Mapa Mental de estrategias de articulación de las areas curriculares.pdf
El cuerpo humano artículo
1. Artículos. E
l cuerpo
humano
El niño se expresa y siente
a través de su cuerpo. Por
ello es importante que lo
conozca, explore y vivencie.
2. Este aprendizaje no debe
centrarse solamente en las
partes externas y visibles,
sino también, en aquellas
que el pequeño no ve, pero
siente, y le generan un gran
interés, una gran fantasía.
La experiencia del niño con
su cuerpo
El cuerpo del niño es el
vehículo que le transmite
todas las sensaciones
durante sus primeros meses
de vida. Reacciona con él a
3. las experiencias agradables
y también a las
desagradables. Se
convierte en su primer
escenario de
reconocimientos: se chupa
el pulgar, se toma las
manos. Asimismo, es la
primera barrera de contacto
con el exterior. A partir del
primer año, sus frecuentes
tropiezos le indican sus
límites pero, también, sus
posibilidades.
4. En su segundo año de vida,
disfruta con la posibilidad de
control: camina más seguro,
puede empezar a controlar
sus esfínteres y su
curiosidad se dirige a sus
genitales para comprobar,
sobre todo, que hay
diferencias entre los que lo
rodean. Este
descubrimiento supone un
duro golpe para su
egocentrismo: ya no es el
único. Valora su cuerpo y
5. necesita que los demás
también lo valoren.
Descubre su pequeñez ante
los adultos, necesita
afirmarse y lo busca
incesantemente: cuando se
golpea, apela al consuelo
de los mayores; cuando se
hace un rasguño, tiene
miedo que haya habido
algún cambio en su cuerpo
y pide, en consecuencia,
cuidados. Su percepción del
cuerpo varía notablemente.
6. Basta comprobar cómo
evolucionan sus dibujos
sobre la figura humana. Al
principio es un simple
círculo, que suele parecer
un renacuajo, para luego
convertirse en una cabeza a
la que se insertan dos o
cuatro extremidades. Más
adelante lo va completando
con los ojos, las orejas, la
boca, la nariz. A los cinco o
seis años puede dibujar una
7. figura humana con las
proporciones adecuadas.
La imagen corporal
En el proceso de
conformación de la
concepción de sí misma de
toda persona, la
construcción de la imagen
corporal es un elemento
indispensable. Se
constituye como
consecuencia de la
experiencia subjetiva de la
8. percepción del propio
cuerpo y de los
sentimientos respecto de él.
Además, la impresión que
una persona tiene de sí
misma se va configurando a
partir de las relaciones que
tiene con otros individuos.
La construcción de la
imagen corporal comienza
desde los primeros días de
nuestra vida. No es
homogénea ni constante.
En un primer momento se
9. comprende cómo, los
segmentos que conforman
el cuerpo, se relacionan
para formar una figura.
Posteriormente se logra
pensar en el cuerpo como
una estructura de conjunto.
Las comparaciones son
excelentes aliadas en esta
tarea. Así por ejemplo,
cuando le hablamos del
aparato digestivo, podemos
compararlo con la
procesadora que utilizamos
10. en la cocina. Los alimentos
entran por un orificio (la
boca), descienden por un
tubo (el esófago) y llegan a
un recipiente donde son
convertidos en una papilla
(el estómago). Esa papilla
es conducida nuevamente
por un conducto (el intestino
delgado), todo lo que da
energía al cuerpo pasa a la
sangre, lo que no es útil
para su salud va a otro
conducto (el intestino
11. grueso), se convierte en
materia fecal y el cuerpo lo
deshecha cuando vamos al
baño.
Las representaciones
gráficas o las
reproducciones en relieve
del cuerpo humano son
también un buen recurso
para explicarle a un niño
qué sucede en su interior.
De todos modos, no
olvidemos que, además de
ver en un dibujo los distintos
12. órganos y aparatos, es
importante que pueda
tocarlos, sacarlos y
volverlos a poner en su
ubicación. A los pequeños
les es muy difícil trasladar lo
que ven en una figura plana
a la realidad. Por eso es
una buena estrategia utilizar
reproducciones
tridimensionales del interior
del cuerpo, que pueden ser
desde muñecos que se
abren y permiten ver y
13. experimentar con su
interior, hasta juegos
didácticos de los que se
pueda extraer con pinzas
los distintos órganos o
reproducir los distintos
procesos como la
circulación o la digestión.
El cuerpo como
instrumento de
expresión y
comunicación
14. Algo muy importante para
transmitirle a nuestro hijo es
que el cuerpo, compuesto
por materia, se encuentra
en estrecha relación con
aquello que sentimos y
pensamos. Esta integración
se pone de manifiesto en la
posibilidad que nos da
nuestro cuerpo de expresar
cómo nos sentimos y de
comunicarnos con los otros.
Un buen ejercicio para
avanzar en esta
15. comprensión con los niños
más pequeños es el juego
de poner distintas caras: de
miedo, de alegría, de
tristeza, de asombro o de
preocupación. Con los más
grandes podemos jugar a
describir expresiones que
comunican sentimientos
más complejos: cuando
algo nos da vergüenza nos
mordemos los labios de
abajo y ponemos la cabeza
un poco ladeada; si algo no
16. nos parece bien del todo,
torcemos la boca y
movemos la mano derecha
para arriba y para abajo; si
algo nos parece rico
sacamos la lengua de la
boca y nos la pasamos de
lado a lado; si queremos
decir que nos vamos a
dormir, ponemos las manos
juntas en una mejilla con la
cabeza torcida.
De la imagen corporal que
cada persona tiene de sí
17. misma, dependen su
autoestima y seguridad y su
forma de relacionarse con el
mundo material y con los
otros individuos. De allí la
importancia de prestar
atención y estimular
adecuadamente este
proceso de construcción,
desde los primeros días de
la vida de nuestro hijo. De la
imagen corporal que cada
persona tiene de sí misma,
dependen su autoestima y
18. seguridad y su forma de
relacionarse con el mundo
material y con los otros
individuos. De allí la
importancia de prestar
atención y estimular
adecuadamente este
proceso de construcción,
desde los primeros días de
la vida de nuestro hijo.
Las partes externas del
cuerpo
19. Uno de los primeros pasos
para construir la imagen
corporal es percibir el
cuerpo y representarlo
mentalmente. Para ello,
además de estimular a
nuestro hijo a que se mire al
espejo para descubrir su
figura y las partes que la
componen, es conveniente
que experimente con él a
través de sus sentidos.
Desde pequeño, podemos
invitarlo a que muestre y
20. nombre las diferentes
partes del cuerpo y a que
ensaye distintas
sensaciones con ellas. Así
por ejemplo, descubrir las
zonas más sensibles a las
cosquillas, el efecto en las
palmas de los pies al
caminar sobre distintas
superficies, el sonido de los
dientes al abrir y cerrar las
mandíbulas o el perfume
que le ha quedado en las
manos después de tocar
21. una flor.
También es importante que
nuestro hijo aprenda la
funcionalidad de las
distintas partes de su
cuerpo. Podemos pedirle,
por ejemplo, que describa
las cosas que hacemos con
las manos: saludar,
acariciar, aplaudir, asir
objetos, dibujar; o que
experimente las distintas
formas de estar parado (con
los pies juntos, separados,
22. uno adelante y otro atrás) y
de caminar (con los talones,
en puntas de pie, dando
saltos, al frente, hacia atrás,
hacia la derecha o hacia la
izquierda).
Una vez que ha descubierto
los distintos segmentos
corporales y su
funcionalidad, resulta
imprescindible avanzar
sobre la percepción de la
integración de cada uno de
los elementos con los otros.
23. Esto le ayudará a
comprender al cuerpo como
un todo y no como una
mera suma de partes. Por
ejemplo, cuando
caminamos, utilizamos
nuestros pies y piernas pero
el tronco tiene una función
indispensable porque nos
ayuda a permanecer
erguidos, los brazos
acompañan con un
pequeño balanceo para
mantener el equilibrio y la
24. cabeza nos permite fijar la
dirección hacia la que nos
dirigimos.
Las partes internas del
cuerpo
A partir de los tres o cuatro
años, el niño comienza a
preguntar acerca de
aquellas cosas que suceden
dentro del cuerpo. Su
fantasía al respecto es muy
extendida y la función de los
padres, lejos de dar una
25. lección de anatomía, es
aportarle tranquilidad con el
tipo de información que sea
comprensible para él.