1. Fénix 1
Fénix
El Ave Fénix o Phoenicopterus, como lo conocían los griegos, es un
ave mitológica del tamaño de un águila, de plumaje rojo, anaranjado y
amarillo incandescente, de fuerte pico y garras. Se trataba de un ave
fabulosa que se consumía por acción del fuego cada 500 años, para
luego resurgir de sus cenizas. Según algunos mitos, vivía en una región
que comprendía la zona del Oriente Medio y la India, llegando hasta
Egipto, en el norte de África.
Mitología
El mito del Ave Fénix, alimentó varias doctrinas y concepciones
religiosas de supervivencia en el Más Allá, pues el Fénix muere para El ave Fénix en un manuscrito de Barthélémy de
renacer con toda su gloria. Fue citado por los sacerdotes egipcios de Glanville: Le livre des propriétés des choses
(siglo XV).
Heliópolis, el griego Heródoto, los escritores latinos Plinio el Viejo,
Luciano, Ovidio, Séneca y Claudio Claudiano, o los cristianos Pablo de
Tarso, el Papa Clemente de Roma, Epifanio o San Ambrosio. En el Antiguo Egipto se le denominaba Bennu y fue
asociado a las crecidas del Nilo, a la resurrección, y al Sol. El Fénix ha sido un símbolo del renacimiento físico y
espiritual, del poder del fuego, de la purificación, y la inmortalidad. Según el mito, poseía varios dones, como la
virtud de que sus lágrimas fueran curativas.
Para Heródoto, Plinio el Viejo y Epifanio de Salamina, esta sagrada ave viajaba a Egipto cada quinientos años, y
aparecía en la ciudad de Heliópolis, llevando sobre sus hombros el cadáver de su padre, a donde este iba a morir,
para depositarlo en la puerta del templo del Sol.
Heródoto (siglo V a. C.), el historiador griego, escribió:
Otra ave sagrada hay allí que sólo he visto en pintura, cuyo nombre es
el de fénix. Raras son, en efecto, las veces que se deja ver, y tan de
tarde en tarde, que según los de Heliópolis sólo viene al Egipto cada
quinientos años a saber cuándo fallece su padre. Si en su tamaño y
conformación es tal como la describen, su mote y figura son muy
parecidas a las del águila, y sus plumas en parte doradas, en parte de
color de carmesí. Tales son los prodigios que de ella nos cuentan, que
aunque para mi poco dignos de fe, no omitiré el referirlos.
Para trasladar el cadáver de su padre desde la Arabia al templo del Sol,
se vale de la siguiente maniobra: forma ante todo un huevo sólido de
mirra, tan grande cuanto sus fuerzas alcancen para llevarlo, probando
Miniatura del ave Fénix, en el Bestiario de
su peso después de formado para experimentar si es con ellas
Aberdeen.
compatible; va después vaciándolo hasta abrir un hueco donde pueda
encerrar el cadáver de su padre; el cual ajusta con otra porción de mirra
y atesta de ella la concavidad, hasta que el peso del huevo preñado con el cadáver iguale al que cuando sólido tenía;
cierra después la abertura, carga con su huevo, y lo lleva al templo del Sol en Egipto. He aquí, sea lo que fuere, lo
que de aquel pájaro refieren.
Heródoto.[1]
Según la leyenda cristianizada, el ave Fénix vivía en el Jardín del Paraíso, y anidaba en un rosal. Cuando Adán y Eva
fueron expulsados, de la espada del ángel que los desterró surgió una chispa que prendió el nido del Fénix, haciendo
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que ardieran éste y su inquilino. Por ser la única bestia que se había negado a probar la fruta del paraíso, se le
concedieron varios dones, siendo el más destacado la inmortalidad a través de la capacidad de renacer de sus cenizas.
Cuando le llegaba la hora de morir, hacía un nido de especias y hierbas aromáticas, ponía un único huevo, que
empollaba durante tres días, y al tercer día ardía. El Fénix se quemaba por completo y, al reducirse a cenizas,
resurgía del huevo la misma ave Fénix, siempre única y eterna. Esto ocurría cada quinientos años.
Hay un ave, llamada fénix. Esta es la única de su especie, vive
quinientos años; y cuando ha alcanzado la hora de su disolución y ha
de morir, se hace un ataúd de incienso y mirra y otras especias, en el
cual entra en la plenitud de su tiempo, y muere. Pero cuando la carne
se descompone, es engendrada cierta larva, que se nutre de la humedad
de la criatura muerta y le salen alas. Entonces, cuando ha crecido
bastante, esta larva toma consigo el ataúd en que se hallan los huesos
de su progenitor, y los lleva desde el país de Arabia al de Egipto, a un
lugar llamado la Ciudad del Sol; y en pleno día, y a la vista de todos,
volando hasta el altar del Sol, los deposita allí; y una vez hecho esto,
emprende el regreso. Entonces los sacerdotes examinan los registros de
los tiempos, y encuentran que ha venido cuando se han cumplido los
quinientos años.
Clemente de Roma. Epístola a los Corintios (XXV).[2]
Para San Ambrosio, el ave Fénix muere consumida por el Sol, El ave Fénix en Las Crónicas de Nuremberg.
convertida en cenizas de las que renace, después de arder su cuerpo,
como un pequeño animal sin miembros, un gusano muy blanco que crece y se aloja dentro de un huevo redondo,
como si fuera una oruga que se vuelve mariposa, hasta que dejando de ser implume se transforma en un águila
celeste que surca el firmamento estrellado.
Durante el reinado del emperador Claudio, un supuesto Fénix fue capturado en Egipto y trasladado a Roma, donde
éste mandó exponerlo. Nadie se lo tomó en serio.[3]
Claudio Claudiano (siglo IV), el último de los grandes poetas romanos, comentaba:
El Fénix es un ave igual a los dioses celestes, que compite con las estrellas en su forma de vida y en la duración de
su existencia, y vence el curso del tiempo con el renacer de sus miembros. No sacia su hambre comiendo ni apaga su
sed con fuente alguna.
Claudio Claudiano
En la mitología china, el Fenghuang, aunque no tiene similitudes con el Fénix, ha sido denominado el «Fénix chino»
por algunos occidentales, siendo una criatura con cuello de serpiente, el cuerpo de un pez y la parte trasera de
tortuga. Simboliza la unión del yin y el yang.
3. Fénix 3
Véase también
• Bennu
• Garudá
Enlaces externos
• Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Fénix.Commons
• Carlos Thorne, Como el ave fénix. [4]
Referencias
[1] Heródoto, Los nueve libros de la Historia: Libro II, cap. LXXIII. (http:/ / es. wikisource. org/ wiki/
Los_nueve_libros_de_la_Historia:_Libro_II)
[2] John Fletcher; Ropero Alfonso: Historia general del cristianismo, del siglo I al XXI. Epístola a los Corintios, del Papa Clemente de Roma.
ISBN 978-84-8267-519-0 (http:/ / escrituras. tripod. com/ Textos/ EpClemente1. htm)
[3] GRIMAL, Pierre. Diccionario de Mitología Griega y Romana. Barcelona, 1981.
[4] http:/ / sisbib. unmsm. edu. pe/ BVRevistas/ cardiologia/ v02_n2/ F%C3%A9nix. htm
4. Fuentes y contribuyentes del artículo 4
Fuentes y contribuyentes del artículo
Fénix Fuente: http://es.wikipedia.org/w/index.php?oldid=38040051 Contribuyentes: Afacerop, Aibdescalzo, Aikurn, Alhen, Angel GN, Camilo, Carlos t, Carmin, Comae, David0811,
Desatonao, Diegusjaimes, Dodecaedro, Dodo, Erfil, Erri4a, FAR, FedericoMP, Ffahm, Gaeddal, Galio, Gizmo II, Guay, HombreMitológico, JMCC1, Jessu, Jonik, JorgeGG, Juanka1293, Kazem,
Lobillo, Mafores, Matdrodes, NeoDalembert, Nethac DIU, Netito777, Nuen, Nyx, Packo z007, Papix, Pati, Peejayem, Pensy, Pinguino rayo, PoLuX124, Rondador, Saloca, Segedano, Slithered,
Super braulio, Tano4595, Tigerfenix, Tirithel, Tortillovsky, Wikinombre, 125 ediciones anónimas
Fuentes de imagen, Licencias y contribuyentes
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