Este documento discute el error de dividir la Biblia en el "Antiguo Testamento" y el "Nuevo Testamento", argumentando que la Biblia en realidad habla de "pactos" entre Dios y la humanidad. Explica que ambos pactos requieren obedecer la ley de Dios, y que el primer pacto fue invalidado por la desobediencia, mientras que el nuevo pacto consiste en escribir la ley de Dios en el corazón de la gente.