1. Hortalizas y
Verduras
Equipo 6:
Arias Cortez José Manuel
Gómez López Marco Fabio
Gómez Magaña Manuel Alejandro
Ledesma Valladolid Sergio Alberto
Preciado Becerra Roberto
Javier
2. El término de hortalizas se refiere a todas las
plantas herbáceas que se cultivan y que son
adecuadas para el consumo, bien crudas o
cocinadas. El término de verduras hace referencia
exclusiva a los órganos verdes, es decir, hojas y
tallos tiernos o las inflorescencias (flores).
En el concepto de hortalizas también se incluyen
las legumbres frescas o verdes, como guisantes y
habas frescas, de los que no se habla en esta guía
debido a que su composición difiere de modo
significativo en relación con el resto de hortalizas.
3. Las hortalizas y verduras frescas son alimentos que
contribuyen a hidratar nuestro organismo por su
alto contenido de agua, además de ser nutritivas y
saludables. Son ricas en vitaminas, minerales, fibra
y, en menor medida, en almidón y
azúcares, hecho que explica su bajo aporte
calórico. Son también una fuente indiscutible de
sustancias de acción antioxidante. Por todo ello se
consideran fundamentales para la salud e
indispensables dentro del concepto de dieta
equilibrada, cuyo modelo más representativo es la
dieta mediterránea.
4. Hortalizas y verduras, sinónimo de salud por varias
razones:
1- por su alto contenido de agua. Facilitan la
eliminación de toxinas de nuestro organismo y nos
ayudan a mantenernos bien hidratados.
2- por su aporte de fibra. Ayudan a regular la función
de nuestro intestino y a evitar o corregir el
estreñimiento. La fibra tiene un gran interés dietético
porque además posee efectos beneficiosos tanto en
la prevención como en el tratamiento de ciertas
enfermedades: exceso de
colesterol, diabetes, obesidad, cálculos en la
vesícula biliar, hemorroides y venas
varicosas, divertículos y cáncer de colon.
3- son fuente casi exclusiva de vitamina C y de
provitamina A y ricas en folatos.
5. 4- contienen antioxidantes que se sabe con certeza que
son un factor protector frente a ciertas enfermedades
relacionadas con la degeneración del sistema
nervioso, enfermedades cardiovasculares e incluso el
cáncer. Desde principios del siglo XX se encuentran en la
literatura referencias sobre los beneficios de los vegetales
en la reducción del riesgo de desarrollar cáncer. Es en la
década de los ochenta cuando se establecen las
recomendaciones encaminadas a aumentar la ingesta
de hortalizas por su relación directa con una menor
incidencia de enfermedades cardiovasculares y de
cáncer. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha
confirmado en los últimos años los resultados de diversos
estudios de investigación que ponen de manifiesto los
efectos anticancerígenos de las hortalizas y verduras, en
particular contra el cáncer del tracto gastrointestinal y
contra el de pulmón. Según datos de dichos estudios, uno
de cada diez pacientes afectados por algún tipo de
cáncer ha mantenido una insuficiente alimentación a
base de hortalizas y verduras.
6. Las hortalizas se pueden clasificar en función de la parte de la planta a
la que pertenecen en:
Frutos: berenjena y pimientos.
Bulbos: ajo, cebolla, puerro, chalota, etc.
Coles: repollo, brécol, coles de Bruselas y coliflor.
Hojas y tallos
tiernos: acelga, achicoria, borraja, cardo, endibias, escarola, espinacas
y lechuga.
Inflorescencia: alcachofa.
Pepónides: calabacín, calabaza y pepino.
Raíces: nabo, rábanos, remolacha de mesa y zanahoria.
Tallos jóvenes: apio, espárrago blanco y triguero.
7. Existe otra clasificación de las hortalizas en función de su forma de
presentación al consumidor. De este modo se distinguen los siguientes
grupos:
Primera gama: Hortalizas frescas y otros productos conservados
mediante métodos tradicionales como la deshidratación, salazón y
fermentación. De esta forma, se pueden obtener hortalizas desecadas
(pimiento seco), deshidratadas y los populares encurtidos
(pepinillos, cebolletas, pimientos, etc.).
Segunda gama: Incluye a las conservas que han sido sometidas a un
tratamiento térmico que garantiza una mayor vida útil del producto.
Tercera gama: Se incluyen en este grupo las hortalizas congeladas.
Cuarta gama: Son hortalizas lavadas, peladas, cortadas y envasadas
en condiciones especiales (atmósferas modificadas o controladas) y
listas para su consumo (por ejemplo, ensaladas variadas).
Quinta Gama: Se refiere a los productos cocinados (salsas de
hortalizas, sofritos) o a una mezcla de cocinados con hortalizas frescas.
8. Basada sobre todo en el consumo de
vegetales, contribuye a reducir el riesgo de las
enfermedades de máximo impacto en los países
de alto nivel de bienestar, entre ellas las
cardiovasculares, degenerativas y el cáncer. Sin
embargo, a pesar de que nuestro país tiene un
potencial productivo privilegiado y a pesar del
aumento en el consumo experimentado en los
últimos años de hortalizas frescas y de los
conocimientos actuales que demuestran el papel
beneficioso de la dieta en la salud, hay constancia
de que no se toman en cantidad suficiente estos
alimentos.
9.
10. La col, el nabo, la remolacha, los pepinos y otras verduras
fermentadas, así como los brotes o germinados
vegetales, son alimentos que algunos consumidores están
incorporando a su dieta movidos por la curiosidad, los
deseos de cambio y variación de las comidas o por la
convicción de que estos productos aportan ventajas a su
salud.
En realidad, fermentación y germinación se realizaban ya
en épocas remotas con el objeto de aumentar el tiempo
de conservación de ciertos alimentos. Lo que se ha
buscado en los últimos tiempos es obtener productos con
un valor añadido en sus propiedades culinarias y
nutritivas.
Los alimentos fermentados y germinados pueden
enriquecer muchos de nuestros platos habituales y nos
ayudan a mantener una alimentación
equilibrada, completa, saludable y sabrosa.
11. Fermentación - Gracias a la
fermentación, los alimentos registran
importantes transformaciones que los
enriquecen en nutrientes y que mejoran su
digestibilidad. Se produce mediante la
acción de enzimas o fermentos, entre ellos
microorganismos como mohos, levaduras y
bacterias. En la actualidad su uso está muy
extendido y, además de las ventajas
señaladas, constituyen un método de
alargar la vida útil de los alimentos
12. Tipos de fermentación:
Hay varios tipos de fermentación: láctica, alcohólica
y otras que se producen de forma natural o
espontánea.
Fermentación láctica. Es la más frecuente y en las
hortalizas y verduras se produce a partir de hidratos
de carbono como la sacarosa y la glucosa.
Fermentación alcohólica. Entre otros usos, se utiliza
para producir bebidas tradicionales a partir de
cereales y frutas, de baja graduación alcohólica
como la cerveza o la sidra y para elevar la masa de
pan. En esta fermentación, determinadas enzimas
convierten los azúcares sencillos, como la glucosa y
la fructosa, en alcohol etílico y anhídrido carbónico.
Las fermentaciones naturales se emplean en general
para la obtención de vinagre de vino, de
manzana, etc.
13. Beneficios de las hortalizas fermentadas
Gracias a la fermentación, se producen
intensas transformaciones en los alimentos que
mejoran sus cualidades nutritivas y su
digestibilidad. Las proteínas sufren una pre
digestión, por lo que mejora su asimilación por
parte de nuestro organismo. Con este
proceso, el alimento se enriquece en
vitaminas, en especial en las del grupo B y C.
Según comprobaciones científicas, la
presencia de enzimas de fermentación ayuda
a restablecer el equilibrio de la flora
intestinal, lo que resulta beneficioso para el
organismo, en especial en personas con
problemas de hinchazón
abdominal, meteorismo, estreñimiento y
diarrea, así como en caso de dispepsia o
digestiones difíciles.
14. Métodos de elaboración casera de otras
hortalizas fermentadas
Fórmula rápida. Las hortalizas más
adecuadas para este tipo de proceso son:
repollo, nabo, zanahoria, rábano y
berenjena. Se debe picar muy fino la
hortaliza escogida, añadir un poco de sal y
prensar con la mano (con movimientos
redondos y rápidos para que salga el
agua). Dejar reposar media hora y repetir
el proceso cada media hora durante un
mínimo de 2 horas.
15. Fórmula con agua. Se necesita un frasco de
cierre hermético (mejor si es de cristal), sal y
agua. Se han de introducir las hortalizas
cortadas en una solución de agua y sal, en
una proporción de "una cucharada de sal por
cada taza de agua". Las hortalizas deben
quedar bien cubiertas por el agua. Tapar el
frasco y dejar reposar un mínimo de 15 días. El
tiempo de conservación de estos derivados es
variable: con dos cucharadas de sal por cada
taza de agua pueden durar entre 14 y 15
meses en buen estado si el frasco no se abre.
Se puede añadir al agua hierbas
aromáticas, nuez moscada o granos de
pimienta.
16. Fórmula con vinagre. Los vegetales más
adecuados para esta preparación son:
pepino, cebollitas
francesas, rabanitos, coliflor y zanahoria.
Colocar enteros o en trozos en un frasco
de cristal, añadir una cucharadita de
sal, cubrir con vinagre y tapar de
manera que quede herméticamente
cerrado. Transcurridos unos 15 días, ya
están listos. Además del vinagre se
puede añadir hierbas
aromáticas, pimienta y cáscara de
limón.
17. Se trata de un proceso natural de
obtención de alimentos muy extendido en
todo el mundo. La germinación hace que
las semillas de las plantas aumenten su
valor nutricional. Cuando una semilla
cuenta con el agua, el oxígeno y el calor
necesario, germina para formar un nuevo
ser vivo, una planta que a su vez producirá
nuevas semillas. Los más apreciados por su
textura y por el buen sabor de sus brotes
son los obtenidos de berro, rábano y
calabaza.
18. Para conseguir aumentar la vida útil de las
hortalizas, éstas se pueden someter a diferentes
tratamientos tecnológicos de los que se obtienen los
derivados vegetales. Estos productos están presentes
en el mercado en diferentes formatos y, por lo
general, se clasifican en productos de primera
gama, segunda, tercera, cuarta y quinta.
Dentro de los productos de primera gama se
encuentran, además de las hortalizas frescas, otros
conservados mediante métodos tradicionales como
la deshidratación, la salazón, la fermentación... De
esta forma, se pueden obtener hortalizas
deshidratadas o desecadas, encurtidas y
fermentadas.
19. Las hortalizas desecadas- son aquellas a las
que se les ha retirado parte de su agua de
constitución. El proceso sigue varias fases.
Primero se lavan, se pelan y se eliminan las
partes no deseadas. A continuación se
cortan en rodajas o cubos, se escaldan
para inactivar los enzimas presentes y se
desecan. La desecación tiene lugar a una
temperatura de entre 55 y 60ºC. Allí
permanecen los alimentos hasta conseguir
que tengan un contenido final de agua del
cuatro al ocho por ciento. Una vez en
casa, es necesario rehidratar estos
productos antes de consumirlos.
20. las hortalizas fermentadas- se consiguen
a partir de hortalizas frescas que han
sufrido un proceso de fermentación
láctica. Son productos de fácil digestión
que aportan sabores nuevos. Un
ejemplo de este tipo de derivados es el
chucrut, resultado de la fermentación
láctica de la col en presencia de sal.
21. Las hortalizas en vinagre-son aquellas
que, después de ser curadas en
salmuera o de haber sufrido una
fermentación láctica, se conservan con
vinagre y sal y sin azúcares añadidos
(encurtidos ácidos) o en vinagre con
azúcares y condimentos (encurtidos
dulces). Las hortalizas más utilizadas
para este fin son los
pepinos, cebollas, zanahorias, pimientos,
ramilletes de coliflor...
22. Las semiconservas- son productos con
una vida útil menor a la de las
conservas. La razón estriba en que el
tratamiento térmico al que han sido
sometidas para su conservación es
menos agresivo que el que se aplica a
las conservas. Su duración puede
prolongarse si se mantienen en el
frigorífico.
23. El gran reto de la cocina es convertir en
manjares sugerentes los alimentos, más aún
en los casos en los que la dieta sufre
limitaciones. Si la persona está enferma, el
objetivo es que no envidie lo que no le
conviene, y si el comensal limita su
consumo de alimentos, la meta es suscitar
su interés y conseguir que pruebe la receta
que se ha preparado con tanto esmero.
Para ello habrá que evitar la monotonía y
hacer unos platos más apetecibles, bien
condimentados y con una estupenda
presentación.
24. En la educación de hábitos alimentarios no es
suficiente la simple enumeración de un código
de alimentos "prohibidos y permitidos". Es
imprescindible la esmerada elaboración
culinaria. Unos platos cuidados, en su
punto, en los que se saca el máximo partido
posible a los alimentos y a las combinaciones
entre ellos. Para ello es preciso conocer las
diferentes técnicas culinarias que se pueden
aplicar a los distintos alimentos, en este caso
concreto, las formas tan variadas de cocinar y
preparar hortalizas. Hay que tener en cuenta
las técnicas que más convienen a unas y
otras, así como sus posibilidades de
condimentación. Y resulta fundamental
conocer los pasos previos al cocinado de las
verduras:
cultivo, compra, manipulación, conservación y
limpieza.
25.
- Cocidas en olla convencional o en olla a
presión. Una vez limpia la hortaliza, se cuece
en agua hirviendo con sal. Se escurren cuando
estén en su punto: bien cocida si es
fibrosa, justa de cocción si es de textura
homogénea. En olla a presión el tiempo de
cocinado es menor. Para variar los sabores y la
textura del plato, una vez cocidos los
vegetales, se pueden rehogar unos minutos al
fuego con aceite y otros ingredientes
(ajo, cebolla, jamón, gambas...).
26. - Hervidas. Cambia un poco la forma de elaboración
respecto al cocido. Se rehoga en una olla con
aceite, cebolla o puerro partidos. Se puede añadir
patata a cascos y las hortalizas escogidas y se deja
pochar un poco. Se cubre con agua y se cuece todo
junto. Debe quedar caldoso. Algunas hortalizas se
deshacen un poco al cocer en conjunto, pero sirven para
trabar el caldo. Se sirven caldosas, pero no en exceso
porque no es una sopa.
- Al vapor. Los vegetales conservan más su propio
sabor, por lo que resultan muy sabrosas y más
nutritivas, siempre que se respete el tiempo de cocinado.
Las sales minerales se concentran en el alimento debido a
que no está en contacto con el agua o el caldo. Puede
realizarse en olla rápida o convencional si se dispone de
un cestillo para la cocción de verduras que levante del
fondo de la cazuela. Los vegetales se colocan en el
cestillo, se añade agua en el fondo, se cierra la olla y se
coloca en el fuego. Estos alimentos resultan mucho más
agradables al paladar, sobre todo para quienes tengan
restringida la adición de sal a las comidas.
27. Asadas :
Con el asado se realza el sabor de las hortalizas pero
se pierden cerca de un 25% de sus vitaminas. La
ventaja es que requiere poca grasa y, gracias al
sabor de estos alimentos, se obtienen platos muy
deliciosos.
- A la plancha quedan bien las hortalizas carnosas
(berenjena, calabacín), así como las alcachofas.
También quedan sabrosas las setas, los
champiñones, la cebolla, el puerro, los tomates y los
pimientos. La elaboración es muy sencilla. Se cortan
los vegetales en porciones pequeñas, se sazona la
pieza, se unta con aceite y se coloca en la plancha
no demasiado caliente. Para facilitar el paso del
calor al interior del alimento se pueden hacer unos
cortes transversales. Cuando el vegetal está tostado
por una cara se le da la vuelta y se espera a que se
haga por dentro.
28.
- Al horno quedan bien los mismos vegetales que se
cocinan a la plancha. Aunque pueden ponerse a
ruedas para acortar el tiempo de asado, quedan
mejor enteras porque se resecan menos.
Pimientos, tomates, berenjenas, calabacín, cebolla o
puerro resultan muy sabrosos asados al horno.
Pueden hacerse sin aceite, envueltos en un papel
que resista la temperatura -aluminio o sulfurizado-
untados de aceite, sobre todo si se han de pelar
después, como es el caso de pimientos y berenjenas.
Se aconseja asar los vegetales a una temperatura
elevada (200-220ºC) para que la superficie quede
crujiente y el interior jugoso. Una vez asados los
vegetales, se pueden degustar aliñados con aceite
de oliva y sal.
29. - Al microondas también se pueden asar las
verduras y hortalizas. Este electrodoméstico
permite que los alimentos se cocinen en pocos
minutos a la vez que las radiaciones destruyen
los gérmenes. Además, hasta la fecha no se
ha comprobado que las microondas
provoquen mayores pérdidas nutritivas que
otros métodos de cocción tradicional. Para
cocinar los vegetales al microondas, éstos se
colocan en un recipiente mojados con el
agua del lavado, se cubren y, a la mitad de la
cocción, se revuelven. Se pueden cocinar
enteros y con piel
(calabacín, berenjena, tomate...) tras
pincharlos con un tenedor o con pequeños
cortes para evitar que el aumento de la
presión los haga explotar.
30. Fritas :
Fritas, rebozadas o empanadas... Resultan muy jugosas y
sabrosas porque absorben parte del aceite de la fritura. Sin
embargo, también son calóricas y más difíciles de digerir, por lo
que no se aconseja en dietas con control de grasas o en caso
de problemas gástricos. El alimento puede estar crudo o
cocinado y se aconseja empanar o rebozar los vegetales antes
de freír para que se forme una capa externa crujiente que evita
que el interior absorba demasiado aceite. Es importante utilizar
aceites de calidad que resistan altas temperaturas y que no
hayan sufrido demasiados calentamientos. Una vez que las
hortalizas estén fritas, es necesario que se escurran bien para
que retengan la menor cantidad de grasa posible y queden
crujientes y apetecibles.
Una variante de las hortalizas fritas son las confitadas. Para
elaborarlas de esta manera se cocinan los vegetales en
abundante aceite y a fuego muy suave hasta que el género
esté blando. Se empieza a cocinar con el aceite frío. Se suele
utilizar para hacer guarniciones de
ajos, zanahoria, setas, cebolletas y, en general, verduras de
pequeño tamaño.
31. Glaseadas :
Consiste en cocinar una hortaliza
acompañada de grasa
(aceites, mantequilla o
margarina), agua y azúcar. Para su
elaboración se cuecen en poca
cantidad de agua, a la que se añade la
grasa y el azúcar. Las hortalizas se van
cocinando y ablandando mientras
tienen agua. Llega un momento en el
que ésta se evapora de forma que el
azúcar se carameliza y queda adherido
a la hortaliza, lo que proporciona una
textura y una presentación especial.
32. Salteadas o rehogadas :
En los dos casos, las hortalizas crudas o
cocinadas se pasan por la sartén con
poca cantidad de aceite. Si se saltean
se hacen a fuego vivo. Si se rehogan, se
cocinan a fuego lento. Se pueden
utilizar para iniciar el cocinado de unas
hortalizas o para terminar el cocinado
de otras.
33. Estofadas o guisadas
Las hortalizas estofadas se van cocinando a fuego
lento con grasa y destapadas. A veces se añade
algo de agua. Así se consigue provocar la
exudación del agua, componente tan abundante
en estos alimentos. El estofado va muy bien para las
hortalizas más ricas en agua y de sabores
pronunciados como las
endibias, espinacas, lechuga, pimientos, setas, cham
piñones, calabacín, berenjena, tomate, puerro, ceb
olla, etc.
Si se utiliza agua y poca cantidad de aceite, las
hortalizas quedan guisadas y puede ser un plato
válido para cualquier dieta.
Se pueden preparar guisos o estofados de hortalizas
exquisitos, aunque lo habitual es que estos alimentos
se combinen con carnes, pescados o legumbres.
34. Escaldadas o blanqueadas
El escaldado o blanqueado es una técnica que se
utiliza para reducir el volumen de algunas hortalizas y
aplicarles después alguna otra técnica o para
detener el proceso natural de deterioro y eliminar
microbios antes de congelarlas. Las hortalizas limpias
se sumergen en agua hirviendo con sal durante unos
minutos. Por lo general, cuando se introduce una
hortaliza deja de hervir el agua y se le mantiene
hasta que comience a hervir de nuevo y durante dos
minutos más. Si la hortaliza se va a congelar, una vez
escurrida, conviene secarla antes de introducirla en
las bolsas de congelación y extraerle todo el aire
posible antes de cerrar el envase. Esta técnica
también se emplea para cocer hortalizas de sabor
pronunciado como la berza, que primero se escalda
y luego se cuece, o para facilitar el pelado de los
tomates.
35. En ensalada
Esta es el mejor modo de aprovechar todos
sus nutrientes de los vegetales, ya que el
calor o el contacto con el agua hace que
se pierdan gran parte de las vitaminas y
sales minerales que contienen.
A la hora de elaborar una suculenta
ensalada se pueden escoger vegetales
cocidos
(alcachofa, coliflor, espárragos, judías
verdes, palmitos, puerro, remolacha, calab
acín...) y crudos, tales como
lechuga, endibia, escarola, berros, hierba
de los
canónigos, tomate, zanahoria, cebolla, ajo,
apio, rábano, champiñones, repollo, etc.
36. Cocinar con wok
El wok hace las veces de sartén y de olla, y
gracias a su forma y tamaño, permite cocinar
ingredientes de bastante tamaño. Es
excelente para saltear alimentos (cualquier
vegetal, gambas, pollo...). Para ello se coloca
el wok a fuego medio y una vez caliente se
añade poco aceite que debe impregnar las
paredes. Con el aceite caliente, se echan
primero los alimentos que necesitan más
tiempo de cocción sin dejar de remover con
una cuchara de madera. Se dejan reposar
para que queden crujientes y se sirve caliente.
Se puede utilizar el wok para freír con poco
aceite, sofreír y cocinar al vapor
37.
38. Ajo - Las hojas son planas y delgadas, El
bulbo, de piel blanca, forma una
cabeza dividida en gajos que
comúnmente son llamados dientes.
Cada cabeza puede contener de 6 a
12 dientes, El ajo se emplea en la cocina
como un saborizante natural. Posee un
aroma y un sabor característico que
suele acompañar ciertos platos de la
cocina mediterránea.
39. Alcachofa- la alcachofa son como
nopales en una bolita que esta hortaliza
es utilizada para dietas y limpiar el
hígado, pero también se puede
comer, se pude comer asada, guisada y
en algunos tipos de caldo.
40. Apio- Toda la planta tiene un fuerte
sabor acre, aunque el blanqueo de los
tallos en el cultivo hace que pierdan
estas cualidades, adquiriendo un sabor
más dulce y el característico aroma que
lo convierte en un buen ingrediente de
ensaladas y sopas.
41. Berenjena- El fruto, comestible, La pulpa
es consistente, de textura esponjosa, de
color blanco, tiene cierto sabor
amargo, presenta pequeñas semillas de
color amarillo. Se encuentra todo el año
al ser cultivado en época de bajas
temperatura en invernadero, puede ser
cocida guisada y a vapor.
42. Brócoli- Esta planta posee abundantes
cabezas florales carnosas de color
verde, puestas en forma de árbol, sobre
ramas que nacen de un grueso tallo
comestible. Habitualmente se prepara
hervido o al vapor, pero se puede
consumir crudo y se ha convertido en
una verdura cruda muy popular como
aperitivo. Un plato exquisito consiste en
cocer brócoli con patatas cortadas en
trozos y luego condimentarlo con
pimentón, ajo en polvo y aceite de
oliva.
43. Calabaza- en México se preparan
tradicionalmente en guisados con chiles
dulces u otras verduras. Tanto su fruto
como su flor, os frutos son muy nutritivos
en ambos casos, conteniendo dosis
importantes de vitamina
A, C, D, E, potasio y zinc. Las semillas se
emplean también para la elaboración
de aceite, y en gastronomía, tostadas y
saladas.
44. Coliflor- La planta está compuesta por
una cabeza blanca, tiene un sabor
suave y, en ocasiones, ligeramente
dulzón. Puede prepararse al
vapor, asada, frita, estofada, hervida o
gratinada.1 Puede servirse como
acompañamiento de otros platos, como
legumbres o arroz, o como ingrediente
básico en una saludable menestra de
verduras. También se puede usar como
acompañante de algunos
pescados, como el bacalao, o incluso
puede formar parte de tortilla.
45. Esparrago- La planta de espárrago está
formada por tallos aéreos ramificados y
una parte subterránea constituida por
raíces y yemas, que es lo que se
denomina comúnmente “garra”. De los
brotes jóvenes se obtienen las verduras
conocidas como espárragos. os brotes
se cuecen en agua o al vapor hasta
que están tiernos y se sirven con una
salsa ligera (como la holandesa o la
mahonesa) o con mantequilla derretida
o con unas gotas de aceite de oliva y
queso parmesano rallado.
46. Espinaca- cultivada como verdura por
sus hojas comestibles, grandes y de color
verde muy oscuro. Su cultivo se realiza
durante todo el año y se puede
consumir fresca, cocida o frita. En la
actualidad es una de las verduras que
más habitualmente se encuentra
congelada.
47. Guisante- es la pequeña semilla
comestible de la planta que se cultiva
para su producción y de algunas
variedades de la cual se pueden
consumir las propias vainas por ser muy
tiernas.
48. Lechuga- es una planta anual propia de
las regiones semi-templadas, que se
cultiva con fines alimentarios.
Normalmente se toma cruda, como
ingrediente de ensaladas y otros platos.
49. Pepino- La planta posee grandes hojas
verdes formando un dosel sobre los
frutos, que nacen de brotes laterales en
las axilas de éstas. Se emplea con
frecuencia crudo en las diversas cocinas
del mundo como ingrediente de
ensaladas, aunque existen platos en el
norte de Europa conocidos como sopas
de pepino que son muy populares
50. Papa- es una planta
herbácea, tuberosa, perenne a través
de sus tubérculos, caducifolia (ya que
pierde sus hojas y tallos aéreos en la
estación fría), de tallo erecto o semi-
decumbente, Estos tubérculos se
guisan, se sancochan, se asan, se
saltean, se fríen. Intervienen en purés, en
cremas, en
sopas, suflés, croquetas, tortillas y masas.
51. Zanahoria- La raíz comestible suele ser
de color naranja, blanca o en una
combinación de rojo y blanco, con una
textura crujiente cuando está
fresca, también es recomendable en
licuados. Se suelen trocear y se
consumen crudas, cocidas, fritas o al
vapor y se cocinan en sopas y guisos, así
como en comidas preparadas para
bebés y animales domésticos.