos en el cultivo hace que pierdan
    estas cualidades, adquiriendo un sabor
    más dulce y el característico aroma que
    lo convierte en un buen ingrediente de
    ensaladas y sopas.
   Berenjena- El fruto, comestible, La pulpa
    es consistente, de textura esponjosa, de
    color blanco, tiene cierto sabor
    amargo, presenta pequeñas semillas de
    color amarillo. Se encuentra todo el año
    al ser cultivado en época de bajas
    temperatura en invernadero, puede ser
    cocida guisada y a vapor.
   Brócoli- Esta planta posee abundantes
    cabezas florales carnosas de color
    verde, puestas en forma de árbol, sobre
    ramas que nacen de un grueso tallo
    comestible. Habitualmente se prepara
    hervido o al vapor, pero se puede
    consumir crudo y se ha convertido en
    una verdura cruda muy popular como
    aperitivo. Un plato exquisito consiste en
    cocer brócoli con patatas cortadas en
    trozos y luego condimentarlo con
    pimentón, ajo en polvo y aceite de
    oliva.
   Calabaza- en México se preparan
    tradicionalmente en guisados con chiles
    dulces u otras verduras. Tanto su fruto
    como su flor, os frutos son muy nutritivos
    en ambos casos, conteniendo dosis
    importantes de vitamina
    A, C, D, E, potasio y zinc. Las semillas se
    emplean también para la elaboración
    de aceite, y en gastronomía, tostadas y
    saladas.
   Coliflor- La planta está compuesta por
    una cabeza blanca, tiene un sabor
    suave y, en ocasiones, ligeramente
    dulzón. Puede prepararse al
    vapor, asada, frita, estofada, hervida o
    gratinada.1 Puede servirse como
    acompañamiento de otros platos, como
    legumbres o arroz, o como ingrediente
    básico en una saludable menestra de
    verduras. También se puede usar como
    acompañante de algunos
    pescados, como el bacalao, o incluso
    puede formar parte de tortilla.
   Esparrago- La planta de espárrago está
    formada por tallos aéreos ramificados y
    una parte subterránea constituida por
    raíces y yemas, que es lo que se
    denomina comúnmente “garra”. De los
    brotes jóvenes se obtienen las verduras
    conocidas como espárragos. os brotes
    se cuecen en agua o al vapor hasta
    que están tiernos y se sirven con una
    salsa ligera (como la holandesa o la
    mahonesa) o con mantequilla derretida
    o con unas gotas de aceite de oliva y
    queso parmesano rallado.
   Espinaca- cultivada como verdura por
    sus hojas comestibles, grandes y de color
    verde muy oscuro. Su cultivo se realiza
    durante todo el año y se puede
    consumir fresca, cocida o frita. En la
    actualidad es una de las verduras que
    más habitualmente se encuentra
    congelada.
   Guisante- es la pequeña semilla
    comestible de la planta que se cultiva
    para su producción y de algunas
    variedades de la cual se pueden
    consumir las propias vainas por ser muy
    tiernas.
   Lechuga- es una planta anual propia de
    las regiones semi-templadas, que se
    cultiva con fines alimentarios.
    Normalmente se toma cruda, como
    ingrediente de ensaladas y otros platos.
   Pepino- La planta posee grandes hojas
    verdes formando un dosel sobre los
    frutos, que nacen de brotes laterales en
    las axilas de éstas. Se emplea con
    frecuencia crudo en las diversas cocinas
    del mundo como ingrediente de
    ensaladas, aunque existen platos en el
    norte de Europa conocidos como sopas
    de pepino que son muy populares
   Papa- es una planta
    herbácea, tuberosa, perenne a través
    de sus tubérculos, caducifolia (ya que
    pierde sus hojas y tallos aéreos en la
    estación fría), de tallo erecto o semi-
    decumbente, Estos tubérculos se
    guisan, se sancochan, se asan, se
    saltean, se fríen. Intervienen en purés, en
    cremas, en
    sopas, suflés, croquetas, tortillas y masas.
   Zanahoria- La raíz comestible suele ser
    de color naranja, blanca o en una
    combinación de rojo y blanco, con una
    textura crujiente cuando está
    fresca, también es recomendable en
    licuados. Se suelen trocear y se
    consumen crudas, cocidas, fritas o al
    vapor y se cocinan en sopas y guisos, así
    como en comidas preparadas para
    bebés y animales domésticos.

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Presentasion salsas

  • 1. Hortalizas y Verduras Equipo 6: Arias Cortez José Manuel Gómez López Marco Fabio Gómez Magaña Manuel Alejandro Ledesma Valladolid Sergio Alberto Preciado Becerra Roberto Javier
  • 2. El término de hortalizas se refiere a todas las plantas herbáceas que se cultivan y que son adecuadas para el consumo, bien crudas o cocinadas. El término de verduras hace referencia exclusiva a los órganos verdes, es decir, hojas y tallos tiernos o las inflorescencias (flores). En el concepto de hortalizas también se incluyen las legumbres frescas o verdes, como guisantes y habas frescas, de los que no se habla en esta guía debido a que su composición difiere de modo significativo en relación con el resto de hortalizas.
  • 3. Las hortalizas y verduras frescas son alimentos que contribuyen a hidratar nuestro organismo por su alto contenido de agua, además de ser nutritivas y saludables. Son ricas en vitaminas, minerales, fibra y, en menor medida, en almidón y azúcares, hecho que explica su bajo aporte calórico. Son también una fuente indiscutible de sustancias de acción antioxidante. Por todo ello se consideran fundamentales para la salud e indispensables dentro del concepto de dieta equilibrada, cuyo modelo más representativo es la dieta mediterránea.
  • 4. Hortalizas y verduras, sinónimo de salud por varias razones: 1- por su alto contenido de agua. Facilitan la eliminación de toxinas de nuestro organismo y nos ayudan a mantenernos bien hidratados. 2- por su aporte de fibra. Ayudan a regular la función de nuestro intestino y a evitar o corregir el estreñimiento. La fibra tiene un gran interés dietético porque además posee efectos beneficiosos tanto en la prevención como en el tratamiento de ciertas enfermedades: exceso de colesterol, diabetes, obesidad, cálculos en la vesícula biliar, hemorroides y venas varicosas, divertículos y cáncer de colon. 3- son fuente casi exclusiva de vitamina C y de provitamina A y ricas en folatos.
  • 5. 4- contienen antioxidantes que se sabe con certeza que son un factor protector frente a ciertas enfermedades relacionadas con la degeneración del sistema nervioso, enfermedades cardiovasculares e incluso el cáncer. Desde principios del siglo XX se encuentran en la literatura referencias sobre los beneficios de los vegetales en la reducción del riesgo de desarrollar cáncer. Es en la década de los ochenta cuando se establecen las recomendaciones encaminadas a aumentar la ingesta de hortalizas por su relación directa con una menor incidencia de enfermedades cardiovasculares y de cáncer. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha confirmado en los últimos años los resultados de diversos estudios de investigación que ponen de manifiesto los efectos anticancerígenos de las hortalizas y verduras, en particular contra el cáncer del tracto gastrointestinal y contra el de pulmón. Según datos de dichos estudios, uno de cada diez pacientes afectados por algún tipo de cáncer ha mantenido una insuficiente alimentación a base de hortalizas y verduras.
  • 6. Las hortalizas se pueden clasificar en función de la parte de la planta a la que pertenecen en: Frutos: berenjena y pimientos. Bulbos: ajo, cebolla, puerro, chalota, etc. Coles: repollo, brécol, coles de Bruselas y coliflor. Hojas y tallos tiernos: acelga, achicoria, borraja, cardo, endibias, escarola, espinacas y lechuga. Inflorescencia: alcachofa. Pepónides: calabacín, calabaza y pepino. Raíces: nabo, rábanos, remolacha de mesa y zanahoria. Tallos jóvenes: apio, espárrago blanco y triguero.
  • 7. Existe otra clasificación de las hortalizas en función de su forma de presentación al consumidor. De este modo se distinguen los siguientes grupos: Primera gama: Hortalizas frescas y otros productos conservados mediante métodos tradicionales como la deshidratación, salazón y fermentación. De esta forma, se pueden obtener hortalizas desecadas (pimiento seco), deshidratadas y los populares encurtidos (pepinillos, cebolletas, pimientos, etc.). Segunda gama: Incluye a las conservas que han sido sometidas a un tratamiento térmico que garantiza una mayor vida útil del producto. Tercera gama: Se incluyen en este grupo las hortalizas congeladas. Cuarta gama: Son hortalizas lavadas, peladas, cortadas y envasadas en condiciones especiales (atmósferas modificadas o controladas) y listas para su consumo (por ejemplo, ensaladas variadas). Quinta Gama: Se refiere a los productos cocinados (salsas de hortalizas, sofritos) o a una mezcla de cocinados con hortalizas frescas.
  • 8. Basada sobre todo en el consumo de vegetales, contribuye a reducir el riesgo de las enfermedades de máximo impacto en los países de alto nivel de bienestar, entre ellas las cardiovasculares, degenerativas y el cáncer. Sin embargo, a pesar de que nuestro país tiene un potencial productivo privilegiado y a pesar del aumento en el consumo experimentado en los últimos años de hortalizas frescas y de los conocimientos actuales que demuestran el papel beneficioso de la dieta en la salud, hay constancia de que no se toman en cantidad suficiente estos alimentos.
  • 9.
  • 10. La col, el nabo, la remolacha, los pepinos y otras verduras fermentadas, así como los brotes o germinados vegetales, son alimentos que algunos consumidores están incorporando a su dieta movidos por la curiosidad, los deseos de cambio y variación de las comidas o por la convicción de que estos productos aportan ventajas a su salud. En realidad, fermentación y germinación se realizaban ya en épocas remotas con el objeto de aumentar el tiempo de conservación de ciertos alimentos. Lo que se ha buscado en los últimos tiempos es obtener productos con un valor añadido en sus propiedades culinarias y nutritivas. Los alimentos fermentados y germinados pueden enriquecer muchos de nuestros platos habituales y nos ayudan a mantener una alimentación equilibrada, completa, saludable y sabrosa.
  • 11. Fermentación - Gracias a la fermentación, los alimentos registran importantes transformaciones que los enriquecen en nutrientes y que mejoran su digestibilidad. Se produce mediante la acción de enzimas o fermentos, entre ellos microorganismos como mohos, levaduras y bacterias. En la actualidad su uso está muy extendido y, además de las ventajas señaladas, constituyen un método de alargar la vida útil de los alimentos
  • 12. Tipos de fermentación: Hay varios tipos de fermentación: láctica, alcohólica y otras que se producen de forma natural o espontánea. Fermentación láctica. Es la más frecuente y en las hortalizas y verduras se produce a partir de hidratos de carbono como la sacarosa y la glucosa. Fermentación alcohólica. Entre otros usos, se utiliza para producir bebidas tradicionales a partir de cereales y frutas, de baja graduación alcohólica como la cerveza o la sidra y para elevar la masa de pan. En esta fermentación, determinadas enzimas convierten los azúcares sencillos, como la glucosa y la fructosa, en alcohol etílico y anhídrido carbónico. Las fermentaciones naturales se emplean en general para la obtención de vinagre de vino, de manzana, etc.
  • 13. Beneficios de las hortalizas fermentadas Gracias a la fermentación, se producen intensas transformaciones en los alimentos que mejoran sus cualidades nutritivas y su digestibilidad. Las proteínas sufren una pre digestión, por lo que mejora su asimilación por parte de nuestro organismo. Con este proceso, el alimento se enriquece en vitaminas, en especial en las del grupo B y C. Según comprobaciones científicas, la presencia de enzimas de fermentación ayuda a restablecer el equilibrio de la flora intestinal, lo que resulta beneficioso para el organismo, en especial en personas con problemas de hinchazón abdominal, meteorismo, estreñimiento y diarrea, así como en caso de dispepsia o digestiones difíciles.
  • 14. Métodos de elaboración casera de otras hortalizas fermentadas Fórmula rápida. Las hortalizas más adecuadas para este tipo de proceso son: repollo, nabo, zanahoria, rábano y berenjena. Se debe picar muy fino la hortaliza escogida, añadir un poco de sal y prensar con la mano (con movimientos redondos y rápidos para que salga el agua). Dejar reposar media hora y repetir el proceso cada media hora durante un mínimo de 2 horas.
  • 15. Fórmula con agua. Se necesita un frasco de cierre hermético (mejor si es de cristal), sal y agua. Se han de introducir las hortalizas cortadas en una solución de agua y sal, en una proporción de "una cucharada de sal por cada taza de agua". Las hortalizas deben quedar bien cubiertas por el agua. Tapar el frasco y dejar reposar un mínimo de 15 días. El tiempo de conservación de estos derivados es variable: con dos cucharadas de sal por cada taza de agua pueden durar entre 14 y 15 meses en buen estado si el frasco no se abre. Se puede añadir al agua hierbas aromáticas, nuez moscada o granos de pimienta.
  • 16. Fórmula con vinagre. Los vegetales más adecuados para esta preparación son: pepino, cebollitas francesas, rabanitos, coliflor y zanahoria. Colocar enteros o en trozos en un frasco de cristal, añadir una cucharadita de sal, cubrir con vinagre y tapar de manera que quede herméticamente cerrado. Transcurridos unos 15 días, ya están listos. Además del vinagre se puede añadir hierbas aromáticas, pimienta y cáscara de limón.
  • 17. Se trata de un proceso natural de obtención de alimentos muy extendido en todo el mundo. La germinación hace que las semillas de las plantas aumenten su valor nutricional. Cuando una semilla cuenta con el agua, el oxígeno y el calor necesario, germina para formar un nuevo ser vivo, una planta que a su vez producirá nuevas semillas. Los más apreciados por su textura y por el buen sabor de sus brotes son los obtenidos de berro, rábano y calabaza.
  • 18. Para conseguir aumentar la vida útil de las hortalizas, éstas se pueden someter a diferentes tratamientos tecnológicos de los que se obtienen los derivados vegetales. Estos productos están presentes en el mercado en diferentes formatos y, por lo general, se clasifican en productos de primera gama, segunda, tercera, cuarta y quinta. Dentro de los productos de primera gama se encuentran, además de las hortalizas frescas, otros conservados mediante métodos tradicionales como la deshidratación, la salazón, la fermentación... De esta forma, se pueden obtener hortalizas deshidratadas o desecadas, encurtidas y fermentadas.
  • 19. Las hortalizas desecadas- son aquellas a las que se les ha retirado parte de su agua de constitución. El proceso sigue varias fases. Primero se lavan, se pelan y se eliminan las partes no deseadas. A continuación se cortan en rodajas o cubos, se escaldan para inactivar los enzimas presentes y se desecan. La desecación tiene lugar a una temperatura de entre 55 y 60ºC. Allí permanecen los alimentos hasta conseguir que tengan un contenido final de agua del cuatro al ocho por ciento. Una vez en casa, es necesario rehidratar estos productos antes de consumirlos.
  • 20. las hortalizas fermentadas- se consiguen a partir de hortalizas frescas que han sufrido un proceso de fermentación láctica. Son productos de fácil digestión que aportan sabores nuevos. Un ejemplo de este tipo de derivados es el chucrut, resultado de la fermentación láctica de la col en presencia de sal.
  • 21. Las hortalizas en vinagre-son aquellas que, después de ser curadas en salmuera o de haber sufrido una fermentación láctica, se conservan con vinagre y sal y sin azúcares añadidos (encurtidos ácidos) o en vinagre con azúcares y condimentos (encurtidos dulces). Las hortalizas más utilizadas para este fin son los pepinos, cebollas, zanahorias, pimientos, ramilletes de coliflor...
  • 22. Las semiconservas- son productos con una vida útil menor a la de las conservas. La razón estriba en que el tratamiento térmico al que han sido sometidas para su conservación es menos agresivo que el que se aplica a las conservas. Su duración puede prolongarse si se mantienen en el frigorífico.
  • 23. El gran reto de la cocina es convertir en manjares sugerentes los alimentos, más aún en los casos en los que la dieta sufre limitaciones. Si la persona está enferma, el objetivo es que no envidie lo que no le conviene, y si el comensal limita su consumo de alimentos, la meta es suscitar su interés y conseguir que pruebe la receta que se ha preparado con tanto esmero. Para ello habrá que evitar la monotonía y hacer unos platos más apetecibles, bien condimentados y con una estupenda presentación.
  • 24. En la educación de hábitos alimentarios no es suficiente la simple enumeración de un código de alimentos "prohibidos y permitidos". Es imprescindible la esmerada elaboración culinaria. Unos platos cuidados, en su punto, en los que se saca el máximo partido posible a los alimentos y a las combinaciones entre ellos. Para ello es preciso conocer las diferentes técnicas culinarias que se pueden aplicar a los distintos alimentos, en este caso concreto, las formas tan variadas de cocinar y preparar hortalizas. Hay que tener en cuenta las técnicas que más convienen a unas y otras, así como sus posibilidades de condimentación. Y resulta fundamental conocer los pasos previos al cocinado de las verduras: cultivo, compra, manipulación, conservación y limpieza.
  • 25. - Cocidas en olla convencional o en olla a presión. Una vez limpia la hortaliza, se cuece en agua hirviendo con sal. Se escurren cuando estén en su punto: bien cocida si es fibrosa, justa de cocción si es de textura homogénea. En olla a presión el tiempo de cocinado es menor. Para variar los sabores y la textura del plato, una vez cocidos los vegetales, se pueden rehogar unos minutos al fuego con aceite y otros ingredientes (ajo, cebolla, jamón, gambas...).
  • 26. - Hervidas. Cambia un poco la forma de elaboración respecto al cocido. Se rehoga en una olla con aceite, cebolla o puerro partidos. Se puede añadir patata a cascos y las hortalizas escogidas y se deja pochar un poco. Se cubre con agua y se cuece todo junto. Debe quedar caldoso. Algunas hortalizas se deshacen un poco al cocer en conjunto, pero sirven para trabar el caldo. Se sirven caldosas, pero no en exceso porque no es una sopa. - Al vapor. Los vegetales conservan más su propio sabor, por lo que resultan muy sabrosas y más nutritivas, siempre que se respete el tiempo de cocinado. Las sales minerales se concentran en el alimento debido a que no está en contacto con el agua o el caldo. Puede realizarse en olla rápida o convencional si se dispone de un cestillo para la cocción de verduras que levante del fondo de la cazuela. Los vegetales se colocan en el cestillo, se añade agua en el fondo, se cierra la olla y se coloca en el fuego. Estos alimentos resultan mucho más agradables al paladar, sobre todo para quienes tengan restringida la adición de sal a las comidas.
  • 27. Asadas : Con el asado se realza el sabor de las hortalizas pero se pierden cerca de un 25% de sus vitaminas. La ventaja es que requiere poca grasa y, gracias al sabor de estos alimentos, se obtienen platos muy deliciosos. - A la plancha quedan bien las hortalizas carnosas (berenjena, calabacín), así como las alcachofas. También quedan sabrosas las setas, los champiñones, la cebolla, el puerro, los tomates y los pimientos. La elaboración es muy sencilla. Se cortan los vegetales en porciones pequeñas, se sazona la pieza, se unta con aceite y se coloca en la plancha no demasiado caliente. Para facilitar el paso del calor al interior del alimento se pueden hacer unos cortes transversales. Cuando el vegetal está tostado por una cara se le da la vuelta y se espera a que se haga por dentro.
  • 28. - Al horno quedan bien los mismos vegetales que se cocinan a la plancha. Aunque pueden ponerse a ruedas para acortar el tiempo de asado, quedan mejor enteras porque se resecan menos. Pimientos, tomates, berenjenas, calabacín, cebolla o puerro resultan muy sabrosos asados al horno. Pueden hacerse sin aceite, envueltos en un papel que resista la temperatura -aluminio o sulfurizado- untados de aceite, sobre todo si se han de pelar después, como es el caso de pimientos y berenjenas. Se aconseja asar los vegetales a una temperatura elevada (200-220ºC) para que la superficie quede crujiente y el interior jugoso. Una vez asados los vegetales, se pueden degustar aliñados con aceite de oliva y sal.
  • 29. - Al microondas también se pueden asar las verduras y hortalizas. Este electrodoméstico permite que los alimentos se cocinen en pocos minutos a la vez que las radiaciones destruyen los gérmenes. Además, hasta la fecha no se ha comprobado que las microondas provoquen mayores pérdidas nutritivas que otros métodos de cocción tradicional. Para cocinar los vegetales al microondas, éstos se colocan en un recipiente mojados con el agua del lavado, se cubren y, a la mitad de la cocción, se revuelven. Se pueden cocinar enteros y con piel (calabacín, berenjena, tomate...) tras pincharlos con un tenedor o con pequeños cortes para evitar que el aumento de la presión los haga explotar.
  • 30. Fritas : Fritas, rebozadas o empanadas... Resultan muy jugosas y sabrosas porque absorben parte del aceite de la fritura. Sin embargo, también son calóricas y más difíciles de digerir, por lo que no se aconseja en dietas con control de grasas o en caso de problemas gástricos. El alimento puede estar crudo o cocinado y se aconseja empanar o rebozar los vegetales antes de freír para que se forme una capa externa crujiente que evita que el interior absorba demasiado aceite. Es importante utilizar aceites de calidad que resistan altas temperaturas y que no hayan sufrido demasiados calentamientos. Una vez que las hortalizas estén fritas, es necesario que se escurran bien para que retengan la menor cantidad de grasa posible y queden crujientes y apetecibles. Una variante de las hortalizas fritas son las confitadas. Para elaborarlas de esta manera se cocinan los vegetales en abundante aceite y a fuego muy suave hasta que el género esté blando. Se empieza a cocinar con el aceite frío. Se suele utilizar para hacer guarniciones de ajos, zanahoria, setas, cebolletas y, en general, verduras de pequeño tamaño.
  • 31. Glaseadas : Consiste en cocinar una hortaliza acompañada de grasa (aceites, mantequilla o margarina), agua y azúcar. Para su elaboración se cuecen en poca cantidad de agua, a la que se añade la grasa y el azúcar. Las hortalizas se van cocinando y ablandando mientras tienen agua. Llega un momento en el que ésta se evapora de forma que el azúcar se carameliza y queda adherido a la hortaliza, lo que proporciona una textura y una presentación especial.
  • 32. Salteadas o rehogadas : En los dos casos, las hortalizas crudas o cocinadas se pasan por la sartén con poca cantidad de aceite. Si se saltean se hacen a fuego vivo. Si se rehogan, se cocinan a fuego lento. Se pueden utilizar para iniciar el cocinado de unas hortalizas o para terminar el cocinado de otras.
  • 33. Estofadas o guisadas Las hortalizas estofadas se van cocinando a fuego lento con grasa y destapadas. A veces se añade algo de agua. Así se consigue provocar la exudación del agua, componente tan abundante en estos alimentos. El estofado va muy bien para las hortalizas más ricas en agua y de sabores pronunciados como las endibias, espinacas, lechuga, pimientos, setas, cham piñones, calabacín, berenjena, tomate, puerro, ceb olla, etc. Si se utiliza agua y poca cantidad de aceite, las hortalizas quedan guisadas y puede ser un plato válido para cualquier dieta. Se pueden preparar guisos o estofados de hortalizas exquisitos, aunque lo habitual es que estos alimentos se combinen con carnes, pescados o legumbres.
  • 34. Escaldadas o blanqueadas El escaldado o blanqueado es una técnica que se utiliza para reducir el volumen de algunas hortalizas y aplicarles después alguna otra técnica o para detener el proceso natural de deterioro y eliminar microbios antes de congelarlas. Las hortalizas limpias se sumergen en agua hirviendo con sal durante unos minutos. Por lo general, cuando se introduce una hortaliza deja de hervir el agua y se le mantiene hasta que comience a hervir de nuevo y durante dos minutos más. Si la hortaliza se va a congelar, una vez escurrida, conviene secarla antes de introducirla en las bolsas de congelación y extraerle todo el aire posible antes de cerrar el envase. Esta técnica también se emplea para cocer hortalizas de sabor pronunciado como la berza, que primero se escalda y luego se cuece, o para facilitar el pelado de los tomates.
  • 35. En ensalada Esta es el mejor modo de aprovechar todos sus nutrientes de los vegetales, ya que el calor o el contacto con el agua hace que se pierdan gran parte de las vitaminas y sales minerales que contienen. A la hora de elaborar una suculenta ensalada se pueden escoger vegetales cocidos (alcachofa, coliflor, espárragos, judías verdes, palmitos, puerro, remolacha, calab acín...) y crudos, tales como lechuga, endibia, escarola, berros, hierba de los canónigos, tomate, zanahoria, cebolla, ajo, apio, rábano, champiñones, repollo, etc.
  • 36. Cocinar con wok El wok hace las veces de sartén y de olla, y gracias a su forma y tamaño, permite cocinar ingredientes de bastante tamaño. Es excelente para saltear alimentos (cualquier vegetal, gambas, pollo...). Para ello se coloca el wok a fuego medio y una vez caliente se añade poco aceite que debe impregnar las paredes. Con el aceite caliente, se echan primero los alimentos que necesitan más tiempo de cocción sin dejar de remover con una cuchara de madera. Se dejan reposar para que queden crujientes y se sirve caliente. Se puede utilizar el wok para freír con poco aceite, sofreír y cocinar al vapor
  • 37.
  • 38. Ajo - Las hojas son planas y delgadas, El bulbo, de piel blanca, forma una cabeza dividida en gajos que comúnmente son llamados dientes. Cada cabeza puede contener de 6 a 12 dientes, El ajo se emplea en la cocina como un saborizante natural. Posee un aroma y un sabor característico que suele acompañar ciertos platos de la cocina mediterránea.
  • 39. Alcachofa- la alcachofa son como nopales en una bolita que esta hortaliza es utilizada para dietas y limpiar el hígado, pero también se puede comer, se pude comer asada, guisada y en algunos tipos de caldo.
  • 40. Apio- Toda la planta tiene un fuerte sabor acre, aunque el blanqueo de los tallos en el cultivo hace que pierdan estas cualidades, adquiriendo un sabor más dulce y el característico aroma que lo convierte en un buen ingrediente de ensaladas y sopas.
  • 41. Berenjena- El fruto, comestible, La pulpa es consistente, de textura esponjosa, de color blanco, tiene cierto sabor amargo, presenta pequeñas semillas de color amarillo. Se encuentra todo el año al ser cultivado en época de bajas temperatura en invernadero, puede ser cocida guisada y a vapor.
  • 42. Brócoli- Esta planta posee abundantes cabezas florales carnosas de color verde, puestas en forma de árbol, sobre ramas que nacen de un grueso tallo comestible. Habitualmente se prepara hervido o al vapor, pero se puede consumir crudo y se ha convertido en una verdura cruda muy popular como aperitivo. Un plato exquisito consiste en cocer brócoli con patatas cortadas en trozos y luego condimentarlo con pimentón, ajo en polvo y aceite de oliva.
  • 43. Calabaza- en México se preparan tradicionalmente en guisados con chiles dulces u otras verduras. Tanto su fruto como su flor, os frutos son muy nutritivos en ambos casos, conteniendo dosis importantes de vitamina A, C, D, E, potasio y zinc. Las semillas se emplean también para la elaboración de aceite, y en gastronomía, tostadas y saladas.
  • 44. Coliflor- La planta está compuesta por una cabeza blanca, tiene un sabor suave y, en ocasiones, ligeramente dulzón. Puede prepararse al vapor, asada, frita, estofada, hervida o gratinada.1 Puede servirse como acompañamiento de otros platos, como legumbres o arroz, o como ingrediente básico en una saludable menestra de verduras. También se puede usar como acompañante de algunos pescados, como el bacalao, o incluso puede formar parte de tortilla.
  • 45. Esparrago- La planta de espárrago está formada por tallos aéreos ramificados y una parte subterránea constituida por raíces y yemas, que es lo que se denomina comúnmente “garra”. De los brotes jóvenes se obtienen las verduras conocidas como espárragos. os brotes se cuecen en agua o al vapor hasta que están tiernos y se sirven con una salsa ligera (como la holandesa o la mahonesa) o con mantequilla derretida o con unas gotas de aceite de oliva y queso parmesano rallado.
  • 46. Espinaca- cultivada como verdura por sus hojas comestibles, grandes y de color verde muy oscuro. Su cultivo se realiza durante todo el año y se puede consumir fresca, cocida o frita. En la actualidad es una de las verduras que más habitualmente se encuentra congelada.
  • 47. Guisante- es la pequeña semilla comestible de la planta que se cultiva para su producción y de algunas variedades de la cual se pueden consumir las propias vainas por ser muy tiernas.
  • 48. Lechuga- es una planta anual propia de las regiones semi-templadas, que se cultiva con fines alimentarios. Normalmente se toma cruda, como ingrediente de ensaladas y otros platos.
  • 49. Pepino- La planta posee grandes hojas verdes formando un dosel sobre los frutos, que nacen de brotes laterales en las axilas de éstas. Se emplea con frecuencia crudo en las diversas cocinas del mundo como ingrediente de ensaladas, aunque existen platos en el norte de Europa conocidos como sopas de pepino que son muy populares
  • 50. Papa- es una planta herbácea, tuberosa, perenne a través de sus tubérculos, caducifolia (ya que pierde sus hojas y tallos aéreos en la estación fría), de tallo erecto o semi- decumbente, Estos tubérculos se guisan, se sancochan, se asan, se saltean, se fríen. Intervienen en purés, en cremas, en sopas, suflés, croquetas, tortillas y masas.
  • 51. Zanahoria- La raíz comestible suele ser de color naranja, blanca o en una combinación de rojo y blanco, con una textura crujiente cuando está fresca, también es recomendable en licuados. Se suelen trocear y se consumen crudas, cocidas, fritas o al vapor y se cocinan en sopas y guisos, así como en comidas preparadas para bebés y animales domésticos.