El documento describe las etapas de evolución del esquema corporal. La primera etapa, de 0 a 3 años, se caracteriza por la noción sensoriomotora y la confusión del niño entre su cuerpo y el de su madre. La segunda etapa, de 3 a 7 años, se fundamenta en la percepción y la representación mental del cuerpo propio, permitiendo al niño nombrar y reconocer sus partes. El estadio del espejo, entre los 6 y 18 meses, es clave para que el niño distinga su imagen corporal reflejada y desarrol
Apunte de la catedra de psicomotricidad 2013esquema corporal
1. Instituto de Formación Docente N4
Cátedra de Psicomotricidad.
2 año del Profesorado de discapacidad intelectual y del Prof. De ciegos y Disminuidos
visuales.
Año 2013.
Profesora: Sanchez Monica.
CONCEPTO Y EVOLUCION DEL ESQUEMA CORPORAL.
Esquema corporal significa, forma de ser corporal, significa que tiene un cuerpo.
La imagen corporal es la representación mental de nuestro propio cuerpo en forma
integrada. Esto implica pautas evolutivas y experiencias personales vividas.
Esquema corporal es la percepción consiente que tenemos de él, son las experiencias
que tienen las partes y los límites y movilidad de nuestro cuerpo.
Mi yo corporal y los “otros”.,
Un esquema corporal bien integrado implica:
-Percepción, control del propio cuerpo.
-Equilibrio postural económico.
-Lateralidad bien definida y afirmada.
-Independencia de los segmentos con respecto al tronco y unos respecto a otros.
-Dominio de las pulsiones e inhibiciones ligado a los elementos citados y al dominio de
la respiración.
ETAPAS DE EVOLUCION DEL ESQUEMA CORPORAL
1 Etapa del cuerpo vivido o vivenciado: (0-3 años)
Noción sensorio-motora, que actúa en un espacio práctico en el que se desenvuelve
gracias a la organización progresiva de la acción del niño sobre el mundo exterior.
Hasta los 3 años el principal suceso será el descubrimiento del Yo mediante el
reconocimiento de su cuerpo como objeto y el paso de la unidad orgánica al
conocimiento de su personalidad.
La experiencia emocional del cuerpo del niño, la adquisición de praxias que le permiten
sentir su propio cuerpo como objeto total, perfilaran la primera maqueta de su imagen
como unidad afectiva y expresiva sobre la que todo se organiza.
Esta etapa se caracteriza por la presencia materna a partir de los intercambios para la
satisfacción de necesidades como: nutrición, acogimiento, limpieza etc.
Se observa los canales de comunicación establecidos como la mirada como primer
intercambio relacional y afectivo, y la denominada primer sonrisa como inicial reacción
mímica ante el esquema frente-ojos a la madre. Estos son aspectos determinantes para
una buena formación del Yo.
En el momento de la lactancia, “el seno materno es una totalidad de la cual él se apropia
y con la que se confunde simbióticamente. El niño “no sabe” que actúa con su propio
cuerpo, su “yo corporal” no existe aún, ya que, la noción de corporeidad se adquiere con
el desarrollo y crece a su propio ritmo. A través de las sensaciones de placer-displacer,
que se dan en el dialogo tónico, y la identificación del bebe con su madre es posible el
pasaje de la unidad orgánica a la unidad afectiva y expresiva instalando en el sujeto el
querer hacer.
Como se sabe el recién nacido no distingue su propio cuerpo del mundo exterior, el niño
hasta el sexto mes va descubriendo los movimientos de sus manos, pies y dedos con
cierta sorpresa y los percibe como objetos ajenos a él.
2. Después del año, experimenta un interés por palparse el cuerpo, primero se lleva las
manos a la boca luego al pecho y por fin a los muslos. En el décimo cuarto mes, todavía
no puede integrar las partes de su cuerpo, recién al año y once meses el niño ofrece su
bizcocho a su propio pie y se divierte esperando a que los dedos de los pies lo tomen.
Este animismo explica que el niño al principio identifica mejor los órganos y las formas
corporales en otras personas que en él mismo.
El niño esta previamente abierto a las cosas, posee un carácter social que se sitúa desde
el periodo prenatal, donde el feto está sujeto con el cuerpo materno por una simbiosis
fisiológica. Bernard agrega que la simbiosis alimentaria nace con el niño y se prolonga
después con su desarrollo ya que el niño mantiene estrecha relación con su madre
(necesidades orgánicas; exigencias de una sensibilidad postural).
El niño tiene en efecto, la necesidad de que se lo alce, que se calme, haciéndole tomar
actitudes que le permitan relajarse y dormir, necesitando de otras personas que lo
manipulen, de esta manera cobrara forma las primeras actitudes del niño. Al principio
será en los demás, donde el espacio postural del niño echa sus raíces en el espacio
postural de su madre o de quien lo cuida. A la simbiosis fisiológica y alimentaria le
sigue la simbiosis afectiva. Esta se realiza gracias a toda emoción que permite al niño
sentir al unísono con las personas que lo rodean y a participar en su vida afectiva.
La emoción es una forma de adaptación al medio y a los demás, la misma es de origen
postural y su núcleo es el tono muscular. La función tónica del cuerpo es la función
primitiva y fundamental de la comunicación y el intercambio, es ante todo dialogo
verbal, donde el cuerpo del niño con su mundo circundante, se transforma en un
"dialogo tónico". El niño al principio solo conoce y vive su cuerpo como cuerpo en
relación, donde ese cuerpo en relación está integrado por medio del cuerpo de otra
persona. Wallon resume este proceso diciendo que el niño se confunde con el objeto,
donde posee una visión fragmentada de su cuerpo no sabe distinguirse de él. Luego va
operando con la delimitación y va estableciendo relaciones que lo mantienen en otro
plano. Así el niño comienza a verse en los demás, como si se estuviera viéndose en un
espejo, logrando identificar su imagen visual. La imagen del cuerpo esta modelada por
las condiciones de vida y pensamiento a las que pertenece el niño.
El cuerpo como dialogo tónico
Se establece en el nivel del cuerpo, un dialogo del niño con las personas que lo rodean,
un “dialogo tónico”. Como se sabe desde su nacimiento el niño está sometido al ritmo
biológico incesante de la alternancia necesidad-satisfacción y al mismo tiempo está
sometido a las sucesivas transformaciones que sufre su cuerpo durante las horas del día.
No puede percibir objetivamente la realidad, solo percibe conjuntos, por eso, el recién
nacido, la motricidad es el única forma de contacto psicosocial, ya por sus componentes
vegetativos, y por sus componentes puramente motores. En uno u otro de estos
aspectos, la motricidad está ligada a un estado afectivo primitivo, el recién nacido oscila
entre un estado de insatisfacción y un estado de quietud, en donde se producen
descargas tónicas masivas acompañadas de agitación incoordinada y después de la
satisfacción una caída de tono. Pero a causa de su falta de firmeza, el niño vive
efectivamente en un estado de alarma constante.
La actitud emocional de la madre y sus afectos, servirán para orientar las actitudes del
niño, las modificara, las acentuara o las disminuirá por obra de su comportamiento y, en
primer lugar, de su actividad tónico-postural. Una madre bondadosa y tolerante no
reaccionara de la misma manera que una madre huraña y hostil; una madre equilibrada
tendrá una reacción completamente diferente de la reacción de una madre presa de
ansiedad y de sentimientos de culpabilidad.
Es evidente que los problemas de la madre se reflejan en el comportamiento del hijo.
3. Se cree que en efecto puede haber una explicación “bifactorial”, es decir, una
explicación que tiene en cuenta la naturaleza del niño y al mismo tiempo la conducta de
la madre.
Así mismo se produce un círculo vicioso, donde el niño hipertónico no logra descargar
normalmente su tensión durante el proceso de la lactancia. Entonces se libra de la
tensión mediante el llanto y la agitación, a su vez la madre ansiosa reacciona ante la
manifestación de displacer de su bebé dándole la mamadera o el pecho (algunas madres
lo dan de buena gana). Así el niño puede calmarse, pero sólo por un breve tiempo, pues
el alimento que ingirió sobrecarga el aparato digestivo, aumenta la tensión, provocando
un nuevo cólico acompañado de llanto.
Lo tónico vivido está inseparablemente ligado a la vida afectiva original del niño. La
tonicidad es lo que lo une al mundo, y ante todo al cuerpo de la madre, con el cual el
niño se confunde y se identifica. El niño vive su propio cuerpo en el de la madre y
percibe este en el suyo.
La función de las impresiones que el aporta el cuerpo, como centro de los procesos
vividos por una parte y como eje de la actividad práxica por la otra, va a conducir al
niño al perfeccionamiento de esta percepción, distinguiendo las partes que la
constituyen a medida que sus impresiones le hacen tomar conciencia de ellas .
La asociación de los datos o de la información táctil, cinestésica y óptica permite la
organización del esquema corporal.
Cinestésia: es el conjunto de sensaciones que nos informan de los innumerables
movimientos del niño. Es el sentido muscular. Algunos autores incluyen en este
concepto el sentido de equilibrio
La visión nos informa sobre nuestro esquema corporal por medio del espejo, que refleja
una imagen exterior al cuerpo, esto va a sustentar la elaboración del esquema de
nuestro propio cuerpo como así también del esquema corporal del otro, ya que la
imagen de nuestro cuerpo está unida a la imagen del cuerpo de los otros.
Asimismo las percepciones, pensamientos ópticos y las impresiones visuales están
ligadas a las impresiones cinestésicas, si se perturba este vínculo puede perturbarse la
representación mental del cuerpo
Las impresiones visuales son importantes porque posibilitan a veces modificar ilusiones
relacionadas con el esquema corporal del sujeto y permiten ubicar nuestro cuerpo en el
espacio y evaluar sus dimensiones, sus proposiciones, sus distancias en relación al
entorno. Los ojos posibilitan ver nuestro cuerpo mientras que el espejo nos da una
visión actualizada y total del mismo, esto le va a permitir al niño asociar el espacio
visual y el espacio cenestésico es lo que le va a permitir formarse una imagen del
propio cuerpo, lo que ocurre entre los seis y los dieciocho meses de edad. A este
proceso se lo denomina ESTADIO DEL ESPEJO. En un principio el bebé va a percibir
su imagen especular de su propio cuerpo, reflejada en el espejo, como otra persona, a la
que intentara tocar y con la que querrá jugar. Pero luego la distingue como otro si
mismo, que por analogía discriminara como ficticio. Lo que le va a permitir tener
acceso a lo imaginario y lo simbólico.
Lacan dice” el estadio del espejo es una fase de la maduración psicobiológica, una etapa
en construcción de esta imagen del cuerpo que se sitúa entre los 6 y los 18 meses de
edad en la que el niño no posee todavía el dominio y la autonomía motriz de su cuerpo.
El niño adquiere una unidad corporal por identificación a la imagen del otro. La
4. Percepción de su imagen en el espejo es la ilustración y la actualización de este
proceso de autoidentificación.El espejo facilita la elaboración del esquema corporal.
En un principio el bebé va a percibir su imagen corporal, reflejada en el espejo como
otra persona, a la que intentará tocar y con la que querrá jugar.Pero luego la distingue
como otro sí mismo, que por analogía discriminará como ficticio Lo que le va a dar
acceso a lo imaginario y a lo simbólico, ello le va a dar al niño una representación
mental de su propio cuerpo y lo que marcara el fin del estadio del espejo. En este
momento, el cuerpo propio en sí mismo es concebido como un objeto…es decir, el niño
es capaz de figurarse su propio cuerpo por analogía con el otro…comienza a ser un
objeto más entre los otros.
El yo corporal es hoy y ayer, pero el hoy es consecuencia de todo lo vivido y
experimentado ayer consígo mismo, con otros y las cosas.
En éste período el niño logra la maduración tónica que le permite la adquisición del
gateo y la marcha, es el período de de la globalidad, de aprendizaje y dominio en el
manejo del cuerpo. El niño logra un uso global y preciso del cuerpo.
2da Etapa del cuerpo percibido o de estructuración perceptiva: (3-7 años)
Se fundamenta en una noción pre-operatoria del cuerpo, condicionada a la percepción,
que se encuadra en el espacio centrado aún sobre sobre el cuerpo.A partir de la
experimentación que el niño hace de sus posibilidades de acción psicomotriz, las
sensaciones se transforman en percepciones y gracias a la interiorización logra la
conducta intencional en el nivel práxico (praxia: representación mental de secuencias de
movimientos).En esta segunda etapa el niño se ajusta a la búsqueda de la independencia
del Yo. Junto con la marcha aparece el pasaje el de la motricidad global a la
segmentaria y de la acción a la representación. Este periodo de movimiento se
caracteriza por la imitación diferida, ya que El niño pasa de su estado global y sincrético
a un estado de diferenciación y análisis, es decir, de la actuación del cuerpo a la
representación. La asociación de las sensaciones motrices y cinestésicas de la acción
con el resto de datos sensoriales, especialmente visuales, permiten el paso progresivo
de la acción del cuerpo a la representación. Se produce en estos momentos un mayor
desarrollo de las posibilidades del control postural y respiratorio, el conocimiento de la
derecha y la izquierda, la independencia de los brazos con relación al tronco.
A los 3 años, el niño puede indicar y nombrar con facilidad las principales partes del
cuerpo sobre él mismo o sobre un muñeco: cabeza, pelo, ojo, nariz, orejas, boca barriga,
brazos, manos, dedos, piernas, pies.
Estos datos de designación y reconocimiento sobre el propio cuerpo y el de otro, se
enriquecen con el desarrollo; así, a los 5 años, puede nombrar y mostrar 20 partes del
cuerpo propio y ajeno.
Esto depende del entorno familiar, si la familia posibilita el conocimiento y
diferenciación de las diferentes partes del cuerpo. En un principio se dice que se
internaliza a nivel verbal ya que al dibujar la figura humana carece en absoluto de lo que
el niño parecía conocer.
En el período que va de 3 a 5 y 6 años se desarrolla la imagen de su propio “yo” por el
narcisismo y la imitación. Así, en sus dibujos vemos cómo agrega pieza a pieza las
partes de su monigote, que al principio aparece incompleto.
El niño no dibuja lo que ve sino lo que realmente sabe, el niño tiene una representación
mental del cuerpo. El niño debe aprender la organización de su cuerpo descubriéndolo
por sí mismo, para que realmente la noción de su propio cuerpo y sus partes residan en
5. él, y pueda emerger y expresarse por todos los medios posibles: verbales, dinámicos,
etc.
La capacidad de representar por el dibujo la figura humana aparece así como verdadero
estadio de evolución que emerge a los tres años de edad, este garabato, confundido con
el placer de la excitación motriz, se transforma luego en dibujo.
El rol primordial de esta transformación parece provenir del sentimiento que el niño
adquiere de su propia persona, esto emerge del simple garabato del niño de 3 años. A
esta edad toma conciencia de sí mismo, se puede distinguir de otros por oposición a él.
El monigote:
3 años: Al comienzo, es solo un ovalo al cuan van a ser adjuntados los miembros
inferiores.
4y 5 años:
-Aparece la cara (dos puntos por ojos en el círculo).
-Enseguida los miembros superiores, en la cabeza o apenas debajo de ella.
-El tronco, como un redondel entre la cabeza y las piernas y las manos sin detalles,
como continuación de la línea del brazo.
-La nariz y la boca. El cuerpo está completo, si bien los miembros aún no están bien
articulados y el realismo infantil se manifiesta en la transparencia que lucen los
vestidos cuando aparecen en la figura.
6 años:
-El monigote está definitivamente completo, con ornamentos y elementos de decoración
y accesorios: flores, carteras, etc.
.
3ra Etapa del cuerpo representado (7-12 años).
- Se fundamenta en una noción operatoria del cuerpo que se encuadra, bien en el
espacio objetivo representado. . CUERPO REPRESENTADO: Esta última
etapa, puede diseñar un esquema de acción teniendo el dominio operativo.
Se produce la elaboración definitiva del esquema corporal. A través de la toma de
conciencia de los diferentes elementos que componen el cuerpo y del control en su
movilización, se logra la posibilidad de la relajación global y segmentaria, la
independencia de los brazos y piernas con relación al tronco, la independencia funcional
de los diferentes segmentos corporales.
Entre los 7 y los 8 años puede distinguir las partes derechas de las partes izquierdas en
el otro enfrentado, logra la presición de movimientos de grafismo, la percepción del
espacio tridimensional posibilita una mejor representación del esquema corporal que
podemos apreciar en la expresión gráfica o dibujo humano.
La consecuencia final de todo ello es la posibilidad de desarrollar los aprendizajes y
relacionarse con el mundo exterior, puesto que el niño dispone ya de los medios para la
conquista de su autonomía.
Con el paso de la imagen reproductora a la anticipadora tiene la representación
imaginaria del cuerpo en el espacio lo que le da la conciencia del cuerpo y la
concepción del universo euclidiano. Es decir, las operaciones formales, la abstracción.
Para pasar del esquema postural a una imagen del cuerpo como soporte del aprendizaje
motor con representación mental, es preciso superar la noción de imagen reproductora y
adquirir la imagen anticipadora, para lo cual se necesita el concurso de un determinado
desarrollo intelectual que permita la realización de las” operaciones concretas” (Piaget).
6. Este esquema de acción y la imagen del cuerpo, cobrarán sentido al ser integradas en
una estructuración que relacione el espacio y el tiempo como parámetros donde ejecutar
la acción de la imagen anticipadora.
Cuando se encuentra elaborado el esquema corporal, el niño es capaz de representar su
cuerpo mentalmente, si ayuda de los datos externos. Este momento se alcanza cuando
está concluyendo el proceso de desarrollo cognoscitivo, cuando el niño puede realizar
operaciones formales, manejar la abstracción.
El descubrimiento progresivo del cuerpo se produce con la apropiación de la acción. Es
decir, mediante el movimiento es como el niño se hace consciente de sí.
Es muy importante la concordancia de los datos que el niño capta mediante sus
sentidos, especialmente la vista, con los datos posturales y kinestésicos. Este proceso de
diferenciación progresiva y de apropiación de la propia imagen como toma de
consciencia de sí.
La confrontación de la voluntad del niño con la de los otros, le permitirá distanciarse,
progresivamente, de su propia subjetividad anterior, accediendo a una representación
mas objetiva de la realidad y de él mismo.
Características del dibujo de la figura humana en esta edad:
7 años:
A esta edad comienza a permanecer fiel al esbozo de su monigote adoptando un tipo
convencional y esquemático. Aparece la distinción precisa de sexos por caracteres
sociales (puede aparecer antes, pero es censurada rápidamente y reprimida).
8 años:
El cuello ya está bien representado y aparece el perfil.
A partir de los nueve años el niño abandona el esquema tipo, que elaboró, para entrar
en la verdadera representación y la narración gráfica. Podemos ver que , a través del
desarrollo, la imagen de si crece y se perfecciona a la par que el cuerpo implicando en
ella el grado de conocimiento que el niño alcance sobre él.
Las cualidades temporales y espaciales y la experiencia contribuirán también a l a
integración de la conciencia de la realidad objetiva de nuestra corporeidad para
confrontarla con las experiencias subjetivas del interior de nuestro cuerpo.
Fases de estructuración del Esquema Corporal
Cuerpo vivido
(0-3 años)
Maduración de los
centros motores
(mielinización de
fibras nerviosas)
Ley céfalo-caudal
Ley próximo-distal
Control del propio
cuerpo
(motricidad global)
Cuerpo percibido
(3-7 años)
Percepción e
interiorización del
propio cuerpo.
Motricidad
Transitiva.
Control del cuerpo
(global y
segmentario)
8. A partir de los 9 años el niño abandona el esquema tipo que elaboró para entrar en la
verdadera representación y narración gráfica. Podemos ver que, a través del desarrollo,
la imagen de sí crece y se perfecciona a la par que el cuerpo, implicando en ella l grado
de conocimiento que el niño alcance sobre él.
El Esquema corporal es el asiento de la percepción del mundo y de la arquitectura
kinestésica y sensorial del espacio y tiempo vividos. Su evolución progresiva y sus
cambios cualitativos lo conducen a alcanzar un nivel de maduración y estabilización que
se efectúa alrededor de los diez años de edad.
Cuadro n°4: Postura erecta y locomoción
Hay una sucesión de pasos que debe superar el ser humano desde su nacimiento, para
completar la coordinación general. El bebé hasta llegar a los 3 meses debe lograr
mantener su cabeza firme y erecta, primeros pasos para llegar a la verticalidad humana.
Ya a los 6 meses puede manifestarse sentado con apoyo pero por periodos cortos
logrando a los 10 meses madurez para mantenerse sentado sin apoyo y sin caerse,
maniobrando hacia atrás, adelante y los costados.
A los 7 meses el bebé puede pararse sostenido con sus dos manos, empezando así a
adquirir el equilibrio estático. A los 10 meses puede sentarse, pararse y gatear, a los 11
meses camina sostenido de las dos manos, luego a los 12 meses, se agarra de una sola
mano, hasta que por fin logra caminar solo(aproximadamente a los 18 meses, afirmando
el equilibrio cinético).
Desde los 18 a los 24 meses, la curiosidad hace que el niño comience a deambular,
aprende a subir escaleras sostenido de una mano, haciendo intervenir todo el cuerpo en
contacto con las cosas, apretando juguetes contra él durante la marcha: al caminar,
arrastra tras de sí camiones, autitos o simplemente cajas de cartón.
Desde los 2 años el niño puede ejercer simultáneamente actos manuales, prensiones y
desplazamientos, a su vez cuando juega logra colocarse en cuclillas y mantenerse así
durante un largo rato. También puede correr aunque aún no tiene el freno inhibitorio, el
cual comenzará a desarrollarse de aquí en adelante, logrando regular y moderar
voluntariamente la amplitud y adecuaciones de sus movimientos llegando casi a los tres
años.
A los 3 años el niño puede caminar en puntas de pié, pararse sobre un solo pié
demostrando equilibrio, y puede subir las escaleras alternando los pies, pero cuando
baja pone ambos pies en el mismo escalón. Recién a los 4 años podrá adecuar el
equilibrio cinético.
0 A 3
MESES
Periodo de no discriminación ya que las funciones del recién nacido no están
suficientemente organizadas en unidades. No diferencia entre el impulso y el objeto.
Estimulado por sensaciones propioseptivas e interoseptivas. Vive en un estado de placer
y displacer continuo. El bebé no tiene un YO ni un NO YO, no lo docencia. La madre es
el nexo entre él y el entono, representa un estímulo exterioseptivo, es el YO externo del
hijo, esto le va a permitir al niño discriminar el mundo interno y el mundo externo, esto
va a implicar dos elementos el sujeto bebé y el objeto mamá medio a través de la cual
se logra la satisfacción
9. 3 a 8
MESES
Pasa de la pasividad a la actividad. Explora y tantea los estímulos que llegan a él.
Establece límites y amplia fronteras. La sonrisa es el medio de inicio de las relaciones
sociales. Reconoce cualidades superficiales. Es importante la actitud afectiva de la
madre, pero comienza a reconocer el medio próximo familiar
8 a 15
MESES
Entre los 6 y los 8 meses se manifiesta la angustia del octavo mes, lo afecta la ausencia
de la madre. A los diez meses es capaz de distinguir preferencias. A finales del primer
año manifiesta matrices emocionales (celos, alegría, apego, entre otros), utiliza la marcha
para satisfacer sus necesidades y curiosidades, obtiene independencia. A los 15 meses
experimenta que el objeto de amor lo frustra, la madre impone límites, se transforma en
objeto agresor. DESTESTEA amamantar implica un proceso biológico porque la leche
materna posee anticuerpo contra enfermedades, esta hecha especialmente para ese bebé
y psicológico porque el bebé reconoce ese piel, ese latido, ese olor; continua la relación
madre hijo prenatal que no debe cortarse bruscamente, ni prolongarse demasiado. El
destete se concretará en el momento adecuado entre el niño y su madre.
Psicológicamente será la segunda separación del otro cuerpo
18
MESES
El niño expresa su disgusto a través de agresiones hacia otros. Cambios de humor
24
MESES
Control de esfínter. Las separaciones físicas y psíquicas que secretan con seguridad y
afecto estimulan al niño para hacer nuevos contactos personales. Aprende a elaborar sus
conflictos, modificando la imagen interna primitiva por una imagen comprensiva. Se
aleja voluntariamente de la madre y vuelve cuando lo desea; ya comprende que la mamá
se va pero vuelve y la recupera. Afirma su YO y su independencia, busca límites
externos reales para controlar sus fantasías y sus acciones. El niño es posesivo,
egocéntrico, necesita recibir y expresar el afecto a través del cuerpo, es impulsivo, el sí
mismo está más delimitado.
36
MESES
El niño explora su cuerpo, se masturba porque esta conociéndose, descubriéndose
corporalmente. Exhibe su cuerpo porque necesita mostrarse y atraer la atención de su
entorno. Necesita hablar para otros, pregunta, dice, pero no dialoga. Es capaz de
negociar la posesión de algún juguete, puede postergar deseos inmediatos ante la
promesa de un beneficio en un futuro inmediato. Emocionalmente desea, actúa y se
muestra por momentos independiente y por momentos busca la protección de sus padres,
que son los controles necesarios para sus estallidos emocionales.
Cuadro n° 5: Período 4 a 6 años
Primer año concurrencia al jardín la actividad corporal y su capacidad motriz se ha
generalizado: corre con rapidez a voluntad y con el freno inhibitorio que actúa
progresivamente hasta ser estable.
10. La maduración neurológica, capacidad de acción del cuerpo crece y se perfecciona. El
gesto deja de ser global para situarse en la parte del cuerpo interesada.
Hasta los 4 años el desarrollo del niño es rápido y los cambios de conducta son
marcados, como la prensión del lápiz que transita de la forma de garra y pico para llegar
a la forma digital. Puede trepar a objetos escalonados y dominar su cuerpo en la toma de
impulso para el salto, perfeccionando sus formas de ejecución: sobre un solo pie o
saltando con ambos juntos a baja altura. En el manejo del triciclo coordina movimientos
de piernas a velocidad creciente, accionando brazos para direccionarlos movimientos y
giros, primeras tentativas de coordinación fina de carácter óculo-manual. Realiza
pequeñas tareas como pegote, con acabado imperfecto y desprolijo. En relación a los
hábitos sociales: le resulta complicado vestirse o atar cordones y no utiliza cuchillo ya
que implica una tarea de disociación.
A los 5 años el desarrollo del niño es más paulatino, el comportamiento está constituido
por un conglomerado de estructuras que emergen en forma de conductas maduras.
Realiza actividades en las que interviene la musculatura fina permitiendo el control
progresivo de la coordinación motor- ocular delicada y de gestos precisos en el
manipuleo. Desarrollo creciente en la capacidad del freno inhibitorio que permite
movimientos coordinados a ritmos impuestos. Adquiere también, mayor capacidad de
coordinación cinética, alternando un pie sobre otro al saltar.
Los 6 años son el límite del establecimiento de lateralidad definida, hay mayor
prevalencia de un lado sobre otro, especialmente en el uso de la mano. Dominación
lateral abarca tanto la mano como el ojo y el pie. En esta etapa el niño ha ido
adquiriendo paulatino dominio y madurez sobre el uso de todo su cuerpo tanto en
movimientos amplios como en finos. Puede utilizar una bicicleta, lo que supone el
equilibrio desarrollado para el uso del cuerpo.
La atención, memoria visual y auditiva, la actividad postural, la inhibición de la
conducta, la capacidad disociativa manual y el manejo de instrumentos deben ser
ejercitados simultáneamente. En la búsqueda intensiva hacia la precisión de
Movimientos generales, la rapidez y el esfuerzo físico se eliminan naturalmente y el
organismo exige sólo aquello que puede cumplir. De allí que la precisión aflore con un
ritmo de trabajo lento al principio, y luego se va normalizando a medida que el
desarrollo lo permite.
Cuadro n°6: 7 A 10 AÑOS
A los siete años hay un sistema de equilibración que permite agilidad y capacidad para
el salto, la capacidad de equilibrio se afina permitiendo situaciones complejas
organizándose así con firmeza la estabilidad corporal. Hay perfección en la ejecución de
actividad de coordinación global y se realizan movimientos simultáneos de miembros
superiores e inferiores en presencia de estimulación rítmica. Se hace específica la
coordinación manual con precisión progresiva.
A los ocho años se responde a órdenes de complejidad creciente, todo esto ejercita la
atención, memoria, y el freno inhibitorio coordinando y dominando la motilidad
voluntaria. Hay también elasticidad, que a través de la mecanización del movimiento se
pone en juego la atención, memoria auditiva, motora, la inhibición, mecanización y la
11. rapidez creciente. La inhibición interrumpe el mecanismo sucesivo elaborado generando
un nuevo accionar. Responde a diferentes órdenes en un mismo ejercicio además de
perfeccionarse la escritura, los tiempos de lentos se aceleran progresivamente. Se
manifiesta una buena disociación manual durante los movimientos simultáneos y
disociación rápida en movimientos dirigidos. La coordinación visomotora, en todas
estas tareas, se establece con facilidad y permite la precisión en sus resultados
A los nueve años se logran actividades manuales de difícil perfeccionamiento como
consecuencia del desarrollo y la capacidad de inhibición permitiendo el dominio de la
motricidad fina. Recibiendo el nombre de precisión praxico manual. En el área manual
aflora la continuidad, elastización y rapidez progresiva, mecanizando movimientos, en
las que las disociaciones manuales están tan afirmadas que se produce con movimientos
simultáneos y alternados. En esta segunda etapa de desarrollo, los movimientos precisos
y lentos logrados hasta los 7 años, se transformaran al incorporarse el segundo factor en
la evolución de la actividad motriz: la rapidez. Así observamos que, a medida que
avanza la edad del niño y se acrecienta su desarrollo físico, el potencial de rapidez
aumenta. Las disociaciones digitales se afirman y el nivel de 7-8 años el niño es capaz
de efectuar movimientos pequeños de gran presión, con soltura relativa. A esta categoría
pertenecen el nudo, el moño, y las trenzas que, por otra parte necesitan una integración
integral equivalente en edad, ya que debe respetarse un proceso de movimientos
simétricos y reversibles que no se pueden producir cuando la imagen mental no se
Estableció con claridad.
Cuadro n°7: 10 a 14 años
A los 10 años la disociación digital en el niño está plenamente lograda, combinando los
movimientos alternativos de los miembros inferiores y superiores en una acción
simultánea.
A los 14 años se han integrado los tres factores: precisión, rapidez y fuerza muscular y
el adolescente puede comenzar un aprendizaje motor de importancia, puede lograr
movimientos rápidos de precisión y fuerza muscular.