2. Biografía
Sócrates nació en Atenas el año 470 a. c. de una familia, al parecer, de clase media.
Su padre era escultor y su madre comadrona, lo que ha dado lugar a alguna
comparación entre el oficio de su madre y la actividad filosófica de Sócrates. Los
primeros años de la vida de Sócrates coinciden, con el período de esplendor de la
sofística en Atenas.
El interés de la reflexión filosófica se centraba entonces en torno al ser humano y la
sociedad, abandonando el predominio del interés por el estudio de la naturaleza.
Probablemente Sócrates se haya iniciado en la filosofía estudiando los sistemas de
Empédocles, Diógenes de Apolonia y Anaxágoras, entre otros. Pero pronto orientó
sus investigaciones hacia los temas más propios de la sofística.
En el año 399 Sócrates, que se había negado a colaborar con el régimen de los
Treinta Tiranos, se vio envuelto en un juicio en plena reinstauración de la democracia
bajo la doble acusación de "no honrar a los dioses que honra la ciudad" y "corromper
a la juventud". Al parecer dicha acusación, formulada por Melitos, fue instigada por
Anitos, uno de los dirigentes de la democracia restaurada. Condenado a muerte por
una mayoría de 60 o 65 votos, se negó a marcharse voluntariamente al destierro o a
aceptar la evasión que le preparaban sus amigos, afirmando que tal proceder sería
contrario a las leyes de la ciudad, y a sus principios. El día fijado bebió la cicuta.
Considerado como uno de los más grandes, tanto de la filosofía occidental como de
la universal. Fue maestro de Platón, quien tuvo a Aristóteles como discípulo, siendo
estos tres los representantes fundamentales de la filosofía de la Antigua Grecia.
3. Pensamiento
El rechazo del relativismo de los sofistas llevó a Sócrates
a la búsqueda de la definición universal, que pretendía
alcanzar mediante un método inductivo; probablemente la
búsqueda de dicha definición universal no tenía una
intención puramente teórica, sino más bien práctica.
Tenemos aquí los elementos fundamentales del
pensamiento socrático…
Los sofistas habían afirmado el relativismo gnoseológico y
moral. Sócrates criticará ese relativismo, convencido de
que los ejemplos concretos encierran un elemento común
respecto al cual esos ejemplos tienen un significado. Si
decimos de un acto que es "bueno" será porque tenemos
alguna noción de "lo que es" bueno; si no tuviéramos esa
noción, ni siquiera podríamos decir que es bueno para
nosotros pues, ¿cómo lo sabríamos? Lo mismo ocurre en
el caso de la virtud, de la justicia o de cualquier otro
concepto moral. La búsqueda de la definición universal se
presenta, pues, como la solución del problema moral y la
superación del relativismo.
4. El método socrático: la
dialéctica
El método dialéctico de Sócrates preveía esencialmente la relación con
otros en la elaboración de la verdad. Sócrates entiende el diálogo y el
método dialéctico no como una negación apriorística de la tesis
contraria, sino como un camino común hacia la verdad, en el cual el otro
puede jugar una función realmente constructiva.
La dialéctica se articulaba en cuatro aspectos o momentos fundamentales:
La ignorancia (solo se que nada se), con lo cual Sócrates antes de
proponer la propia concepción deja que sea el interlocutor el que se
exprese, fingiendo ser ignorante;
La ironía, con la cual Sócrates finge estar ensimismado en los
presupuestos de su interlocutor;
La refutación (elegkon), con la cual el muestra como de tales
presupuestos se llega a consecuencias inaceptables para el mismo
interlocutor;
La mayéutica, es decir el arte de hacer parir (profesión de la
partera), con la cual, después de haber destruido las falsas certezas y
las falsas opiniones de su interlocutor, Sócrates lo ayuda a llegar con su
misma razón, y ahora de manera bien fundamentada, a una nueva
5. Pensamiento antropológico: El
hombre es un compuesto entre
cuerpo y alma.
Sócrates dice que el alma es algo que existe dentro de nosotros, pero que no se capta por los
sentidos. Él dice que poseemos alma por lo que somos capaces de hacer. El alma es sinónimo de
alma racional, de inteligencia. Además, el alma tiene una vertiente práctica, relacionada con lo que
nos permite decidir nuestra conducta. Ésta es la más importante para Sócrates, es decir, la función
ética o práctica. Sócrates está muy preocupado por el problema de la felicidad humana, la felicidad
no está determinada por ningún agente externo (por la voluntad de los dioses, o por la
biología, herencia...), sino que depende de nuestras propias decisiones. Nuestras decisiones son el
resultado de nuestros conceptos, del conocimiento que tengamos del bien y del mal, de lo justo y lo
injusto... El bien y el mal son objetivos, no depende de lo que nosotros digamos. La voluntad está
sometida a la inteligencia. A ésta manera de pensar se le llama intelectualismo socrático, es
decir, identificar el conocimiento del bien con la buena conducta, y el vicio con la mala.
La felicidad consiste en la práctica de la virtud, llevar una vida virtuosa conforme a los valores
morales. Una persona es ignorante en la medida en que no conoce los límites entre lo bueno y lo
malo. La ignorancia es la que conduce a la desgracia del ser humano.
El hombre no es esencialmente su cuerpo, sino su alma
Lo más importante, lo que verdaderamente vale es el alma, que efectivamente tiene un nivel
respecto superior al cuerpo (semejante y mas aún que la superioridad del vegetal sobre la piedra o
del animal sobre el vegetal); y realmente el alma perdura mas que el cuerpo. Sócrates es el
primero que emparenta íntimamente, que une, la idea de alma espiritual inmortal con el carácter de
la racionalidad: el filón órfico-mistérico ponía la esencia del alma en la racionalidad, o el menos en
una instintividad afectivo-emocional;
El alma es esencialmente razón
el hombre no se encuentra a sí mismo cuando abdica de la racionalidad (como en las fiestas