Trabajo sobre los siglos xix y xx. Biografía de Ferrer i Guardia
1. INVESTIGACIÓN SOBRE
LOS SIGLOS XIX Y XX EN
ESPAÑA
Contexto en el que vivió Ferrer i Guardia
RAQUEL CARRERA MARTIN 2º Magisterio Primaria A
Asignatura: Tendencias contemporáneas en la educación
Profesor: Daniel Rodríguez Arenas
UCLM. Facultad de Educación de Toledo
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2. ÍNDICE
Acontecimientos del s. XIX……………………………………………………………………………… pág. 8
• Cuadro resumen s. XIX…………………………………………………………….. pág. 3
• Restauración……………………………………………………………………………. pág. 5
Primera década del s. XX…………………………………………………………………………………. pág. 9
Ferrer i Guardia………………………………………………………………………………………………. pág. 11
Escuela Moderna……………………………………………………………………………………………. pág. 14
Bibliografía……………………………………………………………………………………………………… pág. 15
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3. ESPAÑA A FINALES DEL SIGLO XIX
Desde 1800 a 1900, es decir durante el s. XIX, se sucedieron en España diferentes acontecimientos que marcaron su historia, entre los que destacan:
AÑOS GOBERNANTES EN SUCESOS EN ESPAÑA SUCESOS EN EL MUNDO
ESPAÑA
1808-1814 Carlos IV Guerra de la Independencia Guerras napoleónicas
Fernando VII Cortes de Cádiz. Constitución liberal de 1812
José I
1814-1833 Fernando VII • Retorno al trono. Congreso de Viena
• 1814-1820 Absolutismo
• 1820-1823 Trienio liberal
• 1822-1833 Década Ominosa
(Absolutista)
1833-1868 Isabel II • Gobiernos liberales moderados. • Guerras en los Balcanes.
• I Guerra Carlista (1833-1839). • Revoluciones por toda
• 1835-1843 Gobs. progresistas. Regencia Europa y América Latina.
de Espartero. Constitución de 1837. • Auge de la Revolución
• 1843 Fin de la Regencia. Gob. Moderado Industrial.
de Narváez. Constitución de 1845. • Guerra Civil
• 1848 Levantamiento Carlista. norteamericana.
• 1854-1856 Bienio progresista
• 1856-1868 Gobiernos moderados de
O'Donnell.
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4. 1868-1873 Gobierno Provisional • 1868 -1870: "Revolución Gloriosa". Unificación de Alemania y de Italia.
Gobierno Provisional. Levantamiento de
Amadeo I de Saboya Cuba. Cortes Constituyentes. Era Meiji en Japón.
Constitución de 1869.
I República: • 1870 - 1873 Reinado de Amadeo de Guerra Franco–Prusiana.
Figueras, Pi i Margall, Saboya.
Salmerón y Castelar. • 1873 I República. Presidentes: Figueras,
Pi i Margall, Salmerón y Castelar.
Revolución Cantonal. III Guerra Carlista.
• 1874 Golpe de Estado del Gral. Pavía.
Gobierno del Gral. Serrano.
• Pronunciamiento del Gral. Martínez
Campos en Sagunto.
1875-1885 Alfonso XII • La Restauración, obra de Cánovas. Expansión del Colonialismo.
Alfonso XIII (Regencia • Constitución de 1876, la más duradera.
1885-1909 de María Cristina) • Turno de partidos: Conservador El Movimiento Obrero se organiza
(Cánovas)/ Liberal (Sagasta). en todo el mundo occidental.
• Recrudecimiento de la Guerra de Cuba.
• 1898 El Desastre: final de la Guerra de
Cuba. Intervención de los EE.UU. Pérdida
de Cuba, Filipinas y Puerto Rico.
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5. Pero lo que a nosotros nos interesa es la última década del s. XIX cuyos hechos también fueron
muy importantes. Esta década forma parte de lo que se conoció como la Restauración
Introducción
En la historia de España se conoce con el nombre de Restauración, el período comprendido
entre 1875 (advenimiento al trono del rey Alfonso XII) y 1931 (proclamación de la 2ª
República). Esta etapa se divide en dos fases, separadas por el año 1898, fecha de la pérdida
de las últimas colonias españolas de ultramar.
La Restauración se caracterizó por la tolerancia en cuanto a política (aunque con un acentuado
conservadurismo) y la intransigencia en el terreno social.
En contraste con el resto del s. XIX, durante la 1ª fase de la Restauración (1875-1898), los
signos más evidentes de la tolerancia se concretaron en un período de pacificación militar e
ideológica con una estabilidad propiciada por una nueva constitución (1876) y la alternancia
pacífica en el poder de dos partidos.
Pero bajo este aparente equilibrio político, basado en elecciones fraudulentas, ya se fraguaban
los fenómenos que aparecerían con fuerza en la 2ª fase de la Restauración (1898-1931): la
emergencia política y social de las organizaciones obreras, el republicanismo de las clases
medias urbanas y el ascenso de los nacionalismos periféricos, sobre todo el catalán y el vasco.
LOS HECHOS POLÍTICOS (1875-1898)
El 29 de diciembre de 1874, el general Arsenio Martínez Campos encabezó un alzamiento en
Sagunto y proclamó rey de España a Alfonso XII, hijo de Isabel II.
El final de la Guerra Carlista
En su desplazamiento al norte de la Península para conducir la guerra contra los carlistas,
Alfonso XII ofrece una amplia amnistía en la que proponía a todos olvidar el pasado y adherirse
a la monarquía constitucional que él representaba. Uno de los antiguos líderes del carlismo, el
general Ramón Cabrera aceptó la amnistía. Pero el conflicto no se resolvió de forma definitiva
hasta marzo de 1876, fecha en la que Carlos VII, el pretendiente carlista, vencido
definitivamente en el frente del norte, pasó con sus tropas a Francia.
El bipartidismo
En su esfuerzo por poner freno a las tensiones que habían marcado la política del país a los
largo del s. XIX y asegurar la estabilidad del régimen nacido con la Restauración, Cánovas del
Castillo impulsó un régimen bipartidista inspirado en el modelo inglés. Su intención era crear
dos grandes partidos políticos que pudieran aglutinar diferentes criterios, siempre y cuando se
ajustaran a la legalidad que él mismo había diseñado.
Los dos partidos que dominaron la escena política fueron el Conservador, liderado por
Cánovas, y el Liberal dirigido por Sagasta.
Tras la aprobación de la nueva Constitución de 1876, la vida política se basó en la alternancia
pacifica de estos partidos en la gestión del poder del Estado.
El bipartidismo se consolidó definitivamente tras la muerte prematura del rey Alfonso XII, en
1885, sin sucesión masculina y con la reina embarazada.
El 17 de mayo de 1886 nace Alfonso XIII, hijo póstumo de Alfonso XII.
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6. La política exterior
Destaca la pacificación de Cuba, donde poco después de que España estallara la revolución de
1868 había comenzado una guerra de liberación que había durado diez años y que había
empezado con el llamado grito de Yara.
La constitución de 1876
La constitución comenzó a debatirse en febrero de 1876. A pesar de que los conservadores
tenían la mayoría absoluta en el Parlamento, cedieron con frecuencia a las propuestas de la
oposición.
Aunque hubo diversas divergencias importantes que se centraron, fundamentalmente, en el
concepto de soberanía, el sistema electoral – los conservadores proponían el sufragio
censitario, mientras que los liberales defendían el sufragio universal masculino- y la
confesionalidad del Estado.
Prosperidad económica
El período 1875-1898 se caracterizó por un aumento de la población y una mayro prosperidad
económica.
o Demografía
Durante el último cuarto del siglo XIX, la población española aumentó pero a un ritmo inferior
al de la mayor parte de los países europeos, pasando de los 16,6 millones en el censo de 1877
a 18,6 millones en 1900.
o Economía
Indicadores del proceso de crecimiento fueron la ampliación de la vía ferroviaria, el
incremento de la renta agraria, y sobre todo la continuación del proceso de industrialización,
especialmente en el País Vasco y en Cataluña.
1. El campo
Los grandes cultivos seguían siendo el cereal, el olivo y la vid, aunque con el tiempo fueron en
aumento el viñedo, los olivos y los frutales.
Destaca el aumento de la producción de vino debido a la filoxera que se produjo en Francia, la
cual acabó llegando a España, provocando una crisis en este sector.
2. Minería, industria y comunicaciones
En los últimos veinte años del siglo XIX, los principales hechos de la industria española fueron
el desarrollo de la minería del hierro, el inicio de una importante industria siderometalúrgica y
el crecimiento de los negocios navieros y de las construcciones navales.
Los nacionalismos periféricos
El sistema de la Restauración consagró nuevamente el centralismo en su Constitución y con
medidas como la abolición definitiva de los fueros vasconavarros tras la victoria militar frente
al carlismo.
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7. En esta situación movimientos de recuperación cultural y lingüística, que se venían
produciendo en varios territorios del Estado adquirieron poco a poco tintes políticos. Surgieron
así los regionalismos como movimientos que reclamaban formas de autogobierno en los
territorios con lengua propia y señas de identidad y tradiciones peculiares y arraigadas,
especialmente el País Vasco, Cataluña y Galicia.
En Cataluña, ya desde 1830, a partir de la preocupación por la lengua y la cultura catalanas, fue
surgiendo un movimiento cultural: la Renaixença, que abarcaba diversos campos de la
actividad intelectual que tuvieran relación con Cataluña.
Destacan las obras de Valentín Almirall con su obra “Lo catalanisme” y Prat de la Riba con
“Compendi de la doctrina nacionalista”.
En 1882 se funda el Centre Catalá, como una organización patriótica que estuviera por encima
de los partidos existentes y que uniera a la burguesía federal y la conservadora. En 1887 los
conservadores fundaron la Lliga de Catalunya.
El nacionalismo vasco fue propulsado por Sabino Arana desde un fuerismo tradicional en la
década de 1890.
El 31 de julio de 1895 se fundó el Partido Nacionalista Vasco con una declaración antiespañola
y con una voluntad de restaurar en el territorio las leyes tradicionales.
La evolución del movimiento obrero
La clase obrera y campesina, tras haber visto frustradas las esperanzas depositadas en los
partidos de izquierda y en los republicanos durante el Sexenio Revolucionario, tenía un alto
grado de desconfianza respecto a la forma de poder y la organización política. Además la
organizaciones obreras habían quedado divididas en dos corrientes: marxista y anarquista.
El inicio de la Restauración coincidió con los últimos actos de la Primera Internacional, antes de
disolverse en Filadelfia (1876) la rama marxista, y el Londres (1881) la rama anarquista. En
España, en 1874 el general Serrano había declarado ilegales las organizaciones obreras de la
Primera Internacional. Durante los primeros siete años de la Restauración, con Cánovas como
jefe de Gobierno, las organizaciones obreras se vieron obligadas a trabajar en la
clandestinidad.
o El movimiento obrero de inspiración marxista
Al disolverse la Primera Internacional, Marx había aconsejado la fundación de partidos
marxistas nacionales que actuaran con independencia en cada país. Siguiendo esta consigna, el
2 de mayo de 1879 se fundó clandestinamente en España el Partido Socialista Obrero Español
(PSOE), formado por 25 personas: 20 obreros y 5 intelectuales. Fue presidido por el tipógrafo,
Pablo Iglesias.
Pero el PSOE creció de forma lenta debido a la rigidez de la disciplina y a la jerarquización del
partido, y el hecho de querer participar en el sistema vigente mediante procedimientos
políticos legales para conseguir sus objetivos claramente revolucionarios, en un momento en
el que la clase obrera estaba desencantada del régimen de la Restauración.
o El movimiento anarquista
Al contario que los socialistas, las ideas anarquistas tuvieron un éxito notable en el
movimiento obrero de Cataluña y en la población campesina, sobretodo de Andalucía. Estas
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8. ideas se centraban en dos principios básicos: la libertad absoluta, sin jerarquías de ningún tipo,
y la bondad de la sociedad libre, como obra de la naturaleza. Eran ideas sencillas y directas que
despertaron un gran entusiasmo.
La falta de organización de los anarquistas fue su talón de Aquiles, tanto en el congreso de
Sevilla (1882) como en el de Valencia (1888) las discrepancias sobre la forma de actuar llevaron
casi a la disolución del movimiento. La desaparición de la organización y la influencia de la
nuevas ideas de “propaganda por el hecho” o de “acción directa” de los anarquista europeos
(Bakunin, Kropotkin, Malatesta), condujeron a algunos sectores de esta ideología al
terrorismo.
El desastre de 1898
A finales de la década de 1890 empezaron a minar el sistema el sistema de la Restauración en
el enfrentamiento entre los dirigentes políticos del sistema, una relativa depresión económica
y, sobre todo, la guerra de Cuba.
Estados Unidos instigados por varios periódicos y por los intereses de algunas compañías
azucareras pretendía sustituir a los españoles en el dominio de la isla.
Aprovechando un incidente aún no aclarado, el hundimiento el barco de guerra
estadounidense Maine en el puerto de La Habana, pero que fue atribuido a un sabotaje
español, Estados Unidos declaró la guerra a España. En la batalla naval de Santiago de Cuba (3
de julio de 1898), la flota española sucumbió ante la potencia de los barcos de Estados Unidos
y el gobierno español no tuvo más opción que pedir la paz. En la Paz de París (10 de diciembre
de 1898) España perdía definitivamente todas sus posesiones de ultramar: Cuba y Puerto Rico,
en las Antillas y Filipinas – donde la flota española fue derrotada por la estadounidense en la
batalla naval de Gavite – y las islas Marianas en el Pacífico.
Estas derrotas tan espectaculares conmovieron extraordinariamente a la opinión pública
española y hundieron para siempre el ambiente de confianza que se había vivido hasta
entonces con la Restauración. Propiciaron la crítica al sistema y la aparición de la idea de
regeneracionismo del país mediante el saneamiento de la Hacienda, el crecimiento económico,
la mejora de la educación, etc.
Un grupo de intelectuales y escritores, la generación del 98, se planteó también la necesidad
de regenerar la sociedad española. Se trataba de un grupo heterogéneo aglutinado alrededor
de la exaltación del nacionalismo español y de los valores de España. Fueron miembros
destacados Unamuno, Ortega y Gasset, Maeztu, Pío Baroja, etc.
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9. ESPAÑA DURANTE LA PRIMERA
DÉCADA DEL S. XX
EL DESASTRE DE 1898 Y LAS CRISIS POLÍTICAS DE LA
RESTAURACIÓN (1898-1923)
El sistema de la Restauración intentó resolver los problemas de España llevando a cabo lo que
se denominó “la revolución desde arriba”. Pero este proyecto fracasó porque los sectores
representados en el poder no quisieron renunciar a los privilegios políticos, ni admitieron
ninguna reforma fiscal que dotara el Estado de recursos suficientes para poner en práctica el
programa regeneracionista.
La historia del fracaso político de la Restauración se puede dividir en cuatro grandes etapas,
cada una de ellas con su crisis propia: de 1902 a 1907 (crisis del poder civil y auge del
militarismo), de 1907 a 1912 (crisis del llamado Pacto del Pardo), de1912 a 1928 (con la gran
crisis de 1917) y por último, de 1918 a 1923 (descomposición del sistema y golpe de Estado de
Primo de Rivera).
Los problemas de España
Al comenzar el siglo XX España presentaba cuatro grandes problemas. En primer lugar, el
retraso económico y cultural respecto al resto de Europa. El injusto reparto de la riqueza
propiciaba las reivindicaciones del movimiento obrero y de los jornaleros del campo, en un
sociedad cada vez más radicalizada y dividida.
La segunda dificultad destacada era la existencia de un régimen político corrupto y artificial, en
el que las instituciones más importantes no representaban al pueblo, ya que las elecciones
eran manipuladas desde el Ministerio de la Gobernación por los caciques locales, los
gobernadores civiles y los alcaldes.
El tercer problema era la existencia de un ejército herido en su orgullo por la derrota de Cuba,
con un material anticuado y un exceso de mandos que lo hacían poco operativo.
Finalmente, los militares percibían los nacionalismos periféricos como una amenaza de
disgregación para su concepto de patria, de Lo que constituía un precedente la pérdida de las
colonias.
El impacto del desastre
La sociedad española vivió la pérdida de las colonias como una catástrofe.
El impacto de los sucesos de 1898 significó sin embargo, el inicio de la crisis paulatina del
poder del Estado, que se caracterizó por la división interna de los partidos del régimen y por la
inestabilidad política.
Además el sistema de la Restauración tuvo que hacer frente a la oposición política e ideológica
del movimiento obrero y de una parte de las clases medias urbanas.
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10. La crisis del sistema de turno y el problema militar (1902 – 1917)
El desastre de 1898 no tuvo importantes repercusiones políticas. Conservadores y liberales
siguieron turnándose en el gobierno a pesar de la desaparición durante estos años de los
autores del llamado “turno pacífico”: Cánovas murió en 1879 y Sagasta en 1903. Alfonso XIII
accedió al trono en 1902 y entre este año y el 1907 se produjo la primera quiebra del sistema
de la Restauración.
En el año 1905, el seminario Cu-cut! Publicó un chiste antimilitarista. Unos trescientos oficiales
de la guarnición de Barcelona decidieron vengar lo que consideraban un ataque directo y
asaltaron las sedes de la Cu-cut! y de la Veu de Catalunya. Los autores de estos ataques, en
lugar de ser castigados por indisciplina, recibieron el apoyo de las guarniciones del resto de
España. La propuesta fue más allá: el estamento militar exigió el Gobierno una ley de
jurisdicciones, según la cual los delitos contra el Ejército y la patria quedarían bajo el control de
los tribunales militares.
La crisis del pacto de El Pardo (1907 – 1912)
Durante estos cinco años se produjo el último intento por parte de los partidos dinásticos de
renovarse y de afrontar los problemas reales de la sociedad española. Dos políticos de
indudable talla, el conservador Antonio Maura (1907-1909) y el liberal José Canalejas
(1910-1912) fueron los protagonistas de este impulso renovador, cuyo fracaso arrastró al
propio sistema de la Restauración.
Maura vio interrumpida su labor de gobierno a causa de la crisis de la Semana Trágica de julio
de 1909.
Los liberales aprovecharon la situación de la huelga para unirse a los partidos de la izquierda y
exigieron la división de Maura. Finalmente el rey cesó a Maura y nombró al liberal Moret
nuevo jefe de Gobierno. Esta alianza de los liberales con los partidos dinásticos supuso la
ruptura del pacto de El Pardo.
Después de un breve gobierno encabezado por Moret, el rey encargó la formación de un
nuevo gabinete al también liberal José Canalejas, que vio truncada su labor reformista cuando
fue asesinado por un anarquista en 1912.
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11. FERRER I GUARDIA
Francisco Ferrer Guardia, en catalán Francesc Ferrer i Guàrdia (Alella, 10 de enero 1859 –
Barcelona, 13 de octubre 1909), fue un famoso pedagogo libertario español.
Ferrer Guardia recogió la tradición moderna iniciada por Rousseau en el siglo XVIII -contraria a
la autoridad y a la cosmovisión religiosa-, para adaptarla al anarquismo y el librepensamiento
que florecía en las ciudades industriales.
Biografía
De familia muy católica, Ferrer reaccionó como anticlerical e ingresó en la logia masónica
Verdad de Barcelona. Fue enviado por su familia a trabajar a Barcelona, donde entró como
aprendiz en un comercio de harinas en el distrito de Sant Martí de Provençals, cuyo dueño le
inscribió en clases nocturnas y le inició en los ideales republicanos. De formación autodidacta,
estudió a fondo la doctrina de Francisco Pi y Margall y las tesis internacionalistas.
En 1883 entra a trabajar como revisor en la línea de ferrocarril Barcelona-Cervere, lo que
aprovecha para ejercer de enlace con Ruiz Zorrilla, de cuyo Partido Republicano Progresista era
militante. Apoyó en 1886 el pronunciamiento militar del general Villacampa, partidario de Ruiz
Zorrilla, cuya finalidad era proclamar la República, pero al fracasar éste tuvo que exiliarse en
París, acompañado de Teresa Sanmartín, con la que tuvo tres hijos. Subsistió dando clases de
castellano y ejerciendo como secretario sin sueldo de Ruiz Zorrilla. Hasta la década de 1890
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12. continuó siendo republicano, pero a partir de entonces comienza un viraje hacia el
anarquismo. Participó en 1892 en el Congreso Universal de Librepensamiento organizado en
Madrid (también conocido como Congreso Librepensador Madrid de 1892) por la Federación
Internacional de Librepensamiento (con sede en Bruselas)[2] [3]
En 1893 se separa y en 1899 se casa con Leopoldine Bonnard, maestra librepensadora, con la
que recorre Europa. En este tiempo aprovechó para concebir los conceptos educativos
anarquistas que luego aplicaría en España en sus proyectos y conoce a un grupo de anarquistas
y anarcosindicalistas (Jean Grave, Jean Jaurés, Federico Urales o Anselmo Lorenzo), que le
influyen decisivamente en su pensamiento. Una cuantiosa herencia (un millón de francos) de
una antigua alumna, Ernestina Meunier, hizo posible que pudiera llevar a cabo su proyecto en
la ciudad de Barcelona, donde inaugura en agosto de 1901 la Escuela Moderna, un proyecto
práctico de pedagogía libertaria, que le acarreó la enemistad con los sectores conservadores y
con la Iglesia Católica, que veían en estas escuelas laicas una amenaza a sus intereses. La
Escuela Moderna promovida por Ferrer funciona intermitentemente en Barcelona desde 1901
hasta 1909, período en el cual se clausura repetidas veces y sufre la persecución de los
sectores políticos y religiosos más conservadores de la ciudad. Tuvo escolarizados a más de un
centenar de niños de ambos sexos, practicándose así la coeducación, algo inédito en aquellos
tiempos, complementándose con la publicación de un boletín, charlas y Universidad Popular
para los adultos, recitales y teatro. En sus aulas no se impartían enseñanzas religiosas pero sí
científicas y humanistas, se fomentaba la no competitividad, el pensamiento libre e individual
(es decir no condicionado), el excursionismo al campo, y el desarrollo integral del niño.
Durante todo el primer tercio del siglo XX, decenas de escuelas, ateneos libertarios y
universidades populares seguirían los planteamientos ferrerianos de la Escuela Moderna.
Lápida en el cementerio de Montjuic
Gran partidario de la huelga como arma revolucionaria editó a su costa el periódico La Huelga
General, hasta que en 1906 Mateo Morral, traductor y bibliotecario de su centro educativo,
perpetró el atentado frustrado contra Alfonso XIII. Esto tuvo como consecuencia para Ferrer el
cierre y varios meses de encarcelamiento acusado de complicidad, al término de los cuales fue
absuelto. Intentó volver a abrir la Escuela Moderna, pero no le fue posible y al año siguiente se
trasladó a Francia y a Bélgica; en este último país fundó la Liga Internacional para la Educación
Racional de la Infancia, cuyo presidente honorario era Anatole France. En 1908 edita la revista
de la Liga L'Ecole rénovée en Bruselas, pero posteriormente la traslada a París, donde retoma
la actividad de su editorial y continúa editando el boletín de la Escuela Moderna.
En 1909 se encuentra en Barcelona y es detenido, acusado de haber sido el instigador de la
revuelta conocida como la Semana Trágica. Una revuelta anticlerical, tras la cual Ferrer, debido
a sus pocas amistades estratégicas y su antigua vinculación con Mateo Morral, fue declarado
culpable ante un tribunal militar y a las 9 de la mañana del 13 de octubre de 1909 fue fusilado
en el foso de Santa Amalia de la prisión del Montjuïc.
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13. Es bien sabido, y ya lo fue en su momento, que Ferrer Guardia no tuvo relación con los hechos
y que los tribunales militares lo acusaron y condenaron sin más pruebas.[4]
A raíz del proceso y ejecución de Ferrer Guardia, The Times dijo: «Por negligencia o estupidez,
el gobierno ha confundido la libertad de instrucción y conciencia, el derecho innato a razonar y
expresar su pensamiento, con el derecho de oposición, asimilándolo a una agitación criminal»;
Anatole France en carta abierta afirmaba: «Su crimen es el de ser republicano, socialista,
librepensador; su crimen es haber creado la enseñanza laica en Barcelona, instruido a millares
de niños en la moral independiente, su crimen es haber fundado escuelas»; y William Archer:
«Toda la vida activa de Ferrer habría hecho menos daño al catolicismo español que el que le
hace en la actualidad la mera mención de su nombre».
Obras
Su obra más conocida es La Escuela Moderna.
1. L´espagnol practique (1895)
2. Enseigné par la methode Ferrer (1895)
3. Los pecados capitales (1900)
4. Cuento ateo (1900)
5. Ferrer y la Huelga General (1909)
Tras su muerte se publicaron las siguientes publicaciones póstumas:
1. La Escuela Moderna (1910)
2. Póstuma explicación (1910)
3. Alcance de la enseñanza racionalista (1910).
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14. LA ESCUELA MODERNA
La Escuela Moderna fue un centro de enseñanza que existió al comenzar el siglo XX en
Cataluña. Fue fundada en 1901 en Barcelona por el pedagogo y librepensador Francisco Ferrer
Guardia. El objetivo esencial de la escuela era «educar a la clase trabajadora de una manera
racionalista, secular y no coercitiva». En la práctica los precios de las cuotas de tutoría
restringieron el público de la escuela a elementos estudiantiles de las clases medias, sobre
todo durante los primeros años, por lo que se esperaba por parte de los organizadores (de
forma privada) que los alumnos en su debido momento se motivaran a unirse y respaldar la
causa del movimiento obrero. La escuela contaba con una imprenta en la que se realizaba un
boletín, un laboratorio, un museo natural, una biblioteca y buscaba instalaciones en las que
hubiese gran iluminación. Entre otras cosas tuvieron que buscar maestros que entendieran
que su papel no era coercitivo sino de apoyo, este centro educativo era de enseñanza mixta,
secular y anticlerical, y favorable a las reivindicaciones obreristas. Al ser la primera escuela
mixta y laica de Barcelona, en un país católico, obtuvo una amplia antipatía entre el clero y los
devotos.
“Los niños y las niñas tendrán una insólita libertad, se realizarán ejercicios, juegos y
esparcimientos al aire libre, se insistirá en el equilibrio con el entorno natural y con el medio, en
la higiene personal y social, desaparecerán los exámenes y los premios y los castigos. Se hace
especial atención al tema de la enseñanza de la higiene y al cuidado de la salud. Los alumnos
visitarán centros de trabajo —las fábricas textiles de Sabadell, especialmente— y harán
excursiones de exploración. Las redacciones y los comentarios de estas vivencias por parte de
sus mismos protagonistas se convertirán en uno de los ejes del aprendizaje. Y esto se hará
extensivo a las familias de los alumnos, mediante la organización de conferencias y charlas
dominicales.”
Francisco Ferrer Guardia
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